El Museo Lazaro Galdeano

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Part of Espana Boletin Informativo

Title
El Museo Lazaro Galdeano
Language
Spanish
Year
1951
Subject
Museum
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
(lJLTURAL---------/:'/ .'\lusrn /,rí-:arn (;a/r/rnno El !\lu~cn c;;tldeano • . José Camón Aznar. sobre ~scrilol'. es tatcdrúlico. Nl!nt·a se cncan•cerú suficientemente lo important e qlW es en España ~e r unin,rsitario. El csnatlol. tan improdsador siempr ~. tan ligero a fl1<.•rza de brillante, necesita - n~a~e el 110\·cnta y oc:ho- <'\ esquebto. por muy tenu e que se<1, de una formación uni\·ersi taria. Huesos culturales pnra no propendt: r a un anarquismo <¡U(', nmnclo :-:e da. es sentimental las mús d ~, las ,·eces. sin base cienlífica. El c:atedrútico qu:'! ho,v diri~e . y con bastante incl t•pendencia por dt•rto, la Funda('ión Lúzaro. nl a hacer de ella una cútedra. aclcmús (b un museo. F.n la Sala de conferencias, que ahor<1 se estú preparando en el segundo tuerpo del l'difido del Parque Florida. hHblarún pcr:-;onaliclades extranjera:-; y espaiiolas. - Quiero que ~<'él 1<1 mc.iol' Sala de tonferern:ias de Europa; que <:analic:e lodos los estudios de art<•. Bu:<to <'l<Jlllñol, <'n macl<'ra. sil!lo X\'. 1•ct.1.dna 18 Hahrú. adPmils. ediciones. J.:'lzaro, tO!t'cdonista. c11 los últimos años había h2tho olddar al editor dl• la editorial y l'e\·ista España Moderna. donde la firm:i dl' J \'fenéndez y Pt'la.\·o se codeaba con la d;.! Unamuno ,. Ja de Val<>ra con la de la Pardo Bazún. Se mo\'iliza. i·ún los fondos de Ja edilorial. San Francisco. por "el Greco". ESl'A~A El 1111t•n1 :\lnseo organizado con los bienes que legó al Estado Español, Lázaro Galdeano, que se n 1kulan en n1ric;s mi1101ws de pis. ('omedor de Gala: En el centro ,·itrina q ue contiene marfiles de gra n \'alor. . Sl~ ('(!itctrún algunos códh:es e incu1rnblcs qu~ posee 1<1 biblioteca. Incuna ble:.;, más de un centenar. Y qui7.il lo que editemos primero s12a el Librn de los r~tratos, ele Pachcco. Pero no sólo cosas antiguas. Hahrú también una rnlec:ción de monografías hechas por plumas modernas. - -.' Y el Museo"? La contestación de Camón ,\7,na r fué la tic llevarnos al Mu.ser>. Estú a l fina l de Serran o, se llama Parque Florido. tiene la gracia recargada del Jin ele siglo ~: aún hay por las salas de a.rriba algo <le lo (1ue fué la fclicisima vida con~·ugal -a confesión de pHrtc- <lel colcn·ionista. Salm; Y salas llenas de demasiada~ co:;;as. Una ahogacl<1 por docenas de armaduras .. . ·--Esto. con todas las ar ma:.;, va a ir a un patio. Lucirún mús ,\· de.iarún \'el' los t ua(lro:-;. Cáliz de ¡1lata, de arte mudl:jar. 1.os cuadros son úrbolcs <1ue no de,ian Ycr el bostiuc. Aquí y allú nos podernos dar cuenta de un Leonardo de Vinti. va rio:-; Goyas. un Velúzqtie7.. Berru1.nwtc:-;, Vin •ntl1 s J.ópc7., l'I famoso niilo de I.awrcnrc . ESrAi'lA - Son importantes los nrndros, por las firmas y por la cantidád. Pero aún lo son mús los objetos precio.sos. La orfebrería y marfiles medievales. Los dípticos parisienses de los siglos XIII ~, XIV. L'.)S esmaltes, bizantinos, de Lirnoges . Los 1 1cqueüos bro1wes del Renadmiento. La enumeración sigue seg ún \'amos Yit'n<lo las a testadas salas. De Y C7. e n t uando. Ca món .A.znar nos llama la atención sobre una pieza única m ús. P Pro es im posible ,·er tanta cosa. Todo estú sin C"olorar. s in vab rar. porque c:-;tú <lema:-;ia<lo junto lo uno de lo otro. - Vamos a reformar el l'difirio. El ;irquitedo cn1.·a rgado de ello serci Ferna ndo Ch ut:'ca Goitia. l>l'spcjar las salas. haterlas mús gTandes. aclarar. para ttuc h17.ta mús la colecc:ión. En octubre qucrPmos inaugurar el ::\1u:wo ... Y lo haremos . Pero no Sl' n e<l que el }Ju.seo \'él a ser Higo muerto. lonYocaremos beL ·:ts pa ra que los estudioso:-; del extranjero pueda n c01rncerlo y or ga nizaremos exposicinnt>:-; L 'SJlCCi<1liz.adas de f'sla riqueza. Sola mente la c.:olcn ·ión de telas hispanoiirala. •:-; y la de entaje:-; serían ya moti\'O de una. El :\luseo til'ne su archi,·o fotogrúfico y otro dl' n 1 L•reneias. ;o;l'· mcj ante ctl del Instituto F'r icl'k. dt' ::\ut•\"a York. <lllL ' mo\·ilizaremos .. -Haremos que nuestro an ·h i\·o sea inrli:-;pt'll:-'41ble para documental" todo libro solH"l' el arlt' l'Spa - itol. Generosidad que (':-' ;il¡.m mil ~ 11ue dt• t>ruditn dt• Página 19 ;irte. Si Camón A~n a r 110 fut·ra <;:·H:r i tor, d an.:hin 1 :'C cerraría, tan amable. c:omo una o:-;tra a la curiosidad. <1ue es I<> que, ¡ a,\·~. s uelen hater todo:-; los arc:hi\·os. Nosotros pensam< Js 1•11 ese pueblo al que (•\ lihc1 al <Ion .J11sé J.úzaro dc•bi;1 H' r ton JlC'rfil prec:i.--o. -·; Abierto al púhlirn (•I ;\lusco'? - Sí: ahil:'rlo al púhlü:o ton mi ... olo límite nece~:<irio, para que no pierda ::.u can"u::ter de selección: la < !lltradn costarú al¡xo. Pero no hay que ol\"idar que la parte \'ital de la fundal"ión ''ª a ser Ja ele las conferencias, betas. cdil'iones . El alma de ella. ·--Ya. Y c>] )luseo. algu así como el cuerpo. En ronjunto. una pntidad \·in 1. Escritores de España: Nlanuel Nlachado Ana tle Stacl decía en 1800 que "el espíritu poétit o se inspira en un ,·iento qtll~ procede del Norte y en otro que viene del Sur". Por lo que a Espa1ia se refiere la frase encierra una realidad. Desde hace bastantes años, el meridiano ideal de nuestra poe;.;ía ¡msa 1ior el Su.r, es decir, ¡mr Anchdm:ia. Acaso haya pas<1do siempre desde las rn;.;iclas de Jos líricos úrabes medievales. Pero vamos a referirnos solamente . a las Ultimas promociones poétitas. En el último cuarto del siglo XIX quizá sea Salvadar Rueda el que mantiene enhiesta la bandera del Y erdnde.ro lirismo, frente a las decadentes y antipoétitns influencias de Campo<1mor, Nufiez de Arce, Grilo, Palacio ~· otros. versifica~ dores que no poetas. Después, con el nuevo siglo llegan a Madrid, ~· vienen del Sm', h s tres líricos de la nue\'a genernc:ión: .Ju:1n Ramón \'enía de Palos de Mogue1-. Los hermanos Mitchado de Se\"illa. Veinte cu'ios mús tarde, ~· durante la pl'imera postguerra. otrn J,:"enernción de poetas trae <lel Sur los "ángeles" surrealistas ele .-\IUcrti .'" las luna!' '\:0 11 polisón de 11<1rdos" < JUC entran en la!' frag-uas liricas ~· gitanas <lt' Gcirl'Ía Lorc:a. E l viento del espiritu p:ietico, de la noble ~· auténtica línea lírita sigue llegando del Sur. Del Sur venían, aunque por otro camino. Pcmún y Del Valle. Y cuando en 1 !)Oi), de n •greso de l\lúlaga, a donde \'a para s<1luc\ar a Sakadar Rueda, Rubén Darío se asoma a un bakó11 del hotel París. para contemplar t•sos tielos del otofio madrilef 10--cielos ele Velázquez- . t·on n.>mpimientas < le nubes tiaras. v en la P uerta del Sol a spira t'S(' n:dg-t•no fresco ()Ul' fa.bric:a expresamentl' 1mra .:\fodrid t'I al t~, (;uadarrama, ya .Jlanuel JlaPiil!'ina :W c:hado era considerado por las minorías selectas como un buen poeta. ·ya habían aparecido primeros libros <le los dos :\fac hados~· de Juan Ramón. El primero en up;irec:er habíc1 sicb el <le i\lanuel. que también era el primero en el tiempo. Por lo dcmús, en estos primero.-; libros ~·a estaban, si nos fijamos bien, la orientación .\· el temperamento de cada uno. El primer libro de Juan Ramón se llama "Arias tristes". El primero de .Antonio Machado, "Soledmles". El primero de Manuel. "Tristes ~, alcgTes". Ya está bien clara la orientación de cada uno. La orientación de su vida, que obedece al imperatiYo categórico de su temperamento sano r a ndaluz. En a4uellos .días que Rubén Daría se sienta en la "peila" del Colonial, donde el hierático, enfático r geníul D. Ramón :Vlal'Í.a del Valle, lee a los contertulios las p;·uebas de imprenta de los "Cantos de vida y esperanza" del poeta nicaragüense, para D. Manuel ::'lfathado, 1.:omo ti<tra todos los de la "generación del !•H", t¡lW ah:irn :-:e exti11J!ue. era altn t.•l tiempo de la "juventud divino te:w rn" En los Machac\;i h<.11Jia como en los Santiago~ evang-élico::.; el ma~·or ~- el menor. Los dos habían terminado t•n Madrid su~ carreras respectivas. El mayor, Manuel, se había hecho arehin•ro bibliotecario. Antonio, desde mu~· jon•n. se hate profesor. Esto en las <lemas disciplinas. que en las letras serún otros dos hermanos "siameses''. se\·illanos tomo los Quintero, y unidos por la firma. Ahora hemos c\p separar las dos personalidades para estudiar aisladamente la del ma~·or de los dos lwrnrnnos poetas. :;\fanut•I :Hadwclo lwhia 1rnrido t'll St•Yilla t•l ~fl de ESPAÑA
Date Issued
(No. 27) Marzo 1951