Limaduras
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Part of Estudio
- Title
- Limaduras
- Language
- Spanish
- Source
- Estudio Volume II (Issue No. 29) Julio 21, 1923
- Year
- 1923
- Fulltext
- Julio -La cadena psicológica se compone de tres eslabones, intimamente entrelazados: ideas, sentimientos, acciones. Las ideas provo.can los sentimientos y determinan las acciones. El sentimiento vive de la savia del pensar y tiene en los actos su válvula connatural, y toda acción sugiere una idea y entraña un sentimiento proporcionado. Basta influir sobre cualquiera de los tres anillos, para que toda la cadena se vea modificada. -Las columnas de la prensa no son una cátedra de filosofía. La oportunidad es un don de valor inapreciable. -No es cuestión de dar lecciones a nadie. El anhelo de buscar el entronque natural de las ideM pa1 a apreciar su enlace y su prelación, es tendrncia nativa de todo sér inteligente que en algo estime la solidez de sus convicciones. Es un error muy frecuente por desgracia el pretender que la superficialidad ha de ser una de las notas características de todos los escritos destinados a la prensa diaria o semanal. El deseo de saber es natural al hombre y saber es conocer las cosas por sus propias causas, por sus principios, por sus raíces. -Todos los.. preceptistas señalan la claridad corno una de las propiedades esenciales del pensamiento. -Claro no es sinónimo de superficial. Las ideas-madres de todas las ciencias germinan semiespontáneamente en la inteligencia del hombre. Importa sobremanera aprovechar estos inapreciables recursos, sin los cuaJes carecen de valor científico todos nuestros conocimientos. Una de las mayores equivocaciones sufridas por la pedagogía imperante en Filipinas, es prescindir de los principios, leyes fundamentales del humano pensamiento y vivir sumergida en los hechos de experiencia, que no salen de la esfera de las facultades sensitivas. -Los hechos constituyen uno de los eslabones de la cadena psicológica. De los hechos nos es dado subir a los principios y pasar a las generalizaciones. No es pues, un ¡:iroceso vitando. Al contrario, es la marcha normal Vol. II. ESTUDIO del entendimiento humano, para el cual todas las ideas vie!'len originariamente de los sentidos. -Lo censurable del sistema consiste en que, lejos de investig·ar el elemento interno que anima los hechos de experiencia, se concreta a catalogarlos de acuerdo con determinadas etiquetas que son convencionales, sin base extrasujetiva. -La ascensión a los principios es demasiado penosa para que pueda ser preconizada como indispensable en la obra moldeadora de la juventud. La educación tiene un carácter de universalidad que excluye privilegios y castas; se dirige a la masa común del pueblo y con ella debe guardar proporción. -Todos llevamos en el alma una buena dosis de espíritu filosófico. Se ha dicho repetidas veces que el sentido común es una metafísica inicial y rudimentaria y la Metafísica es el sentido común codificado. Negar a los filipinos la capacidad para ascender a las alturas de la especulación filosófica, es declararnos privados de lo más elemental, que constituye la base de la razón humana. -La especulación filosófica es incompatible con el practicismo imperante. Hay que vivir en la realidad y de la realidad. Los sueños no resuelven el problema de la vida. -Los factores que entran en el problema de la vida, están más allá de lo que tú entiendes por realidad: se encuentran en la espera de lo que calificas sueño. La vida humana tiene una significación muy honda y no es posible interpreterla satisfactoriamente en funciones de un terno de alpaca. o de un libró de cheques. El practicismo inteligente y honrado da a los problemas el valor que en realidad les corresponde. Y bien sabido es que el estudio de los valores humanos ocupa lugar preferente entre los que merecen atraer la atención del hombre pensador. -Afortunadamente, los católicos, en este como en otros infinitos asuntos de vital importancia, estamos al cabo de la jornada. La doctrina católica es tan clara y precisa que no admite dudas, ni requiere interpretacio-321, 1923. nes. Hasta los niño$ de la escuela saben a que atenerse sin necesidad de grandes elucubraciones. En nueva manifestación del practicismo que caracteriza a la doctrina católica. --Si fuera suficiente el conocimiento de la doctrina, poco nos restaría por hacer. Empero, ·una cosa es la doctrina y otra muy diferente la vida. La doctrina señala el itinerario que se ha de seguir; la trama y la urdimbre de la vida constituyenlas los hechos. La doctrina dirige la inteligencia, y, para vivir, es nesario interesar el corazón y apoderarse de la dinámica integral del hombre. -De todos modos, con la doctrina, estamos en posesión de uno de los anilos de la famosa cadena psicológica. -De valor inapreciable, es cierto pero que tiene su natural desarrrollo en los sentimientos y en las acciones sin las cuales permanece estéril el árbol de la vida. Si, para ser un católico sincero y consecuente, bastase conocer y profesar, con las palabras, las doctrinas de la religión cristiana, es seguro que todos ostentaríamos con orgullo este glorioso título. Mas, cuando entramos en la región de los sen timientos, determinantes inmedia tos de nuestra conducta, cuando del orden especulativo, pasamos al práctico y empezamos a navegar por el océano de la realidad, cuajada de escollos y saturada de toda clase de peligros, las ideas que parecía.n más claras y distintas, se tornan absolutamente incapaces para influir de modo eficaz en la trayectoria de nuestra vida. -Sin embargo, la teoría de las ideas-fuerzas está ya definitivamente incorporada a las verdades demostradas. Los modernos basan en la instrucción la reforma de las costumbres y la marcha siempre ascendente de la civilización. El control de las ideas sobre la vid.a es indiscutible. -Cuando van ocampaña.das de una emoción y están coloreadas por los sentimientos. Las ideas abstractas, los conocimientos puros, dan luz pero no tienen calor ni producen energía Los ejemplos que lo demuestran, son (E»u ~ 11 ptJ. 13). Núm. 29.