Limaduras

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Part of Estudio

Title
Limaduras
Language
Spanish
Year
1923
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Agosto ESTUDIO 25, 1923. fiii~:;:!)!~:;:::grg::::1í.~::::JC:·Jt~::~~:;:,l!1.&:::::[iij:(:::<!f:-:>i::::):c,1J:i·:;~:1!:~:::,¡;c:~>:'.:!!(.'J!i~I:::<!':1!>:::~J!J~>:'.:1':1f::::~~:!i:::;,:g_:g::::~'.J!::::Jt;;c~:;::~~:::i!!11:~'.:~,;::~'ijp;::m:;~~~~~ ¡ LIMADURAS 1 tf:i;.;::Jt:HJ;::~If.,J.;;.)~)(-;::k~-:::u.._~~:<~tH"1°;;:M-;J!,;;.:!!,:~:::-"::'"s,(:;;,iH~J:;;:~i!:;~¡t(_,~~:~~~:::t~:;::~flJF;::[;('~>:~~.iH::;::!ü:.iJ::c.::'.;:;::~Jf®:::~[it:;::~;::[K.:lfF;:~~-;::~~,~:~~:cl!illl -Si no fuera demasiado tar- trina, los hechos con los princide, d2biéramos rectificar la di- pios, el orden práctico y real con rección il:npr2sa a nuestra• mo- el orden de los conocimientos absdesta campaña de apostolado ca- tractos y puramente especulatitólico. vos. -Nunca es tarde, cuando la -Nuestro procedimiento no dicha es buena. Lo urgente, lo ha sido tan d2ficiente como paimperativo, es llegar a la meta. reces significar. Presupuesta la Las peripecias de la jornada ca- doctrina general, indiscutible recen en absoluto de importan- para todo católico, hemos señacia. Por dolorosas que nos pa- lado los medios más convenienrezcan las rectificaciones, al cabo tes para ennrnarla en la vida de se tornarán en inefables dulzu- nuestros compatriotas. ras, cuando cosechemos los sa- -Hemos olvidado algo muy zonados frutos de la victoria. fundamental. En la vida real, -Desgraciadamente, h(ímos como en la lógica de los conoclpagado tributo a la moda impe- mientos, toda argumentaciórr rante, proponiendo para un pro- exige dos premisas para pode·r blema de honda raigambre, una inferir legítimamente una consesolución manifiestamente super- cuenda. Y nosotros, conscienficial. te o inconscientemente, venimos -La unión de los católicos en prescindiendo de una premisa una actividad común, fecunda, ele que desempeña papel decisivo rendimientos indiscutibles para respecto de la conclusión que inla causa de la civilización cristia- tent?.nnos deducir. Pasamos de na en nuestra patria, será una la doctrina general a la trama solución todo lo superficial que se de la vida sin tener en cuenta quiera, pe-ro creemos que no exis- que las convicciones son las únite otra. Ni los Romanos Ponti- cas propulsoras eficaces de ia fices, ni los grandes pensadores conciencia. Nuestro razonar es del catolicismo, han encontrado esencialmente defectuoso. Desotro ramedio para la dolencia re- cendemos a las conclusiones sin ligiosa que· sufre la humanidad. prefijar los principios. Las fuerzas dei mal, adunadas -Las convicciones se forman en perfecta organización, luchan con el estudio y el conocimiento con encarnizamiento sin igual de 'los problemas. No hermos contra el imperio de las doctrl- tratado de otra cosa hasta el nas evangélicas. A este ejérci- presente. to de aguerridos combatientes, -La convicción, fruto único sólo la unión de todos los buenos del estudio, es insuficiente para puede oponer adecuada resisten- regular eficazmente la conciencia. cia. Debemos procurarnos otras -La unidad en la acción ca- convicciones más complejas que, rece de sentido, cuando no hay sin descuidar el elemento raciounidad de ideal. na!, ilmprescindible en el hombre, -El de todos los católicos fili- arraiguen en el campo del senpinos es absolutamente idéntico. tido cristiano. -Especulativa:mente, en la es- -No conviene dificultar la sofera de los principios abstrae- lución de los problemas, introtos, es posible; en la práctica. em- duciendo, a cada paso, nuevos pero, los hechos. demuestran, con datos que sólo sirven para entorelocuencia aplastante, que vivi- pecer la ma,rcha inicialmente tomos de un egoismo irreductible. mada. -La unidad en las conviccio- -El sentido católico no es un nes, es el principio de la unidacl dato cualquiera que pueda se1· en los hechos. menospreciado sin consecuencias -Las doctrinas que se consi- graves; forma parte de la natuderan como vitales, para mere- raleza intrínseca de la acción cacer, en justicia, el dictado de con- tólica. Nuestro fracaso en el emvicciones, deben salir de la esfe- peño de organizar la acción cara de la especulación y entrar en tólica en Filipinas, depende, prínlos dominios del sentimiento. cipalmente, de que tenemos emSin esta condición carecen de efi- botado el sentido católico. cacia real rn los destinos de la -No es fruta exclusiva de nuvida. No es lo mismo un cono- estra patria. Ya el Concilio Yacimiento especulativo que una ticano dejó consignadas estas convicción. La convicción es el palabras que merecen se las __ a_n_i_ll_o_q_u_e_u_n_e_l_a_v_i_d_a_co_n_l_a_d_o_c-_-'-Preste la debida atención: "Bajo Vol. 11. - 10 - la influencia del raciom.lismo, ha sucedido por desgrn cia que en gran nÚ!mero de hijGs de la Iglesia católica, las verdades han disminuido insensiblemente, y se ha embotado el sentido católico". -Donde quiera que se coseche, es fruta venenosa. El sentido .~atólico es una disposición para discernir, pronta y seguramente, la verdad del error, lo útil de lo nocivo en la vida divina del hombre. Es una especie de gusto sobrenatural que lleva como espontáneamente al alma cristiana hacia el alimento puro y s1ludable de la palab1•a de Dios, en la cual disfruta de inefables dulzuras, sintiendo, al propio tiempo, profunda aversión por las falsas doctrinas y las prácticas reprobables según el criterio católico. Este sentido tiene una importancia soberana en la vida sobrenatural de los pueblos. La carencia o el embot¡\miento de este sentido es mucho más perjudicial en la vida cristiana de los fieles que la misma tibieza para las personas consagradas a la perfección. Esa frialdad e indiferencia que observamos en nuestros compatriotas para toda obra católica; esa tolerancia doctrinal de que nos gloriamos con harta frecuencia, como de una conquista legítima del progreso moderno ; esa coope.ración, indiscreta y suicida, que presbmos continuamente a la enseñanza aconfesional, a la prensa neutra y acatólica y a otra multitud de actividades que laboran con perseverancia por descatolizar a Filipinas, son pruebas palmarias de que tenemos el sentido católico absolutamente incapacitado para percibir lo útil y lo nocivo y establecer, entre estas dos realidades, la conveniente distinción práctica. Mientras no logre\'Ilos despertar entre los católicos de nuestra patria ese sentido divino, las doctrinas más fecundas, las iniciativas más simpáticas, serán recibidas con indiferencia glacial, si es que no se las mira con marcado desvío. -Sería obra de una educación perseverante, dirigida a crear una conciencia sólidamente cristiana en nuestro pueblo. -Y de la gracia de Dios, única capaz de remediar tamaño mal. E. L. FERREIRO Núm. 34.