Abajo los chiquillos

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Title
Abajo los chiquillos
Language
Spanish
Source
Estudio Volume IV (Issue Num. 99) Noviembre 22, 1924
Year
1924
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Noviembre ESTUDIO 22, 1924 ' ~ i 1 Abajo los chiquillos j ¡~~~~~~~~~~~ .. ~.,~~~t.>~~~~~~~~~~ ... ~~~"';>~": ESúS, .el amable Jesús decía al tiempo en que sus apóstoles con rudas manero.s 11 formas no muy pulcras trataban de alejar a los "chiquillos" del lado del bendito Nazareno: "Dejad, dejad que los niños se acerquen a mi, porque de ellos ,es el reino de los cielos". Nuestra sociedad, que acaso sin darse cuenta y a causa de sus muchos crímenes y pecados, ,está de todo en todo dejada de la mano de Dios, se ha propuesto emmendar a Jesús la plana y g1·ita: "Fuera los chicos", pues no vienen a ser mas que un problema a causa de su manutención y del cuidado que dr; ellos debemos tener. Y los ricos porque no quieren sufrir las molestias que la chiquillería supone, 11 los pob1·cs porqu,e no tienen q;m ,que mantenerlos, han decidido o se ha decidido que: lio tengan "crios", o que tengan la menor cantidad posible. Y a esta teo1'Ía se ha dado en llamar Malthusianismo o para. que suene mejor Neo-llfalthusianismo. Leyentes de Estudio. Si aún os queda un adarme de paciencia para la lectura de estas cuartillas, y no habeis perdido el s,eso g1·acias a mis pasadas elucubraciones científicas, yo os invito a que por un mo·mento soñeis conmigosoñemos, alma, soñemos-en lo "bonito" y agradable que sería el mundo, donde no hubiera chicos, ni crios, que con sus lloros y sus juegos vinieraJn ci perturbar nuestra pa.z. Una sociedad sin chicos t,endría a la fue1·za que .~e" mas o menos ta1·de, o las mat,emáticas mienten, una sociedad de viejos, a menos que todos nosotros, los que aún podemos gloriarnos de esta1· entrando en lw p1·i1navera d,'? la vida, mU?·iésemos antes de lle,gar a la madurez, cosa que en lo que a mí respecta na:lci tendría de particular, pw~s este eterno traqueteo a que por fo1·t1ma me veo de continuo .~ometido no es para vivir mucho. ¿Y qué cosa puede habe1· mas deliciosa y mas agradable que una sociedad de viejos? ¡Me río yo de los peces de colores! ¡En verdad que será cosa diga de s,er vista y vivida! Ver testas blainquedas 71or la nieve de los años, o mondas y ifrondas por la acción de los mismos; ojos apagados y sin fuego; mejillas arruga.das y barbas puntiagudas: ]Jiernas temblorosas y manos trementes; cuerpos encorvados y espaldas cargadas por los años y disgustos. ¿No es ello digno del pintor, no digo Ap,elcs, sino hasta de . .. Soto, quien me dicen que desde que cesaron las 1:1esiones se dedica a la pintura . .. ? ¡Por Baco que será ello cosa digna de ser contemplada! _;Cuanta po,esía no hay en esas cabezas blancas, y en esas barbas puntiagudas, y en esos carrillos apergaminados y llenos de arrugas, y en esas frentes sin fU.'3go y en esos ojos sin chispa de luz! : Pues, am!igo lector, a esto quier.en 1·educfr el mundo esos apóstoles de la limitación de la natalidad. Echa con 'migo ww mira.da 11 In Francia de Herriot !/ de Poincare. ¿Que res en ella? Desolación, y nada ma:J que d,esolación. Casas vacías y hogares desiertos; escuelas ::in niños, poblaciones llenas de vejestorios. La natalidad descendiendo de un modo hon·iúle, que hace llorar de pc;w !! lágrimas de sangre a la noble matrcna qu,e en otro tiem¡w fuern lhmada la Primogénita de ki, I glcsia y que /¡ oy '1.nda arrastrando sus ha1·apos por los lupanares y caqcu; rle prost~tud.Jn intelect1wl y moral. Tampoco allí, como aquí, se comenzó desde luego predicando Q( aborto y la no. proc1:eación. También allí s,\ p1·incipió diciendo, que había que limitar el nacimiento de los niños; tambien allí se habla bu y se escribía mucho de eugenia y de selección; tambien allí s,e palió la cosa cou e/ manto del mejoramiento de lu raza. ¿Consecuencia de tales prédicas? No hay mas que abrir cualquier .libro de estadísticas y leer. Francia pierde cada día unci batalla, y cada wño una guerra; y en esa1< batallas y en esa guerra pierde mas de doscientos mil hijos. A la vuelta de cien años, y si las coscis no se remedian, la raza franc.esa habrá pasado a la Historia y la sociedad de viejos de que hablábamoq a 11tes habrá tambien pasado a.1 número de las cosas que fu e ron. Y lo mismo pudiera decirse de los Estados Unidos, donde el neo-malthusianismo va. ,echando ta1nbien hondas mices. Cuando la corriente imn(gratoria se corte; y cuanrlo las familias irlandesas se de.ien emponzoñar con el virirn <le que estan emponzoñadas ya ln mayor part,q de las fami1 ia s yankees, ve remo.~ descende1· a pasos agigantados las columnas de la natalidad, y las defunciones, al foual que en Francia, serán en mayo1· número que los nacimiento,q. Y rnando tal sucede, la muerte de la nación es inevitable. ¿Y parci e.so ha ido. qu;en tales doctrinas vino ]Jrediccindo, a los Estados Unidos? ¡Que bien se Vf! que no ,.,,. lo mismo tener dinero que "brains" ! Y por hoy basta y sobra. Quienes debieren entendel' que cnti.endan. La E.~critura santa dice que los hijos son uua verda~lcm, bendición. La Historia enseiia que jamás se arruinó 11ación alguna porqüe los nacimientos fueron nmnerosos. Pero por el contrario; esa Historia nos dfr,e, y con ,qrito.~ que no podemos ,<:n modo alguno apagar. que allá donde SI' ¡1racticó el neomo.lthusicmismo, que un filontropo ha venido ¡1redicando, de;a11arecen paulatinn pero .~.qguramenfe lrrn razas y los pueblos. Controlemos sí los nacimientos. que debe ser co1<a muy 1r,r;mdable eT. vivir en pleno socierl<J,d de vi,'ljos de cabe.zai nevada por los a1ios 1f de rostro a rruaado y de oios 1:in chis"ª de luz intelectual, 11 frente sin f neqo. Sobretodo c·uando haua alcnm Marathon de IHlife cl,-;be se1· cosa dirmn d,, sa reida el i•er piueias de vieios en pernetuo movimiento. Por mi puede el baile continuar y pued,'l "echarse" a /lCl.~co a los "chicos". FILAD ELFO. Vol. IV - 5 .;..._ Núm. 99