Reconoce su derrota

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Title
Reconoce su derrota
Language
Spanish
Source
Semana Volume IV (Issue No. 84) Julio 1950
Year
1950
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Política Internacional •Reconoce su derrota ! • •• El reconocimiento de los gooiernos aunque tengan oríjen revolucionario, no es un jesto de magnanimidad, sino ?asi un deber. El profesor '¿AUTERPACHT, catedrático le Derecho Internacional en la Universidad de Cambridge, ¡xaminó no hace mucho el pro­ blema en “The Times” relaúonado con el cambio efectúa­ lo en China. Cuando un go)ierno controla la mayor pare del territorio nacional, se >uede proceder a su reconociniento, pues esto significa tan solo registrar un hecho, mas 10 aprobación de una política. 31aro está que el reconoci­ miento no debe ser precipíta­ lo; puede haber dominio mo­ mentáneo de un gobierno, lunque sin perspectiva de con­ tinuidad. En ese caso sería mprocedente é injusto reco­ nocerlo, perjudicando moral r materialmente al legítimo. Por el contrario después de taber admitido un hecho con­ minado, el control con carác­ ter permanente, el reconociniento “de fado” lógicamene debe coincidir con el “de ure”. En el caso de China, la Sran Bretaña, estima por lo zisto, que CHIANG ya no tie­ ne ninguna probabilidad de recuperar su poder perdido, mientras que los Estados Uni­ dos prefieren esperar el desa­ rrollo de los acontecimientos. Cabe preguntar como lo hace H-LAUTERPACHT, sí la re­ sistencia de un gobierno legí­ timo en una sola fortaleza aislada debe impedir el reco­ nocimiento de su feliz rival. La respuesta del profesor in­ glés se inclina hacia la nega­ tiva lo que tiene interés espe­ cial en el presente caso de Formosa. Pero también se plantea el tema del terror de la imposición de la voluntad de una minoría sobre la nacio­ nal. Monaco es un país sobe­ rano que podría ser ocupado (como lo fué Nicaragua hace cerca de un siglo), por un centenar de bandoleros, fren­ te a los cuales la voluntad de la poblaoión resultara impo­ tente, y que en unas elecciones obtuvieran el 90% de los vo­ tos. Finalmente se trata de la buena disposición del nuevo gobierno de cumplir las obli­ gaciones internacionales, si bien no hay gobierno que no lo prometa. Luego en la eje­ cución suele haber numerosos fallos, como actualmente en los países del bloque soviético. Conocidas son las numerosas notas de protesta, que no han producido el menor efecto en SOFIA. BUDAPEST, BUCAREST, y TIRANA. Y, el profesor de Cambridge, insiste en que una cosa es el reconoci­ miento y otra la normalidad de las relaciones diplomáticas. Puede haber aquél, sin ésta,, pero difícilmente se presen­ tará el caso contrario. Pero si es cómodo criticar, no es nada fácil dar un conse­ jo práctico. ¿Qué hubieran podido hacer los Estados Uni­ dos? Su Libro Blanco afirma que todo estaba perdido de antemano y una ayuda a los nacionalistas chinos en mayor proporción hubiera sido tan estéril como la otra. Para enviar tropas regulares a China (lo que han hecho los rusos), los norteamericanos carecen de infantería y se habrían de­ bilitado de un modo peligroso en el Oeste de Europa. Presen­ tar reclamaciones en Moscú, de nada habría servido; Stalin podía lavarse las manos; él no era responsable de que la mayoría del pueblo chino se pronunciara en pro de MAO o en contra de CHIANG. Y si una eficaz línea política y militar fué poco menos que impracticable en el pasado, menos aun se vislumbra hoy, después de la derrota. La pérdida de FORMOSA sería otro grave golpe diga lo que quie­ ra ACHESON; pero interve­ nir en la de'ensa de la is a comprometería la posición de Norteamérica ante to os los pueblos de color. “Ni contigo ni sin tí”, es una expresión que se aplica a la actual pclítica?de los Estados Unidos en el Extremo Oriente. Recono­ cer al gobierno rojo de Pekin es humillante, pero, ¿qué se consigue a la larga con que­ dar ausente de China? Y pues­ to que nadie piensa en una re­ conquista militar, llegará el momento en que habrá de ex­ cluir de las Naciones Unidas a la delegación de la China nac'onalista y admitir la de MAO con un puesto permanente en el Consejo de Seguridad y con derecho de veto. El nuevo re­ presentante chino podrá se­ cundar eficazmente la políti­ ca de Rusia. Moscú ha perdi­ do a Yugoeslavia, lo que es un indudable triunfo diplomático para el occidente, pero ha con­ quistado a China, lo que com­ pensa con creces por el desca­ labro. MARIO HUAPI T 321