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Part of Semana Revista Ilustrada Hispano-Filipina

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Con las que Don Joaquín M. Elizalde contestara a las que pronunció el Ministro DonJoséMauuel Moneta al hacer entrega a aquél de la Gran Cruz de la Orden del Mérito, por el Gobierno Ar­ gentino. Sr. Ministro: Cor$ la emoción más extraor­ dinaria, me cabe el honor de acep­ tar con humildad y respeto el otorgamiento que 9 Vuecencia en nombre del Excelentísimo Sr. Presidente de la República Argen­ tina, General Juan Perón, me ha­ ce de la Gran Cruz de la Orden de^ San Martíji. Dije humildad, pues en conciencia me creo inmerecedor de honor semejante, que acepto, siin embargo, pensan­ do que pudiera ser en recompensa a mis esfuerzos a lo largo de mi triotas, estando entre los que mu­ cho estimo, el Ministro de Rela­ ciones Exteriores de la República Argentina, el Excelentísimo Sr. Remorino. En otro orden de cosas menos importantes, también puedo inci­ dentalmente decir, que por medio del deporte del Polo, mis herma­ nos aqui presentes y yo, hemos en­ tablado lazos de afinidad con muchos deportistas del gran país A-^entino oue hoy puede decirse vida pública por l’evar a cabo una política de a/cercamiento y formalización de lazos más ínti­ mos tanto políticos, comerciales como culturales, entre las¡ Repúb­ licas Latino-Americanas y mi país. En este anhelo que de su­ yo, no es más que lógico, puesto que está respaldado por una his­ toria, una religión, un idioma, una cultura y hasta una vida familiar semejantes, muy pobre tendría que haber sido mi labor para no llegar al ínfimo éxito que su distinguido Gobierno tie­ ne a bien premiar en esta pa­ ra mí, más solemne ocasión, La vida pública, a la que yo me dediqué durante más de veinte años, está hecha, más de sufri­ mientos que de éxitos —de desen­ gaños que de satisfaciones, pero también en momentos, tiene sus compensaciones en la tranquilidad de la propia conciencia, y en el reconocimiento por los suyos pro­ pios, otros pueblos, y personas de amplio fespíritu internacional de lo que uno pudiera haber he­ cho, por el bien común. Para mi, por lo tanto, este acontecimiento representa uno de esos momentos de satisfación en donde el hombre dedicado a la vida diplomática y asuntóte de Estado, encuentra un relevante consuelo. Y no hay qjue decir, que mi posición actual de soldado raso, lejos de ser ^interrupción, será incentivo a mis inquietudes ori­ entadas hacia vivificar y dar aun más realidad} a las relaciones entre nuestros países. En los largos años de mi vida diplomática, me ha cabido el honor de conocer y convivir con muchos de vuestros distinguidos compaestá a la cabeza en los campos internacinoales. Hoy, aun sigue, después de muchos años, jugán­ dose la Copa Elizalde en uno de los campeonatos de vuestro país, que nosotros, mucho antes de la guerra, donáramos a Polistas Ar­ gentinos, para propulsar eñ esta forma, si se quiere trivial, un vínculo más, entre su país y el nuestro. Repito, por lo tanto, que cuales quiera que hayan sido misi esfuer­ zos en la dirección expuesta, que­ dan ampliamente recompensados con esta generosa acción de su Distinguido Presidente, con la que, no sólo me honra a mí, si­ no también a nuestro Gobierno y a mi familia. Muchas gracias a Vd. Sr. Mi­ nistro, y a su distinguido Presi­ dente, General Juan Perón, al que yo suplicaría le fuera trasmiti­ da mi eterna gratitud, sin per­ juicio de que a su debido tiempo haga yo personalmente. (15)
Date
1954
Rights
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