La mision

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Part of El Misionero

Title
La mision
Language
Spanish
Source
El Misionero Año V (Issue No.11) Abril 1931
Year
1931
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
329 Del Rev. Padre Márquez, QUIANGAN. Maggoc es un barrio de la mi­ sión de Quiangan. Aunque pa­ ganos aun sus habitantes están muy bien dispuestos hacia la reli­ gión. Las madres no solamente no se oponen a que sus hijos sean bautizados, sino ellas mismas vie­ nen a presentarlos en la capilla para ser regenerados en las san­ tas aguas: la última vez que visité Maggoc pude bautizar a cuatro niños. Hasta la fecha no hay más que dos familias enteras que sean católicas y veinticinco niños han sido bautizados, de los cuales siete han hecho la primera Comu­ nión. Cada dos semanas visito el barrio y entonces unas veinti­ cinco personas asisten a la misa, entre ellos los maestros de la lo­ calidad, lo que sirve de buen ejem­ plo a los paganos y que es un ser­ món mudo para los no-civilizados. —o— Del Rev. Padre Lindemans, NANENG, LUBUAGAN. Con gran tristeza de mi cora­ zón debo participar que el bueno y activo catequista, Sr. Máximo Torralba nos abandonó: ha falle­ cido después de unos pocos días de enfermedad. Durante una se­ mana permaneció en el hospital de Lubuagan y después de haberse retirado a su casa en Balbalan murió el día veinte de Febrero. Nacido en la provincia de Abra, vino a esta misión hace tres años; desde entonces fué mi fiel y activo compañero por todo el distrito de Lubuagan, predicando de palabra y de ejemplo a los paganos que le apreciaban muchísimo por su hu­ mildad y caridad: ha sido un ver­ dadero apóstol; ojalá que Dios le haya dado la recompensa de un apóstol. PROPAGUE SU FE 330 En cuanto al estado de mi mi­ sión de Naneng, debo confesar que de un dia a otro el suelo de la capilla se destrozará por tanta gente que acude regularmente a la misa del domingo; pues la mi­ sión progresa visiblemente. —— Del Rev. Padre Anseeuw, BAUCO, BONTOC. La Virgen de Lourdes es la pa­ trona de la misión de Bauco. El día 11 de Febrero Bauco parecía un pequeño Lourdes de Francia. Los catequistas de las varias esta­ ciones de la misión, acompaña­ dos de todos sus cristianos, acu­ dieron al pequeño santuario de Nuestra Señora en Bauco. Hubo más de cien Comuniones, lo que demuestra la viveza de la Fe en la misión, y esa se debe en gran par­ te a las actividades de los cate­ quistas; ellos no solamente expli­ can la doctrina, si no también con sus palabras y ejemplos inculcan en los nuevos cristianos la prác­ tica de nuestra santa religión. Desgraciadamente en las estacio­ nes en que no hay catequistas no solamente las conversiones són pocas, sino que la vida cristiana y sus prácticas casi no adelantan. Cualquiera medalla tiene dos lados; hasta aquí he mostrado el primero, mas veamos el segundo: mi capilla en Guinsadan está para caerse. La patrona del lugar, Santa Teresita, sin duda en estos últimos tiempos ha hecho lo po­ sible para conservarla un poco, pero seria tentar el cielo querer usarla más tiempo: el más ligero baguio acabará con el edificio. Creo que Santa Teresita está dis­ puesta a hacer un milagro en fa­ vor de la persona que quisiera construir otra capilla en Guinsa­ dan, para que así sea relevada del esfuerzo continuo que debe hacer para conservar en pie las casi rui­ nas de la actual. En el entretanto el pobre aspecto de la capilla es una desgracia para los católicos y nuestra Santa Iglesia; ¿qué deben pensar los paganos y aun los nue­ vos cristianos del infinito poder de Dios y de su Santa Majestad cuando vén la miserable casucha que sirve de habitación a nuestro Creador? —x->— La Trinidad, Benguet, Febrero 12, 1931. Reverendo Padre Octavio. Acabo de llegar a casa; vengo de Tublay en donde he celebrado la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, la Patrona del lugar. A pesar de estar cansadísimo, soy el hombre más feliz del mundo. La Virgen al contemplar ayer tantos cristianos fervorosos al rededor de su estatua en Tublay y al oir sus humildes oraciones brotando espontáneamente de sus corazo­ nes, hace poco aun paganos y su­ plicándola les protegiese con sus familias y les ayudase para per­ severar en su santa Fe, no hay duda habrá sonreído a estos nue­ UNA SUSCRIPCIÓN ANUAL: P1.00 331 vos cristianos y escuchado sus peticiones. La fiesta de Tublay ha sido un éxito tal como no me hubiera atrevido a esperarlo. ¿Y sabe V. R. a quién en gran parte se debe atribuir? Al catequista de la lo­ calidad que se ha empeñado mu­ chísimo en prepararla fiesta. Otra vez he experimentado la ver­ dad de que si hubiera bastantes catequistas, se pudiera convertir la Montañosa en pocos años. Hasta muy avanzada la noche he oido confesiones en la víspera de la fiesta. Largas filas de gen­ te esperaban su turno en la capi­ lla mientras que en el patio la mu­ chedumbre congregada desde los puntos más lejanos de la misión, se divertía al rededor de grandes hogueras hablando de las festivi­ dades deldia siguiente; porque una fiesta, en estos lugares tan tranquilos de las montañas, es al­ go extraordinario que se debe co­ mentar. Nuestros nuevos cristia­ nos, gracias a Dios y a la sencillez de sus corazones, todavía recono­ cen que en la Iglesia no puede haber una fiesta verdadera sin que los hijos reciban los santos sacramentos, y entre ellos no existe respeto humano para acer­ carse a Dios y a la Santa Comu­ nión. El dia 11 de Febrero, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, en la capilla no cabía la gente durante las dos misas; 110 personas reci­ bieron el Pan divino que da fuer­ zas para vivir santamente. To­ dos los cristianos del distrito, con excepción de unos diez, estaban presentes. A las 11 de la mañana, una vez terminadas las ceremo­ nias en la capilla, la segunda parte de las festividades empezaron. Gracias a la generosidad de los cristianos, que todos habían con­ tribuido espontáneamente y con sumo gusto, hubo un banquete copioso para todos los presentes, y eran muchísimos, cari todos los habitantes de la misión entera: la ladera de la colina parecía un hormigueo de gente: hombres y mujeres, jovenes y ancianos y hasta muchos paganois, y hasta algunos de ellos habían ayudado a los cristianos en la preparación de la comida: todos formaban un sólo corazón aunque diferían en creencias. Naturalmente, des­ pués de terminado el banquete, seguíeron los bailes populares de los Ibalois: los ejecutantes se suce­ dían sin interrupción y los cantos de aplauso“oowai, oowai” no ce­ saban de resonar por el tranquilo valle de Tublay. Por la tarde, una vez llenos to­ dos los estómagos y entusiasma­ dos los corazones, y cuando el sol ya calentaba menos, empezó la tercera parte del programa; pri­ mero: discursos, y más discursos dando las gracias a los organiza­ dores de la fiesta y también de parte de los infieles alabando a los cristianos tan caritativos y hospitalarios, y todos los orado­ res expresaban su profunda ad­ miración para la Iglesia. El nú­ UNA SUSCRIPCIÓN PARA TODA LA VIDA: P15.00 332 mero siguiente fue la distribución de premios entre los que durante el año habían asistido con más re­ gularidad a las lecciones del cate­ quista en los varios barrios y que más assiduamente habían oido misa y recibido la Santa Comu­ nión. Dos niñas se llevaron los primeros premios bajo el applauso general de la muchedumbre. El año que viene daré aun más premios no solamente a los niños, sino también a los adultos, y ha­ brá unos premios para los hom­ bres y otros para las mujeres y aun para los paganos; quién sabe: estas recompensas quizás atraerán algunos infieles al bautismo. Así lo he prometido a la gente y todos lo han aprobado unanimamente. Pero, como se dice en inglés, “desgraciadamente he contado los pollos antes de ser empolla­ dos”... porque no tengo los pre­ mios y lo que es peor no sé como reunirlos si la Santa Providencia no me ayuda. Sin embargo una promesa es una promesa y es cosa sagrada; a ver cómo y por medio de quién la Providencia me libra del compromiso. Respetuosamente, Rev. M. De Brabandere. Kinsadan Por el Rev. Padre Michell, Bontoc. QUE viejo parecia!... ¡Que viejo!... con sus cabellos, largos blancos como la nieve y flotando hasta las espal­ das... ¡Que viejo parecia! con sus hombros encorvados por el peso de los años y los continuos asaltos de los días, porque su vida había sido dura así lo manifestaba la venerabilidad de su bella cabe­ za. Su cara, una cara de ancia­ no, con la boca retrocedente sin muelas ni dientes, escondida de­ bajo unas narizes de águila, con la frente larga perdida en su halón de cabellos; su cara adornada con dos pendientes pesados que le alargaban inmensamente los lóbu­ los de las orejas; de veras parecía espléndida. Pero lo que daba aun más expresión a su belleza de anciano, eran sus dos pequeños ojos de esfinge,, medio abiertos, medio cerrados, siempre brillando como chispas eléctricas y buscan­ do atravesar las profundidades del alma. Aunque escondidos debajo dos párpados encarrujados en for­ ma de triángulos, pero continua­ mente abiertos y vividos, estos ojos típicos de Kinsadan revela­ ban inmediatamente todo su pasa­ do: el viejo era la cabeza de su po­ bre pueblo. Si, durante muchos tiempo habia sido el jefe de todos sus compañeros, de los ancianos AL “THE LITTLE APOSTLE”