La industria española del la perfumeria

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Part of Boletin de la Camara de Comercio

Title
La industria española del la perfumeria
Language
Spanish
Year
1935
Subject
Perfumes industry
Cosmetics industry
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Vol. XXVIII Núm. 379 gaciones del Gobierno y otras de primera clase respondieron vigorosamente al fallo del Tribunal Supremo y a otros fac­ tores decisivos, incluyendo el nuevo aumento de reservas bancarias y el anuncio por parte del Tesoro de que la finanzación corriente del 15 de marzo no significará dinero nuevo, sino que se limitará a reembolso. Los informes de Compañías para el año pasado revelan tendencias diversas. En general, las ganancias de las Com­ pañías manufactureras y comerciales registran un aumento importante, mientras que las de ferrocarriles y servicios pú­ blicos acusan una baja. De las primeras, 840 Compañías ob­ tuvieron un aumento colectivo de ganancias, menos los res­ pectivos déficits, de 471 millones de dólares en 1933 a 673 millones de dólares el año pasado, o sea un aumento de 43 por 100. El valor líquido colectivo de estas Compañías en I de enero de 1934 era de unos 13,491 millones de dólares, y las ganancias se han calculado después de descontar im­ puestos e intereses, pero antes de declarar dividendos. Por otra parte, los ferrocarriles clasificados bajo la denominación de "Primera categoría", que en 1933 perdieron nada menos que 13.801.000 dólares, llegan a una situación aún menos sa­ tisfactoria en 1934, en que el déficit fué de 28.600.000 dó­ lares. Las estadísticas en diciembre último de un grupo de cuarenta Compañías dedicadas a servicios públicos, tales como electricidad, gas, etc., acusaban una baja de 11,3 por 100, en sus ingresos líquidos colectivos del año pasado, ha­ biendo sido la del año anterior de 16,1 por 100. Por otro conducto se informa que el ministro de Agri­ cultura ha hecho unas declaraciones, en las que anuncia que durante la primera mitad de este año el promedio de los precios de alimentos subirá en un II por IG0, debido a! alza de la carne, que se calcula en un 22 por ICO, con posib.lidad de llegar al 35 al finalizar 1935*. Los productos lácteos subi­ rán en un 6 por 100. Ese alza de precios se debe a las dis­ minución de la producción; pero, de todas formas, los pre­ cios quedarán, en general, todavía en el<*£0 por 100 por bajo de los del año 1930. —Un despacho de Roma hace saber que se ha publica­ do una nota aclaratoria al reglamento de importaciones crea­ do el 16 de febrero. Se dice que este sistema provis onal prepara el terreno a un régimen ulterior que tenga por base el intercambio de compensaciones, a cuyo efecto se crea un organismo central. El nuevo decreto declara que Italia em­ pleará varios "learings" y negociará con los países extranje­ ros a base del acuerdo firmado entre Alemania e Italia. La prensa lleva a cabo una campaña contra Inglaterra, cuya embajada en Roma, se dice, trataba de obtener venta­ jas para la exportación del carbón. Es probable que antes que negociar con Inglaterra, Italia trate con Polonia que a cambio de carbón, contratará la construcción de buques. —Entre los medios propuestos por el ¡efe del partido li­ beral inglés, Mr. David Lloyd George para dar nueva impul­ sión a las actividades económicas, están los siguientes: Inversión de 150 millones de libras en electrificación de ferrocarriles y extensión de electricidad barata a las áreas ¡urales. Construcción de casas para dar empleo a los parados y acabar con los barrios bajos. Obras de conducción de aguas para mejorar las con­ diciones higiénicas de las pequeñas ciudades. Más teléfonos. Obras de desagüe, saneamiento de terrenos agrícolas, construcción de casas de campo para los obreros agriculto­ res, preparación científica de los mismos. La prensa liberal comenta con elogio este programa. —El Gobierno francés reitera una vez más su firme pro­ pósito de no abandonar la política de estabilidad del franco, y entiende que sólo lá estabilidad de las monedas en el mun­ do permitirá un resurgimiento normal del intercambio eco­ nómico, pero en espera de que llegue a este feliz resultado es natural que si se acentuase la baja de los cambios extran­ jeros el Gobierno francés se vería obligado a tomar medidas para impedir que esta devaiorización de las monedas extran­ jeras realizase una competencia en el mercado francés, bajo la forma de un verdadero "dumping". Ante tal eventualidad el Gobierno restablecería la taca de compensación que afectaría automáticamente a todos los productos que entiasen en Francia procedentes de los países cuya moneda hubiese sufrido una desvalorízación determina­ da. ----------- oOo----------La mdwtHai española de la perfameria -----------oOo---------La industria de la perfumería es muy antigua: la afición a los olores agradables puede considerarse general, y en to­ dos los pueblos y en todas las épocas se ha procurado satis­ facerla, bien de una manera simple, o poniendo al servicio de tal afición todos los recursos industriales del momento: de las ramas de espliego o rudilla y también manzanas que nuestros bisabuelos colocan en el arcón de la ropa blanca o de los sa­ humerios de plantas aromáticas, que empleaban a los pro­ ductos de la perfumería moderna, obtenidos tras pro'ijos tra­ bajos de laboratorio y por los medios mecánicos más perfec­ cionados, media un abismo. En el antiguo Egipto se empleaba gran cantidad de per­ fumes en diversas ceremonias litúrgicas, y tenían fama los perfumes procedentes de Arabia, Siria y Palestina; ello no es extraño, pues en los tiempos actuales, uno de los rasgos ca­ racterísticos del Oriente sigue siendo el pebetero. También en Grecia tuvieron gran auge los perfumes, y u:ia de las jo­ yas de la literatura universal, La llíada, nos lo demuestra en el pasaje en que se describe el tocado de Juno y los perfu­ mes que ésta aplica a su cuerpo para procurar atraer a Jú­ piter. En Roma también eran altamente apreciados los pro­ ductos orientales de perfumería, y en las ruinas de Fompeya se han podido obtener datos interesantes que prueban esta afirmación. Al inundar las hordas bárbaras el decadente Imperio ro­ mano decayó grandemente todo lo relativa a la perfumería, cuya afición fué renaciendo con las Cruzadas, que pusieron en contacto el Oriente con el mundo europeo de aquella épo­ ca. En España, la industria de la perfumería alcanzó gran importancia en la época de la civilización árabe, que traje­ ron consigo su afición a los perfumes y sus métodos de obten­ ción, pasando desde nuestro país esta industria a Francia e Italia: la industria que consideramos ha encontrado siempre en nuestra patria la facilidad que supone la abundancia de plantas aromáticas que se producen espontáneamente en di­ versas regiones de nuestro suelo, tales como la salvia, romero, espliego, tomillo, etc. En la actualidad, la industria de la perfumería no tiene el carácter exclusivo de industria suntuaria que tuvo en otras épocas, y produce materias de primera necesidad, tal como el jabón, a la vez que procura rebajar el costo de aquellos de sus productos que puedan tener el carácter de lujosos, a fin de hacerlos asequibles al mayor número posible de con14 Vol. XXVIII CAMARA DE COMERCIO ESPAÑOLA DE FILIPINAS Núm. 379 sumidores, extendiendo con ello una superfluidad tan grata, que se va haciendo más necesaria a medida que se eleva el nivel medio de vida; al mismo tiempo ha evolucionado des­ de la forma más modesta y oculta hasta la más adelantada y minuciosa. Hoy dia, la botánica está puesta a su servicio y le indica cuáles son las características de las plantas que conviene aprovechar; la mecánica le proporciona procedi­ mientos cada vez más perfeccionados; la química estudia la composición y mezcla de las materias, redundando todo ello en beneficio de los productos obtenidos, alguno de los cuales apenas si desmerecen de los producidos por la naturaleza. Aparte del producto típico por excelencia, y al que de­ ben su nombre en la industria los perfumes, se obtienen en la actualidad ¡abones de diversas clases, ¡abones medicinales, lociones, diversidad de productos para el cabello, ¡abones de afeitar, aguas de colonia, polvos de tocador, productos para la higiene y limpieza de la dentadura y otros muchos pro­ ductos, que sería imposible enumerar, debiendo hacer cons­ tar, finalmente, el gran empuje dado a la industria de la per­ fumería por las nuevas normas estéticas femeninas, que han creado una demanda de ciertos productos que la industria citada se ha apresurado a lanzar al mercado, con el consi­ guiente incremento de la misma. En España, el núcleo más importante de la industria que consideramos es Madrid, y después, Barcelona, Valencia, Se­ villa, Santander, etc., existiendo además algunas manifesta­ ciones esporádicas en otras provincias. Hace cuestión de treinta años, nuestra patria apenas si poseía industria de la perfumería, cuyos productos venían en su casi totalidad del extranjero, y esto estaba en el ánimo de todos de tal ma­ nera, que los pocos fabricantes que existían disfrazaban sus productos con nombres exóticos para poderlos lanzar al mer­ cado. Hoy día, la situación ha cambiado en absoluto, y los productos españoles no sólo abastecen cumplidamente en ca­ lidad y cantidad el mercado nacional, sino que luchan ven­ tajosamente con los extranjeros y han alcanzado una reputa­ ción muy merecida. La producción total de la industria de la perfumería española puede calcularse, aproximadamente, de 30 a 40 millones de pesetas. Las primeras materias son difíciles de enumerar por la gran variedad de productos obtenidos; podemos citar los sebos y el aceite de oliva, ambos de producción nacional, así como el aceite de orujo para los ¡abones inferiorés; los acei­ tes de coco y de palma, procedentes de Filipinas, Indias Neer­ landesas, posesiones inglesas del Estrecho, Congo be'ga, etc,; también se importa una pequeña cantidad de la Guinea es­ pañola; pero dicha importación carece de importancia, pues la produción es escasa con relación al consumo de España en dichos aceites, que además se consumen en gran escala y con fines alimenticios en la citada colonia. Otra materia prima importante en esta industria es la sosa cáustica, que se obtiene en Torrelavega (Santander), de calidad inmejorable y en cantidades más que suficientes para el consumo nacional. También se emplean grandes cantidades de alcoholes in­ dustriales y vínicos, siendo preferidos los primeros, y en ma­ nera particular, los alcoholes de granos, que ahora no se pro­ ducen a consecuencia de la política de protección a la indus­ tria vinícola nacional. Por último, hemos de citar los aceites esenciales, de los cuales la industria de la perfumería emplea más de 500 va­ riedades en mayor o menor escala; estos aceites se destilan siempre en los mismos lugares de producción, y por ello, los de espliego, tomillo, romero, salvia, etc., son de producción nacional y se emplean en la industria que consideramos, ex­ portándose también en grandes cantidades. Otros aceites se importan del extranjero, tales como el sándalo y el patchulí, que proceden de las Indias orientales; el limón, la bergamota y la naranja, que proceden de Italia, y otros, De Bu'garia se importa esencia pura de rosas, que cuesta de 5 a 6.000 pe­ setas el kilogramo, y de Francia, esencia pura de jazmín natuI ral, cuyo precio por kilogramo es de 8 a 10.000 pesetas. Como primeras materias accesorias podemos considerar el cartón empleado en los envases, que es producto nacional; los frascos de cristal corriente, obtenido en Barcelona; los frascos de formas delicadas, propios para productos de pre­ cio elevado, se importan de FrancU y Checoslovaquia. Como esta información alcanzaría unos límites desmedi­ dos de intentar dar una idea del proceso de fabricación de cada uno de los productos de esta industria, nos limitaremos a hacerlo con respecto al producto de uso más necesario y expendido de la misma, o sea del jabón. Las materias grasas se funden en grandes calderas ca­ lentadas al vapor, y cuya capacidad alcanza a veces a 50.000 kilogramos; cuando los diversos componentes han alcanzado el grado necesario de fusión, la masa líquida se vierte en mol­ des, donde se enfría. Como la pasta de jabón sale de las calderas con un 30 por 1000 de humedad, es necesario desecarla, lo que se efec­ túa en grandes secaderos de aire caliente; posteriormente, y por medio de máquinas modernas, el jabón, que hasta este momento está sin perfumar aún, se ralla y mezcla con la cla­ se esencia requerida según el caso, y los nuevos moldes o barras obtenidos pasan a las máquinas troqueladoras y em­ paquetadoras, que entregan el producto completamente ter­ minado. En las fábricas importantes se obtiene la glicerina, como subproducto de la fabricación del jabón, teniendo tam­ bién sus talleres de estuchería, donde se producen todos los necesarios en la industria, y a veces hasta una imprenta y li­ tografía, donde se fabrica todo el etiquetaje, propectos de propaganda, etc. Es necesario añadir que todas las fabricas cuentan con modernos laboratorios, donde se estudian y prue­ ban sin cesar los nuevos tipos de productos y los últimos per­ feccionamientos de la industria. Como en la industria de la perfumería, si bien algunos de sus productos son de primera necesidad predominan los de carácter suntuario, ha influido en ella la crisis, a pesar de lo cual, la producción viene experimentando desde principios de siglo un aumento progresivo. Las demandas actuales per­ miten mantener todo el año la fabricación, que se intensifica en los meses de estío en que, a consecuencia del calor, au­ menta el consumo de artículos de limpieza y tocador, princi­ palmente ¡abones y colonias. Los productos españoles de perfumería, por su esmera­ da fabricación y presentación impecables, son altamente apre­ ciados en los mercados extranjeros; se exportan en grandes cantidades a Hispanoamérica, Inglaterra, Alemania, Holan­ da, Estados Unidos, etc. El principal mercado es la América de habla española, no sólo por la igualdad de preferencias y gustos, sino porque la propaganda es más eficaz y produc­ tiva. Con objeto de poder salvar los altos derechos arance­ larios, que harían casi imposible la venta de los productos, las fábricas españolas más importantes tienen establecidas su cúrsales fabriles en distintos puntos de Sudamerica, a fin de poder atender debidamente dichos mercados. Los competidores de España en el campo internacional son: Francia, por lo que respecta a productos costosos y de moda, competencia difícil de vencer, por el prestigio tradi­ cional de Francia en estos productos, y Estados Unidos e Inglaterra, en lo referente a productos de menos precio y uso corriente; en jabones, la supremacía de España es absoluta en muchos mercados exteriores. En 1933, nuestra exportación de ¡abones y productos de t perfumería sobrepasó la cifra de tres millones de pesetas oro, a pesar de la crisis mundial, cuyos efectos se dejan sentir pri­ meramente, como es lógico, sobre los artículos de lujo; el es­ tudio del ritmo de la exportación en los diez primeros meses del 1934 hace presumir que en dicho año se acrecentarán las cifras del anterior, en que Argentina, Cuba, Inglaterra, Ho­ landa, Filipinas, Brasil, Estados Unidos y Panamá fueron nues­ tros principales clientes. 15
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English title: "The Spanish perfume industry"