El discurso de gatuslao

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Part of Semana Revista Ilustrada Hispano-Filipina

Title
El discurso de gatuslao
Language
Spanish
Source
Volume VI (Issue No. 129) Marzo 4, 1954
Year
1954
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Por “BAKOD” e En una de nuestras crónicas pasadas hicimos eco de un proyecto de ley registrado por el distin­ guido Rep. Agustín M. Gatuslao, por Negros Occi* dental, que apropia fondos para la ayuda a gobier* nos municipales que, faltos de recursos, no pueden cumplir con lo que provee la ley del salario mínimo, dando sueldos muy exiguos a sus empleados y poli* cías. Y en su nota explicativa, preguntó: con paga tan insignificante, ¿como pueden cumplir fielmente con sus obligaciones? Pero en la sesión del Martes de la Cámara, en un discurso de privilegio, dicho Rep. habló sobre los mismos gobiernos municipales, en las que, según él, deben enfocar su atención los más responsables de la buena marcha del gobierno nacional Dijo: “Manila, las grande ciudades, no son las Filipinas: lar. co* munidades rurales, el labriego, el labrador de campo, la gente de barrio, son la verdadera Filipinas.” Deseamos un gobierno limpio y honrado para la bella ciudad de Manila, pero no buscamos medios para ello, en relación con nuestros gobiernos locales algunos de los cuales se hallan en manos de abusivos, arrogantes y corruptos oficiales y empleados. Falsi* fkadores de nóminas, policías deshonestos, hurta dores de cobros de derechos de mercados, alcaldes municipales que se creen amos en vez de servidores del pueblo, y cada cual va tras el botín que no es de otro, sino del pobre Juan de la Cruz”. Nótese que el orador, no generalizó, sino hab’ le de algunos o muchos gobiernos locales en que son frecuentes los abusos y la corrupción, y en este sen' tído creemos que el Rep. por Negros Occ. ha dado otra vez en el claro al denudar hechos para su eli­ minación en bien de país. Sentimos no poder publicar su peroración en su totalidad por falta de espacio. Aseveró el orador que se habla de anomalías en los Burós, corporaciones y empresas gubernamenta­ les, pero jamás se hace mendon de lo que al dia ocur­ re en los gobiernos locales. Estos son los que se hal lan en contacto directo con el verdadero pueblo y sus abusos e irregularidades disgustan hondamente a éste y los siente en su corazón.1 He ahí —prosiguió— otra causa del descontento general que ocurré en nuestro pais .. . “Sr. Locutor, caballeros de la Cámara —mani* festó el Rep. Gatuslao—, antes de terminar, quisiera exponer empero que todavía existen buenos alcaldes, dignos oficiales empleados y policías munipales. A esos, quienes a pesar de la pobre compensación que reciben, son todavía un honor para sus respectivos cargos, a esos vá nuestra gratitud, la gratitud de su compatriota.” “Sr. locutor, caballeros, gradas”