La Pelicula y la Novela.pdf
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Part of Semana Revista Ilustrada Hispano-Filipina
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- El teatro y la literatura son demasiado ricos en Francia para que el cine no se inspire frecuen temente en sus gloriosos mayorea. En tiempos del cine mjudo la mayor parte de Üas películas eran rodadas según guiones originales. El hablado atrajo hacia la pantadla a los mejores autores dra máticos y Marcel Págnol aseguró incluso que eí’ cine iba a pertenecerles enteramente. Efectiva mente, películas como Marius* Fanny* Jean de la Lune, Knock, Non, Pére avadt raison, sacadas piezas célebres de Pagnol, Maree! Adhard, JuJ.es Romains, Sacha Guitry, parecen darle la razón. Sin emibargo, muy pronto los cineastas franceses comprendierori que las leye$ de la pantala ncuera las de la escena, y cuan do fueron a busdar argumentos en otra paute que no fueran ellos mismos, már< que hacia el teatro se dirigieron hacia la novela. Pero íñ toncos no vacilaron en tornarse todas fias libertades con la obra original. Ocurre frecuentemente que la película se identifica con el li bro; ocurre también que tenemos una obra nueva o que casi nada subsiste dei’ tema primitivo. Quie- *^ ro escoger, entre las películas francesas presentadas en el cur so de estos últimos meces, algu nos ejemplos de ambas de estas concepciones opuestas La elección es fácil. Efectiva mente, el año 1953 ha sido muy favorable (para la producción francesa, que soda o en colabora ción con países como Italia, Es paña, Inglaterra, Méjico, etc..., ha hecho más de ciento once pe lículas, lo que constituye la cifra más elevada lograda desde la guerra. Si añado que treinta han sido en colores, se juzgará que la ayuda que los poderes pú blicos aportan al cine no es ilu soria y que contribuye induda blemente a su desarrollo. No pretendo establecer un jui cio de valor sobre las películas? que tendré ocasión de citar, sino 61o mostrar lo muy estrechan que Son los lazos que unen estos dos artes igualmente florecientes en JPrancia: la literatura y él cine. Citaré primero doi obras inspi radas por novelas que se pueden considerar como clásicas: Los tres mosqueteros se han llevado frecuentemente a la pantalla, pe ro raramente con tanta fidelidad. A consecuencia de la amplitud del relato de Alejandro Dumas, se habían visto obligados algu nas veces a dividir la pe’ícu'a en varios episodio?) o a descuidar eserna''' importantes. Hun?b?-le La Película y la Novela ha empleado un subterfugio há bil, un personaje relata la histo ria y los acontecimientos más no tables se animan en la pantalla. Por el contrario. Thérese Ra~ quin no intenta seguir la novela de Emil io Zola. La-acción na si túa en nuestra época, y no en Pa rís sino en Lyon. ET marido de Teresa no perece ahogado por amante; cae de un tren en nial cha. Finalmente, el desenlace e¡ conducido por una tentativa di chantaje, que en manera algún? se encuentran en la novela. Estí libertad de interpretación hí permitido a dos de los más gran des creadores del' cine francés, s Charles Spaaik y a Marcel Car né, darnos una obra magistral oue ha triunfado en el Festiva: (Pasa a la pág. 43) La película.... (Viene de la pág. 7) tal esde Venecia. Nos referiremos ahora al perio do contemporáneo para señalar la boga de que goza una joven novelista, Louise de Vilmorin» cuyos dos mejores relatos, Afada me de..... y Juñe tía han sido lle vados al cine, el primero por Max Ophúls, el’ segundo por Marc Allégret. Nos ofrecen buen<xi ejemplos de las dos tenden cias que señalo, puesto que Ma dame de,.. no tenía ninguna ne cesidad de ninguna fidelidad a una novela corta bastante breve y que» por esto mismo, era difícil de transponer, mientras que Junegra, (pero donde me maestría de H. G. en el lado opuesto. T<e amipáan la significación de este relato y hacen una obra volunta riamente revela la Clouzot. He aquí b\é en herbe, donde Claude Autant-Lara, Pierre BoSt y Juan Au?enche han querido traducir, la nove.a de Colette. También eilos han inventado ai'gunos de talles que no se encuentran en el lietta nos restituye la novela y como Louine de Vilmorin la criibió y el prqpio—diálogo es (to mado frecuentemente del libro. Le salaire de Ja peur, que se libro, pero en su conjunto se han considera como uno de los éxitos más importantes de fa pantalla francesa en el curso de estos» úl timos años, es un modelo acaba do de esa tendencia dominante que consiste en utilizar una si tuación desestimando los desarro llos concebidos por el novelista. En el’ centro de la película tene mos el (transporte de la nitrogHcerina imaginado por Georges Arnand. Pero un largo prólogo e innumerables episodios anexos negado a alejarse de e ^e, y esa manera de transponer hace Le bté en herbe míenos convincente de lo que se debía haber esperado del talento de los adaptadores. más que de aliguescogidos al azar estas dos tendenNo se trata nos ejemplos para ilustrar cías que yo señalo, y esta demos tración hubiera podido también tomar como pretexto Sang te lumiérea que Georges Rouquier acaba de rodar en España según la noveí1 a que valió ei’ ""PreñSt Goncount a Jorieph Peyré chez pas au grisbi de Jacque Pecker o Jeux ínterdits de Renei Clement, todas eldas obras» que cuentan entre los éxitos reciente del cine francés. Georges CHARENSOÍ* m «•■ «a
- Date
- 1954