Diario de Sesiones del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas Vol.1, No.3 (11 de Octubre de 1950)

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Diario de Sesiones del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas Vol.1, No.3 (11 de Octubre de 1950)
Issue Date
Vol.1, No.3 (11 de Octubre de 1950)
Year
1950
Language
Spanish
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REPÚBLICA DE FILIPINAS Biario de lesiones DEL PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS MANILA ~ TERCERA SESIÓN Vol. I Miércoles, 11 de octubre de 1950 No. 3 APERTURA DE LA SESIÓN De acuerdo con la hora fijada para la Torcera y última Sesión, el Congreso de Hispanistas de Filipinas se ha reunido a las cuatro y media de la tarde, ocupando el estrado presidencial, por enfermedad del presidente de turno, Dr. José Ma. Delgado, y en calidad de su­ plente, el Dr. Conrado Potcnciano, a quien designó, por medio de su Presidente, el Comité Ejecutivo, orga­ nizador del Primer Congreso do Hispanistas de Fili­ pinas, Dr. José P. Bantug. El Dr. Potcnciano declaró abierta la sesión. DISCURSO DEL PRESIDENTE SUPLENTE DR. CONRADO POTENCIANO El Dr. Potenciano. Excelentísimo Ministre de España, damas y caballeros: Por imperativos disciplinarios aunque recono­ ciendo mi propia insuficiencia, voy a ocupar ahora lo que dirían ustedes epicentro si no aposento en esta reunión cultural. Venía solamente para oír; nunca se me ocurrió que tendría yo que ocupar un sitial dis­ tinguido en este Congreso. Dicen que el lenguaje es el vehículo del pensa­ miento y uno de los grandes milagros que observo es el estudio filológico y abstracto. Algunos dicen que el lenguaje ha venido a la par con el primer hombre. Quizá fuera así, porque Dios, al crear al hombre le ha dotado de todas las facultades y posibilidades nece­ sarias. La confusión en la Torre de Babel, sin embargo, provocó el deslinde de las tribus. Yo estoy con los que opinan que el origen de las lenguas humanas fué el lenguaje mímico. Estas se clasifican en tres grandes grupos: la indo-europea, la semítica y la mongólica o tartárica. Por azares del destino tenemos en Filipinas dos grandes lenguas, y tres también, que han influido en la cultura del país. El castellano, que cuenta con vein­ tiocho siglos, el inglés o anglosajón con veintisiete y el tagalo.—Parece que los dialectos orientales cuentan con más siglos y todos tienden a la amplificación de la expresión del pensamiento. Fíjense en que el número de las lenguas tal vez llegue a seiscientos sesenta, según las buenas estadísticas, y los dialectos a más de seis mil- Solamente en el antiguo continente, en ose epi­ centro de la cultura de Europa, se han registrado cin­ cuenta y tres lenguas. En el Asia ciento cincuenta y tres; en ambas Amélicas hay cuatrocientos veintidós; en la Decanía, ciento quince y en la India hay más de cien. Que yo sepa, en estas tierras benditas cobijadas por una sola inmensidad tropical hay más de doscientos cincuenta dialectos. No so puede, sin embargo, negar que el tagalo es uno de los dialectos más esenciales, por su riqueza de voces y expresiones, y, tal vez, esto se deba a sus ritmos procedentes del hemisferio. Pues bien; hispanismo para mí es simplemente reconocer, si hemos de ser justos, los méritos de la Madre España, esa nobilísima matrona que ha dado su cul­ tura a tantas naciones. La lengua castellana se habla ahora por más de doscientos cincuenta millones de indi­ viduos, unos por naturaleza y otros por conveniencia comercial o cultural. Posiblemente el inglés ocupe más extensión. Solamente en el antiguo Continente, en la Gran Bretaña, en las Américas, en la América del Norte y sus colonias y en aquellos países donde por conveniencia se requiere el uso de esta lengua, ocupa la preeminencia do ser usada por más de cuatrocientos millones. Sin embargo, no olvidemos que la cuarta parte de los comerciantes del mundo no hablan el inglés, no obstante la necesidad del lenguaje. Pues bien; señeros, debemos sentirnos orgullosos los filipinos de poseer el idioma de Castilla, porque nuestros héroes libertarios lo emplearon y las primeras páginas de nuestra historia so han escrito en este sonoro idioma de Cervantes. Juntamente 'con el tagalo y otros dialectos filipinos, el castellano ya no desaparecerá en Filipinas. Como ejemplo, tenemos que el Padre Nuestro y el Ave María casi todos los recitan en cas­ tellano. Por otra parte, para nuestra sociedad es la lengua preferida. DISCURSO DE LA Dra. CONCEPCIÓN ÁGUILA El Presidente. Continuando con el programa de hoy, la Mesa concede la palabra a la Doctora Con­ cepción Aguila, de la Universidad del Centro Escolar. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 27 Mañana se cumplen quinientos cincuenta y ocho años del descubrimiento de América, época memo­ rabilísima en la historia. De hecho, es la época más grande de todos los siglos después de la que fué seña­ lada por el nacimiento de nuestro Redentor Jesucristo. En aquel momento nació y apareció en el mundo una raza nueva, una raza de gigantes que iba a dar cultura a todo el universo per varios siglos y, sobre todo, que iba a crear un pueblo unido por la cultura y por el len­ guaje que se extendería por todos los rincones de la tierra. En aquel día memorable nació el pueblo his­ pano, pero no el pueblo hispano de la conquista musul­ mana, aquella raza que permaneció por siete siglcs luchando por su libertad. Era un pueblo hispano nuevo que iba a fundir la sangre de las varias razas esparcidas por todo el universo; que había ido a formar un pueblo que llegaría a todas las partes de la tierra, pero que jamás podría mezclarse con otras razas porque tenía una vida propia, una misión propia, una cultura propia y una sangre común y verdadera que es la sangre hispana. Hay muchos que creen que la palabra His­ panidad es simplemente un vocablo que designa unas veces términos culturales unidos a un lenguaje hispano que se conoce con el nombre de lengua española. En realidad, la palabra Hispanidad, según su valor, signi­ fica la cultura hispana, el lenguaje español; pero signi­ fica también primeramente la raza española y en osa raza hispana están incluidos no solamente los españoles que están en España, sino que están incluidos también todos los pueblos descubiertos por España en América y en la Oceanía. Todos pertenecen a la misma raza y a la misma sangre. Todos sabéis el empuje que ha adquirido en estos últimos años el estudio de la psicología. Esta ciencia cuyo florecimiento actual no puede compararse con el de ninguna otra ciencia, porque ella sola es la única que se ha extendido de tal manera por todos les ámbitos del conocimiento humano, porque hoy no hay ciencia alguna con ningún otro nombre que no entre en el campo de la psicología. Pues bien; esta ciencia muy impor­ tante y muy trascendental ha empezado a estudiar como un tópico de importancia suma la psicología de la raza, la psicología del pueblo, y en esta psicología entra, por supuesto, la diferencia de sangre, la dife­ rencia de color, la diferencia de civilización nativa; pero entra, sobre todo, y, esencialmente, en la idea de la psicología de la raza, la cultura que una raza común ha desarrollado durante la época de su existencia en la historia de 'la humanidad. De modo que en la psico­ logía de la raza no solamente se estudia la constitución psicológica y académica del pueblo, sino que so estudian también sus elementos esenciales, los diferentes carac­ teres idénticos, intelectuales y emotivos de toda clase que sean que pertenezcan a esa raza. Vosotros sabéis todos que la naturaleza humana es siempre una y es idéntica en todos los hombres; pero sabéis muy bien que la naturaleza adquiere caracteres especiales, según las derivaciones sanguíneas y según la cultura que los pueblos adquieren durante su existencia. Y, por con­ siguiente, ál hablar de Hispanidad, al hablar de la raza hispana, tenemos que incluir la raza española con todas las características nacionales y, por tanto, de todos los de la Península Ibérica. Pero tenemos que incluir también a todos los pueblos que fueron conquistados y civilizados por España, porque esos puebles, aunque fueran de sangre y de carácter diferentes, han aceptado la cultura hispana con el lenguaje hispano, y éstos for­ man ya parte de su ser, de la raza misma de esos pueblos y, por tanto, “hispanidad” significa raza hispana uni­ versal, incluyendo esas razas esparcidas por todas las partes de la tierra, por haber sido educadas y civili­ zadas por España; razas cuya naturaleza, cuyo ser y cuyas características se modificaron por esa civiliza­ ción que las convirtió últimamente en una verdadera raza hispana idéntica a la española que nació en Iberia. Vosotros sabéis que España ha sido el pueblo menos racista del universo. Aquellos conquistadores que escribieron páginas muy gloriosas y muy grandiosas que parecían influir y que parecían un sueño si se com­ pararan con todas las esplendideces de energía, de acti­ vidad y de justicia; aquellos hombres que salieron de España y pasaron a tierras americanas, escribieron esas páginas con su sudor, con su sangre y con sus vidas. Aquel pueblo que entonces era considerado el pueblo selecto del universo, porque España entonces imponía la ley en Europa y sus soldados pasaban por todos los continentes del universo y que en aquellos momentos se encontraban esparcidos por casi todas las naciones; aquel pueblo que de hecho ejercía la hegemonía uni­ versal fué a América y no tuvo inconveniente en mez­ clar su sangre y dar su amor no solamente a los nativos de las tierras descubiertas que estaban muy alejadas de la civilización, sino también, más tarde, a los de estas islas de la Oceanía. Y desde que aquella sangre española se refundió con la sangre de aquellas razas nuevas desconocidas en todo el universo, fué cuando verdaderamente empezó a resurgir esta nueva raza hispana que hoy llamamos con el nombre de hispanidad. Es preciso, pues, que ahora use esta palabra hispanidad. Comprendamos todo el sentido que abarca. Somos todos de la misma raza, en primer lugar porque la sangre de los españoles se ha fundido con la sangre de los pueblos no civilizados; en segundo lugar, porque la cultura que España llevó a sus colonias modificó el carácter y la naturaleza de esos pueblos; les dió carácter y natu­ raleza verdaderamente hispanos, de tal manera que hoy, las naciones americanas de lengua española, Fili­ pinas y cualesquiera otras islas que hayan sido civi­ lizadas por España, tienen las mismas cualidades físicas además de las de la sangre y raza de españoles; porque las mixtifica en la sangre, y las mixtifica en la civiliza­ ción, constituyendo un pueblo que es el pueblo español, diferente de la raza latina y diferente de la raza sajona. ¿Por qué? Porque es un pueblo que ha sabido vivir y desarrollarse él solo, por sus ideas, por sus principios fundamentales que solamente crean una civilización que debe llamarse civilización hispana. He dicho que España ha sido siempre un pueblo el menos racista y es preciso que tenga lógica en mi afirmación. Por tanto, español como soy, respeto también todo lo grande, todo lo sublime que se encuentra en la historia do cualquier pueblo, y, por consiguiente, admiro a la raza sajona, al pueblo sajón por todo lo que ha hecho por la civilización de la humanidad. Pero, hay que reconocer que aunque os verdad que las naciones sajonas han contribuido favorablemente en cuanto a la civilización anglo-sajona, en el orden material, en el orden de la ciencia física, de La química, de la mate­ mática; sin embargo, es cierto también que la cultura espiritual, la elevada cultura de la mente, de esc orden extraordinario al cual nuestros corazones naturalmente tienden; la inclinación a los estudios teológicos, a los estudios místicos, a los estudios filosóficos, a los estudi:s del derecho, y el deseo de esa cultura que se llama esplritualismo han brotado con espontaneidad 28 DIARIO DE SESIONES en España. Esta civilización es nuestra, es de los espa­ ñoles y la humanidad tiene que agradecernos. Todas las ideas, esas grandes ideas naturales en la teología, en la literatura, en la filosofía, en el derecho, consti­ tuirán para siempre principios eternos en estas ciencias para toda la humanidad. Nuestra teología, nuestra jurisprudencia, nuestra filosofía, nuestra literatura han adquirido fama universal, y nuestros místicos no tienen comparación en todas las literaturas creadas desde el tiempo de nuestro Señor Jesucristo hasta el presente. En Teología y en Filosofía, por lo menos, la teología y la ciencia jurídica cristiana jamás podrán ser es­ critas sin que se nombre a los grandes teólogos, filó­ sofos y juristas españoles, que son los que han dado verdadera vida y han dado progreso a estas ciencias por antonomasia. Al saber, por tanto, que Filipinas espontánearpente iba a celebrar un Congreso de Hispanistas para hacer que la lengua española resurja en el pueblo filipino y que este pueblo tan querido por España llegue a hablar esta magnífica lengua, que no tiene igual entre las len­ guas contemporáneas, no pude menos de aceptar con satisfacción honda y grande la honra de hablaros en estos momentos. El lenguaje es la expresión de la cultura de un pueblo y, por eso, el español es expresión de la cul­ tura de España; y esta lengua tan hermosa, tan sonora y tan sublime que puede expresar, desde los más altos conceptos do la teología, de la metafísica, hasta las cons­ tituciones más grandes del mundo; que se encuentra y suele leerse en el alma del poeta; este lenguaje gran­ dioso no tiene igual en el universo contemporáneo. Es preciso que no solamente en Filipinas sino en todos los países en donde ha estado España llegue a ser el lenguaje trasmisor de esta cultura que es nuestra, que es nuestra vida, que es nuestra sangre, que tenemos que vivirla, porque va por nuestra naturaleza, y no es posible re­ nunciar a ella. Espero que este Congreso de Hispanistas iniciado por filipinos y no precisamente por españoles, sea el instrumento para que la lengua española, no obstante las dificultades que tiene que vencer en este Archipié­ lago, llegue un día a dominar o, por lo menos, ocupar un puesto como el que ocupa la lengua inglesa. La cultura de la humanidad necesita de la cultura inglesa y de la cultura española, porque las des constituyen la civilización universal. Por eso, se supone que esas dos lenguas son universales; y c?mo español, me toca trabajar, me toca animar y me toca introducir en toda oportunidad la lengua hispana. Invito, pues, a todos a que comiencen a trabajar con esfuerzo para que esta lengua tan süblime y tan encantadora llegue a ser lo que está llamada a ser: el lenguaje de toda la humanidad, porque nosotros representamos a la cul­ tura más selecta de los pueblos, que es la cultura intelectual, la cultura religiosa, la cultura mística, la cultura filosófica y la cultura verdaderamente literaria. Dios quiera que el español llegue un día a hablarse pc,r todos los filipinos; Dios quiera que esta lengua que debía ser ya el lenguaje, común de todos los filipinos, llegue a dominar en Filipinas y oigamos el ritmo de sus vocablos, de sus expresiones tan profundas, tan sonoras en todos les sentimientos humanos, lo cual será el patri­ monio de este pueblo y de todos los pueblos que están vinculados con la antigua España. DISCURSO DEL HON. CLARO M. RECTO El Presidente. Grano de oro, genuinamente filipino, y uno de los puntales más fuertes de nuestro hispanismo en Filipinas, es el siguiente orador, a quien no sería necesario presentar por ser muy conocido y estar en el rega,zo del pueblo. Señores: Don Claro M. Recto. El Hox. Sr. Recto. Señores: He venido con singular complacencia a este con­ curso, defiriendo a la invitación de uno de sus inicia­ dores, mi buen amigo el corcncl Razón, para deciros, ¡albricias!, pues estáis prestes a emprenderla marcha, caballero., andantes bajo el signo del hispanismo, por estos nuevos campos de Montiel agostados por el agio y el peculado, sin más lanza que vuestro fervor de cru­ zados ni más adarga que vuestro ideal, y sin escuderos habladores que alivien con sus dichos el cansancio y las penas de la jornada, porque los Sanchos ya dejaren sus aldeas y el oficio escuderil, y hoy viven felices y bien yantados, gobernando para su holganza y pro­ vecho las opimas ínsulas baratarías del archipiélago oficial. Yo, que por menesteres de un oficio que no es pre­ cisamente el de las letras, tengo que estar no pocas veces al margen de vuestros afanes, no puedo menos de hacerme un reproche al sentir ahora los efluvios de vuestro entusiasmo, considerando cuán leve ha sido mi aportación a vuestros nobles esfuerzos por man­ tener a flote, en el naufragio de tantos tesoros del espí­ ritu, el arca' santa del idioma español, para que sigamos embrujando nuestras vidas con el hechizo de sus pro­ digiosas creaciones eternas, mientras realizamos a ple­ nitud nuestro común destino cuidando que no se pierdan las prístinas esencias de la fe heredada, y guar­ dando con celo y fidelidad, para que no sufran des­ medro, los inquebrantables fueros de la tradición. No nos hemos reunido en congreso únicamente para extasiarnos en la contemplación de las glorias del pasado, sellar antiguos afectos, o renovar una vieja profesión de fe, y en ese ambiente ponernos en franquía para las efusiones retóricas, sino para estudiar medios, discutir propuestas y arbitrar recursos en razón de la magnitud y el momento de nuestra empresa, resueltos a que nuestros fervores vayan inmediatamente seguidos de acción, que sólo de. ese modo podremos vencer las dificultades que nos esperan y prometernos con feliz augurio los sucesos. En un empeño semejante al que tenemos entre manos, los hispano-americanos han contado a su favor con dos factores iniciales de suma importancia, cuya falta, por otro lado, crea dificultades enormes a nuestra labor: la comunidad de raza y la comunidad de idioma. Del primer factor que he nombrado aun puede prescindirse, pues mientras en el caso de Guillermo Gómez, del Coronel Razón y de José Sotelo Matti y no lo digo per chanza, se puede hablar sin grave impropiedad del “Día de la Raza" empleando esta última palabra en su sentido étnico, en el caso de Briones y Bernabé y en el mío podemos aceptar el parentesco y la seme­ janza, sin sonrojarnos en nuestra propia estimación, con tal de darle al vocablo un sentido espiritual. La sustitución de “raza" por “hispanidad” en la nomen­ clatura hispanista ha sido, por razones obvias, opor­ tuna y sapientísima. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 29 Pero el segundo factor, la comunidad de idioma, presenta un aspecto diferente. Españoles e hispano­ americanos, exceptuando de entre éstos a los del Brasil, pueden decir con exactitud que hablan un mismo idioma; españoles y filipinos, no. Ni al tiempo de la separa­ ción, ni en ningún otro, como advirtió correctamente en su hermosa conferencia de ayer el Padre Bazaco, hablaron español las masas de nuestro pueblo. Los que en aquel régimen colonial tenían a su cargo la ins­ trucción popular hallaron más expedito, por razones que no tengo ahora por qué dilucidar, aprenderse los dialectos que enseñar a los naturales el español, que, de ese modo, sólo llegó a hablarse entre las clases pu­ dientes por el fácil acceso que tenían a los institutos privados de enseñanza. No pretendo formular recon­ venciones tardías, que a nada práctico conducirán, contra los responsables de aquel estado de coaas.' Me cumple sólo señalar hechcs y situaciones para que no los perdamos de vista al elevarnos en alas dj nuestro fervor en la ejecución de nuestro proyecto. La situación que en punto al idioma hallaron los norteamericanos en Puerto Rico, al término de las hosti­ lidades entre Estados Unidos y España, era bien dis­ tinta de la que coetáneamente existía en Filipinas. El pueblo portorriqueño no sólo hablaba español sino que éste era su idioma al paso que las masas de nuestro pueblo no lo conocían. Las únicas palabras en español que comprendían eran las que habían sido incorporadas sin traducción, pero con variaciones prosódicas y orto­ gráficas, al caudal de los diferentes dialectos. Quizás, y sin quizás, si al triunfar la revolución contra España no hubiera interpolado el destino en el texto de la historia patria el capítulo de la conquista americana, la República de Malolos y las que habrían venido a sucedería, olvidando ofensas y agravios colo­ niales, hubiesen hecho del español idioma oficial y de­ clarado obligatoria su enseñanza a falta de un idioma común o un dialecto de uso general. Prueba mi su­ puesto el hecho de que, al tiempo en que filipinos y españoles estaban empeñados en una guerra sin cuartel, la Constitución de la Primera República se debatía y se escribía en español, el Congreso de Malolos llevaba sus deliberaciones en español, las proclamas de Agui­ naldo se expedían y publicaban en español, los perió­ dicos revolucionarios se editaban en español, y Mabini, el pensador de la revolución, empleaba exclusiva­ mente el español, en aquel su estilo que era milagro de vigor, justeza y precisión, para trasladar al papel sus sublimes concepciones de estadista. Y los pre­ cursores intelectuales, algo así como los enciclopedistas, de aquel movimiento histórico, Rizal, del Pilar, López Jaena, Pañganiban, no habían usado en sus libres, panfletos, discursos y artículos otro idioma que el español. Pero la Providencia dispuso otra cosa, y los ade­ lantados de McKinLy, administradores prácticos con el proverbial sentido realista del anglosajón, vieron, frente al hecho de que el español no era lengua hablada por el pueblo, la oportunidad de organizar el sistema e instrucción pública a base del inglés, y así lo hicieron, declarándolo además idioma oficial, medidas que, por las circunstancias ya dichas, no se tomaron en Puerto Rico, donde el castellano, como base de la enseñanza y medio de comunicación gubernamental, obtuvo in­ mediato reconocimiento sin verse suplantado o amena­ zado por el inglés. Fué así que desde los albores del gobierno terri­ torial instituido en Filipinas por los emisarios de McKinley, a raíz del vencimiento de las huestes de Luna y Aguinaldo, hasta reunirse la Asamblea Cons­ tituyente en 1934 ordenada por la Ley TydingsMcDuffie, a lo largo de un período de Jete lustros, la enseñanza del castellano quedó excluida de las escuelas públicas, y su empleo, de los centros oficiales, excep­ tuándose los tribunales de justicia donde se le dió acogida temporal, menos por simpatía que por tolerancia y exigencias utilitarias. En efecto, todo el cuerpo de leyes, jurisprudencia y estatutos vigentes, menos los de orden procesal, y todos los tratados de derecho sus­ tantivo, estaban escritos en castellano, y los magis­ trados filipinos del Tribunal Supremo, los jueces fili­ pinos de primera instancia, y los miembros filipinos del foro, ejercitados como habían sido en las antiguas disciplinas, no hablaban y apenas comprendían la lengua del nuevo dominador. La disposición original del artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, que rigió desde 1901 hasta la adopción del Reglamento de los Tribunales en 1938, proclamó el inglés como idioma oficial de los tribunales con la sola salvedad de que hasta 1910—tiempo en que se había calculado que las audiencias curiales podrían celebrarse en inglés sin rtienoscabo del interés de la justicia—se permitiría el uso del español. El caso fué, sin embargo, que hubo que ir enmendando dicho artículo do tiempo en tiempo de tal forma que, al reunirse la Asamblea Constituyente, la legislación entonces vigente permitía el us> del es­ pañol en los tribunales hasta 1940. De haberse convocado con anterioridad a 1934 un congreso hispanista como el que estamos ahora a punto de clausurar, hubiéramos no sólo provocado la hostilidad beligerante de ciertos elementos del país que en su jacobinismo pensaban que el progreso y la civilización sólo podían llegar a nosotros por conducto del inglés y por obra de los angloparlantes, sino también despertado el recelo y la suspicacia, el rencor tal vez, de los representantes de la nueva soberanía. Había, a buen seguro, cierta inquietud en el ánimo de éstos en ese respecto, a pesar de la inacción e indiferencia de los hispanistas, y ello era porque la política en Filipinas estaba aún dominada por los hombres de la generación del '96—Osmcña, Quezon, Sumúlong, para nombrar solamente a los más significados. Y esa inquietud se manifestó en la Ley Tydings-McDuffie que, al dis­ poner el inmediato establecimiento del Commomcsalth prometiendo el cese de la soberanía americana y la proclamación de la República Filipina para 1946, exigió al mismo tiempo, como una de las condiciones de obligado cumplimiento que habían de ser incorpo­ radas a una Ordenanza adscrita a la Constitución, que la instrucción pública en Filipinas continuara dándose a base del inglés. Pero a medida que avanzábamos en el camino de nuestras conquistas políticas y se iba afirmando nuestra libertad de acción en formular aquellas normas esen­ ciales a la integración de nuestra nueva personalidad histórica, los caudillos del pueblo, vigilantes y astutos, iban tomando sabias y oportunas medidas, con dis­ creción y mesura, pues nc había que levantar la liebre de ciertas fobias, a fin de que la estructura de nuestra nacionalidad, concebida para perdurar hasta el tér­ mino de las edades, no sólo tuviese por muros y colum­ nas el hormigón armado de las instituciones políticas de asimilación reciente, sino por cimiento indestruc30 DIARIO DE SESIONES tibie los bloques de granito del patrimonio espiritual de nuestra raza, aquel irrenunciable patrimonio del alma, del corazón y del entendimiento que claros varones fundaron y nuestros padres acrecieron a través de los siglos, siendo su alto exponente esta trilogía inmortal: la religión, la institución de la familia, el idioma español. Al reunirse, pues, la Asamblea Constituyente la justicia reclamó sus fueros y quedó consagrado en el documento histórico que es hoy nuestra Constitución el principio que proclama el español idioma oficial en plan de igualdad con el inglés, pendiente la adopción de un lenguaje nacional. Aquel egregio grupo de pri­ mates de nuestro mundo intelectual, político y literario, era rebelde a toda imposición. Eran, y se sabían, hom­ bres libres. Los hispanistas, llamémoslos así, en la Asamblea Constituyente, formaban minoría—los hermanos Sotto, Briones, Cuenco, Palma, Norberto Romuáldez, José María Delgado, Hcntivoros, Montinola, Godofrcdo Reyes, Orense, Vicente Francisco, Singson Encarna­ ción, Alejandrino, para sólo citar algunos de los dn majores—pero era tal su influencia moral y tan fuerte la garantía de su patriotismo, que fácilmente pudieron vencer cierta oposición, insignificante e inarticulada, contra el plan de adoptar el español como idioma oficial, lo que se hizo por acuerdo unánime, sin haber surgido la necesidad de abrir debate sobre el asunto. Os daréis cuenta do la importancia y trascendencia del precepto constitucional a que aludo si consideráis que para desterrar el español como idioma oficial no será bastante una simple acción legislativa sino que habrá que enmendar la Constitución, lo que sólo podrá efectuarse ora convocando a una nueva asamblea cons­ tituyente, ora aprobándose una resolución, en que la enmienda se adopte, por el voto de las tres cuartas partes del Congreso, y todo ello, sujeto a confirmación popular por medio de plebiscito. No habrá, estoy seguro, individuos, grupos y aún partidos políticos que intenten siquiera mover toda esa posada y compli­ cada maquinaria sólo para satisfacer el deseo sadístico de proscribir el uso del español como idioma oficial. Con ese mandato constitucional una nueva era se abrió para el idioma español en Filipinas. Ya se podía luchar por él en campo abierto sin invitar recelos e incomprensiones o el ridículo. Y la presente ocasión viene de perlas para declarar una vez más nuestra posi­ ción en este asunto y salir al paso de posibles calum­ niosas imputaciones. No nos mueve ningún senti­ miento de exclusivismo en favor del español. Sólo aspiramos a asegurar la franca convivencia de ambos idiomas a fin de amalgamar lo óptimo del pasado con lo mejor del presente, consolidar nuestras instituciones y acrecentar más rápidamente el caudal de nuestra cultura sumándonos a las diversas corrientes del progreso mediante esos dos grandes vehículos del pensamiento, el español y el inglés. No olviden los detractores del español, si todavía los hay, que de los pueblos que inte­ gran las Naciones Unidas forman una tercera parte los que tienen el español por idioma nacional y oficial y lo emplean en las deliberaciones de aquella Asamblea como medio de expresión, y que aún nuestro Carlos Rómulc, que es producto genuino de las escuelas públi­ cas bajo el régimen americano, podría valerse del es­ pañol, cuando quisiera, como se ha valido hasta aquí del inglés, para interpretar con igual elocuencia lo que siente y piensa su pueblo sobre los asuntos y proble­ mas del mundo. A la verdad, no debiera él resignar nuestra representación en aquel areópago internacional sin antes servirse del tagalo y del español para decir sus magníficas arengas, pues demostrará con ello, como mejor no podría hacerlo de otro modo, el estado de adelanto de nuestra cultura, la sustantividad de nuestro nacionalismo y la alta calidad de la civilización que aspiramos a fundar en nuestra patria. Yerran lastimosamente los que creen o piensan que este movimiento hispanista pretende hacer, en un futuro remoto, del español lenguaje popular. Nuestra campaña no va enderezada a ese fin sino a conservarlo como instrumento de cultura para las adquisiciones del presente y del futuro y medio indispensable para el mejor conocimiento de la historia patria. Lo que Rizal dijo del español, que nuestro pueblo nunca lo hablaría, se va cumpliendo respecto del inglés. A pesar del esfuerzo de estos últimos cincuenta años y los que se harán en lo futuro, el inglés que hablará el pueblo, y al expresarme de este modo exceptúo al respetable y ya numeroso grupo de csciiteres e intelectuales versados en esta lengua, será un inglés dialectal; muy semejante a ese español, expresivo y pintoresco, sí, pero de jeri­ gonza, que aún se habla en algunas de nuestras comu­ nidades. De esc porvenir doloroso hemos de librar al idioma español, si verdaderamente lo amamos, porque si ha de sobrevivir marcado con lacras de impureza, arrastrando sus días en una ancianidad sin decoro, mejor le irá morirse a tiempo con tal de mantener in­ maculados hasta el fin les blasones de su linaje. Propugnamos, pues, el idioma español, velando por la integridad de las conquistas morales y espiri­ tuales que él representa, amparándole de la malque­ rencia de unos y de la indiferencia de otros, y exten­ diendo el área de su conocimiento mediante la pronta ejecución de los planes discutidos y adoptados por este Congreso. El tiempo es oportuno para interesar en favor de ellos a la acción oficial, pues Su Excelencia, el Presidente de la República, justo es reconocerlo, viene mostrando una gran simpatía no sólo por el es­ pañol sino por todo lo español, como le ha demostrado, primero, enviando a España a su encantadora hija, Victoria, paia llevar a España y a los espa oes—¿quién mejor que olla, con el divino tesoro de suljuventud y do su belleza?—nuestro mensaje de amor y buena vo­ luntad, después, estampando su firma en la Ley Sotto que preceptúa la enseñanza del español en ciertos cursos de la instrucción oficial, y, por digno remate, decla­ rándose públicamente sin sonrojo ni falsía, como tuvi­ mos el placer de oirle la otra ncchc, hispanista de alma y corazón. No es, ciertamente, por motivos sentimentales o per deferencia a esa gran nación que dió a medio mundo su religión, su lenguaje y su cultura, que profesamos una tan gran devoción a este idioma y mostramos un tan firme empeño en conservarlo y propagarlo, sino por egoísmo nacional y por imperativos del patriotismo, porque el español es ya cosa nuestra, propia, pues sin él os trunco el inventario do nuestro patrimonio cul­ tural; porque si bien es verdad que la Revolució i y la República de Malolos y esta República fueron obra del pueblo, también lo es que los que la prepararon y encauzaron eran intelectuales que escribieron en cas­ tellano sus libros, sus panfletos, sus prédicas y sus en­ sayos, para realizar obra de doctrina y labor de propa­ PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 31 ganda; perqué sería trágico que llegase el día que para leer a Rizal, a del Pilar, y a Mabini, los filipinos tuvié­ ramos que hacerlo a través de traducciones espúreas; en fin, porque el español es ya una ti adición patria que si tiene raíces en nuestra histoiia también las tiene en las entrañas de nuestra alma, y porque el español es el “ábrete, sésamo” de la cueva encantada que guarda, como tesoros inmortales, Igs más altos pensares y los más hondos sentires de que ha sido capaz el hombre desde que sobre él amaneció la civilización. Cierro mis palabras recordándoos el antecedente histórico de los pueblos giiegos sembrados a lo largo de las costas del Mediterráneo, desde las del Asia Menor a las de España. Al decir de Andrenio “para el pequeño mundo de la época de las primeras emigraciones giiegas, la extensión en que estaban diseminadas las colonias helenas era tan grande como el espacio en que están ahora distribuidos los pueblos hispanos. Aquellas ciudades y colonias griegas fueron la sembradura del helenismo, que ha dado al mundo los más altos ejemplos de Razón y Belleza. Aspiramos—y formulo ccn Andre­ nio este voto—a que el hispanismo, repartido también entre pueblos diferentes, unidos por la lengua y por la herencia de una común cultura, que no por vínculos federales ni instituciones políticas, siga las huellas lumi­ nosas del helenismo, y como él, en la medida qué le fuera dable, aporte su ofrenda original al servicio de la Humanidad.” Hispanistas: bien haya vuestro afán por revivir con nuevos ritos un viejo culto. Y sea la meta de vues­ tro esfuerzo y también vuestro galardón no el que las duras realidades que hallaréis en el camino de vuestra empresa se vuelvan encantadoras ficciones por obra de esa fantasía que hace dulcincas de toscas aldeanas, princesas de las venteras y doncellas angelicales de las maritornes sino el que mediante un proceso inverso, vuestro ensueño se haga carne de realidad, por un acto de fé y de amor de vuestra parte, como el milagro de Galatea, que cantó en versos marmóreos Ovidio, en el bello mito del beso de Pygmalión. He terminado, y gracias. COMUNICACIÓN DEL ALCALDE DE MANILA HON. MANUEL DE LA FUENTE El Presidente. El siguiente orador debería ser el Honorable Manuel de la Fuente, Alcalde de la Ciudad de Manila, pero no es posible escucharle en esta ocasión por las razones que explica en su carta, y que el Secre­ tario se servirá leer. El Secretario: Manila, 9 de septiembre de 1950. “Dr. José P. Bantug “Presidente del Primer “Congreso do Hispanistas “Manila “‘Distinguido Dr. Bantug: “La invitación con que me ha honrado confi­ riéndome una Viccpiesidcncia Honoraria y desig­ nándome como orador para el Primer Congreso de Hispanistas, constituye para mí una inmere­ cida distinción que yo agradezco profundamente. “Pero, deberes y compromisos oficiales contiaídos con anterioridad a la fecha de su invitación me inhabilitan para asociarme con los Hispanistas en un acontecimiento memorable. “Sírvase, por lo tanto, aceptar mis excusas, y esté seguro de que espiritualmente, participo de vuestros entusiasmos por la difusión del Hispa­ nismo. “Su amigo y s. s. (Fdo.) “Manuel de la Fuente” CONSTANCIA El Presidente. Damas y caballeros: Por con­ tratiempos súbitos e inesperados, el Honorable Señor Filcmón Sotto, Presidente de la Delegación Hispanista de Cebú, no ha podido llegar a esta Capital, por lo que no podrá pronunciar el discurso que le corresponde, de acuerdo con el programa de hoy. DISCURSO DEL HUÉSPED DE HONOR, HON. MARIANO JESÚS CUENCO El Presidente. Ahora me cabe el sumo placer y la honra de presentaros el huésped de honor, Hono­ rable Mariano Jesús Cuenco, Presidente del Senado. El Hon. Sr. Cuenco. Señor Presidente, Ex­ celentísimo Señor Ministro de España, damas y caballeros: En las postrimerías del año 1946, estando en Nueva York como Delegado de Filipinas a las Naciones Unidas, asistí a un almucizo ofrecido por Nelson Rockefeller. Cuando me presenté a nuestro anfitrión le dije:“Senator Cuenco from the Philippines”, a lo que Rockefeller me replicó en castellano: “Admiro su hermoso país, me honro en conocerle”. La comida se sirvió a las tres pasadas de la tarde, cuando nosotros, los que no tenemos la costumbre de beber licores, estábamos ya casi desfallecidos. Los invitados fueron divididos en grupos de, cuatro per­ sonas y me senté a la mesa con doña Nina Azcuna, linda esposa del Ministro de Estado de Venezuela, la hija del Secretario General de aquella organización internacional, míster Lie y un norteamericano. El menú se componía de una sopa, un rosbif a través del cual podía verse el ci?lo, y una copa de agua helada. La señora venezolana me dijo medio en broma, medio en serio: “Señor Senador, ésta no es una comida; es una comunión”. Sin dejarme replicar, el norteame­ ricano que estaba a nuestro lado, contestó en castellano: “Señora, lo siento, pero nosotros, los norteamericanos, comemos muy poco al mediodía”. Extrañados de por qué un norteamericano hablara con tanta perfección el castellano y lo pronunciara con una dicción castiza, el norteamericano nos dijo que él era Presidente del Colegio de Abogados de Nueva York, y que se sentiría abochornado si no hablara el idioma que, después del inglés, se habla más en el nuevo continente. Luego, en cierta ocasión, al ir al “Timber’s Depart­ ment Store” en Nueva York, el sastre que me tomó la medida, me dijo en castellano: “¿Es usted por ventura un mejicano?” A lo que yo contesté: Menos mal que usted me cree mejicano, porque ayer, viniendo de “Lake 32 DIARIO DE SESIONES Success”, después de pagar el importe de nuestra co­ mida, la cajera me preguntó: “Are yon the Chínese Ambassador”? En una de las sesiones de las Naciones Unidas, cuando se sometió a debate la proposición presentada por ti Jefe de la Delegación de Panamá, doctor Alfaro, proposición de que las Naciones Unidas hicieran una declaración de derechos humanos, hablaron sucesiva­ mente el doctor Alfaro, vuestro servidor, el delegado de' Francia, el delegado del Líbano y, por último, el delegado de Estados Unidos. Todos hablamos en castellano. Como dijo muy bien el Magistrado Recto en su magistral disertación que constituye una filigrana lite­ raria, escuchada por todos nosotros con religiosa aten­ ción, durante la soberanía española el castellano no se enseñaba en las escuelas públicas. Aprendimos el castellano en los colegios de primera y segunda ense­ ñanza regentados por religiosos, pero cuando pereció la soberanía española y se estableció la República de Malolos, la intelectualidad del país, lo mismo que muchos de la clase media, hablaban , el castellano. Al llegar la soberanía norteamericana, ios nuevos dominadores encontraron la ocasión propicia para difundir la ense­ ñanza y el conocimiento del inglés. Pero aún desde entonces hasta ahora en que el castellano ha estado proscrito de las escuelas públicas, puede afirmarse que los magistrados del Tribunal Supremo, los del Tri­ bunal de Apelaciones, la mayoría de los miembros del Gabinete, los jefes de buró, la inmensa mayoría de los abogados, médicos y demás profesionales, escriben y hablan el castellano. Es que el castellano es cantera de una cultura ilustre; el castellano es idioma de filó­ sofos, de teólogos, de grandes jurisconsultos; es la alondra mañanera, ruiseñor parlero, que nidificó en nuestras playas y cuyos encantos atraen al alma fili­ pina, eternamente enamorada de todo lo bello y de todo 1g sublime. Cuando yo era miembro de la Cámara de Repre­ sentantes en 1918, presenté un proyecto de ley que disponía la enseñanza del castellano en las escuelas superiores; pero, aunque los miembros de la Cámara Alta eran compatriotas de habla hispana, aquel pro­ yecto de ley ni siquiera mereció los honores de una dis­ cusión. Durante la Asamblea Nacional, el diputado Miguel Cuenco presentó otro proyecto do ley que decla­ raba obligatoria la enseñanza del castellano en las es­ cuelas superiores. Aquel proyecto de ley fué aprobado por la Cámara única, entonces existente, poro, por desgracia, fué vetado por el Presidente Quezon. El año antepasado, el Senador Sotto consiguió la apro­ bación por el Senado de un proyecto de ley que dis­ ponía la enseñanza del castellano en las “High Schools” y en la Universidad de Filipinas; pero, aquel proyecto de ley, al ser referido a la Cámara de Representantes, quedó tan mutilado que aunque ahora forma parte de nuestro código de leyes, en la práctica es como si tal ley no existiese. Ojalá que las deliberaciones de este Congreso, los discursos elocuentes que se han prenunciado para exaltar las excelencias del idioma cervantino, logren formar una opinión pública vigorosa, que dé lugar para que en nuestras escuelas se enseñe en realidad la hermosa lengua de Castilla. Ojalá también que las deliberaciones de este Con­ greso den lugar para que los lazos de amistad y de frater­ nidad existentes entre España y Filipinas se estrechen más y más; relaciones que no solamente deben ser cultu­ rales, sino también económicas. Cuando España estaba aún regida por la monar­ quía, era uno de los países más prósperos. Al terminar la guerra civil española, algunos personajes de la mal llamada República se incautaron de les billones de pesetas en oro y en plata que existían en el banco de España y en las arcas de la tesorería nacional. Aquel tesoro ya no ha sido recuperado. Los billetes emitidos por el Gobierno de Franco, puede decirse, que sólo cuentan con la garantía de la autoridad que los emitió sin que estén resguardados por monedas o metales de oro y plata. El resultado de todo esto es que, mien­ tras de acuerdo con el tipo oficial en 1947, cuando estuve en España, el cambio del dólar era a razón de doce pese­ tas, en el mercado libre o negro que llaman allí, el cambio era de veintiocho a ochenta pesetas. Últimamente, el cambio de la peseta ha decrecido, puesto que mientras el cambio oficial es de unas veintidós pesetas; en el mercado negro, el cambio del dólar es a razón de cin­ cuenta a sesenta pesetas. Existen productos mercantiles españoles que ob­ tendrían una gran demanda en nuestro país. Tenemos las naranjas, las uvas de España que son las mejores del mundo; cristalería, lámparas, alfombras, abanicos, mantos, mantillas, y una infinidad de artículos que encuentran aceptación general en el país, y, sin embargo, estos artículos no pueden ser importados a Filipinas, porque su precio sería excesivamente alto. Pienso que si España fuera reconocida como miem­ bro de las Naciones Unidas mediante la derogación del acuerdo que sugiere a los Estados componentes de aquella organización que retiren sus representaciones diplomáticas de Madrid; si las naciones que encabezan las democracias abrieran los ojos ante la realidad y reconocieran que España, lejos de ser enemiga de la democracia, es la cuna de la verdadera democracia, como lo pregonan sus antiguos fueros, las leyes de Indias, y el sentido altamente igualitario del español; creo, repito, que si estas naciones, en vez de mirar con desdén a España, buscaran su alianza, le otorgaran la ayuda económica que se está concediendo a muchos países, España no solamente volvería a adquirir su fuerza y su virilidad tradicionales, sino que sería además uno de los baluartes más fuertes centra el comunismo ateo y tiránico. El viejo hidalgo manchego mencionado por el Magistrado Recto, está presto a recoger su antigua lanza para arremeter contra los malandrines y espoliadores hoy disfrazados de falsos apóstoles de la justicia y de la liberted. Muchas gracias. MOCIÓN DEL R. P. JOAQUÍN LIM JARAMILLO El R. P. Jaramillo. Señor Presidente: para un asunto trascendental. El Presidente. Puede plantearlo el señor Con­ gresista. El R. P. Jaramillo. Propongo que so considere inmediatamente por el Congreso el Proyecto de Reso­ lución número 1, que acaba de »ometer a la Secretaría el Ccmité de Resoluciones. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS El Presidente. ¿Hay alguna objeción a la mo­ ción? (Silencio.) La Mesa no oye ninguna. Queda, por tanto, aprobada. CONSIDERACIÓN Y APROBACIÓN DEL PROYECTO DE RESOLUCIÓN No. 1 El Presidente. El señor Secretario se servirá leer el proyecto, objeto de la moción del Congresista padre Jaramillo. El Secretario: PROYECTO DE RESOLUCIÓN No. 1 Presentado por el Comité de Resoluciones RESOLUCIÓN QUE TIENE POR OBJETO CREAR, COMO POR. LA PRESENTE CREA, UNA DELEGACIÓN DE QUINCE CONGRESISTAS QUE SE LLA­ MARÁ “DELEGACIÓN DEL PRIMER CON­ GRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS,’’ PARA QUE ACTÚE EN LUGAR DEL MISMO, DESDE LA CLAUSURA HASTA LA INAUGU­ RACIÓN DEL SIGUIENTE CONGRESO. Por cuanto, el Primer Congreso de Hispanistas do Filipina»» se ha de clausurar en esta fecha; Por cuanto, existen mociones y resoluciones pen­ dientes de consideración en les comités correspondientes; Por cuanto, talos mociones y resoluciones re­ quieren detenido estudio, habida cuenta su importancia y trascendencia; Por cuanto, dichas mociones y resoluciones no pueden ser consideradas ni discutidas en el presente Congreso, debido a la premura del tiempo; Por tanto, el Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas resuelve: 1. Crear, como por la presente crea, una Dele­ gación Ccngresional que se componga de quince Con­ gresistas y que se llamaiá “Delegación del Primer Con­ greso de Hispanistas de Filipinas”, para que actúe en lugar de este Congreso, desde su clausura hasta la inau­ guración del siguiente, y resuelva con los mismos poderes y facultades que el presente Congreso todos los pro­ yectos de resolución y las mociones que estuvieren pendientes de consideración y las que luego oe presen­ taren ante ella. 2. Que el Presidente de turno de este Congreso nombre a los Congresistas que deben formar dicha Delegación. 3. Será Secretario de dicha Delegación el Secre­ tario del actual Congreso. 4. La “Delegación del Primer Congreso de His paniotas de Filipinas” tendrá plenos poderes y facul­ tades para cubiir, mediante elección, cualquier vacante que en ella hubície u ocuiriere. 5. Dicha Delegación deberá infoimar de sus acuerdos y actividades al siguiente Congreso de His­ panistas do Filipinas, y quedará disiiclta ipso fado tan pronto como cumpla con este deber. El Sr. José Sotelo. Señor Presidente: Pido que se apruebe el proyecto. El Sr. Francisco Zamora. Secundo la moción. El Presidente. ¿Hay alguna objeción al pro­ yecto de resolución que acaba de leerse? (Silencio.) La Mesa no oye ninguna. Queda aprobado. Do conformidad con el proyecto que acaba do aprobarse, la Mesa nombra a los señores José P. Bantug, Guillermo Gómez, Manuel C. Briones, Eineterio Barcelón, José María Delgado, Francisco Licngson, Benigno del Río, José Sotclo Matti, Joaquín Lim Jaramillo, Tcmás Fe Barrettc, José Razón, Honorato E. Ordóñez, Enrique Fernández Lumba e Ignacio B. Alcuaz, para for­ mar la Delegación del Primer Congreso de Hispanistas. TELEGRAMAS Y OTRAS COMUNICACIONES El Presidente. Léanse los telegramas de adhe­ sión y mensajes recibidos en la Secretaría. El Secretario: “DALAGUETE OCT 11 50 “DR. BANTUG UNIVERSIDAD “CENTRO ESCOLAR MANILA “LEGIÓN RIZAL1NA ADHIERE CON­ GRESO SUGIERE LEGISLACIÓN CASTE­ LLANO OBLIGATORIO ESCUELAS COLE­ GIOS PUBLÍQUESE REVISTA TRILINGÜE CASTELLANO INGLÉS TAGALOG SEA MÁS LEÍDA “SINCERA ALCÁNTARA SECRETARIA” El Presidente. Al archivo. El Secretario: “JARO ILOTLO OCT 9 1950 “DR. JOSÉ BANTUG “PRESIDENTE CONGRESO “HISPANISTAS UNIVERSIDAD “SANTO TOMÁS MANILA “HISPANISTAS SE ADHIEREN CALURO­ SAMENTE FINES CONGRESO ELIGIENDO DELEGADOS SUYOS GUILLERMO Y FE­ LIPE GÓMEZ SÍRVASE NOTIFICARLES “OBISPO CUENCO” El Presidente. Al archivo. El Secretario: “CEBÚ OCT 9 1950 “PRESIDENTE CONGRESO HISPANISTA “UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS “MANILA “COLEGIO SAN JOSÉ RECOLETOS CEBÚ ADHIÉRESE CONGRESO HISPANISTAS AUGURANDO TRIUNFO NOBILÍSIMO IDEAL “PADRE LEGARRA RECTOR” El Presidente. Al archivo. 34 DIARIO DE SESIONES El Secretario: “TALISAYAN MIS OCT 7-50 “DOCTOR JOSÉ BANTUG “UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS “MANILA “ADHIÉROME SALUDANDO AFECTUO­ SAMENTE MIEMBROS PRIMER CONGRE­ SO HISPANISTA DESEANDO ESPLENDEN­ TES ÉXITOS RECUERDOS “BALDOMERO PELÁEZ” El Presidente. Al archivo. El Secretario: “DIÓCESIS OF NUEVA CÁCERES “Naga City, Philippines “9 de octubre de 1950 “Sr. D. José P. Bantug “Musec, Universidad de Sto. Tomás “Manila “Muy señor míe: “Quedo sumamente honrado con el nombra­ miento que Vd. ha tenido a bien extenderme como representante especial en esta Diócesis del Primer Congreso de Hispanistas que Vd. tan dignamente preside. “Al recibo de su atenta carta de fecha 27 de septiembre último, en el afán de cumplir con el cometido que Vd. se dignara encomendarme, procedí sin pérdida de tiempo a nombrar a mi vez Como representantes míos a otras personas de reconocido hispanismo en esta Diócesis, rogán­ doles que me ayudaran en hacer la debida pro­ paganda del Congreso en ciernes dentro del breve tiempo que queda para su celebración, a fin de que éste obtenga su deseado éxito. “Como resultado de mi apelación, tengo el gusto de informarle que hasta la fecha, seis personas ya han prometido su asistencia personal al Congreso y otras siete han asegurado enviar su correspondiente delegado. Do todos éstos, tres han pagado la cuota mínima de patrocinador y uno la correspondiente a miembro ordinario. Los demás pagarán directamente al Sr. Tesorero su respectiva cuota de patrocinadores. En esta misma fecha remito al Sr. Tesorero la cantidad de P105.00 por tros cuotas de patrocinadores y una de miembro ordinario, añadiendo la mía propia como patrocinador. “Mientras siento de mi parte grande entu­ siasmo y atracción por este movimiento cultural de incalculable transcendencia para nuestra vida nacional, lamento muy de veras me vea obligado a privarme del placer de asistir a las sesiones del Congreso, debido al h( cho de que está entre nosotros aquí la veneranda imagen de Ntra. Sra. de Antipolo y lo estará hasta el día 12 mismo. “Deseando un rotundo éxito para el Congreso y uniéndome en espíritu con todos los que sienten en favor del resurgimiento del castellano en nuestro amado país, pláceme sobremanera pro­ fesarme. “De Vd. afmo. s. en el C. de J. (Fdo.) “Pedro P. Santos, “Obispo”. El Presidente. Al archivo. El Secretario: “LUNA COLLEGES “Tayug, Pangasinán 4 de octubre de 1950. “Sr. José P. Bantug “Presidente del Comité Ejecutivo “del Primer Congreso de Hispanistas “Manila “Muy señor mío y de mi distinguida conside­ ración: “He leído con fruición en la ‘Nueva Era’ el llamamiento cordial del Comité Ejecutivo del Primer Congreso de Hispanistas del cual es V. dignísimo presidente, a todos los amantes del idioma español. “Entusiasta como el que más y partidaria acérrima de todo lo que se refiere al idioma castellano, me adhiero incondicionalmente por medio de la presente a los objetivos y propósitos que impulsaron a los autores a celebrar un Con­ greso de Hispanistas para lo cual le remito gus­ tosa la cantidad de cinco pesos en giro postal, cantidad señalada para ser miembro del Con­ greso. “Para su información siento muchísimo mani­ festarle que, habiendo coincidido con días de clase la celebración del Congreso no podré tener el placer y la honra de presenciarlo y tomar parte en sus sesiones. Sin embargo, haré que mi her­ mana Esperanza ocupe mi puesto en el Con­ greso, anticipándole que, cualquiera que sean los acuerdos aprobados, va mi humilde apoyo. “Con mis sinceros parabienes a todos los miem­ bros del Primer Congreso de Hispanistas, quédome de V. “Muy sinceramente, (Fda.) “Constancia Poblete”. El Presidente. Al archivo. MOCIÓN DEL R. P. BENIGNO B. NAVARRE, O. S. B. El R. P. Navarre. Señor Presidente. El Presidente. Señor Congresista. El R. P. Navarre. Propongo que se ruegue al Excelentísimo Señor Presidente de Filipinas, que declare fiesta oficial el 12 de octubre, Día de la Hispanidad. El Dr. Bantug. Secundo la moción, Señor Pre­ sidente. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 35 El Presidente. La Mesa va a someter a vo­ tación la moción que acaba de presentarse, si contra ello no hay objeción. (Silencio.) La Mesa no oye ninguna. Los que estén conformes con la moción de que se rungue al Excelentísimo Señor Presidente de Filipinas que declare fiesta oficial el 12 de octubre, Día de la Hispanidad, tengan la bondad de decir, “sí”. (Muchos Congresistas: SÍ.) Los que estén en contra que digan, “no”. (Silencio.) La Mesa declara aprobada la moción. CREACION DE UN COMITÉ DE NOTIFICACION El Dr. Bantug. En relación con la moción que acaba de aprobarse, propongo que la Mesa nombre un comité de tres Congresistas para notificar a Su Ex­ celencia, el Presidente de la República, acerca del con­ tenido de dicha moción. El Sr. César de Larrazáhal. Secundo la moción, Señor Presidente. El Presidente. Si no hay objeción, la Mesa la dará por aprobada. (No la hubo.) La Mesa nombra a los Congresistas don José Razón, don José Sotelo Matti y don Víctor Molina Martell, como comité para notificar a Su Excelencia, el Presi­ dente de Filipinas, acerca del acuerdo en que se le ruega que declare fiesta oficial el 12 de octubre, Día de la Hispanidad. REMISIÓN DE PROYECTOS PENDIENTES DE CONSIDERACIÓN A LA DELEGACIÓN DEL PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS El Presidente. Léanse los títulos de los pro­ yectos de resolución no considerados aún. El Secretario: Del Congresista Francisco Zamora: Resolución pidiendo al Segundo Congreso do la República de Filipinas, la enmienda del aitículo dos de la Ley número quinientos ochenta y seis, en el men­ tido de eximir del impuesto correspondiente a las socie­ dades que se han fundado principalmente para cultivar el Arte Teatral Español e Hispano-Filipinc, bajo ciertas condiciones. Del Congresista César de Larrazábal: Resolución en la que se pido a la Real Academia Española de la Lengua que en las sucesivas ediciones de su diccionario sustituya las palabras “Indios” e “India”, cuando se refieran a las pcisonas o las cosas de Filipinas, con los vocablos “Filipino”, “Filipina” o “indígenas de Filipinas”, según fuere el caso. Del Congresista J. Lim Jaramillo: 1 .—Resolución en la que se encarece sinceramente a los hispanistas para que procuren ganar alumnos, y amigos al único centro de enseñanza española fun­ dado por los dirigentes del Primer Congreso de His­ panistas “Academia Cervantes” que conferirá títulos oficiales para maestres. 2 .—Resolución en la que se insta a la Delegación del Congreso de Hispanistas para que entre en arre­ glos con las diversas entidades Hispanistas de Manila y provincias para formar una “Federación Nacional de Hispanistas” incorporándola en la oficina de incor­ poraciones del Gobierno. 3 .—Resolución en que se pide al Gobierno de la República Filipina conceda a la editorial de Hispa­ nistas poder de disponer en dólares unos quince mil o bien más al año para la compra de libros en español en España o en Sur América. Del Congresista Enrique Fernández Lumba: 1 .—Resolución por la que se insta a las autori­ dades correspondientes filipinas y españolas que adop­ ten las medidas necesarias para la debida conservación y catalogación de los viejos archivos que pertenecieron al Gobierno Español en Filipinas. 2 .—Resolución de cordial y fraternal saludo del . Congreso de Hispanistas a todos los periodistas y escri­ tores filipinos que utilizan el inglés o el tagalo como vehículo de expresión. 3 .—Resolución por la que se insta a los Profesores de Español de Filipinas a que formen entre sí una asociación al objeto de hacer más fructífera la ense­ ñanza de dicho idioma en las escuelas. De la Delegación de Cebú: Resolución pidiendo que el Primer Congreso de Hispanistas, celebrado en Manila el año 1950, sugiera a las entidades culturales de las Naciones de habla Hispana la constitución de un Congreso Interna­ cional de Relaciones Culturales Hispánicas para pro­ pulsar la cultura española y estrechar las relaciones entre todas las Naciones precedentes del tronco cul­ tural español. Del Congresista José Lauchengco: 1 .—Resolución recabando del Instituto de Cul­ tura Hispánica de Madrid la concesión de una beca especial para un estudiante de la Academia Cervantes de Manila. 2 .—Resolución recabando del mismo Instituto de Cultura Hispánica adopte las provisiones necesarias para que se editen en España, con destino a Filipinas, libros de Literatura, de Arte, de propaganda, etc., a precios mínimos para que estén al alcance de los estu­ diantes de Filipinas. 3 .—Resolución recabando del mismo Instituto de. Cultura Hispánica se den facilidades a los autores filipinos paia que puedan editar sus obras en España a precies llevaderos. Del Comité de Monumentos Históricos: 1 .—Resolución pidiendo a la Junta Municipal que, como quiera que la Ciudad de Manila ya ha pedido al Gobierno Nacional un presupuesto para el traslado del monumento de Simón de Anda y Salazar a una 36 DIARIO DE SESIONES plazoleta que se levantará en la intersección de las calles Aduana y Malecón, se coloquen en la base del monu­ mento los restos de Anda, que ahora se hallan en el ábside de la Catedral. 2 .—Resolución rogando al Comité Ejecutivo del Congreso de Hispanistas que se hagan gestiones para la emisión de una serie de sellos de correo con la efigie de filipinos conspicuos educados en tiempos de España, que se han distinguido en el campo de las Ciencias, Artes y Letras, y son honra y orgullo de Filipinas y del mundo civilizado, como D. Juan Luna, D. Caye­ tano Arellano, D. León Ma. Guerrero, D. Félix Resu­ rrección Hidalgo, D. Anacleto del Rosario, Dr. Gre­ gorio Singián, Dr. Luis Guerrero y otros nombres que el Ccmité estime convenientes. 3 .—Resolución recabando de las autoridades de la Ciudad de Manila pongan estrictamente en vigor la Ord. No. 2830, enmendada por la Ordenanza No. 2906, sobrj zonificación, así como la Ley No. 171 de la Mancomunidad, que tiene por objeto adoptar el tipo de arquitectura colonial española en el distrito de Intramuros, a fin de que dicho distrito no pierda total­ mente su fisonomía histórica con la construcción dv tantas bodegas o camarines y otros edificios de índole puramente comercial. De los Congresistas V. de Vera y T. B. Morató: Moción en la que se recomiendan ciertas provi­ siones para ser incluidas en los Estatutos de la Asociación, a saber: (a) Que los miembros sean clasificados en regu­ lares y protectores; (b) Que los miembro» regulares podrán unirse a cualquier partido y emitir su voto a favor de sus candidatos; (c) Que la Asociación podrá, dedicarse a activi­ dades políticas, bajo ciertas condiciones; (d) Que los miembros deben mantener entre sí una mutua protección. El Presidente. Remítanse todos esos proyec­ tos a la Delegación del Primer Congreso de His­ panistas de Filipinas, para la acción que estime conveniente. UN PADRE NUESTRO EN SUFRAGIO DEL ALMA DEL SENADOR VICENTE SOTTO El Presidente. El Honorable Senador Don Vi­ cente Sotto, autor de la ley vigente, que hace obliga­ toria la enseñanza del idioma español en las institu­ ciones docentes, ha tendido el vuelo hacia el Infinito, dejando en el seno de los Hispanistas un hueco muy difícil de llenar. En sufragio de su alma y como muestra de gratitud a su inapreciable obra, dediquémosle un Padre Nuestro. (El Presidente y todos los Congresistas se levantan y rezan el Padre Nuestro.) VOTO DE GRACIAS A LA PRESIDENTA DE LA UNIVERSIDAD DEL CENTRO ESCOLAR El Dr. Bantug. Señor Presidente. El Presidene. Señor Congresista. El Dr. Bantug. Propongo que este Congreso dé un voto de gracias a la Presidenta de la Universidad del Centro Escolar, por la generosa cesión de este salón de actos para la celebración de las sesiones de esta asamblea. El Sr. Benigno del Río. Secundo la moción, Señor Presidente. El Presidente. ¿Aprueba el Congreso la moción que a él se ha sometido? (Muchos Congresistas: “SÍ".) El Secretario se servirá dar cuenta de este voto a la Presidenta de la Universidad del Centro Escolar. CLAUSURA DEL CONGRESO El Presidente. ¿Mociones? (Silencio.) Habiendo cumplido con el programa de hoy y creado una Dele­ gación que se encargue do estudiar y resolver los asuntos pendientes, que, por su naturaleza, extensión e impor­ tancia no pueden despacharse en el breve tiempo fijado para las piesentcs sesiones, la Mesa da por clausurado este Congreso. Eran las 6:45 P. M. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 37 APÉNDICE "A" jPRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 1950 Presidente Honorario S. E. Don Elpidio Quirino—Presidente de la Repú­ blica de Filipinas Vicepresidentes Honorarios Hcn. Fernando López—'Vicepresidente de la Repú­ blica de Filipinas Excmo. Sr. Don Antonio Gullón—Ministro Plenipo­ tenciario de España Hon. Manuel de la Fuente—Alcalde de la Ciudad de Manila Miembros Honorarios Hon. Federico Ezequiel Massot—Encargado de Nego­ cios a.i. de la República Argentina limo. Sr. Don Vicente Aparicio—Cónsul General adjunto de España Hon. Leonardo R. Osorio—Cónsul de la República de Costa Rica Hon. Andrés Soriano—Cónsul de la República de Cuba Hon. Ricardo Padilla Satrústregui—Cónsul de la Repú­ blica del Ecuador Hon. José García Alonso—Cónsul de la República de Guatemala Hon. Alfredo Carmelo—Gónsul de la República de México Hon. Carlos Gclano—Cónsul de la República de Ni­ caragua Hon. José Domingo Figueroa—'Cónsul General de la República de Panamá Hon. Carlos Ma. da Luz Nuñes—Cónsul de la Repú­ blica de Portugal Hon. Rafael Pérez Rosales—Cónsul de la República de El Salvador Hon. Manuel Sabatcr—Cónsul de la República de Ve­ nezuela limo. Sr. Don Enrique Bcltrán—Consejero de Emba­ jada-Legación de España limo. Sr. Don José A. Bahnchana—l.er Sec. de la Legación de España limo. Sr. Marqués de Casa Madrid—2.o Sec. de la Legación de España Sr. Don Ignacio Planas—Presidente del Casino Es­ pañol de Manila; Presidente de la Cámara de Co­ mercio Española Sr. Don José A. Segura—Presidente de la Sociedad Española de Beneficencia Excmo. Sr. General Don Emilio Aguinaldo—Ex Presi­ dente de la 1.a República Filipina Hon. Manuel Moran—Presidente del Tribunal Supremo limo. Sr. Don Guillermo Gómez—Director de la Aca­ demia Filipina correspondiente de la Real Aca­ demia Española Hon. Jaime C. de Veyra—Secretario de la A. F. corres­ pondiente de la Real Academia Española Excmo. Sr. Don Claro M. Recto—Ex Magistrado del Tribunal Supremo; Miembro de la A. F. corres­ pondiente de Ja R. A. y de la de Legislación y Juris­ prudencia de España Hon. Manuel C. Brioncs—Ex Magistrado del Tribunal Supremo y miembro de la A. F. correspondiente de la R. A. E. Hon. Luís Montilla—Director de la Oficina de Biblio­ tecas Públicas Huéspedes de Honor Hon. Mariano Jesús Cuenco—Presidente del Senado de Filipinas Hon. Eugenio Pérez—Speaker de la Cámara de Re­ presentantes Hon. Pablo Lorenzo—Secretario do Educación. CONGRESISTAS PATROCINADORES 1. Alcuaz, Don Ignacio B. 510 Samanillo Bldg., Manila 2. Alvero, Doña Rosa Sevilla de Roseville Col., 830 Gov. Forbes 3. Aranda, Don Leoncio M. Banco de las Islas Filipinas 4. Arnáiz, Don José 314 Samanillo Bldg., Manila 5. Ayala y Cía., Sres. Ayala Building, Manila 6. Barcelón, Dr. Emeterio Jalandoni Bldg., Dasmariñas 7. Barretto, Hon. Alberto Santa Mesa 188, Manila 8. Barretto, Don Tomás F. 126 Gral. L. Gerónimo, Manila 9. Barretto, Don Tomás E. Fáb. de Cerveza de San Miguel 10. Baylón, Dr. Carlos . Daraga, Legazpi, Albay 11. Bolinas, Don Andrés Daraga, Legazpi, Albay 12. Borja, Don Alfredo Daraga, Legazpi, Albay 13. Brías, Don Enrique c/o Roxas y Cía., Soriano Bldg. 14. Brodett, Don A. V. María Carpena 70, Manila 38 DIARIO DE SESIONES 15. Buenaventura, Doña Dolores V. Universidad de Filipinas 16. Cacho Hermanos, Inc., Sres. Calle Legarda, Manila 17. Calero, Don Federico Calero y Cía., Filipinas Bldg. 18. Capuchinos, Ccrp. de P.P. Quezon City, Rizal 19. Carbungco, Don Ambrosio Lepanto 822, Manila 20. Cárdenas, Don José Pérez Avilés 405, Manila 21. Campos Rueda, Don Antonio Juan Luna 425, Manila 22. Casino Español de Iloílo Iloílo, Panay 23. Compañía General de Tabacos do Filipinas Marqués de Comillas 212, Manila 24. Corpus, Hon. Rafael A. Merced 411, Paco, Manila 25. Cruz, Don Emilio Oficina del Scc. Particular, Malacañán 26. Cuenco, Mons. José Ma. Jaro, Iloílo, Panay 27. Delgado Hermanos, Inc., Sres. Delgado Bldg., Port Area 28. Delgado, Dr. José Ma. 2305 E. Mendiola, Manila 29. Del Río, Don Benigno 703 San Fernando, Manila 30. Del Río, Don Tomás 703 San Fernando, Manila 31. Durán, Hon. Pío 89-91 Escolta, Manila 32. Erquiaga, Don Buenaventura de Legazpi, Albay 33. España, Excmo. Sr. Ministro de Legación de España, M. de Comillas 34. Fernández, Hon. Ramón J. Juan Luna 109, Manila 35. García P. de Tagle, Don Adolfo Sta. Escolástica 48, Pasay City, Rizal 36. Gómez, Don Felipe F. B. Harrison 1477, Pasay City, Rizal 37. González, Don Antonio F. Phil. Guaranty Co., Filipinas Bldg. 38. Guevarra, Don Emiliano Daraga, Legazpi, Albay 39. Guzmán, Don Cresccnciano de Bacacay, Albay 40. Kahn, Don Carlos Fáb. de Cerveza de San Miguel 41. Kahn, Don Raúl Fáb. de Cerveza de San Miguel 42. Letrán, Colegio de San Juan de Muralla 151, Intramuros, Manila 43. Liongson, Don Francisco Nebraska 303, Malate, Manila 44. Lorenzo, Hon. Pablo Sec. de Educación 45. López Flores, Don Manuel “Semana”—Globo de. Oro, Manila 46. López, Don José T. Hipódromo 24, Sta. Mesa, Manila 47. Mabanta, Don Narciso University of the East, Azcárraga 48. Madriaga, Mons. Mariano Lingayén, Pangasinán 49. Magalona, Hon. Enrique B. Senado de Filipinas 50. Matilia, Don Faustino Fáb. de Cerveza de San Miguel 51. Mira Hermanos, Inc., Sres. General Luna 1335, Paco, Manila 52. Miranda y de Morcta, Don Paulino Tuason y Sampcdro, Globo de Oro 53. Miranda y de Moreta, Don Jaime Phil. Net'& Braid Mfg. Co. 54. Morató, Hon. Tomás B. El Hogar Fil. Building, Manila 55. Muscat, Don Alberto Honolulu Iron Works, Port Area 56. Obeso, Don José Tabacalera, Iloílo 57. Ocampo, Don Fernando 324 Calvo Bldg., Manila 58. Oteyza, Don Carlos de San Rafael 110, Manila 59. Padilla, Don Ricardo Tabacalera, Manila 60. Pérez Rubio, Don Carlos Balagtás 115, Pasay, Rizal 61. Pérez Rubio, Don Miguel 10th Street 57, New Manila 62. Picornell, Don Santiago 2.o piso, Ayala Bldg., Manila 63. Ponce Enrile, Don Alfonso 7.0 piso, Soriano Bldg., Manila 64. Potenciano, Dr. Conrado V. Mapa 243, Sta. Mesa, Manila 65. Preysler, Doña Margarita Z. Vda. de R. Hidalgo 1046, Manila 66. Puyat, Don Gonzalo Rodriguez Arias 190, Manila 67. Quiogue, Don Manuel 115 Singálong, Manila 68. Quirino, Don Demetrio San Rafael 96, Manila 69. Razón, Don Antonio Caseta de Prácticos, Manda 70. Razón, Coronel Don José c/o Roxas y Cía., Soriano Bldg. 71. Recoletos, Corp, de P.P. San Sebastián, Manila 72. Reyes, Mons. Gabriel M., Arzobispo Pro-Catedral, San Miguel, Manila 73. Reyes, Mons. Vicente P. Pro-Catedral, San Miguel, Manila 74. Roces, Don Rafael R, Roces Bldg., Rizal Ave., Manik 75. Rocha, Don Antonio V. Sharp & Co., Escolta, Manila 76. Rocc, Don Fernando Fáb. de Cerveza de San Miguel Manila PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 77. Rosario Tankiang, Den Eduardo del 78. Roxas y Cía., Sres. Soriano Bldg., Manila 79. Ribas, Don Miguel Panadería Viena, Calle Echagüe 80. Riu, Don Juan Riu Hermanos, Pinpín, Manila 81. Samanillo, Don Luís Pérez Samanillo Bldg., Escolta, Manila 82. San Beda, Colegio de E. Mendiola, Manila 83. Sancho, Mons. Santiago Nueva Segovia 84. San Miguel, Fáb. de Cerveza de Avilés, Manila 85. Santamaría, Don Enrique Soriano Bldg., Manila 86. Santos, Dr. M. V. de los Universidad de Manila 87. Santos, Mons. Pedro P. Naga, Camarines Sur 88. Santo Tomás, Universidad de Avenida España 89. Soriano y Cía., Sres. Soriano Bldg., Manila 90. Sotelo Matti, Don José Castillejos 1031, Manila 91. Ubaldo Rizal, Dr. Aristco Uli-uli 256, San Miguel, Manila 92. Villabrille, Don Alfredo Fáb. de Cristal de San Miguel CONGRESISTAS 1. Arroyo, Mercedes Profra. de español—U. P. 2. Agrava, Leonor Profra. de español—U. P. 3. Aycsa, Alfonso 188 Manga Ave., Sta. Mesa 4. Abogado, María S. de Academia Cervantes, R. Hidalgo 1089 5. Arcaira, Rev. P. Leopoldo A. Concepción, Malabón, Rizal 6. Amechazurra, Antonio 2560 Taft Ave., Pasay City 7. Abad, Antonio M. P. Noval 723, Manila 8. Arcedera, Adriano C. Cavite City, Cavite 9. Arce, Carlos 510 Samanillo Bldg., Escolta 10. Agatep, Mateo S. del Rosario 2550, Tondo, Manila 11. Alandy, Luís Phil. Charity Swoepstakcs 12. Albrecht, Rev. P. Antonio Univ. de San Carlos, Cebú City 13. Acuña, Blanca B. de Instituto de español, S. J. de Letrán 14. Aguiar, Sor María Colegio de Santa Rosa, Manila 15. Apao, Federico Oroquieta, Misamis Occidental 16. Angeles, Servando Barbosa 313, Manila 17. Arenas, Felipe Burean of Health, Manila 18. Acebedo, Mons. Miguel Obispo de Calbáyog 19. Alvero, Rosa Sevilla de 830 Gov. Forbes, Manila 20. Aguilar, Maximiano Lucbán 93, Pasay City 21. Alonso, Tomás 129 A. Bonifacio, Cebú City, Cebú 22. Abella, Milagros de Instituto de español, S. J. de Letrán 23. Barretto (hijo), Alberto 188 Sta. Mesa, Manila 24. Barretto (hijo), Federico 188 Sta.' Mesa, Manila 25. Barretto, Concepción L. de 126 Gral. L. Gerónimo, Manila 26. Barretto, Amalia S. de 126 Gral. L. Gerónimo, Manila 27. Barrio, José A. del María Carpena 794, Manila 28. Borja, Joaquín R. 7.o piso, Soriano Bldg., Manila 29. Blanco, Miguel Arlegui 1037, Manila 30. Bantug, José P. Oficina de Sanidad, Manila 31. Bantug, Antonio V. Occ. Life Ins. Co., 3.er piso M. R. S. Bldg. 32. Barceló, Lim José Ma. Brixton Hill 16, Sta. Mesa 33. Borrás, Vicente Instituto de español, S. J. de Letrán 34. Blando, R. P. Niceas Nueva Segovia, Abra 35. Benabarre, Rev. P. Benigno Colegio de San Beda, Manila 36. Benito, Saturnino Sagpon, Albay 37. Belmonte, Nicolás 101 Brías Roxas Bldg., Escolta 38. Brillantes, Adolfo Oficina del Procurador General 39. Ballesteros, José Ciudad de Cavite • 40. Briones, Bartolomé Anacleto 1047, Manila 41. Celestino, Josefina Burcau of Health, Manila 42. Costas Beitia, Juan Raón 900, Sta. Cruz, Manila 43. Chiyuto, Sulpicio Dept. de Sanidad, Manila 44. Concepción, Gregorio C. Leveriza 271, Pasay City 40 DIARIO DE SESIONES 45. Calleja, Jesús Malinao, Albay 46. Cruz, Francisco Academia Cervantes, Manila 47. Cánovas, Juan E. Lagmay 20, San Juan, Rizal 48. Caro, Ramón Aguado 144, San Miguel, Manila 49. Cruz, Juan N. de la Ave. Rizal 1642, Manila 50. Chanco, Pedro M. P. O. Box 593, Manila 51. Castillo, José del Dagupan 959, Manila 52. Caballero, José Ma. Yellow Taxi Cab 53. Caluag, José L. Jefe UNICEF, San Lázaro Compound 54. Calero, Conchita 45 Gral. L. Gerónimo, Manila 55. Cruz, Hipólito León XIII, Tondo, Manila 56. Costa, Sixto de la |RFC—P. N. Bank, Escolta, Manila 57. Carmena, Vicente P. N. Bank, Escolta, Manila 58. Covarrubias, José A. Mabini 166 Int., Caloocan 59. Carballo, María Lourdes Instituto do español, S. J. de Letrán 60. Caparás, Anastacio Lagmay 140, San Juan, Rizal 61. Cruz, Rosario de la Phil. Women’s University, Manila 62. Cuenca, Purificación Academia Cervantes, Manila 63. Casas, María Orense de Abreu 1437-B, Manila 64. Calleja, Manuel M. Calle Rizal, Legazpi, Albay 65. Concepción, Fernando de la 412 Samanillo Bldg., Escolta, Manila 66. Darosa, Elvira Barrctto de 1212 Vergara, Manila 67. Darosa, Fernando 1212 Vergara, Manila 68. Domínguez Austria, C. R. Bureau of Health, Manila 69. Diez, R. P. Martín, O. P. Colegio de San Juan de Letrán 70. Dizon, F. R. Fáb. Cerveza de San Miguel, Polo Plant 71. Dayot, Vicente D. Dingras, Iloílo 72. Delgado, Francisco A. War Dámage Cominission 73. Espina, Julio W. Arqueros 52, Tondo (Cebú City, Cebú) 74. Escober, José V. Bulusan, Sorsogón 75. Esteban Anguita, Julio Galicia 639, Manila 76. Encarnación, Vicente Patato 32, Sampáloc, Manila 77. Francisco, Sixto A. Chief Nat. Chest Center, San Lázaro 78. Fanlc, José Gastambide 77, Sampáloc, Manila 79. Fanlo, Félix Gastambide 77, Sampáloc, Manila 80. Fernández Lumba, Enrique Blumentritt 202, San Juan, Rizal 81. Fernández Lumba, Tomás Amatista 163, Manila 82. Fernández, Vicente T. Valenzucla 204, Sta. Mesa, Manila 83. Félix, Alfonso Tribunal de Apelaciones 84. Fernando, Pacita Z. Instituto de español, S. J. de Letrán 85. Fornilda, Alfonso J. Tanay, Rizal 86. Fernández, José Ma. N. Domingo 96, San Juan, Rizal 87. Gatmaitán, Clemente Oficina de Sanidad, Manila 88. Gregorio, Teófilo G. Lope de Vega 222, Manila (Atimonan) 89. Gray, Filomeno 4th Street No. 20, España Ext. 90. Gaspar, Jesús Central D. Pedro, Nasugbú, Batangas 91. González, Rafael G. A. Mabini 942, Malate, Manila 92. Gómez, Tomás G. Tuazon 151, Sampáloc, Manila 93. García, Mercedes P. Instituto de español, S. J. de Letrán 94. García Martín, Vicente Santol 952, Sta. Mesa, Manila 95. González Anguita, Julio 1220 Arlcgui, Manila 96. García Llamas, Antonio Sta. Escolástica 48, Pasay City 97. Gucvarra, Manuel San Rafael 306, Manila 98. Guzmán, Felipa de Bacacay, Albay 99. González, Antonio M. Iriga 5, Sta. Mesa Heights, Manila 100. Hilvano, Alejandro F. Jocson 245, Sampáloc, Manila 101. Huertas, José Inspector Calderas,.Aduana, Manila 102. Ibolcón, Rafael Ipil 2201, Esquina Batangas, Manila 103. Igehno, M. R. P. Bernardino Vice-Rector, San Juan do Letrán 104. Infante, Enrique Fáb. de Cerveza de San Miguel, Polo Plant 105. Jara, Eufemio Bureau of Hospitals, Manila 106. Jesús, Pablo J. de Malabón, Rizal PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 41 107. Jocson, Remigio S. Legarda 588, Manila 108. Jugo, Fernando Tribunal de Apelaciones 109. Jiménez, Feliciano A. University of the East, Manila 110. Lim Jaramillo. R. P. J. Academia Cervantes, Manila 111. Lacuna, Demetrio Tuason Ave. 65, Sta. Mesa Height 112. López Rizal, Leoncio San Gregorio 22, Paco, Manila 113. Lange, Juan de P. O. Box 669, Manila 114. Larrazabal, César de Vergara 1112, Manila 115. Lauengco, Pio Tuguegarao, Cagayan 116. Leguina, Dionisio San Fernando 703, Manila 117. Legarda, Vicente L. Reina Regente 560, Manila 118. Liongson, Eulalia C. de Nebraska 303, Manila 119. Losada, Mariano Tejeros 114, Makati, Rizal 120. Luciano, Andrés J. 5th Street, San Beda Subd., Mamila 121. Laperal, Augusto Manila Police Department 122. López, R. P. Bernardo Rector Colegio de San Boda 123. La O, Gabriel Brixton Hill 32, Sta. Mesa, Manila 124. Luz,‘ Arsenio N. Zurbarán 500, Manila 125. Lauchengco, José 403 Samanillo Bldg., Escolta, Manila 126. López del Castillo, José Bur. de Archivos, Biblioteca Nacional 127. Martínez, R. P. José Colegio de San José, Cebú City 128. Monis, R. P. Patricio V. Nueva Segovia, (Brixton Hill 16) 129. Monscrratt, Rafael A. J. Ruiz No. 40, Manila 130. Martín García, Miguel F. B. Harrison 569, Pasay City 131. Moreno Salcedo, Luís Dept. Asuntos Exteriores, Manila 132. Martínez Godinez, J. Canciller-Consulado de España 133. Martín, Eduardo San Fernando 703, Manila 134. Mendoza, Benigno Agoo, La Unión, llocos 135. Molina Martell, Víctor Barbosa 313, Manila 136. Manuel, Emilio M. Academia Cervantes, Manila 137. Macarenas, Gelasio Academia Cervantes, Manila 138. Molina, Filomeno Bacarra, llocos Norte 139. Mañosa, Manuel Metropolitan Water District 140. Medel, Erasmo Santa María, Zamboanga 141. Montes, R. P. Mariano Iglesia, de Sampáloc 142. Martínez, R. P. Modesto Colegio de San Carlos, N. Occ. 143. Martínez, R. P. Cayetano de Parroquia de la Ermita 144. Montinola, Enrique P. Isabel 517, Sampáloc, Manila 145. Nepomuceno, Valentín P. Fáb. de Cerveza de San Miguel, Polo Plant 146. Noguera, Remedios Phil. Women’s Univcrsity, Manila 147. Ncri, José L. Anaclcto 2140, Manila 148. Najcra, Juan Sancho Punza 444, Manila 149. Nolasco, José P. Asociación de Hispanistas, Cebú City 150. Nolasco, Jesús A. Oficina de Sanidad, Manila 151. Nolasco, Luís F. P. Gómez 532, Manila 152. Narciso, Joaquín P. Pureza 238-Apt. C, Sta. Mesa, Manila 153. Navarro, José Oficina de Sanidad, Manila 154. Napal, Antonio Calle Rizal, Lcgazpi, Albay 155. Ncdruda, Esteban P. Campa 343, Sampáloc, Manila 156. Ochoa, Enrique Oficina de Hospitales, Manila 157. Ordóñez, Honorato Prof. de español, Univ. Nacional 158. Oriol, Ramón R. Hidalgo 1025, Manila 159. Opinión, Glicerio Bilibid Viejo 1020, Manila 160. Organo, Emiliano Vigan, llocos Sur 161. Obiña, Julia L. de Gen. Echavez 192, Cebú City, Cebú 162. Obial, R. P. Julio Convento de Sampáloc, Manila 163. Parra, Pilar Gral. L. Gerónimo 53, Manila 164. Pcñaflor, Carmelo Metropolitan Water District 165. Pons García, Araccli Profesora de español, U. P. 166. Paz, Bienvenido de la Voz de Manila 167. Ponferrada, Domingo Academia Cervantes 168. Prado, José A. del Lourdes 20, Pasay City 42 DIARIO DE SESIONES 169. Pintado, Mercedes D. Pedro 570, Singálong Subdivision 170. Pujalte, Luís A. Tanduay 480, Manila 171. Pineda, Luís V. Mapa, Sta. Mesa, Manila 172. Palisoc, Francisco C. Isagani 2436, Manila 173. Pabalan, Javier San Miguel, Bulacán 174. Pérez, R. P. Lope (O.P.) Colegio de San Juan de Letrán 175. Róblete, Esperanza Voz de Manila 176. Plaza Miranda, José Tuason y Sampcdro, Globo de Oro 177. Quimpo, R. Rafael S. Naga City, Camarines Sur 178. Rodríguez, José P. Oficina de Sanidad, Manila 179. Rodríguez, José N. Departamento de Sanidad, Manila 180. Rocha, Julio Decano Dap. Arqs., Univ. de Santo Tomás 181. Reta, Sor Carmen Superiora Colegio de la Concordia 182. Rivero, Antonio Majestic Amrs Hotel, Luneta, Manila 183. Ramos, Simeón España 164, Manila 184. Rosales, Pacífico Sogod, Ley te 185. Rosales, Juan Paz 500, Paco, Manila 186. Rodríguez, Consolación A. de A. Mabini 100, Cebú City 187. Rosal, Ricardo 11 Dra. Salamanca, Cavite City 188. Rosa, Luciano de la Securities Exchange Commission 189. Rodríguez Verzosa, Paul Centro Escolar University 190. Rovira, Leopoldo Aurora 7, San Juan, Rizal 191. Rodrigo, Sergia Instituto de español, S. J. de Letrán 192. Ruiz de Musa, Felisa Instituto de español, S. J. de Letrán 193. Surla, Castor T. Ave. Rizal 1930, Manila 191. Silvestre, José G. Arlegui 1022, Manila 195. San Juan, José T. Cainta, Rizal 196. Sangciángco, Gregorio H. Lardizábal 204, Sampáloc, Manila .197. Suárez, Angel H. Lozada 126, San Juan, Rizal 198. San Agustín, Joaquín de Senado de Filipinas 199. Santos, Ramiro Senado de Filipinas 200. Singson, Juan Cebú City, Cebú 201. Santos, Apolinario A. N. Domingo 190, San Juan, Rizal 202. Stenberg, Luz D. Pedro 570, Singálong Subdivisión 203. Seguí, Trinitario Abreu 1421, Tanduay, Manila 204. Sisón, Teodoro Cabuyao, llocos Norte 205. Sisón, Pacífico Pros. Cabuyao Jaycccs, llocos Norte 206. Santos, José Caballeros 415, Manila 207. Sailing, Delfín F. N. Domingo 60, San Juan, Rizal 208. Sampcdro, Enrique Tuason y Sampcdro, Globo de Oro 209. Sanidad, Primitivo 210. Sotclo López, José Castillejos 1031, Tanduay, Manila 211. Sotelo, Luís Castillejos 1031, Tanduay, Manila 212. Sevilla Arambulo, Lorcto Calle Moriones ...., Tondo 213. Síbug Vélez, Brígido N. Domingo 224, San Juan, Rizal 214. Santos, Juan T. Ortega 15, San Juan, Rizal 215. Soriano, José Cabuyao, llocos Norte 216. Serrano, Antonio M. 4 Tuberías, San Juan, Rizal 217. Soriano, Simplicio H. Anacleto 2259, Mamila 218. Tablan, Domingo R. Bulacán, Bulacán 219. Teodoro, Anastacio R. Pcnnsylvania 1035, Malate, Manila 220. Torrella Carlos, Pacita Instituto de español, Letrán 221. Tomás, Hermógencs Daraga, Legazpi, Albay 222. Topacio, Juanita Cuevas 393, Paco, Manila 223. Tabora, Ceferino Agoo, La Unión 224. Tiongson, Mariano Legazpi, Albay 225. Urgelio, Vicente Urgelio Prívate Road 105, Cebú Citi 226. Ursua, Jacinto A. 34 Nadclco, Nagtahan, Manila 227. Vásqucz, Joaquín De la Rosa 3, Makati, Rizal PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 43 228. Vera, Vicente de Commission on Elections, Manila 229. Viña, Juanita de la Valenzuela 122, Sta. Mesa, Manila 230. Valdés Liongson, Pedro Nebraska 303, Malate, Manila 231. Vêlez Martínez, José Juez de Paz, Tayabas 232. Villanueva, Carlos Santo Tomás, La Unión 233. Vacani, Miguel Santol 904, Sta. Mesa, Manila 324. Vera, Teodoro de Manga Ave. 190, Sta. Mesa, Manila 235. Viaplana, Eduardo Elizalde & Cía., Manila 236. Villar Calayan, Rafaela Instituto de español, S. J. de Letrán 237. Villanueva, Francisco Legarda 551, Sampáloc, Manila 238. Yaptinchay, Agustín Hipódromo 18, Sta. Mesa, Manila 239. Ynciong, Emilio M. Cruzada 38, Manila 240. Ycnko, Mariano Makata 1337-D, Sta. Cruz, Manila 241. Zamora, Francisco 2275 Luna, Pasay City 242. Zaragoza, Carolina T. Vda. de San Rafael 318, Manila 243. Ziálcita, Josefina M. Instituto de español, S. J. de Letrán 244. Zacarías, Antonio University of the East, Manila 245. Zeta, Demetrio Arellano University, Manila APÉNDICE “B" GRÁFICOS DEL CONGRESO Y DEL DIA DE LA HISPANIDAD El Excmo. Señor Arzobispo de Manila, Mons. Gabriel M. Reyes, pronunciando la invocación en la sesión inaugural del Congreso. Aparecen en la fotografía de izquierda a derecha don Tomás F. Barretto, el Sr. Cónsul de España, don Vicente Aparicio, Hon. Guillermo Gómez, Hon. Claro M. Recto, Hon. Pablo Lorenzo, don Enrique Beltrán, don Emeterio Barcelón,.el Dr. José P. Bantug y el Dr. José Ma. Delgado. Su Excelencia, el Presidente de Filipinas, don Elpidio Quirino saludando en el estrado al Presidente de la sesión inaugural del Congreso, Hon. Guillermo Gómez. En el grupo figuran también el ex magistrado Recto, el Secretario de Educación, Hon. Pablo Lorenzo, el Secretario del Congreso, Sr. Joaquín de San Agustín, y el Dr. José P. Bantug, presidente del Comité Ejecutivo del Congreso. El Presidente Quirino, pronunciando su discurso en la sesión inaugural. En el estrado aparecen el ministro de España, Don Antonio Gullón Gómez, los académicos Hon. Claro M. Recto, don Emeterio Barcelón, don Guillermo Gómez, el Sr. Cónsul de España, y el Secretario del Congreso, don Joaquín de San Agustín. La Sita. Concepción Cacho y Don Jesús Cacho ante la lápida conmemorativa después de su descu­ brimiento. Descubrimiento de la lápida conmemorativa del edificio de la Fábrica de Cerveza San Miguel, sito en la Calle de Aviles, en la r.'añana del 11 de octubre de 1950. La señora doña Felisa Hocson de Fernández, descorrió el velo que cubría la lápida. A la izquierda aparece el Sr. D. Luis Montilla, director de la Ofi­ cina de Bibliotecas Públicas, quien pronunció el discurso de entrega de la lápida. Descubrimiento de la lápida conmemorativa del edificio de la Compañía General de Tabacos de Filipi­ nas, sito en la Calle del Marqués de Comillas, en la mañana del 12 de octubre de 1950. Descorrió la cor­ tina la señora de don Ricardo Deseáis, la cual aparece junto a la lápida. La fotografía se tomó en el imomento en que el Sr. Deseáis leía su discurso. Homenaje floral ante el monumento de Rizal en la Luneta, por el Ministro de España, Excelentísimo Señor don Antonio Guilón Gómez, en el Día de la Hispanidad, 12 de octubre de 1950. Una delegación de los Caballeros de Rizal recibió la ofrenda de manos del dignísimo representante de España. En el grupo aparecen de izquierda a derecha don Benito Arambulo (fallecido recientemente), don Emeterio Barcelón, don Joaquín de San Agustín, Dr. José P. Bantug, don Maximiano Aguilar, el ministro Guilón, don José A. del Barrio, don Rafael G. González, don Fernando Ocampo, Dr. Herminio Velarde, don Francisco Palisoc y don Enrique Beltrán. Ofrenda floral del Congreso de Hispanistas ante el monumento de Legazpi y Urdaneta, en la mañana del Día de la Hispanidad. En la foto aparecen el ministro de España, don Antonio Guilón Gómez, el Consejero de la Legación, don Enrique Beltrán, y los congresistas Bantug, Gómez, Barcelón, Lim Jaramillo, Santos (Ramiro) y San Agustín, y el Caballero de Rizal, don Rafael G. González. Su Excelencia, el Presidente Quirino en la recepción ofrecida en el “Winter Garden” del Manila Hotel, por el Excelentísimo Señor Ministro de España, con motivo del Día de la Hispanidad, En el grupo apare­ cen doña Carmen de Lima, presidenta del Centro Escolar Universitario, doña Rosa Sevilla de Alvero, pre­ sidenta del “Roseville College,” el ministro Gullón, el ex magistrado Briones, don Guillermo Gómez, el P. Lorenzo Rodríguez, O.P., y el Dr. Alfredo Santos. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 49 APÉNDICE “C” DISCURSO DEL DR. JOSÉ M.a DELGADO( * ) * Este discurso, preparado por el Dr. José Ni.a Delgado, designado como Presidente de turno para la Tercera Sesión del Congreso, cele­ brada el miércoles. 11 de octubre de 1950. no pudo ser leído, a causa de haberse enfermado repentinamente su autor, a quien sustituyó como suplente al Dr. Conrado Potenciano. Señoras y Señores Congresistas: Ha transcurrido más de inedia centuria antes de que se realizara una asamblea de la naturaleza del que están celebrando hoy los adalides del hispanismo en Filipinas para tratar de reanimarlo transfundiéndole sangre fresca tras un período tan largo de inacción, abandono y marasmo. La idea, sublime, transcendental, salvadora y oportuna, surgió de aquel núcleo de filipinos qué, ha­ biendo tenido la opoitunidad de visitar la madie patria, se reunían todos los sábados en un merendero de la capital para una charla e intercambio de anécdotas e implosiones acerca de lo que habían visto y experi­ mentado en ciudades y pueblos de la antigüa metró­ poli. La acogió sin reservas mentales Peña HispanoFilipina y la hicieron suya con decisión asociaciones similares como Asociación de Hispanistas, Academia Cervantes, Círculo Escénico y Sociedad Talía. La iniciativa de celebrar el Primer Congreso de Hispanistas en Filipinas cayó entre los filipinos como la simiente del sembrador del Evangelio: una parte cayó a lo largo del camino, donde fué pisoteada y la comieron las aves del cielo (en Ja parábola los granos están representados por los filipinos que no hablan el español). Y otra parte cayó sobre un pedregal, y luego que hubo nacido, se secó por falta de humedad (parabó­ licamente aquí los granos sembrados representan a los que no tienen interés por la conservación y difusión del español). Otra cayó entre espinas, y las espinas que con ella nacieron la sofocaron (esto se refiere a los que tienen interés por la permanencia del español, pero quedó sofocado su interés por las concupiscencias de la vida). Otra finalmente cayó en buena tierra y nació y dió fruto a ciento por uno (esta parte se refiere a los que acogiendo la iniciativa con corazón bueno y óptimo, la trabajan y producen fruto mediante la paciencia y los esfuerzos). Durante las últimas cinco décadas no se ha inten­ tado cosa semejante. Es verdad que se han celebrado justas poéticas (Balagtasan) entre los más inspirados y destacados vates del país; organizado varios con­ cursos literarios, ¿e cuentos, novelas cortas y de perio­ dismo, y hasta hace poco todos los años, con ocasión de la fiesta del Día Español (25 de julio), se celebraba el concurso literario Zóbel en prosa y verso, con premios en metálico donados por el egregio difunto, conocido en todo el país por el Mecenas de la cultura y letras españolas. Pero nunca se había pensado en agrupar a los amantes de España y su rico tesoro cultural en una convención o junta magna para tratar de deliberar sobre planes, medios y arbitrios en orden a dar impulso a un movimiento de carácter nacional que asegurase la permanencia del idioma español hablado por millones de filipinos, que afianzase la perpetuidad de la cultura hispánica en las Islas, que estrechase los vínculos que nos ligan a los filipinos a la esclarecida Nación progenitora de nuestra actual civilización y que nos hiciera fraternizar más y más con las naciones del centro y sur de América, todas hermanas nuestras, ya que proce­ demos del mismo tronco español y tenemos la misma progenie cultural. El movimiento que inicia en Filipinas el presente Congreso de Hispanistas, bajo los más prometedores auspicios, tiene todos los caracteres de un verdadero renacimiento, pues tiende no sólo a conservar el uso del idioma español, a conservar la literatura e historia his­ pánicas, a mantener intacta e incólume la esencia de la cultura y civilización cristianas que es a la que montan las españolas, sino además a difundirlas y mejorarlas, adaptándolas a las viscisitudcs, cambios y exigencias de los tiempos modernos con miras a robustecer y afian­ zar nuestras relaciones con las naciones dentro y fuera de la órbita de la Hispanidad. Echad una ojeada sobre la parte del globo terrá­ queo donde plugo a Dios situarnos y notaréis que Fili­ pinas en medio de la vastedad inmensa del Continente Asiático, donde habitan las tres quintas partes de la totalidad de la población del mundo, figurando como un punto insignificante entre la miríada de islas de la Malasia, Melanesia, Polinesia y Micronesii, espar­ cidas en la inabarcable extensión de las aguas del Océano Pacífico, Océano Indico y mar de la China, rodeada completamente de desemejantes y multiformes razas humanas que todavía se sientan en las tinieblas del pa­ ganismo y politeísmo a pesar de las continuas y persis­ tentes misiones que sin interrupción y desmayo la Iglesia, madre solícita de todos los pueblos, ha estado y está enviando y sosteniendo a costa de no pocos sacrificios en cada rincón, Filipinas, repito, aparece a los ojos de todo observador o viajero o turista como un verdadero vergel de la civilización occidental, como un verdadero cásis de la Hispanidad donde fulge inextinguible y esplendorosa la luz de la Fé y sus pobladores o habi­ tantes viven en paz y orden y disfrutan de la genuina civilización cristiana, gracias a la cual, que ha servido de fundamento, ha sido posible en este archipiélago la institución definitiva de un régimen de gobierno cons­ titucional democrático, de cuyas excelencias y privi­ legios está gozando al presente el pueblo de las Lias. No olvidemos el hecho histórico providencial de que la incorporación del pueblo filipino a la civilización no podemos atribuir a otra cosa que a la giacia especial de la Providencia que guió las naves de Magallanes a través del anchuroso Pacífico desde el Estrecho de su nombre en la punta de Chile y por entre las innume­ rables islas de la Oceanía dispuso que tocasen la dimi­ nuta isla de Limasawa al sur de Leyte donde se dijo por vez primera la santa misa. Si en vez de las cara­ belas del adelantado Magallanes y sus intrépidos com­ pañeros y aguerridos seguidores hubiese tocado y tomado posesión del archipiélago alguno de los muchos piratas 50 DIARIO DE SESIONES y buscadores de especias que por aquel entonces infes­ taban nuestros contornos, imagínense, señores congre­ sistas, lo que hubiera sido de nosotros y la suerte que hubiese cabido al pueblo filipino a juzgar por la historia y estado actual del progreso y civilización que tienen los pueblos que pululan en nuestro derredor. Sólo por esta consideración ya merecía que se hiciera algo en ese sentido, que se intentase emprender las tarcas de esta magna Asamblea, para hacer un acto de Fé y demostración de fidelidad ante las naciones del mundo que nos contemplan, admiradas de nuestro progreso y, sobre todo, de nuestra triple cultura y civi­ lización, es decir, la yuxtaposición, o mejor, la fuñón física, psicológica y espiritual de la cultura ancestral autóctona de los primitivos filipinos, de la cultura espa­ ñola occidental eminentemente cristiana y de la cultura anglosajona, también occidental y no menos cristiana, de que sabemos reconocer, y lo proclamamos sin rubor y con orgullo urbi el orbi, que gracias a la Divina Pro­ videncia, sirviéndose de Li madre España como ejecu­ tora de sus designios, nosotros, los filipinos, somos los que somos actualmente y formamos parte' del con­ cierto de las naciones. Además de este motivo primerísimo e imprescin­ dible que es como su fin supremo, viene en orden el motivo inmediato que es el estudio y la consideración del estado actual de la Hispanidad en Filipinas y por ende la dilucidación, selección y adopción de cuantos pasos y medidas se deben dar y poner en práctica para la ejecución de los fines para los cuales se ha organizado el Primer Congreso de Hispanistas en Filipinas: mejo­ ramiento, conservación y difusión del idioma y cultura hispánicas. Los discursos que habéis escuchado en el trans­ curso de las sesiones sirven de fuente de inspiración: en ellos podemos hallar ideas, normas, orientaciones y proposiciones a seguir y desarrollar y que cuadran cabalmente al propósito del Congreso. Discursos, a cual más elocuentes, luminosos y bien discernidos como el del primer Magistrado de la República, de altos vuelos y prometedor; el del Vicepresidente, alentador y patriótico; el vibrante y muy afectuoso del cono­ cido periodista de la Paz; el comedido y aleccionador del Honorable Lorenzo, Secretario de Educación, el analítico, convincente al par que magnífica pieza lite­ raria del académico señor Liongson; la sentimental leyenda de doña Rosa Sevilla de Alvero; la ingenua confesión de hispanismo de la doctora Concepción Aguila: la contundente exposición científica del Rector Magnífico de la Universidad de Santo Tomás de que la psicología es elemento constitutivo de la cultura de un pueblo; el desapasionado estudio de la extensión del español hablado por los isleños del Reverendo Padre Rector del Colegio de San Juan de Letrán; amén de las muy atildadas y pulcras disertaciones de los acadé­ micos señores Guillermo Gómez, Emeterio Barcelón, Manuel C. Briones, Claro M. Recto y el Presidente del Senado, Mariano J. Cuenco. He ahi, señores congre­ sistas, un somerísimo resumen de cuanto hermoso, constructivo, edificante, alentador y confortante se dijo, se leyó y se proclamó en las sesiones del Con­ greso. Para llevar a cabo cuantos acuerdos y resoluciones sean aprobados por este Congreso se requiere que todos y cada uno de los hispanistas cooperen en la medida de sus fuerzas y capacidad. Es imprescindible la aportación individual para la realización de cualquier empresa por simple que fuera. Pero esto no basta para alcanzar adecuadamente c! propósito de un movimiento nacional como el que se propone el presente Congreso. Es preciso algo más: Organización. Y ésta, para que sea eficaz, necesita unión y dirección. La unión a su vez presupone con­ cordia de voluntades, elemento moral imprescindible en toda agrupación humana, sin la cual fracasan todos los esfuerzos de sus miembros por fuertes y unidos que se les supongan. La dirección por otra parte pide como elemento primordial unidad de mando y autoridad. Sin estos elementos toda organización estaría abocada al fracaso. Confiemos, pues, en que con la cooperación de todos y la ayuda de lo Alto habremos de organizar adecuadamente nuestras fuerzas para que las delibe­ raciones de este Congreso produzcan el fruto deseado. Sólo así podremos esperar que las generaciones venideras reconozcan que “gracias a los esfuerzos del Congreso de Hispanistas del año 1950 el pueblo filipino sigue gozando de las excelencias y beneficios de la cul­ tura hispánica”. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 51 APÉNDICE “D'’ CEREMONIAS DEL DESCUBRIMIENTO DE LA LÁPIDA CONMEMORATIVA INSTALADA EN LA LITOGRAFIA E IMPRENTA DE CACHO HERMANOS, INC., EL DÍA 10 DE OCTUBRE DE 1950, A LAS 10:30 DE LA MAÑANA P R O G R A M A I. Dos palabras por el Maestro de Ceremonias. II. Presentación do la lápida conmemorativa por el doctor José P. Bantug, Miembro de la Comi­ sión Histórica de Filipinas. III. Descubrimiento de la lápida por la Sra. de Don Jesús Cacho. IV. Bendición de la lápida por el R. P. Francisco Muñoz, O.P. V. Aceptación por don Jesús Cacho, Jefe de la Casa Cacho Hermanos, Inc. VI. Refrescos y bebidas. DOS PALABRAS POR EL MAESTRO DE CERE­ MONIAS DON TOMÁS F. BARRÉTTO El Sr. Barretto. Damas y Caballeros voy a leeros primeramente un mensaje que ha enviado el Secretario de Educación, Honorable Pablo Lorenzo, con ocasión de este acontecimiento, porque él no puede asistir personalmente a causa de sus múltiples trabajos. He aquí el mensaje: “M E N S A J E “Uno de los deberes del Comité Histórico de Fili­ pinas, establecido por la Ley No. 169, es identificar, designar y marcar las antigüedades históricas que abundan en Filipinas. En conformidad con esta ley se han marcado ya con lápidas conmemorativas iglesias, edificios y sitios que tienen valor histórico. “En ocasión de la fiesta de la Hispanidad, el Comité ha creído oportuno dedicar lápidas conmemorativas a casas españolas que, además de su importancia histó­ rica, han contribuido grandemente al desarrollo econó­ mico y cultural de nuestro pueblo. “La Litografía e Imprenta do Chcfré y Cía., hoy conocida con el nombre de Cacho Hermanos, Incor­ porada, establecida el año 1880, es hoy una de las im­ prentas más antiguas do Filipinas. Aquí se impri­ mieron publicaciones del Gobierno Español y los billetes de la lotería. Pero lo que queremos recordar es que en esta impronta se imprimieron la primera edición filipina del Noli Me Tangere en 1899, y la de El Filibusterismo, en 1900. “La Casa de San Miguel fundada en 1890 empezó con un solo producto, la famosa cerveza de esta marca; pero, al cabo de tantos años, es hoy una vasta organi­ zación con diversos ramos aquí y en el extranjero, todo lo cual demuestra un éxito extraordinario. “La Compañía General de Tabacos de Filipinas, más conocida con el nombre de Tabacalera, fundada hace 70 años, desempeñó un papel importante por haber tomado parte en el desarrollo de la Agricultura, que es la industria básica de Filipinas. Como resul­ tado de sus esfuerzos, Filipinas ha llegado a ser una de las productoras de los mejores tabacos dej mundo. Para nosotros, los filipinos, la Tabacalera es más que una mera casa comercial. Por haber formado la colec­ ción de libros sobre Filipinas, la más extensa y valiosa que se ha reunido, y por haber publicado la biblio­ grafía filipina más completa hasta la fecha y varios tomos conteniendo documentos históricos sobre Fili­ pinas, su contribución al desarrollo de nuestra cultura es sin igual. Los filipinos deben sentirse agradecidos. “En estas tres compañías se debe notar que sus relaciones con sus empleados han sido desde el prin­ cipio caracterizadas por un espíritu de equidad y justicia.” “Felicito a estas Casas por su contribución al pro­ greso económico y cultural de Filipinas, deseándolas un período interminable de éxito en beneficio del bien público. Prosiguiendo con el programa, tengo el honor de presentaros al ilustre doctor José P. Bantug, miembro del Comité Histórico de Filipinas y Presidente del Comité Ejecutivo del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas. DISCURSO DEL DOCTOR JOSÉ P. BANTUG Damas y Caballeros: Es para mí un honor singular, que reconozco, el haber sido designado por el presidente de la Comisión Histórica de Filipinas, para presentar en su nombre esta lápida conmemorativa que vamos a descubrir hoy. Es, a mi juicio, un acto de los más importantes porque se trata de honrar una invención que se ha con­ vertido en la industria más eminentemente interna­ cional: la litografía y la imprenta. Está ya fuera de toda duda racional que la primi­ tiva imprenta filipina no fué traída do fuera, es decir, importada, como habían supuesto algunos eruditos que trataron sobre la materia, sino nuevamente inven­ tada en el país por un misionero dominico, el Padre Fray Francisco Blancas de San José, y un chino con­ verso, Juan de Vera. Antes de 1893, en que Rctana 52 DIARIO DE SESIONES dió a conocer al mundo de las letras, la carta del Go­ bernador General Don Gómez Pérez Dasmariñas, su rey, Don Felipe II, de fecha 20 de junio de 1593, es decir, después de trescientos años cabales, en que el infortunado gobernador daba cuenta a su poderoso soberano de los dos primeros impresos que salieron de la primitiva imprenta filipina, nada se sabía, a ciencia cierta, de su existencia. Se conocían, de visu, eso sí algunas do sus producciones más importantes. El Arte y Reglas do la Lengua Tagala del propio Padre Blancas, impresas en Abucay en el entonces Partido de Bataan en 1610 por el Príncipe de los Tipógrafos Filipinos, Tomás Pinpín, el Vocabulario de la Lengua Tagala, del Padre Pedro de San Buenaventura, fran­ ciscano, impresa en la Villa de Pila, en 1613 por Do­ mingo Loag y la Historia de la Provincia del Santísimo Rosario de Filipinas del Padre Fray Diego de Aduarte, dominico, impresa en Manila en 1640, para citar so­ lamente los más importantes impresos de carácter general. Por cierto, que esta última publicación es de suma importancia en la bibliografía filipina, porque, en apreciación de Retana, el,más grande de entre los españoles filipinólogos, allí debe concluir el ciclo de los incunables filipinos. El cierre es, por decirlo así, digno remate de todos los que le han precedido, por ser la obra de mayor envergadura que se estampó en Fili­ pinas en el siglo XVII. En esa obra del Padre Aduarte, en que se historia la labor misional de los padres domi­ nicos en Filipinas desde la llegada del primer miembro de su orden, en 1581 hasta 1640, se describe también y con minuciosidad, cómo se originó en Manila la pri­ mera imprenta, de modo que no quedaba duda alguna sobre su invención, porque describía lo que pasó ante sus propios ojos. La carta de Dasmariñas se conserva en el Archivo General de Indias de Sevilla, en donde por orden de Carlos III, quedó reunido todo el inmenso material relativo a Ultramar que entonces se hallaba desperdigado en varios archivos del reino. Su director actual es Don Cristóbal Bcrmúdez Plata, a cuyo abne­ gado celo y acendrado patriotismo, se debe el servicio eficiente que hcy se presta a los investigadores de todos los países, principalmente de los del Norte y Sur de América, que día tr;.s día, llenan sus mesas de laborHasta que fué registrado el ejemplar de la Doc­ trina Cristiana Hispano-China en la Colección que fué del cultísimo filipinista Don Antonio Graiño, de Madrid, por un servidor, en 1935, quien, con ocasión del X Con­ greso Internacional de la Historia de la Medicina, se hallaba en Madrid en representación del Gobierno de Filipinas y la Universidad de Santo Tomás, pocos cono­ cían este incunable filipino. Desgraciadamente, por la guerra civil- de 1936-1939 primero y después por la muerte de su poseedor, hemos perdido, y ¡ ojalá sea tem­ poralmente! esta joya de la bibliografía filipina. Pero recuerdo muy bien su factura y la apariencia de la portada que decía así: “Doctrina Cristiana HispanoChina por el Rev. P. Domingo de Nieva”, Prior del Convento de Santo Domingo; después sigue el escudo de la Orden y debajo “Imprenta en Binondoc, 1593” el texto, a dos columnas en letras latinas el español, y chinas el chino. Espero que algún día se ha de redes­ cubrir esta impresión, porque con el hallazgo reciente de una Doctrina Cristiana en lengua y letra china, escrita por algunos Padres de la misión, e impresa en el Parián por un chino converso, Kcng Yong, pero sin indicación de fecha alguna, se cree por algunos biblió­ grafos que ya se ha dado con la primitiva doctrina del Gobernador Dasmariñas. Nada más lejos de la verdad. Así, al menos, os puede asegurar un aspirante a bibliógrafo. La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos al reimprimir en facsímil la Doctrina Cristiana HispanoTagala de 1593, ha rendido un servicio incalculable a la historia de la imprenta en Filipinas, porque con eso se establece, de una vez y para siempre, que ya desde esa focha contábamos con una imprenta montada, aunque la impresión se hacía por el entonces sistema xilográfico. Si bien es verdad que hay noticias circunstanciadas de la primera impresión tipográfica en Filipinas, de 1602, en que se dió a la estampa: “Las Excelencias del Rosario” en letras latinas y tagala, sin embargo, hasta el presente no se conoce ningún ejemplar de visu de dicha obra. No obstante, van descubiiéndosc las antiguas producciones de la primitiva imprenta fili­ pina. Con motivo de la celebración del Tercer Cente­ nario de la Imprenta en Filipinas, en 1911, Retana dió a conocer, por primera vez, el hallazgo del único ejemplar conocido de “El Memorial de la Vida Cris­ tiana” del Padre Domingo de Nieva, impresa también en Binondo en 1606, y, por lo que se deduce do una edición posterior de una obra del Padre Blancas de San José del mismo título, consta que la primera im­ presión de este trabajo data de 1605. Con el hallazgo de la doctrina hispano-tagala do 1593 que poseía un librero de París y que se había adqui­ rido con las Ordinationes de 1604, tenemos, con la única excepción de la primera producción tipográfica de 1602, el registro casi completo do las producciones fili­ pinas desde la xilográfica de 1593 y la tipográfica de 1602. De entonces acá, se han multiplicado las imprentas y las litografías en Filipinas de tal suerte que, cuando Botana dió a la publicidad su monumental “Aparato bibliográfico de la Historia General de Filipinas”, en 1906, ya había catalogado más de cuatro mil títubs que abarcan la producción hispano-filipina de más de una veintena de nuestras imprentas durante la domi­ nación española. Aunque el primer establecimiento regular de la litografía en Manila data solamente de 1859 en que Girardier montó su establecimiento, ya desde el naci­ miento de la imprenta en Filipinas, contábamos con buenos grabadores entre chinos y filipinos, siendo el más notable de estos últimos don Nicolás de la Cruz Bagay, quien fué el que grabó el “Atapá” del Padre Murilb Velardc, la más completa que so había publi­ cado hasta entonces. La Litografía o Imprenta do Cacho Hermanos, Incorporada, que honramos hoy, no os ningún establecimiento nuevo, aunque posee todos los artefactos y las maquinarias más modernas con que cuenta hoy la industria. Su fundación data de 1880 en que don Salvador Chofré, y en este mismo sitio, puso su taller de imprenta. Durante el régimen español, mereció tal confianza del Gobierno, que se convirtió en una especie de “Bureau of Printing”, por­ que aquí se imprimían los billetes de la Lotería Nacional y estaba provisto de una maquinaria especial para estampar los números en relieve. Las primeras ediciones en Filipinas del “Noli Me Tangere” y “El Filibustcrismo” fueron hechas por esta imprenta en 1899 y 1900, respectivamente, por PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 53 Chofré y Compañía, siendo reconocidas como la segunda edición de los mismos hasta 1929 en que don Feli­ ciano Basa editó el “Noli Me Tangcre” con sus anota­ ciones. La perfección y la alta calidad de los trabajos procedentes de estos talleres las acreditan un sin número do recompensas que esta Casa obtuvo en las varias exposiciones a que ha acudido y que hoy se conservan en su oficina. Las varias vicisitudes por que ha atra­ vesado este establecimiento, se enumeran en la-lápida conmemorativa qu? vamos hoy a descubrir. En 1902 fué adquirido el negocio y los talleres por los Señores de Mendezona y Chicote que adoptaron el nombre de “Gcrmania”. Después, pasó a ser propiedad do Don Enrique Montorio de quien lo adquirieron los Señores Páramos, Seoane y Cacho en 1919 para ser finalmente adquiridos por los Señores Cacho y Hermanos en 1927. Es justo consignar aquí que por primera vez en 1927 se usó en estos talleros el “Photo-Offset Process”. Y cuenta con una máquina “Monotype”, de las dos que solamente hay en el país. Ya se ha recibido otra máquina para la encuadernación de libros que permite la publicación do miles de ejemplares en una cuarta o quinta parte del tiempo empleado en la actualidad. Es evidente, pues, que esta litografía c imprenta procura ponerse entre los de la primera fila en esta clase de industria que merece todo el honor que le tribu­ tamos con el reconocimiento de parte de la República. Damas y Caballeros: Tengo el honor y la satis­ facción do presentar a los Señores Cacho y Hermanos, Incorporada, esta lápida conmemorativa en nombre de la Comisión Histórica de Filipinas. Acto seguido, la Sra. de D. Jesús Cacho descubre la lápida conmemorativa que reza así: LITOGRAFÍA E IMPRENTA DE CACHO HERMANOS, INC. Fundada por Don Salvador Chofré, en la Calle Alix No. 68, ahora Lcgarda, con el nombre “Chofré y Cía.’’, 1880. Patrocinada por el Gobierno Colonial para imprimir sus billetes de la lotería y publicaciones de la administra­ ción. Imprimió la primera edición en Fili­ pinas del “Noli Me Tangere” y “El Filibusterismo”, 1899 y 1900, respectivamente. Ad­ quirida por los Sres. Mendezona y Chicote y rebautizada con el nombre de “Germania” en 1902: por Don E. Montorio, que le dió su nombre, en 1919; y por Cacho Hermanos, Ine., en 1927. 1950 Descubierta la lápida es bendecida por el R. P. Francisco Muñoz, O.P. El Sr. Barretto. Damas y Caballeros, va a dirigiros ahora la palabra, D. Jesús Cacho. DISCURSO DE ACEPTACIÓN DEL SR. DON JESÚS CACHO Doctor Bantug, Miembros del Comité Histórico de Filipinas, Damas y Caballeros: Es un privilegio y un alto honor para mi humilde persona el que en esta ocasión reciba esta distinción por la cual estoy muy orgulloso. Esta lápida repre­ senta el esfuerzo y trabajo de varias generaciones. Esta litografía e imprenta fué fundada por D. Salvador Chofré en el añe 1880. Tanto el señor Chofré, su fundador, como sus sucesores han tenido como pauta y objetivo servir con eficiencia y rapidez a todos sus clientes al paso y al compás del progreso del arte lito­ gràfico. Veo reflejado algo en la cara de todos que me están oyendo, que debo terminar cuanto antes, ya por el calor que hay o ya por otro moíivo, y, como siempre he sido un hombre muy complaciente, no puedo menos que acceder a esta demanda. Por tanto, no me queda más que decir y dar las gracias al Comité Histórico de Filipinas, por haber honrado a este establecimiento con esta lápida conmemorativa, y a los miembros del Congreso de Hispanistas, por haber venido a honrar este acontecimiento; y, a la.-> damas y caballeros aquí presentes por haber aceptado con amabilidad nuestra humilde invitación. Muchas gracias. 54 DIARIO DE SESIONES APÉNDICE “E” CEREMONIAS DEL DESCUBRIMIENTO DE LA LÁPIDA CONMEMORATIVA INSTALADA EN EL EDIFICIO DE LA FÁBRICA DE CERVEZA DE SAN MIGUEL, CALLE DE AVILÉS, EL DÍA 11 DE OCTUBRE DE 1950, A LAS 10:30 DE LA MAÑANA PROGRAMA I. Dos palabras per el Maestro de Ceremonias. II. Presentación de la lápida conmemorativa per el Hon. Luís Montilla, Director de la Oficina de Bibliotecas Públicas, y Presidente de la Comisión Histórica de Filipinas. III. Descubrimiento de la lápida por Da. Felisa Hocson de Fernández. IV. Bendición de la lápida por el R. P. Tomás Cornago. V. Aceptación por el Excmo. Sr. D. Ramón Fer­ nández, ex Ministro de la República ante la Corte de San Jaime, y Presidente de la Junta de Directores de la Fábrica de Cerveza de San Miguel. VI. Refrescos y bebidas. DOS PALABRAS POR EL MAESTRO DE CERE­ MONIAS DON TOMÁS F. BARRETTO El Sr. Barretto. Ilustrísimo señor don Ramón J. Fernández, Presidente de la Junta Directiva de la Fábrica de Cerveza de San Miguel, damas, caballeros y compañeros del Congreso de Hispanistas: El lugar en que ahora me encuentro evoca en mí un recuerdo que me emociona; comprenderéis esto si os digo que ahí, donde ahora está el edificio del Hielo Seco, (Dry Ice Plant), que desde aquí podéis ver, fué, antaño, asiento del hogar de mis antepasados, de la casa en que nació mi padre, y en la que nací yo hace setenta años “nada más’’. Os ruego que por este mo­ tivo excuséis si mi palabra, de por sí torpe y remisa, lo es hoy en mayor grado que habitualmente. Creo no equivocarme si digo que no es sólo a mí a quien el recuerdo de aquella casa ha de emocionar. En 1901 las oficinas de la San Miguel estaban allí ins­ taladas; en ese año regresó de Europa, donde acababa de graduarse como ingeniero electricista, Don Ramón J. Fernández y empezó a colaborar, en plena juventud, con la gerencia do la San Miguel, en la administración de la misma. ¡Cincuenta años!, la flor de su vida, lleva Don Ramón dedicados a colaborar en la direc­ ción y administración de esta empresa; tengo por cierto que al recordar la casa en donde estaban instaladas las oficinas de la San Miguel en aquella época, y al com­ pararla con sus magníficos edificios actuales, Don Ramón J. Fernández ha de sentirse emocionado. Y he de añadir, esa emoción debe ir acompañada de una sensa­ ción de orgullo por haber contribuido, con su constancia, pericia y competencia, a que la San Miguel Brewery figure hoy a la cabeza de nuestras corporaciones indus­ triales. La historia de la San Miguel es cosa del dominio público; su limpia ejecutoria pone de manifiesto el trato justo y liberal que dispensa a sus empleados y obreros, habiendo merecido, por este motivo, que el Gobierno del CommonweaUh la proclamara Patrono modelo en 1937; su valiosa contribución al desarrollo económico e industrial del país se refleja en las nume­ rosas, a cual más importante, industrias subsidiarias de la San Miguel, que sin interrupción viene estable­ ciendo desde 1919 dando así cumplimiento a un pro­ grama de expansión de sus actividades de tal magnitud que sería increíble si no fuera conocido el hecho de que el que lo inició y lo propulsa, rectilíneo, sin desviaciones ni vacilaciones, es un caudillo de la industria y de la finanza, de renombre internacional, el Coronel don Andrés Soriano, cuya ausencia de este acto, motivada por ineludibles compromisos contraídos con anterio­ ridad al señalamiento de esta fecha, nos priva del placer de tributarle el caluroso aplauso de que es merecedor. Las generosas aportaciones de la San Miguel a cuantas actividades redunden en bien y provecho del bienestar público y del adelanto cultural de nuestras instituciones y clases sociales son legendarias. Y, por último, y esto ha de interesaros como Hispanistas, he de deciros que la San Miguel fué factor principal en “disparar el piimer cañonazo”, como vulgarmente se dice, en pro de la Ley Sotto, tan pronto fué ésta aprobada; dos documentos, (que aparecen en la última página de este apéndice) cuya lectura excuso ahora por no entreteneros más tiempo, son la mejor prueba de este aserto. Me propongo insertarlos en la reseña que de este acto y otros más, formará parte del apéndice del Diario de Sesiones del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas, que se publicará en breve. Entro ahora en la parte más agradable y honrosa de mi cometido; voy a presentaros a un caballero que goza de merecido renombre en nuestros centros cultu­ rales, el cual nos va a decir el por qué la Comisión His­ tórica de Filipinas, de la que es digno presidente, ha considerado que la Fábrica de Cerveza de San Miguel es merecedora de la lápida conmemorativa cuyo des­ cubrimiento habéis venido a honrar con vuestra pre­ sencia. Tongo el honor de presentaros al Honorable Luis Montilla, Director de la Oficina de Bibliotecas Públicas y Presidente de la Comisión Histórica de Filipinas. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 55 DISCURSO DEL HON. LUIS MONT1LLA Señor Presidente de la Junta Ejecutiva de la Fábrica de Cerveza de San Miguel, distinguido huésped, damas y caballeros: La labor del Comité de Historia de Filipinas es propagar informaciones o datos históricos sobre nuestro país con el objeto de despertar el respeto al pasado y, por consiguiente, el amor a la patria y cosas filipinas. Lápidas con inscripciones significativas se colocan en aquellos edificios, iglesias y sitios que poseen un pasado distinguido. Cualquiera que fuera el motivo, tengo que admitir que muy raras veces ha decidido nuestro Comité conmemorar establecimientos de negocio e industria. Pero de hoy en adelante, el papel que de­ sempeñan los caudillos de la industria se debe registrar más claramente, porque nuestra época es la de los hom­ bres de negocio. Entre nuestros caudillos industriales quisiéramos tener presente a los fundadores y a aquéllos que se en­ cargan de la administración de la San Miguel Brewery y sus diferentes ramos. Yo sé, por cierto, que estos caballeros no desean la publicidad por antojo. Pre­ fieren trabajar en silencio. Sin embargo, en mi humilde opinión, es imperioso grabar sus logros en las páginas de la historia, para que la juventud conozca que sus esfuerzos están dedicados al bienestar material del pueblo. A la juventud le agradaría saber que las empresas de la San Miguel Brewery principiaron modestamente; que muchos jóvenes que se unieron a y pusieron toda su suerte en la San Miguel Brewery han conseguido puestos de responsabilidad; y que estas empresas, últi­ mamente, han llegado a ser lo que son ahora: un imperio comercial, gracias a los sueños, entusiasmo y fe en él futuro de aquellos fundadores, y gracias también a la cooperación y afán de los directores, empleados y ope­ rarios. La masa debiera saber que en la San Miguel Bre­ wery no todo es “business” como diría el americano, en las relaciones de unos con otros. Sin duda sur­ gieron conflictos en tiempos pasados, humanos como somos; sin embargo, en general, no se puede imputar al directorio de estas empresas la grave acusación de querer explotar ni a los dependientes ni a los capita­ listas. Con respecto a sus operarios en particular, su política es proteger, sobre todo, su bienestar. Como prueba de esto sus empleados gozan de las ventajas de la que llamaríamos “legislación social” además de las bonificaciones de Navidad. Que la San Miguel Brewery no clasifica al operario como una mera herra­ mienta que se descarta al momento que no trae más beneficio a la empresa, se hace patente por la lista larga de los jubilados de la Compañía. Y, por último, el país necesita saber que si la San Miguel Brewery durante el período de sesenta años pudo vencer toda clase de clifieultades para satisfacer al público exigente, es prueba de un futuro intermi­ nable y feliz para el servicio al público. He dicho hace poco que nuestra era rs la de los hombres de negocio. Leemos en la historia que los primeros caudillos fueron los guerreros; y que en el transcurso del tiempo el liderato social pasó a manos de los religiosos quienes manejaron nuestros destinos. Pero desde los últimos años del siglo diecinueve, los que dirigen a la humanidad son los hombres de negocio, los financieros, los jefes de las industrias. Esta evolu­ ción histórica ha seguido el mismo curso en Filipinas. Y Su Excelencia, el Presidente Elpidio Quirino, acaba de proclamar una movilización total económica del país. Ahora bien: ¿quiénes se encargarán de la ejecu­ ción de este vasto movimiento sino los Soriancs, los Madrigales, los Puyat, los Elizaldes, los López, los Marcelos y otros—esos hombres que han dado pruebas suficientes de su capacidad e integridad para hacerse cargo de Ja utilización eficaz de los recursos produc­ tivos del pueblo? No es necesario insistir en que la San Miguel Bre­ wery tome parte en esta movilización económica. Hace treinta años que se está ramificando la empresa en industrias distintas. Tiene ya una lista larga do sus subsidiarias. Es notable que la administración deci­ diera desarrollar la industria refrigeradora que cons­ tituye una llave esencial en cualquier programa do industrialización. Y muy recientemente la compañía empezó la producción de ciertos artículos para que contribuyan a la conservación de la reserva monetaria internacional que nuestro Gobierno está empeñado en proteger a toda cesta. Esta es otra contribución más ál programa económico de nuestro Presidente Quirino. Por haber tomado una participación muy activa en el esfuerzo de colocar la nación sobre una sólida base económica, la San Miguel Brewery ha merecido ya desde hace mucho tiempo una lápida conmemorativa. Pero este día es el momento más oportuno, ¡ni antes ni después!, para ofrecerle esa lápida con el objeto do acentuar el hecho de que si buscamos un modelo apro­ piado de industrialización, que os el problema del día no hay necesidad de ir a otra parte. Está aquí la San Miguel Brewery con nosotros. Es sin duda un ejemplo de industrialización verdadera, porque no tuvo que aventurarse en maniobras financieras, ni solicitar la ayuda del Gobierno. Todo lo que ha hecho es reducir el costo de fábrica de sus productos y servicio, llevarlos al consumidor con toda diligencia y continuar mejo­ rando la calidad de éstos sin aumentar sus precios. Si la administración de la San Miguel Brewery dedicara sus conocimientos e ingenio para fundar otras industrias, el progreso económico de la nación cobraría un empuje efectivo y vigoroso. Señor Gerente de la San Miguel Brewery, señores administradores, damas y caballeros: Ahora os invito a descubrir esta lápida conmemorativa. La Repú­ blica de Filipinas, a recomendación de su Comité de Historia, presenta esta lápida en testimonio de los ser­ vicios meritorios de la Casa de San Miguel Brewery a la comunidad en general y a sus parroquianos en par­ ticular; en reconocimiento al trato humano que dis­ pensa a las mujeres y hombres que trabajan y ayudan en sus empresas; y como un recuerdo del papel valioso que está desempeñando en el desarrollo económico de Filipinas. Muchas gracias. DESCUBRIMIENTO DE LA LÁPIDA Acto seguido, la Sra. Dña. Felisa Hocson de Fer­ nández descubre la lápida conmemorativa, que reza así: 56 DIARIO DE SESIONES FÁBRICA DE CERVEZA DE SAN MIGUEL Fundada por el Excmo. Sr. Don Enrique María Barretto y de Ycaza, 4 de Marzo de 1890, en la calzada de Malacañang No. 6, ahora Avilés, No. 132. Inaugurada, 4 do Oc­ tubre de 1890, bendecida por el Gob. Ecl. Dr. Eugenio Netter y apadrinada por (1 Ca­ pitán General Don Valeriano Weyler, Gene­ rales Feduchi y Marqués de Ahumada. Ad­ ministrada sucesivamente per Don Enrique Ma. Barretto, hasta 1893; Excmo. Sr. Don Podro P. Roxas, (socio gestor), 1893-1896; Don Enrique Brías de Coya, 1896-1903; Don Vi­ cente D. Fernández, 1903-1910; Don Antonio R. Roxas, 1910-1917; Don Antonio Brías Roxas, (Ce-Gerente), 1917-1945; Coronel Don Andrés Soriano, desde 1919. Extendió sus acti­ vidades, creando industrias subsidiarias, desde 1919. 1950 Descubierta la lápida, es bendecida por el R. P. Tomás Cornagc. El Sr. Barretto. Damas y caballeros, ahora me cabe la honra de hacer la presentación de un caba­ llero que sólo con nombrarle hace innecesario el exten­ derme en elogios de su valor en el campo industrial, en el filantrópico y en todo cuanto se relaciona con el bienestar de nuestra patria. Me refiero al digno Pre­ sidente de la Junta Directiva de la Fábrica do Cerveza de San Miguel, en la que lleva laborando, creo que, por más de cuarenta y cinco o cincuenta años y que pronunciará ahora su discurso de aceptación. Damas y caballeros, señores Congresistas, tengo el honor de presentaros al Excelentísimo Señor Don Ramón J. Fernández, ex Ministro de la República Fili­ pina en la Corte de San Jaime, y Presidente de la Junta Directiva de la Fábiica de Cerveza de San Miguel. DISCURSO DE D. RAMÓN FERNÁNDEZ Señor Barretto, Señor Montilla, Señores Miembros de la Comisión de Historia de la República, Señores Miembrcs del Congreso de Hispanistas, damas y caballeros: Permitidme que en nombre del Presidente de la Corporación, el Coronel Soriano; en el de los miembros de la Junta Directiva, de los jefes, empleados y obicros de esta fábrica os salude y os agradezca el favor que nos habéis otorgado al venir a solemnizar este acto con vuestra presencia. Me había propuesto relataros, como testigo ocular, las fases más importantes del desenvolvimiento indus­ trial y económico de esta Corporación, asociando con él a todas las personas que tomaron parto en la gesta­ ción desde su fundación hace hoy sesenta años, para que, al cumplir gustoso con el cometido que se me ha encomendado, de algún modo pudiera contestar el magnífico discurso que acabamos de oir del Director de la Oficina de Bibliotecas Públicas y Presidente do la Comisión Histórica de la República, Señor Mon­ tilla, haciendo un relato, que aunque pobremente na­ rrado, pueda ofrecer a la Ce-misión con ¡a pretcnsión de que siiva de reconocimiento por el generoso acto con que nos ha honrado al dedicar por primera vez una Lápida Conmemorativa, precisamente a esta industria que ha sido el origen de otras tantas subsidiarias. Teme, sin embargo, que sería muy descortés el relatar lo acaecido durante un período que abarca más de medio siglo, desde este fresco umbral, en tanto que mis sufridos oyente^, (y me refiero especialmente a las distinguidas damas), están expuestos a las inclemencias del sol, por lo que he de concretarme, con la venia de la Comisión, a hacer sólo una breve revista, conte­ niendo la emoción que ciento cuando, como hoy, se me presenta la oportunidad de recontar paso a paso las horas amargas que al principio pasaron el fundador y sus amigos, por las que después fueron ampliamente remuncr..dos por el éxito grandioso que obtuvieron. La Fábrica de Cerveza de San Miguel fué fundada a iniciativa del Excelentísimo c Ilustrísimo Señor Don Enrique María Barretto, caballero dotado de un espí­ ritu emprendedor que demostró por las varias activi­ dades que acometió entre las cuales recuerdo una fábrica de hielo, un varadero y un centro fotográfico, además de la que hoy os motivo de esta reunión; dedicó la for­ tuna que había heredado y acrecentado al laudable propósito de industrializar su tierra natal a la que quería ver progresar rápidamente, sacándola del letargo de la vida pastoral. Esa fué su ambición y él fué un genioy una figura. Las materias primas para esta nueva industria debían ser casi todas importadas y la transportación no había llegado ni con mucho a la altura a que debía estar para poderse asegurar la continuidad de la pro­ ducción y era, por tanto, necesario, un mayor capital y mucha precaución. En el país no había personal idóneo para esta industria y éste hubo de ser contra­ tado y traído; y el obrero para las faenas más delicadas y difíciles tenía que trabajar en bodegas cuya tempe­ ratura debía mantenerse a treinta grados menos de los que él estaba acostumbrado a sentir. Todas esas dificultados y otras muchas más fueron vencidas y el día 4 de octubre do 1890 se inauguraba la Fábrica de Cervezas de San Miguel. Sus productos superaban en frescura a los escasos importados y compuestos por expertos químicos'alema­ nes pedían, cuando menos, igualarles en calidad; pero aun había que crear el mercado para la bebida y ésta era una labor ardua. Como toda nueva industiia también ésta sufrió vicisitudes, que pronto los amigos del Señor Barretto se propusieron vencer y hombres también de previsión y de energías incalculables, compartieron con el fun­ dador la responsabilidad de llevar a cabo la ardua tarea: además de los nombres allí mencionados hay que añadir a los Tuason, los Legardas, les Chuidiancs y otros más, que capitaneados por el Excelentísimo Señor don Pedro P. Roxas, se asociaron con él. Solamente hombros de clara visión y dotados de intenso patriotismo no se acoquinan ante las dificul­ tades y con la vista fija en el porvenir vislumbran al trasluz de los intensos nubarrones el porvenir de una industria nuevamente establecida. ¿Cómo, si así no fuera, se explica el que se empeñaran en producir y propagar una bebida entre cuyos componentes están los pétalos de una flor cuya fragancia apenas puede PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 57 disimular su amargor y en un país cuyos habitantes tienen especial predilección por lo dulce en el paladar y hasta ... en su alma? Corrieron los días, pasaron los meses y transcurrie­ ron los años y el consumo apenas aumentaba. Además, si bien es verdad que había paz y orden, sin embargo, ya se dejaba percibir una cierta desazón por la efer­ vescencia de las modernas ideas; pero la confianza en sí mismos o quizás el deseo de mejorar la situación dando un patriótico ejemplo de confianza en el Go­ bierno, pudo más que el pesimismo de algunos de los hombres de experiencia y siguieron adelante hasta que por uno de esos caprichos del destino, que trajo a nuestro hemisferio una guerra extraña e incluso el lenguaje castellano (que ustedes hoy tan justamente se afanan en propagar) que entonces aquí predominaba, tuvo que aceptar una compañera en la trasmisión de las ideas y con ella también nuevos hábitos y nuevas costum­ bres. Así fué que meses después del 13 de agosto de 1898 una eia de bonanza comenzó para los negocios de esta fábrica, y llevando a la realización el sueño de su fundador y premiando la constancia de sUs amigos, nuevos edificios y nuevas maquinarias hubieron de levantarse y adquirirse para satisfacer la demanda local. Lo que después vino todos lo sabemos. Si los participantes de la San Miguel tuvieron visión clara del porvenir, los que les sucedieron pudieron también alardear de haber tenido aciertos, pues al advertir que el horizonte estaba preñado de grandes oportunidades, buscaron hombres de la talla de Luis Kicnc, Pedro Roxas, hijo, del Rosario, Alejandrino, Crisòstomo Villamil, Rachcnbach, Zabartc, cuyos nom­ bres están íntimamente asociados con aquella época de consolidación y estabilización. Con todo, n > faltaron personas que alentadas por los éxitcs obtenidos en la propagación del consumo, intentaran compartir ese mercado, lanzándose al esca­ broso terreno de la competencia para luego terminar en la consolidación de las empresas. Después de unas negociaciones en que la habilidad y previsión de los hombres de aquella época, mencionados en esa lápida se puso de manifiesto, era necesario también enco­ mendar la gestión a una persona que tuviera las cuali­ dades requeridas, por el crecimiento de su capital, sobre todo las de un organizador y ejecutor al mismo tiempo que pudiera llevar a cabo los proyectos predominantes de los que tomaron parte en la consolidación, y ese hombre fué Andrés Soriano, quien durante el último cuarto del siglo ha estado dedicando todcs sus esfuerzos al engrandecimiento de la industria, ampliando y des­ arrollando nuevas actividades que no necesito men­ cionar por ser casi de actualidad y bien conocidas de propios y extrañes. Con sus éxitos, el Coronel So­ riano ha colocado esta empresa a la altura en que está con gran satisfacción y provecho de sus accionistas: con su iniciativa ha logrado trasplantar a este país industrias que en “parlanza” militar puede decirse que serán las primeras defensas para el porvenir, per­ mitiendo al capital mirar con serenidad y prudencia al futuro. Su obra ha hecho posible el que en las actuales circunstancias por que atraviesa el país, esta impresa, la Fábrica de Cervezas de San Miguel, pueda seguir manteniendo más de cinco mil familias de empleados y obreios (de sesenta o setenta que eran en 1890) y que no obstante las incalculables trabas impuestas al comer­ cio por la segunda guerra, los productos de esta fábrica puedan ser disfrutados por el humilde y el poderoso en ti Norte o en el Sur, en el Este y en el Oeste, pagando por ellos los mismes precios que antes de la segunda guerra mundial, sobre todo aquellos de utilidad pública o de mayor consumo y sólo un poco más por otros, como si los precios no hubieran subido y la fábrica central misma estuviera en sus propios municipios. Frescos están aún los cimientos en que se establecieron las nuevas industrias y por los sistemas establecidos hablan los éxitos que se han obtenido. ¡Lástima grande es que el Coronel Soriano esté ausente en esta ocasión! pues su presencia daría gran realce a este acto; pero, al propio tiempo, me regocija el haber podido hablar con toda franqueza para hacer justicia a su persona relatando sus éxitos sin zaherir su modestia en su misma presencia. En cuanto al significado de esta lápida con que nos habéis honrado, Señor Presidente y Miembros del Comité Histórico de la República, permitidme que, al mismo tiempo que la acepto regocijado, le dé no sólo el valor que tiene como el reconocimiento de la bene­ mérita labor de los caballeros allí mencionados, sino que al mismo tiempo, lo considcie como un epitafio en este monumento, erigido para conservar la memoria de aquellos grandes hombres a cuya perspicaz visión y energía adornaban su honradez, su entereza, caballe­ rosidad, amor a este país y desprendimiento, virtudes que deben seguir siendo cultivadas con ahinco para que crezcan exuberantes en Filipinas. En cuanto al Coronel Soriano, esta lápida repre­ senta la justificación de una nueva condecoración, que con merecido orgullo podría ostentar en su pecho con las otras muchas de que ya está ornado. Para terminar, permítanme ustedes una pequeña digresión al campo de la política, al utilizar estos éxitos, así como, el reconocimiento de sus méritos por la Repú­ blica, como un mentís a las insinuaciones de aquellas personas, quizás bien intencionadas, repetidas con bastante insistencia, sobre todo durante la época que abarca esta narración, que apuntaban que las indus­ trias genuinamente filipinas serian afectadas desfavo­ rablemente por la independencia absoluta y completa de este país. Señores, debo aquí terminar, pero con vuestra venia y contando con vuestra bondadosa paciencia, voy sólo a dedicar un corto párrafo a aquellas personas que no han sido mencionadas aquí que nos ayudaron en la formación de este monumento, sobre todo al prin­ cipio del siglo. Me refiero a aquel sufrido personal que al principio de la jornada tanto ayudó al éxito de esta fábrica y a aquellos empleados y obreros que con verdadero desprendimiento y sacrificio personal en ocasiones, contribuyeron para que la producción supe­ rara en mucho a la capacidad quo los que lo concibieron, planearon y ejecutaron no pudieron siquiera imaginar; casi casi podría yo parodiar una expresión churchillana al decir que la labor de unos cuantos ha producido él bienestar de tantos capitalistas, jefes, empleados y obreros como son los que hoy disfrutan de aquella labor. Para todos los miembros de la “cofradía” do los “sama­ hans”, para los “buddies”, esta lápida debe ser un estímulo alentador para que los resultados obtenidos se acrecienten en lo sucesivo y para que la prosperidad de la empresa se mantenga en tanto cuanto el metal 58 DIARIO DE SESIONES de la lápida dure para que los nombres allí estampados sean legibles para la posteridad y honrados por ella. Gracias. El Su. Barretto. Damas y caballeros, voy a dar por terminado esto acto expresando nuestro agrade­ cimiento, por su asistencia al mismo, a todos los con­ currentes, cntr<, los que se cuentan el Ilustrísimo Señor Don Enrique Beltrán Manrique y el Señor Marqués de Casa-Madrid, Consejero y Secretario respectivamente de la Legación de España, que han querido presenciar la concesión de un merecido galardón a una industria establecida y fundada en tiempo del régimen español, por lo que os invito a que me secundéis en un “mabuhay” a España. “Mabuhay España”. Y a estos buenos amigos españoles les invito correspondan con un viva a Filipinas. “Viva Filipinas”. “Viva la Fabricado Cerveza de San Miguel y Viva Soriano”. Y ahora, señores, entrará en funciones el sim­ pático y eficiente Secretario de la San Miguel, que allí está sonriente y satisfecho, don Carlos Kahn. El Su. Kahn. Damas y caballeros, la Fábrica de Cerveza de San Miguel tiene mucho gusto en invi­ taros a participar del modesto refrigerio con el que desea obsequiaros en esta ocasión. LA FÁBRICA DE CERVEZA DE SAN MIGUEL San Miguel Biewery, Inc. Manila, Philippines 28 de Mayo, 1949 Srcs. Alberto y Tomás F. Barretto, Presentes. Estimados Srcs. Bairetío: Con leferencia a nuestra reciente conversación en que me informaron de sus trabajos y esfuerzos para llevar a cabo la publicación de una Primera Edición de la Autobiografía inédita, escrita por el Dr. Rizal con el título “Memorias de un estudiante de Manila,” con el primordial fin de estimular y difundir la ense­ ñanza del idioma español entre nuestra juventud es­ colar, en consonancia con la reciente aprobación de la Ley No. 343 y rendir así respetuoso homenaje a la me­ moria de el Gran Patriota Dr. José Rizal Mercado en el 88.o Aniversario de su natalicio, me es grate comu­ nicarles que la Junta Directiva de esta Corporación, concurriendo en su propósito cultural y en los con­ ceptos consignados en su Dedicatoria a la Juventud Escolar Filipina, acordó en su sesión del 26 de mayo de 1949 sufragar los gastos de impresión de su pro­ yectada Primera Edición de 10,000 ejemplares con­ forme al presupuesto presentado por Vds. y donarla íntegra a. las Escuelas Públicas y Privadas y Biblio­ tecas Públicas de Filipinas. Deseo sugerirles que con este fin hagan Vds. los arreglos necesarios para hacer entrega de la referida Primera Edición a les Burós de Educación Pública y Privada y al de Bibliotecas Públicas para que sus Di­ rectores respectivos dispongan J reparto de los ejem­ plares correspondientes a cada Buró en la forma y ma­ nera que estimen ha de reportar el máximo beneficio a la cultura de la juventud escolar filipina. De Vds. atto. s. o. Andrés Soriano, Presidente. REPÚBLICA DE FILIPINAS Departamento de Educación OFICINA DE BIBLIOTECAS PÚBLICAS Manila 29 de junio de 1949. Recibí por conducto de Don Tomás Barretto, Diez Mil (10,000) copias de Memorias de un Estudiante de Manila, del Dr. José Rizal Mercado, que La Fábrica de Cerveza de San Miguel (San Miguel Brewery, Inc.) tan solícita, generosa y patrióticamente ha donado a la Oficina de Bibliotecas Públicas (4,800 copias), a la Oficina de Escuelas Públicas (2,800 copias), y a la Oficina de Escuelas Privadas (2,400 copias), como su aportación a la realización de los fines y propósitos de una ley reciente del Congreso de Filipinas, Ley núm. 343 de la República, que autoriza la enseñanza del castellano en las escuelas secundarias de la Nación y su propagación por todo el país. Luis Montilla, {Director). Por; Tiburcio Tumaneng. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 59 APÉNDICE “F” CEREMONIAS DEL DESCUBRIMIENTO DE LA LÁPIDA CONMEMORATIVA INSTALADA EN LA COMPAÑÍA GENERAL DE TABACOS DE FILIPINAS, CALLE DEL MARQUÉS DE COMILLAS, EL DIA 12 DE OCTUBRE DE 1950, A LAS 10:30 A. M. PROGRAMA I. Dos palabras por el Maestro de Ceremonias. II. Presentación de la lápida conmemorativa por la Dra. Encarnación Alzona, Miembro de la Comisión Histórica de Filipinas. III. Descubrimiento de la lápida por la Sra. de Don Ricardo Deseáis. IV. Bendición de la lápida por el R. P. José Gómez, de San Marcelino. V. Aceptación por el Sr. D. Ricardo Deseáis, Jefe comercial de la Tabacalera en Filipinas. VI. Vino de Honor. PALABRAS DEL MAESTRO DE CEREMONIAS DOCTOR JOSÉ P. BANTUG Damas y Caballeros: Dos palabras y nada más, como reza el programa. Nos congregamos hoy aquí para honrar a una prestigiosa casa española que ha estado íntimamente ligada, en los últimos setenta años de su existencia, con el desenvolvimient > comercial, económico e indus­ trial del país. En estos momentos de nuestra recons­ trucción material y espiritual, necesitamos del concurso de todos los elementos positivos del país, máxime de aquéllos que por naturaleza y por simpatía están vin­ culados con las aspiraciones nacionales de progreso y perfección como esta Casa que es una prolongación de España en nuestro suelo, y, como tal, no puede ser indiferente a los destinos dJ país. Desligados del lazo político que por cerca de cuatrocientos años nos uniera con la Madre España, queda aún el lazo tenue, sí, como es el espiritual, pero más fuerte, si cabe, que las cadenas férreas forjadas en el yunque más recio. Esta es la razón por qué honramos hoy con un acto público esta solera española. Otro miembro de la Comisión recalcará los logros de la misma y la parte importante que ha estado desempeñando en el desen­ volvimiento económico del país. Damas y caballeros: Tengo el gusto y la honra de presentaros a la doctora Encarnación Alzona, orgullo legítimo y representante genuina de la mujer filipina. DISCURSO DE LA DRA. ENCARNACIÓN ALZONA Excelentísimo señor; damas y caballeros: Regístrase en la historia de Filipinas un aconteci­ miento de trascendental importancia para el desarrollo económico y social del país. Fué la fundación en el año 1881 de la Compañía General do Tabacos de Filipinas por el ilustre Marqués de Comillas, cuyo nombre se ha dado a la calle donde el edificio central de la Com­ pañía se halla situado. Universalmente conocida por Tabacalera, esta compañía se dedicó primeramente a la industria del tabaco desde que se decretó por Real Orden el deses­ tanco el año 1882. El estanco del tabaco, que duró cien años, causó tanta miseria e injusticia a los culti­ vadores de esta planta, que se lo consideraba como una gran iniquidad. Grande fué el regocijo en Filipinas cuando se recibió la noticia de su abolición. El tabaco figura entre los productos valiosos de Filipinas, tales como el azúcar, el abacá y el coco, y constituye una fuente de renta considerable. Fué introducido en nuestro país a fines del siglo dieciséis por los misioneros españoles procedentes de México. La Tabacalera so ha esforzado por mejorar la cali­ dad del tabaco filipino en las extensas haciendas que posee en la provincia de Cagayán. Y utilizando las maquinarias más modernas, su fábrica, establecida en Manila, elabora cigarrillos y puros de alta calidad, muy apreciados tanto en el país como en el extranjero. La fama mundial que hoy día goza el tabaco filipino se debe sobremanera al celo y solicitud de la Taba­ calera. Además de su notable contribución al adelanto industrial de Filipinas, la Tabacalera se ha distinguido entre las casas comerciales establecidas en el país por el esclarecido trato que da a sus miles de obreros y em­ pleados, de acuerdo con los sanos principios de la jus­ ticia social. Prueba evidente de tsto es que, desde su fundación hasta nuestros días, no ha ocurrido ni una sola huelga en las fábricas que regenta. Digna de toda alabanza es la Tabacalera que ha sabido re­ conocer los derechos sagrados del obrero. En el campo cultural, la Tabacalera ha escrito en nuestros anales páginas inolvidables. Por inicia­ tiva del Excelentísimo señor don Clemente Miralles de Imperial, que fué muy digno director de la Com60 DIARIO DE SESIONES pañía, se reunió en la casa matriz de Barcelona una magnífica biblioteca de incunables, libros, periódicos y mapas que tratan de Filipinas, cuyo catálogo, inti­ tulado Aparato Bibliográfico de la Historia General de Filipinas y preparado per el eminente bibliófilo Don Wenceslao E. Rctana, forma tros volúmenes en folio. Esta rica y singular colección fué adquirida por el Go­ bierno Filipino después del cambio de régimen, pero, desgraciadamente, casi desapareció durante la Batalla de Manila. El Comité de Historia de Filipinas, en grato reco­ nocimiento de la valiosa aportación de la Tabacalera al progreso económico, social y cultural de nuestro país, ha acordado honrarla con esta lápida conme­ morativa. He dicho. Acto seguido, la Sra. de D. Ricardo Deseáis des­ cubre la lápida conmemorativa que reza así: COMPAÑÍA GENERAL DE TABACOS DE FILIPINAS Compañía fundada por el Marqués de Co­ millas, en 1881, para fomentar la agricultura, industria y comercio en Filipinas. Desempeñó papel importante en el desarrollo económico del país. Notable por su trato equitativo a los obreros. La reconstrucción de su edificio central, destruido durante la segunda guerra mundial, simboliza el icsurgimicnto de la Com­ pañía como factor primordial en el desen­ volvimiento del país. 1950 Descubierta la lápida, el R. P. José Gómez, de San Marcelino, bendice la misma. DISCURSO DE ACEPTACIÓN DEL SR. D. RI­ CARDO DESCALS, JEFE COMERCIAL DE LA TABACALERA DE FILIPINAS Damas y caballeros: En nombre del Consejo de Administración de esta Compañía en Barcelona y en el nuestro propio, es un alto honor expresar mi más sincero agradecimiento al gobierno filipino por el descubrimiento de esta lápida, que nos honra, y simboliza, más de medio siglo de exis­ tencia, como empresa comercial en Filipinas. No puede haber nada, que más nos enorgullezca que la afirmación de nuestra contribución al desarrollo comercial, agrícola, industrial y social de este país que también es el nuestro. Con fé inquebrantable en su futuro, hemos puesto aquí todo nuestro esfuerzo pasando con vosotros sus bonanzas en la prosperidad y sus tribu­ laciones en la adversidad. Al Congreso de Hispanistas, felicitamos por el éxito de su concentración en Manila y especialmente a sus dirigentes por su magnífica organización e ini­ ciativa. Os damos las gracias de todo corazón, por el gran honor conferido, que figurará en nuestra fachada como la más alta y honrosa condecoración que so nos puede otorgar. No es siempre el éxito económico el que hace triunfar a las empresas comerciales sino también el espíritu moral y social por el que consideramos que nos hemos hecho acreedores. Un saludo a Su Excelencia el Presidente Don Elpidio Quirino que es a la vez Presidente Honorario del Piimer Congreso de Hispanistas y . . . un VIVA FI­ LIPINAS! . . . f f f PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 61 APÉNDICES ‘G” LA FUNCIÓN TEATRAL COMO FELIZ CULMINACIÓN DEL CONGRESO Como digno brocho del programa de actos celebrados en relación con el Primer Congreso de Hispanistas, de Filipinas, con motivo del Día de la Hispanidad, un grupo brillante de artistas aficionados, algunos de ellos ya veteranos del teatro filhispano, puso en escena por primera vez en Filipinas el juego de comedia del celebrado autor español, Luis Fernández Ardavín, titulado “Han cerrado el portal’’. Se llevó a cabo la función en la noche del mismo día de la fiesta, 12 de octubre, en el salón de actos de la Far Eastcrn Umversity. Honraron el acto con su asistencia, el Excelentísimo Presidente de la Repú­ blica., Hon. Elpidio Quirino y su hija Vicky, el Excmo. Ministro Extraordinario y Plenipotenciario de España, don Antonio Guitón Gómez, y el Hon. Presidente del Tribunal Supremo, don Manuel Moran quienes pre­ sidían el nutrido y distinguido público, integrado por invariables admiradores y defensores de la cultura His­ pánica en Filipinas. No obstante la extensión de la obra representada y el haberse retrasado un tanto el comienzo de la fun­ ción, la distinguida ^concurrencia se mostró durante toda ella bien complacida de la actuación do los artistas, que supieron desempeñar con acierto y fidelidad sus respectivos papeles, encarnando bien a los personajes de la comedia, de tal manera que el público supo apre­ ciar los méritos do la obra y darse cuenta de los senti­ mientos puestos en juego por el autor para reflejar uno de los aspectos de la sociedad moderna. Los mismos artistas que por primera vez se presentaban en escena contribuyeron al buen éxito, pues, como decía un cro­ nista refiriéndose a ellos, fueron una verdadera reve­ lación. Muy justo os, por consiguiente, que se recuer­ den siempre sus nombres, como entusiastas hispanistas en quienes puede confiar el Hispanismo filipino en su manifestación dramática: Son la Srta. Charo de Otoyza, que hizo el papel de Marisa; la Sra. Juanita de la Viña, el do Isabel; la Srta. Mila Monte, el de Irene; la Sra. Rosita Bandejas de la Concepción, el de Paulina; don Julio González Anguita, el de Miguel; don Antonio García Llamas, el de Juanito; y don Enrique Infante, el de Curro. Los Sres. González Anguita y García Llamas fueron, respectivamente, director de escena y director artístico, y actuaron de apuntador el Sr. Pedro Salvador y de traspunte el Sr. Anselmo Navarro te. Todos contribuyeron al triunfo alcanzado por aquel “cuadro artístico que fué de lo mejor que había podido reunirse después de la liberación”, como afirmaba un señor que mostraba ser de los que no se contentan fácilmente. Y como si no fuera ya bastante para el éxito brillante de la función la representación de la comedia, los organizadores de la velada ofrecieron otro manjar al gusto artístico o hispanista del selecto público, pre­ sentando un cuadro vivo alegórico, inspirado en el famoso cuadro del inmortal pintor filipino Juan Luna Novicio, titulado “España guiando a Filipinas por la senda del Progreso” y en el que la señora doña Mercedes Pascual do García representó a España, y la señorita Pacita Francisco a Filipinas. Aquel cuadro, explicado con emocionantes y certeras frases y elevados pensamientos, llenos de afecto y gratitud a España, dichos por el vete­ rano y celebrado declamador Antonio Serrano, no pudo menos de conmover al público que lo aplaudió con sinceridad. El mensaje encerrado en aquella alegoría quedó impreso en el corazón de los espectadores y fué el brocho de oro de la función, de la cual so acordarán por mucho tiempo quienes tuvieron la for­ tuna de asistir. La presentación de los números del programa estuvo a cargo del director de “Las Noticias”, don Víctor Molina Martell. Por otra parto, el Sr. Ignacio García Roxas, en uno de los entreactos, leyó un trabajo original sobre la Hispanidad. Finalmente, debe mencionarse a la afinada banda do música del benemérito Colegio de San Juan de Letrán que, con las bien ejecutadas piezas de su selecto repertorio, amenizó la inolvidable velada, magnífica manifestación del hispanismo filipino. f f f DIARIO DE SESIONES APÉNDICE “H” ESTATUTOS DE LA DELEGACIÓN DEL PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS DECLARACIÓN DE PROPÓSITOS La Delegación del Primer Congreso de His­ panistas de Filipinas, consciente de su misión con­ tinuativa, hace suya la finalidad que motivó la forma­ ción de dicho Congreso, según aparece en el “Llama­ miento del Comité Ejecutivo”, que la precedió, a saber: “1. Obtener un panorama general de Jos elementos con que cuenta el actual movimiento hispanista de Filipinas; “2. Intensificar las actividades de las dife­ rentes asociaciones del hispanismo, procurando promover una más franca y cordial cooperación entre las mismas, a fin de conseguir una- decidida acción oficial a favor de la conservación y difusión del idioma español; “3. Activar el establecimiento de una con­ federación nacional de profesores y maestros’de español, que, al mismo tiejnpo que proteja la ética profesional de los mismos, sirva igualmente de inspiración y aliento para formular y adoptar los más modernos métodos prácticos de enseñanza del español: “4. Propulsar diversas actividades culturales, además de las escolares, tales como literarias, justas poéticas, representaciones teatrales y funciones cinematográficas, sin excluir los ya proyectados ciclos de conferencias educativas; “5. Interesar a nuestro gobierno para que dé mayor’ énfasis a la Ley Sotto sobre la enseñanza del español, extendiéndola, al igual que el inglés, a todas las clases de high school; “6. Estrechar, con más íntimas relaciones aun, si cabe, los vínculos, tanto culturales como científicos con España y demás países de la His­ panidad mediante intercambios de conferenciantes y publicaciones de libros y revistas; “7. Finalmente, esforzarse por que nuestro gobierno conceda más amplios privilegios econó­ micos a los países de habla española, invitándoles de ese modo a que establezcan sus casas comer­ ciales en cualquier sitio de Filipinas.” Y para ello se propone adoptar cuantos medios fueren precisos para llevar a feliz término dicha fina­ lidad y las que le sean análogas, y aprobar, como por la presente aprueba, para su mejor organización y fun­ cionamiento, las siguientes reglas que, conjuntamente con la Declaración de Propósitos que antecede, se cono­ cerán con el nombre de Estatutos de la Delegación del Piimer Congreso de Hispanistas de Filipinas, a saber: Capítulo I DEL NOMBRE ABREVIADO Artículo 1.—Cuando en los siguientes artículos se diga La Delegación, se entenderá la Delegación del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas, y Estatutos, los Estatutos de la Delegación del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas. Capítulo II DE LOS DELEGADOS Art. 2.—Son delegados del Primer Congreso de Hispanistas: (a) Los que ésta ha elegido mediante la resolu­ ción .titulada: “Resolución que tiene por objeto crear como por la presente crea, una delegación do quince congresistas que se llamará “Delegación del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas”, para que actúe en lugar del mismo, desde la clau­ sura hasta la inauguración del siguiente Congreso.” (b) Los que la Delegación hubiese elegido y los que luego eligiere para cubrir vacantes. Capítulo III DE LAS VACANTES EN LA DELEGACIÓN Art. 3.—En la forma que más adelante se deter­ mina, la Delegación cubrirá las vacantes que en ella ocurrieren, eligiendo a uno que hubiese sido miembro del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas. Capítulo IV DEL MODO DE ELEG1R DELEGADOS Art. 4.—La elección de delegados se hará mediante balota secreta. La mayoría de los votos de los Delegados prcserites en junta será decisiva. Capítulo V DE LOS FUNCIONARIOS Art. 5.—Los funcionarios de la Delegación son: El Presidente El Vicepresidente El Secretario El Tesorero Estos funcionarios, en caso de vacante, serán elegi­ dos de entre los individuos de la Delegación. Capítulo VI DEL PRESIDENTE, SUS DEBERES Y FACULTADES Art. 6.—El Presidente es el Jefe de la Delegación. Tendrá los deberes y facultades siguientes: (a) Presidir en los días y horas acordados, las sesiones de la Delegación; declarar abierta la sesión y, si hubiere quorum, ordenar la lectura del acta de la sesión anterior y, después de que ésta se hubiere apro­ bado, someter a la consideración de la Delegación los asuntos que apareciesen en el orden de asuntos. (b) Decidir las cuestiones de orden. (c) Crear, con la aprobación de una, mayoría de los Delegados presentes, los comités especia.les que fuesen necesarios. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 63 (d) Nombrar con la aprobación de la Delegación, a los Delegados que deban componer los comités per­ manentes o especiales. (c) Firmar los memoriales y las resoluciones aprobadas por la Delegación. (f) Hacer que se cumplan los acuerdos de la Dele­ gación. (g) Declarar, sin trámite previo, vacante el cargo de un Delegado que, en el desempeño de sus funciones: 1. Falte injustificadamante a cuatro (4) sesio­ nes consecutivas de la Delegación y, Además, 2. Deje de proponer alguna medida que tenga por objeto cooperar en el cumplimiento de los fines del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas. 3. Inmediatamente después, proponer la elec­ ción de un Congresista para llenar dicha vacante. 4. Cumplir con aquellos actos inherentes a su cargo no especificados en estos Estatutos. Art. 7.—El deber del Presidente de la Delegación provisto en el inciso (g) del Art. 6, empezará a regir el primero de enero de 1951. Capítulo VII DEL VICEPRESIDENTE, SUS DEBERES Y FACULTADES Art. 8.—El Vicepresidente tendrá los deberes y facultades del Presidente: (a) Cuando éste quedare temporal o perma­ nentemente incapacitado. (b) Cuando el Presidente estuviere ausente. Capítulo VIII DEL SECRETARIO, SUS DEBERES Y FACULTADES Art. 9.—El Secretario tendrá los deberes y facul­ tades siguientes: (a) Redactar por sí o por medio de otro, bajo su responsabilidad, las actas de la Delegación y certifi­ carlas personalmente. (b) Preparar por sí o por medio de otro, bajo su responsabilidad, el Orden de Asuntos para cada sesión de la Delegación. (c) Tener bajo su custodia los archivos pertene­ cientes a la Delegación. (d) Certificar los memoriales y las resoluciones aprobados por la Delegación. (e) Remitir inmediatamente al Comité corres­ pondiente cualquier asunto que se registrare en su oficina. (f) Dirigir la impresión de las actas y distribuirlas del modo que acuerde la Delegación. (g) Cumplir con aquellos otros deberes inherentes a su cargo, no especificados en estos Estatutos. Capítulo IX DEL TESORERO, SUS DEBERES Y FACULTADES Art. 10.—Al Tesorero corresponde la custodia de todos los fondos pertenecientes a la Delegación. Art. 11.—Dicho Tesorero dará cuenta mensual: (a) de los fondos que reciba; (b) de los gastos ordinarios de la Delegación, para los cuales queda autorizado a efectuar, y del saldo que tenga en su poder. Los gastos extraordinarios deberán hacerse previa autorización de una mayoría de los Delegados pre­ sentes en sesión. Capítulo X DE LA CESACIÓN DE LOS FUNCIONARIOS Art. 12.—Cesarán en sus cargos el Presidente, el Vicepresidente, el Secretario y el Tesorero cuando dimi­ tieren o sus cargos fueren declarados vacantes por una mayoría de todos los Delegados. Capítulo XI DE LOS DERECHOS DE LOS DELEGADOS Art. 13.—Los Delegados disfrutarán de todos los derechos inherentes a su cargo. Capítulo XII DE LA CREACIÓN Y DEBERES DE LOS COMITÉS Y SUS COMPONENTES Art. 14.—La Delegación creará los siguientes co­ mités permanentes, cuyos deberes y facultades se espe­ cifican a continuación: (A) Comité de Asuntos Económicos A este Comité, que se compondrá de no más de tres Delegados, compete el estudio, recomendación y, en su caso, la ejecución de los asuntos aprobados por la Delegación, y que tengan por objeto: 1. La fijación de cuotas a los Congresistas. 2. La gestión de contribuciones cerca de los simpatizantes del Congreso. 3. Solicitar de las autoridades correspon­ dientes el permiso oficial necesario a fin de poder pedir contribuciones legalmente. 4. Cualquiera otra actividad que tenga por objeto la obtención y engrosamiento de fondos para el cumplimiento cabal de los fines del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas. (B) Comité de Asuntos Históricos A este Comité, que se compondrá de no más de tres Delegados, compete el estudio, recomendación y, en su caso, la ejecución de los asuntos aprobados por la Delegación, y que se relacionen con: 1. La Historia de la hispanidad. 2. La instrucción implantada por España en Filipinas. 3. Los monumentos hispánicos existentes o que deben erigirse. 4. La ortografía y los nombres hispánicos correspondientes a personas, instituciones, plazas y calles. (C) Comité de Propagación A este Comité, que se compondrá de no más de tres Delegados, compete el estudio, recomendación y, en su caso, la ejecución de los asuntos aprobados por la Delegación, y que se relacionen con: a) La propagación del idioma español. b) Su uso o empleo en el Gobierno, en la Prensa, en las instituciones, iglesias, en las casas de comercio y en los hogares. 64 DIARIO DE SESIONES (D) Comité de Estatutos A este Comité, que se compondrá de no más de tres Delegados, compete el estudio, recomendación y, en su caso, la ejecución de los asuntos aprobados por la De­ legación, y que tenga por objeto: a) La organización de la Delegación. b) La formulación de las reglas que hayan de regir las actividades de la Delegación. c) La creación de otros comités permanentes o de comités especiales. (E) Comité de Estilo A este Comité, que se compondrá de no más de tres Delegados, se remitirán para la corrección de su estilo, todos los asuntos despachados por la Delegación y que, de un modo u otro, estuvieren destinados a la publicidad. No obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, sólo se corregirán los discursos pronunciados o leídos, cuando sus autores así lo pidieren. Los discursos improvisados se remitirán a sus autores para que éstos los corrijan o requieran que el Comité se encargue de ello. (F) Comité del Diario de Sesiones A este Comité, que se compondrá de un solo Dele­ gado, se remitirá para su confección y publicación, en la forma en que se publican los Diarios de Sesiones del Senado de este país, todo lo actuado en el Primer Con­ greso de Hispanistas de Filipinas. (G) Comité de Ligazón A este Comité, que se compondrá de no más de tres Delegados, se encargará la gestión de los acuerdos de la Delegación que, no estando expresamente atri­ buidos a otros Comités, tengan que evacuarse cerca del Gobierno de Filipinas o de las autoiidades repre­ sentativas en este país de otros gobiernos. (H) Comité Misceláneo A este Comité, que se compondrá de no más de tres Delegados, se remitirá para su estudio, recomen­ dación y, en su caso, ejecución de los asuntos apro­ bados por la Delegación, y que no sea de la compe­ tencia de los comités antes mencionados, a menos que para ello se creare un comité especial. Art. 15.—No obstante las especificaciones hechas en lo que respecta a la competencia de los Comités, se remitirá a éstos cualquier otro asunto análogo a los que se le atribuyen en estos Estatutos. Art. 16.—Cuando la competencia de un comité al cual se hubiese remitido un asunto, resultare concu­ rrente con otro, aquél deberá consultar con éste y requerir su cooperación. Art. 17.—Será Presidente de cada comité el Dele­ gado que fuere nombrado en primer término para inte­ grar dicho comité. Art. 18.—En ausencia del Presidente de un comité, actuará en su lugar el Delegado que le siga en el orden de relación en la lista de su integración. Art. 19.—Los Comités se reunirán antes de cada sesión de la Delegación y someterán a ésta la recomen­ dación que acordaren sobre cualquier asunto que se les hubiese remitido. Art. 20.—Es deber de los Comités permanentes y especiales reunirse en sesión para estudiar los asuntos que se les remitiesen y luego someter a la Delegación el acuerdo a que llegare una mayoría de sus miembros, a la que se unirán, si las hubiere, las disidencias que se registraren por escrito dentro del término que fijen los mismos Comités, para su consideración por dicha Dele­ gación en la sesión siguiente a la de su aprobación por el Comité. Art. 21.—Si el acuerdo fuere desfavorable, se enviará al archivo, juntamente con los asuntos sobre que verse, a menos que dos Delegados pidieren su con­ sideración, en cuyo caso el Presidente lo someterá a la Delegación. Art. 22.—Si un comité dejare de someter su acuerdo sobre cualquier asunto que se le hubiese remitido dentro del término fijado, cualquier Delegado podrá pedir su consideración inmediata, en cuyo caso el Presidente lo someterá a la Delegación. Art. 23.—Cuando el acuerdo de un Comité se devuelva al mismo o se envíe a otro distinto y se tome esta determinación antes que hubiere sido finalmente aprobado el proyecto a que se refiere, toda la actuación anterior será nula, volviendo dicho asunto a su estado primitivo. Capítulo XIII DE LA CESACIÓN DE LOS PRESIDENTES Y MIEMBROS DE LOS COMITÉS Art. 24.—Los Presidentes y los miembros de los comités permanentes cesarán en sus cargos del mismo modo que los funcionarios. Los de los comités especiales, cesarán, además, cuando sus fines se hubieren cumplido. Capítulo XIV DE LAS SESIONES DE LA DELEGACIÓN Art. 25.—La Delegación se reunirá en sesión a las horas y en los días que acordare. Capítulo XV DEL QUÓRUM Art. 26.—Cinco Delegados constituyen quorum, y sin éste no se despacharán ni discutirán los asuntos de la Delegación. Capítulo XVI DEL ORDEN DE ASUNTOS Art. 27.—En el Orden de Asuntos se indicarán las materias que la Delegación está llamada a con­ siderar, o sea: 1. Existencia de quórum, mediante la lectura de la lista de Delegados. 2. Lectura y aprobación del acta de la sesión anterior. 3. Los asuntos que el Presidente deba des­ pachar. 4. Los asuntos recomendados por los Co­ mités. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINZ 65 Capítulo XVII DE CÓMO SE PROPONDRA LA EFECTUACIÓN DE CUALQUIER FIN CONSTITUTIVO DE LA DELEGACIÓN Art. 28.—Las proposiciones de acuerdo, que tengan por objeto efectuar alguno de los fines constitutivos de la Delegación, se harán en forma de proyecto de resolución. Capítulo XVIII DE LOS REQUISITOS QUE DEBEN REUNIR LOS PROYECTOS Art. 29.—Les proyectos de resolución deberán ir firmados por uno o más Delegados. Si su autor lo fuere un comité al cual incumbiría su estudio y recomendación según el Capítulo XII, deberá estar firmado, cuando menos, por el presidente de dicho comité o por quien hiciere sus veces, e ir acom­ pañado de la recomendación correspondiente.Capítulo XIX DE LA CONSIDERACIÓN DE LAS CUESTIONES INSERTAS EN EL ORDEN DE ASUNTOS Art. 30.—Después de abierta la sesión y aprobada el acta, el Presidente declarará en orden en la sucesión en que aparezcan, las materias relacionadas en el Orden de Asuntos. Art. 31.—No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, acerca del orden de sucesión, la Delegación podrá, previa moción, apoyada por una mayoría de los Delegados presentes, considerar inmediatamente cualquier proyecto. Capítulo XX DE LA CONSIDERACIÓN Y EL DEBATE DE LOS PROYECTOS DE RESOLUCIÓN Art. 32.—En la consideración de los proyectos de resolución se procederá como sigue: 1. Ponencia, por el Presidente del Comité o el miembro designado por dicho comité; 2. Si se produjere debate, los turnos en contra y en favor del proyecto, alternativamente; 3. El ponente del proyecto o autor de la moción o enmienda, tendrá derecho a cerrar el debate; ' 4. Terminado el debate se procederá a con­ siderar las enmiendas, si las hubiere; 5. Terminado el período de enmiendas, la votación del proyecto. Capítulo XXI DEL MODO DE OBTENER LA PALABRA Art. 33.—Cuando un Delegado deseare obtener la palabra deberá levantarse y pedirla, y no proseguirá mientras el Presidente no se la conceda. Si varios Delegados la pidieren, el Presidente la concederá siguiendo el orden en que aquéllos la buhiesen solicitado. Art. 34.—Ningún Delegado interrumpirá a otro sin la venia de ésta, la cual deberá obtener mediante el Presidente. Capítulo XXII DEL TIEMPO QUE SE INVERTIRA EN LOS DEBATES Art. 35.—En los debates sobre un proyecto u otra proposición cualquiera, que no fuere una enmienda, cada Delegado podrá consumir hasta quince minutos. Esta disposición no será aplicable al ponente, quien podrá usar del tiempo que estime necesario para ex­ plicar los fines del proyecto. Art. 36.—En los debates sobre enmiendas, nin­ guno podrá consumir más de cinco minutos. Art. 37.—En el tiempo fijado para los debates se contará el que se invierta en Ja lectura de documentos y en la contestación a preguntas. Art. 38.—No obstante lo dispuesto en este capítulo acerca del tiempo que puede consumir cada Delegado, la Delegación podrá reducirlo con la aprobación de una mayoría de los Delegados presentes, cuando por la naturaleza del proyecto o la premura del tiempo, dicho Cuerpo creyese que el interés de la Delegación así lo exige. Capítulo XXIII DE LAS ENMIENDAS Art. 39.—Todos los proyectos de resolución serán susceptibles de enmienda; mas para que las enmiendas puedan ser consideradas, deberán presentarse concreta y específicamente en el curso del debate, indicando claramente la página y la línea en que quieran hacerse, y por escrito, si así lo resolviere una mayoría de los Delegados presentes. Art. 40.—No se considerará más que una enmeinda a la enmienda original. Art. 41.—Si se aprueba una enmienda a la en­ mienda, a menos que fuere por sustitución absoluta, se considerará que ésta va embebida en aquélla. Art. 42.—No se enmendará por sustitución un proyecto de resolución con otro de materia distinta de la que trate el proyecto que se propone sustituir. Capítulo XXIV DEL MODO DE FORMULAR LAS MOCIONES Art. 43.—Las mociones pueden hacerse de palabra, pero una mayoría de los Delegados presentes podrá requerir que se formulen por escrito y sean leídas antes de proceder a su consideración. Quedan exentas, sin embargo, las mociones comprendidas en el Art. 44. Capítulo XXV DE LAS MOCIONES PREFERENTES Art. 44.—Mientras se esté discutiendo una moción o proyecto de resolución, no se considerarán más mo­ ciones que las siguientes y en el orden que se expresan: (a) Para levantar la sesión. (b) Para suspenderla. 66 DIARIO DE SESIONES (c) Para aplazar la consideración del asunto hasta cierto día. (d) Para considerar una moción de revisión o de­ volución al comité correspondiente. Las mociones para levantar la sesión o suspenderla se resolverán sin debate. Capítulo XXVI DE LAS FRASES Y LOS ACTOS IMPROPIOS Art. 45.—Son frases y actos impropios los que ofendan a un Delegado o a la Delegación misma. Art. 46.—Ningún Delegado, en ningún caso, y durante un debate, usará frases ofensivas e impropias. Art. 47.—Cuando algún Delegado, por palabras o actos, infringiere este Capítulo, el Presidente, por sí o a instancia del cualquier otro Delegado, podrá lla­ marle al orden. El Delegado llamado al orden no podrá continuar en el uso de la palabra sin la venia de todos los Delegados presentes. La moción para que se le permita continuar en el uso de la palabra se resolverá sin debate. Capítulo XXVII DE LAS CUESTIONES DE ORDEN Art. 48.—Las cuestiones de orden podrán susci­ tarse en cualquier tiempo durante las actuaciones y el Presidente las resolverá. Las resoluciones del Presidente serán apelables ante la Delegación, a petición de cualquier Delegado. Art. 49.—Será discrecional en el Presidente so­ meter a la Delegación cualquiera cuestión de orden que se suscite, para su resolución. Capítulo XXVIII DE LAS CUESTIONES DE PRIVILEGIO Art. 50.—Se considerarán cuestiones de privilegio aquéllas que afecten a los derechos, privilegios, reputa­ ción, conducta, decoro o dignidad de la Delegación o de sus miembros. Capítulo XXIX DE LAS VOTACIONES Art. 51.—Las votaciones serán: (a) .A viva voz. (b) Nominales. Art. 52.—Las votaciones a viva voz se harán votando, primero, los que estén por la afirmativa, y, luego, los que estén por la negativa. Art. 53.—Si hubiere duda sobre el resultado de una votación, el Presidente, por sí o a petición de cual­ quier Delegado, deberá contar los votos afirmativos y negativos que se hubiesen emitido. En este caso, el Presidente pedirá que los Dele­ gados que hubieran votado por la afirmativa levanten la mano y, después de haber tomado nota de su número, pedirá también a los que hubiesen votado por la nega­ tiva, que hagan lo mismo. Después de haber contado el número de estos últi­ mos, anunciará el resultado final de la votación. Art. 54.—Las votaciones nominales se harán lla­ mando el Secretario por orden alfabético a los Dele­ gados y contestando cada Delegado “sí” o “no” al ser nombrado. Inmediatamente después, el Secretario informará el resultado de la votación al Presidente, quien, a su vez, lo anunciará, acto seguido, a la Delegación. Art. 55.—La votación será nominal cuando la autoricen dos terceras partes de los Delegados pre­ sentes. Art. 56.—El Presidente no estará obligado a votar, salvo el caso de que su voto fuere necesario para de­ sempatar la votación. Art. 57.—Una vez que el Presidente hubiese anun­ ciado el resultado de la votación, ningún Delegado tendrá derecho a votar. Capítulo XXX DEL CONSENTIMIENTO UNÁNIME Art. 58.—El consentimiento unánime para una actuación o procedimiento puede darse expresa o táci­ tamente. Será tácita cuando, después de iniciada dicha actuación o procedimiento, no se interpusiere objeción oportuna. Capítulo XXXI DEL ACTA Art. 59.—La Delegación llevará y conservará acta de sus sesiones, en la que se hará constar suscinta pero fielmente cuanto hubiese ocurrido en cada sesión. Art. 60.—En el acta deberán insertarse íntegros: (a) Los proyectos aprobados, con el nombre de sus autores. (b) Las votaciones nominales. Y en extracto: 1. Los títulos de los proyectos desaprobados. 2. Los mensajes o cartas dirigidas a la Dele­ gación. Art. 61.—No podrá interrumpirse la lectura del acta sino mediante consentimiento unánime de los Delegados presentes, y ninguna moción para enmendarla se admitirá una vez leída y aprobada. Art. 62.—Mediante consentimiento unánime, podrá dispensarse la lectura del acta, y en tal caso se consi­ derará aprobada. Art. 63.—Si un Delegado hallare algún error en el acta, cuya lectura se hubiese dispensado, deberá presentar al Secretario moción escrita indicando la corrección que desee hacer, y dicha moción se consi­ derará en la sesión siguiente. Art. 64.—Las actas de la Delegación se impri­ mirán y publicarán, y su distribución y el número de ejemplares que hubiere de imprimirse serán regulados por la resolución que al efecto adopte la Delegación. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 67 Capítuto XXXII DE LOS DOCUMENTOS ARCHIVADOS EN LA SECRETARÍA Art. 65.—Ningún documento original podrá reti­ rarse de los archivos de la Secretaría, sin la venia de una mayoría de los Delegados. Capítuto XXXIII DE LAS ENMIENDAS O REVISIÓN DE LOS ESTATUTOS Art. 66.—Puede procederse a la consideración de enmiendas a estos Estatutos mediante moción escrita, en la que se harán constar las propuestas enmiendas. Dicha moción deberá distribuirse entre los Dele­ gados por lo menos con un día de anticipación a la fecha de su consideración, y para su aprobación será nece­ saria una mayoría de los votos de todos los Delegados. Capítulo XXXIV DE LA DEROGACIÓN DE CIERTAS RESOLUCIONES Art. 67.—Por haber sido incorporada a estos Esta­ tutos, queda derogada la Resolución No. 1. Capítulo XXXV DEL VIGOR Y EFICACIA DE LOS ESTATUTOS Art. 68.—Estos Estatutos entrarán en vigor el día de su aprobación y tendrán eficacia mientras no sean enmendados o derogados. Aprobados el día 22 de febrero de 1951. Certifico: El Secretario, Joaquín de San Agustín. $ f f 68 DIARIO DE SESIONES APÉNDICE “I” INICIATIVA Y PREPARACIÓN DEL PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS En la reunión precedida de cena, celebrada en el restaurante New Selecta el 29 de julio de 1950 por el Círculo Escénico, el peñista don Tomás F. Barretto, en un breve discurso, expuso los planes que entre el ferviente hispanista Dr. José P. Bantug y él habían estado discutiendo para celebrar debidamente el hasta entonces llamado Día de la Raza. Dijo que djchos planes consistían concretamente en la celebración de una samblea o convención de hispanistas de Filipinas, al objeto de aunar la labor de las diversas sociedades hispanistas ya existentes en Manila y provincias y los esfuerzos de cuantos trabajaban por la conservación de la cultura hispana y la difusión del idioma español en Filipinas. Añadió que esta asamblea o congreso serviría además para conocer a los elementos hispa­ nistas de Filipinas e intensificar sus esfuerzos con. el fin de conseguir una acción oficial decisiva a favor de la conservación y extensión del español en el país. Citó el dato de haber aquí unas veinticinco sociedades his­ panistas a las que se invitaría para realizar la idea de la convención. Por de pronto, propuso en concreto que las asociaciones representadas en aquella reunión designaran un comité respectivo de tres miembros cada uno para que estudiaran la organización definitiva de la convención o congreso. El digno presidente del Círculo Escénico, don Francisco Liongson y el ilustre ex magistrado don Ma­ nuel C. Briones, presidente de la Asociación de His­ panistas, acogieron con entusiasmo la idea y manifes­ taron que en seguida convocarían a sus respectivos miembros para elegir a sus comités que les represen­ tarían en la junta organizadora del congreso. Se cons­ tituyó acto seguido el Comité Ejecutivo provisional formado por el Dr. José P. Bantug, como presidente, D. Benigno del Río, como tesorero, y D. Tomás F. Barretto, como secretario. A este Comité debían dirigirse los comités de las diversas asociaciones invi­ tadas a organizar el congreso. Por otra parte, el mismo Sr. Barretto propuso que, siguiendo el ejemplo de los países hispano-americanos, se adoptara el nombre de Día de la Hispanidad en lugar del Día de la Raza. En apoyo de su propo­ sición acotó el siguiente pasaje de la obra de Ramiro de Maeztu “Defensa de la Hispanidad”: “Si el con­ cepto de Cristiandad comprende y a la vez caracteriza a todos los pueblos cristianos, ¿por qué no ha de acu­ ñarse otra palabra, como ésta de la Hispanidad, que comprenda también y caracterice a la totalidad de los pueblos hispanos? . . . Hispánicos son todos los pueblos que deben la civilización o el ser a los pueblos hispanos de la Península. Hispanidad es el concepto que a todos abarca. . . . Veamos hasta qué punto los carac­ teriza. La Hispanidad, desde luego, no es una raza. Tenía razón “El Eco de España” (una revista de Argen­ tina) para decir que está mal puesto el nombre de Día de la Raza al del 12 de octubre. Sólo podría acep­ tarse en el sentido de evidenciar que los españoles no damos importancia a la sangre, ni al color de la piel, porque lo que llamamos raza no está constituido por aquellas características que puedan trasmitirse al través de las oscuridades protoplásmicas, sino por aquellas otras que son luz del espíritu, como el habla y el credo. La Hispanidad está compuesta de hombres de la raza blanca, negra, india y malaya, y sus combinaciones, y sería absurdo buscar sus características por los méto­ dos de la etnografía. . . . También por los de la geo­ grafía. Sería perderse antes de echarse a andar. La Hispanidad no habita una tierra, sino muchas y muy diversas. . . . Los climas de la Hispanidad son los de todo el mundo. Y esta falta de características geo­ gráficas y etnográficas nó deja de ser uno de los más decisivos caracteres de la Hispanidad. Por lo menos es posible afirmar, desde luego, que la Hispanidad no es ningún producto natural, y que su espíritu no es el de una tierra, ni el de una raza determinada.” Antes de transcurrir un mes, el 16 de agosto, los comités representativos de varias asociaciones cele­ braron su primera reunión conjunta, en la que confir­ maron el nombramiento del Comité Ejecutivo provi­ sional y crearon la siguiente Junta Organizadora: Comité Ejecutivo: Dr. José P. Bantug, presidente D. Benigno del Río, tesorero D. Tomás F. Barretto, secretario Comités: Peña Hispano-Filipina: Coronel José Razón, presidente D. José Sotelo Matti D. Tomás F. Barretto. Asociación de Hispanistas: Hon. Manuel C. Briones, presidente D. Benigno del Río D. Francisco C. Paliscc. Academia Cervantes: P. Joaquín Lim Jaramillo, presidente D. Esteban Nedruda D. Antonio L. Serrano. Núcleo de la Hispanidad: Dr. José P. Bantug, presidente Dr. Emeterio Barcelón Dr. José Ma. Delgado. Círculo Escénico: D. Fiancisco Liongson, presidente Da. Olga J. de Azaola D. Francisco Zamora. Sociedad Talla: D. Joaquín R. Borja, presidente D. Joaquín de San Agustín D Julio González Anguita. Jurisconsultos Consejeros: Dr. Emeterio Barcelón, presidente D. Ignacio B. Alcuaz D. José Sotelo Matti. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 69 Esta Junta Organizadora acordó celebrar, y, en efecto, así lo hizo, reuniones ejecutivas los miércoles y sábados en las que estudiaron, discutieron y aprobaron el programa general del Primer Congreso de Hispa­ nistas de Filipinas de 1950, con arreglo al cual llevó éste a cabo sus sesiones a cuyo Diario acompaña este apéndice y en el cual Diario consta que en la tercera y última sesión del Congreso se acordó y aprobó el nombramiento de una Delegación del Primer Congreso de Hispanistas para que actuara en representación de éste hasta la convocatoria del siguiente Congreso. Dicha Delegación está formada por los siguientes señores: Presidente: Dr. José P. Bantug Vicepresidenfe: Dr. José Ma. Delgado Secretario: D. Joaquín de San Agustín Tesorero: D. Benigno del Río Miembros: D. Ignacio B. Alcuaz D. Emeterio Barcelón D. Tomás F. Barretto D. Manuel C. Briones D. Enrique Fernández Lumba D. Guillermo Gómez P. Joaquín Lim Jaramillo D. César de Larrazábal D. Francisco Liongson D. Honorato E. Ordóñez D. José Razón D. José Sotelo Matti. Esta Delegación, para realizar mejor y más eficaz­ mente su cometido, adoptó unos estatutos y se cons­ tituyó en los siguientes comités: Comité de Asuntos Económicos: D. José Ma. Delgado D. Benigno del Río D. Tomás F. Barretto Comité de Asuntos Históricos: D. Manuel C. Bi iones D. Guillermo Gómez D. Emeterio Barcelón Comité de Propagación: D. Joaquín Lim Jaramillo D. Enrique Fernández Lumba D. Honorato E. Ordoñez Comité de Estatutos: D. Emeterio Barcelón 1 D. César de Larrazábal D. Ignacio B. Alcuaz Comité de E sil lo: D. Francisco Liongson D. Enrique Fernández Lumba P. Joaquín Lim Jaramillo Comité de Diario de Sesiones: D. César de Larrazábal Comité de Ligazón: D. Tomás F. Barretto: D. José Razón D. José Sotelo Matti Comité Misceláneo: D. José Sotelo Matti D. Ignacio B. Alcuaz D. José Razón ÍNDICE DEL DIARIO DE SESIONES Página ÁGUILA, Concepción Discurso de la Directora........................... 25 ALCALDE DE MANILA Una comunicación del................................. 31 BANTUG Discurso del Dr. José P............................. 1 BARCELÓN, Emeterio Discurso del Congresista, Don.................. 4 BAZACO, Evergisto Discurso del Reverendo Padre.................. 17 BLAS, Angel de, O.P. Discurso del Reverendo Padre.................. 26 BRIONES, Manuel C. Discurso del Presidente de turno, Hon. 11 CÁMARA DE REPRESENTANTES Carta del Speaker de la............................. 23 COMITÉ DE RESOLUCIONES Remisión al, de todos los proyectos de reso- • lución............................................................. 24 CONGRESO Clausura del................................................. 36 CUENCO, Mariano Jesús Discurso del Hon......................................... 31 DELEGACIÓN DEL PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS Resolución creando la..................................... 33 GÓMEZ, Guillermo Discurso del Presidente de turno, Don.. 2 GULLÓN, Antonio Discurso del Ministro Plenipotenciario de España, Excmo. Sr. Don............................... 8 INVOCACIÓN Por Mons. Gabriel M. Reyes.................... 2 LIONGSON, Francisco Discurso del señor....................................... 20 LÓPEZ, Fernando Discurso del Hon......................................... 21 Página LORENZO, Pablo Discurso del Secretario de Educación, Hon. .. 7 MOCIONES Del R. P. Joaquín Lim Jaramillo................... 32 Del R. P. Benigno B. Navarro, O.S.B........... 34 PAZ, Bienvenido de la Discurso del Congresista, Don.......................... 5 POTENCIANO, Conrado Discurso del Presidente Suplente, Doctor. ... 25 PROYECTOS PENDIENTES Su remisión a la Delegación del Primer Con­ greso de Hispanistas................................... 35 PROYECTOS DE RESOLUCIÓN Consideración y aprobación de varios..... 4 QUIRINO, Elpidio Discurso del Presidente de la República Su Excelencia......................................................... 9 QUÓRUM Existencia de................................................. 2 RECTO, Claro M. Discurso del Hon........... 28 SESIONES Apertura de la 1.a Sesión................................................. 1 2.a Sesión.................................................... 11 3.a Sesión.................................................... 25 Levantamiento de la 1.a Sesión................................................. 10 2. a Sesión.................................................... 24 SEVILLA DE ALVERO, Rosa Discurso de la Sra....................................... 13 SOTTO, Vicente * Una oración por el alma del finado senador... 36 TELEGRAMAS Y COMUNICACIONES Lectura de..................................................... 33 VOTO DE GRACIAS A la presidenta del Centro Escolar University................................................................ 36 ÍNDICE DE LOS APÉNDICES Página Ceremonias del descubrimiento de la lápida con­ memorativa de la Imprenta de Cacho Her­ manos, Incorporada (Apéndice “D”)....... 51 Ceremonias del descubrimiento de la lápida con­ memorativa en el edificio de la Fábrica de Cerveza de San Miguel (Apéndice “E”). 54 Ceremonias del descubrimiento de la lápida con­ memorativa instalada en la Compañía General de Tabacos de Filipinas (Apéndice “F”) .... 59 Página Discurso del Dr. José Ma. Delgado (Apéndice “C”) 49 Estatutos de la Delegación del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas...................... 62 Gráficos del Congreso y del Día de la Hispanidad (Apéndice “B”)........................................... 44 Iniciativa y preparación del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas................................... 68 Relación de Congresistas (Apéndice “A”).............. 37 Reseña de la función teatral (Apéndice “G”)....... 61