Pintura espanola - 'La Vicaria'

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Part of Espana Boletin Informativo

Title
Pintura espanola - 'La Vicaria'
Language
Spanish
Year
1952
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Pintura española: "La Museo .de Arte.-Barcelona En mu:·hag ocasiones me he preguntado cómo Espafia fué impermeable al movimiento impresionista que llenó toda una época del arte francés del siglo pasado. Y es tanto más exir.afio cuanto que los impresi-onistas se afanaron con amor desesperad.:> en la solución del problema de la luz, que en España es diosa irrevocable de la .naturaleza. En Francia, no lo es tanto, .al punto de que un impresionista, Eduardo Manct, debía acordarse, para su arte, de las luminmüdades que admirarú en Rb de Janeiro; otro, como Cla.udio Monet, tenía que recordar sus estancias en Argel; Pizarro, el cielo antillano, y el inglés Turnet', de <1uien tanto aprendieron los impresionistas, tuvo que ir a Venecia a robarle su luz. ¡La luz! ¡El elemento único y fundamental que a nosotrcs, españoles, nos salía de balde! Fortuny fué el pintor del pasado siglo que más luchó por conquistarla, bien que casi nunca ddera en España. Dícese que hizo también su "impresionismo", que nada tenía que ver con el francés; p'.>rque el francés tenía por fórmula captar ,Ja visión óptica inmediata con un estudio .muy concienzucb, casi matemático, de los colores; mientras que Fortuny se dejó llevar únicamente p0r su instinto. De ahí que en Fortun~· la luz sea solamente co~·or, mientras que en un Monet, un Sis!ey o un Besnard, el col.or es únicamenle el )l'Jrtador de Ja luz. Por otra parte, Jos impresionistas franceses fueron, en general, dibujantes muy mediocres, ya que sólo les interesaba la vibra. ción lumínica, y, en cambio, Fortuny lo era c'.)nsum:~do, y ya es tradicional el desvío con que los buenos aguafuertistas y dibujantes tratan a los pintores que no son miis que luministas. El ca&".> es que en la misma época en que Manet, Monet, Sisley, Renoir, Página 16 Vicaría": por Fortuny etc., eran rechazados .de todos los salones entre carcajadas y burlas y tenían que dar sus lienzos por un pedaw de J>an, Mariano F.ortuny vendía sus cuadros en París por precios que !Jscilaban entre ochenta mil Y cien mil francos. Esto no lo deci.mos en demérito del pint-or. catalún, supuesto que, a su modo, fué un excelso prnlor, como aquéllos 110 fueron al suyo siquiera el rec~noc:imiento viniera más tarde. Lo' que queremos decir es que Fortuny no fué jamás un pintor impresionista, como Jo fué, aunque tíniidamente un Darío ele Regoy.0s, por lo que también tuvo qu~ µag.ar "su culpa". Fortun.v fué hijo de familia humildísima. Nació en Reus el 11 de Junio de 1838. Su padre era i:arpintero, pero habiendo muerto cuando el muchacho es. taba todavía en edad juvenil, tuvo que hacerse e-argo de éste el abuelo paterno, de ofk:io tallista. ¡Figura simpática la .de este pobre viejo que, con visión profética, no escatimó esfuerzo para que su nieto .alcanzase Ja meta a que había sido predestinado! Pobre de dineros, aunque no de energías, to.mó a su nieto <le la mano, y por no gastar, en la diligencia, el .dinero que Juego había de serles necesario, fuéronse a pie desde Reus a Barcelona, donde ingresó al pequeño en el taller de imabrinería de Domingo Talarn y eles· pués en ia Escuela de Artes y Oficios. F.'.>rtuny no o!vidó jamás los sac1ificios de su abuelo, y la primera venfa que hizo en Roma. que fué de su ,cuadro "Tres odaliscas", por el que le dieron cien francos, le proporcionó la satisfacción .de remitírselos. Fortuny estaba en Roma a la edad de dieciocho años, merced a una pensión de la Diputación de Barcelona ganada en concurso público. ¿Qué hizo en Roma? t:SPARA CopLar mucho y dibujar más. Rafael y Velázquez son sus maestros lejanos. Cuando estalló la guerra de Africa, la Diputación de Barcek>na lo mandó al campo de batalla en calidad de Enviado Gráfico. De su estancia en tierras moras han quedado infinidad de notas, apuntes, bocetos y el cuadl'lo de gran.des proporciones titulado "Batalla de Tetuán" (Barcelona). En 1866 fué a Madrid, donde conoció al pintor Don Federici'l de Madrazo y con cuya hija más pequeña, Cechia, c-0.ntrajo matrimonio. Y entonces i:."Omenzó a dibujar sus primeras notas para la tabla "La Vicaría", que había de continuar en Roma, donde tuv.o su Estudio, instalado en las estancias del Papa Julio Ill, situadas en las afueras de la Porta del Popal.o. Te.minada "La Vicaría" en París, en 1870, obtuvo por ella, en subasta pública, la espléndida suma de 90.000 francos. Es un cuadro de costumbres que parece desprendido de un sainete de Don Ramón de la Cruz. La escena tiene lugar en una sacristía. En un grupo central se ve al novio estampando su firma ante el sacerdote, y a la novia contemplando su abanico y recibiendo la felicitación .de una de sus arríigas. Delante de este grupo, y en mesita aparte, el sacristán toma la filiación que le da el padrino. Detrás, un santero absurdamente trajeado so1icita una lim.osna de una joven del acompañamient.~. Un caballero en el rincón del fondo contempla filosóficamente el cortejo. En primer término y a la derecha, un grupo de toreros y una mujer con mantilla negra y sentada desenfadadamente, esperan turno para el comienzo, tal vez, de otra ceremonia semejante. El decorado de la sacristía está lleno de carácter: rejas, lámpara, cornucopia, sillón y brasero, llenan espacios libres y da.n tono al conjunto. ESPARA Como se aprecia, "La Vicaría" es un tema disperso en el que hay de todo: una boda, un mendigo, un caballer.o aburrido y un grupo de toreros espectadores. Toda la tabla rezuma composición. La técnica es de pincelada menuda, suelta y color brillante, y así el cuadro hace el efecto de una lluvia de "1:!'0nfetti"' lacado, cuya titila::ión por contraste de tonos da corporeidad =a las figuras y las destaca e • .,bre el f.ond:>. En puridad, es la técnica que conviene a las sedas de matices crudos, ·que caracterizan la indumentaria del siglo XVIII. Así, si.n fundir color con color, só!o por fuerza de la proximidad de uno con otro, van surgiendo r.asos, brillos, tornasoles, cuando la destreza del pintor sabe valorar la calidad y el contraste. La tal:J:a no es muy grande y su contemplación produce placer a la vista, a partir .de la primera mirada. Nada hay en ella que descubrir: todo está inmediato y patente. Es una muestra de pintura bonita, esmaltada, caliente, en que el principal personaje es el color. A Fortuny, repetimos, r.,., le interesó el movimiento impresionista francés; primero, porque él estaba dentro de los moldes de la Academia; su formación fué italiana y no francesa. Y después, tenía un sentido real de la prefundida.d, es decir, del espacio, de que carecieron "les maudits" de 1870. Más que la luz le preocupó el problema del color. Un cierto gusto orientalista le llevó a los asuntos de gran aparato decorativo, por lo que prefería los temas del siglo XVIII a los de su propia época, y en fin, fué un esclavo c:>nstante del "motivo", tan desdeñado por sus colegas franceses. Los dos últimos cuadros que pintó fueron "El jardín de .Jos poetas" y "La elección de modelo", cuya venta alcanzó elevadas sumas. El artista cubierto .de gloria, fa1leció en Roma a consecuen~ia de unas fiebres malignas. No tenía más que treinta y seis años. Página 17