Recuerdos Fugaces de un Viaje Madrid -Manila viaFrancia, Sudamerica, Africa E Indias

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Title
Recuerdos Fugaces de un Viaje Madrid -Manila viaFrancia, Sudamerica, Africa E Indias
Language
Spanish
Source
Semana Volume IV (Issue No. 90) Septiembre 7, 1950
Year
1950
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Un poco sobre Bolivia saliendo de Ántofagasta, por la , del aire, se llega a Arica, úlía escala chilena, en los linderos cuyo campo de aviación, un jine_ nos demostró una doma de alta uela, al encabritársele el caballo, istado sin duda, por el pajarraruidoso que se le venía encima, sobrevolando los Andes nuevante, que son el límite común de ile y Bolivia, se alcanza en un de horas, el aeropuerto de la z, sobre los cuatro mil metros de uraSn mi quincena turística, anoté •ias observaciones que pergeño en a síntesis incompleta. Al brin­ das a mis compatriotas, ya que irnos tan alejados de esta latitud, nplo con la pluma el dictado de corazón y si algún boliviano las era, ojalá que esté de acuerdo i mis modestas opiniones, vehentes y sinceras. Esta República, que en la remota jca del poderoso Imperio de los ;as, se llamó “Kollasuyo”, con los cañóles “Alto Perú” y “Charcas”, tibió su apelación por el actual Bolivia, en homenaje a la excelsa ara dej Libertador Americano non Bolívar, como primer decrede su Independencia: Agosto de 25. La Historia de Bolivia* desde su ionización, iniciada por los hermos Pizarro, que vinieron desde Perú, atraídos por sus yacimienj de metales preciosos, es una sujión sangrienta de hechos luctuo3, que giraron alrededor de la smedida ambición conquistadora, t cantidad de plata extraída de s minas fué tanta, que hizo decir alguien, que con élla se podía ber tendido un puente desde Maid a Potosí, su emporio. De ahí expresión castellana: ‘Más rico e el Potosí”. Y désde que comenzó su vida inpendiente, terribles luchas in­ atinas la desangraron. El azote guerras conjas vecinas ArgentL l, Chile, Perú y Paraguay, dejan reducido al país, a sus interios fronteras, como encajonado, sin lida al mar. Esta pérdida, por el iunfo de Chile (a pesar de estar íados entonces Bolivia y Perú), la espina clavada en el pecho j todos los patriotas bolivianos, le destilan su dolor, clamando re­ indicación, en cualquier instante ? su múltiple expresión nacional. Jué les parecería, a este propósi. el plan de aquel chileno locuaz, íe pretendía cambiar el puerto de rica, por vetas de agua boliviaas, para irrigar zonas hoy desércas? Tal vez fuera un solución. . RECUERDOS FUGACES DE UN VIAJE: MADRID - MANILA VIA FRANCIA, SUDAMERICA, AFRICA E INDIAS Por J. S. PINOY En los ciento veinticinco últimos años, solamente.ha gozado Bolivia, de cuarenta años de paz y orden constructivo. Én los ochenta y cin­ co restantes, cada gobierno ha sido derrocado en forma violenta, sigui­ endo a un general torpe, un polí­ tico falaz. En la memoria de to­ dos está, el final trágico del Presi­ dente Villarroel y el levantamiento de Septiembre 1949 entra el pre­ sente gobierno, en cuyas queman­ tes cenizas, visité el país. Su territorio mide úna superficie muy cercana a los 1.100 000 kiló­ metros cuadrados, con una pobla­ ción de 3.500000 de habitantes. Limitando con Brasil, Perú, Chile Argentina y Paraguay, es punto neurálgico del continente sudame­ ricano Por sí mismo, Bolivia pue­ de definirse como un perfecto con­ tinente en miniatura. Su consti­ tución y contenido abonan el aserto. Posee además, características de altímetro, únicas en el mundo. Efectivamente cuenta conun aeró­ dromo, una capital, un lago y una, estación de ferrocarril, situados en elevaciones superiores a lofr de cual­ quier parte del globo. Luego irán surgiendo con sus medidas. Para confirmar su variedad mul­ tiforme y contradictoria, ahí van unos ejemplos: Se puede ir del erial a la jungla, de la nieve al calor tórrido; del jaral al "banane­ NOTAS DE LA LEGACIÓN DE ESPAÑA ------ o-----El Consejo de Ministros de España ha aprobado una importante disposición que sin duda ha de tradu­ cirse en una nueva y substantiva facilidad para el in­ tercambio comercial y financiero. Dicha disposición ha sido la de crear en la Bolsa de Madrid» un mercado libre de Divisas» donde po­ drán negociarse las de libre disposición, procedentes de exportación, así como las derivadas de turismo, repa­ triación e importación de capitales, rentas» servicios y otros conceptos. Próximamente se va a publicar el oportuno decre­ to que estipula las normas de aplicación en esta dispo­ sición importante. ro; admirar el condor gigantesco, de cuello pelado o el ave del paraí­ so; el cordero inocente y el puma, con intermedios de cimarrón caba­ llar o canino; recorrer minas de oro y plata, estaño o wolframio, galerías de carbón y pozos de pe­ tróleo; ingerir alcohólico whisky o mascar tonificarte coca; asustar­ se ante un bulledozer y hacerle un verso al arado de madera; envidiar/ el paso de un “Cadillac” o compa­ decer los pies -descalzos; subir en el rápido ascensor de un rascacie­ los o pernoctar en una choza in­ munda; calcular los millones de la “Patiño Mines” y compartir el ali­ mento de un pastor;,ver correr a un futhbolista y volver la espalda a un pretubercúloso picado de viruela y para acabar, aspirar el perfume francés de ura dama con abrigo de visón y contemplar el paso de ura chiquilla sucia y harapienta. De esta relación de' contrastes, el mismo La Paz está lleno. De estructura accidentada, calles an­ gostas y de barro, junto a avenidas espléndidas. El medio humano es una mixtura, de la que no se sabe que pensar, si Bendecir el genio creador del hombre o torcerse el corazón de angustia, ante la mise­ ria y abandono visibles. Una excursión al sagrado lago “Titicaca”, venerado por el Inca, sirve para mitigar este “mal de puna” espiritual, sufrido por cotejaciones remarcables. Las aguas mansas, apenas riza­ das, refrescan el cuerpo y limpia el pensamiento. Unos barquitos vela, (parecen juncos chinos), da la impresión de temblar, con suave estela, al mezclarse con de este humeante navio (monta por piezas a tres «mil ochocientos metros de altura). Me apeo en la lengua de tierra donde se asienta el Santuario de Nuestra Señora de Copacabana, descanso oratorio para el devoto y para todo visitante una plataform, ante el cuadro sublime del monte Illimani, mole inmensa y nivea, que domina la tersa su­ perficie del lago. Una puesta de sol es la mejor película, de un incom­ parable escenario, que en tierra adentro reune: un mar alto, un cielo de azul inmaculado y una montaña brillante. La Madre de su Creador, se extasía sonriente. Pase unos días en Chulumani, pequeña, ciudad entre los Yungas (nombre genérico de lás tierras da cultivo exótico), distante de La Paz. unas cinco horas (si todo va bien y no hay desprendimiento de tie­ rras)). El camino de cabras, so­ bre tierra firme, escala alturas por encima de los cinco mil metros. De vez en cuando surgen por las lade­ ras, algunos “llamas”,' fauna do­ méstica utilizada como animal d^ carga. A su cuello alto y cabeza de curioso, sostiene, un cuerpo lanudo, sobre patas finas y nerviosas. La ruta inhospitalaria se anima con cascadas saltando salvajes sobre rocas grises y vertientes cortadas a pico- Sobré las hondas quebra­ das, discurren arroyos claros. Jurto a las corrientes, algunas chozas de techo pajizo y paredes de adobe, albergan al “cholo” (O indio), que debe alternar el cuidado del gana­ do, con la paciente busca de algu­ na pepita amarilla, que según la leyenda, arrastran más o menos, los manantiales de la altiplanicie. Como existen restos, en forman de rudimentarias instalaciones de ca­ nalización y cribado, el cuento tie­ ne algo „de verdad. En la cumbre, cubierta de nieve, Ja luz del sol irradia en apoteosis y nos guía ha­ cia unas cruces sencillas. Nos acer­ camos andando y contemplamos a sus pies, flores y unos altarcitos de piedra. El conductor boliviano ex­ plica, que son ofrendas de los na­ turales, que llegan hasta aquí, para pedir protección de su hogar. Es conmovedora y gráfica esta forma de plegaria, que en los lares se hace supersticioso, en forma de figuras de barro, entre perro y león, colo­ cados en el tejado, junto a la cruz. (Continuara) [82]