San Pedro Canisio

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Part of El Misionero

Title
San Pedro Canisio
Language
Spanish
Source
El Misionero Año V (Issue No.11) Abril 1931
Year
1931
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
327 San Pedro Canisio Abril 27 SI SANTA Teresita ha ad­ quirido su corona huyendo del mundo y dando el ejem­ plo de una piedad muy sencilla, hay otro que ha sido elevado a nuestros altares por sus luchas in­ cesantes contra el mundo y sus discordias. Es el Padre Canisio de la Compañía de Jesús. Pedro Canisio, ó Kannees, nació en Nymegen, Holanda, el 8 de Mayo, 1521. Era hijo del burgomaestre, ó presidente, de la localidad, hom­ bre piadoso y rico. En su juven­ tud Pedro estudió en Colonia el derecho civil las artes y la teolo­ gía y más tarde continuó sus estu­ dios en la universidad de Lovaina. En 1543, a pesar de haber su pa­ dre planeado su casamiento, Pe­ dro entró en la Compañía de Je­ sús. Inmediatamente empezó aquel trabajo prodigioso que sería la ocupación de toda su vida, para el bien de la Santa Iglesia. Fué uno de los cofundadores de la primera casa de su Orden en Co­ lonia y aquí empezó su carrera de predicador, maestro y defensor de la santa Fe. En 1546 cuando fué ordenado de sacerdote, ya estaba esparcida su fama de hombre sa­ gaz y hábil y especialmente de in­ tercesor y conciliador. Por eso fué mandado al Emperador^ Car­ los V y al clero de Lieja para pedir su ayuda contra el Arzobispo apostata Wied. En 1547 cuando no tenía más que veintiséis años, Pedro dirigió la palabra a un con­ cilio general eclesiástico como teólogo del Cardenal Obispo de Augsburgo. De allá fué a Roma donde estudió bajo la dirección de San Ignacio y, estos estudios ter­ minados, su actividad de predica­ dor y confesor ya no conoció lí­ mites. Predicó y enseñó en Mesina, Ingolstadt, Viena y la parte sur de Alsacia; logró el grado de doctor en teología en la corte de Fernan­ do I; rehusó el obispado de Viena; SUSCRÍBASE POR UN AMIGO 328 echó de la corte al sacerdote Lu­ terano casado Phauser; abrió cole­ gios en Ingoldstadt y Praga y ha­ bló ante la Dieta de Augsburgo. Cuando San Ignacio en 1556 le nombró provincial del norte de Alemania, grandes campos de acción se abrieron a su santo celo: fue elegido consejero del rey de los Romanos en Ratisbona; defendió la causa de los Católicos en Worms representando al Santo Papa y al clero católico. En el entretanto tuvo tiempo para de­ fender la Fe en Strasburgo, Friburgo y Straubing. Llamado a Roma para participar en la pri­ mera reunión de su Congrega­ ción, el Sumo Pontífice Pablo IV le mandó a Polania en compañía del Nuncio. En 1559, llamado por el Emperador, asistió a la Dieta de Augsburgo. Pudo des­ cansar algún tanto durante siete años en Augsburgo: allí predicaba en la catedral y escribió una serie de doscientos y diez sermones y se hizo tan popular, que excitó la envidia del capítulo del clero. Poco después Pió IV le mando en calidad de Nuncio secreto a Alemania para llevar los decretos del Concilio Tridentino a este país. También fue designado pa­ ra pedir la ayuda de los principes Alemanes en favor de la Iglesia en la dieta de Augsburgo. En está contribuyó mucho a conservar la concordia que estaba a punto de perderse y sin la cual todo el tra­ bajo hecho para conservar Alema­ nia en el seno de la Iglesia, hubie­ ra resultado inútil. Cuando el Cardenal Legado estaba determi­ nado a protestar contra la paz re­ ligiosa, Canfeio con grandísima dificultad pudo disuadirle. La obra por la cual ha sido más famoso es su “Catecismo”: ya durante su vida fue traducido en doce idiomas y tuvo doscien­ tas ediciones antes de su muerte, que ocurrió el 21 de Noviembre del año 1597. SOSTENGA EL EJÉRCITO DE CRISTO