Recto 'sobre el plinto' de apostol

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Part of Semana Revista Ilustrada Hispano-Filipina

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Recto 'sobre el plinto' de apostol
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5 de Mayo,, 1949 SEMANA~7 Recto "Sobre el Plinto" de Apostol Con dos rasgos de pluma, ha terminado su soberbio "portico" el poeta-critico Recto, a la entrada de "Pentericas", de Apostol: son dos pinceladas graficas, maestras, geniales, como suyas. Helas aqm: "Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza", dice el GE!nesi.s. Estas palabras del libro santo me hablan en su significado literal. primitivo y aut6ctono, cada ve'?. que lea Sobre ·el Plinto. Las manos mismas de Dies debieron plas. mar la arcma de que form6 a este magn!fico eJemplar de la huma~1.!:I. esoecie, coma en el sexto difl fie la ,infancia del mundo. No parecen, en \·erdad, estos versos obra irnmana. No parece sino que cllandu las compuso Ap6stol la mano 'ie Dias gui6 la suya scbre las cuar .. tillas. "Cuando se extingui6 la lumb1·e de este sol de la poesia, porque asi le p!ugo a su Hacedor', senti que nuestro mundo literario rodaOa sin vic;la al abismo, sumi0ndose en los hielos eternos. Y pense con angustia. como ante lo irrepara- ' hlC, que su herencia poetica contim..:ara yacente por tiempo indefinido, pues, _no cabiendo en este orden de cosas la instituci6n de hercderos, al llamamiento a la sucesi6n legitima s61o respoden colaterales mas alla de] sexto grado de consanguinidad. Esta herencia habr&. de revertir, por no poder adirse, a la gran reserva de valores espirituales de nuestra raza, hasta que se presente el que con justos titulos pueda reclamarla. Por ahora, todos los pretendientes. estan situados al margen de la suttsi6n, Y en vano interrogamos a la esfinge por el esccgido entre los Uamados, pues su respuesta queda inhibida, y doquiera, en esta nuesfra reptiblica literaria de transicil6n y confusas improvisal'iones, s61o ven el mismo espectaculo qu~ se ofreci6 a Ios ojos d~ Fabio, ante las ruinas de ltalica: Campos de :wl.edad, m.ustio collado.'' Sobre ·el Plinto, (A MABIN!) Ante el eterno simbolo granitico, consagraci6n de tus civiles palmas, cumbre mental, sublime paralitico, te aclaman hoy nueve millones ae almas. El tiempo, que devora des-piadado nobles recuerdos dignos de la historia, sobTP el rojo horizonte del pasado conserva y magnifica tu memoria. Hoy, como aye1·, la multitud te aclama, te elogia el sabio, te celebra el sistro; y es actual, por imperio de tu Jama, tu investidura de primer mi.nistro. Muri6 el Estado efimero que urdiste, sin otro alguno, ni anterior ni analogo i mas tu gobie1·no espiritual subsiste, est<i en vigor tu original Decalogo. Cuantos admiran tu genial vestigio grabado en el solar de tu linaje, vincillan a tu limpido prestigio (Jlarzo, 1915.-Al ina11g11rc1rse ('t/ Batangas el monumtn'fo o Mabini.) Juatmn f:i /c;wcem propositi virum.. HORACIO.· la sanci6n de un perpetuo caudillaje. Madura en hechos la rebelde idea, mittilo el cet1·0 de la noble Espana,. la 1·eeonquista levant6 su tea . pam. alumbrar tu constructiva hazaiia; La pa tria de las ansias juveniles· cstaba 'alli, de sus destinos due1ia., alzada -~ob1·e un bosQUe de fusiles bajo el ampal"O de una libre enseiia. La que. soiiaste, acaso, en un monologo bajo w1 frondaie de rotundas mangas, labrando arquitectw·as de ide6logo en la quietud de tu natal Batangas. Patria inmortal de la actua.ci6n 'primera, que en .•angre martfr empap6 tu suelo, y en los pliegues cuaj6 de una bandera. la afi1'maci6n de su vital anhelo. Patria naciente, tras /abo1· titanica como aquellas de Bismark y Mazzini, _ jaltaba un hombre que la hiciese organica, ;y ese hombre fuiste, colosal Mabinif. · 8-SEMANA lgnota corre el agua subte1Tanea hasta que, gracias al humano ingenio, bajo el subsuelo surge subitdnea; asi, glorioso, apareci6 tu genio. Y fue cuando otra vez tembl6 la tie1Ta al paso audaz del triunfador Emilio, cuando la mano que rigi6 la guerm te levant6 al poder desde tu exilio. Todo el nuevo fervor del patriotismo que exaltaba un JiSpfritu halagiieno, ta intuici6n, la acuidad, el dinamismo mental pusiste en tu grandioso empeno. Y tu obra demostr6 que, si fecundo fue tu pueblo en he1·oismos de batalla., tambien podia p1·esentar al mundo un esta.dista de tu enorme talla. La flor ilustre que cuid6 tu mano t1'onch6la el soplo de enemigo cierzo; mas la medida de/ valo1· humano no el exito la da, sino el esfuerzo. No queda del aye1· para el fenicio mas que la huella del sangriento agravio, y para el pueblo el noble sacrificio y tus laureles de patriota y sabio. Sera execrado el triunfo de la fuerza en nuestra actualidad de cautiverio, mientras la ley de la justicia ejerza en la conciencia universal su impe1·io. Mas no muri6 la causa independiente. Falt6la el brazo, pero tiene asilo en las almas, y flota en el presente como la cesta biblica del Nilo. • No es fdcil, no, que el ideal sucumba bajo la acci6n del tiempo o la violencia, pues, como el trigo de la egipcia tumba, en si contiene secular potencia. Y ha de surgir en el futuro ignoto, llevado a plenitud po·r el destino, como la flo1· del legendario loto, como el cofre del Padre Florentinv. Porque supo de triunfos y derrotas, porque tuvo su cruz y su calvario, la sangre le ofrecieron los patriotas y tu el cerebro, joh gran Apolinario! Era de hierro y de cristal tu mente; grandes ideas model6 su fragua; tuvo el vuelo del dguila potente y la profunda claridad del agua. La vida concentr6 sus energias en tu cerebro luminoso y triste. Ninguna falta de los pies tenias para Los altos vuelos que emprendiste. Fuiste toda una mente geometrica, formula abstracta, puro pensamiento, 5 de Mayo, 19W que nos hablaba en nuestra noche tetrica con una voz de sibilino acento. A la tienda · ueg6 del adversario, razonador, sin altivez ni reto. Si no cambi6 su juicio refractario, mucho fue que gana1·a su respeto. Busc6 el retiro de rural sosiego y prosigui6 su ruta sin desmayo. Para trazar su ri/,brica de fuego, tras densa nube se recoge el rayo. Sobre el rojo fulgor del extermfoiv, sobre el mortal estruendo de las balas, en el azur, B'lt natural dominio, serenamente despleg6 las alas. Alli alumbr6 la senda tenebrosa en su funci6n de numen y atalaya; alli engendr6 la concepci6n grandiosa de una fecunda comuni6n malaya. Tu inteligencia en 8'lt carnal encierr<l, era un poder supremo y absorbente. tQue Jue tu misma voluntad de hierro sino una Juerza que Jorj6 tu mente? Y este Jue el timbre, el sello mas glorioso que senal6 tu esplendida carrera; 1·imaste el pensamiento vigoroso con la· indomab!e voluntad austera. · Aqui estds ya en lo eterno de la piedra, genio vindicador de nuestra raza. A tu columna, con amor de hiedra, nuestra jerviente admiraci6n se abraza. Gentes futuras cantardn tu f!Ombre, y al contemplar tu busto en el espacio dirdn:-"Fue un alto pensador, un hombre .iusto y tenaz como el var6n de Horacio". Patria, que ves, gozosa, e.n tu ·sorpresa, /os saltos de gigante de tu raza, y vives entre un iris de promesa y un nubarr6n lejano de amenaza; Patria fecunda en heroes y licurgos, nadie habr<i que tus meritos no estime; pues siendo madre de Rizal y Burgos, pariste un paralitico sublime. Mabini fue un excelso paradigma. En sus virtudes tu virtud renueva. Asi saldrds, gallarda y sin estigma, de los rojos crisoles de la prueba. Y aunque contemples en casual desfile el torpe halago y la esperanza trunca, sab1·ds sentir, c1iando tu fe vacile, toda la Juerza del vocablo "nunca". Pero, si indigna de tus dioses la·re1t perpetuamente has de vivir cautiva, fuera mejor que tus contiguos mares en un abrazo te sepulten viva. -CECILIO APOSTOL.
Date
1949
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