Los Legionarios sin careta

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Title
Los Legionarios sin careta
Language
Spanish
Year
1923
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
2{~vistu Sentu1h1l }<,'11iucd u0 .'<cu11d clwrn matter at the Pust-Office at MANJLA. DIRECTOR :-Alejandro de Aboitiz TEL. 5l2 ADMINISTRADOR: Claudio· R. de Luzuriaga P. O. BOX 1659 Vol. l. Manila, 26 de mayo de 1923 Núm. 21 Los Legionarios sin Careta Lo estábamos viendo venir. Por sorprendente. que fuere la astucia del propagandista del error, suele tardar muy poco en arrojar la careta y dejar al descubierto su genuina fisonomía, sobre todo cuando se hubiere propuesto podar algún princip~o dogmático del Catolicismo y escalar a traición los muros ele la Iglesia, en cuyas albarranas hay apostados torreros muy despiertos, para dar la voz de alerta t::n pronto como divisaren en lontananza 1a silueta del sitiador. El Illmo. Sr. Obispo de Cebú, Mons. Juan Gorordo, ha sido esta vez el primero en dar el grito de alarma contra esa sociedad de "Legionarios del Trabajo", la cual, so capa de beneficencia y socorro mutuo, empollaba tendencias marcadamente hostiles a las enseñanzas Católicas y, mientra::; prometía absoluta libertad religiosa a los catecúmenos, táctica tomada de su maclr2 la Masonería, obligábales después ele iniciados a renunciar a ciertas prácticas de nuesti·a religión. Cuando el vigilante atalayero cebuano se propuso detener el avance del nuevo ejército, a cuyas filas acudían muchos incautos al cebo ele la prometida ayuda y asistencia, lanzó contra él el anatema ele la excomunión, y al punto escuchamos los rugidos de Ja fiera, como protesta de la supuesta injusticia, yá que dicha asociación obrera, según sus cabecillas, perseguía únicamente fines filantrópicos y en lo ,atañente a las creencias de los afiliados había proclamado la más completa independencia individual. Pero, Mons. Gorordo no había procedido a humo de pajas y muy luégo le dieron los mismos portavoces de los "Legionarios" la razón de su enérgico proceder. Han celebrado en Cebú grandes festejos, entre los cuales figuraba una parada magna el día 6 ele mayo, compuesta en su mayoría de LOGIAS, y antes de disolverse en la Plaza Independencia, hicieron algunos altos dignatarios del gremio uso de la palabra y, como no podía menos de ::;uc2der, por el pico murió el pez, A atenernos a las declaraciones de uno de los oradores, Felipe José, "se ha fundado la sociedad de los Legionarios del Trabajo para arrancar de raíz el fanatismo, que consiste en CONFESARSE, CO,MULGAR, OIR MISA y besar la mano de los Sacerdotes .Y el anillo pastoral ele los Obispos". Otro parlante, F. Amor, encauzó toda su perorata a combatir el CULTO DE LOS SANTOS. Y cuando le tocó el turno a Domingo Ponce, Jefe Supremo de los Legionarios, .se limitó a decir que, habiendo los Mayo ESTUDIO 26, 1923 discursantes expuesto con toda claridad los FINES de la hermandad, nada más quería añadir. Vean ahora ciertos espíritus amerengados, propensos a escandalizarse de cualquier medida enérgica, por la única razón ele no antojárseles tan eficaz como :un régimen de miel y turrón, si le asistían sobrados motivos al Illmo. Sr. Obispo de Cebú para condenar esa cofradía ele operarios, fundada con el propósito de DESTRUIR EL CATOLICISMO, al escoger para blanco de sus esfuerzos la abolición de DOS SACRAMENTOS que constituyen la vitalidad de la Iglesia Católica, la cual impone a los fieles la obligación ele recibirlos cada año siquiera una vez. Si, pues, los "Legionarios del Trabajo" han emprendido la ruina del Catolicismo, muy justo es haber de defendernos contra esa naciente compañía de perseguidores y acertadísima se nos antoja la determinación tomada por el Prelado cebuano de arrojarlos del templo, como Cristo lanzara a los mercaderes, para evitar el contagio de las almas sencillas, impedir la libre convivencia de los vendedores del Maestro con los discípulos leales y cercenar, a poco de haber nacido, los brotes doctrinales que pudieran sembrar la herejía a la vera misma del altar. Y para conocimiento de los Católicos ponemos a continuación las consecuencias d~ la Excomunión : 1) No pueden asistir ,a los divinos oficios; 2) No pueden acercarse a los Sacramentos; 3) No participan de los sufragios de la Iglesia; 4) Quedan privados de sepultura eclesiástica. Penas .que no en todos los casos tienen el mismo grado de extensión e intensidad, mas, como toda ley humana, están sujetas a atenuantes, por lo cual debe cada uno consultar, en el supuesto de duda, a cualquier Ministro de nuestra religión, para ahorrarse zozobras de conciencia por tomar las cosas del revés. Ningún Católic_o puede, de consiguiente pertenecer al grem10 de "Legionarios del Trabajo de Filipinas" en aquella Diócesis cuyo Prelado lanzare el anatema de la Excomunión (hasta ahora sólo sabemos de la CAVANNA, ABOITIZ & AGAN ABOGADOS Roxa.s Bldg. No. 212 Tel. 572 de Cebú y, según se nos ha anunciado oficiosamente, se promulgará en breve en la de Manila), sin qm~dar al mismo tiempo expulsado ele las filas Católicas y sujeto a las secuelas procedentes de semejante cercenamiento, tomando yá en sus relaciones con la Iglesia la misma postura del masón. Es derecho privativo de toda sociedad bien ordenada establecer leyes ele admisión y castigar determinados delitos con la pena de expulsión, y nadie habrá de darse por ofendido cuando se le condenare a esta suerte d_e desquite por tales o cuales infracciones del Códig8, porque no es sino el resultado del dilema donde descansa la pureza de doctrina, conservada intacta desde los tiempos apostólicos, y la estabilidad sorprendente de este edificio diecinueve veces secular : o respetar las enseñanzas de la legítima autoridad, o someterse a la consiguiente punición. Y no nos salga el organillo anti-clerical con haber remedies peores que la misma enfermedad, pues cada cual sabe dónde le aprieta el zapato y a él se le alcanza muy poco de las cosas de nuestra casa, según viene demostrando desde su aparición. Ni se ilusione con amedrentar a las Autoridades Eclesiásticas al recordarles que podrán decidirse los excomulgados a pasar a las filas aglipayanas, pues cuando se cuenta con una historia accidentada de casi veinte centurias, en todas las cuales han brotado herejías y fueron sus autores y secuaces condenados, se está yá muy curado de sustos y se conocen por menudo las posibles trayectorias ele los tránsfugas de la congregación. La Iglesia Católica llora el extravío de sus hijos, mas atenta en todo momento al bien de la comunidad, ge ve en la dolorosa precisión de amputar algunos miembros después de haber agotado los recursos d~ la dulzura y de una condescendencia matern_al. Cuando la gangrena adquiere proporc10nes alarmantes y no ofrece la f armacopea medicinas para contener los avances 1 del mal, no le -resta al doctor otro sistema curativo sino el de la lanceta y el bisturí. PAULINO. '· CASA CA TóLICA Exce.lentes y bien ventiladas habitaciones. 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