Bocadillos deportivos

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Part of Excelsior

Title
Bocadillos deportivos
Language
Spanish
Year
1931
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
El campeón oriental de peso semi-pesado, Young Uzcudun defenderá s·u título en el programa de pel~s de campeonato que tiene prepalado el jóven millonario de Iloilo, Sr. José Javellana para el día 31 del presente. · Además de Uzcudun Varias Miling, doble campeón del oriente defenderá su corona contra Rough Dum.aguilas, mientras que Young Tommy, también doble campeón oriental, luchará con Little Pancho por el título de peso mosca. Pa~a animar más este magno programa boxeril que ha preparado J avellana, Carlos Logan también figurará entre los protagonistas, peleando contra el peso medio de la marina Kuderling, que también ita firmado el contrato comprometiéndose. a luchar con Young Uzcudun por el campeonato dq peso semipesado del Oriente. Kuderling ha visto en acción a Uzcudun contra Young Schmeling y está tan seguro que el español no podrá ganarle, que hasta ha propuesto apostar el premio que le corresponde a que el campeón local no resi&tirá cindo asaltos con él. Young Tommy, perteneciente al establo de Javellana, defenderá su corona contra Little Pancho, afecto al establo de Peping de la Ramai mientras que otro protegido de este, Varias Miling, defenderá su corona contra Rough Dumaguilas, perteneciente al estJablo de Young Tommy. Ahora que la Comisión Atlética de Nueva York no · reconoce a Max Schmeling como campeón mundial de todos los pesos, ¿quién es el verdadero campeón? El alemán se ha negado a aceptar una pelea de revancha contra Jack Sharkey, alegando que s·U apoderado Jacobs es quien debe arreglar todos los detalles de su siguiente pelea y no él. Jacob,s..dice que Schmeling no se pegará ·Con Sharkey a ménos que este haya derrotado antes a un digno aspirante al campeonato mundial. La Comisión de Nueva York ha retirado consiguientemente su reconocimiento a Schmeling y muy probablemente celebre una serie de peleas para determinar quien es su sucesor. ¿Res·ultará el campeonato mundial 'de peso máximo igual al campeonato de peso mosca? La Comisión de Nueva York tiene un campeón mundial de peso mosca, mientras que la Comisión Nacional tiene otro. Estos dos campeones, Midget Wolgast y Frankie Genaro, se pegaron para decidir la supremacía, pero concluyeron su pelea con un empate, lo cual ha embrollado aun más la situación. Una hermosa copa de plata donada por el Sr. Sevilla, de la Lyric Film Exchange, será disputada por los periodistas locales en otro torneo de golf pulgarcito que ha organizado el ChUehiritchit, del Club Filipino. Solo periodistas activos y pertenecientes a alguna redacción podrán tomar parte en este concurso, que sin duda alguna será una de las mayores atracciones deportivas de las próximas semanas, si se tiene en cuenta que los chicos del Cuarto Poder, tras de númerosas invitaciones a inauguraciones de courses de golf pulgareito, están bien preparados, augurando esto un torneo muy reñido. Japón nos ha enviado sus mejores boxeadores aficionados para luchar con los nuestros. Se esperan peleas reñidas para decidir la supremacia en el llamado a1~f,e del boxeo entre los· púgiles invasores y los de la localidad. Por de pronto, Jos nuestros, que por cierto fueron batidos en la última Olimpiada Oriental por los mismos que ahora irrumpen en nuestros· cuadd láteros tendrán oportunidad de vengarse de sus derrotas. Los aficionados podrán por su parte comprobar si las <:.ríticas lanzadas contra los árbitros del Japón fueron o no justificadas, cuando vean en acción a los- subditos del Imperio Sol Naciente. Se recordará que a la vuelta de la delegación filipina a Tokyo circularon rumores en el sentido de que nuestros boxeadores ganaron sus peleas, pero los arbitras dieron la victoria a sus paisanos, cansando asi las derrotas injustificadas de los nuestros. Con la venida de los peleadores nipones nos sera posible apreciar su valor. Si realmente son mejores que los nuestros les ganarán como les ganaron en el Japón; pero si resultan «falsas alarmas·», entonces tendremos derecho a creer en los cuentos que oimos sobre los árbitros del Japón. DON FRANCIS