Pagina femenina

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Title
Pagina femenina
Language
Spanish
Source
Semana Volume IV (Issue No. 90) Septiembre 7, 1950
Year
1950
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
jnoro— y lo siento mucho que con frecuencia se me sulta acerca de ello—qué que hacer para adquirir recioso don de la simpatía, dicho precioso don y temo erme quedado corto en el ficativo. La simpatía es . varita mágica que abre puertas, que alcanza todos objetivos, que logra cuanto propone. Ni el talento, ni mondad, ni la belleza, ni la tud tienen una pequeñísima ■te de su poder. Son mu­ ís los que deben todos sus mfos a la simpatía; infiniIos que han frascasado por ■ antipáticos. Repito que ignoro qué hay í hacer para resultar simtico a las gentes pero me uro saber qué cosas hay que itar si uno quiere no fesulr antipático. Me lo ha eníado la experiencia. Aprochense de ella los lectores e quieran y puedan. Es posible que tenga razón luel caballero, no sé si loco genial, que sostiene que la entira es la madre de todos s males que afligen a la huanidad y que sólo la verdad íede regenerarla y hacernos dices. El experimento a base 3 una educación que impuese siempre la sinceridad y jnsiderase la mentira como n delito sería muy interesanLOS SIMPÁTICOS te, pero interifl no se lleve a to francamente antipáticas, cabo puede darse como cosa Estamos tan acostumbrados al perfectamente averiguada qve convencionalismo en todas las Distribuí elogios y censuras. Los primeros me valieron po­ cos amigos; las censuras, mu­ chos enemigos. Para todos les censurados era yo un hombre En roña, lento -............ ................... ......._____ „ ,----,---- ....------- ---Senador Salipada Pendatum y a la derecha a su esposo, a la Sra. de William Li Yao y a la Sra. Aída Pendatum. celebración de su cumpleaños, la Sra. Rosita de .Tirona, esposa del Senador Emiliano Tireunió a un grupo de íntimos de la familia en su residencia de Malate, ofreciendo un sucualmuerzo. En primer término aparece la anfitriona y festejada teniendo a la izquierda al LECTOR No tires o destruyas esta revista. La semana que viene ya valdrá CINCUENTA CENTAVOS. Es posi­ ble que antes de un mes te paguen por ella UN PESO. Y más adelante, ¿quién sabe lo que por ella podrás con­ seguir? Reúnelas, encuadérnalas y guárdalas cuidadosa­ mente, pensando que pones dinero en una Caja de Ahorros. con la sinceridad en los labios opiniones, que la persona que no se va muy lejos. Las per- se produce con toda sinceridad sonas sinceras resultan pron- o franqueza pincha por todas partes como si se tratase de un puerco espín. Todos que­ remos ser engañados, que se disimulen nuestros defectos (con tanto mayor motivo que nadie cree tenerlos) y que se exalten nuestras buenas cuali­ dades. Durante algún tiempo ejercí la crítica dramática. Me pa­ reció que debía producirme Sinceramente, honradamente, profundamente antipático. Si, cómo hacen ciertos críticos la­ dinos, hubiese escamoteado los reparos o los hubiese diluido hasta hacerlos poco menos que invisibles; si sólo hubiese pro­ digado'el aplauso, de aquella época de mi vida hubiese ob­ tenido, a falta de otra cosa, numerosas amistades, que es tanto como decir algún prove­ cho al llegar la ocasión. La sinceridad, la expresión cruda y honrada de nuestro modo de pensar, es positiva[12] Salvo que se tenga el don, y ese sí que’es don, de decir las cosas desagradables tan sua­ vemente, con tanto arte y disi­ mulo que no lo parezcan. Las personas simpáticas suelen pa­ sar ligeramente sobre todo, se deslizan siempre, no se apoyan nunca demasiado, emiten su opinión con tal habilidad, que aun siéndonos adversa, no se le da importancia. «¡Bah-— pensamos. —Dice-eso, pero a Fiesta simpática enflá que hicieron en ahfitrionas las Srtas. Mila y Emma Formoso, ofre­ ciéndola en honor de la Srtq Ant'oñnita Diaz cuya boda con el Sr. Alejandro Kanaan tuvo lugar el pasado sábado, qn la iglesia de los PP. Paules en San Marcelino. En la foto aparecen sentadas deizqu. a der. Sra. Gloria Casal Casal de. Francisco, Sra. Rosario Locsin, Emma Formoso, Antoñita Djaz, Mila, Formoso y Luisa López. De pie, Baby, Tessie Sandoval, Chita Diaz, Saíly ün. son, Flbrecita Alvárado, LUy Agudo, Lulu Lacson, Lulu López oj Marita Diaz. lo mejor opina todo lo , con­ trario.» De un juicio emitido seriamente no tenemos más re­ medio que pensar que es sin­ cero, y claro que, siendo des­ favorable, molesta. Suponed que una señorita le pregunta a un caballero qué le parece su vestido nuevo a la última moda, y que el pregun­ tado; después de un examen profundo y atento, le contesta que es feo o, sin llegar a eso, le pone reparos de considera­ ción. ¡ Oh, qué antipático le parecerá el sujeto! .Un hom­ bre simpático no caerá nunca, por supuesto, en la falta de censurarlo, pero si el vestido le parece un adefesio y la mo­ da disparatada se habrá per­ catado de ello al primer golpe de vista, y a lo sumo dirá, por ejemplo, sonriendo y como si no le diera importancia ningu­ na a su opinión: «Usted, ami­ ga mía, está admirable con cualquier vestido». La proba­ ble censura se ha convertido en un elogio personal, doble­ mente agradecido. Claro que de quien procede así siempre han de decir las gentes: «¡Qué simpático es Fulano o Zutana» Parece ser que el elogio in­ condicional, sistemático, debie­ ra resultar a la larga empala­ goso, hacérsenos suspicaz y ponernos en guardia contra ese tan simpático amigo; pero no hay tal: podéis creerlo, pues lo he observado' infinitas veces. En cambio, sí se hace profundamente empalagoso, nos parece absolutamente par­ cial, aparte grosero y mal edu­ cado, el que se permite con de­ masiada frecuencia emitir jui­ cios desfavorables acerca de cosas nuestras. Acabamos por pensar, además, que lo hace así por algún interés oculto, para molestarnos, porque nos tiene envidia, cualquier cosa menos que es leal en sus opi­ niones. Quienes se producen así resultan muy ant'páticos y acaban por no tener ningún amigo. Quien no pueda evitar el uso de la sinceridad, si es algo severo o agrio en sus opi­ niones,lo mejor que puede hacér es callarse siempre o evi­ tar el trato social. He dicho callarse, pero conste que eso no es más que un paliativo, porque el callarse sospecho que también es un rasgo anti­ AVISO IMPORTANTE Por primera vez SEMANA ha comenzado a recibir quejas de varios de sus suscritores debido a alegado retraso en el recibo de la revista. SEMANA lamerta informarles que, aun­ que comprende perfectamente lo justificado de las quejas, nada puede hacer puesto que la. anomalía probablemente se deba a otros factores ajenos a esta revista. . SEMANA os puesta en correos cada miércoles por la noche para asegurar su llega­ da a manos de los suscritores el jueves. Y ni ur.a sola vez se ha alterado esta práctica. De todas formas suplicamos que nos avisen nuestros suscri­ tores para remitirles de nuevo los números que hayan dejado de recibir. pático; lo digo porque me 'he fijado en que casi todas las personas simpáticas pecan más bien de ser algo parlan­ chínas, pero lo hacen con gra­ cia aquí quiere decir, además, una conversación amena, lig ra y chispeante, no emitir opi niones qué puedan molestar ni hablar mal de nadie, e'c., etc. Pero todo eso es difíci', muy difícil, y de ahí que sean po­ cas las personas verdadera­ mente simpáticas. Para que les sirva de consuelo al lector o a la lectora, si no lo son, les diré en confianza que, no obs­ tante toda mi mundología, no estoy muy seguro de no re-, sultar antipático muchas veces en el trato social. Es que, no obstante mi buena , voluntad, no he podido llegar todavía 4 mentir con todo el descaro y todo el aplomo que hace falta para ocultar la verdad de lo, que pienso. Deseo que el lec­ tor o la lectora puedan más que yo, si tienen empeño eii ser simpáticos. Eomán D'Artoís Cuando murió un célebre médi­ co se encontró entre sus efectos un libro lacrado, el cual se creía que encerraba todos sus secretos, por cuya causa fué vendido a un pre­ cio exorbitante. El comprador se apresuró a abrirlo y se encontró con que todas las hojas estaban en blanco, ex­ cepto una, en la cual y bajo su firma había puesto el médico el 8¡~ guíente consejo: «Tened la cabeza fría, el vientre limpio y los pies calientes, y po* déis reíros de todos los médicos. [13]