La conciencia

Media

Part of Estudio

Title
La conciencia
Language
Spanish
Source
Volume IV (Issue Num. 84) Agosto 9, 1924
Year
1924
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Ago~to ESTUDIO 9, 1924 ~~~-t;.~t;..~~t;.~~;.-'h#h~~~~~~~";~h~~~~~~t,J,,~-~~~~ <"~~1S~@ La Conciencia ~~ 1 ~> ~ ~~~~~~~~~~~~~~~f .. ~~~~~~~:¡.~~~ ADIE se imagine que venga a darle piadosamente la lata, con una dü;ertación religiosa, sobre la necesidad, mas que imperiosa, que todos tenemos de estar bien arreglados con Dios, Nuestro seüor, lo que en buenos términos se dice tener "limpia y recta conciencia". No sería ello nada que cayera fuera de los lindes de Estudio, que, si es científico. y literario, y luchador, "aporreador de "malandrines", tambiEn es cristiano y como tal quiere que todos sus leyentes tengan lo mas limpia posible Ja "conciencia", para cuando hayan de presentarse ante el tribunal de Dios, al Cu'.d jamás pudo nadie engañar, llámese como se llame, y ocupe el puesto que quiera. Ni menos crea nadie, que vayamos a disertar sobre esa otra conciencia de que larga y tendidamrnte lnblan los moralistas y que definen diciendo que es "un acto del entendimiento práctico, que dieta a la voluntad lo que ha de hacer y lo que ha de omitir". Santo y bueno fuera ello. pues no en balde debemos todos esforzarnos en tener "buena conciencia''. Pero, ni siquiera de esa conciencia nos vamos a ocupar. Eshmos estudiando las facultades intelectivas del hombre; sus medios de cono~er intelectualmtnte. Y a ese tema hemos de circunscribirnos. Es una de las mas intrincadas y dificiles cuestiones de filosofía. En €1 arduo v duro camino que el estudioso ha de recorrer hasta llegar al escudriñamiento de lo más íntimo del hombre, no hay recoveco que tantas torturas cueste pasar como este de la concien':'.ia. No faltan quienes, impotentes para darse cuenta de ideas tan sutiles y ocultas, tiran por el camino del medio y desdeñan lo que ellos en su nesciencia olímpica llaman "metafísicas", y que nada o muy poco tienen de tal. Es un modo de salir del paso. Para otros, sobre todo ·para los .modernos psicólogos experimentalistas y para los médicos psiquiatras, la conciencia es algo así como "el sésamo", que abre a todo el mundo las puertas ele la psicología y de las enfermedades mentales. Esa concien':'.ia de que con tanta profusión nos hablan, 11i es conciencia, sino memoria, o sensación ni tiene nada que ver con la verdadera noción de conciencia. Han miserablemente identificado la reminiscencia con la conciencia, y se mueven en un munclo ele tinieblas y de dudas, del que no tienen posibilidad, ni medio de salir. Como si la confusión causada por tal equivocación fuera poca, vienen a ;rnmentarh con las teorías del subconsciente y del inconsciente, nalabras que significan todo y nada 8ignifican. Pero de esto tiempo tendremos de hablar. En el sentido filosófico v racional. la concienr>ia no es mas. "Q.UE LA FACULTAD DEL ENTENDIMIENTO HUMANO DE REFLEJARSE SOBRE SUS ACTOS". Más adelante explicareVol. IV -6 mos la definición. Por ahora, y como material de este artículo, pe1 mítasenos dar una ligera noción de las diversas acepciones de la palabra conciencia. Dicen los teólogos que de la no recta inteligencia y del mal uso de las palabras suelen nacer, o pueden, al menos, nacer, las mayores y mas monstruosas herejías. En el campo de la moderna filosofía, cuyas corrientes son. marcadamente psicológicas, partiendo del subjetivismo neokanciano y del materialismo de Spencer se ha llegado, mediante la confusión del vocablo "conciencia" a producir un verdadero caos en el orden ideológico. Fara entender los libros que de psicología se publican hoy, fuera de la escolástica, se necesit.1 una verdadera clave, donde se de a conocer el verdadero sentido de las palabras. Locuciones que antes reservábamos para el orden intelectual y superior, hoy son ya moneda corriente en el orden material y de conocimiento sensitivo; unas palabras se toman por otras y se las amplia irracionalmente en su significado. ¡Así nos luce el pelo! Para que a nosotros no nos suceda lo mismo, daremos a la ligera y sin los extravagantes alardes de "metafisicismo", que algunos suponen formar parte esencial de cuanto no es tratar de "clavos" y "maderos", una noción somera, pero lo mas clarih posible, de las diveri:ms acepciones de la palabra "conciencia". Mas no lo haremos sin dar antes a nuestros lectores alguna idea de determinadas expresiones muy comunes y hasta vulgares en la hermosa y rica lengua de Castilla, que nos servirán para ir rastreando el verdadero y filosófico significado de la palabra conciencia. Aunque ello signifique el alargamiento de este nuestro estudio, como la vida de su homónimo ha de ser muy larga, tiemno tendremos para dar fin. Esperamos que contribuirá todo a la distracción santa y honesta de los lectores, que poco avezados a las arideces de la "metafísica", se aburrirían soberanamente, si de cuando en cuando, no encontrasen un oasis en su camino. Decimos que una cosa esta hecha "a concien- · cin", cuando está bien hecha, sin engaños, ni rebuscamientos. ni afeites, que traten de aparentar y dar a lo hecho lo que en realidad no tiene. Cuando hemos obrado mal nos acusa la "propia conciencia" y el gusano roedor de la misma nos atormenta por nuestras malas acciones. Cuando obramos aquello que nuestra razón nos dicta, hemos obrado segun "conciencia". Hay hombres "anchos de conciencia", como .. los hav que no tienen conciencia y otros que la tienen sob1:adamente estrecha, oara que los atormente siempre la duda y el miedo. Nos dicta la conciencia que no la carguemos con pecados y transgresiones, y cuando hemos de decidirnos a realizar algo debemos antes que nada consultar nuestra propia conciencia, reconcentrándonos, para conocer mejor la bondad o malicia de aquello que vamos a llevar a cabo. · · En la conciencia de todos está, cuando una Núm. 84 Agosto ESTUDIO 9, 1924 acc1on es buena o mala, cuando la actuación de una autoridad es digna de reprobación o aplauso. El pecado mancha la conciencia; y quien obrare la injusticia y la iniquidad decimos que es un hombre sin conciencia. "Si en conciencia me lo pones, ganado lo tengo", dice el refran dando a entender que despreciamos las reconvenciones en que se nos hace escrúpulo en cosas en que a nuestro parecer tenemos razón en contrario. Hablamos de conciencia pública, que acusa o defiende, condena o perdona. Y tambien decimos que en conciencia no puede hacerse lo que la ley no permite. El menos avispado advierte que en casi todas esas acepciones se trata, mas que de la conciencia psicológica de la moral, de que nosotros hicimos mención en los comienzos de este artículo. Además de la conciencia psicológica y de la moral existe otra conciencia oue se llama la "conciencia patológica y fisiológica", que es en la que se detienen en sus estudios los psiquiatras y psicólogos experimentalistas, quienes enredándose en los hilos de la materia, no pueden elevarse sobre los fenómenos puramente animales y se dan por muy satisfechos con haber hecho "del hombre un anim11l" ¡Valiente honra! Esa conciencia patológico-fisiológica la distinguen en dos: u.na que se llama conciencia natu1 o! y otra que denominan conciencia de educnción. Y tenga el lector un poquito de paciencia si no entramos, por hoy, en mas detalles. La conciencia psicológica en el sentido cristiano y racional tiene dos acepciones, o por mejor decir dos manifestaciones: conciencia en el entendimiento y conciencia en el sentido, bien interno, bien exte1110. Hay conciencia de los actos libres y de la libertad. No terminaremos este ensayo de clasificación sin antes dar, un poco mas claramente, aquella misma definición que ya en los comienzos hemos dado. Entendemos l10r conciencia. "LA PROPIEDAD DEL ESPIRITU HUMANO DE RECONOCERSE O REFLEJARSE SOBRE SI MISMO Y .-30BRE TODOS SUS ATRIBUTOS ESENCIALES Y EN TODAS LAS MODIFICACIONES QUE EN SI MISMO EXPERIMENTA". Hemos entrado de lleno en la psicología experimental. No era esa nuestra intención, al dar comienzo a estos artículos; pero, pues, que la lóg·ica del pensamiento nos trajo aquí, no habremos de rehusar el dar cima 1. nuestro trabajo. JULIAN. ~~-----·---·-·--·-·-·-·-·---·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·--·~------------~----------···----------------------------r.1 1 1 1 ·c/J ,,1a 'A - l nunc1arse en Estudio 1 1 . l @>----------------------------------~ ------·-------------------------------------------@ Vol. IV -7- Núm. 84