Editoriales

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Part of Semana

Title
Editoriales
Language
Spanish
Source
Semana Volume IV (Issue No. 90) Septiembre 7, 1950
Year
1950
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
EDITORIALES FILIPINOS A COREA “JERINAC”, NO MAS COÑAC ------oooOooo------ ------oooOooo-----Ante un público numerosísimo, que venía a representar ,1 pueblo filipino, con solemnidad extraordinaria, subraya­ la por la honda emoción que a todos conmovía, se llevó a abo el sábado la ceremonia de la entrega de las banderas >1 10.’ batallón del Ejército nacional filipino, que ha sido acogido para formar parte de las fuerzas armadas de 4as daciones Unidas que están luchando en el territorio de Coea contra la agresión comunista. El Presidente de la República dirigió a los valientes sol­ lados palabras llenas de patriotismo, que no eran más que d eco de los sentimientos que rebosaban de los corazones de os oficiales y soldados del batallón; sentimientos de lealtad il honor nacional y He resuelto sacrificio por el ideal de la lemocracia. Una vez más, en menos de casi una década, el soldado ’ilipino va a combatir por el triunfo de los más sustanciales Principios de la democracia, nuevamente puestos en riesgo, r esta vez por aquellos que arteramente decían, en la pasada ¡entienda, luchar por el mismo ideal por el que derramaban ¡u sangre los soldados de los llamados pueblos occidentales. jos hombres del Décimo Batallón irán a Corea, a ponerse a as órdenes otra vez del heroico general MacArthur, comanlante en jefe de las fuerzas de las Naciones Unidas, y luchaán con el mismo coraje que manifestaron los héroes de Ba;aan y de Corregidor. Se exponen a un sacrificio doblemente íeroico porque van a pelear no en el propio territorio, hollaio por un invasor, sino en tierra extraña, en cumplimiento ié una palabra sagrada, dada por quienes legítimamente re­ presentaban a la nación filipina, que quiere demostra^ que es niembro digno de la Organización de Naciones Unidas, y •abe, por eso, cumplir sus compromisos nacionales. Pero ambién van los expedicionarios filipinos a Corea para evi:ar un peligro posible para la integridad del territorio de a República de Filipinas, que pudiera quedar eventualmente En adelante el coñac se conocerá con el nombre de JERINAC. Este es el vocablo sustituto que un jurado ha esco­ gido entre las 30,000 palabras que se sometieron a su con­ sideración. Los autores del nuevo término recibieron cómo premio diez mil pesetas (españolas), que era la cantidad ofrecida para quién acertara a proponer la voz más apropia­ da para sustituir al conocidísimo coñac. Se decidió buscarle a dicho vocablo un sustituto al ob­ jeto de evitar la extrañeza que pudiera producir en los paí­ ses extranjeros la letra “ñ” que, como se sabe, es exclusiva del alfabeto español. El secretario perpetuo de lá Academia de la Lengua, don Julio Casares, el académico don José María Peimán y los miembros del Consejo organizador del concurso integra­ ron el triburial del certamen. Propusieron el nombre premiado Miguel^ Ibañéz Reque­ na, de Melilla; Dionisia González Díaz, de Madrid; José Va­ lle Molina, de Melilla; Juan López dé Meneses, de Jerez; Angel Palomino Jiménez, de Larache y Enrique García Gar­ cía, de Madrid, quienes se repartirán las diez mil pesetas. expuesto a una invasión comunista si las Naciones Unidas no lograran hacer cumplir su decisión en la República de Corea, víctima de la agresión comunista Como leales al ideal del Cristianismo, que es decir leales al ideal de la verdadera democracia, y por sentimientos de fraternidad con los filipinos, nos sumamos cordialmente al pueblo de las Islas en sus fervientes votos por que los he­ roicos soldados del Décimo Batallón cumplan gloriosamente su arriesgada misión, en el más breve plazo posible, y pue­ dan de ese modo reintegrarse sanos, y salvos y triunfadores al seno de la patria, por cuyo honor y salvación van a luchar. [4J