Oro de ley

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Title
Oro de ley
Language
Spanish
Year
1931
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
ORO DE LEY Don Juan Vasquez de Mella (De la conferencia dada en la Real Academia de Jurisprudencia el día 17 de mayo de 1911.) Desde el dfa del Calvario, la historia ya no tiene mas que tres Capítulos: los que _ignor&n a Cristo, los que le odian y les que le aman. Todos los grupos estan · alli. Cuando veais a los discípulos pusilánimes y a los disc~pulos confisdos, mirad las escenas de la tragedia suprema. Muchas veces un sueño letal se a¡:odera c!e las almas y hasta los verdaderos creyentes ignoran el pel.igro y se duermen, mientras lc8 adversarios, auxiliados por los traidores, avanzan para eonsuinar su obra. Dirigid los ojos al Monte de los Olivos, y allf los encontrareis representados: la Verdad está postrada por la pES3.dumbre del dolor con que la agobian nuestras culpas, y suda sangre y tiene toda la vida en los ojos, y a!)ura hasta las heces del cáliz de la amargura, y no lo advierten los discípulos, que estáJl dormidos. Mirad al apóstol que todavia no ha recibido la plena eonfirmaciOn de la verdad· con la Resurrección, y lo vereis cobarde, pusilánime, negar a su Maestro repetidamente por salvar la vida y no exponerla por el que dió la suya por todos. Nos asombramos del mitin en donde blasfema el jacobinismo, y de la impiedad que ruge en la prensa y en la tribuna y en la calle: es la i"ej>rc ducción de la turba deicida que va delante de la Cruz mofándose de Cristo con el A ve. Rei Judeo.urum, o diciendo sarcásticamente que descienda de ella .1 ¡Todo está allí! Los hombres que claudican, los poderes débiles, los poderes cobardes, que transigen coD. la revolución; los que transigen en presencia de la verdad ·que es la Verdad; y los que, reconociendo que Jesús es inocente y que es justo, le entregan a las turbas, y se lavan des. pués las manos en vez de lavarse la conciencia, también están alli; allí está aquél pretor de Judea, sentado en su tribunal, que oye el clamor de la muchedumbre deicida, excitada por los fariseos, y fórmula, transigente y débil, la disyuntiva de todos los poderes que abdican en la injusticia. ¡A quien quereis que os entregue libre a Barrabás o a Jesús? Y la turba, dirigida por los príncipes de los sacerdotes y los magistrados de la impiedad, contestará: Crucifica a Cristo, ma.. ~ª a Cristo, destrona a Cristo ... ¡y entroniza a ~errer! ' He pronunciado ese nombre, y no ha sido mera equivocación histórica el poner en lugar de Barrabás el nombre suyo: pero ya que lo he prnnunciado, quiero decir algo má;is antes de concluir, que esta es la hora de decir claramente las _verdades. He hablado aquí de la escuela neutra, y él era la personai,ficaeióii de la escuela laica, que es la neutra sin la hipocresfa; pues bien; aquel hombre-que no °"ra mas que un criminal que prostituyó el vinculo familiar, abandcnando en la pobreza, cuando él vivía en la opulencia y el placer, a su mujer y a sus hijas, que deshonró la enseñanza y que insultó a Ja patria en páginas horribles; que armó el ·brazo del :regicida-ha recibido en holocausto el tributo de admiración idolátrica de muchedumbl"C!s engañadas y seducidas, y se le ha presentado a él, ignorante, rudo, sin letras, como una especie de Vairates español y de Descartes catalán, según frases de periódicos extranjeros; y ese hombre que, según st.·s rr.h mos defensores, después de haber predicado el desorden y de haber levantado cátedra de anarqu!a en la Escuela. Moderna, aunque fué el inspirador de la turbas y trazó con anticipación s:i programa. no tuvo valor, segun esos defene-.ores, y contra la creencia general que le suponfa hombre de acci5n, para seguir a sus discfpulos en la empresa y acaudillar visiblemente el motfn; ese hombre, que fué fusilado demasiado tarde ... sí, demasiado tarde, porque suplió la justicia militar una prevaricación política del poder civil, que, de no haberse realizado, le 1Jubiera llevado a la muerte una semana después de la bomba de la catle Mayor, cuyo proceso, má's grave aún que el de la semana roja, no se quiere i:evisar, esclarecer ni discutir; ese hombre sigue gobernando desde su tumba a Españ~ ! Y es preciso que por encima de esa tumba, gobierne el espiritu católico de la nación en el Estado. ¿Cómo? Quiero concluir con una frase que os voy a repetir casi literalmente y que he escrito alguna vez, aunque no creo que se haya publicado nunca: ·Cuando no 86 puede gobsrnat• desde el Estado eon el deber, se gobienm desde fue1·a, desde la sociedad, eon el derecho. ¿Y cuando no se puede gobernar con el derecho solo, porque el poder no lo reconoce? Se apela a la fuerza para mantener el derecho y para imponer~e. ¿Y cuando no existe la fuerza? Nunca falta en las naciones que no han ab!.ndonado a Cristo, y menos en España; pero si llegara a faltar pcr la desorganización, ¿qué se hace? ¿Transigir y ceder? No, no. Entonces se va a recibirlá a las Catacumbas y al Circo, pe,.o no se eae de i'odillas porque estén los idolos en el Capito1io.