Todos Misioneros

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Title
Todos Misioneros
Issue Date
Volume X (Issue No. 100) February1937
Year
1937
Language
Spanish
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
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MOSCATEL PURO PARA CONSAGRAR MAS CONOCIDO POR MOSCATEL "BOU" EXTRA FINO Nos D. D. Joseph Miralles ce Sbert. Dei et Sanctae SeJis Aposrnlicac gracia, Episcopus Barcinonensis, etc. etc. TESTAMUR: Dominum Amoníum Catasús ce Cacasús vínorum mcrcatorern, in oppído vulgo Sícges degentcm juxca informaciones acqu1sícas, gaudere bono nomine inter concives suos, ac probicace: et re:lígíone essc praesramcm, quapropter vínum pro Sacrosancco Missac sacrificio ab ipsis vcnditum, prouc opina mur, camquam ex verís u vis et sine alcerius suhstantiac additarnenco vel mixtionc confc:ctum, cmi ac rc:cipí posse:. In quorum tiden has lícteras a Nobis subscripcas ac sigillo Noscro munícas, expedíri rñíssímus, Barcínone die undecima mensis Augusci, anni Millessimí nong.essímí vigessimi sepcimí. • (Hay el sello del Obispado de (Firmado) JOSEPH, EPISCOPUS BARCINONENSIS. Barcelona) De Exmi. ac lllmi. Episcopi mandato FaANc1scus MA. OaTEÜA, Cancellarius Scrius. ANTONIO CATASUS COSECHERO ABOITIZ y CIA., Inc. AGENTES PARA FILIPINAS 210 Gral. lu~a Intramuros:,. Favoreced a nuestros anunciantes. P. O. Box 219 Manila o A. GARCIA 'l'AI:..LJ<_JRES D J<~ l1 '0'1'0GH A HA DO ;J2 ~.\:\TA l'OTENCIANA :\IANILA, I. F o Al hacer sus pedidos, mencione nTodos Misioneros!! Tonos MISIONEROS REVISTA MENSUAL MISIONERA ILUSTRADA Se publica con la licencia eclesiástica y bajo la dirección de los Padres Agustinos l{ecolt.tos espaíioles .\1isfoneros de la Prefectura Apastólica de. Kwe.ite.h/u, Provincia de Honan, China. Año X Febrero de 1937 No. 100 NUESTRO EXTRAORDINARIO La celebración del XXXIII Congn'.so Eucarístico Internacional en la ciudad de Manila, verdadera perla del Oriente, es un acontecimiento de cranscendencal y bienhechora importancia, no sólo para la gran nación católica de Filipinas, sino también y de un modo directo y eficaz para codos los pueblos del Extremo Oriente. El caraccer misional del Congreso ha excremecido de sanca emoción los corazones de los Misioneros de China, Japón y de codas las Islas del Pacífico. Esos héroes de las Misiones saben que Jesucristo Sacramentado derramará desde su crono eucarístico abundantes gracias y bendiciones sobre los campos misionales, can necesitados del calor y de la luz del Sol divino, y del benéfico rocío de su gracia. TODOS MISIONEROS "TODOS MISIONEROS" se ha vestido de gala para celebrar el magno acontecimiento; y postrado en un acto de fe y de amor, de gratitud y adoración, se ofrece y consagra y hace entrega absoluta de todo cuanto es al Dios de la Eucaristía, en el XXXIII Congreso Eucarístico Internacional. Para llevar a feliz término la publicación del Extraordinario que h?Y presentamos, hemos tenido que vencer no pocas dificultades como podrán apreciar los lectores al repasar sus páginas. Es lo de menos; pues todo se nos ha hecho dulce y agradable con sólo pensar en el objeto y fin a que se enderezaban nuestros trabajos. ¡Es tan grato y llevadero hacer algo por Jesús, aun cuando lo que se hace quede muy a la zaga de.nuestros deseos ... 1 Vaya nuestro reconocimiento y profunda gratitud a cuantos directa o indirect'amente han cooperado con su ayuda a la publicación de este Extraordinario, en el que hemos vaciado toda nuestra voluntad, más rica en deseos que en recursos materiales. Gracias a todos, y que Jesús les pague con dones de tierra y cielo. A Jesucristo Sacramentado lo ofrecemos y dedicamos en el XXXIII Congreso Eucarístico Internacional; y a Jesús Hostia elevamos nuestras peticiones en favor de nuestros bienhechores, suscriptores, lectores y de todos cuantos de uno u otro modo están en relación con "Todos Misioneros". Les suplicamos, en cambio, una oración ante el Sagrario por las Misiones, y una petición especial por nuesuas Prefecturas Apostólicas de Kweitehfu, en China, y de Palawan, en Filipinas. ¡Gloria, honor, alabanza, amor y bendición a Jesucristo Sacramentado, Rey Inmortal de los siglos¡ Todo a su mayor honor y gloria y bien de las almas. SECCION EUCARISTICA · QH Sacramento de la piedad de ¡ Dios 1 O Sacramentum pietatis 1 Tú eres la cristalización viva del amor de Dios sobre la tierra: una rrctensión inmensa de Dios, que por Tí solicita nuestro amor. Sé, Hostia Divina, el imán que arraiga bcia Tí ccn las ódces ataduras del amor a todos los corazones. Su Sancidad Pio XI e.l "PAPA DE LAS .?vflSIONES" p~r cuyo deseo el XXXIII Congreso Eucarístico Internacional de Manila ha reveslido un caracler eminentemente misional. ANTE EL Aquí. Señor cerca de Tí. al pie de tu Sagrario, donde has querido aprisionarte por nosotros con cadenas de amor divino y de' amor humano; venimos a bendecirte, a amarte y adorarte los que no queremos m á s felicidad que la de tu amor; los que sólo ansiamos ser siempre tus amigos· amantes y reparadores; los que anhelamos, o h !esús, sentirte. gustarte. vivir en Tí. vivir de Tí, vivir para Tí. En el divino silencio a que voluntariamente te has reducido en esa Hostia Santa. callas al mundo que te olvida y te persigue; pero hablas a tt'' amigos palabras de vida ete.na. que solo Tú, Jesús, sabes hablar. Habla. Jesús, a nuestras almas. Háblanos, oh Verbo del Padre; háblanos Tú solo, porque solo Tú eres la Verdad, toda la Verdad, que ilumina y que salva. Llegan hasta aquí. hasta el altar de tu inmolación. las voces y gritos del mundo que no quiere conocerte. que no quiere recibirte, que rechaza el abrazo de tu Corazón amante y bueno. SAGRARIO que después de veinte s i g 1 o s continúa v i t o - reando a Barrabás. y te condena a Tí, Jesús, que eres la Vida, que eres siempre Redentor y Salvador. Y tienes bond a d y tienes · amor. oh Jesús. par a mirar a esos hijos del mundo, a los pródigos que te abandonan, poniendo en tu mi ... rada la promesa de tu perdón acogedor. Los llamas, los invitas. los persisues .con tu bondad; pero huyen de Tí. no quieren escucharte, te desprecian. Y Tú, oh Jesús, te vengas de sus desprecios con la venganza propia de tu Corazón. como te vengaste en el Calvario, sufriendo, amando. perdonando, derramando beneficios, porque eres siempre Jesús, el Salvador de todos. 1 ¡Oh Jesús, verdadero Jesús. siempre Redentor y Salvador! Si el mundo te olvida y te desprecia y te niega, nosotros te confesamos y bendecimos, te amamos y te adoramos en tu Eucaristía, abismo de tus humillaciones porque es el abismo de tu amor, donde prolongas la sublime locura de la Cruz, y eres el mismo Jesús Sacerdote y Víctima, que te ofreces por el mismo fin y con el mismo amor con que te ofreciste en la tarde del primer Viernes Santo que conoció el mundo. Creemos y confesamos que eres verdadero Dios y verdadero Hombre; que se encuentra en Tí todo lo que es esencial a la Divinidad, y todo lo que es esencial a la humanidad; que eres, como Dios, consubstancial al Padre; y como Hombre, consubstancial a nosotros. Creemos y confesamos, oh Je· sús, que en la Hostía Consagrada estás presente con presencia real. verdadera y substancial; con tu Divinidad, con tu cuerpo humano ya glorificado, con tu Sangre preciosa y redentora, con tu alma racional, inteligente y libre como la nuestra. Creemos y confesamos que en tu Eucaristía eres· el Verbo del Padre, Segunda Persona de la Beatísima Trinidad, Luz de Luz, Dios de Dios, consubstancial al Padre y al Espíritu Santo. Ahí, en esa Hostia Santa, eres eternamente engendrado por el Padre con generación intelectual, infinita, eterna, que por ser operación in· manente, no sale de Sí misma, quedándose en las intimidades adorables, en la misteriosa vida interna de Dios; operación que siempre subsiste con subsistencia anterior al tiempo y al espacio, con subsistencia eterna. Creemos y confesamos que eres con el Padre una sola Aspiración activa, un solo, único y eterno Principio del cual procede el Espíritu Santo, c¡ue es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, completándose y cerrándose con esas eternas y esenciales relaciones la vida interna de Dios. Creemos y confesamos que con el Padre y el Espíritu Santo eres un solo Dios en tres Personas, teniendo las tres la misma Naturaleza Divina, que cada Persona posee toda entera, sin división, pero formando tres Personas realmente distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, subsistentes en la misma subsistencia de la naturaleza. o esencia divina. Creemos y confesamos que en virtud de la consubstancialidad, coexistencia e inseparabilidad esencial y necesaria de las tres Divinas Personas, estás en la Hos· tia Santa con el Padre y con el Espíritu Santo. Pero solamente a Tí, como Verbo. encarnado y Segunda Persona de la Beatísima Trinidad, está unida con unión personal la naturaleza humana, que subsiste 'en tu Persona Divina; porque tomaste, oh Jesús, nuestra naturaleza, pero no tomaste la cpersona humana. Por eso hay en Tí dos naturalezas, la divina que posees toda entera con el Padre y el Espíritu Santo; y la naturaleza humana que posees integra y completa, siendo verdadero Dios y verdadero Hombre con una sola' Persona Divina. Creemos y confesamos que, dentro de la distinción real de las tres divinas Personas, eres con el Padre y con el Espíritu Santo un solo Dios Creador, un solo Dios Conservador, un solo Todopoderoso; Inmenso, Infinito, Eterno ..... Creemos y confesamos que eres con el Padre y con el Espíritu Santo la Vida substancial, principio y causa primera de todo ser; que todo cuánto es, debe su ser a tu acción creadora, y que todo cuan· to existe debe su actual existencia a tu acción conservadora, pues así como fué necesario tu poder infinito para sacar de la nada a todas y cada una de las criaturas, La Santa Iglesia Catedral de Manila, donde innumerables fieles rindieron homenaje de adoración al Santísimo Sacramento. es también necesario ese mismo poder infinito para conservarlas. Creemos y confesamos que así como eres con el Padre y con el Espíritu Santo causa primera y eficiente de todo cuanto existe. eres también y necesariamente causa final de todos los seres, fin de toda la creación; pues todo lo has creado y todo lo conservas y diriges a tu gloria. Creemos y confesamos, oh Jesús, que el santo Sacrificio de la Misa donde te inmolas y ofreces, es el verdadero y único Sacrificio de la Nueva Ley, de tu Ley de Gracia; que ese Sacrificio es substancialmente el mismo Sacrificio de la Cruz, y que eres Tú, oh Jesús, la misma Víctima y el verdadero y principal Sacerdote. Creemos y confesamos que en el Sacrificio de la Misa te ofreces e inmolas incruentamente por ministerio de tus sacerdotes bajo las especies o accidentes del pan y del vino, para reconocer el Sl!premo y universal dominio de Dios, y para aplicarnos los méritos y satisfacciones de tu Santísima Pasión y Muerte. Creemos y confesamos que por el sacrificio de la Misa ofreces a la Majestad de Dios una adoración infinita, una alabanza infinita, una acción de gracias infinita; y que por los merecimientos de ese sacrificio alcanzamos de Dios las gracias para arrepentirnos de nuestros pecados, para vencer las tentaciones y peligros, para progresar en la virtud, para crecer en gracia y para perseverar en tu amistad hasta la muerte y conseguir la gloria. Y por eso, el Sacrificio de la Misa es, como el de la Cruz, un sacrificio latreútico. eucarístico. propiciatorio e impetratorio qúe se ofrece por los vivos y por los difuntos. Creemos y confesamos que la ~ucaristía es también Sacramento y que en él estás presente todo el tiempo que las especies o accidentes de pan permanecen íntegros e incorruptos, para que todos podamos recibirte, para que todos podamos , visitarte en cualquier momento del día o d0 la noche, para que todos gocemos de tu compañía y presencia sacramental; porque has querido, oh Jesús, quedarte con nosotros y ser nuestro compañero en la peregrinación de esta vida, que gracias a tu Eucaristía se ha convertida en cielo. Creemos y confesamos que siendo siempre un solo, único y el mismo Jesús, estás a un mismo tiempo en el cielo y en todas las Hostias consagradas del mundo. Te recibimos millones de fieles en millones de lugares, pero eres siempre un mismo Jesús, sin división, sin cambio, sin movimiento propiamente local, conservando siempre tu misma identidad, tu misma unidad; porque tu presencia en la Santa Hostia no es una presencia circunscriptiva como la de los demás cuerpos; sino presencia sacramental, propia y exclusivamente tuya, de la que no hay ejemplo alguno en la creación. Creemos y confesamos, oh Jesús, que eres el Hijo de María Virgen, Madre nuestra, de la cual nos hiciste formal donación momentos antes de expirar en la Cruz. Eres, pues, oh Jesús, nuestro Hermano mayor, porque tenemos por Madre a tu misma divina Madre. Creemos y confesamos que eres en tu Eucaristía el mismo Jesús Niño de Belén, el Divino Obrero de Nazaret, el Taumaturgo de los caminos y pueblos de Palestina, el Maestro y Pedagogo de la humanidad, el Predicador de las conmovedoras parábolas, el Sediento del pozo de J a~ob que pediste el agua turbia de nuestro pobre corazón, a cambio de tus aguas purísimas que saltan hasta la vida eterna:y sacian la sed de todos los corazones. Creemos y confesamos que eres el Amigo fidelísimo que te comunicas y confías a las almas sencillas y francas. que saben tratarte sin recelos ni reticencias, y confiártelo todo de corazón a corazón, en amigable intimidad, sin miedos ni preocupaciones, con ilimitada 'confianza filial: como lo hacían tus amigos de Betania, que por eso gozaron de todas las ternuras de tu amistad, y vieron conmoverse tu Corazón y brotar de tus ojos las lágrimas, cuando la desgracia vistió de luto los corazones de Marta y María en la muerte de tu amigo Lázaro, a quien tu resucitaste, oh Jesús, después de hu" medecer su tumba con tu llanto. Creemos y confesamos que eres el mismo Jesús misericordioso y compasivo que mostraba predilección por los pobres pecadores, y los llamabas y te juntabas a ellos, con tanta bondad y amor que tus enemigos los fariseos criticaban la piedad que demostrabas por los infelices caidos. Pero Tú, Jesús, contestaste a sus hipócritas acusaciones con las divinas parábolas de la Oveja perdida y del Hijo pródigo, mostrándote Padre tierno y amante, que olvida, perdona y tiende sus brazos al pecador cuando acude, humilde y confiado, en demanda de perdón. Creemos y confesamos que eres el Bienhechor incansable que a todos esperas, a todos atiendes, a todos acoges, a todos consuelas y beneficias, sin querer mirar a lo que han sido en su pasado, sino a lo que son y sienten cuando van a Tí, buscando tu amistad y tu gracia. Creemos y ·confesamos que eres en tu Eucaristía el mismo Jesús que un día lloraste con llanto de compasión pensando en la ingratitud y dureza de Jerusalén, que no quiso recibirte; y pen$ando también en nuestra ingratitud, porque leías, como Dios. en el porvenir, y veías y sentías nuestras frialdades y tibiezas. nuestra indiferencia para con tu Eucaristía, nuestros pecados e ingratitudes para con tu Corazón herido, que no sabe más que amar, sufrir, esperar y perdonar. · Creemos y confesamos que eres el Divino Agonizante de Getsemani, el vendido por Judas, el negado por Pedro, el olvidado y abandonado de todos, el pospuesto a Barrabás, el escarnecido, burlado y escupido del Pretorio, el despreciado por Herodes. el Ecce Horno vestido con la púrpura de tu sangre. flagelado. coronado de espinas y rechazado por tu pueblo, el condenado a muerte por tus criaturas. el Mártir del Calvario que expiraste después de haberlo dado todo y de consumarlo todo en favor de los mismos que te crucificaron. y en favor de los que de. nuevo te siguen crucificando con sus pecados. ' Eres, oh Jesús, el glorioso Resucitado, el vencedor de la mnerte, del pecado y del infierno, que quieres conservar en tus pies y manos, y sobre todo en tu Corazón amante, las Llagas gloriosas que son el _precio de nuestra Redención. Con esas Llagas divinas subiste al cielo en el triunfo de tu Ascensión, con ellas estás en tu Eucaristía, y con ellas te veremos aparecer en el último día de los tiempos, cuando vengas a juzgarnos a todos pronunciando la sentencia inapelable y eterna, en vir-. tud de la cual premiarás a los buenos con la feliz eternidad de tu cielo, y castigarás a los pecadores con ·la desesperante eternidad del infierno. ' Aquí, al pie de tu Sagrario, sintiendo tu presencia y viéndote con los ojos de la Fe. creemos y confesamos, oh Jesús, que eres el Jesús de la noche de la institución de la Eucaristía, de la noche del Cenáculo. de la noche de tu Corazón, y de las riquezas y tesoros de tu amor; noche elegida por Tí, oh Jesús, para dar salida a los fuegos y ardores del volcán de tu Corazón en favor de los hombres; noche elegida por Tí para entregarte a nosotros con todo lo que tienes y eres, precisamente cuando los hombres maquinaban despojarte de todo y quitártelo todo con la ignominiosa muerte de Cruz. Bendita sea, oh Jesús, la noche del Cenáculo, la de la última Cena, en la que te vengaste con las sublimidades e infinitas grandezas de tu amor, de todos los excesos del odio y de la malicia humana. Bendita sea la noche de la institución de la Eucaristía en la que nos diste todo cuanto nos podias dar. Alábente los cielos y la tierra por este augusto, adorable y regaladísimo Sacramento. Alábente Jos angeles y los hombres y todas las criaturas por este milagro de tu amor divino-humano, de tu amor generosísimo, gratuito, libérrimo, desinteresado y eterno. Te alabamos, oh Jesús, y te bendecimos, te glorificamos y damos gracias, te adoramos y te amamos por el don precioso de la Eucaristía, por tu presencijl sacramental, por el regalo de tu Corazón, por la entrega total de Tí mismo en la sagrada Comunión, por tu dignación al visitarnos por Viático en nuestro viaje a la eternidad, por tu inmolación en el Santo Sacrificio de la Misa, por la compañía que quieres hacernos en el destierro de esta vida, sin que nuestras ingratitudes y p~cados sean bastantes para vencer la fuerza de tu amor, tan digno de ser correspondido y tan indignamente tratado. Gloria a Tí, oh Jesús. Gloria al amor de tu Corazón. Gloria a tu Eucaristía. ¡Cielos y tierra, bendecid al Señor! ¡Honor y gloria a Tí, Rey de la gloria; amor por siempre a Tí, Rey del amor! Gracias, oh Jesús; gracias por todo lo que has hecho y has sufrido por nosotros, por todo lo que haces y por todo lo que esperamos has de hacer en adelante. Gracias por tu Evangelio, por tus enseñanzas y por tus ejemplos. Gracias por María, oh Jesús; gracias por habernos dado por Madre a tu Santísima Madre. Gracias por la fundación de la Iglesia y por la institución de los siete Sacramentos. Gracias por los triunfos de tu gracia en la historia de la Iglesia, y en el número sin número de Santos que nos das como modelos e intercesores. Te alabamos y damos gracias por todos los que no te conocen, y por los que conociéndote no te glorifican ni te alaban. Te confesasamos por los que te niegan. Te adoramos por los que te blasfeman. Te amamos por los que te persiguen, y queremos amarte siempre en nombre de todas las criaturas. Déjanos llorar arrepentidos los días de nuestra vida que no hemos dedicado a tu amor y a tu servicio; los días y el tiempo que profanamos ofendiéndote con nuestras culpas. Perdón, oh Jesús Redentor y Salvador; perdón para nosotros y para todos los pecadores. Míranos siempre con ojos de misericordia, como miraste a Pedro en J.a noche de tu Pasión. Perdón por todos los olvidos e ingratitudes, por todos los pecados y sacrilegios que se cometen contra tu Corazón amante en este Sacramento de tu amor. Sentimos y lloramos todas las frialdades e irreverencias, todas las injurias y profanaciones que recibes en este altar de tu Sacrificio; y queremos desagravjarte con nuestro amor, con nuestros sacrificios, con nuestra vida prácticamente cristiana, con las Horas Santas y con nuestras Comuniones reparadoras. Te rogamos, oh Jesús, por tu Iglesia, por tu Vicario, por tus Sacerdotes, por tus Misioneros, por las urdenes Religiosas, por la perseverancia de los justos y por todos los nuestros, tanto vivos como difuntos. Te rogamos y pedimos por los pecadores, por los tibios, por los tentados, por los pobres y afligidos, por los enfermos, por los moribundos, por las almas que expían en el Purgatorio. Postrados ante tu altar, elevamos, oh Jesús, nuestra ferviente plegaria y nuestra petición especial por España; por tu España, oh Jesús; por la España de tu Madre Inmaculada y de tu Sagrado Corazón; por la España del Cerro de los Angeles, por la España misionera, por la España del Pilar. Perdón, Corazón Divino, perdón y paz para España. Aplaca, Señor, tu rigor, envaina la espada de tu justicia; acelera el tiempo de la paz; de tu paz, oh Jesús. Atiende, Señor, a nuestros ruegos, a nuestros sacrificios y a nuestro dolor. Escucha la voz de la sangre derramada por la defensa de tu causa. Atiende a los que lo dejaron todo por Tí, y cayeron besando tu imagen y vitoreando tu Nombre y tu Religión. Atiende a las multitudes suplicantes que llenan los templos y te piden llorosas que tengas compasión de España. Atiende a las madres que te hicieron el sacrificio ,de sus hijos; a las esposas que te ofrecieron la vida de sus esposos, a los huerfanitos enlutados, que han quedado sin el apoyo paternal y lloran su orfandad. Atiende a la sangre de tus Esposas, de tus Sacerdotes y Religiosos, horrorosamente martiriza ... dos por ser tuyos, Jesús, por ser tuyos. Venga, oh Jesús, tu perdón y tu paz para España; venga tu reinado; que la bandera bicolor de tu España se funda con tu -l! 'OW!S!<p;il¡s;i ozi:uqe u;i znl;) rompible, fraternal y sempiterno. Te rogamos por los millones y millones de paganos que yacen en las sombras de la muerte. Son tuyos, oh Jesús, por la creación, y más tuyos por la Sangre que derramaste por la salvación de sus almas. Pon tu luz divina en sus entendimientos y la fuerza de tu gracia y de tu amor en sus corazones. Eres Camino, Verdad y Vida. Guíalos a tu redil; háblales con la voz poderosa de tu gracia; resucítalos a la vida sobrenatural. Calma y sacia con su conversión la sed abrasadora que sentiste en el poso de J acob y en la agonía de la Cruz. Llámalos, invítalos, oblígalos, fuérzalos a que vayan a Tí; y cuando sean tuyos, aprisiónalos con las dulces cadenas de tu amor. Que no se pierda la mies; que no se pierdan esas almas; que no sean inútiles para ellos tus trabajos, tus lágrimas y tu sangre. Que vean, oh Jesús, que te conozcan y te amen. Pon tu espíritu, tu celo y tu caridad en todos los Misioneros, y da incremento a lo que ellos cultivan y riegan. Por Getsemaní, por tu Cruz, por los dolores de María, porque eres. siempre Jesús; que entren en el aprisco de tu Iglesia y vengan a tu Eucaristía a gustarte, a recibirte y' a pro'bar cuán bueno eres, oh Jesús amantísimo y amabílisimo. Te pedimos una bendición especial, Corazón Divino, para nuestras Prefecturas Apostólicas de Kweitéhfu y de la Paragua; para sus Misioneros y Misioneras, para los cristianos y Catecúmenos, para sus novicios y seminaristas, y para que pronto reciban el don de la Fe los que todavía no han sido regenerados por tus Sacramentos. Triunfa y reina, oh Cristo Rey, en este XXXIII Congreso Eucarístico Internacional de Manila. Triunfa y reina en la nación filipina. Triunfa y reina en todos los pueblos del Oriente. Triunfa y reina en el mundo todo, en toda la creación. Pero sobre todo triunfa y reina en nuestros corazones por tu Eucaristía, por el Sacramento de las riquezas de tu amor. Dános, oh Jesús, tu amor; dános tu Corazón; dános tu reino para siempre ¡¡para siempre!! Adveniat regnum Tuum. Fr. Aurelio Lacruz. Agustino Recoleto. Muy Rev. P. Leoncio Reta, Prior Provincial de Agustinos Recoletos. Los Superiores de la Orden de Agustinos Recoletos Reverendísimo P. Jesús Fernández, Prior ·Genera.l de la f)rrfon i:le Agustinos R ecoletc·s. • • La Orden Agustiniana y la Sagrada Eucaristia • • La Orden de Agustinos Observantes y Recoletos tan conocida en la historia de la civilización cristiana del mundo por sus grandes y numerosos misioneros, tan admirada y respetada en los Colegios y en las Universidades por el numero incontable de sabios y por la profundidad y luminosidad de sus ideas, tan cantada y ensalzazada en la Iglesia por el cúmulo inmenso de santos, misioneros, sabios y santos con los que siempre ha hecho el más alto honor a su escudo heráldico, síntesis del entendimiento y síntesis del amor, arrastra el carro de triunfo de sus nunca superadas' glorias a través de los siglos, iluminado por las llamas del más ardiente amor eucarístico; como que puede decirse que élla es la iniciadora de los grandiosos Congresos Eucarísticos y como que su fundador, el Gran Agustin, es acaso el que más sublimemente ha cantado las grandezas y ternuras del Augusto Sacramento del Altar. En pocas líneas como son las concedidas a este asunto en el extraordinario de la presente Revista, vamos a dar a conocer algunos de los miembros de nuestra Orden que mas se han distinguido por su amor y por los favores recibidos de la Santa Eucaristía. Dijimos que la Orden Agustiniana cabe llamarse la iniciadora de los Congresos Eucarísticos. Allá por los años 1192 y en el pequeño pueblo de Retina (Bélgica) nació la que había de ser embajadora de Dios para establecer en el mundo la más grandiosa fiesta Eucarística llamada del Corpus, origen a su vez, puede decirse, de los Congresos Eucarísticos: en 1206 vestía el santo hábito religioso en el Convento de Agustinas de Cornelion, sito en la ciudad de Lieja. Hecho su corazón un volcán de amor por J esus Sacramentado, el Señor se dignó favorecerla desde el Sagrario con especialísimas gracias y visiones, co:r;itándose entre las principales aquellas en las que repetidas veces se le apareció la luna, clara y luminosa, pero con una manchá negra que atravesaba y cortaba su disco. El divino Jesús le dió a entender que la luna representaba la Iglesia sobre la tierra y la cortadura significaba la falta de una solemnidad religiosa que se debería instituir para despertar la fe de los pueblos y para mayor bien de los elegidos; díjole además: "Quiero que se establezca una fiesta especial en honor del Sacramento de mi Cuerpo y de mi Sangre: a ti te encargo la promoción de esta fiesta: tu debes hacer ver la necesidad de establecerla: tu comenzarás y personas humildes la continuarán." Hechas las debidas diligencias fué establecida la fiesta del Corpus en toda la Diócesis de Lieja el año 1246 y en el año 1252 la Santa vió coronados sus esfuerzos. extendiendose la tal festividad a todo el reino de Bélgica: el año 1264 el Papa Urbano IV mandó celebrarla en todas las Iglesias de la cristiandad. Demas está decir que quien recibió tan alta misión. como nuestra Santa, gozó de aquellos carismas, arrobamientos y éxtasis que, como nos dice San Pablo, no es dado a la lengua humana explicar. Con visiones parecidas fué honrada la también agustina Beata Isabela de Huy; oyó ademas en uno de sus muchos éxtasis cómo los bienaventurados del cielo suplicaban a la Verdad Eterna se dignase sostener el mundo que se desplomaba y facilitar su apoyo a la Iglesia militante; vió y oyó a los coros angélicos dirigir la misma súplica y a Dios anunciando que pronto la fiesta aujjusta, tres veces santa, de la Eucaristía sería celebrada en todo el mundo con la máxima pompa y esplendor, siendo ella el ánfora de la vida universal que había de fecundar los campos de la Iglesia debilitada en su fervor por la conducta mala de miles y miles de hijos suyos. Un Padre Agustino, el Beato Juan de Cornel'ion, fué el primero que compuso el Oficio para la dicha festividad del Corpus y. si hemos de creer a Ronse, él nos dice en sus obras litúrgicas que Santo Tomás había tomado una buena parte de este Oficio: adoptado que fué por sus Hermanos de hábito, estuvo en uso en la Colegiata de San Martin y otras Iglesias, hasta que Santo Tomás hubo compuesto el suyo tan magnífico. No habiendo compuesto el Doctor Angélico antilonas propias para el Bencdictus y el M agnificat, la Iglesia de Lieja rezó largo tiempo las del Beato Juan, así como, si se ha de creer a Bertholet, los himnos de Prima Tertia Sexta y Nona, que faltan en el oficio de Santo Tomás de Aquino. Las tiernísimas escenas del Cenáculo cuando Jesús, después de instituir el Santísimo Sacramento del Altar, dió a sus Apóstoles su divino Cuerpo para que lo comiesen y su preciosísima Sangre para que la bebiesen, se ha repetido en esclarecidos santos de la Orden que tuvieron la dicha de recibir de manos del mismo Redentor la Sagrada Comunión. Clara de Montefalcó, la del estupendo milagro de su corazón, en el que se hallaron admirablemente grabadas, y pueden verse todavía incorruptas después de seiscientos veinte años, todas las insignias de la Pasión del Señor: la Cruz, los clavos, la corona de espinas-, la lanza y la esponja formadas por la misma carne o pequeños nervios; la del no menos estupendo milagro de la bolsita de su hiel.· en la que pueden verse tres bolitas del mismo color, tamaño y peso, con la particularidad de que lo mismo pesa una sola que las tres y lo mismo pesan dos de ellas que una sola; estando un día alligidísima por no poder recibir la Sagrada Comunión se le apareció el Señor y la comulgó, dándosele a si mismo sacramentado con sus mismas manos. La Beata Verónica de Venasco, la que alternaba con los Angeles el rezo de los salmos del Oficio Divino, la que de memoria sabía todos los rezos de todo el año contenido en el Breviario, recibió también del mismo Jesús la gracia especialísima de que muchísimas veces le diese personalmente la Sagrada Comunión y la de que siempre que oía la Santa Misa se desprendía de la Sagrada Hostia una partícula Y. volando por el aire entraba por l¡¡ reja del coro y de modo invisible se depositaba en su boca. El Beato Alonso de Orozco, uno de los más preclaros hijos de la Orden Agustiniana, fué igualmente favorecido por el divino Jesús comulgándole repetidas veces con sus propias divinas manos. Las escenas familiares de la Samaritana. de Marta y María con el Redentor las vemos reproducidas en la Beata Josefa de Santa Inés. la misma que muchísimas veces fué transportada en espíritu a largas distancias del Convento para hacer obras de caridad. la que réprendía a los ángeles cuando hacían ruido al ayudarle en los quehaceres de su oficio; tan enamorada estaba del Prisionero del Amor. que infinidad de veces conversó familiarísimamente con el divino Jesús en las puertas mismas del Sagrario, donde El se le aparecía en carne mortal. y fué obsequiada con aquella agua prometida que el que la bebe ya no siente nunca mas sed. De la misma familiaridad gozó San Juan de Sahagun. El Beato Federico Ratisbona, el milagrosamente curado de una enfermedad por Angeles. no fué única la vez que un coro de ellos portando una resplandeciente Custodia y al son de músicas celestiales le administraron la Sagrada Comunión. como tampoco único el mismo favor recibido por las Beatas Cristina de Aquila y Lucía Lanteri. Si de las gracias dichas pasamos a los arrobamientos y éxtasis nos haríamos interminables dando a conocer los hijos todos de Agustín que tan especialísimamente fueron Jaa'.·11.1lia rcksiUs~ica -de Fil.ipinas,. Sentado.~, dt• i:;r¡1tit•1·da a d1·1·c·eha:-F.xcelcntísi11101; y Revc'''!''/¡'"'""'·~ J~lo.11::w1101·t•s Sa11 t1ago _ .Sa11r·h1'., V lu>1¡io dt· Nttt·va Sl'f¡uviu, F tanci!ICO Rcye.~. de Nueva C111·1·11:-~· .· llJ ~< do Verzo.~a. de /..,1pa, M1g111'l U'Dohe1·t 11, :lrzuli. >1/11) <k Ma11ila, Guillc1·1110 Piani ,\,·::ul11x¡10 Tau/ar de Drama !I Udegado olp::mtólico <le f'ilipi11u.<, Gabriel . /11. Reyes, Arzobisp~ ''r Cd1ú, Jame~ /'. :McClo.~kcy: Obispo <lt; Jaro. Sofron~o Hacl!ª!fU etc Calbauog, Cesar Ma. <J1u•rr<·1·0 . de Lmga,y1;n. De JIU' en el 1111smo orden: }, xcd1 •11t1s1111os y Revercndisimos M on:<oion·.~ _Consla!icio Jiug<.."lt~, Obi~po de }'uuuegarao. G11ilkr 1110 Fi11nc111an. Obispo Auxiliar <ir 1~fo111la, /,111.~ ·ld Uosano. Ub1i¡f10 •~e Zamfwa_Jtga, J amt'I> '/' . .'-layes de Cayayán., Casimfro J,/adu(' d( Bacolod. Ilmo. Mo11.¡;, l' u'lor1a11n Uo1111111, . l. U .. /'n·fccto ilpo.~túlfrlJ de /'ala11.1an C limo. Mons. Josi Billet, Prcf erto .-lpostfilico de ia l'rovincia Mon!·añosa. así favorecidos por J esus Sacramentado. Santo Tomás de Villanueva. San Nicolas de Tolentino. Santa Rita de Casia. Juan de S. Guillermo y los Venerables Libertino Enio, Antonio de Roa. Luis de Montoya. Juan de San Agustin y Catalina Enmerich, son tan bellísimos ejemplares que por sí solos bastan para honrar una Orden Religiosa. Y no hemos enumerado al Beato Juan Gucio de Sena. que pasaba semanas enteras sin más alimento que la Sagrada Eucaristia: ni a la Venerable Sor María de Santo Tomás y al Venerable Jaime López. que conservaban incorruptas en su pecho de una a otra Comunión las Sagradas Especies. ni el suceso de Tumaco (Colombia) en 31 de enero de 1906. que por mediación del Rdsmo. P. Larrondo. portador de la Sagrada Hostia ante imponentes olas del mar que ·amenazaban destruir toda la población. éstas se aquietaron y la ciudad y sus habitantes se salvaron. ¡Gloria y honor a Jesus Sacramentado! ¡Gloria y honor a la Orden Agustiniana tan singularmente favorecida por el Dios de la Eucaristía! M. del Val Aunque poeos en número, estos niiios, hijos de reclusos de la Penitencia·ria de lwahig, son flores ganadas para Jesús, a quien recil>ieron ¡wr J>rimern rez en sus corazones de manos de R. P. Jesús Gonzalez, A. R., capellán de dicha colonia. Complíments of T ríangulo Studío El XXXIII Congreso Eucarístico Internacional de Manila Apoteósica manifestación del sentir eucarístico en Filipinas.Actuación de los PP. AA. Recoletos en el XXXIII C. E. Internacional. l-.'mi11cntí.~imo Cardenal Dennis Dought·dy, /,r·.11ado 1'011tific.io al XXXIll C. r:. l. de Ma11ila. Triunfo grandioso el de Cristo Jesus en las Islas Filipinas. Hemos tenido que vivirlo para darnos cuenta de su magnitud. Cristo Jesus, Rey de Reyes ha sido paseado por la Ciudad de Manila en marcha triunfal que no vieron jamás Atenas, Esparta ni la Roma de los Césares. Escribimos estas líneas a vuela pluma y bajo la impresión característica que produce el contacto con un trono apretado de cientos y cientos de miles de corazones sobre los que se yergue la Hostia Santa entre el humo de los incensarios, aciamada con los gritos sublimes de la fé Católica que lanza a Jesus la multitud enardecida, loca de amor por el Amor, aureolada por el numero incontable de luces que portan los fieles y por las estrellas del firmamento en noche serena; que hasta la nat1.1raleza acudió al triunfo de nuestro Jesús Cristo Rey. La semilla que dejaron aquellos primeros misioneros que en viaje de trovadores del Gran Rey llegaron a estas playas Filipinas trayendo bajo una caricia de inmensa pasión la religión del Redentor del mundo Cristo J esus y el riego constante que con la palabra y acción desarrollaron todos cuantos han ido sucediéndose al correr de los años en el ministerio parroquial y misional han tenido su santa y fastuosa culminación en estos días apoteósicos de ardor eucarístico. Viva Cristo Rey! Honor y gloria a esa legión de religiosos españoles que les cabe el altísimo honor de haber hecho de Filipinas el pueblo más y mejor civilizado del Oriente y de que todos los pueblos del mundo hayan venido a sus playas para admirar los progresos de su civilización hija de la Religión Católica que ellos inculcaron en las almas. Nos vamos a detallar en estas líneas todos los actos del XXXIII Congreso Eucarístico Internacional celebrado en esta Ciudad de Manila; todos ellos rivalizaron en grandeza y esplendor. Hermosísima la apertura con una asistencia de más de cien mil almas: admirable la fé de las mujeres filipinas acudiendo a su Misa en número de ciento cincuenta mil y comulgando unas setenta mil: edificante sobre toda ponderación la Comunión de los hombres que en número' de sesenta y cinco mil recibieron la Sagrada Comunión en la Misa habida para ellos a las doce de . la noche en La Luneta; tiernísimo el día reservado a los niños. comulgando sesenta mil, número considerabilísimo si se tiene en cuenta que debido al mal estado del tiempo. no pudieron muchos. acudir a las Iglesias para poder confesarse. . Las conferencias a cargo de notabilísimos oradores de naciones extranjeras y de prominentes fil¡. pinos y miembros de las Corporaciones religiosas que desarrollaron los importantísimos temas de "La Eucaristía y las misiones", fueron modelo de elocuencia y espíritu misionero y de ellas cabe esperar copiosos frutos para las Islas y países paganos del Oriente. La Misa Pontifical del último día que cantó el mismo Legado Pontificio, Eminentísimo Cardenal, Dennis Dougherty. con una asistencia calculada en más de dos cientas mil personas aguantando el ardiente sol que triunfal ascendía a su cenit. orgulloso de iluminar con sus potentes rayos a su Criador oculto en la Sagrada Hostia, fué algo que hizo enmudecer a los enemigos de la Fe y algo que conmovió los corazones fríos de tantísimos curiosos que presenciaron aquel grandioso acto. Y la procesión final, el broche de oro de cuatro días de festividad eucarística, fué digna. si cabe decir. de Jesús Sacramentado: tuvo toda la riqueza de galas y solemne cortejo de los pasados Congresos Eucarísticos habidos en otras naciones: todos los alumnos y alumnas de los Colegios católicos trajeados de gala, todas /~'xcf'l<mtisi mo Monset1or Guil/.l>r1110 /'icmi, Delegado A postólico en FiliJJinas, que d irigió, con sent ido fervor, la llora Santa para los Sacerdotes, uno de los dia.s del Congreso. las asociaciones religiosas, las escuelas católicas, todas las delegaciones y unas y otras con sus respectivas banderas desfilaron en imponente manifestación que duró más de tres horas. Algo nuevo púdo admirar el público en esta Procesión. manifestación de Fé religiosa, y fué el desfile de las banderas de cincuenta y cinco naciones del mundo presididas. en Apertura del XXXIII C. E. l. Fotos de la derecha: J. Detalle rkl Altar. l . Los Altos Prelados de la Iolai4 Ueoando al Altar. 8. Llegada fUt úoado Papal eacoltado por Gl,fJUnoa Prelados y CabaUcrOJI condecorado6. 4. Vitta parcial del público qve preunci6 la. aolemne a.pertura del XXXIII C. E. J. Cliché de la sqwerda: El monutn;mta1 Altar erigido en LG Lutteta. fila de cuatro, por la Pontificia, la roja y gualda de la nueva España, la americana y la filipina, que fueron aplaudidas frenéticamente por la multitud. También púdo admirar el público el gran número de lacitos con los colores amarillo y rojo que los españoles ostentaban en sus pechos montrando así su adhesión pública como Nación, España, aquella que dió al pueblo filipino su cultura y esta f;xcrln1tísi1110 Mo11.'I. Migud O'Dohrrt!J, Arzollix1io dt• Manila !f l'rntator df'f XXXIII C. H. l. su probada religiosidad, y que debido a las tristísimas circunstancias porque atraviesa en los presentes momentos no ha podido mandar la delegación esperada. Eran ya las 8: 15 p. m. cuando hacia su entrada triunfal en el monumental estadium la hermosísima carroza del Santísimo Sacramento con el Eminentísimo Sr. Delegado Papal. precedida de los Excelentísimos Señores Arzobispos, Obispos, Prelados. Clero numeros1s1mo, Corporaciones y Congregaciones religiosas, mientras el público entonaba entusiamado el Himno Oficial del Congreso y el canto al Sagrado Corazón de Jesús "No más amor que el tuyo". Y como dignísimo remate de esta grandiosa procesión la voz augusta de Nuestro Santísimo Padre Pío XI que se dejó oír a las nueve de la noche terminadas las ceremonias y estando de rodillas todos los fieles en número de más de seiscientos mil. para escucharla y recibir la bendición de labios del mismo Sumo Pontífice a traves de la radio. Un sentido discurso del Eminentísimo Cardenal Legado y el canto del. Himno Oficial del XXXIII Congreso Eucarístico Internacional de Manila cerraron la serie de actos que en honor del Rey de la Eucaristía se han celebrado en Manila. Los PP. AA. Recoletos en el XXXIII C. E. Internacional. Algo queremos hacer resaltar para los lectores de "Todos Misioneros" respecto de este Congreso E. Internacional y ese algo es la labor aportada por las PP. AA. Recoletos para el triunfo del mismo. Por todos ha sido reconocida y alabada la entusiasta preparación que en el ministerio parroquial realizaron todos los PP. AA. Recoletos que tienen cura de almas. y son muchos. Los Congresos Eucarísticos celebrados en sus respectivas parroquias fueron modelo de organización y todos ellos resultaron un verdadero éxito aunque algunos tuvieron que enfrentarse con un ambiente rabiosamente hostil a la Religión Católica. Sabido es por los lectores de la presente Revista que la música del Himno Oficial para el Congreso E. Internacional de Manila es del laureado músico Recoleto R. P. Domingo Carceller. digno Presidente de la Residencia de S. Sebastián y que. dicho sea de paso. obtuvo también además del primero el segundo premio en el concurso llevado a cabo para la selección de la mejor composición musical para la letra también premiada de nuestro distinguido amigo D. Emeterio Barcelón y Barceló: Dos programas musicales radiados en todas las Islas por la Estación KZRM estuvieron a cargo de los tiples de Recoletos y ambas Comunidadés de Intramuros y S. Sebastián; selectísimos todos los números musicales y originales del citado P. Carceller é interpretados con verdadera perfección sirvieron de digno marco a las magistrales conferencias del M . R. P. Definidor Fr. Aurelio Lacruz. A. R. pronunciadas en la misma ocasión y bajo los temas de .. Pensamientos filosófico-teológicos sobre la Sagrada Eucaristía.. y ··La Sagrada Eucaristia y el corazón humano'". Varios PP. AA. Recoletos tuvieron el honor de ser seleccionados para formar parte y presidir algunos de los comités: los PP. Domingo Carceller y Marcelo Santafé fueron miembros de los comites de música religiosa y de liturgia; el P. Pedro Arósteguí del Jurado para el certamen del Himno oficial; el P. Isidro Beasiain. vocal de la Junta de temas y disertaciones; el P. Marcelo Santafé. Presidente de la Junta de confesiones. d P. Martín Legarra. Secretario de la misma. los PP. Leandro Nieto y M. Santafé Presidentes de las Conferencias regionales del dialecto bisaya ( ilongo y cebuano). una de ellas en la Iglesia de Recoletos y en San Ignacio la otra; el P. M. Legarra. vocal de la Junta de Exposición misional; el P. Gre~orio . Espig_a. vical de la Junta de Partic1pac1on Excdn1tisimo Mons. Guill<•rmo Pi11. nl'man , Obis po Auxiliar d<' Ma nila u Pt<·.~idf'rde del Com it1i f:jN11 tfro · 11a1·a d XX XIII C. F:. l. del Clero. Todos ellos pusieron todo su esfuerzo y buena voluntad para contribuir al mayor éxito del C. E. l. También la Basílica del Carmen de los PP. Recoletos fué seleccionada para la Hora Santa durante los días del Congreso. estando expuesta S. D. Majestad día y noche y predicando en uno de los días el R. P. Luis Recarte. Los Padres se mantuvieron incansables en el confesionario todos los días y hasta las altas horas de la noche, preparando a las almas para la digna recepción de la Sagrada Comunión; el mismo traba jo soportaron los Padres de la Comunidad de San Nicolás. No creemos exagerado decir que se registraron diariamente unas tres mil doscientas confesiones durante el Congreso. Como si todo lo expuesto fuera poco, el ya citado P. Aurelio Lacruz tuvo a su cargo otras dos importantísimas conferencias, una en ·la sesión habida en el Salón de actos del Colegio de S. Juan de Letrán para el elemento masculino español, disertando sobre "La Eucaristía y el Apostolado" y otra en una de las Asambleas Internacionales ante un público de cien mil almas que repetidas veces le aplaudió, especialmente cuando el nombre de España salía de sus labios; hubo quienes no aplaudían porque lloraban, al recordar el nombre de España ausente en este triunfo eucarístico de una de las más preciadas hijas con quien ella compartió su cultura y su Religión. La Orden de Agustinos Recoletos no sólo púso sus Religiosos en actividad constante para la mayor gloria y honor del Congreso sino que ornamentó sus dos templos que posee en Manila, especialmente el de Intramuros de modo tal que ha sido la admiración de propios y extraños, pres~ntándose como la obra mayor y más costosa que se ha llevado a cabo en las muchas Iglesias que hay en la Capital de Filipinas y trayendo además nutridas representaciones de Recoletos misioneros de China, Bohol, Negros Oriental, Occidental, Cebú, Siquijor, Palawan, reuniéndose en total CINCUENTA Y CINCO Recoletos para escoltar al Dios de la Eucaristía. Asímismo queremos registrar en estas líneas como una contribución al C. E. l. la publicación de ··Cánticos Sagrados··, obra musical de gran interés, original del P. D. Carceller y publicada con motivo del Congreso. Terminaremos estas líneas después de felicitar efusivamente a la Nación Filipina, a los comités que tan acertad¡imente dirigieron la organización que ha hecho posible el más rotundo é indiscutible éxito del XXXIII Congreso Eucarístico Internacional de Manila y acotando las palabras del semanario "El Bienestar" que ha sido el órgano oficial de publicidad del pasado Congreso: "La gloria de este Congreso de Manila, como la del de Buenos Aires, es el bendito fruto de la maternidad espiritual de España, de la España católica y misionera". "La España misionera dió a conocer a J esucristo en la América española y en Filipina mediante el Apostolado de las Ordenes Religiosas. Ese Apostolado ha sido fecundo en frutos espirituales, porque antes lo fué en privaciones y sacrificios. ¡Bendita sangre la de los Misioneros españoles que hicieron de Filipinas la única Nación católica del Oriente, y nos han dado como riquísimo fruto la celebración de este Congreso Eucarístico .1 n ternacional. la Misa Pontificial celebrada en La Luneta por el Eminentísimo día 7 de febrero . .AltimQ..deL XXXUL-.C E · l .. de Manila.-----------__, CONFERENCIA de cinco minutos pronunciada por el M. R. P. Aurelio La:cruz A. R. en una de las Asambleas Internationales En este Solemne acto del Congreso Eucarístico quiero sean mis primeras palabras las dirigidas por San Pablo a los fieles de Corinto en aquel saludo rebosante de sabor apostólico: "La gracia y la paz sean con vosotros. de parte de Dios Nuestro Padre. y de nuestro Señor Jesucristo." Esa gracia y esa paz que procede de Dios y que Jesucristo nos mereció, es el bien mayor y el mejor fruto espiritual a que podemos aspirar er. la celebración de este Congreso Eucarístico Internacional, porque son los frutos de la Redención, que se nos comunican por la Sagrada · Eucaristía. La gracia es la amistad con Dios. la unión con Dios, la vida de Dios en nosotros porque nos hace participantes de la naturaleza divina. Es luz que ilumina nuestro entendimiento, y es fuerza que robustece nuestra voluntad para obrar el bien. La Sagrada Eucaristía es fuente principal de la gracia, porque en la Eucaristía poseemos a Jesucristo. que, como Dios, es causa eficiente, y como Hombre - Dios es causa meritoria de la graci,a. Pidamos en este Congreso el don precioso de la gracia, y la conservación y aumento en nosotros de tan rico teM R. Aurellio Lacruz, A. R. soro. Pidamos la gracia santificante para los pecadores; la gracia del retorno a la Iglesia, Católica. Apostólica, Romana para todos los que habiendo vivido en su seno. se han apartado de ella; la gracia de la fe para todos los que yacen en las sombras de la infidelidad sin conocer a Jesucristo; gracia para que todos los hombres formemos un solo rebaño bajo un solo pastor. Y con la gracia. pidamos la paz, como repetidamente nos lo recomienda nuestro santísimo y amantísimo Pio XI; la paz de Cristo en el reino de Cristo. La paz con Dios y con nuestras conciencias; la paz con nuestros prójimos. la paz y concordia entre las naciones, esa paz social. que como dice S. Agustín es un irradiación y consecuencia de la paz con Dios. Pidamos paz espiritual para las naciones que están sufriendo gravísimas y profundas conturbaciones. Pidamos a Jesucristo Sacramentado. Rey pacífico. Príncipe de la paz. la paz para España, madre espiritual de Filipinas. evangelizadora de medio mundo. misionera antes que conquistadora, que llevó la Cruz en sus banderas, la Cruz en sus espadas, la Cruz en el corazón de sus guerreros. porque todo hijo de aquella España, hasta el aventurero. llevaba a Jesucristo en el fondo de su alma. convirtiéndose en apóstol de la fé que profesaba. Trescientos sesenta y seis años hace que en esta ciudad de Manila se celebró la primera Misa, en la mañana del 19 de Mayo de 1571. La semilla de la fé depositada entonces por España en Manila. ha sido fecunda en frutos espirituales durante tres siglos y medio. hasta culminar en este grandioso acto del Congreso Eucarístico que estamos celebrando. y que a un tiempo es triunfo de Jesucristo en su Eucaristía. argumento de la fecundidad del Catolicismo, y honra gloria de la Católica Filipina; pero también, honra y gloria de la Católica España que realizó la misión de incorporarse a la verdadera Religión. a este bendito. hospitalario y progresivo pueblo filipino. Pidamos a Jesucristo Sacramentado la paz y el término de la prueba para España. nación misionera y eucarística por excelencia. que siempre fué y sigue siendo católica en su corazón y en su alma nacional; pues aunque· otra cosa se afirmó .en la Constitución. siempre será verdad que los pueblos llevan en el alma y en su entraña su verdadera constitución. Que Jesucristo nos conceda a todos desde su Eucaristía. la gracia y la paz que nos mereció por el sacrificio del Calvario. perpetuado y renovado diariamente en el Santo Sacrificio de la Misa. Asi sea. Detalle del Altar de la Luneta. Magnífico Tabernáculo usado en el templete de La Luneta durante los días del Congreso. D!ITY 01' TllJ!l PJIILIPPI . . LIBU.BY /,a capilla de Mactan, Cebú, donde se onserva la primera Cruz plantada en suelo filipino ·por el inmortal naveante español, descubridor de estatt slas, Hernando de Magallanes, riendo este /,,,cho el principio de la fructíera propagación de la fé católica en este Archipiélago, cuya manifestación cúmbre la ha constituído el XXXIII Congreso Eucarístico Internacional ecientemente celebrado en Manila. Fotografía de la derecha :-A rt!stico templete levantado en la plaza con motivo del Congreso Eucarístico de Gui'tdulman, Bohol. Congreso Eucarístico Parroquial de Guindulman, Bohol. Fotografía de la izquierda :-Fieles asistentes a la Misa Solemne. Fotografía del centro: -R. P. Pedro El Busto, A.R. Cura Párroco con los demás Agustinos Recoletos asistentes al Congreso, y dos Misionera¿; Reculetas de Kweitehfu. La Eucaristia y el Corazon Humano El año 1937 que acaba de nacer, pasará a la historia aureolado por la celebración del 330. Congresa Eucarístico Internacional que muy pronto tendrá lugar en esta Ciudad de Manila. El grandioso aconteci¡niento resonará en todo el mundo, haciendo que el nombre de Manila y de Filipinas vaya unido al de las más importantes y famosas Capitales donde se han celebrado los anteriores Congresos Eucárísticos. Filipinas. al igual que esas ciudades y pueblos, debe considerarse altamente honrada al ser elegida para que en sus templos, en sus plazas. en sus calles y en sus casas, sea bendecido, glorificado y adorado con culto público e internacional, con culto extraordinario, el Dios de la Eucaristía, Jesucrito, Dios y Hombre verdadero. presente en la Santa Hostia con su Divinidad y con su Humanidad. Cerca de veinte siglos hace que fué instituído este augusto y adorable Sacramento por J esucrito, en la memorable y última noche de su vida pasible y mortal; y veinte siglos hace también que Jesucristo es creído y adorado, amado y recibido como Dios-hombre en el Sacramento de su amor. Los esfuerzos de la incredulidad, del sectarismo, de la pasión y de las persecuciones, no han podido ni podrán jamás apagar la luz inextinguible de la Fe católica, que cree y confiesa ese Misterio de la Omnipotencia y del Amor de Dios para con el hombre. Hoy, como en los primeros tiempos de la Iglesia, es creído con Fe más flrme que la misma certeza que adquirimos por el testimonio de los sentidos y de las luces de la razón; y es amado con amor más intenso que todos los demás amores. con amor más fuerte que la muerte, con un amor que pone heroísmos en la debilidad y convierte en gigantes a los niños y en héroes a los ancianos. amor ultraterreno y sublime, el único amor que realiza las epopeyas de la santidad y del martirio. Por ser el Sacramento de la Eucaristía el Misterio del Amor, se le ve mejor con la vista del corazón que con la del entendimiento. Jesucristo, en conversación de transcenc,lental importancia con uno de los sabios más famosos de Jerusalén, declaró solemnemente que Dios nos dió a su Unigénito Hijo por amor, por el amor que tenía al hombre. El amor, pues, obró las maravillas de la Encarnación y de la Redención; y ese mismo amor obró las maravillas de la Eucaristía que comprendía y resume· toda la vida y toda la obra de Jesucristo. Por eso se presta más a las consideraciones del corazón que a las del entendimiento. El amor, ha escrito Pascal. tiene argumentos que no conoce la razón. Así es en efecto. Un hombre, uno de esos llamados esplritus fuertes. idólatra de la razón. podrá pasar ante un Crucifijo con indiferencia, meneando la cabeza y dibujando una sonrisa de negación o de duda; pero el que siente toda la fuerza. toda la elevación. toda la grandiosidad, todas las abnegaciones y delicadezas del verdadero amor. por ejemplo. una madre. sentirá conmovido su corazón a la vista de un Dios Crucificado por amar al hombre; y mirando al Crucifijo. exclamará creyente: Creo. oh Jesús, que has dado tu vida por salvar al hombre; creo en tu amor divino hasta la locura sublime de fa Cruz; yo soy madre. y .también ciaría mi vida por mis hijos. Esos mismos espíritus fuertes se alzarán en contra del Misterio de la Eucaristía, contemplándole a la luz escasísima de su razón casi siempre cargada de prejuicios; pero cuando se piensa en el misterio con los argumentos del corazón, cuando se consulta con el amor. cuando arrodillados ante el Altar, pensamos en nuestros seres amados que están ausentes. y en lo que por ellos haríamós si nuestro poder fuese igual a nuestro amor; ¡ah' entonces ninguna dificultad se encuentra en prestar nuestro asentimiento a ese miste· rio del amor divino. que tan bien responde a los deseos de nuestro amor humano. Si fuésemos lo bastante poderosos para multipliplicar nuestra presencia y estar en varios lugares a la vez. el corazón' nos dice. el amor nos dice, que volaríamos al lado de las personas amadas, para no sufrir las tristezas de la ausencia ni las amarguras de la separación. Artístico templete erigido en La Carlota, Neg. Occidentnl, l . F. con mot~vo del solemne Con.qreso Eucarístico Parroquial celebrado en el me~ de n.oviembre del aiio ¡>asado. Es Curu Párroco de dicho 7n.teblo el R. P. Santiago Vitda, A.R. El amor, el amor infinito de Dios al hombre explica las maravillas de la Eucaristía; y nuestro amor, amor humano es muy lógico, muy razonable y muy consecuente al creer en ese divino Misterio de Amor. Si el hombre, acuciado por el amor, intenta imposibles y no atiende a dificultades. ni a trabajos. ni a peligros, con tal de conseguir lo que su amor desea; Dios que es Infinito y Omnipotente ¿no hará nada ck extraordinario para satisfacer su amor? El amor de Dios ¿~erá menos fuerte. menos intenso, que el am:ir del hombre? ¿No concederemos a la naturaleza del amor infinito de Dios. lo que tan fácilmente, tan naturalmente, concedemos a la naturaleza del amor finito del hombre? Si admitimos que nosotros obraríamos imposibles, si pudiésemos obrarlos, en favor de nuestros seres amados; seamos consecuentes para admitir lo que Dios ha hecho con su omnipotencia en favor del hombre a quien ama con amor divino y con amor humano. Si nosotros pudiésemos hacer por las personas amadas lo que Jesucristo ha hecho en la Eucaristía, lo haríamos; nos lo dice el corazón, que lo haríamos. ¿Por que, pues, nos hemos de resistir a creer en el Misterio de .la Eucaristía, en esa maravilla del amor Divino, que nuestro amor realizaría en el orden humano, si tuviésemos poder para realizarlo? Dios ama al hombre; el hombre es caEaz de amar a Dios; tiende hacia El; ¿será posible que esos dos corazones, el divino y el humano. se amen eternamente sin encontrarse, sin unir .. se, sin fundirse el uno en el otro? No. no; el amor pide la unión, pide la igualdad. Si el hombre, manchado y pecador. no puede. llegar hasta Dios; Dios desciende, se humilla, llega hasta el hombre, se une a nuestra naturaleza. se hace Hombre, padece, sufre. muere por el hombre, y en el éxtasis de su amor ,obra esta maravilla de la Eucaristía, para que el hombre se una a Dios, reciba a Dios, se alimente de Dios, y se adhiera a Dios con unión tan íntima, que si el hombre quiere, durará lo que dure la eternidad. La humanidad ha deseado en todo tiempo, de uno u otro modo, esa unión con la divinidad. La historia de las Religiones compa · radas ha llegado a la conclusión de que en las religiones antiguas se encuentra lo que se dama la comunión pagana, es decir, la ptirticipación de la ofrenda; el acto de comer parte de la víctima que se ofrecía a .Jos dioses. El hombre. aun en medio de los errores. de las supersticiones y de las pasiones, sentía la necesidad de unirse a Dios. de estar en contacto con Dios. La mitología .nos presenta el mito o fábula de Prometeo, que roba el fuego del cielo y lo entrega a los hombres para hacerlos semejantes a los dioses inmortales: para deiflcarlos. para unirlos a la divinidad. Pues bien; sobre todos esos errores, sobre todos esos ritos y supersticiones, sobre todos los sacrificios antiguos, se alzó en el Calvario la Víctima inocente y santa. Jesucristo el Hombre-Dios, que se inmoló en la Cruz por todos los hombres. Bastaba la Redención, bastaba un solo .acto del Verbo Encarnado, para satisfacer y aplacar a la Justicia Divina y merecernos el perdón, la gracia y la gloria. Pero lo que era bastante para satisfacer a la Justicia. no fué bastante para satisfacer al 3mor. El amor se dá, se entrega, Cnngrcso Eucarf,.~f.ico Parroquial de Ta/i::;uy, Negros Occidental, Filipinas. El R. P . Luis Alvarez, A.R., dirigiendo la ¡)Qfaln-n n la muchedu.mbn' en uno de lo:s netos del Congreso. se sacrifica por el objeto amado y anhela estar en su compañía é identificarse y formar un solo corazón. Eso es lo que hizo Jesucristo al instituir la Eucaristía, darse totalmente al hombre como alimento y permanecer para siempre en nuestra compañía; porque nos amaba, porque su amor infinito no se satisfizo sino con una entrega infinita como es ésta de la Eucaristía, donde el Amor Divino, con toda su infinitud, quedó satisfecho poniendo su corazón a disposición del corazón del hombre. Por eso, al considerar la Eucaristía a la luz del corazón, parece que el Misterio se nos manifiesta tal cual es, con todas las delicadezas del amor divino; el velo se descorre, la le cede su lugar a la visión; el corazón adivina, el alma ve, el amor intuye; y el hombre, vencido por el amor infinito de un Dios para con sus criaturas, se entrega en un acto de fe y de amor, y se desborda en un grito sublime de alabanza y adoración ai Dios de b Eucaristía, al Amor de los amores, a J 2sucristo Sacramentado. Legiones de santos, de doctores, de mártires, de vírgenes, de apóstoles, de misioneros, de sabios y de artistas, de genios y talentos los más lamosos, han desfilado durante veinte siglos por delante de los Sagrarios creyendo en el amor de Jesucristo, creyendo y adorando y amando el Misterio augusto y consolador de la Eucaristía. Millones de fieles de todas clases y condiciones, lo han aclamado y bendecido en los Congresos Eucarísticos Internacionales, y le aclamarán con nosotros en el Congreso que pronto celebraremos en Manila. Formémos en la gran cruzada de los adoradores, de los apóstoles, de los amantes reparadores de la Eucaristía. Preparemos a Jesu~risto, para los días del Congreso, un recibimiento digno de su realeza divina, pero sobre todo, digno de su amor. Vaciemos nuestro corazón de todo lo terreno, y convirtámosle en trono y Altar de Jesucristo Sacramentado. Seamos todos y cada uno verdaderos Tabernáculos y Custodias vivientes donde Jesús more y reine y triunfe con el triunfo ·del amor. Tengamos fe en la Eucaristía; fe viva, intensa y práctica. Creamos en la presencia real de Jesucristo en la Hostia Santa, creamos en su amor. Jesús del Sagrario, Jesús de nuestro Congreso Eucarístico es el mismo Jesús de la Encarnación que se hizo Hombre por elevar al hombre hasta la misma Divinidad. . . . Es el mismo Jesús de las ternuras de Belén, que apareció Niño en un pesebre sonriendo a la humanidad y ofreciéndole las riquezas de su amor .... Es el mismo Jesús que en la casita de Nazaret santificó la familia y canonizó el trabajo, rociándolo con el sudor de su frente divina. . . El mismo que recorrió los caminos y aldeas de Palestina calmando dolores, secando lágrimas y derramando bendiciones. . . . El mismo que nos enseñó la doctrina salvadora del Evangelio, que tiene soluciones para todos los problemas que agitan al mundo. . . . El mismo que acogió a los pecadores, y recibió a todos los pródigos con entrañas de misericordia y de perdón. . . . El mismo a cuyo imperio, obedecieron los elementos, y sanaban los enfermos y resucitaban los muertos. . . . El mismo a quien los mares reconocieron por su Criador. cuando al sentirse rozados por sus plantas divinas, convirtieron sus ondas en alfombra. . . El mismo que en el ·bíblico Monte dejóse ver transfigurado, vibrante de Divinidad, aureolado su cuerpo de claridades esplendorosas . . . . El mismo que en el Cenáculo de J erusalén obró la maravilla más estupenda del amor, al instituir la Eucaristía, momentos antes de ser aprisionado y condenado por los hombres ... El mismo que bajo los olivos de Getsemaní agonizó víctima del mayor dolor y del mayor amor. ... El mismo que en la cima del Calvario expiró pronunciando palabras de perdón para sus verdugos. . . . El . mismo cuya muerte lloraron los soles con el luto de sus eclipses, y lloró la tierra temblando con espantosos sacudimientos. . . El mismo que en la radiante aurora de la Resurrecc1on surgió de las oscuridades de la tumba, a una vida inmortal y divina .. .. El mismo que cerró el ciclo de su vida en el mundo con el supremo y definitivo triunfo de su Ascensión a los Cielos .. .. ¡¡Sí; El es .. . . !! Jesucristo Sacramentado, presente, vivo y glorioso en la Hostia Santa . ... Jesucristo, que formó este océano de amor de la Eucaristía con los ríos de~bordados de los misterios de su vida divino-humana. J esucristo, que en los días del Congreso Eucarístico será bendecido y glorificado, adorado y amado por millares y millares de lenguas y corazones que se convertirán en panegiristas del Sacramento del Amor. ¡Alabanza, y acción de gracias a Jesucristo Sacramentado! ¡Gloria y amor al Dios de la Eucaristía! ¡Honor y bendición a Cristo Rey, en la tierra y en el Cielo, en el tiempo y en la eternidad! Fr. AURELIO LACRUZ, A. Recoleto. Aspecto que ofrecí'!-, la plaza de Dumaguete, Neg. Oriental, Filipinas, d'!'-r<!'nte la Comunion .de los hombres con motivo del Congreso Eucaristico celebra~o. en dicho pueblo y que ha sido, sin duda, el más rico en frutos ~s7nntuafes, de cuantos se han celebrado en la Isla de Negros. Iglesia de PP. de Intramuros, Recoletos Manila El actual Congreso Eucarlstico Internacional tendrá para los PP. Recoletos además de una evocación histórica que nos hable de la parte activa y labor desinteresada que ellos han prestado al Congreso en sus diversas actividades; como, Hora Católicn, Alocuciones durante el .Congreso y trabajos de organización en los diversos Comités sin pasar por alto, su numerosa concurrencia de todas las partes de Filipinas donde al p.resente trabajan; una nota y un·a evocación que, pudíeramos llamar de casa, privada: me refiero a las obras que se han llevado a cabo en el Convento de Intramuros y mejor a las de la Iglesia, Ja qu·~ sin pe:rder nada de su ·antiguedad, remozada con galas" modernas de pinturas y esculturas que la ponen a la cabeza de las primeras Iglesias de Manila. A fines del año 1608 se trasladaban los PP. Agustinos Recoletos de ;u primer Convento en San Juan de Bagong-Bayan fuera de la Ciudad, al inte-. rior de la misma, o sea, dentro de las murallas. Allí vivieron nuestros Padres a· expensas de la caridad del vecindario de Manila, hasta que se dió término a un Convento dP. nueva panta con su Iglesia que les fabricaron unos devotos bienhechores. Aquella Iglesia es la misma que hasta hoy se levanta junto a la histórica Muralla. Pero en un país como Filij>inas y en un período de más de tres siglos, no es para contar los S'acrificios que habrá costado a nuestros antepasados conservar esta Casa-Madre. Por cuatro veces fué sacudida de terremotos, sufriendo grandes desperfeC'tos, según nos dicen nuestras historias y por much8.s más, da.ro está, la acción· de tiempo y los elementos obligaría a nuestros Padres a reparar la que era considerada como la Cuna de la Recolección Agustiniana en Fili pin'as. En 1780 terminaba el P. Prior de Intramuros Fr. Vicente de San Agustín las reparaciones que un temblor del 1763 había producido en la· Iglesia que al presente admiramos; toda de ladrillo con la bellísima torre también de ladrillo. Sus dimensiones son de 67 varas, de longitud en su única nave y quince de ancha. El conjunto es una cruz latina y sobresale al fondo su riquísimo Altar Mayor que acaba de ser dorado por completo. A la izquierda del crucero, y al fondo también, está la Capilla de N. P. Jesús Nazareno; siguen a uno y otro lado del mismo brazo los altares, del Carmen, del Pilar, Sta. Lucía y el nuevo altar de San Agustín que sustituye al antiquísimo de la Paciencia. En el brazo derecho del crucero se alza el nuevo altar de N. Sra. de la Consolación a un lado y a otro, el altar de las santas Reliquias. En la pared quecierra los límites del crucero se puede admirar el notabilísimo fresco que representa la Proclamación de San José como Patrono de la Iglesia Universal. El cuerpo de la nave a cuyos lados se alzaban seis altares ha sido modificado por completo quitando aquellos y abriendo seis ven_tanales hermosos que dan gracia y mucha luz a la Iglesia. A lo largo de la nave y el crucero corre una severa balaustrada de cemento y en ambos lados, en el cuerpo de la Iglesia, sostiene esta balaustrada diez esbeltos angeles que llevan. ~el nuevo sistema de iluminación; Debajo esta el precioso VIA CRUCIS tamb1en nuevo. Es de efecto sorprendente el conjunto de la Iglesia con la s:uave a. la. vez que inspirada y artística combinación de colores: son de admirar prmc1palmente los trab'ajos de la cúpula en la que se hallan representados los ~antas más notables de 1-a Orden Agustiniana. El pavimento es de marmol as1 como también la gradería del Presbiterio. Magnifico Retablo del Altar Mayor de la Iglesia de PP. Agustinos R ecolet.os en Intramuros de JYlaniln. LA EUCARISTIA EN LAS MISIONES Cuando el Apóstol San Pedro percibió la gloria de su Maestro en el Monte Tabor, lleno de sencillez y buena voluntad, exclamó: Domine, bonum est nos hic esse; debemós quedarnos aquí. Habíase encontrado con la felicidad y quería estrecharla contra su corazón; el triunfo de su Maestro lo consideraba en cierto modo como suyo y quería disfrutar de él; la gloriosa Transfiguración del Señor bañaba su alma entre resplandores de gloria y, al sentir su corazón palpitando' de gozo, quería hacer aquella escena interminable para no volver a sentir los agobios de ese mismo corazón al ponerse en contacto con la realidad de la vida. En el misterio de la sagrada Eucaristía se renueva constantemente otra transfiguración del Hijo de Dios, gloriosa y a la vez humilde. Cuantos son los sagrarios que albergan al Hijo de Dios encarnado, tantos son los nuevos Tabores testigos de la transfiguración del Dios que ha creado cuanto existe. La transfiguración más grande de Jesucristo, sin embargo, no es la de la Eucaristía sino la de la Encarnación, que supera en grandeza. La relación de JesúsHombre a Jesús-Eucaristía supone dos modalidades de la materia. La encarnación de la segunda Persona de la Sma. Trinidad tiene por términos lo infinito y lo finito, lo inmortal y lo mortal, lo eterno y lo temporal. La cueva de Belén, que marca el principio de· Jesucristo en la Sma. Eucaristía, tiene en las misiones tan viva representación que qÜizá nO se encontrará otra igual en parte alguna. La pobreza de que se vió rodeado Nuestro Señor al entrar en este mundo se puede comparar a la que existe en las Iglesias y Capillas de las misiones donde Jesús ha establecido su morada. La falta de· medios materiales ha impedido al misionero el construir una morada más digna para el Rey de la gloria; siente no poder ofrecer muchas veces a la majestad del Soberano Señor mas que una choza miserable. Si Jesús Niño tiritó de frío en la cueva de Belén, por no tener con qué defenderse de las inclemencias de la naturaleza, las capillas de las misiones en que mora se ven expuestas muchas veces al rigor de las estaciones, y lo que aun es más triste y doloroso, no faltan ocasiones en que se ven frecuentadas por animales de diversas clases, que en ellas buscan refugio contra las inclemencias del ambiente exterior. ¡Cómo contrastan muchas veces las habitaciones en que reina la Majestad soberana con las mansiones de sus criaturas! ¡Cuántas veces desearía cambiar el misionero la residencia de su -Dios por las casas de los hombres! ¡Cómo resalta con frecuencia la pobreza en que vive el Altísimo con la opulencia de los mortales! ¡Qué desconsuelo produce el pensar en la gloria tan grande que se esconde junto a miseria tan extrema! ¿Quiénes son los que visitan a Jesús en la Euc1,1ristía en los paises de misiones? Pocos, muy pocos son los que se acercan a reconocer el gran tesoro que guarda el Sagrario. Se ve con frecuencia pobre y abandonado. a veces aun de los suyos. como se vió abandonado de sus mismos parientes en la cueva de Belén. No faltan sin embargo pastorcillos humildes que escuchan la voz del ángel. que los encamina hacia el pesebre; no faltan sencillos cristianos que se acercan al tabernáculo humilde y pobre para visitar al que por ellos se encierra en él; no faltan gentes de buena voluntad que acuden presurosas a participar del gran anuncio que ha de causar alegría a todo el mundo. Al visitar los sencillos cristianos la pobre Iglesia o Capilla donde mora el mismo Niño de Belén, lo reconocen por las señales que los ángeles dieron a los pastores. Lo encuentran puesto en el pesebre del tabernáculo por las manos del sacerdote, como en Belén fué colocado por las manos de María y José. y velado por los accidentes de pan, como en Belén estaba cubierto por los pañales de inmaculada albura. Los cristianos le visitan y sus corazones se llenan de alegría, como se llenaron de gozo las almas de los pastores al admirar la divina son- · risa del hermoso Niño que los santos esposos les permiten contemplar. ¡Felices pastores que tuvieron la dicha de ser los primeros en visitar al Rey de la gloria a su llegada a este mundo! ¡Felices igualmente las primicias de los cristianos en las tierras de misiones que han tenido la dicha de serles anunciada la venida de su Creador! El pueblo de Israel que había estado tanto tiempo suspirando por la venida del Mesías, al presentarse Este en el mundo, es recibido con gran frialdad por parte de los que se decían sus servidores. Esta indiferencia la recibe igualmente Jesucristo en la Eucaristía en las ·naciones paganas. Gran mayoría de cuantos viven junto a la Capilla o Iglesia en que se ha establecido Jesús, miran con desdén el lugar elegido por el Hijo de Dios para morada suya entre los hombres. y no faltan Herodes que, temerosos de perder su poder temporal o la influencia que tienen sobre los demás, tratan de destruirlo y hacer desaparecer la Religión que lo presenta como Salvador y regenerador del mundo. Amantes de la tranquilidad y el sosiego, trabajan inconscientes por desterrar al verdadero Príncipe de la paz. ¡Ansiosos de disfrutar del amor, pretenden clavar frío y cruel puñal sobre el corazón de quien es Rey de amor! No todo es desolación, miseria y pobreza cuanto se observa al confemplar las pobres Capillas o Iglesias de las misiones. También aquí se oyen los cánticos de gloria que resonaron en la cueva de Belén. Nuevos Magos se apresuran a adorar. al recién nacido y a ofrecerle los místicos presentes de oro, incienso y mirra. Los nuevos cristianos imitan a los coros angélicos, deseando a todos los hombres de buena voluntad paz en la tierra y entonando un himno de gloria al Señor. Los nuevos seguidores de Cristo le ofrecen también a su Dios, dentro de su pobreza, sus ofrendas, reconociéndole por Rey de los siglos y Dios verdadero, encarnado para librarnos de la esclavitud del demonio y abrirnos las puertas del cielo. Como María y José sintieron dulce consuelo cuando vieron a los pastores y magos venir a postrarse ante el recién nacido, los misioneros saborean también íntimas alegrías al ver a los nuevos católicos postrarse ante el sagrario que guarda a su Dios. Si María y José dan por bien empleados los trabajos y sufrimientos que tuvieron que sobrellevar hasta llegar a Belén, al adorar por primera vez en carne mortal al Unigénito del Padre, los misio.neros igualmente dan por bien empleadas sus energías, cuando ven que sus trabajos, juntamenté con la gracia divina, han abierto las puertas de la esperanza en los corazones de quienes estaban antes sentados en los umbrales de la muerte eterna y ahora caminan presurosos con la vista fija en la gloria del cielo. La cueva de Belén, en medio de las ·privaciones que María y José tuvieron que sufrir, llenóles de santa paz y alegría. Si nosotros acudimos al Belén del Sagrario encontraremos t a m b i é n tranquilidad y sosiego para nuestros corazones. Aunque el sagrario ante el cual nos postremos nosotros no sea tan pobre y miserable, coino lo es en algunas misiones, por falta de medios materiales, no por eso es digno de la gran Majestad que encierra. Ha elegido ese lugar para que vayamos con más confianza para hacernos partícipes de las riquezas de su amor. Acudamos a ese trono con la prontitud de los sencillos pastores y ofrezcámosle los dones de nuestro corazón para que nos guíe por el camino del cumplimiento de nuestros deberes respectivos. fr. ISIDRO BEASIAIN, A. R. Manila, febrero de 1937. NOCTURNO DE AMOR Las sombras de la noche Me separan de Ti. Cuando V!lelva la a¡¡rora Seré feliz. Dormir yo no debiera Estando cerca de Vos. No vela junto al nido sus amores El dulce ruiseñor? Me quedo aquí, me quedo, Oh mi dulce Jesús, Mientras la luna filtra hasta el Sagrario Su blanca lüz. Me quedo aquí mientras que dulce canta La brisa· en el jardín: Mientras la noche vuela silenciosa, Me quedo aquí. Contigo yo, mientras su blando beso Da esa luz bendita del Altar: Quiero adorarte y a tu lado. quiero Velar, gemir y a·mar . .. Mientras haya un aliento en mis entrañas Y un suspiro en mi amor, Mientras pueda decirte: "yo te amo", No me voy, no, Señor. Mientras pueda saber que Tu me quieres, Aquí me quedo yo. lVlientras que aquí te vea prisionero . .. Dios mío, no me voy. No vuelvas, aurora, No vuelvas, tú, sol. No vengais a turbar con vuestras luces Las dulces horas de mi casto amor. Yo aquí me quedo junto a Ti, Bien mío, Que eres mi vida que vivir yo quiero; Y aquí la dicha que gozar yo ansío, Y aquí la muerte que morir yo espero. Y aquí, Tú, prisionero, . Y. yo, a tus plantas, de tu amor cautivo, Sólo diré que, cuando muero, vivo; Sólo sabré que, cuando vivo, inuero, Fr. JULIAN MORENO A. R. VINO DE MISA LOIDI Y ZULAICA - San Sebastián Casa Central IDIAQUEZ, 5 Telegramas: LOIDI Fundada el Año 1875 BODEGAS DE ELABORACIÓN EN" ALCAZAR DE SAN JUAN (CIUDAD REAL) PROVEEDORES DE LOS SACROS PALACIOS APÓSTOLICOS Esta casa garantiza la absoluta purez:l de sus vinos con recomendaciones y certificados de los Eminentísimos y Rdmos. Prelados.EXPORTACION A ULTRAMAR ENVIO GRATUITO DE MUESTRAS Para pedidos, dirigirse a D. Eusebio Garicano en Pamplona, calle Blanca de Navarra, No. 13 Al hacer sus compras, mencione ¡¡Todos Misioneros!! Una hoja del Diario misionero. U na estampa eucarístico-misional me pedis, y he de daros gusto en ello; mas habré de hablar de cosas sencillas. <mpapadas de castos silencios, de hondas dulzuras: de la luna blanca rielando su luz sobre la nieve blanca de la llanura. y de la Hosti;l santa llenando los senos de un alma pura. Cada uno tiene su tonada; "canta el ruiseñor la alborada; la alondra, la barbechera; el charro, la charrada", y yo. m1sronero, diré mi tonada arrancando una hoja verde y olorosa del Diario de la vida oculta misionera. Era una de esas tardes que obscurecen pronto, y en que los caminos apenas blanquean. Hubo un momento en que el campo quedó mudo y sombrio. Mirando aquel paisaje hubiera dicho el poeta con melancólica nostalgia: ..... . . ... ... . . . . ... .. . . inmensidad abajo; inmensidad, inmensidad arriba. Nieve sobre los c:c:minos. Silencio y lobreguez que vino a enterrumpir de pronto un viento frío y fuerte. El sol cayó envuelto en unos crespones cenicientos cuando luchaba con unas nubes por alumbrar aquella estepa obscura. Arreció el frío. y el cierzo. en su galope triunfal. arrastró en danza macabra las últimas hojas que dormían sobre los árboles y los zarzales. No tardaron en aparecer unos copitos blancos que eran llevados de aquí por allí en las finas alas del viento antes de mancharse con el polvo de la tierra. -¿Tiene frío el Padre? -No mucho; pero. mejor será que vaya andando; detén el carrillo. Y se formaban grandes remolinos. e iban espesando los copos y emblanqueciendo la campiña en cuanto la vista alcanzaba. Los dos hombres. que acabamos de oír hablar. y en quienes se ha podido reconocer a un misionero y su sirviente. van recibiendo las crueles y resta/lantes bofetadas de vientos revueltos que juegan con la nieve como con la arena de un desierto. Nuestros viajeros han llegado a un cauce bastante ancho. bordeado apenas por una docena de álamos que levantan sus descarnados brazos petrificados en gestos de dolor. Para. alcanzar un puente. que abre sus ojos sobre las cenagosas aguas del cauce. tienen que bajar unos metros. -Junto al puente hay un puesto de ~ha; podemos aguardar a que pase la cellisca-. dice el carretillero sacudienilo bruscamente la nieve que se !e ha posado en la cabeza y los hombros. Allí. en efecto. arrimada al tronco escueto de un sauce. le••antaba no más de metro 'y medio su techumbre pajiza una mísera cabaña. Un cañizo puesto contra el viento no libraba a un poyo que había afuera de ser invadido por la nieve. Al acercarse los dos caminantes. una voz cascada les invitó desde adentro a descansar. El sirviente. que debía llevar las manos ateridas de frio. no aguardó más y dió con su cuerpo en el fondo de la reducida caseta. El misionero miró primero al cielo. y dando una sacudida a su rol'ª· desapareció también entre una bocanada de humo que buscaba salida por la puerta. -¿A dónde vais?--preguntó un viejo avellanado que estaba acurrucado en un rincón. -A Yang she-contestó el sirviente. -Todavía hay cuatro o cinco lis-. añadió un rapaz de cara sonrosada que atizaba el mortecino fuego del fogón. No había pasado mucho rato y el misionero. impaciente por llegar al término de la jornada. se puso en marcha no bien notó que había cesado de nevar. ¡El atardecer era crudo y turbio! A indicai:iones del rapaz de la cabaña. tomaron nuestros viajeros una senda borrosa que seguía a lo largo del cauce. Primera y última Comunión. Cuarenta minutos les costaría llegar al villorrio. Había anochecido y todo dormía tranquilo en la aldea. Para entonces paseábase solitaria la luna por el oriente. tratando de romper las nubes y enseñar su canto de plata. logró/o al fin, y nuestros v1a¡eros. a la pálida luz de aquélla, pudieron atravesar el villorrio y llegar a unas casitas separadas sin llamar la atención de nadie. A un golpe sobre la puerta exterior del patio, aparecieron Pablo U ang y su esposa Teresa Líou. aquellos honrados cristianos de "tipos y paisajes". -Creíamos que no podría venir el Padre. ¿Cómo está? ¿Tiene frío?-. preguntaron los dos a un mismo tiempo. El misionero empuján.doles suavemente hacía dentro. y ya entrando en la humilde vivienda, preguntó/es: -¿Cómo está la níña?-Muy mal-, repuse> la madre /levándose un paño a los ojos. _:_¿Trae el Padre la comunión?-inquíríó Pablo. -Si-, afirmó el misionero. -Pues ya está todo preparado-, dijo Teresa . . Así era. Una mesa con un lienzo blanco ocupaba el fondo de la habitación: de la pared pendían un crucifijo y dos estampas; una estera de paja muy blanca llegaba desde la puerta hasta la mesa. Reinaba una exquisita limpieza en medio de ·suma .pobreza. Mientras la madre cuchicheaba en la habitación de adentro preparando a la niña, el misionero. sacando una cajita dorada que llevaba El Cuerpo de Nue~tro Seiior Jesucristo guarde tu almn .. . colgada al pecho, colocaba la sagrada Forma sobre los blancos corporales. Ningún ruido turbaba la serenidad de aquella escena, que tenia reminiscencias de las escenas henchidas de ternura de Fabiola. Al salir la madre, entró el misionero. Alli estaba la jovencita sentada en su cama. ¡Y ésta era la niña con carita de virgen de R.af ael, caprichosa como una anémica, primorosa como una rosa de abril! Ahora, consumida por la fiebre, semejaba una de esas flores que cierran su cáliz al atardecer o mejor, parecía uno de esos ángeles de mármol blanco que ponen inclinándose sobre las tumbas de los niños. -¿Carmen, cómo estás? ¿quieres confesarte?-, preguntó/e el misionero'. Mas la niña no contestó. -Te traigo la comunión-, añadió aquél. A esta dulce palabra levantó blandamente los ojos y dijo: -Quiero confesarme, quiero comulgar. Sobre alas de oro. La oyó en confesión y salió, volviend-0 pocr;> después acompañado de Pablo y de Teresa y trayendo en sus manos una blanca Hostia. La madre sostenía a la niña y le repetia jaculatorias; el padre, hundida la cabeza en el, pecho, rezaba en un ángulo, mientras el misionero d~cía en voz clara las palabras litúrgicas. Al pronunciar las palabras, "El Cuerpo de N. S. Jesucristo guarde tu alma", y colocar la Sagrada Forma en los labios de la niña, un ·rayo de luna, resbalando en la nieve del tejado vecino, logró penetrar por el ventanillo e iluminar aquel sencillo y tierno cuadro. La madre lloraba; el padre, al pasarse la mano por los ojos, se le quedaba en la manga alguna lágrima temblando y el misionero ttwo que retirarse de alli muy pronto para ocultar su emoción. ¡Aquella fué la primera y también la última comunión de la niña! Poco después . ... Bajaron los ángeles besaron su rostro, y cantando a su oido dijeron; "vente con nosotros." Vió la niña ángeles de su cuna en torno, y agitando los brazos les dijo: me voy con vosotros. Batieron los ángeles sus alas de oro, suspendieron la niña en sus brazos y se fueron todos. (Sel gas.) Fr. JESUS SAMANES, A. R. Don .Emeterio Barcelón y Baraló, distinguido literato 11 miembro del Foro Jilipi110, autor de la letra dd Himno oficial del XXXIII Congn'.>o r:11ca1 ist.'co I11tl'rr.acional, premiada cti rniido cmicurso, al r¡111· .w' presn1taron va; ias compo.<ácioncs d1• 110 1wca.~o mérito. M. R. P. Domingo Carceller, A. R., Prior dr San Sebastián e inspü·ado músico, que a los varios laurdrs que YiL tiene ponsechados, ha sumado et de haber .~ido prr1niada, en conciirso no menos reñido, la comvosición que .~omctió al mismo con el lema "Anwr de los Amoffs" y que es la música del Himno oficial del XXXIII Congreso Eucarí.~tico Internacional. EL HIMNO OFICIAL DEL XXXIII CONGRESO EUCARISTICO INTERNACIONAL ¡Gloria a Jesús que se encierra En la hostia de bendición! ¡Postraos, cielos y tierra En rendida adoración! Venid pueblos del Oriente, Naciones todas, venid: Y en abrazo de fe ardiente A Dios-Hostia bendecid. Estrofa la. Hace ya cuatro centurias Que esta tierra filipina Se nutre de la doctrina De Cristo divina Luz. Pueblo amante de María, Antes que sus montes de oro Forman su rico tesoro Los te-soros de la Cruz. Estrofa !!a. El sol de la Eucaristía Surgió aquí tan refulgente Que a otros pueblos del Oriente Alcanzó su resplandor. Y hoy que en su cenit fulgura, Irradiando bendiciones, A esas paganas regiones Envía beso de amor. Estrofa 3a. Hoy el orbe es volcán vivo De mil odios y rencores; Envidias, celos traidores Lo destrozan sin piedad. Santa Hostia que en esta noche Del mundo fulgente brillas, Quema esas negras rencillas Con fuego de caridad. HIMNO OFICIAL DEL XXXIII CONGRESO EUCARISTICO INTERNACIONAL a Coro al unísono y estrofa a s'Jlo y dos veces AD LIB. Letra de E. Barcelón. Mi'tsi::a del P. D. Cal"ce/ler, Agustino Recoleto J. } 1 J J Ji "" 1 J DJ /IJon.~. U'. Finnemann, Obispo Auxiliar de Manila, imponiendo la medalla de oro del XXXIII Congreso Eucarístico /11ternociona/, celel>rado e1t la capital del Arclti1>iélago, al R. P. Domingo Carceller, Agustino R4:colcto. autor de la música del Himno oficial de di· cito Congreso. En la, fotografía: El Sr. Emeterio Barcelón (ext,.cmo izquierdo), mi<·m· bros del Comité Bjcctttivo y algm1os !'/'. Agustinos Recoletos. J: '1 ¡Atencion!! Sres. Sacerdotes, ¡Atencion!! "COLECCION DE CANTICOS SAGRADOS" DEL AUTOR DEL HIMNO PARA EL XXXIII CONGRESO EUCARISTICO fNTERNACIONAL DE MANILA REY. P. DOMINGO CARCELLER, Agustino Recoleto. GRAN OCASIONlll SACERDOTES. PARROCOS Y SEMINARISTAS. LABOREMOS POR EL ESPLENDOR DEL CULTO CATOLICO!!! PARA TODAS LAS FESTIVIDADES LITURGICAS Y PRINCIPALES DEVOCIONES DEL PUEBLO CATOLICO FILIPINO TAN AMANTE DE LA BUENA MUSICA. CONTIENE: Himno oficial del Congreso, 8 Tantum ergos, Veni, Creator, 19 Motetes en latín y en español, Hosannas, Stabat Mater, Sacerdos et Pontifex, Te Deum, 2 Misas, Misa de requiem, Trisagios, Rosarios Cantados, '5 Letahías, 6 Salves, Cantos y Jaculatorias a la Virgen, Villancicos para Navidad, Himnos a la Inmaculada, al Carmen, a San José, a San Agustín y a Sta. Teresita, J osephs, Avemarías, etc. etc., todo a varias voces con 'acompañamiento. Un tomo muy manual con 162 páginas de canto, tamaño, 6 x 9 con su artística portada y aprobación eclesiástica. TODO UN COMPLETO REPERTORIO PARA PARROQUIAS, SEMINARIOS Y COLEGIOS RELIGIOSOS. PRECIO MODICO. EL ACOMPAl'lAMIENTO EN PRENSA. Precio: en rústica IP'l.00. en imitación tela Pl.30. Para Provincias se añadirán los gastos de franqueo. BOLETIN-PEDIDO R. P. Superior del Convento de San Sebastián P. O. Box 156. Manila, P. l. Adjunto remito P. . ........................ para ....................................... ejemplares de "COLECCION DE CANTJCOS SAGRADOS" .. Sinceramente suyo Nombre y apellido Dirección: JESUS, el misionero, d caminanre eterno, el de los ojos adorables, que haces llorar con tus ternuras. Que vas pasando por los sembrados, desconocido, con el rormento en el alma por tu amor ignorado. Queremos coger la noz de tus manos agrietadas y que descanses en el brocal de tu Sagrario, mientras bendices las faenas de tus segadores, los Misioneros. Prefectura Apostolíca de Palawan Misión viva en Filipinas.-La administran los Agusti11oa Recoletos. Fundación en 1622.-Erigida Prefectura Apostólica en 1910, Bosques vírgenes. Bosques vírgenes y de exhuberancía tropical. playas continuamente azotadas por los mares de China y de Joló, multitud de islas, deshabitadas unas y repletas unas cien de habitantes, en forma de avanzadas hacía el resto de Filipinas, delinean el campo misional de la Prefectura Apostólica de Palawan, administrada por los Agustinos Recoletos. Tres grandes tribus aborigines, que esperan el día de la iluminación, más los adeptos de Mahoma, recordando aún sus correrías y guardando el odio de un día en la op6sicíón del presente, reclaman la mirada y la compasión de los Misioneros, que apenas pueden vislumbrar en el horizonte la esperanza de poder atraer a todos para Cristo. Doce dialectos repartidos entre los treinta mil paganos, seis mil moros y cerca de setenta mil cristianos, dificultan en extremo a los misioneros la evangelización, al tener que luchar además contra los elementos y las condiciones malsanas que día tras día van minando su salud. Labor exclusiva y constante de los Agustinos Recoletos. Y así a pesar de las luchas continuas ellos solos y de un modo exclusivo, han trabajado los Agustinos Recoletos por espacio de más de tres centurias con el valor que imprime en sus corazones la san ... gre de sus Mártires en este campo derramada por causa de la fe de Cristo. La aurora de la fe. Fué en el año 1622, cuando por vez primera se oyó en aquellas latitudes la palabra del Evangelio, que hizo resonar en sus espesuras y en sus bosques y en sus playas de cálidas arenas la primera Misión de los A. Recoletos, la primera Misión también de la fe cristiana, siendo los héroes de la jornada los Padres, Francisco de S. Nicolás, Diego dé Sta. Ana y el Hno. Francisco de la Madre de Dios, compenetrados todos del espíritu y del celo de que estaba poseído su Superior y Jefe, P. Juan de Sto. Tomás. La isla de Cuyo, y poco después la de Agutaya fueron las primeras en recibir los rayos de la fe y allí se levantó el primer templo, en el que ondeó la Cruz por bandera. A cobijarse cabe sus amorosos brazos, corrieron los naturales en el deseo ardiente de verse libres de la esclavitud y tiranía en que les tenían los Sultanes de Borneo, por el poder intermedio de los Datus de Mindanao y Joló. Su docilidad natural y la suavidad de costumbres que les hizo conservar su religión natural. a pesar de la imposición y trato durísimo de sus dominadores para convertirlos en subditos y esclavos de Mahoma, abrió paso al celo y caridad de los Misioneros y en muy poco tiempo resultó tan numerosa la comunidad cristiana, que una nueva + Mons. Victoriano Ro1ntí11, Aoustino Recoleto, I'n'feéto Apo.c;tólico de I'alaww1, FiliJJina.'i. + Misión, con los alientos de los frutos obtenidos salió de Manila para el. Norte de la Paragua, en Calam1anes. Consuelo de los Misioneros; despecho de Datus y Sultanes. Más el consuelo de los Misioneros con los frutos obtenidos y con la perspectiva de otros nuevos, se convirtió bien pronto en despecho de los Datus y Sultanes, sobre todo al incorporar por la fe aquella región a la soberanía española. Y enardeciéndose más y más su furor, el Datu Corralat de Mindanao, al que hervía en su sangre mora el rencor de la humillación. en la que le hizo morder el polvo otro A. Recoleto, insigne M isionero y batallador, el P. Agustín de S. Pedro, resolvió vengar sus derrotas en Mindanao, en los Misioneros de la Paragua. Sus escuadras bajo el mando de su hermano Toga!. saliendo de Mindanao. desplegaron sus velas hacia la Paragua: y la noche del 20 de junio de 1636, dibujó en su obscuridad los horrores de la devastación de Cuyo, con la rojizas llamas que redujeron a cenizas el primer templo católico y las casas todas de la población. mientras sus habitantes caían al filo de las cimitarras moras. y otros. sus jó· venes. eran llevados entre cadenas para servir de esclavos. Primera floración de Mártires! Entre estos últimos, caminaba también con alegría de mártir, el P. Francisco de Jesús y María, que meses después, colocado como blanco en la parte más visible de la embarcación, caía - ¡primera floración de Mártires! - acribillado por las balas. Siguió la Media Luna sus correrías, ensoberbecida en su triunfo y enardecida con la sangre derramada, y en Culión y Linapacan eran sorprendidos los Padr<'s, Alonso de S. Agtlstín y Juan de S. Nicolás, que después de un año de sufrimientos en Mindanao eran sentenciados por Corralat; y el día 19 de marzo de 1637 era ahorcado el P. Juan, siendo decapitado el P. Alonso al día siguiente. Así murieron por la fe estos tres Misioneros, considerados como verdaderos Mártires al instruirse el Proceso de su Canonización. A ellos debe añadirse el nombre del Hno. Francisco de la Madre de Dios, muerto en Cuyo por unos chinos, a quienes reprendió su vida licenciosa. Y seguían las acometidas moras con tanto furor, que algunos misioneros eran sorprendidos en sus viajes, sin llegar a su destino: como el P. Francisco de Sta. Mónica, alanceado en Calamianes por orden del Datu Achen de joló, en 1638: el P. Juan de S. Antonio, hecho cautivo en su viaje de Romblon a Cuyo y muerto en Joló después de cuatro años de penoso cautiverio: el P. Martín de la Ascensión, cautivo en su viaje a Joló, donde dió valientemente su vida por la fe en 1645 y cuyo Proceso de Canonización comenzó a instruirse en Zamboanga. La espada y la cruz. A la muerte del P. Francisco de Sta. Mónica y sin esperar ya más la ayuda del Gobierno tantas vece~ prometida y que nunca llegaba, decidieron los Superiores de la Orden dar facilidades a los Misioneros para levantar algunos Fuertes de piedra · con sus torreones para salvaguardia de la fe y de la vida de los misioneros y los fieles, conteniendo la audacia de los moros. Así se levantó primero el Fuerte de Taytay por obra del Gobierno, pero que bien se puede llamar Recoleto por la ayuda aportada por la Orden, por el título de Sta. Mónica, por las imagenes que defienden sus portadas y por haber sido atenc!ido siempre por un A. Recoleto, como Capellán militar. Así se levantaron también sin la menor ayuda del Gobierno, esos otros Fuertes a lo largo de las. costas de la ·Paragua y sus islas, que cerrando dentro cada uno su Iglesia, eran el refugio de todos en el momento de peligro. Según el P. Juán de la Concepción, A. R. en su "Historia General de Filipinas", el primero fué el de Cuyo: "IN. 77", se lee grabado en el gran saliente que oculta la puerta del E., y poco después. el de Agutaya en 1682. A estos siguieron los de Dumaran, Culión, Cagayancillo y Linapacan, todos construidos bajo la dirección del P. Juán de S. Severo, tan consumado arquitecto como infatigable misionero. Aún hoy día se nierguen altivos con admiración de propios y extraños los de Cuyo, Agutaya, Cagayancillo y el de Culión hasta hace unos años, en que fué derruido para dar más amplitud a la Iglesia, quedando solo sus torreones, para recuerdo a la historia. Reforzaronse luego con artillería, servida en todo tiempo por los naturales, como capitanes y soldados, siendo los misioneros sus Jefes supremos en tiempo de paz y de guerra, sin ceder jamás por tres centurias su puesto a las fuerzas del gobierno. Dos cañones guardan hoy día la puerta principal de la Iglesia de Cuyo y otro en una de sus torres al N. E .. como recuerdo de aquellos días de luchas y de glorias. A su sombra se hizo pujante la fe y a pesar de las acometidas constantes. nunca más volvieron a repetirse las fechas tristes y· a la vez gloriosas que segaron la vida de más· de doce valientes misioneros A. Recoletos. La aurora de la paz. Y a· se vislumbra la aurora de la paz. Y al establecer el gobierno a fines del siglo pasado algunas colonias para el progreso de la Paragua, allí van también nuestros misioneros, para servir, como capellanes militares. La primera en la isla de Balabac. extremo SO. de Filipinas y a 45 millas de Borneo, en 1858, después la de Puerto Asunción, hoy llamado Puerto Princesa. que tuvo el honor de tener como primer capellán militar y ser fundado el pueblo por el virtuoso y santo misionero Ven. P. Ezequiel Moreno, después Obispo de Pasto en Colombia. El fundó también la Misión de lnagauan y después lo que es capital de PaJawan, comenzando a construirse su Iglesia esbelta actual en 1874. En 1885 se establecieron las Misiones de Bacuit, Taytay y Tinitian. Prefectura Apostólica. Con los méritos a su favor de una evangelización exclusiva y· constante por espacio de tres centurias, la Provincia de Palawan fué .erigid~ Prefectura Apostólica por S. S. Pio X en 1910 y encomendada a los que la habían administrado desde los primeros días, siendo nombrado Prefecto el P. Fernando Hernandez. Con su renunc'.a inmediata, fué nombrado Antigua y muy notable fortaleza de Cuyo, Palawan, donde estci. enclavada la Iglesia y el Convento. Fué construído por el P. Juan de S. Severo, Agustino Recoleto, en 1751. Prefecto Apostólico el actual Rvmo. P. Victoriano Roman y Zarate, que ya había trabajado con espiritu misionero infatigable en las Misiones de Bacuit, Taytay e lwahig. A su actividad se debe la reorganización completa de las ocho Cuasi-Parroquias y seis Misiones antiguas, creando las de Aborlan y Brook's Point, como las avanzadas actuales del campo misional. Hay establecidas en Palawan dps Colonias, reservas dPI Gobierno: una en la antigua Mi· sión de lwahig, hoy Color.ia Penal, donde ejerce su celo un A. Recoleto, ·atendiendo a las necesi· dades de los oficiales y penados y a su moralización y educación religiosa. y otra en Culión, gran centro de las Misiones de Calamianes, hasta que fué convertida en Colonia para leprosos, donde desplegan su celo y caridad dos Padres de la Compañia de Jesús y un Hermano, más 16 Madre~ de St. Paul de Chartreaux. Actividad de educación religiosa. Con la reorganización de las Cuasi-Parroquias y Misiones, se han establecido en ellas las Asociaciones del Apostolado de la Oración, Hijas de María, Congregantes del Niño Jesús y Acción Católica, de donde salen numerosos catequistas para todas las Cuasi-Parroquias, Misiones y aún los más remotos barrios, tanto en la escuela dominical, como en las escuelas del Gobierno, desde: Primarias hasta High School. en Puerto Princesa. Cuyo. y Culión. funcionando también en los tres el Kindergarten. Durante varios años un High School en Puerto Princesa abrió, a cargo de la Prefectura, sus puertas a la juventud de Palawan, como las abre hasta el presente a los niños, la Escuela Parroquial de Cuyo, en un tiemyo administrada y regentada por Madres Agustinas Recoletas. Preparación para el XXXIII C. E. /, de Manila. Con la mirada fija y como preparación para el XXXIII Congreso Eucarístico Internacional de Manila hánse celebrado hasta el presente dos Congresos Eucarísticos en Palawan. lnterparroquial el primero en Cuyo y con motivo de las Bodas de Plata de la Prefectura, en los días 30 y 31 de agosto y 1 de septiembre del año pasado: y Provincial el segundo, en Puerto Princesa y con motivo de las Bodas de Plata del Rvmo. Prefecto Apostólico. P. Victoriano Roman y Zárate; en los días 17, 18 y 19 de abril de este año, al que dió el realce de su asistencia el Exmo. e Ilmo. Sr. Delegado de su S. S .• Mons. Piani, primer Representante del Papa, que llegaba a Puerto Princesa. ¡Más sacrificios! . .. Este es el campo misional en el que los Agustinos Recoletos. a costa de luchas, sudores y trabajos, han llenado sus Anales de triunfos y de glorias, con el aliento que les comunica constantemente la sangre de sus Mártires. Un campo misional con sus treinta mil paganos y seis mil moros, que no se ha saciado aún de sacrificios y de sangre de mártires. . . . . . ¿Cuando le veremos florecer en toda su extensión y en toda su pujan1a e intensidad!? Fr. F. TERRADILLOS, A. R. La con11tin1 01 /u Colonia I'erial rlr lwahig, Pa/awun, I'tirroro de l'uerto Princesa y damas de la ".-l.ei:i1h1 Católica" de aquella Capital con un grupo JJal'cial dr. alumnos de las e8cuelas riúbliea.~ 1111e of n'rir:run su Primera Comuni611 11ur rl hil.o dd -XXXIII C. R. lnl.ernacional. ¡.;¡ J<;J:mo. Sr. Delegad-O ApoBtólico, Mon~. r;. J>ia11i, y cumitiva a su /legada a P. Princesa, Q¡ .~rr ráiliidos por las ailtoridade.~ i·eligioMons. G. Piani y su Sl'cretario con algunos PP. Agustinos Recoletos, misioneros de Pnlawan. Silueta Misionera 1 ~ + Envuelta en luz divina Y caldeada por amor ete1·no, Entre amarillas mieses La silueta se ve del MISIONERO. Angel que cruza el mundo Mh·ando siempre al c:do, Es la ~ombrn que cl1..•ja proyectada Al pasar con la cruz, el MISIONERO. Caminos encharcados De amor y sacrificios y mistcl'ios. Son las huellas sagradas Signos de redención, del MISIONERO. EsPinas punzadoras, son las almas Que desoyen la voz del Evangelio Y que día tras día van formando La prolongada cruz dd MISIONERO. Mas éste dulcl.'mt'ntc Sin sentir las heridas que le hicieron Las quiere- recoge1·, por !ler el fruto Del campo MISIONERO. Así va recorriendo paso a paso De la vida los ásperos senderos, Con la crUz redentora junto al pecho, Con amor en el alma, el MISIONERO. El mundo no pregn:.a Las glorias dt> la Cru7. ni el Eva ngelio. ¡Son demasiado grnndes las conquistu, Es demasiado humilde el MISIONERO! J csús triunfó en la cruz, triunfo divino Sólo escrito en las páginas del cielo ... Así han de ser los triunfos de su historia, Triunfo:; de rulcnción del MISIONERO. F,. Santiago Vilda, rl. Ruolctv. Primer casamiento cristiano en Filipinas. Andrés Calafate, oficial espmiol de Legazpi, casó a Isabel, sobrina de. Tupas, j€fe de la isla de Cebú. • La Fe en Filipinas • Con bella y linda metáfora. pletórica de sentido y re1•eladora de su potente fuerza creatriz denominó San Agustin a la fe LLAVE. Y llave es la fe. Llave que abre las puertas del alma y hace penetrar en su interior los deslumbradores fulgores que le muestran su principio. su camino a seguir y su fin: llave que suministra el goce de la alegria· espiritual con nada de este mundo comparable: llave que facilita· el ascenso a las regiones inmortales de la bienandanza eterna: llave divina que no solo abre las puertas del mundo interior del alma 'J de todo lo que con él se relaciona sino que abre también las puertas por donde pasan la civilización y el progreso. las grandes aspiraciones. los grandes anhelos y las grandes y vastas perspectivas de ignorados y luminosos horizontes. Por eso cuando ella apareció en el mundo se verificó tan completa y radical transformación. Y ella fué la que quebrantó los quicios que sustentaban los fundamentos del paganismo y convirtió en vergel de perfumadas flores los nauseabundos pantanos de errores y de vicios. Sobre los escombros del paganismo por ella derrocado plantó la Cruz redentora. fecundó los más gloriosos anhelos. surcó los mares y descubrió nuevos mundos. iluminó ignorados horizontes y al dolor !e hizo cantar y a la alegria le hizo llorar. Esto es fa fe. La fe santa que a España llevara el Apóstol Santiago y que de tal manera arraigó y se desarrolló que rompió las columnas de Hércules que marcaban el NON PLUS ULTRA y empujó las naos de Colón y de Magallanes hasta descubrir nuevos mundos. La que áventó la cosecha encerrada en los gran.eros de España. algunos de cuyos granos vinieron a caer en este edén perdido entre los mares y que de sentina de errores y de vicios lo convirtieron en templo sagrado. en altar purísimo donde brilla con resplandor inmarcesible la Hostia santa. La fe de Cristo que a Filipinas trajera España por medio de s11s misioneros prendió y se arraigó fuertemente aquí y por ella es hoy Filipinas el blanco altar del Oriente donde es expuestc Jesús Sacrament<ido y adorado por las gentes. En este altar arden los corazones de los filipinos y derraman su perfume las sampaguitas y los azahares, las bellas flores que antes crecieran regadas por la sangre infamemente derramada en idolátricos sacrificios y ahora crecen en sementeras que fecundó la sangre de los mártires y de los misioneros, las que antes adornaran los altares de los ídolos y exhalaran sus fragancias en bacanales y en fiestas orgiásticas y ahora adornan los altares de Cristo a donde han sido transplantadas y coronan las sienes de las doncellas que, huyendo del mundanal mido, se acogen a la encantadora soledad de los clapstros para allí ofrendarle a Jesús el perfume de su virginidad. La fe católica ha hecho este prodigio, y la primera piedra que acarreó para la construcción de este altar fué puesta en Mactan el 31 de marzo de 1521 cuando por mandato de Magallanes se celebró la primera misa en Filipinas con asistencia del Rajá Colambo y del Rajá Siago. En aquel momento solemne comenzó la conquista espiritual de este país, y aquella blanca Hostia, qu; en tan memorable día brilló en los aires por primera vez aquí, no ha dejado de brillar hasta este momento culminante en el que, en acto .de adoración suprema, Filipinas entera se postra ante ella con motivo del XXXIII Congreso Eucarístico Internacional. Los agustinos, franciscanos, dominicos, recoletos y algunos más fueron los operarios que en esta viña del Señor trabajaron y a los que se debe la gloria toda de esta conquista espiritual, de esta cruzada en la que, místicos quijotes, salieron a romper con la Cmz en una mano y el Catecismo en la otra la virginidad de un viento que nunca oyó la c•erdad. Llevados de su ardiente celo corrieron de una a otra parte por espantosas y desiertas soledades, penetraron en selvas y bosques <>írgenes, navegaron por los mares y no dejaron pueblo ni rancheria a donde no llevaran la buena nueva. Discípulos de Aquél que vino a redimir al mundo, se hicieron todo para todos a fin de ganarlos a todos para Cristo, y. para ello, desafiaron los elementos más fieros de la naturaleza, lucharon con lo escabroso de los caminos, despreciaron las distancias y se rieron de los ardores tropicales de estas regiones. La palabra evangélica que ellos sembraron la regaron con sus sudores y con su sangre y de ahí que tan ópimos frntos produjera, la de hacer de Filipinas pagana, Filipinas cristiana. Y esta fe no solo produjo cambio tan radical en la moral del pueblo filipino, no solo hizo desaparecer el culto de los ídolos, la superstición y las costumbres bárbaras que en Filipinas había, sino que introdujo también los resultados todos de la civilización. Con esta fe se operó en Filipinas la extinción de la esclavitud, el reconocimiento de la dignidad de la mujer y la transformación más completa así de las costumbres individuales como sociales. Con ella se rehabilitó el trabajo manual, fuente de todas las riquezas, y, finalmente, se introdujo el progreso intelectual con la instrucción del pueblo, la fundación de las escuelas y universidades y el estimulo de los sabios. Por eso, si hoy en Filipinas admiramos a una nación completamente civilizada, cqyas costumbres paganas fueron extirpadas y cuyos habitantes gozan de las ventajas de la vida social. a la fe católica se le debe. Si hoy Filipinas es la nación católica del Oriel}te, si, es ella la· nación cuyo suelo se halla sembrado de templos y monumentos, orgullo de la ciencia y del arte, y que se levantan como flores de piedra que proclaman s~· civilización, es por esta misma fe. La Religión católica y nada más que la ReligiO.n ha hecho a esta nación ser lo que es, y por ella se yergue hoy como la Sultana sin par del Oriente cuya hermosura admiran y proclaman las nacione.~ circunvecinas. Filipinas confirma elocuentemente el aserto de Donoso Cortés de que .. la historia de la civilización es la historia del cristianismo; ·al escribir la una se escribe la otra··. Guarda, pues, Filipinas, en el relicario de tu corazón el tesoro tan preciado de la fe que te trajera la gon[aloniera de Cristo, la España católica. Obra de la fe es el estado de civilización y de cultura en que te enrnentras y por ella te hallas convertida en un altar ante el que gentes de todas partes venidas se postran ahora para adorar a Jesús Sacramentado. Guárdala, con cariño y con amor. Y que esta fecha memorable del XXXIII Congreso Eucarístico Internacional, que se escribirá con letras de oro en el libro de tu historia, marque una nueva era de triunfos y de gestas para la causa santa de la fe a la que debes lo que hoy eres. Fr. Agustin R. de Sta. Teresa de Jesus A.R. Convento de Bacong, Negros Oriental, construído por el que /i~é dignísimo Obispo de Jaro, Excmo. Mons. Leandro A rrué, Agustino Recoleto. Iglesia de Sibulan, comenzada a construir por el R. P. Cabafias A. R. y terminada por el P. P. Echererría, A. R., ha{2;· modificada y grandemente hermoseada por el R. P. Anto iio Armendáriz, A. R., que en la actualidad ejerre allí el ministerio 7)u.rroquial. lglcaia parroquial de Dmtin, Negros Oriental, obra clel R. P. Mcmuel Navarro A. R. En stt interior se han introducido muy notables mejoras por el actual Cura Párroco, P. A nto. nio U,llate, A. R. Grupo de cilgunos Padres Agustinos Recoletos que trabajan en la, Isla de Negros Oriental. Son, de izquierda a derecha, sentados: PP. Antonio Armendáriz, Fermín Samanes y Juan Lorenzo. Df. pie: PP. Antonio Ullate, un Reden_torista, y Máximo López, A. R. "Dos Soledades" Eran las cinco de la tarde. Me acuerdo como si fuera ayer. Y ya han pasado tantos años ... No había flores en el jardín. Ni las •golondrinas chirriaban ya en las cornisas del convento. Se pasó la primavera y el verano, y llegó. el otoño con sus tristezas. ¡Qué paz tan augusta! ¡Qué tarde de piedad y de anhelos celestiales! Acompañaba por última vez a aquel amigo del alma. aquel hermano del corazón que ya no volveré a ver mas en este mundo mortal. Los paseos de la huerta. como claustros conventuales. Paseábamos en silencio. Apenas hablamos. Las almas se querían decir tan tas cosas ... Sólo me atreví a decirle: -Oye. Carlos ¿te acuerdas de aquellas ilusiones que tantas veces soñamos? Ya ha llegado para tí la realidad. Dentro de un momento te marchas. ¿Cuando nos volveremos a ver? ... -Calla: no me hables así, que me vas a conmover. Es el momento de aparecer sereno y dueño de sí mismo. Aquí o allá nos hemos de ver,-dijo terminante, elevando la vista al cielo. Y o le tenía un cariño grande, y a la vez le admiraba casi con respeto por una reserva delicada de sus sentimientos, que procuraba acuitar en un esfuerzo de vencimiento, de valentía y de nobleza. (Re:cue:rdos de: mí juventud) Callé también, respetando aquel ~ilencio saturado de lágrimas reprimidas que me daban a mi el valor que necesitaba. -Vamos adentro que nos estarán esperando,-dijo después cortando toda intimidad. En su alma se sentía la zozo-. bra de los úÍtimos momentos, ese desasosiego y excitación que hace respirar fuertemente y le pone a uno· en el trance de evadirse o evitar la temible despedida. -Tienes que ir a despedirte del P. N ..... -le dije. -Si, me ha dicho que vaya un momento. Vamos los dos mientras bajan las maletas. El anciano estaba en la celda y nos .esperaba. Ambos teníamos los mismos sentimient.os de respeto y cariño filial para aquel Padre, y entramos juntos. -Adios, Padre-, dijo Carlos -me marcho ya, el auto me espera en la puerta. Pero antes su bendición y su abrazo, los últimos quizá ... -Adiós, hijo,-respondió el anciano. - Y acercándosele como queriendo envolverle en la bendición de sus ojos y de sus manos, le dice con una corriente de ternura que llenó mis ojos de lágrimas: -Vas a China, hijo mío, porque te manda la Obediencia. Vas a la soledad del corazón. No te olvides de esto: Soledad del corazón. Desde ahora . . . . Dios y tú y nadie más. No te olvides. . . Dios y tú . . . Adiós. Cayeron temblando esas palabras de sus labios venerables y en mi corazón se fijaron corno palabras de Dios. Carlos estaba pálido, inclinada la cabeza bajo la impresión de aquellas palabras y una intensa emoción corría por todo su ser. Le cogí del brazo y vi que salía llorando. -¡Pobre Carlos-le dije.-valor! Ahora es el momento de ser un héroe. Sonrió con tristeza y me dijo con amargura dulce y cariñosa: -Tú siempre tan bueno. Y a lo sabia yo todo eso. Voy contento porque cumplo la voz de Dios. Pero no es bastante, mientras no haga un sacrificio mayor. Lo que voy a nacer allí, te, lo voy a decir aquí. Lo has oído como yo: soledad del corazón. Hay que sacrificarlo. La primera víctima, la más culpable, el corazón. Tengo que sangrado. IVle vas a perdonar. También a tí te dejo ... ¡adios! ¡Pobre amigo! Qué cargada tenía el alma de sollozos que no pudo contener. Y sin volver la cabeza, ni darme el abrazo que yo tanto deseaba. se alejó por el pasillo, entrando en el automóvil que le esperaba en el portal. Debo confesar mi poca virtud. No sentía los motivos tan fuertes como mi amigo y hube de sentir su despedida tan imprevista. Sin embargo, aun corrí hasta la ventanilla del automóvil y le dije con entusiasmo: -Adios, Carlos, adios: se van los valientes y aquí quedamos los cobardes, los rancheros del ejército de Cristo, los que soñamos mucho y no hacemos nada. . . . adios para siempre!!! -¡Los valientes-, dijo con tesón, volviéndose con un ademán de elocuencia y serenidad que me infundió un valor jamás sentido. -¡Aquí están los valientes! ¡Rancheros del ejército de Cristo!, no os olvideis que tienen que comer y vencer los Tercios del ej.,rcito de Cristo, que quedan.en España entrenándose y preparándose para la gran Cruzada misional. Todos, los soldados del frente y los del cuartel, trabajamos por la sagrada causa. ¡ Dadles de comer y dadles valor para que ellos y nosotros no desfallezcamos y avancemos en el nombre del Señor! ¡Adios! Pasaron al-gunos años. Carlos vivía en sus misiones. País de soledad y de grandeza. Campos sin cultivar, campos místicos, donde las almas crecen y mueren en la noche más horrenda. ¡Cuánto me acordaba de Carlos! ¡Cómo resonaban aquellas palabras del anciano Padre en mi corazón! No podía olvidarlas. ¡Soledad! ¡Soledad! .. : Y atenazaban mis ímpetus que tarnbien querían volar. Cobardía. Tenía miedo. Un día recibí carta de Carlos: "Me preguntas, decía, por mis "ocupaciones, por la mayor cruz "de mi vida misionera. También "me recuerdas aquellas palabras "del P. N .. que tanto nos conmo"vieron a los dos. Te he de con"fesar que es una de las mayo"res cruces del misionero. pero es "tambien la fuente de todas sus "alegrías. Aquellas otras pala"bras. . . Dios y yo ¡cuántas ve" ces me han conmovido y cuántas "otras me han fortalecido! El P. "N. tenía mucha experiencia de la "vida misionera. "Ahora todos mis cristianos es,' tán en sus ocupaciones agríe o~ "las. ¡Qué solita mi capilla! "¡Qué sólo Jesús en el Sagrario! "¡Qué sólo también me encuentro "yo! Pero estando Jesús y yo' "ya no estamos ninguno de los "dos sólos. "Yo quisiera. mi querido Luis. "consolar la soledad de Jesús' Si "supieras lo que es vivir sólo. sin "un confidente. en quien desaho"gar el alma! Muchas almas re"paran los ultrajes a In Eucaris"tía: otras reparan el Amor. Yo "quisiera reparar la soledad de "Jesús en el Sagrario! Que nun"ca k falte un amigo en quien "descansar. Las delicias de Dios "son estar con los hijos de los "hombres. Jesucristo es el buen amigo. Bien me ha manifestado "y probado su amistad. Ha muer"to por mí y hace maravillas por "mí. 'Nosotros ·debemos probarle "también nuestra amistad. Yo te "pido que hagas algo por conse.. guirle otros amigos. que le con" suelen en su soledad. Aquí tenemos muy pocos Sagrarios. "Pero por ahí. cuantos hay!-Y a "veces todo el día solos. solitos. "sin un alma que le comprenda y "le compadezca.... ¡Pobre Je"sús! ¡Cuántas veces se podía "quejar de nosotros! . .. " Hé aquí parte de la ca'rta que mi buen Carlos, después de hacerse esperar tanto tiempo. me mandó de sus misiones. Confieso que me conmovió y. según mis fuerzas. procuré cumplir los consejos del amigo. Al poco tiempo. nos llegó una noticia fatal. Carlos acababa de morir. en medio de su Misión. Lleno de juventud. cuando empezaba a dar a su vida todo el valor que había acumu1ado en su corazón. Se cumplió en él lo que tantas veces me recordaba por las huertas del Convento: "Cruzar mares. escalar montes. salvar almas . y morir" En los vaivenes de la vida. tuve que seguir los mismos pasos que mi amigo. Visité las misiones a la ligera. Vi los trabajos de los misioneros. Crucé los caminos largos. interminables. entre polvaredas de arena. En todos los rinconcitos. veía que el misionero era el Padre de todos. El que los consolaba. los fortalecía. los defendía. O vejitas de Dios. con él bebían los sinsabores de la vida. El que. suavizaba las rudezas de sus peHermoso A ltur Mayor de nuestra, Iulesfo de Esca/ante, Filipinns, de donde es Cura Pár1·oco el R. P. Juan La vaca, A .R. Cazadur de Almas ( Jculto 1·:-l:'i .11·.;Ú;-.; t r ;i.; 11,., n1:'-'al( :1•1·1 l1ut l'\1°1 •!i>l ,lt1\1n· ya 1lnr('cido; ;\ la :-:onil11·a 1L · •-.;fH·.;o:-: 1~1;1 i u1-ra\('.; l .a :djal1:t t'1111 1<1 :-c [J..!'ha.; h :1 (•:-:co1ulid11 \';111 ll< ·1..':<111d11 a llh<·IH rll (·."', p ud!•l'(1:-:~ t.'­ I . l" :tl1na.; 1·11 f,;11H!a,J;1 ;-; p l 11 tor<':-i(:;1:-: ...\ !wl1Pr 1·11 1·! l'Ú liz ik l·a:-: ro:-:a:-: IJ1·l r(lcín d(· :111111r la :-: g·1¡t a :-: fn·:;(';J:-:. A< ·l·(·hala:-- .J i·.;Ó.; 1·111l Lt .~·011ri . ...:a 1 ':11 .; u:-: din11(1s la bio.; rl'lnttada; Ya h:t tna11ilad o calla r a l ·\- i (• 11 t (J y ln·i.;;1, l 'u n¡u1 · ¡io ~; 1· t ranqu il;. la l.a1 1rlad;1 Silencioso las ffl'!'has ha tumado Y el arco ha dirigido a los zarzales; Ya la flecha t·n los aires ha silbado, Se han teñido de sangre los rosale~ ! Jesús ve dos palomas en el suelo Que aletean cm sangre enrojecidas; Las toma con amor, con dulce anhelo, Y sana con un beso sus heridas!! Atraed, atraed a Jos rosales Del huerto del Amor blancas bandadas, Que oculto está Jesús tras los zarzales y las flechas preparadas! Fr. Serafín Prado, A. Rt cofrto. nas y disgustoJ, El que convertía sus amarguras en dichas y esperanzas. d hombre de lJios. el misionero, Embajador de Cristo, solo le interesaban los mensajes de Dios para las almas. Y las almas. sin treguas ni descansos. sin comprender sino sus intereses. se abastecen de la felicidad de las manos del misionero. Sacar. sacar aguas del pozo. sacar bondades del corazón, y marchar despues contentos, muchos quizá olvidando. al bienhechor. Y allí queda el Misionero. solo con su Uios. despues de agotar sus caudales. en su presencia, para llenarse y vaciarlos otra vez. Soledad de Dios. Soledad del misionero en el rincon olvidado. Cuántas veces has llorado la ingratitud, la incomprensión de los que te rodeaban. . . Igual que Jesucristo. Pero ere~ hombre. Y el hombre tiene sus exigencias. Trabaja y se fatiga. El hombre es hombre con sus alturas, con sus bajezas. con sus desgarraduras .. Belleza suprema que se forja amasada con la propia cangre en las sordas maceraciones que ::e traban en el castillo interior de cada almal La soledad es la fragua mejor. para hacer muchos martirios. Soledad del misionero ¡si tu pudieras hablar!. En estos homenajes mísioneroeucarísticos. me han asaltado las dos soledades como el recuerdo más puro de mí juventud. Anciano y achacoso. ·con las manos junta::; y de rodillas, ruego a las almas. ¡Almas compasivas!: reparad la soledad de Jesucristo en el Sagrario. Visitadle y amadle sin medida._ , ¡Almas compasivas!: sentid la soledad del misionero. Orad por él .... De mi convento El amigo del misionero. Grandiosa Iglesia de Y.ito-Sagay, Fili}Jinas, comenzada a construir J'ºr el R. P. Gregorio A¡>erte, A.R. 11 ·llevada a feliz término ])Or el actual Cura Pár·toco, R. P. Tirso Ruana, A.R. Los Agustinos Recoletos en China El día 4 de abril del año 1924 ponían la planta en la Misión de Kweitehfú los primeros Agustinos Recoletos. Eran seis jóvenes animosos, primicias de la Orden en este territorio, y vanguardia del 9rupo no pequeño que había de formarse con los años. Con ellos se aumentaba el cuadro de honor de los campeones de la fe en esta porción de la Viña del Señor. tan predilecta de la Iglesia. Y los Agustinos Recoletos veían satisfecha una aspiración secular, tan imposible de realizar como acariciada con ilusión desde los tiempos gloriosos de los mártires del Japón. Y se pusieron 'a trabajar ..... Nadie ignora que las misiones en países de infieles ofrecen al Misionero novel obstáculos y resistencias que parecen imposibles de vencer. La lengua de los indígenas, sus hábitos y costumbres peculiares, todo, en fín, lo que entendemos por medio ambiente. Tampoco desconoce nadie que la aclimatación moral a este ambiente nuevo requiere sacrificios diarios. innumerables. Y o he llamado a este nuevo noviciado, nacimiento nuevo. Se comprende fácilmente que para ello se necesite una dosis considerable de buena voluntad y de gracia divina. En todo caso mucho tiempo. Pues ello no obstante, a los seis meses ya tenían los Misioneros abiertos dos distritos con dos Misioneros al frente de cada uno y el imprescindible. séquito de catequistas de ambos sexos. A los sie-. te ya había sido reforzado el primer grupo con una nueva expedición de cuatro religiosos más. Al año justo ya se había inaugurado en la ciudad de Kweitehfu la casa central, de nueva planta; se había comprado terreno junto a la estación del ferrocarril, punto estratégico que había de ser aprovechado andando el tiempo para instalar en él la escuela de catequistas; se había abierto en la ciudad un catecumenato pára mujeres, con edificio nuevo; se habían organizado otros dos distritos, Ningling y Siayi, que. con los dos anter:ores sumaban cuatro, y finalmente, se habían recogido los primeros frutos del apostolado, tan briosa y felizmente comenzado, consistente en unos cien adultos bautizados, incorporados a la Iglesia por los noveles Misioneros. Los trabajos del apostolado se habíall comenzado bajo auspicios muy felices, y la vida de la Misión tomaba incremento y lozanía inusitados. No parecía sino que el Señor se complacía en empujarla por caminos festoneados de rosas. Hasta las Autoridades de la Capital nos distinguían con su amistad y benevolencia. Fué por este tiempo ( fcha. 24 de octubre de 1925) cuando la Santa Sede, en Uocumento emanado de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, nos hizo el alto honor de declarar que el tiempo ad experimentum había concluido con satisfacción, y que, a partir de la fecha, todo el territorio a nosotros encomendado quedaba declarado Misión independiente, con todos los privilegios que a las de igual categoría se suelen conceder. Dos años después, 7 de julio de 1927. esta declaración, tan honrosa para la Orden, recibía su complemento y colofón con la altísima gracia, debida también a la misma Sagrada Congregación, de elevar la Misión a la categoría de Prefectura Apostólica, nombrando para el cargo al hasta entonces Superior Religioso Fr. Javier Ochoa del Carmen. Era la meta de la segunda etapa que los Recoletos ganaban a fuerza de tesón y perseverancia. Y con el ánimo fortalecido por gracia tan singular se disponían a recorrer la siguiente. la más penosa. pero la más fecunda, cuando el Señor tuvo a bien darnos a gustar el pan de la tribulación. + Mons. Javier Ochoa, Agustino Recoleto, Prefecto Apostólico de K weitehf11, China. + Siempre he creído que "lo que mucho vale mucho cuesta", según atestigua tan bellamente el refra· nero de Castilla, y que las empresas grandes, si son agradables a los ojos del Señor, llevan indefectiblemente el sello de la contradicción. Y la contradicción en este caso fué el movimiento nacionalista que se desarrolló en el país desde 1926 a 1928. Uno de los puntos fundamentales que traía en su programa la revolución fué la eliminación en la vida nacional de todo género de elemento extranjero. Los chinos lo concretaron así: "abajo los extranjeros', 'ºChina para los chinos". Y las consecuencias no se hicieron esperar. Las Misiones fueron el blanco predilecto de los revolucionarios, que. mientras duró el fervor nacionalista, tiraron al corazón de las mismas. La vida del apostolado se vió obstaculizada en todas sus ma- · nifestaciones. Fué imposible mantener ninguna clase de organización en los órganos y resortes de la predicación. La propaganda católica se cortó seca y violentamente. Con lo cual el florecimiento de las Misiones, no sólo no se pudo acrecentar, sino que se vió considerablemente mermado por este movimiento de hostilidad. Si algo quedaba en pie, las guerras civiles que asolaron el país durante varios años, una vez terminada Ja revolución, con su secuela inevitable de confusión, vinieron a rematar esta obra de acoso y exterminio. De tal manera, que bien puede afirmarse, sin temor a exagerar. que desde el año 1926 hasta el 31 las Misiones, no solamente no progresaron nada, sino que retrocedieron una porción de años no escasa. Los Vicariatos y Prefecturas más antiguas resistieron el ataque con menos estrago por lo mismo de que contaban con más elementos. L3s Misiones de reciente creación, cual plantas de poco arraigo, vieron casi desaparecer hasta los más pequeños signos de vida. En este caso se encontraba la Misión de Kweitehfu. Y por eso estampábamos arriba la afirmación de que la etapa a recorrer por la misma a partir de su elevación a la categoría de Prefectura, era la más bri.llante hasta ahora, pero al mismo tiempo la más dura. Para darse cuenta de la labor realizada en estos seis año:S ( 1931-37) conviene no olvidar el dato de que, iniciada la revolución en-el país, los trabajos de propaganda no se pudieron reorganizar hasta el año 1931. Puede decirse que todo lo que se ha hecho en la Misión se ha hecho a partir de esa fecha. Los dos años anteriores a la revolución fueron apenas Profesores y jóvenes seminaristas de Ku•ótehfu, China, que se están preparando ¡Htra el Scu:.-:rdocio. .. ... Novicias de la Congregaci6n de Catequistas Agustinas de Cristo Rey, con stt Maestra. Kweitehfu, China . suficientes para que los primeros Misioneros adquirieran apenas la preparación más indispensable para la propaganda religiosa. Se puede, pues, dividir, según esto, la vida de la Misión en tres épocas perfectamente definidas. Primera ( 1924-27): época de preparación y, por lo mismo, de actividades poco intensas y fructíferas; segunda (27-31 ): época de revolución y persecución sañuda: la propaganda se hace imposible, y, lejos de adelantar, se pierde la mayor parte de lo anteriormente conquistado; tercera (31-37) : es la época de actividad continua y triunfos insospechados. A esta época se debe todo lo que se ha hecho en la Misión, y que vamos a resumir lo más brevemente posible. Trabajan en la Prefectura 15 Misioneros, todos Agustinos Recoletos, llegados a la República en distintas expediciones. Hay 6.400 bautizados, la casi totalidad de los cuales son convertidos del paganismo. Se cuenta con unos 150 catequistas de ambos sexos, que instruyen actualmente a unos 2.000 catecúmenos. Han venido en distintos años a compartir las tareas del apostolado con los Misioneros, 6 Agustinas Recoletas; con su ayuda valiosa se ha organizado la Santa Infancia, que cuenta con unas 70 niñas recogidas, locales de nueva planta y amplio terreno. Funciona un Seminario con una matrícula de unos 35 alumnos, latinistas la mayor parte, aunque también cursan los estudios mayo• res cuatro, dos en China, en el Seminario Mayor de Kaifeng, y dos en Roma, en el Colegio l-ontíficio de Propaganda Pide. Se ha erigido un Noviciado, siquiera no sea todavía canónicamente, para los seminaristas indígenas que se sientan con vocación a la vida religiosa, de los cuales han profesado ya tres la Regla y Constituciones de los Agustinos Recoletos, y cinco se preparan actualmente para ingresar en el Noviciado. Se ha for¡nado una Congregación de Religiosas para vírgenes indígenas con el título de "Catequistas Agustinas de Cristo Rey", habiendo ya profesado en ella nueve jóvenes y quedando aún bajo las reglas del Noviciado cuatro más. Funciona, finalmente, una escuela de catequistas de varones, que cuenta 25 alumnos actualmente, y que ya ha dado su fruto en la persona de 15 jóvenes, que el año pasado terminaron su formación moral y c1e11tífica y que hoy son catequistas en activo. La Misión se halla dividida en nueve distritos para la mejor administración en lo eclesiástico. correspondiendo a cada uno de ellos una población aproximada de 250.000 habitantes. Son edificios de nueva planta, construidos recientemente, todos los de la Misión central, excepto el Seminario, entre los que se cuenta la casa para los Misioneros, el convento para las Religiosas, la Santa Infancia, la iglesia, las escuelas y casa para los cristianos y servidumbre; todos los de la Misión de Chutsi con casa para él Misionero, capilla y pabellones de la. escuela de catequistas; los de la Misión de Ningling; los 'de la de Siayi; los de Palichoang, entre los que descuella: por su tamaño y solidez la iglesia; la casa residencia del Misionero en: 1 La maestra de novicias con las postul!Lntes a la Congregación de Catequistas Agustinas de Cristo Rey. (l>refcctura Az1ostólica de Kil'f'.itehfu, Ch:inaj H uchiao y la actual capilla de Yuncheng. En los demás se usan casas chinas alquiladas y adecentadas en lo posible. En algunos distritos, donde por causas imprevistas e insuperables de momento no ha sido posible edificar nada, se va comprando poco a poco el terreno, donde han de ser emplazados los futuros edificios. Finalmente, hay diseminadas por todo el territorio de la Prefectura unas 200 escuelas de religión, a donde acuden unos 2.000 catecúmenos adultos. que se instruyen en las verdades de la Religión bajo la acción directa de 150 catequistas de ambos ·sexos, vigilados, dirigidos y controlados éstos por los Misioneros. El porvenir se presenta risueño. Humanamente hablando, no falta ningún resorte de importancia para que la Prefectura coseche abundantes frutos. Tiene fundamentos sólidos. Sobre ellos puede caminar, contando con la gracia divina, aprisa y con confianza. Pues para que se estime en su justo valor este panorama, es necesario añadir aquí que todo lo que es el territorio actual de la Misión no tenía, a la llegada de los Recoletos, más que unos 600 cristianos, esparcidos por los cuatro puntos cardinales y en un estado moral lastimoso, por falta de Misionero. Es necesario. además, repetir, porque lo hemos mencionado antes muy a la ligera, que lo hecho hasta ahora, que es lo arriba expuesto, es la obra llevada a cabo casi en su totalidad por los Agustinos Recoletos en seis años solamente. Fr. Mariano Alegria de S. José. A.R. Algunas flores del vergel de la Santa Infancia de Kweitehfii con las Misioneras Agustinas Recoletas que tan bien saben cmdarlas. • La antigua plaza de Palacio, hay denominada de McKinley, que da frente, por uno de 81t8 costados, a la Santa 1 glesia Catedral de Manila. En el ce>1tro ele esta bella plaza d• traza típicamente espmioltr., se yergue majestuosa la estátua dt Carlos IV, Rey de España, que di6 a Filipinas el don benéfico de la vacuna. Grnpo ¡mrcirLl de PI'. Agw;tinos Recolef.nf) que eJercen el ministerio parroquial en Negros Occidental, Diócesis de Bacolod. con los piadosos es1wsos Sres. de Herrera (don Pal:ricio) que tanto favorecen a las misiones de los PP. Recoleto.,;; d(' Ku:eitehfu , China. Son, de izquierda a derecha, sentados: PP. Amado Lope, Leandro Nieto, los esposos Herrera, Luis A.lvarez, Paulina Jimenez. De pie en el mismo ord<n: PP. José García, Julián Arzanegui, M. Echauz, Joaquín González, Felipe Lerena y Juan Lavaca. (Salmo) Jesús, Jesús! Y a he llegado a tus campos de mies. Y he visto las llanuras inmensas que tanto entristecen tu corazón. Y como Tu, he sentido honda tristeza, al ver tanta maleza entre los granos de trigo. Cuántas almas, cuántas almas . ... ! Se pierden los ojos en las lejanías sembradas . .. y se enciende el deseo en la llanura sedienta . . . . Cómo se afanan los segadores! Señor, Señor! Aquí me tienes ahora para Ti. con los brazos abiertos para coger tus gavillas. Que tengo impaciencia, Señor! Quiero correr por tus rastrojos amarillos. Quiero correr tras la ovejita errante y sin camino. Cuántas van desmandadas! Con hambre y sed, entre el polvo de tanta miseria; llagadas con tantas heridas. van caminando sin rumbo. Y están fuera de tu redil. La; que te hacían llorar. Jesús. porque no tenían pastor. Cótno se perturba la llanura y se muere el paisaje! Y una nube :de siniestros resplandores se va tendiendo en derredor . .. Pobres ove jitas que se pierden en las lejanías . .. 1 Cuántos instintos perturbados en su alma. Y en su carne magullada, cuánta miseria: cuánto dolor y llanto en estas heladas invernales .... Y dentro de esta corteza burda, dentro de esos vellones desgarrados. está la flor •. está el alma que Tú has. hecho, Señor! No saben lo que quieren, pero es el anhelo de Ti. Se están muriendo porque no tienen el Pan de Verdad que eres Tu. Estás triste, Señor! Tu tienes en los ojos el tormento de las almas. Y tu corazón no cesa de sangrar como en el Calvario. Que están tan cerca de Ti y no saben que Tu estás ahí. Que no saben que Tu eres el Cristo. Que tu eres el Redentor. Que Tu eres la Hermosura sublime y atrayente. Que Tu les podías dar de comer. Y calmar la sed del alma. No saben que Tu mueres por ellas. Y que siendo Dios. por ellas te has hecho Hombre. Señor/ Que no te conocen. Y es tu campo este donde florecen! Cuánto mal hizo, Señor, tu enemigo en estos tus sembrados/ Y ya brotó su cizaña. Dónde está tu simiente, buen Sembrador, que sembraste aquella mañana? Se ahogó el bien y brotó con vigor el mal. Y las almas están muertas para TI . .. Jesús, que resucitaste tantos muertos. Que curaste tantos leprosos. Que corriste tántos senderos de sangre y de polvo. Que se llagaron tus pies; se entristeció tantas veces tu corazón. Jesús, hermano del hombre! Que tienes sed. . . Y no se apaga tu sed. Jesús, el misionero, el caminante eterno. El de los ojos adorables, el que hace llorar con sus ternuras. Que vas pasando por los sembrados, desconocido, con el tormento 'en el alma por tu Amor ignorado. Jesús, pobre y cansado por la fatiga del desprecio y del olvido! Des.cansa, Señor . .. ! Descansa y no te alejes de nosotros. Pon en mis senderos el dolor de tus huellas, que santifiquen mis pasos. Y en mi alma, Señor. pon ese anhelo divino de redención. Quiero coger la hoz de tus manos agrietadas. Quiero que descanses en el 6rocal de tu Sagrario, mientras bendices las faenas de tus segadores. Quiero partir tu Carne, tu Hostia Inmaculada que relumbre en las tinieblas de tantos ciegos y requeme los gérmenes de tantos enfermos ... JESUCRISTO!!! Que mueres por todos. . . Que todos vivan por tu muerte. Enciende y reseca estos sembrados inmensos. . . Que si no sale el sol, no amarillea la mies. Y que vengan mas segadores . .. ! 1 Segadores . .. ! Los sedientos! Los que teneis sed de Dios, venid todos, en las manos una y otra cruz en el corazón! Que la tarea es dura, que el campo es inmenso, que se acerca la noche y hay que hacer con el mundo una corona de gloria a Aquel que es: EL REY INMORTAL DE LAS ALMAS .......... . • Canto la historia sublime Del sublime Misionero: El que al universo entero De la barbarie redime; El que una Cruz s6lo esgrime Como arma para vencer; El héroe que sabe hacer De su heroísmo bendito Todo un sendero infinito Que en Dios se marcha a perder. ¿Lo visteisr. . . De madrugada Sali6 hacia la obscura selva . .. ¿ Volveráf Tal vez no vuelva Y de él no se sepa nada. H all6 el camino de entrada A las regiones salvajes, Y hoy en aquellos parajes, Es abeja el Misionero: Y se queda prisionero Del panal en los encajes. Oh! Qué inmensa perspectiva Aquellos campos le ofrecen Que la miés ante él acrecen Como sombra fugitiva! Le tiembla el alma, cautiva En esas tristes regiones De ruina y desolaciones, Y sobre ellas es preciso Levantar un paraíso Con piedras de corazones. EL MISI Por entre el mirar guerrero De una siniestra pupila Que, inquieta, rueda y oscila, Como buscando el acero, Se abri6 paso el Misionero; Y con la Cruz en la mano Quiere troca~ en hermano Al poblador de la selva, Para que ella le devuelva El don t:(e un nuevo cristiano. Mas, qud fanea tan ruda Lq que el Misionero emprende; Y una y otra vez pretende Mudar lo que no se muda! ... ¡,Es la fiera que se escuda, Cuando herida se sintió Sobre el rugido que dió: Y,· en los últimos zarpazos, deja Deja tendido en pedazos Al cazador que lri hirió? ... A sí, en noches de desvelo, El Misionero ha soñado: Y en sueños, ha contemplado El mar, el bosque y el Cielo: Tres confines de su celo Que, en misterioso _lenguaje, Brindábanle este homenaje: El mar agua de bautismo: El bosque más cristianismo Y el cielo, Dios al salvaje. •• En su patria la SA BA N .4 Con sus pobres rancherías: Para él las noches son días Det¡.de la hora más temprana; Y cuando siente cercana La luz de la redenci6n, Es tan grande su emoci6n Que, presa de gozo tanto, Abre los ojos al llanto, Desahogando el coraz6n. No sabe d6nde habitar, No tiene, n6, qué comer: Hoy, como el día de ayer, Solo quiere misionar: Tiene aún almas que salvar Y a la suya él las prefiere, Pues viva lo que viviere Este ideal él persigue: Ver si ganarlas consigue Para Dios, con lo que fuere. Cuántas rwches lo han mirarlo, Pasando a la vera de ellas, Envuelto en besos de estrellas, Las fieras del despoblado! ... Y cuántas le han acecharlo Los fantasmas de su suerte! Pero él, con ánimo fuerte, Todo lo desafió, Porque su vida vendió Para compararse la muerte. •• Cuanto más 11 más se acrezca La barbarie aterradora, Su empresa es más redentora, Sin que jamó.s desfallezca. Para que desaparezca De la tierra el Misionero, Es necesaJ"io primero Ganar, para Jesucristo, Al último que se ha visto Bárbaro del mundo entero. Abrid paso, hombres del día, A ese héroe soberano Que,. con la Cruz en la mano Os pide ciudadanía. Ciudadano él, os envi·a, En retorno de bondad, Hombres a vuestra ciudad, Arrancados riel boscaje. .Sí: ved en cada salvaje Un triunfo de humanidad! Canto la historia sublime Del sublime Misionero; El que el universo entero De la barbarie redime; El que una Cruz sólo esgrimt: Como anna para vencer; El que vive para hacer Con toda la raza humana Una familia cristiana Que sepa amar y creer! . .. Fr. ANGEL SAENZ, A. R • • Nave Central de la Basílica. a consecuencia de la furia de los elementos, que en breve era reedificada con más solidez y e>;legancia. Mas la nueva obra, no obstante su mayor consistencia· subsistió poco tíempo quedando tan mal parada en el tristemente memorable temblor de 1868 que fué preciso destruirla por completo para evitar desgracias que pudiera ocasionar su total derrumbamiento. . Las dificultades para construir una nueva Iglesia aumentaron, pero al par que ellas se multiplicaron también las energías de los . PP. Re.coletos y as! el año 1868 pudieron ofrecer de nuevo a la Virgen d~l Carmen una morada más magnífica y elegante. Aquella hermosa Iglesia levantada a fuerza de i_ mmensos sacrificios quedó destruida completamente por los horrorosos temblores del año 1880. Prueba elocuente del amor a la Madre de Dios que en todo tiempo ha distinguido a la Orden de Agustinos Reco .. Jetos y exponente preciosos de todos sus sacrificios, celo y entusiasmo desplegado a lo largo de tres siglos para extender por el Archipiélago Filipino la devoción a la Virgen en su advocación del Carmelo, es la bellísima Basílica que se alza esbelta en la Plaza del Carmen de Manila. Pocos datos existen en los Archivos de la Orden de las Iglesias que han existido en el sitio donde hoy admiramos - est~ que es la cuarta que- los PP. Recoletos han levantado en el cor to espacio de un siglo escaso. En efecto¡ en 1859 quecló arruinada una hermosa Iglesia Detalle de la misma. Comunidad dr T'l'. Ag11sfi110N U1·rolctoN dt' Sa•1 Sf•l1asti<h1 , Ma11i/a. D1• iz1111i1_•rda a dcrt.'t'ha .~('11tados:--RR. 1'/'. / ,11is lfrrartr, Domi11go Ca1t'dlr,., l ' rrsid1•nf1', M. ll. /'. 1.rotir io ll"ta. Ptol'incia/, Tihurt'iO F1•n1thtd1·z 11 Marti11 I.1•.<JaFO. De ¡1Í1; r r> d mismo ordl"lr: HU. l'l' .. Juan <larda, Hno. raMo Gnilia/o;;. l'. Frrirtuo;;o Mad11, (;rryorio J.:spiya !1 J-1110. L11ra.~ Sal'nz. Pruebas tan rudas y tan continuas eran más que suficientes para abatir el ánim•J mU~• esfo-:za-Jv. Pero no suceclió así ':l los PP. Agustinos Recoletos, qu'.enes, fija siempre s:u Yista en aquella Madre de misericordia, cuya custodia les había sido confiada por sus ilustres antepasados, parece se crecían con las dificulta0.es y a medida que arreciahar. Jos cont ratiempos, más y más se multiplicaba su activiC.:ad. Y en verdad, solo así, se concibe la colosal empresa llevada a cabo por tan beneméritos Religiosos, acometiendo decididos y llevando a feliz térmiwi entre el aplauso y admiración de todos, esta obra monumental que propios y extraños contemplan entusiasmados. La actual Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, toda de hierro, de estilo gótico y de grandes proporciones, fué inaugurada f>O lemnísimamente el día 15 de Agosto de 1891. DESCRIPCION GENERAL DE LA OBRA La Iglesia es de tres naves; la central tiene 10 metros de luz y las laterales 6. La longitud de Jos tres cañones hasta el crucero, es de 22 metros. E n los lados del crucero hay colocado cuatro altares. La altura de la nave centr~J es de 12 metro'> y de 8 en las laterales. Las torres miden de base 8,50 metros en cuadro y 32 de altura hasta el arranque de las agujas que miden 20 met ros. La superficie total que mide Ja Iglesia es de 704 metros cuadrados. El estilo arquitectónico de las obras es de gótico puro. Y es aquí t:n esta Basílica donde todos los años se celebra uno de los más solemnes Novenarios y donde no se sabe qué admirar más, si el derroche de esplendor con que se rodea a Madre tan q~erida o la devoción y amor de sus devotos que de todas las partP.S de. Filipinas llegan a· hori.rarla con su piedad. Este año por la proximidad del Congreso Eucarístico Internacional ha revestido todavfa mayor solemnidad, siendo de nota r el Tríduo Eucarístico por la concurrencia de fieles a los ~ultos y sobre todo a la participación de la M _ esa Eucarística que ha sobrepv,sado sin duda a Ja ya muy numerosa de otros ano~ lylt'lfia d;• Cul1a11t·u/un, Nrgros (frridn1tal, ('Onslruida 1· 11 I!l.f.; ¡mr d N. /'. Fcli11r, /,f1·1·1H1, .-1. Jfrcoldo. Frcntix dr la /,q/r.~iu, <'ti co11.~tr11r­ ció-n, d,. '/'alisa!!. Nt'gro~· Ocridn1tnl. <"11!10$ trabajo.~ ''xtli·n 1111 11114!/ a1•a11:udos. · El Ptirroro d1· Ta/isa.!/ 1·s d U. /'. l~11i.~ 1llvan·:, .-1. N<'coklo. lglcxia dr Su11 Carlo!'f. 1rna dr fo.~ mri.~ hcrmoi;a.~ de la DiUaú.~ d e Baco/orl, <"Om rnzad11 a l'onxtruir J!Or f'l M. U. T'. T ~efJnciu Uda. at:t1w/ /'ruviná al d1• R ecoletos, 11 frrmim.Hla d fir'io J!/./.í por el U. !'. Mu1111<'1 Gomara, .l. H. LA LEYENDA DEL TRIGO .... Os voy a, contar una historia. dijo la Hermana Rosalía a sus pequeños discípulos. Oíd con atención. para que la podaís recordar bien. Mañana me la volvereis a contar vosotros a mí. Se despertaron los ojos soñolientos y perezosos, dejaron los libros con alborozo y todos los niños de la clase rodearon a la Hermana Rosalía. Esta es la historia que la Hermana contó a sus discípulos: "Era un día de verano muy caluroso, hace ya muchos, muchos años. En un monasterio vivían muchos monjes y entre ellos había un anciano muy santo y muy sencillo: se llamaba el Ho. Brendan. Aquel día era día de fiesta y los monjes estaban recreándose a la sombra de unos árboles. De pronto el Padre Abad cortó la conversación y preguntó haciendo un gesto de admiración: -¿Qué sonido es ese que se oye a lo lejos? -Oh-. dice uno de los hermanos-. es el susurro del viento entre las hojas. -O el zumbido de las abejas entre lqs rosales-. sugirió otro. -Si parecen voces lejanas de niños que juegan-. añadió un tercero. -No-. dice el P. Abad-. es un sonido que yo nunca jamás he oído-. Y volviéndose al Ho. Brendan le dice: -Anda, hijo mío, y observa qué ruido es ese y de dónde viene. El ·anciano monje, marchó al lugar de donde parecían venir los ruidos, pasó a través de los trigales, pensando qué podía ser aquella armonía ... Y según se iba acercando, se percibían más claros los sonidos. Llegó a un robusto roble, se sentó a la sombra y se puso a escuchar. No se había equivocado. El rumor extraño era un murmullo jubiloso de voces delicadas que salían del trigal. -¿Quién puede hablar de esa manera?-, se preguntó-. Ciertamente que no deben de ser voces humanas. Y comenzó a pasearse a lo largo del trigal. Al cabo de un rato descubrió que aquellos ruidos salían de las espigas, que hablaban entre sí. -;¡Oh, qué buena es la vida!exclamaba una gallarda espiguita. -¡Qué bello es el sol! ¡Cómo refresca la brisa que viene del poniente! Y el perfume de las flores y el canto de los pajaritos ¡qué cosas tan deleitosas! -Es verdad, pero eso dura muy poco tiempo-replica una espiga alta que estaba a su lado-. Ayer vi a dos monjes que, mientras pasaban por aquí, uno de ellos decía: "El trigo está sazonando". Y el otro también decía: " Pasando una semana, se podrá segar." -¿Segamos? . .. -gritó la pequeña espiga-. Eso es una crueldad. Y o no lo puedo creer. Y la pequeña espiga quería reírse, pero temblaba. - Tú lo tendrás que creercontinuó con voz lastimera la espiga alta-. Nosotras tenemos una muerte muy penosa. Ellos nos segarán, nos trillarán y nos molerán. La pequeñita espiga perdió el color y temblaba más . . . . Pero la espiga mayor aun continuó diciendo: -Y no es esto sólo. Ellos nos tostarán al horno y después nos comerán. Esto era demasiado para la tierna espíguita. Su cabeza se inclinó sobre el tallo y empezó a sollozar. . . Entonces otra espiga alta que estaba al otro lado y había escuchado todo, posó su cabeza sobre la pequeñita y le susurró muy quedito. -No llores, hermanita, no llores. Y o tengo un secreto y te lo voy a decir para que no estés triste. Te voy a ayudar a morir alegre y cantando. -¡Un secreto! ¡Oh dímelo, dímelo!-dice la pequeñita, alborozada, a la hermana mayor. - Es una cosa que yo he oído. ¿Conoces por casualidad a los monjes del monasterio? -Sí. conozco algunos y los amo. Ellos siempre me miran con mu-· cho cariño, cuando pasan por aquí. ¡Cuánto me gusta oír sus cantos a la salida del sol y cuando muere! Nu..?stros papás nos hablan de las necesidades que pad(_•cen muchas niñas Y niños de China y por eso. con un saludo cal'iñoso enviamos una limosna de P15.00 para la "Santa Infancia" de Kweitehfu. Gloria y Maria R. Ji111tmez Pacheco. (Manila) -Bien: un dia-dice la mayor -cuando el P. Abad pasaba con los hermanos, le llamó la atención nuestro campo tan florido. El decia que éramos el trigo mejor de todos los trigales. Y desde entonces. a nosotras se nos guarda aparte de los otros granos para hacernos "Hostias del altar". -¡Hostias del altar!-repite la pequeñita-¿ Qué quiere decir eso? -Qui.ere decir que ellos nos segarán, nos trillarán y nos molerán. Y cuando estemos tan hermosas como las flores blancas, los Conocida de nuestra Sta. Infancia dc Kwcitchfu <'S ll'l "ehinita" del retrato Miriam Lópu; Rdna, l\c Manila, que una más se manifiesta gcncl'O~a mandando para !as Misiones la cant'.d1!t\ de r:n>.OO. monjes nos trasformarán en pequeñas hostias. Después seremos ofrecidas en el altar y el gran Dios que hace el cielo y la tierra, nos tomará para hacer el milagro más maravilloso y estupendo. Nosotras que ahora somos unos pobrecitos granos, seremos convertidas en Dios. Bajo esta apariencia de pequeñas hostias. El visitará los corazones de los mismos Hermanos que ahora nosotras queremos tanto. Y ahora que sabes mi secreto. alégrate, hermanita. ¿Qué yerba o flor de los campos tiene semejante destino? Un momento se cierne sobre el campo de mies el flotar de un silencio solemne. Y la pequeñita espiga, sin poder contener su alegría más tiempo. echa a volar el secreto por las otras espigas. Y entonces el Ho. Brendan con el atento oído oyó un rumor de vocecillas jubilosas que hacian cantar al airl' con resonancias de gloria. -¡Alabemos al Señor! ¡Alabado sea el Señor! ¡Oh que felices somos! ¿Qué suerte puede igualarse a la nuestra? ¡Oh hermano sol, apresúrate, apresúrate y sazona pronto nuestros granos! Enciende nuestras cabezas. abrásanos y véte despacito. despacito, dejándonos tu calor. para· que seamos pronto las hostias de nuestro Señor .... Y éstos eran los murmullos que los monjes creían ser los zumbidos y suspiros en las frondas y rosales ..... De Nuestra Santa Infancia Idilio de pasión ... Sonríe a sus bienhechores . .... . Se ha ocultado el sol. El día es de una dulce mel'ancolía. Y sobre el paisaje se extiende una nube de dolor, en esta tarde del Viernes-Santo. Mucho silencio y soledad. Dos niñas de la Santa Infancia están sentaditas sobre una estera pajiza, entretenidas con unas flores artificiales de mil colores ... No se qué habrá pasado, pero cuando me acerco, la más pequeña está llorando. Quiero observarlas un momento y me detengo detrás de una puerta, sin ser vista de ellas. Son Teresita y Matilde. La primera tiene un dejo angelical y recalca todas sus palabras con una lentitud y entonación de una gracia encantadora. La otra es más pequeña, de 5 años, y apesar de ser el juguete y de costarle tantos lloros los caprichos y dominio de Teresita, no sabe separarse ni un momento de ella. Teresita, temiendo los alborotos, tapa con sus manecitas la boca de la otra, mientras le dice apurada: -¡Uy! no llores. que hoy ha muerto el Señor y dice la mamá que no se puede gritar. Matilde nci hace caso y le dice con un reproche de amargura infantil: - Tu no me quieres-; y sigue llorando inconsolable. -Yo te quiero mucho, mucho y mucho. Verás cómo te quiero-. Y cogiei¡do su cabecita entre sus manos, empieza a besarla con tal efusión, que arranca por fin la alegría y la risa del corazón apenado de la hermanita. -¿Estás ahora contenta? ... Tan contenta se siente, que ya se ha olvidado de todo y no quiere sino hablar y reir. Siguen haciendo combinaciones con las flores descoloridas de gasa y papelina. De pronto Matilde entusiasmada por el bonito florero que acaba de hacer, le dice alegre a Teresita: -¡Mira qué bonito! Este se lo pondremos al Señor. -No;-dice Teresita con gravedad natural sin dejar su labor. -El Señor ha muerto. ¿No oíste tocar las campanas aprisa en la misa que dijo el Obispo? Pues entonces murió el Señor. Matilde se pone seriecita y siente la preocupación, que va inundando a Teresita. -La mamá ha dicho que unos hombres malos, muy malos no querían al Señor y querían matarle. -Si El era tan bueno. . . ¿por qué le hacían eso? ... -Pues por eso, porque era bueno. Dicen que los malos no pueden ver a los buenos. Y le pegaron mucho y cuan'do ya no podían hacerle sufrir, le mataron poniendole así. . . (la niña extiende los brazos en forma de cruz): mira, igual que está aquí,-añade viendo el crucifijo pendiente del cuello de Matilde. Ambas niñas lo contemplan un momento, pegadas las cabecitas. Teresita lo besa y lo pone después en los labios de la hermanita que da un sonoro beso. Continúan con sus flores y en silencio. Por fin dice Matilde. -¿Y no tenía amigos para que no le mataran? -Sí que tenía, pero todos se escaparon y le dejaron sólo. -¡Qué pobre Señor! -Dice la mamá que El solo podía a todos, porque tenía muchos, muchos ángeles con espadas. Pero El quería morir para llevarnos a todos al cielo. -¡Qué bueno el Señor! ¿Y no tenía mamá? -Tenía una mamá muy buena y muy hermosa. y quería mucho al Señor. -¡Entonces cuánto lloraría! Pues ayer lloraba mucho una mamá porque se le murió el nene. ¿No la oíste? -Sí. la virgen lloraba mucho más, pero no 'como ella, ni como tu hace poco, sino así. . . (la niña se tapa la ~ara y simula unos sollozos reprimidos y hondos para expresar la amargura de aquella Madre. Dolorosa). -¿Y el Señor no comía en la cruz? -¿Quién le foa a dar? No le dieron más que vinagre y una cosa muy mala y que amarga mucho. No tenía nada y su mamá era muy pobre como nosotras. -¿Por qué no le daban unos huevos siquiera y un poco de .. jutu" que vale tan poco? (1) (1) El u;utu" es un caldo o sopa de harina casi el único 'Blimento de cada día de los habitantes de esta Provincia. Por ser tan ordinario, relativamente es barato. Y constituye ademas la limosna que se da a los mendicantes. En los días de fiesta les solemos dar algún huevo a las niñas como pitanza de su comida ordinaria. De aquí que la nena no encuentre otra mejor cosa para Nuestro Señor. -A mi me ha dado hoy un panecillo. porque le limpié los zapatos y me dijo que lo hice muy bien. -Y ademas no te has fijado que h o y ha bebidc, agua en un tazón muy feo y muy roto? -Qué buena es la mamá! Queremos que nuestros aho1-rillos alivien algo las necesidadl's dl' los chinitos de qu~ nos habla " Todos Mi<-ioneros", para lo cual n•mitimos la suma de P20.0!>. -¿Quieres que h~gamos una ·cosa? ¿Tu quieres mucho al Señor y a la Virgen? Joaquín, NiC"ves, Jaime y Ra11u.in Got1zcilez Pacheco. (Manila} , -Es que la Virgen lloraba tanto que no se acordaba de comer. -¡Qué pobre mamá! -¡Y qué pobre Señor! Quedan en silencio. Teresita. dejando de pronto las flores, le dice a Matilde: -¿Te acuerdas que el otro día nos dijo la mamá que sufriéramos un poco por Jesús y la Virgen? -Sí. -¿Entonces. tú por qué has llorado como una tonta? -¿Y tú por qué me querías quitar aquel papel bonito? -Es verdad. Y a no lo haré mas. - Y yo tampoco lloraré. -Hoy la mamá no ha comido. ¿Sabes por qué? ... -Estará mala. - Y o creo que es por el Señor y la Virgen. Los ojitos de Matilde han despedido un relampagueo de fascinación ante la propuesta de Teresita. -¿Quieres que hoy no cenemos como la mamá y la Virgen? -¿Y si la mamá no quiere? ... -Tonta. no hagas caso: le diremos que no tenemos hambre. - Y 'sino. que estamos malas y que nos vamos a morir si comemos .... Y levantándose ambas. unidas las manos. como dos hermanitas. han dejado las flores. para decir a la madre que se van a la cama sin cenar. Me vuelvo emocionada y temo encontrármelas en el camino. Me voy al Sagrario y le digo al Señor: Señor, Señor, toma esas criaturas, como una hostia inocente y angelical en esta tarde de tanto dolor y amargura ... Una Misionera de la Sta. Infancia de Kweiteh-China LIMOSNAS RECIBIDAS Manila:Los her1!'!anos Joaquín,. ~ieves, Jaime y Ramón Gonzákz, para la Santa Infancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . I' 20.00 Miriam López Reina, para la Santa Infancia de Kweiiehfu . . . . . . . " 20.00 Gloria y María R. Jiménez y Pacheco, para la "Santa Infancia" . . . " 15.00 Srta. María Crisólogo para las Misiones de China . . . . . . . . . . . . . . . " 3.25 Una devota para las Misiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . " 2.00 Joaquín y Filomena de González para dos bautismos . . . . . . . . . . . . " 2.00 Dña. Adela .de Lagdameo para las Misiones de China . . . . . . . . . . . . " 2.00 Una devota para un bautismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . " 1.00 M. P. de P. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . " 1.00 D. Perfecto Gabriel para las Misiones de los PP. Recoletos en China " 5.00 Dña. hz Ecuaraz, para las Misiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . " 1.00 Dña. Inés de Montenegro para las Misiones de los PP. Recoletos en China ............................................. . Una cievota, para las Misiones ................................ . D. Ranión Agtarap, para las Misiones .......................... . " 6.00 " 1.00 " 1.00 Los Misioneros y Misioneras y la Santa Infancia de la Prefectura de • K weitehfu agradecen profundamente la generosidad de sus bienhechores, y al mismo tiempo que elevan plegarias al Cielo por ~llos, les dan las gracias más rendidas por medio de "TODOS MISIONEROS" IMPRENTA DE SANTOS y BERNAL 320 P. 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