En la Luneta

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Part of Estudio

Title
En la Luneta
Language
Spanish
Source
Estudio Volume II (Issue No. 29) Julio 21, 1923
Year
1923
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Julio ESTUDIO 21, 1923. ,.,~,:~~)@#J'l.~'Y"<lfilil'~~#ilrn!J'.:'8Jjj}~>:l1Wlil'.:<if~i,~, .. :@iil'*®Ji:>::~iiiill~~<:<~"'@i!i;¡&~j!,..,.~~~~~dfil!!! -, ~ ~ i EN LA LUNETA ~ 1 [~;~:ID.i.;::!K~:::[l!l§:t:¡g~:::~~~::~_;;::f!i~::;~J!~>~rK~~;:~!!iLfl~;!:Ji_k~$;-··~:::~1~~:~;:1,::~«:::rm;;;:~~¡rugp;~~:::[lí:~~~<~@:~~!i!O;"t.~;,:~~Lir:f.:~.1.C?A:~~ Anochecía. Febo iba ocultándos,e lentamente, tristemente, en el horizonte. Inmensa esfera ignea, dejaba en la bahia una estela de oro fundido, blandamente mecida por el contoneo de las olas, pequeñas, diminutas. La brisa, que había permanecido aletargada toda la tarde, comenzó a moverse blandamente, sigilosamente, para recorrer todo el vecindario e invitar a las niñas bonitas, a dejarse ver en la planicie de la Luneta. La luz disminuía. El viento arreciaba paulatinameñte. La banda de la Constabularia preluludiaba la overtura de "Moraima", y sólo algunas ráfagas llegaban hasta el paseo de los "aristócratas", cuando el aire tomaba aquella dirección. A las s,eis y media semejaba yá la Luneta un salón de novedades: trajes cap1·ichosos, de policromía inimitable; bellezas venusinas, que dieran jaque al mismo Milo; grupos encantadores, dignos de un Teniers; desenvueltas, desnudeces, superiores a las de Tiziano; todos los antojos de la moda, hermanadas con todos los encantos de la nat11-raleza. Entre los grupos de deambulantes, llamóme la atención uno formado de cuatro preciosas, muchachas. Tres de ellas terciaban a cada momento en la conversación. La cuarta parecía muy abstraída, yá que ni hablaba, ni curioseaba siquiera a los demás transeuntes. Indiscutiblemente era la más bella de las, cuatro y con aquel aire de ensimismamiento se me antojaba mucho más interesante que las otras tres. Aventajábalas ?nanifiestamente por su porte distinguido, por la elegante sencilllez de s;u vestidura y ¡cosa rara! por un descote modestísimo, reducido a su mínima expresión. Llevaría yo unos diez minutos contemplando muy a mi gusto el ir y venir de aquel interesante grupo, cuando noté con desagrado que se acercaba a él un joven de desgarbado andar 11 modales · pueblerinos,. Apenas hubo alcanzado a las cuatro paseantes, saludólas cortés, pero rústicamente y se dirigió a una de ellas, mientras las otras tres adelantaban, como de costumbre, por.que sabido es, que todo testigo está de más en pláticas de enamorados. Barrunté que ia actitud de la muchacha durante el paseo y la del joven al saludarla, eran indicios ciertos de tempestad y acerquéme, con disimulo, lo bastante para no ser notado y poder seguir la conversación: -¿En qué quedamos, Luisa? -En lo dicho. -¿No hay arreglo? -Ninguno. -¿Debo perder toda esperanza? -Sin duda alguna. -¿Luego me aborreces,? Vol. 11. -Te desprecio. -¿ Y si me vengase? -Serías un villano. -Sabes que Alberto te quiere? -Mucho antes que tú .. -¿ Vas a hacerle caso? -Puede que sí. -Le diré lo del Carnaval. -Merezco esa penitencia. -Lo sabrán también todos mis amigos. -Crimen fué haberte querido ... ¿Alberto? En aquel momento pasp.ba a pocos pasos de la desavenida pareja un lindo muchacho que, a no tener aires de petimetre, fuera el mozo más atrayente de cuantos rondaban la Luneta. Acudió dió presuroso al lla?namiento de quien tan poca atención había merecido hasta aquella tarde, saludó con alguna afectación 1l p1·eguntó a Luisa cuál pudiera ser la causa de aquella lla?nada. -Muy sencillo, Alberto, contestó ella con nuiravillosa serenidad. Us,ted sabe que yo estaba en relaciones con este joven, usted debe de 1·ecordar la indiferencia con que he mirado el trato afectuoso de usted, porque creí equivocadamente que este joven sabría hacerme feliz. Una de las noches, de Carnaval me arrancó, a fuerza de arrumacos, un beso, el único beso que he dado a 1tn hombre desde que soy mujer, y le dí porque había.mos yá decidido unirnos muy en breve al pie del altar. Ayer montó en cólera y me insultó como un rufián, porque me negué a descender al nivel de una meretriz. Yo, a mi vez, me despedí de él para siempre. Hace un momento se presentó a enterarse de la persistencia de mi propósito, y viéndome firme, me ha amenazado con dar a la publicidad el beso de Carnaval. ¿Quiere V. defenderme . de un injusto agresO?', Alberto? Irguióse Aberto, se inclinó ante Luisa con profundo, le dijo en tono majestuoso, que nada tenia de altanero: "Deber es de buen caballero respeta1· a la mujer. Conocéis yá por ella misma su decidida voluntad. Cumplid 1>uestro papel que yo sabré hacer el mío". Mi familia y la de Luisa estaban unidas por los, más apretados lazos de amistad, y como seis me· ses después de la escena descrita celebrás,emos el onomástico de la chica, aprovechó uno de sus muchos admiradores aquella oportunidad para enviar· le un espléndido ramo de flores y hacerle saber a la hora de las acos,tumbradas visitas sus aspiraciones, declarándose dlispuesto a sembrar de dulzuras el áspero camino de la humana existencia. Apenas comprendió Luisa los propósitos del visitante, contertulio de la casa de tiempo atrás, 10 - Núm. 29. Julio ESTUDIO 21, 1923. ---------------le agradeció con su habitual gentileza el regalo y atajó su declaración con estas palabras: "Soy todavía muy joven, pero he conocido yá demasiado al hombre de hoy, para quien no pasa de hembra de la mujer. Y yo no me resigno a ese oficio exclusivo, que me arroja al nivel de las gatitas de mi casa".· otro sentido sino el del placer! ¡Y qué lancinante amargura se difundía por el alma angelical de Luisa cuantas veces recordaba aquel imprudente y prematuro beso de Carnaval! Alberto pudo haber curado aquel corazón he1'ido, ¡¡ero, con su innoble conducta, acabó de agos.tarle en plena juventud. ¡Cuántas jóvenes tienen marchito el suyo, porque han conocido de cerca al hombre, para el que no parece tener la vida ¡Sí las muchachas tio:·iesen presente en el curs11, más o menos largo, de sus relaciones la posibilidad de que hayan de terminar por aborrecer a quien tanto idolatran, no transigieran tan fácil y ligeramente con ciertas manifestaciones de amor! JOSECHU. r~,:~~,.~~,;:é~·~'(Arh1""'"'::"!''!í~~::;!fii!,::, ... J<,,:Iláa ~,.··a_:,¡t:.,;:,.,,,,.,, .. ,,:~:w,;:,.1t··~:,::1li:'¡(o;:,·~.~.,:i,¡ :~ ... """"'~ ~-~~~ ~ ¡~ !".:<:fü!!:;: )!J!!;,:;.~:!P'.'.<:!(!i:'::,¡~ i<"'.:)i.!i.•::•:u.~~ ::r.~. ;:>~ .. •,•::·:~ ,:,::•1<.h'::• :;:::-.:·¡¡;,;:-:,;;·#:;:,.,ü1K''*'!!'.•::•Ji i;_:;::J -~·::•l!:1ir-::•!ii:!!':;..~1i!',::::n:'!<::.:••i<.•~:·::•'i<:u"::•ri;x:: :~i!:•::• JJ :;,)~ "Tijeritas" del alma ¿Qué te has pensado, Que no 1~ay quien juzgue el "hurto" Que es tu pecado? Pues te equivocas, Si vives del "pillaje", Vida de gorra. Los· que tienen chirumen Te lo reprueban : ¡Tanta ''tijeretada" En pieza agena ! Pasas de listo: Llenándote con "hurtos" Bien tus bolsillo•. Si tras ' tijereteo" Tan repetido. Cortases de lo bueno Y útil de un libro. Amigo, gracias Te dieran tus lectores Por ciencia tantn. Pero, ¡vamos! "Tijeras", No alzas el vuelo; Tu retórica es frutaDe baEurero: Necia e impía Descuella por faltarle Filosofía. Vol. II. Te sobra la malicia Y el desenfado, No tienes con el público Ningún cuidado. Tu mala lengua Es pal'a los decentes Buena tijera. Déjate de impiedades, Ten más vergüenza, ¿No ves que de lo lindo 44 Tijereteas".'! Sin pizca de arte, Semeja el semanario Cajón de sastre. Arroja las "tijeras", Lee y escribe Lo que es útil y ameno A quien te admite, Si no eres bueno. No quieras ser impío, Ni' ladronzuelo. Escribe con· finura Y poesía: Del mar, la tarde, M'<lyo, Cosas del día-. Toma con tino -11Asuntos que deleiten al filipino. No quieras ser verdugo De la inocencia, Y del crimen nefando Y del crimen nefando Horrible senda. Sé luz rosada Para el joven que mueve Leve su planta;. Si no cambias de rumbo, Oye, "Calleja," Llámale al Semanario : "La gran Tijera," "Escarabajo", ºMostruario de Tienda" O "Los Retazos". "Tijeritasº, amigo, Hasta otro día, Arroja de tu me'ª Las "tijerílfas", Sé forma·lito, Y hasta el· Sábado próximo, "Tijeras" mío. P. DE ISLA. Núm. 29.