Las Guayanas
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Part of Semana Revista Ilustrada Hispano-Filipina
- Title
- Las Guayanas
- Language
- Spanish
- Source
- Volume VI (Issue No. 129) Marzo 4, 1954
- Year
- 1954
- Fulltext
- Has ©úapanasj En América nos lastiman m.ic o tos restos coloniales, pues la colo nización, entendida como es debi do, fué un procedimiento para i formando naciones y Estados, y España en esto dió el ejemplo máximo, ya que jamás se limitó a transplantar tu raza y su civili zación ni a explotar riqueza? natura’es, sino que una vez termi* nado el lógico período de la vio* lencia conquistadora, injertó su espíritu y su sangre en la indíge na y realizó, en más o menos pro* porción, un mestizaje que aún es* tá en marcha en países como Méx ico. Desde el momento en que sur gieron tos Estados americanos, ya el coloniaje no tenía razón^alguna de s«r y por eso sus restos sub sistentes lastiman a Hispanoamé rica. Ahora ha surgido un incidente revelador en la Guaya-ña ingesa; refugiado en Venezuela, el sefior Sing, ministro de Re’aciones Ex* teriores del Gobimo de la Guayana inglesa, depuesto por la Gran Bretaña, ha planteado a los pue blos libres de aquel continente ’a necesidad de formar un Estod ' independiente que .incorpore a las tres Guayarías y que se consolide como tal. < La existencia de colonias euro peas en territorio de América es tablece una dependencia qu^ no garantiza la paz en e1 conrinrnto en caso de oue sus Gob’em^ Eur'-'r''n r-’Hí»■»**'u ir a la Aún alcanzada la mayoría de edad por muchas de nuestras re giones, no lograrán alcanzarla nu^ca en to forma que requieren sus canrcidades humanas si la in tervención de otros países se hace sentir en sus formas de Gobierne. Iz s co’oria», ep generM, van desapareciendo, y quedan vínculos ayudas» uniones, alanzas, enten dimientos económicos. América, dentro de sus criollis mos, completos meto’zajes y mula ta,]es, tiene sus problemas propio3 que rec’aman autonomía completa. Las C (¿vanas son hermanas encadenaoda v »odor Je otros pue blos y esto ya no puede ser en mo do alguno. Ya se les imputa, co mo se hace ahora siempre, un afán comunistoide; pero en nues tra América impetran los: senti mientos de unión con dignidad, eon justicia y felicidad común oue aprendimos de nuestros padree ‘Rolívaa*, Wáshtogton, Juárez, Marti y tantos otro». * No hay por qué no creer al se ñor Sinv />uando. ev e’ d-sfery sin sufrir coacción a'guna, di ce que en la Guayana inglesa el patido que triunfó en las eleccio nes pasadas no es comunista, si no una fusión de nacionalismos ¡n tegrales. Por ende, toda nuestra América desea que Guayana ten ga su propia personalidad cuanto antes. Y más belto fuera que llegara a formarse una Federación de las Guayanais, sustituyendo a los tres grupos europeo», ese residuo d9 t empos pasados para nuestra América. No hay que olvidar, por otra parte, que las tres Guayarías, y muy especialmente la británica, tienen formación étnica muy di versa del resto de nuestra Amé rica. E origen de sus grupos hu manos, principalmente asiáticos zy africanos, constituye un asiento re moto y esencial de sus formas y manifestaciones culturales, y por eso deben ser distintas tanr bién las formas de solucionar su* problemas. Así en la Guayana inglesa la pcblac ón indígena no llega al cin co por ciento, o sea unos quince mil hombres; unos trescientos ve‘ntic‘nco mil «son hindúes o ne gaos y unos pocos europeos, y ha • árido de a lí el mestizaje y el mutototo El Gobierno inglés, alegando pe ligro comunista, frustró la incor norarión estatal, y así está ese resto colonial, y lo mismo 'as otras Guoyanas, para tristeza de nues tro ser h topano-americano y rom pimiento de nuestra unidad en rcha. Y no hay que olvidar que la Guayana inglesa, independien^<to sus condictone<$ étnicas, tiene ñn valor geográfico de interés táctico militar, porque es la h^ r de un avco de islas que se cierra en Bel toe y que hace del Caribe un mar inglés. De esta ventajosa ri; nación deriva el interés de so lucionar el probto’ma de las Guayn^ai con un sentido continental, pues Hispanoamérica debe ir a fondo para su absoluta indepen den c’a de exrañas influencias e intervenciones. Ti T'.yr>b1nmn, de nn.es*■*•? Amértoa debe reso1 verlo el’a misma, bus cando cada día su propia Fdad colindante con la nn^eñ-’ v tfn posesiones ni influencias te rritoriales europeas. DR .RODOLFO REYES. q 7 l Q