Aqui Madrid

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Part of Semana

Title
Aqui Madrid
Language
Spanish
Source
Semana Volume IV (Issue No. 84) Julio 1950
Year
1950
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
MADRID.— Próximamente tendrán entre ustedes a una de las firmas más autorizadas y solventes del periodismo es­ pañol de nuestros días. Carlos Sentís, el ilustre cronista y no­ bilísimo amigo, que tantos y tan sensacionales éxitos pro­ fesionales viene adquiriendo a través de una carrera esmal­ tada de aciertos; que ha re­ corrido la mayor parte del Globo ante el aplauso general y la admiración de sus millo­ nes de lectores, se dispone a visitar Filipinas en misión in. formativa para extraer con su retina prodigiosa y narrarlo mediante el embrujo de su diestra pluma los temas na­ cionales que luego pasarán a la platina de los más impor­ tantes rotativos españoles, dando así cumplida satisfac­ ción a los anhelos populares de saber por conducto de su más esclarecido escritor el momento presente de las islas que un día fueron de Espa­ ña. De no haber sido por la in­ quieta situación belga,—úni­ camente superada en intensi­ dad por los acontecimientos de Corea.—que reclama ahora su presencia entre los flamencos, a estas horas tendríamos por la Escolta a nuestro querido compañero, ya que Carlos Santís acariciaba la idea de presenciar las sesiones d.e la Conferencia de Baguio, en cu­ yos históricos alcances tenía esperanzas muy fundadas. Ello, repito, no ha sido posi­ ble, a pesar suyo. El proble­ ma real (?) de Bélgica, unido a sus viajes a Suiza y Holan­ da, donde actualmente se en­ cuentra, le ocuparan otros des Vendrá a Manila C. Sentís PARA ‘“ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES Y ES­ FUERZOS-DE LAS AGRUPACIONES DE HIS­ PANISTAS QUE ÉL ESTIMA EMPRESA TITÁ­ NICA” . . . Por nuestro corresponsal en Madrid Bautista ROSADO (Especial a SEMANA) CARLOS SENTÍS o tres meses que es lo que supongo tardará en empren­ der la travesía al archipiéla­ go de Legazpi. Mientras tan­ to., quienes sinceramente le admiramos y respetamos nos desquitamos de tal retraso con sus artículos,, de jerarca del periodismo,, que diariamente cablegrafía a “A B C”, de Madrid “y “La Vanguardia” barcelonesa, uno y otro de ran­ cia solera en los anales del periodismo hispano. El caso de Carlos Sentís es una de las más brillantes re­ velaciones del último cuarto de siglo. Su encendida vocación hacia el periodismo activo le llevó a resignar al ejercicio de su carrera de abogado al­ tamente cotizado y con una clientela de lo más escogido de la villa y Corte. Aún su extremada juventud— apuesto lo que sea a que no ha llega­ do a los treinta años de edad —es asombrosa su populari­ dad, que corre parejas con la desbordante simpatía que le acompaña por todas partes y que tantos y poderosos ami­ gos le ha proporcionado. Pre­ mio Nacional de Periodismo, corresponsal durante la ante­ rior guerra en Argel, sus hon­ rados, fieles y meritísimos trabajos le valieron el privile­ gio de ser uno de los contados periodistas españoles especial­ mente invitados por las auto­ ridades aliadas para recorrer, apenas concluida la conflagra, ción, los tristemente célebreg campos de exterminio nazis de Belsen, Dachau y Buchewald. A partir de entonces no ha dejado de viajer, bien es­ coltado, ciertamente, por su distinguida esposa, dama de envidiables dotes intelectuales y singular beldad, ¿por que no decirlo todo? Las breves temporadas de “descanso” que en Madrid pasa Carlos las consagra a una infatigable y múltiple, como su persona­ lidad, labor intelectual. Pro(Pasa a la pág. 40)