Semana Volume IV (Issue No. 90) Septiembre 7, 1950

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Title
Semana Volume IV (Issue No. 90) Septiembre 7, 1950
Language
Spanish
Source
Volume IV (Issue No. 90) Septiembre 7, 1950
Year
1950
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
IX JFHanual be Wfrbaníúab No es delicado que, sin una necesidad imprescindible, durmamos en una misma pieza con personas de etiqueta o de poca confianza. IV Mas cuando seamos nosotros los que nos encontremos en conflicto y en la necesidad del auxilio de nuestros parien­ tes y amigos, no aceptemos el de aquéllos que nos lo ofrezcan a costa de su salud, con trastorno de sus ocupaciones, o con perjuicio de sus intereses, sino en el caso de sernos abolutamente imprescindible. V Al retirarnos a nuestro aposento debemos despedirnos cortés y afectuosamente de la personas de nuestra familia de quienes nos separaremos en este acto; y en ningún caso dejarán de hacerlo los hijos de sus padres, los esposos entre sí, y los que duermen en un mismo aposento al acto de entregarse al sueño. VI Si habitamos con otras personas en una misma pieza, tendremos gran cuidado de no molestarlas en nada al acos­ tarnos. Así, cuando hay la costumbre de dormir a oscuras, y ya otro ha tomado su cama, no conservaremos luz en la pieza por más tiempo del que sea absolutamente necesario para disponernos a tomar la nuestra; sin que pueda servirnos de excusa la lectura, el estudio, ni ninguna otra ocupación por razonable que sea. VII Si al entrar en el aposento encontramos que ya alguno de nuestros compañeros está dormido, cuidaremos de no hacer ningún ruido que pueda despertarle o turbar su sueño. Ejecutaremos entonces todos nuestros movimientos en silen­ cio, y si necesitamos alguna cosa que no podamos proporcio­ narnos nosotros mismos, saldremos, a pedirla afuera y en voz baja. VIII Cuando tengamos un compañero cuya edad o cuales­ quiera otras circunstancias le den derecho a nuestra especial consideración y respeto, aguardemos siempre a que haya to­ mado su cama para tomar nosotros la nuestra; excepto el caso en que una enfermedad u otro accidente nos obligue" a precederle, o en que aquél haya de recogerse más tarde que de ordinario. Y si fuere un anciano o valetudinario, que necesite de auxilio en este acto, no sólo deberemos prestár­ selo gustosamente, sino que no esperaremos a que nos lo de­ mande. Al despojarnos de nuestros vestidos del día para entrar en la cama, hagámoslo con honesto recato, y de maneja que en ningún memento aparezcamos descubiertos, ni ante los de­ más, ni ante nuestra propia vista. XI La moral, la decencia y la salud misma nos prescriben dormir con algún vestido. Horrible es el espectáculo que presenta una persona que, por haber perdido en algún movi­ miento su cobertor, o por cualquiera otro accidente ocurrido en medio de la noche, aparece enteramente descubierta. CÓMODOS, DURADEROS Y ELEGANTES Juegos de cuatro sillas y una mesa Desde Para arriba Para trabajos artísticos en hierro, visiten nuestras exposiciones en: 2686 Herran Sta. Ana y 145 Isaac Peral Tel: 6-41-43 SUCURSAL EN LA ESCOLTA No. 54 [ 19]