Pagina teresiana

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Part of El Misionero

Title
Pagina teresiana
Language
Spanish
Source
El Misionero Año V (Issue No.11) Abril 1931
Year
1931
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
351 PAGINA TERESIANA. .De la Revista publica da por el Padre Tay lor, devoto de la Vir< gen de Lourdes y de Santa Teresita EL DOMINGO primero de Octubre 1922, fiesta de Nuestra Señora del Santí­ simo Rosario, la gruta de Carfin (Escocia) fué dedicada a la Virgen de Lourdes, Madre Santísima de Nuestro Señor. Fué construida a imitación de la cueva de Lourdes donde apareció la Virgen a Bernateda y costeada con las limos­ nas de algunos pobres obreros de la localidad que después de finali­ zar sus duros trabajos del dia me ayudaban a levantar este monu­ mento. Qué generosidad más admirable, sin duda la Virgen y Santa Teresita la recompensarán. Santa Teresita después de su canonización siempre ha sido hon­ rada e invocada en este lugar; al­ gunos dias después se levantó aquí un altar en su honor (En la fiesta de Pentecostés 1925) Final­ mente el santuario fué solemne­ mente consagrado a Santa Teresita del Niño Jesús. Los favores que la Pequeña Rosa concedió tanto a las al­ mas como a los cuerpos son incalculables, tanto más que por Ella los peregrinos de Carfin se dirigían a María. Hé aquí, sin embargo, dos de los favores dig­ nos de singular mención. El Señor William Findlay, a consequencia de un accidente gravísimo que tuvo hace quince años, había quedado sordo. Dos veces fué rehusado por las autori­ dades del ejército cuando quiso alistarse como soldado durante la guerra mundial precisamente por aquella sordera que ningún reme­ dio pudo curar. El 3 de Junio, 1928 vino a Carfin, se arrodillo ante el altar de Santa Teresita y pidió a un sacerdote le acercase una reliquia de la Santa a las ore­ jas, diciendo “Padre, yo soy sordo.” El sacerdote puso pues la reliquia 352 en ambas orejas. Dejemos al Señor Findlay relatar lo que en­ tonces le sucedió. “En el momento que hize la se­ ñal de la santa cruz y que el sa­ cerdote me puso la reliquia, sentí algo como un choque en la cabeza como si alguien me hubiera pega­ do en el cráneo. No comprendí lo que había pasado. Cuando mi esposa, mi hijo y yo salimos del santuario de la gruta, pude perci­ bir el ruido de nuestros pasos y una vez llegado al camino, percibí el ruido de los motores de los automóbiles. Cuando por pri­ mera vez después quince años, volvia a oir, aquel ruido me pare­ cía tan extraño que me detuve como espantado. Pero no me atreví aun a decir algo sobre lo que experimentaba; solamente al Ilegal a la estación del ferrocaril dije a mi esposa que el tren pro­ ducía un estruendo horrísono. En eso éha me miró estupefacta y entonces expliqué lo que me había pasado en la gruta desde el mo­ mento que la reliquia de Santa. Teresita me había sido aplicada a las orejas. El viaje de vuelta me ha dejado el recuerdo más vivo de mi vida: por primera vez después de tantos años pude oir el movi­ miento de los coches del tren, el andar de la gente....Hasta ahora no he podido acostumbrarme a dormir por las noches mientras los tranvías pasan por la calle.” Esta intervención de Santa Te­ resita ha hecho gran impresión en toda Escocia y la prensa de Aberdeen ha escrito mucho sobre el caso. (Se continuará)