Diario de Sesiones de la Legislatura Filipina

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Title
Diario de Sesiones de la Legislatura Filipina
Creator
Senado de Filipinas.
Description
Septima Legislatura Filipina, Segundo Periodo De Sesiones.
Issue Date
Volume I (Num. 19) 7 de Agosto de 1926
Publisher
Bureau of Printing.
Year
1926
Language
Spanish
Subject
Philippines--Law and legislations--Periodicals.
Philippines--Politics and government--1898-1935-- Periodicals.
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Place of publication
Manila
extracted text
miurin hr ~rsinur.s DE LA LEGISLATURA FILIPINA [Rewietrado en Ja Administración de Correos de Manila, l. F., como correspondencia de eecunda clase] SÉPTIMA LEGISLATURA FILIPINA, SEGUNDO PERÍODO DE SESIONES Vol. I Manila, Sábado, 7 de Agosto de 1926 Núm. 19 SENADO DE FILIPINAS SÁBADO, 7 DE AGOSTO DE 1926 APERTURA DE LA SESIÓN Se abre ja sesión a las 4 p. m., ocupando el estrado el Presidente, Hon. Manuel L. Quezon. El PRESIDENTE. Se abre la sesión. (Frente al estrado p1·esidencial y ocupando el centro del Salón se halla de cuerpo presente el Senador por el Noveno Distrito, Hon. Tomás Gómez.) PONIENDO QUE SE LEVANTE LA SESIÓN DESPUÉS DE LOS DISCURSOS APOLOGÉTICOS. Se resuelve, Que los asuntos ordinarios de este día se suspendan a fin de que el Senado pueda rendir su homenaje póstumo a la memoria del finado Honorable Tomás G6mez, Senador por el Noven o Distrito; Se 1'esuelvc, adem4s, Que en señal de respeto a la memoria del finado y en reconocimiento de sus excelentes servicios a la Patria, como ciudadano y como funcionario público, se levante la sesión una vez terminados los discursos apologéticos. El Sr. VELOSO. Señor Presidente. El PRESIDENTE. Señor Senador por el Noven o Distrito. El Sr. VELOSO. Pido que se apruebe el proyecto de resolución que acaba de leer.se. (El Sargento de Armas anuncia la entrada del Speaker y Miembros de la .Cámara de Representantes, y seguidamente la del representante del Gobernador General y de los Secretarios Departamentales, y la del Presidente y Magistrados de la Corte Suprema. El Cuerpo Consul,ar se .'fitúa en la galería principal.) MOCIÓN VELOSO DE CONSIDERACIÓN INMEDIATA. El PRES.IDENTE. ¿Está dispuesto el Senado a su votar? (Una mayoria: Sí.) Los que estén conformes con el proyecto, que digan sí. (Varios se1íores Senadores: Sí.) Los que no Jo estén, que digán no. (Silencio.) Queda aprobado. (La Banda de la Constabulai-ia ejecuta una pieza; musical fúnebre.) APROBACIÓN El Sr. VELOSO. Señor Presidente. El PRESIDENTE. Señor Senador por el Noven o Distrito. El Sr. VELOSO. Propongo la inmediata consideración del Proyecto de Resolución No. 41 del Senado. El PRESIDENTE. ¿Tiene el Senado alguna objeción a la moción? (Silencio.) La Mesa no oye ninguna. Aprobada. Léase dicho Proyecto. CONSIDERACIÓN Y APROBACIÓN DEL PROYECTO DE RESOLUCIÓN NO. 41 DEL SENADO El CLERK DE ACTAS: RESOLUCIÓN SUSPENDIENDO EL DESPACHO DE LOS ASUNTOS DEL DIA EN HOMENAJE A LA MEMORIA DEL FINADO HONORABLE TOMÁS GóMEZ, SENADOR POR EL NOVENO DISTRITO, Y DIS· DISCURSO APOLOGÉTICO DE¡, SR. RODRIGUE2 . El Sr. RODRIGUEZ. Señor Presidente. ; El PRESIDENTE. Señor Senador por el Décimo Distrito. El Sr. RODRÍGUEZ. Nunca creí que en esta maravilla de Filipinas llamada Templo de las Leyes tuviera yo que desempeñar una dolorosa misión enalteciendo el triunfo de la muerte. Y es que la Fortuna, cansada de sonreír, porque sin duda ha sonreído demasiado, ha vuelto la espalda a una vida humana. Tomás Gómez ha muerto; Tomás Gómez se ha despojado de la existencia como de· un lastre pesado para remontarse a regiones más elevadas donde habitan los buenos y los escogidos. 223 224 DIARIO DE SESIONES Dios dotó a la inteligencia de este hombre de una luz clarísima. Él la utilizó para iluminar a todos cuantos le rodeaban. Si con ella analizamos su vida, la veremos llena de abrojos, de. sinsabores, de amarguras, y, por esq, su alma pugnaba por deshacerse del cuerpo porque necesitaba una verdadera fe Y un verdadero amor. Hoy, que la muerte es la dueña de los restos inanimados del hombre a quien apreciamos, el ~íritu, al separarse de la materia, no fija la vista en suelo, ~jno qu,e se d~rige hacia lo alto, para pedir al mismo c1el9 paz y misericordia. :- En estos tnolhentos y en presencia del que todo lo puede, él verá la verdadera luz, la luz que redime. Tomás Gómez perteneció a aquella pléyade de hombres ilustres que, por su bondad y mansedumbre, se captaron el cariño de todos. Amigo de todos cuantos le conocían, se puede decir que no tuvo enemigos. Ningún samareño pronuncia su nombre sino con veneración y respeto. Por esto, nosotros que le apreciábamos, no queríamos su separación, y solamente el Cristianismo que nos enseña r~ignación y· noS C0nforta en este dolor_, nos consuela, asegurando que la muerte del hombre no es otra cosa sino el tránsito a otra mansión llamada eternidad. Después de estas ceremonias le devolverán a su región para que la sábana de tierra que cubre los yertos despojos de los suyos, sea la que le cubra a_ él, y allí siempre su mem~ria sex:á ~ecordada con lágrimas de amór y eterno reconoc1m1ento. Esta mallana me acerqué al cadáver frío y de allí me alejé meditabundo, sintiendo en lo profundo de mi pecho la sensación horrible del vacío, y me pregunté: ¿Qué es del poderío de su mente? ¿Qué de la bondad y· mansedumbre innatas en él? ¿Qué de los servicios prestados a su patria? ¿Qué de aquella vida austera, consagrada toda a la doliente humanidad, en el sacerdocio de su profesión? ¿Qué de los sabios proyectos de ley pre~entados' por el Comité de Sanidad del cual era presidente? ¿Qué de los votos gustosamente emitidos a su favor por el cuerpo electoral de su distrito para que pudiera ser por dos veces exaltado a los escaños de la Legislatura Filipina? ¿Qué de la gratitud de los habitantes de Leyte y Sámar por las innumerables mejoras obtenidas por medio de sus esfuerzos? Y, por último, ¿qué del afecto consagrado a los suyos y qué del hogar abandonado donde-sólo llantos y dolor quedan ahora para su amante esposa y tristes hijos? · . La contestación me la dá el sabio orador griego, San Juan Crisóstomo, diciendo : "Todo aquello h_a desaparecido, todo aquello ha muerto: como mueren las ondas de la mar bravía. Todo aquello ha caído, como la flor cae al desplegar su mantó, y todo aquello ha fenecido en la misma forma que la tarde y sus horas con mortal quebranto vemos tristes fenecer cada día.'' Los incrédulos, los materialistas, al despedirse hoy de tí, exclamarán diciendo: ¡Hasta nunca! Los partidarios de Rizal, al despedirse hoy de tí, répétirán la frase del MárUr, diciendo : ¡ Morir es descansar! Pero, nosotr_os, los que estamos identificados con tus creen.cias, lós que profésamós tu misma fe y tu misma religión, al despedirnos hoy de tí, decimos: ¡Tomás, hasta luego! (La Banda de la Constabula1~a ejeci<ta la pieza musical titulada "Abide with me.") DISCURSO APOLOGÉTICO D~L SR. VELOSO El. Sr. VE LOSO. Señor Presidente. El PRESIDENTE. Señor Senador por el Noveno Distrito. El Sr. V'ELoso. Caballeros de esta Cámara : dentro de poco se abrirá una tumba. A esa tumba desc~ñ­ derán los despojos del qu~ fué nuestro querido compañero en esta Cám~ra, el Hon. Tomás ·Gómez;· Senador por el N ovéno Distrito. No parece sino que tenemos a la ~uerte revoloteando constantemente en torno nuestro, cuando en un lapso de tiempo relativamente corto nos ha arrebatado a dos seres para nosotros muy queridos. Recuerdo que fué ayer tan sólo cuando lamentábamos el vacío que dejaba en nuestra alma la pérdida irreparable del nunca bastante llorado Senador Lucero, y cuando no nos habíamos repuesto aún del dolcir de esta desgracia, la muerte del no menos querido compañero Doctor Gómez vuelve a llenar de luto nuestro corazón. ¿Qué siniestro sino es el que preside a las más altas instituciones de nuestro país, que cuando mAs necesita del concurso de todos sus hijos para afrontar los arduos problemas que a nuestra consideración se presentan, de pronto, inopinadamente, viene la parca cruel a privarnos de nuestros más preclaros ingenios, de nuestros más esclarecidos patriotas? Triste privilegio el. mío de ser quien, en nomb_re .de esta Alta Cámara a la cual perteneció el dilunto, ofrezca el póstumo tributo y diga el elogio de las virtudes que adornaron al finado. Apenas acabábamos de inaugurar este edificio eri.:. gido por el pueblo para cobiJar dignamente a sus representantes; y apena.s acabábamos de empeza:r nuestras tareas legislativas y con eHas cumplir el mandato de los que nos eligieron con sus votos, cuando ya nos vemos precisados a suspender estas tareas legislativas por un motivo doloroso, y reunirnos en este augusto recinto, velado hoy éon fúnebres crespones, para dar expresión a nuestro inmenso pesar ante la desgracia que nos aflige, y enaltecer las virtudes de un compañero que baja a la tumba. El Dr. Gómez, aunque nacido en otra provincia distante de la que le honró con sus sufragios, en los primeros días del ejercicio de su profesión, se había establecido en el pueblo de Calbayog, de la provincia de Sámar. Pronto se captó la simpatía y el cariño de aquellos samareños que, libres de preocupaciones regionalistas que sólb sirven para dividir a los hijos de una misma madre, consideraron como a un comprovinciano y hermano suyo al joven médico que llegaba a ellos para difundir Ja luz de su ciencia y las ilimitadas bondades de su corazón. PerO, ¿cómo no le habían, de querer, cómo no le habían de considerar como si hubiera nacido en aquella hermosa provincia, si veían que el Dr. Gómez dispensaba a todas horas los aux~lios de su ciencia y prodigaba· al tnismo tietnpo las bondades de su coraz~n y los tesoros de su caridad, a los rtlás pobres y a lbs más necesitados? "l!Jn aquella hermosa isla, azotada, es verdad, constantemente por los emb~te~ LEGISLATURA FILIPINA 225 ,P,el huracán, pero "donde es amigo cuanto alumbra el Sol," según frase del Mártir, allá el Dr. Gómez erigió su tienda y allá creó su hogar, todo paz, todo tranquilicia1, todo amor. Hombre rodeado de generales simpatías, difícilmente p6día sustraerse a la política, y así, respondiendo a las solicitaciones de la amistad y del fervor popular, dejando a un lado las dulzuras del hogar, lanzóse de lleno a la agitada vida política, siendo elegido para ocupar dignamente uno de los asientos en la Asamblea Filipina el año 1910, y más tarde exaltado por el voto popular al cargo de Senador por el Noveno Distrito. El Dr. Gómez fué en todo tiempo, un ciudadano ejemplar, y como legisl~dor, su devoción a-I deber fué constante e inquebrantable. Tarea harto difícil y fatigosa sería pretender analizar la labor del finado en vida como servidor del pueblo, ya como diputado, ya como miembro de esta Cámara. Abiertos están los archivos de la Legislatura a la investigación de los que sientan curiosidad de conocer al detalle esa labor, y los elogios merecidos de la prensa y las ratificaciones de confianza de que ha sido objeto por parte del pueblo, constituyen la consagración de su ejecutoria en este respecto. Quizás me separasen del finado.hondas diferencias de criterio; quizás en nuestras luchas electorales hayamos militado él en un bando y yo en otro, pero esto no puede impedir que- yo reconozca sinceramente la nobleza de su alma, lo preclaro de -su ingenio y lo acendrado de su patriotismo. De alma gigante quiero calificar la de ese hombre a quien hemos amado y a quien ya hemos perdido; alma gigante que jamás conoció el desmayo ante los mandatos imperativos del deber; el desvío ante las solicitaciones de la amistad; la tibieza ante los apremios del cargo_que tan dignamente ostentaba, y, por eso, tuvo una muerte digna de su vida. Largas horas de angustia, esperanzas que se des-vanecen apenas nacidas, momentos de ansiedad que jamás podrán olvidarse; todo esto precedió a la agonía del preclaro hijo de Filipinas, hasta que, fortalecido con los auxilios de la religión, rodeado del amor de todos los suyos y admirado hasta por aquellos que fueron sus adversarios, el Dr. Gómez rindió su gran alma al Creador el 22 de julio de 1926. Revelador de la grandeza de su alma fué aquel encargo que hiciera a sus deudos antes de morir de que entregasen su cuerpo a la ciencia para que ésta buscase en él el origen desconocido de la enfermedad que le llevara a la tumba, y los médicos pudiesen o.rientarse mejor en casos similares al suyo, haciéndose así útil a la ciencia y a la humanidad aún des- · pués de muerto. ¡ Rasgo magnífico dé aquella alma grande en quien el amor a la ciencia y el patriotismo corrían parejas! . . . Su postrer disposición se ha cumplido, y sus compañeros, los médicos, en presencia de su cuerpo despedazado, han podido comprobar que 110 una sino varias enfermedades a cual más mortífera, a cual más complicada fueron las que rindieron aquel espíritu gr8.nde que sólo así podía ser vencido. ¡Vencido, he dicho! como en los libros santos yo quisiera formular ante los despojos de este muerto ilustre esta pregunta que encierra tpda la síntesis de mi lógica: ¿Dónde está la muerte? Porque la muerte es obscuridad y olvido y aquí ni obscuridad ni olvido existen hoy. ¿Puede llamarse obscuridad el halo de gloria que rodea el nombre ilustre del Senador por el Noveno Distrito (Sr. Gómez)? ¿Puede llamarse olvido el concierto unánime de alabanzas que se alza de uno a otro extremo de nuestra pátria para glorificar la vida y los hechos del finado? Y, sobre todo, señores, esa memoria, ese nombre y esos hechos nunca podrán ser olvidados en el seno de las dos instituciones a las cuales tanto amó y tanto enalteció en vida el Dr. Gómez:· su familia y la Legislatura Filipina. En el seno de su hogar, que él hizo feliz con solicitud y cariño sin límites, vivirá perpetuamente el recuerdo de aquel padre amantísJmo, de aquel esposo, todo amor, todo bondad y todo corazón para los suyos. Y en la Legislatura, a cuyas dos Cámaras perteneció el difunto, se conservará siempre indeleble, viva y gloriosa su noble ejecutoria como patriota y legislador ejemplar. ¡Que Dios, que d Padre de las misericordias conceda a su alma un eterno descanso! ¡Entre los resplandores del día sin fin vaya la flor de nuestro corazón y de nuestro aprecio a posarse, tímida y sencilla, sobre la losa que ha de cubrir para. siempre los restos 'mortales del preclaro compatriota! He dicho. (La Banda de la Constabularia ejecuta la pieza musical titulada "Nearer My God To Thee.") LEVANTAMIENTO DE LA SESIÓN El PRESIDENTE. De conformidad con lo dispuesto por la Resolución No. 41 que acaba de aprobarse, se levanta la sesión hasta el lunes a las cinco de la · tarde. Eran las 5 p. m. CÁMARA DE REPRESENTANTES SABADO, 7 DE AGOSTO DE 1926 No celebró sesión la Cámara de Representantes este día. 226