El presidente arenga a los expedicionarios de Core

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Title
El presidente arenga a los expedicionarios de Core
Language
Spanish
Source
Semana Volume IV (Issue No. 90) Septiembre 7, 1950
Year
1950
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
1 El paso de los colores. La decima unidad de comoaie jilipina, que marcha a Corea para luchar por la democracia bajo la ense­ ña de las Naciones Uñidas, en un momento impresionante de la despedida. (Foto Manila Times). El presidente arenga a los expedicionarios de Core He aquí el discurso que el Presidente de Filipinas, Hon. Elpidio Quirino, dirigió a los oficiales y soldados que mar­ chan a la guerra de Corea: Pronto embarcaréis para el frente de batalla de Corea. Me han asegurado nuestros peritos y consejeros que sois lo más escogido de las Fuer­ zas Armadas de Filipinas. A las fuerzas de las Nacio­ nes Unidas que allí combaten, y a cuyo lado habréis de lu­ char, llevaréis la prueba de nuestro gobierno, de vuestra patria de que su promesa >s su misma garantía. A vuestros camaradas de allí prestaréis inclusive una mayor valentía con la prueba de que os mantendréis junto a ellos en su lucha heroica contra esa brutal oleada de agresión comunista — oleada que deliberadamente trata de inundar todo el mundo, y hun­ dir en todas partes la libertad de todos los hombres buenos. Vuestra misión es heroica. Es también histórica. Comen­ zamos hoy a escribir una pá­ gina maravillosa de nuestra historia. Muchos de vosotros luchasteis en nuestra propia tierra a fin de asegurar nues­ tra libertad—ahora os vais a un territorio extraño para combatir por la conservación de esa libertad. Años antes el suelo de esta tierra más allá de nuestras propias fronteras fue enrique­ cido con la sangre de vuestros hermanos que cayeron en la guerra eterna por la libertad. Todos los mares han abra­ zado los cuerpos de vuestros hermanos caídos en esa n nía guerra. Donde quiera que cayó guerrero filipino, allí 1 una porción de Filipinas. I liaréis esos lugares en la m ma Corea, cuyas institucioi libres hemos ayudado a es blecer.. Pefo vosotros que march ahora sci'éis los primeros llevar fuera vuestra pro] bandera, la enseña de vuesí propia nación soberana, en guerra por la libertad. (Pasa a la pág. 38) [85] EX PRESIDENTE... (Viene de lá pág. 35) Conjuntamente con los ejér­ citos heroicos de nuestros alia­ dos} marcharéis bajo la bande­ ra de las Ñáciones Unidas. Así, vuestra batalla no será solamente por la seguridad de vuestro propio pueblo, de vuestras propias familias, si­ no por la de todos los hombres libres, de todas las partes de la tierra, que anhelan la paz— pero que saben que sin liber­ tad no puede haber paz. Mantendréis en alto vuestra bandera, y la bandera de las Naciones Unidas, con toda esa lealtad, ese coraje, ese honor que caracterizan al filipino. De esto estoy seguro. Esto lo sé—y vuestro pue­ blo lo sabe—porque sabemos la fuente de. vuestro valor al afrontar la suprema prueba. Esta fuente no es solamente la disciplina en la que habéis sido preparados, y que, volun­ tariamente, como ciudadanos libres de un país libre habéis asumido; no como reclutas forzosos arrastrados a la lu­ cha. Vuestro valor nace de algo más vital, más permanente— debiera decir eterno. Nace de vuestra fe individual en las tradiciones heroicas de vues­ tro propio pueblo, en su devo­ ción a la libertad y las insti­ tuciones libres. Brota de esa fe, trasmitida a vosotros por generaciones de vuestros antepasados cristia­ nos y amantes de la libertad —esa fe en la justicia y la rec­ titud de vuestra causa, sin la cual la vida, para vosotros, pa­ ra vuestras madres, vuestros padres; para vuestras esposas y vuestros hijos; para todos los que amáis—no tendría significado. En los campos de batalla a donde vais, esa fe se anima­ rá y fortalecerá. En esos campos' de batalla, vuestro va­ lor demostrará vuestra fe— y hará más todavía! Vuestro valor dará ánimo y fortaleza a quienes se han de quedar a cuidar de vues­ tros hogares. Vuestro valor alentará a los débiles, sostendrá a los fuer­ tes, y derribará a los apaci­ guadores, a los derrotistas— esos pocos de entre nosotros que os dicen que el enemigo es muy fuerte. Lo que habréis de hacer en Corea—y vuestros compatrio­ tas y yo sabemos que lo HA­ REIS—demostrará al mundo entero que esta República, nuestra Filipinas, todos nos­ otros que somos parte de ella, tenemos la voluntad y el po­ der de sobrevivir —de hacer que nuestras propias vidas sean como deseamos y mante­ nerlas así. Lo que haréis en Corea será parte de la inversión especial de nuestra patria, de coopera­ ción mundial por la paz y la libertad. Porque si el escenario don­ de la cuestión entre la demo­ cracia y el totalitarismo—en­ tre nuestra libertad y nuestra esclavitud—, se extendiere trágicamente; si esta exten­ sión alcanzase las tablas en­ rojecidas de país—entonces lo que haréis en Corea mostrará al mundo cuán gran papel puede desem­ peñar nuestra Filipinas en tal escenario. Cuanto mayor fue­ re nuestro sacrificio, tanto mayor respeto habremos de merecer; tanto mayor nuestía participación en la gloria de la realización. Vuestro valor, vuestras ha* zafias, probarán que las nació, nes libres, al verse frente a un peligro común de perder su libertad y su civilización, tienen voluntad y fuerza pa­ ra juntarse y deshacer para siempre ese peligro. Pero ayer, como en muchas ocasio­ nes pasadas en nuestra tierra amada, nuestros hermanos y hermanas de Tárlac, Laguna y otras partes fueron extermi­ nados, violados y’saquedados por los seguidores de nuestro común enemigo—tenéis que nuestro propio serenamente El ex presidente Sergio Osmeña en su 72.o cumpleaños Por FRANCISCO C. PAL1S0C Cuando la Historia juzgue al ex presidente Osmeña, que cumplirá pasado mañana 72 años, el ejémplo más alto de su carácter que podrá presentarse como un ejemplo a las futuras genera­ ciones de ciudadanos filipinos, será el espíritu de inquebran­ table disciplina y lealtad al pueblo que había depositado vengar esta estremecedora brutalidad! No nos toca a nosotros los que nos hemos de quedar el instaros a ser valientes, a ser caballerosos, a ser fuertes. Más bien os toca a vosotros enseñarnos cómo imitaros en la valentía, en la caballerosi­ dad, en la fortaleza con que os marcháis. Os lleváis nuestra fe, os lle­ váis nuestros corazones. Estaremos junto a vuestra en él su confianza para tinuar la obra constructiv nuestra nacionalidad baja auspicios de la paz, y lleva nave del Estado filipino mares tranquilos con un zonte a la vista libre de rin dades internas. La democracia, en su ese# no es más que la expresión una elevada ciudadanía, el madre, vuestro padre, yu| esposa, vuestros hijos esp£ do vuestro regreso. En tiempos antiguos, muy guos a los guerreros se cía que volvieran en sus dos. A vosotros os digo ved con esta bandera, la ña de vuestra nación S0 na, alzándola muy alta? vuestras manos! Que Dios os bendiga devuelva salvos a vuestr gar. (88] ito a la voluntad popular, el rnimio de si mismo, e1 saber mpenetrarse con lo más ínmo de este principio, a saber: ic la democracia no vincula t poder de uv. modo permamtc en ningún caudillo; que da época tiene sus hombres le la dirigen, que saben in~ rpretar las necesidades de s masas y sus nuevas ansias, dar impulso a los mismos éales. Otros pueblos fracasaron a metad del camino porque is caudillos nunca llegaron a mer el juicio futuro de la hisria, y se debilitaron en su /rácter desconociendo el va~ r moral de la abnegación y ? la disciplina en la democra_ a. Así, nacieron repúblicas ce murieron luego en manos ? sus propios ciudadanos porce estaban asentadas sobre ises deleznables de un grupo ismandado que jamás supo ostrar acatamiento y respea la voluntad de la mayoría, í dar apoyo al Jefe elegido >r el pueblo. Si todo el estadismo del ex Residente Osmeña no consis­ tirá más que en esta virtud > su carácter, y se olvidase labor patriótica y fecunda ; su pasado caudillaje, ello lo sería bastante para merer la gratitud de su pueblo, desearle todo género de féliiades. OjcPá, que viva muchos años La contribución de la colonia española al “Bal Masque f cele­ brado en el Hotel Manila, como una de las actividades de la cam­ paña de este año de la Sociedad Antituberculosa de Filipinas. El grupo de maños y mañas que bailó varias jotas regionales de Es­ paña con la rondalla que proporcionó la música. más, y nosotros, fervientes ad­ miradores de los talentos y virtzedes de Don Sergio Osme­ ña, nos adherimos también al entusiasmo y a la solemnidad del día expresandonursrta fe­ licitación más sincera. BAUTIZO Bautizo del bébé Jaime Ma. Trillo, vástago de los Sres. de Trillo. Fue apadrinado por don Jesús Sala y la Srta. Malu Manzano. Las cerentonias tu­ vieron lugar el 27 de agosto próximo pasado en la ^Iglesia de San Marcelino. GRUESO, GORDO El hombre grueso lo es por constitución; el gordo lo es por haber adquirido car­ nes. No se dice del niño que nació gordo, sjno grueso. En la reunión del Circulo Escénico el sábado pasado, que resultó un éxito. De pie, pronunciando un bellísimo discurso apa­ rece el orador de la noche don Bienvenido de la Paz, director de nuestro colega Voz de Manila. Gratas horas con los del Círculo Escénico Bajo este título el buen ami­ go Don Bienvenido de la Paz, haciendo honor al dicho que la modestia es la más preciada de las virtudes, nos describió en el número de su diario co­ rrespondiente al 6 del actual, la magnífica velada de arte que el Círculo Escénico tuvo la noche del primer sábado de Septiembre en lbs altos del restaurante Selecta sito en Dewey Boulevard. Pero lo que se dejó en el tintero, y lamento en el alma no haber tenido lá precaución de tomarlo taquigráficamente, fué la reseña del formidable" discurso improvisado conque por más de tres cuartos de hora nos deleitó el Director de “Voz de Manila”, hablándonos sobre cosas de palpitante ac­ tualidad al punto extremo de tenernos “colgados de sus pa­ labras” como vulgarmente se dice, a lo largo de su brillan­ te peroración. En nombre de los. circulistas y en el mío propio le doy nuestra más cordial enhora­ buena, felicitándole de todo corazón en virtud a que sus brillantes dotes* de orador de­ leitaron a la concurrencia. Y ahora, una observación, para los socios del Círculo Es­ cénico así como para los de la Peña Hispano Filipina. Estas reuniones del Círculo Escénico van inclinándose ha­ cia algo nuiy parecido a lo que ocurre en los muchos “Cau d’arts” que existen en Barce­ lona. En ellos, gente de toda condición, aficionada al can­ to, a la recitación, al baile, y en fin al arte en general se reune expontáneamente y ca­ da uno hace o dice lo que sabe, sin que por ningún motivo, lo haga bien o mal, sea objeto de burla. Y esto, que a primera vista parece algo intrascen­ dente, tiene un gran valor puesto que poco a poco va fo­ mentando el gusto artístico de los aficionados a las bellas artes, haciendo en estas reu­ niones sus primeros “pinitos” en tal materia sin el temor a una crítica’ violenta. ¡Ade­ lante pues, Sr. Liongson! Por de pronto ha de saber que va­ rias personas, recogiendo la invitación hecha por Vd. de que en la próxima reunión ha­ brán de actuar todos los con­ currentes, ya he recibido peti­ ciones de poesías para apren­ dérselas y prepararse para la siguiente reunión del Círculo' Escénico, lo cual es indicio que la misma habrá de tener un éxito sin precedentes. ¡Amén! ARCAICO [39]