Estudio Vol. IV, Num. 92 (4 de Octubre de 1924)

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Title
Estudio Vol. IV, Num. 92 (4 de Octubre de 1924)
Issue Date
Volume IV (Issue No. 92) October 4, 1924
Year
1924
Language
Spanish
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
extracted text
- ----___:_---~-=====--===-=-=:=-:--:======---==Vol. IV /) Manila, 4 de Octubre de 1924 I] Num. 92 La paradoja de siempre () ( I Esto se explica fácilmente con un dilema que dejaremos al arbitrio del lector, en el supuesto de que se halla bien i!lformado de lo que pasa. 'ililll,::,:wg:¡¡:~,~¡g,,~,¡g~~>:l:~'~'IJ(J)li,;~~JC>!:,,JC¡U º~' JC!JC,;:'JC~ll'>:l: 11 Ul':<!.lf'it1~'~1q:,=~u·ir "'"'Jt ..... ,..111,~'Ullr '~'l!IUl:!~<Ul')tl~<iJl~~~lli:l!:1C¡lt,~<.lf\)(J'i:"l;ll!i~ ; ~ )l il ·" .... :i: "" L"• í;;' '.~ ~ ~~ ~ ir ,". ~1}t ,.,_ í¡¡' r:, lit ~ ~ ~ L"• ¡~· ~~ &¡' ~ ~ ~ ¡¡¡:. ~ ~ ~ [i¡j ~ iilJ ~ ~ ~ [;f ~ 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 ' ' 1 1 1 ' 1 ' ' 1 ' ' ' ' ' ' 1 ' 1 •@· . ---~·-~~-----{!; RE:.VI ST J\ S~MANAL Esta Reuisla se publica todos los sábados por Alejandro de Aboiti:. Registrada en la Administración de Correos de Manila como correspondencia de segunda clase. Todos los trabajos que publica ESTUDIO son originales y exclusivos. 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P. de Isla. Filadelfo. Julián. San. Txo. ''El Solitario". Dr. Q. Chillo. J. Welman. EMPAREDADOS-SOCIAL- SEMAi'1A1 1 1 ' 1 1 1 ~~~~~~-~~~---··-·-·-·-·-·-·-·---·--~---·@ 11,1i,11,l1,11,hj1,n,11o11,11,11,11,n,11,11,11,11,11,11,11,11,11,11,11,11,11,11,11,11,1•,••·•••''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''"''• .•1,11,11,11o11,11,11,11,11,11,11o11,11,u,n101n,0011,n,l1,11,0,11 111,U,11,11,n,11111o11011 11~,11011 111 111,11J11n,r.1111,1to•1,11,11,11,n,r1,,.,• f-EVISTA fEMANAL Entered as second class rnatter at the Post-O/fice at Ma11ilu DlREC'l'OR:-Alrjuullru ilr 1\boiti:; TEL. 572 A Dl\Hr\ l~'l'RADOH :-lllirrutr 1\gnu P. O. EOX 1.J7 Vol. IV. \\ Manila, 4 de Octubre de 1924. '/ Num. 92 Transformismo --X-O obstante el golpe mortal inferido a la generación espontánea por los experimentos biológicos, mostráronse reacios a dar su brazo a torcer los enamorados de la materia. El tan cacareado batybio, el famoso organismo sin órganos, que tanta exaltación produjo entre los partidarios de la aparición espontánea de la vida, cayó bien pronto del pedestal donde con más ligereza que observación lo habían colocado; y quedó reducido a lo que era, a simple y humilde mineral. A pesar de la decepción sufrida, volvió a renovarse la lucha, y surgió el Transformismo. Lamark, defensor de la variabilidad de las especies, y Darwin con su obra titulada: El Origen de las especies, plantearon el problema que aún sigue en pié, nó como ley fija o tesfa demostrada, sino como mera hipótesis, de cuyo valor científico dudan los mismos transformistas. Con lo que escribió Mons. Bougaud al hablar de este asunto, tenemos lo bastante para hacer el resumen del transformismo, o transformación de las especies. Según Darwin, no hubo al principio más que un corto número de tipos primitivos (acabaron por decir que uno solo) provistos de vigorosas energías creadoras, los cuales propendían a desarrollarse, a progresar, a pasar de un estado a otro superior. El simple mineral, aspirando a vida más amplia y perfecta, se aproximó al vegetal, lo imitó, tomó sus formas, y después de millones de siglos, logró convertirse en vegetal. Simple vegetal, aspiró a la animalidad, deseó el movimiento, ef instinto, hasta que después de cierto tiempo, franqueó el intervalo, y llegó a ser animal. Y á animal, aspiró a ser hombre, fué acercándose mediante la lenta labor de los años, consiguió tener manos y piés como el hombre, un rostro que mira al cielo, aspiró además a poseer la misma inteligencia, que consiguió poco a poco; y al fin se convirtió primerante en mono, y de mono en hombre. Cómo se verificó el tránsito? Según el mismo Darwin, los individuos de las especies ínfimas aspiran a una vida más elevada, y de esa aspiración surge la lucha desde el principio. En esa lucha desaparecen los individuos cuyo organismo es menos perfecto, Octubre ESTUDIO 4, 1924 los peor organizados. Los otros, los individuos de mejor conformación, modifican sul::l órganos por sus propios esfuerzos, y se asimilan lo que debe perfeccionarlos. Este trabajo lento de la naturaleza que escoge lo útil, es llamado por Darwin selección natural. Y viene ahora la diferencia de opiniones entre los evolucionistas o partidarios del transformismo. Mientras unos, con Wallace, defienden que el cambio o tránsito a mayor perfección, se realizó mediante una transmutación lenta que supone miles y millones de años; otros muchos con Mivart, admiten y defienden que ciertas especies se convirtieron en otras más perfectas sin procedimientos intermedios, súbidatamente, repentinamente, como per saltum. Húyase en cuenta además que no todo;:; convienen en la definición de la palabra especie; pues no faltan escritores que en su afán de llevar el agua al propio molino, la definen conforme a las teorías que sustentan. De donde resulta que unos llaman l'ariedad a lo que otros llaman especie. No es nuestra intención entrar de ll2no por los terrenos, varios y extensos, del evolucionü:mo; pues además de no poseer el bagaje de conocimientos necesario para tratar científica y minuciosamente problema tan complicado y de tan palpitante actualidad; tal intento nos obligaría a desviarnos de nuestro propósito, cayendo en digresiones sin número, ajenas al fin que en esta sección nos hemos propuesto. Hemos de confesar, sin embargo, que el asunto nos halaga, y es de nuestra simpatía y afición, pues cuanto más se profundiza en él, pónese más de relieve la armonía que existe entre el progreso de la verdadera ciencia, y lo que la fe nos enseña respecto de la Creación. Por lo mismo nos atrevemos a endosar la cuestión a nuestro compañero L. Vargas, cuyo silencio en ESTUDIO se prolonga demasiado con no poca pena de los lectores. Y créanos el amigo Vargas, que estuvimos tentados de largarle el endoso al escribir el artículo anterior, sobre la generación espontánea, que sólamente dejamos hilvanada, y cuya explanación debiera tomar por su cuenta. Campo extenso le ofrecemos donde poder efectuar amenas y provechosas correrías científicas, que servirán de instrucción a los lectores y de positivo interés a la sagrada causa que defendemos, tan combatida en estos tiempos por tantos ilusos que se llaman c~ent~ficos, y son la deshonra de la verdadera ciencia. Por lo que atañe al Dogma, que es lo que principalmente debe interesar a los católicos, sólo diremos que hay dos clases o formas de Transformismo: el absoluto o materialista; y ei mitigado, o espiritualista. El primero es evidentemente contrario a la fe, y repugna también a la recta razón; pues sin otro argumento que la sinrazón, rechaza toda intervención divina en el origen del mundo y de la vida, y admite en cambio la eternidad de la materia, la generación espontánea, y la evolución .fortuita de las especies. Partidarios de ese evolucionismo ateo han sido L. Buchner, E. Haeckel, C. Vogt, H. Spencer, E. Littré, E. Taine y algunos otros. ¿Habremos también de incluir a Darwin? Hay quienes asegura que al atribuir los darwinistas la transformación de las especies a causas puramente mecánicas, excluyen toda otra causa distinta de la materia, toda inteligencia dirigente; de modo que la serie de cambios o mutaciones por los que han atravesado las especies, es debida a las solas fuerzas de la materia, y a sus fortuitas combinaciones. Por otra parte, según declara el autor de El Cristianismo y los tiempos presentes, Darwin no excluyó a Dios de su sistema; pero ante las continuas reclamaciones de sus partidarios empeñados en eliminar a Dios, parece ser que cedió y bajó la cabeza. En la primera edición no tuvo reparo alguno en afirmar que el tipo primitivo había recibido la vida del Creador. Esa frase que no se opone a lo que nos enseña la fe, y nos dicta la sana razón, apareció borrada en la segunda edición. La convicción del sabio hízose traición a sí misma, al rendirse a las injustas exigencias de sus sagaces aduladores. El transformismo mitigado o espiritualista que admite la intervención divina en el origen de la vida, puédese defender como hipótesis, y hasta como hipótesis probable; ya que no se opone manifiestamente al Dogma católico. Por donde se verá cuán faltos de razón están los que echan en cara a la Iglesia católica ser enemiga del progreso de las ciencias, como si el catolicismo condenase o se opusiese a toda clase o forma de evolución. No nos vamos a detener en aducir las dificultades presentadas contra este sistema, que como acabamos de decir puede sostenerse sin menoscabo de la fe. La fijeza de las especies desde los más remotos tiempos: la imposibilidad de explicar, por medio de la selección natural, trasformaciones que en nuestros días no han po· - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Vol. IY -2 Núm. 92 Octubre ESTUDIO 4, 1924 dido conseguir ninguna selección artificial; la ausencia de seres intermedios, vivos o fósiles, exigidos por el transformismo ... , son otras tantas objecciones presentadas por los enemigos del sistema los fautores transformistas; a las cuales contestan estos con más o menos habilidad v fortuna. Nuevo campo ~de acción para nuestro compa,ñero Vargas. JUSTINO. ~.,,._.,,~ ..... ~~~~~~~~~~~"-.;:t_,~;:",',',"1',""",~~~~~~~~"1'-","',,,,~, .... ,~...,.~~.,,~~~~ ... ~ .... ,,, .... ~~.,,,,,,,,,,,,,<lf",~",~~..,,~~~ ....... ~~~,,,..,,,;~'°'1 ~ ..... ~ Qui se humiliat... ~_,;0,-~ 1 i.',',"'>"""''?"''~~ .. ~~~~~ ... ,..,~..,~;...,~~.-;.~~~··v;~~~~~~~ ..... ;.., ... -; ... , .. ,. ... , .. ,...,...,.., .. ,-:;..,~..,~.., ... I UMíNICOS enjambres de científicos gobierna en octa 1·iana y santa paz, szn que nimbe su /rente ningún haz ~ de títulos ni grados honoríficos. La amistad no le incita de muníficos magnates; ¡es muy pobre! mas capaz de colmar de abundancia y de snla.: la penuria, con ánimos deíficos. Huye el mundo, en agrestes soledades, y su nombre, a través de las edades, l'epercute en el último con/ ín. De un cuerpo. sin cigor, tal se encarama en ansias del AMOR, que se le llama SAN FRANCISCO DE ASíS, EL SERAFíN. KEA. Aspecto que ofrecían las calles de Naga, durnnte la conducción de la Imagen de Nt ra. S ra. de Peiiafrancia al lugar ele la Coronación. Vol. !V -3 Núm. 92 Octubre ESTUDIO 4, 1924 EREZOSO sobl'e toda ponderación me encuentro al tomar la pluma pal'a embarrona1· estas cuartilla.s, que son mi ración ordinaria, y mi . contribución casi obligatoria para "ESTUDIO". Los que se imaginan que los "caballeros de la pluma" t.enemos grandes compen.~a­ cionzs en los emolumentos de pcvga, y y en el aura popular que ganamos, se equivocan de medio a medio. El camino del periodista está lleno de guijarros, que ,en más de una ocasión hieren con sus agudas esquinas los p'Íes del infeliz que por ellos ha de caminar. Son las cuatro de la mañana; los gallos no han cantando aun; no asoma por los "balcones d,el oriente el rubicundo Febo", ni "ha destrenzado sus hebras de oro sobre el mundo ,el astro rey", como diría un vulgarcillo escl'ibidor, y yá me tienen los lectores sobre la mesa de trabajo, haciendo ruido y llenando cuartillas en mi hermosa "Wood~­ tock", que en mal hora compré, pues si no la tuvi.era, me vería libre d,I! estas obligaciones de llenar cuartillas. A noche antes de acostarme hube de dar una vuelta. a diversas de las obras del filósofo ginebrino, para refrescar ideas, pues no queremos atribuirle en estos artículos nada que no haya dicho. Y aquí voy a darte, lector, algunas de esas ideas, si tuvieres a bien repasar estas des la baza das y desmadejadas cuartillas. "El hombre nació lib1:e y se encuentra encadenado en todas partes", escribe Rousseau en su "Contra.to Social". En contrar solución a ese problema fué lo que en sus obras sociológicas se pro7mso. El hombi'e fué creado lib1·e; cierto. La Santa Biblia lo asegura y hasta la fecha no ha habido qui.en fuera capaz de demostrar que el Libro Santo esté equivocado en una sola de sus afirmaciones. Lo que no diren la Biblia, ni la ra.zón, ni nadie, es que esa libertad consistiera p1:ecisam_ente en andar por los montes, como fieras dañinas, luchando con hombres y con bestias, y pl'ocurándose el sustento a pedrada limpia y fuerza de puños. Eso quien lo afirma es Rousseau, que no tiene ningún fundamento histórico, aunque ahora nos salga todo un lVells en sus "OuUine of History", contando con sus pelos y señales lo relativo a aqu.ella edad verdaderamente venturosa. ¡Hay yá hasta fotografías y grabados d,e aquellos hombres de las cavernas y de los bosques, semihombres semi-fieras! ¡Y lo que es más; hasta Evas retratadas con la menor cantidad posible de ropa tenemos ya en Wells ! ¡Si todo ello no es admirable, no sabemos a que deb,erá darse tal epíteto! Rousseau admite que no hqy base histórica alguna para su teoría del estado salvaje de la primitiva humanidad; que nada se encuentra en los "records" de la humanidad que tienda a demostrar que existiera el famoso pacto social, que él puso como base de todo su sistema sociológico. Y sin embargo, como sirve a maravilla tal hipótesis para edificar sobre ellw la teo?·ía rousseauniana, no dudó un punto el filósofo de Ginebra en ponerla como base de todos sus raciocinios. Y los b·ienes immensos que de ella se siguen son los siguientes, que no son, ni mucho menos, moco de pavo. "Sirv,e para demostrar que al hombre se le han quitado sus derechos naturales; justifica la causa sagrada de la revolución y de la insurrección y del motín; nos enseña a honrar al hombre como hombre, al simple ciudadano más que al noble ( W7IW si este no fuera también hombre y acaso m,t?jor que el simple ciudadano), al patán más que al sabio o al artista (con lo cual dicho se está que en la República de Rousseau no ha lugar a ciencias y artes). La moral llana y a la buena de Dios es la más segura de todlls las morales; y no hay cosa mejor que obrar cada cual según los impulsos de su propía naturaleza. Y si a mí, pongo por caso, se me antoja la mujer del prójimo, que por un casual puede ser mas guapa que la mía propía, haré perfectamente en desentenderm,e de mi costilla para bir.larle la suya al prójimo etc. ,etc. ¡Si ésto no es profunda y ridículamente absurdo e ·inmoral que vengan los Vicentes, los Remigios, etc. y que lo digan! El hombre en sus comienzos era libre, salvajemente libre y montaraz; sin riy ni roqu,e y sin otra norma de conducta ~ue sus deseos y quereres. No estaba sujeto a leyes, por lo. mismo que no vivía en sociedad; nada tenían que ver con él los postulados de la razón, ya qu,I! esa razón no tenía más alcances intelectuales y morales que aquello que favorecía los instintos de la .best·ia humana, que ésto, en último término, era aquel prim,er hombre. En mal hora se les ocurrió a aquellos hombres ·libres adunarse y vivir en sociedad, pues hubieron de pactar, perdiendo en el pacto su libertad individual. Yá .está el hombre esclavizado y sometido a la tirOJnía del estado. Desde esta fecha infausta hasta que vuelva a recobrar la libertad perdida, habrán de correr siglos y siglos, en los que el hombre tendrá que pq,sar por toda clas.e de vejámenes, de tiranías, de despotismos. Será el hombre unas veces esclavo y otras s,eñor; y el que fué ayer siervo mañana será tirano. En vano será que entendimientos privilegiados se ,l!sfuercen en conseguir para el hombr(J el pleno ejercicio de sus derechos. Esos derechos na volverán a recobrarlos hasta tanto que el mundo se decidiere a seguir las huellas de este nuevo redent01· y de su nuevo ,evangelio. · ¿Que todo esto es altamente ridículo y que no se comprende cómo personas serias pudieron no tomar a broma tales necedades? Concedido; pero, el mundo vive de los absurdos y no son siempre las grandes y equilibradas inteligencias las que prevalecen y hacen triunfar opini0nes. Y quédese aquí, por hoy, el Sr. Rous~u, que andamos deprisa y las cuartillas que se nos asignaron· están yá cumplidamente llenas. FILAD ELFO. Vol. IV -4- Nú'n. 92 Octubre ESTUDIO .4, 1924 1 ·¡EL B A.ILE ! ~ *1 »' :• 1 ~.E poca ª?~ cuenta la cornyni- El tema impuesto al conferenciante po1• • i : dad filipina con un sapiente el desarrollo de los acontecimientos puede ci¡ : más. Nacido en una colonia frarse en estas tres palabras: "Licitud del ~ L ........... i ti hispana hermana de la nues- baile". Todos nos habíamos inclinado en el "~~iPf tra, aunque por ventura me- debate de corrillo por la afirmativa o la nc~i~~~: · jor favorecida de las circuns- qativa, según las convicciones y medio am · ;· tancias, tiene muchos puntos biente de cada cual, sin que se registrara ende contacto con la psicología t re los presentes una sola abstención, y de oriental y en el poquísimo tiempo que lleva ahí puede calcularse la curiosidad de aquel en Manila viene dando manifiestas pruebas auditorio (compuesto en su mayoría de homde haber de compenetrarse muy· a la corta bres de carrera), por conocer la opinión del con nuestra manera de ser. Sus catorce años P. Caballero, el cual se mantendría, en sentir de residencia en los Estados Unidos le han de muchos, dentro del círculo de hierro de proporcionado coyunturas para recoger ob- la rigidez distintiva del Jesuita, o transigiservaciones con la escrupulosidad del hom- ría, al decir de los más, con las imposiciones bre de gabinete y practicar experiencias con sociales, porque no en balde había residido la incansable pertinacia de un espíritu inqui- casi tres lustros en nuestra Metrópoli actual. sidor, que tan bien dice con su condición de Hubo para todos los gustos en el curso de Biólogo, como con el carácter del sacerdotP la oración. Comenzó por recordar la deterinteresado en el perfeccionamiento del indi- mi nación tomada hace uá bastante mios por viduo y en el de la sociedad. los Diocesanos y Sacerdotes Católicos de los Todos los leyentes habrán comprendido F:sfodos Unidos atañente al baile, el cual se aue nos referimos al P. Caballero, miembro había hecho número obligado de los proqrainsigne de la Compañía de Jesús. Hace alqu- rnas de todos los clubs y siendo la casi tolanos días le pusieron en el trance de dirigir lidad de ellos protestantes o judíos, los comla palabra a una respetable corporación de promisos de parentesco o amistad y hasta la M,balleros, y como en los momentos prece- necesidad de escoger compañera para la cadentes a su subida a la tribuna se hubiese rrera de la vida les ponían a los jóvenes persuscitado entre los junteros un tema vidrio- tenecientes a nuestra religión en el caso de so de discusión, siendo, como es de suvoner, frecuentarlos, de donde provino un acervo de muu encontrados los pareceres y resultando matrimonios mixtos, orioen de los hogare.s casi equilibrados lo8 bandos disertantes, .iuz- indiferentes, cuando no de cosa peor. gó muy del caso el P. Jesuita echar su caurto Para ata.far el mal, estableciéronse baia esvadas en asunto de tanto interP.s social, les al amparo de las casas varroouiales. los y ni r.orto ni perezoso hízolo como lo pensó. cuales se anunciaban previamente desde el Con un preludio "jesuítico" (en el más púlpito y el _predicador se permitía el luofo legítimo 11 simpático sentido del crilifi,cati- de rogar encarecidamenteª· todos la puntual vo), donde quedaba muy al descubierto el asfatencia, a fi,n de dar al acto mayor animatnlento del hablista y la flexibilidad ideoló- ción. Como es de creer, la .iuventud SP bagica del orador. que comenzando por ritraer- fíaba en agua de rosas y bendecía los bene,.;:e laatención de los o'l{entes con cualquiera ficios del progreso, yá que en tiempos pretéde los fruslerías cotidianas ·o tal o cual ba- n:tos era estrecho i¡ tortuoso el camina dPl qatela personal, consigué llevar insensihle- cielo, y hou se había conseguido hacer ele la mente el agua a su propio mºolino, tomó al penosa ruta ameno "boulevard", por donde cabo de tres minutos por punto de avouo los el oue no se salvaba era un torito 11 bien garasguños de polémica reco.aidos en aquel mis- nadas se tenía las penas 1'.nfernales por la mo salón i¡ entró en materia con la calculada interminable durar:ión de la eternidad. naturalidad del artista, el cual como haya Hasta aquí, los partidarios del baile templado los instrumentos haciéndoles anun- aprobaban con aparatosas inclinaciones de tar ya uno ya otro de los "leitmotiv''. de la cqbeza las conclusiones del orador, y los ele composición, los hace deslizar suavemente en la.~otra banda se dirigían furtivas miradas el introito de la obra musical. de desaliento, convencidos de habérselas con ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-,----~ Vol. IV - 5 - Num. 92 Octubre ESTUDIO 4, 1924 un P. Jesuita de manga ancha, resultado sin duda alguna de su larga permanencia en los Estados Unidos, donde los espíritus más f érreos adquieren la elasticidad del acero y acaban por otorgar a procederes de dudosa moralidad billete de libre circulación. Entretanto continuaba el conferencista charlando en español con amenidad y fluidez incomprensibles en quien durante catorce años consecutivos se ha servido exclusivamente del inglés. Pero no a humo de pa.fas aseguró alguien ser muy sujeto a quiebras eso de querer trazar de antemano la posible trayectoria de un Jesuita, y en la paleta del P. Caballero se divisaban demasiadas tintas para poder predecir con seguridad de acierto cuál habría de ser el resultado de la mezcla de "fi,nitiva, y el Hijo de Loyola mane.faba con rriani_"fi,esta desenvoltura el pincel para no haber de trasladar al lienzo sus concepciones con el desenfado del cientí_"fi,co de profesión. Y cuando el exquisito hablista hubo ter11iinado el relato de las experiencias practicadas en la Gran República Norteamericana, pasó a referir los corolarios del ensayo social,. de los cuales debía depender el enunciado de la conclusión, motivo por el que llegó al punto cimero de tensión la ansiedad del auditorio, pudiéndose percibir en aquel instante el aleteo de un mosquito en el profundo silencio del salón. El ilustre Ignaciano parecía no darse cuenta de la tirantez psíquica de los junteros, a juzgar por la naturalidad del lenguaje y por sus toques de humorismo original. Después de algún tiempo de empirismo coreográ_"fi,co decidieron los pastores de almas estadunidenses hacer un balance general para saber a ciencia cierta a qué carta quedarse acerca de la congruencia de las danzas parroquiales y, quién más, quién menos, lle'VÓ a la asamblea previamente anunciada buen bagaje de datos, fruto de despierta observación, los cuales catalogados conforme r:_, escrupulosa clasi_"fi,cación constituirían la base donde descansara el programa terpsic óreo redactado a mayoría de votación para el porvenir. . , Pero ni aun hubo necesidad de acudir al testimonio de las balotas para conocer el voto de los más, pues desde el vrimer cambio de impresiones fué evidente la unanimidad de pareceres, reprobando todos los asambleistas, sin andarse en repulgos de empan'ada, el baile (así, sin remoquete de ningún género) y quedando desde aquel momento descartada de"fi,nitivamente de las actividades sociClJles dependientes del Párroco una tan peligrosa diversión. Aquí pudo observar el menos lince de la concurrencia un cambio de decóración facial. Los que antes cabeceaban en señal de aprobación se mostraban cariacontecidos. Los otros sonreían al tropezar yá con el Jesuita cortado al talle de su patrón. Llegado a este punto de la conferencia, el P. Caballero se limitó a agavillar las deducciones de la experimentación verificada por los Obispos y Sacerdotes Católicos de la ~! etrópoli, en su deseo de promover dentro de los linderos de la Moral los entretenimientos preferidos de la juventud, lo cual habría de contribuir a disminuir los riesgos que corre la gente moza al asistir a clubs sostenidos y gobernados por elemento perteneciente a otras sectas religiosas, donde la compañía u el trato de los disidentes pudiera conducirles a la corta o a la larqa, si no a la apostasía, por lo menos a la indiferencia en materias de religión. Según el conferenciante, , los Prelados del Canadá han prohibido la celebración de bailes al amparo de los Ministros del Altar, 11 aun cuando los de los Estados Unidos no liayan tomado una determinación igual en común, cada uno de' ellos ha tenido buen cuidado de aprovechar cuantas coyunturas se le presentaron para expresarse en los mismos términos que los mitrados canadienses, descargando unos y otros sus sendas conciencias de la responsabilidad consiguiente a la autorización de los bailes, donde sucumbe habitualmente la inocencia de la niñez y se encallece la vergüenza del hombre y el pudor de la muier. Sinteticemos. El baile es una cosa indiferente en sí, de donde a nadie se le veda dar saltitos como ejercicio conveniente al desarrollo muscular. El baile tal cual se ejecuta ordinariamente en sociedad es un divertimiento peligroso, porque provoca el despertar de las nasiones, cuyas exigencias ponen en jaque la más cimentada virtud. Todo Católico que contribuye más o me;ws activamente a la celebración de bailes se hace responsable delante de Dios de las caídas oriqinadas por aquellas horas de arriesgado placer. Si los Obispos del Canadá, región vecina a las tierras polares, han determinado prohibir los bailes en aquel país, no acertamos a comprender que hayan de ser menos dañinos en un Archipiélago como el nuestro no muy distanciado de la línea ecuatorial. Siempre será una verdad el dicho de Selgas, y Selgas conocía de cerca los estragos de Vol. IV -.6- Num: 92 óéfobre ESTUDIO 4, 1924 los bailes de salón: "Un novelista francés dijo al entregar a su hija a quien se la había pedido por esposa :-Os lleváis un verdadero tesoro; es joven, es bella, es rica y no ha leído ninguna de mis novelas.-Dichoso mortal, si la hija del novelista hubiera podido añadir: Ni he valsado jamás". Al descender el P. Caballero de la tribuna, corrió peligro de venirse abajo el salón, pues los de uno y otro bando aplaudían con igual entusiasmo al orador. De labios de uno de los partidarios de la coreografía pude recoger este comentario literal: "¡Demonio! pues el voto de este Jesuita que se ha pasado catorce años en Estados Unidos, el pueblo clásico de la libertad, no es cosa de desperdiciar" \s el Rosario en el mundo _ La oración más popular, Que el pueblo sabe entonar Con fe y respeto profundo. ¡Feliz mi Patria que entona El Rosario a Ja mañana Y entreteje de oro y grana A la Virgen su corona! Y antes del sueño tranquilo En su rústica morada La familia congregada Bus.ca en la Virgen asilo. ¡Dichoso el pueblo que reza El Rosario de María Y en sus pesares confía En su Bondad y Grandeza! Es la oración del Rosario Perfume de suave olor; Las brasas son el amor Y el pecho es el incensario. Es como blanca paloma, O cual rosa delicada En la pradera plantada O al pie de florida loma. Cadena de olientes flores, Desprendida de los cielos, Que infunde santos anhelos, E inflama en castos a'llores. Es la herencia más preciada Que España aquí nos dejó: Vol. IV . , No la perderemos, no, Que en el pecho está engastada. ¡ Qué grandioso es escuchar Que en risueña primavera Canta el mar en su ribera Y el A ve empieza a trinar! ¡Qué alegre canta el pastor Tras el nocturno descanso Junto al límpido remanso L'as baladas de su amor ! También canta el desterrado En cárcel dura y sombría, Soñando que llegó el día . De ver su pueblo adorado. El cristiano es solitario, ·~ue aspira a un mundo mejor, Y que templa su dolor Con la oración del Rosario. Mientras rece Filipinas El Rosario de María, Fuente de Paz y Alegría Serán sus manos divinas. Que lo rece el tierno niño En los brazos del anciano ; Y el huerfanito que en vano Buscó en el mundo cariño. Que lo rece en su bajel En dulce calrra el marino; O cuando perdió el ca '.l1ino Del oleaje al tropel. Y ante el cuerpo frfo. y yerto Que horror inspira su faz, -7J. WELMAN. El Rosario es santa paz Y descanso para el muerto. El Rosario es la canción Del cristiano fervoroso, Que antes de darse al reposo, Eleva a Dios su oración. El Rosa1 io es el escudo Que a las familias defiende; Las raudas alas que tiende El fiel tras combate rudo. Es dulce vuelo el Rosario Por la gruta de Belén, Egipto y Jerusalén, Getsemaní y el Calvario. Es ver en rápido vuelo El Angel que habla a María, A Jesús en la Agonía Y en su Ascención hasta el cielo. Es ver la inmortal corona Que irradia en la frente pura De la más linda criatura Que el Angel de Dios pregona ; Y en sus maternales brazos Descansar el fiel creyente, Hasta que logre sonriente Romper del mundo los lazos; Y colmado de alegría De Amor de Fe y de Esperanza, Entrar en la Bienandanza, Cantando el A VE MARIA. P. DE ISLA . Núm. 92 Octubre ESTUDIO 4, 1924 1 1 ~m~atec\ac\os ~~~~~~ ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ :X·~') .~)(~~~~g, ~.l'..lc.IJ.w.Im~· *,-----r~ :Ji! ~ ~¡ p . l d l (' d t, , b d l , " l' . " d la l 'b t d 1;:::: ~· ~ r, 1·esu ente e '-"Pna o es a ya p,ara a an onar e pais c asico e t er a . l ~ ~ Esto de "clásico" es un decfr, una frase hecha, un término de cajón. '¿;S-.~..,.,,""'-!jfü Como, llegado el caso solemos escribir "bizarro" militar o "bella'' señorita. ~~-?;~!~~~T Y por 1•entura pudiera ser lrt una pariente de Picio ?f no conocer el otro sino 'f.l'ft!~f ~ la 1·ida del cuartel . .!,}\ Pero el periodismo es así. Ha.?J que mostrar a trompa y talega los conocii, mientas adquiridos. Y po1· dejarnos llel'ar de la corl'iente hablimos del "genovés" Colón, y de Napoleón "franu:s", y de la "democracia" estadunidense, 1J de la Espaiia "inquisitorial" ... Mas todo ello es un decir ... Nada más que un decir ... Música de organillo ... Decía•mos que el Hon. Manuel L. Quezon está a punto de dejar nuestra Metrópoli actual. S(g/Ín las i;alpitaciones de la prensa, dicisa en lontananza risuefí.o pon,enir. A.caso posee sec1'Ctos cancillerescos que la pru·lencia le impide publicar. Tal rez lw escuchado confidencias de estadistas influyentes que no le es dado tra.smitir. Quizá ha hurgado en los arcanos gubernmnen tales de la Gran Rapública y descubrió algo muy farornble a los intereses de su país. No sabernos por qué será . .. Pero Quezon mira al h01'izonte !J sonría. . . Por algo será . .. No lwy motivo para encerrarse en la espesa atmósfera del pesimismo que todo lo ahoga. Nos sobran rn:zones i;,ara imitar la mímica d5 don Manuel:· mirar a lo lejos 1J sonreir. Mcrn no a todos consiente su estado psíquico penetrnr 'por el plácido mundo de la ilusión. La en 1'idia, por e.iemplo, es 11n corrosivo cap1.z de amargar las venturas de la existencia más f cliz. cual. Y el envidioso es indudablemente la criatura más desgraciada de toda la creacion. No le basta con go.zar . .. Ha de disfrutar solo o a lo menos en grado superior a los demás. Quiel'e monopolizar el calor del sol, el aroma de las flores, las irisaciones d'e la luz . .. Q11el'ríu apl'opiarse la salud, la fortuna, el talento de toda la humanidad ... Padece y se atol'menta al ver la dicha ajena 11 le martilla el tímpano la risa de los demás . . . N11nca es 1'enturoso 1;0,.que siempre tropieza con alguno que posee un guiñapo de felicidad . . . Af adunada mente, la bondadosa mano de la Providencia ha dotado convenientemente a cada Y ningún mol'tal puede monopoliza1· los beneficios así distribuídos por Dios. De donde a los pobres envidiosos nunca les falta qué envidiar. Y se da el caso de alouno que no sabiendo qu1 desear de su vecino, tuvo celos de su chepa. Ern por 1.·enturn lo único que sobresalía en su ridícula y contrahecha personalidad. Y como para adqufrir una cosa no basta apetecerla, la envidia se venga mordiéndo. Mejor dicho, royendo las partes relevantes de los demás . .. Negando todo mél'ito u sus trabajos 1J voceando como fracasadas todas sus empresas . . . Cacenando la estatura de aquellas persorws cuya elevación no le es posible alcanzar . . . Abultando. ridículamente los lunares a,jenos por l'er de excusar los manchones de su historia· }Jf'I son al . .. Obstinándose pam disimular sus fechol'ías en marcar a todos con el estigma de criminal. .. Empermdo rn imponer a todos el traje de "ti[fl·e", porque nadie se acuerde luégo que lo usó o !.111í11 tiempo él . .. Y lo 11srí poi' decreto de los tribunales de la Nación. Al llegar aquí, esbózase en todos los labios el nombre socialmente execrado de Vicente Sotto. El "hombre" que poi' crímenes vergmi:zosos (El Comercio, 17 setiembre 1924) fué arrojado a la prisión. "El alma desligada de todo sentimientos de dl:'cencia'', según el dictado del Juez de Primera 111stancia de Cabú. Vol. IV -8- N11m. 92 Octubre ESTUDIO 4, 1924 1 1 1 1 r 1 i El hom.inicaco c¡ue no puede llevar en paciencia la talla superior de los demás. El político fracasado que abusó estérilmente de todos los registros de plazuela para poder figurar. El leguleyo para quien todas las prácticas gozaban del privilegfo de la licitud. El periodista en cuya estimación el ROBO 'e cuartillas no es quebranto de honradez. El monstruo que se ha pasado la vida entera mordiendo . .. royendo . .. ¡¡¡Ese!!! ... ¡¡¡Ese!!! ... Vicente Sotto ... Ese Vicente Sotto destila su veneno contra la Misión de Independencia sin interrupción. Para él todo ha sido trabajo perdido. . . ganas de viajar a costa de la Nación . .• Y todo porque las Cámaras legislativa.s no le escogieron a él . .. • 4 él. .. cuya presencia en los Estados habrla bastado para un· fracaso definitivo .. . A él. . . ex-presidiario a quien nuestros Rep1 esentantes debieran expulsar del salón . .. A él. .. "alma duramente extraña a los principios de la moral", en opinion del Juez Wizlizenus. A él. .. A Vicente Sotto, que ni aun arrimándose a tan buen·os árboles ha conseguido disfrutar de buena sombra jamás . . . Ne sutor ultra crepidam ... Faites des perruques, maitre André, faites des perruques ... Tomamos de "The Independent": "El robo, en cualquier tiempo y lugar, siempre, es robo". Muy bien dicho. Y observe Sotto de paso que alabamos lo bueno doquiera que lo encontre.mos. Es así que Vicente Sotto ha sostenido su semanario a fuerza de ROBAR ajenas cuartillas ... Y hace dos años que venimos demostrando esta menor . .. Luego el coger escritos de otro sin su permiso para llenar una publicación es un ROBO. Lo asegura el mismo Vicente Sotto en el último número de su hebdomadario. Y puesto que a quien comete un ROBO de cualquier género, o como dice Sotto, "en cualquier tiempo y lugar", se le llama LADRON ... También indudablem,ente "en cualquier tiempo y lugar", en frase de Vicente Sotto .. . De donde este Vicente Sotto es . .. Bueno, dígalo para sí cada cual. Porque ¿quién d.e los leyentes deja de saber crímo se llama al que ROBA en el idioma de Ca.'1tilla? Cnrren rumores de que la Metrópoli va a cerrar las puertas a la entrda del alcohol. ¡Protesto! Aunque me lleven a la cárcel por e ejercicio del derecho de pataleo. Porque ¿quién se sienta a comer como no vea sobre la mesa la consabida botellita de vino? Además, es injusto que carguen los inocentes con la penitencia merecida por el pecador. Desgraciadamente se tropieza con frecuencia con hombres ebrios por las calles de la ciudiad. Sin duda algwna es un espectáculo impropio de las naciones civilizadas. Pero ¡recato! que se inquiera la cédula perspnal de los ciudades dominados por la embriaguez. Y se verá que casi todos ellos pertenecen a la misma nacionalidad. Pues que les priven del uso del vino a todos lo.<: metropolitanos, pero que nos dtejen en paz a quienes sabemos tomarlo con moderación. También se opone a la prohibición Vicente Sotto, el hominicaco de Cebú. y tiene razón. ¿Qué va a ser de los en·cargarfos de conservar el orden en la cpital? Porque nos dijo muy serio en cierta coyuntura desde las columnas de "The Independent" que iban armados de "cuarterolas". Y si suprimen el vino, ¿quién se va a cuidar de las "cuarterolas" necesarias para tanto policía? ¿ Pa1·a qué queremos "cuarterolas" sin vino? ¿Y qué utilidad nos han de traer los policías sin "cuarterolas"? Pavorosos problemas provocados por la ignorancia de Vicente Sotto., el hominiCACO de Ceb1í. Que confunde las "cuarterolas" con las "tercerolas" . .. Que baraja confusa.mente la "quiromancia" con la "quiropráctica" . .. Que no sabe distinguir los discursos del Orador Romano de las sentencias de Salomón . .. ¡¡¡Ese!!! ... ¡¡¡Ese!!! ... Vicente Sotto ... Esta/ ermo que Uegó a sembrar el terror entre las gentes honradas . .. ¡Y es un conejito inofensivo que no se atreve a salir de su madriguera por miedo al cazador! ¡Y es un lebrón que se deja dócilmente tirar de las orejas y pellizcar en el traspontín! ¡Y es yá la vaquilla de la boda de los mismos que antes temblaron a la vista del bravucón! Vol. IV -9- Núm. 92 Octub1·e ESTUDIO 4, 1924 1 EL MENTIR DE LAS ESTRELLAS... ~ 1 ¿Nos verán de la Luna? 1 ~~~~~~~~~~~~~~~~.~~~.~.~~~~~~~~~~~~~~~~ A Luna es el astro pre/ erido de los poetas románticos y de las nifias soñadoras, sin que nos sea conocido el motivo de semejante preferencia, la cual por ventura como toda la gama de las simpatías humanas carece de fundamento aceptable en las regiones polares de la razón. Acaso la pasión contrariada o correspondida (los extremos se tocan) engendra en las naturalezas delicadas la melancolfo. . . y tal vez cuando la tristeza se cierne sobre el alma nos inclinamos todos instintivamente a la soledad. . . y quizá los mo?'rientos más propicios para disfrutar del apartamiento y del silencio son las ho.ras posteriores a la puesta del sol. . . Y si las noches son serenas, y la Luna está en fase próxima a su plenitud, ?J se levanta sobre el horizonte algo antes o después del c1·epúsculo vespertino, comunica su luz cenicienta y mortecina a los obetois que nos rodean aire de fantasmas y las imaginaciones excitadas por las misteriosas revelaciones del diosecillo alado se entregan inadvertidamente al dulce pasatiempo de soñar. Esto podrá no ser una explicación del hecho, pero ofrece a lo menos caracteres de verisimilitud. Sea de ello lo que fuere, y endosamos ese intere;.. sante problema psíquico a los filósofos, yá que nada nos dicen de él los libros de astronomía, lo cierto es que los poetas románticos y las niñas soñadoras se sienten fuertemente atraídos por la plácida ?J melancólica iluminación del nocturno viajero, confidente bonachón de to.dos los secretitos de amor. ¡Quién sabe si los moradores de la luminaria noctívaga experimentan igual atracción a la vista de nuestro planeta alumbrado por los resplandores del mismo sol! Pero esa bola tibiamente esclarecida ¿arrastra en su carrera seres capaces de amar? Esa es la interrogante de nuestra amiguita, a la cual le tiene (hoy por hory, que mafíana será otro día) muy sin cuidado la propensión de trovadores 11 doncellas enamoradas a desahogarse de las contrariellades donde tropiezan sus amoríos con el plateado .astro de la noche en alas de suave ·balsámico viento, que arruga las aguas y-mece la flor. Demos, pues, de mano a la risueña floresta de la poesía y penetremos por el cogonal de las matemáticas y de las ciencias naturales, yá que la aplicación de sus inflexibles leyes nos ha de conducir por donde podamos hallar el verdadern valor de la equis de nuestra ecuación. Y ante todo queremos advertir, a cambio de no dejar ninguna puntada suelta, que comenzamos este recorrido estelar por ln Luna, primero porque es el único satélite de nuestro planeta y luégo porque su distancia de ln Tierra es tan pequeña, compctrada con la de los otros cuerpos cenestes, que bien se merece esa modesta deferencia en atención a su misma vecindad. La Luna se halla apartada de nosotros por 384.282 kilómetros, o sea TREINTA veces el diámetro de nuestro globo, de suerte que si para trasladarnos allá utilizásemos el rápido vehículo del rayo de luz, con el cual nos permitimos en artículo anterior el lujo de ofrecer una jira al curioso lector, llearíamo·s al término de la jornada en algo más de UN SEGUNDO. ¡Eso es viajar! Su volumen es CUARENTA Y NUEVE veces menor que el de la Tierra, es decir, una proporción igual a la que habría en superficie entre la isla de Cebú y otra porción de tierra formada por Luzón, Mindanao, Masbate y Catanduanes. Su superficie es poco más o menos la de Europa y Af rica sumadas, sin tomar entre lo·s swmandos España JI Portual, unos TREINTA Y NUEVE millones de kilómetros vuadrados, en números redondos. Conocidas así, a carga cerrada, las dimensiones de la casa, vamos a examinar las condiciones de su habitabilidad, ateniéndonos a los principios general(?s sentados en lo que llevamos escrito sobre la materia, a cuyo recorrido nos vamos a limitar. Todo organismo vital requiere indispensablemente el cumplimiento de un cúmulo de circunstancias favorables a su existencia y desarrollo, sin que se conciba éste privado de aquélla, ni pueda darse vida sin la consiguiente evolución orgánica, la cual como no responda a las exigencias de los elementos biológicos acaba fatalmente en la disociación de los componentes del ser. Por de pronto, la Luna carece de atmósfera, y sin ella es la vida una quimera. Mas ¿quién nos responde de la verdad de esa afirmación? ¿No vend1·á a ser una de tantas manifestaciones del "mentir de las esrellas"? Nada de eso. Hoy nos es afor'tunadamente tan conocida una de las caras de la Luna (la única que presenta siempre hacia la Tierra en virtud de su particular ley de rotación) como cualquiera de los puntos más accesibles de nuestro mismo planeta, y podemos dar las razone.~ donde se funda la aseveración de la falta absoluta de la atmósfera lunar. Ante todo, hemos dicho que la Luna nos presenta siempre y a todos· la misma cara (mérito digno de notarse en estos tiempos donde los rostros ge cambian con pasmo.sa facilidad de acuerdo con las conveniencias personales del propietario) y en consideración a los menos habituados con las tm-, yectorias astrales diremos por qué. Como todos los· planetas, está la Luna dotada de dos movimientos: el de rotación sobre sí misma y el de traslación al rededor de la Tierra. Y puesto que la velocidad de rotación es eJ:actamente igual a la velocidad angular media de traslación, siempre, ofrece el mismo hemisferio a nuestra visual. Probemos la carencia de atmósfera lunar. Quizá todos mis lectores hayan tenido la oportuni'dad de contemplar desde la cima de elevada monVol. IV 10_- Núm. 9~ Octubre ESTUDIO 4, 1924 taña la. salida del Sol. En caso afirmativo habrían notado que cuando a. ellos les herían yá los rayos solares, el_ 1}al_l,e lejano continuaba todavía envuelto en las tinieblas; y enfre la viva iluminación de los picos y las sombras. espesas de la hondonada pudieron observar una gama completa de tonalidades de luz, sin que fuera posible señalar la raya divisoria entre el sector alumbrado· y el correspondiente a la oscuridad. Esa difusión luminosa que provoca las medias tintas es debida a la capa atmosférica donde se halla arropada la Tierra, de suerte que si hay quien desde cualquiera de los astros vecinos pueda contemplar nuestro planeta, no podrá en modo alguno divisar la línea precisa donde comienzan las :mmbras y termina la luz. En la Luna sucede todo lo contrario. Si la examinamos en uno de sus cuartos, nos será dado percibir en el borde de la parte iluminada altas cumbres esclarecidas po.r los rnyos del sol, las cuales se destacan sobre fondo negruzco como las estrellas en el firmamento, sin que el o.io hay podido descubrir nunca las faldas de 'donde arranc.an aquellos picos heridos del fulgor solar. Nunca se ven medias tintas ni claro-oscuros en la superficie lunar. Los astrónomo~, y aun aquellos de mis leyentes que no lo fueren, no se dan por satisfechos con esa sola probanza, mas para satisfacción de unos y otros poseen otras de calibre y potencia mayor. Todos recordarán el espectroscopio, aquel sencillo cuanto utilísimo instrumento del cual hablamos en el número anterior. Pues, bien. Analizada en él la luz de la Luna, ese aparato delator no acusa ning un elemento extraño a la luz del astro-rey. Unicamente se diferencian ambas en la intensidad. · Aun hay más. Gracias a la precisión admirable de los cálculos astronómicos podemos predecir al momento exacto en que una estrella habrá de desaparecer de nuestra vista por quedar oculta detrás del disco lunar. Pero si la luminaria noc.: turna estuviese rodeada de atmósfera; _el. rayo pro;, cedente de la estrella ocillta sufriría una refracción más o menos considerable, lo• .c.ual h:aría que la viésemos después de entrada en el círculo y antes· de salir de él. Las observaciones confi1·man lo contrario. La desaparición y la aparición coinciden con el momento tangencial de ambas super-· ficies. Luego no hay refracción. De donde tampoco se da atmósfera lunar. Según algunos sapientes, tales resultados podrían compaginarse con una atmósfera de una densidad QUINIENTAS veces inferior a la nuestra, y, en sentir del Profesor Comstock del Observato1 io de Washburn, suponen una densidad CINCO MIL veces menor. Si optamo.s por un término medio y nos quedamos con una densidad MIL veces menor que la de ln atmósfera terrestre (lo cual es yá ser generosos con los defensores de la habitabilidad), equivaldría al vacío de las máquinas neumáticas ordinarias, algo así como. nuestra envoltura atmosférica a unos SETENTA kilómetros de elevación, donde la vida es de todo en todo imposible. Y basta. No hemos acabado de e;i:poner argumentos, pero tampoco queremos continuar. Lct curiosa y simpitica criatu1·a que motiva estos escarceos astronómicos nos puso desde un principio la brevedad de cada artículo como condición esencial. En rigor de verdad, no es ésta la menor dificultad con que tropezamos al escribir. Mas dímosle palabra y que1·émosla cumplir. Otro día, Dios mediante, podremos dar la definitiva respuesta científica sobre la habitabilidad lunar. Dr. Q. CHILLO. !>.~~~~~~~~~oooo~~~~~~~~~~~~~.~~~~~~~~~oo~~~·t. ... l~~~~~~~-~---l.~~~-~~~~· ~~~j is nada lo que vocea! J Lo bochornoso del caso es que me impone el fracaso hombre de poca ·librea. Un escritor que campea no por volar al Parnaso, sino hozar, paso por paso, sotos de in.f ame ralea. Los asnos echar un trepe no deben, ni pueden ¡nunca! a quien sabe más que Lepe. ¡Guerra! a las bestias salteras!" rebufaba en su espelunca el rocín TIO TIJERAS. SAN. TXO. . , Vol. IV -11- Num. 92 Octubre 1 OY las he visto, a las cinco y media de la tarde; bulliciosas, desenvueltas, repugnantemente provocadoras, con unos palmos de vavorosa tela zul que apenas las cubría. No muy lejos de la Luneta, sentadas junto a las olas, pero sin fijarse en ellas, medían con la vista a todos los transezmtes; de los que yo no sé si querían ca.lutivar la atención con sus ademanes sin pudor, o si se bul'laban d,e ellos con sus bruscas y vunzantes risotadas. Acariciaban de cuando en cuando a un diminuto can, que sin hacer caso a los mimos, olfateaba con avidez el envoltorio colocado a la vera de las dos frívolas y coquetuelas jóven,t?s. No faltaron paseantes que se fij<tbnn en ellas. Algunos reían; los más meneaban la cabeza con significativo movimiento, que parecía interpretar fo ma.la im¡n:esión que les causaba el nada modesto espectáculo. Una vobre anciana, encorvada por los años, que andaba fatigosamente, impedida 1101· el haz de ramas secas que llevaba a cuestas, parose jrente a lus dos jóv,enes. Avanzó unos pasos lle,qando hasta ellas; y desvrendiéndose trabcijosamente de la carga, se detuvo, alargando al mismo tiempq la mano, como su¡~licando una limosna. En aquel mismo momento sonó una carcajada repug1wmte, que me hizo daño. ¿Se burlaban de la inf.t?liz anciana? ... Me asaltó la duda de que pudiera ser así; y espoleado por la curiosidad miré con fijeza al grupo. La ancianita permanecía en pié, inmovil, esperando algo. Ellas charlaban y reían aca1·iciando y jugueteando con .el ]Jequeño can. La distancia me impidó entender, y sólo advertí que hablaban en inglés. Poco duró la escena. La anciana echose a cuestas la carga, y .lentamente continuó su marcha sin dejar la playa. ¡Quizá se avergonzaba la infeliz, al verse tan pobre, de caminar por el ¡inseo, donde tantos y tantas exhibían 11 n lujo excesivamente su]Jérfluo, sin dirigir una mirada a aquella ancianita que muy cerca de ellos, a pocos pasos, caminaba dificultosamente, con mucha necesidad de alimento, y con muVol. IV ESTUDIO ¿QUIÉNES ERAN ... ? cha n,13cesidad de vestido, pues sólo haravos cubrían :ni desfallecido cuerpo! Como había de }Jasar junto a mí, me levanté, fuí lwcia ella, y me hice el cncont radizo. Me saludó con a]Jagada voz, y tendió s1111licnnte su sarmentosa mano. -Lleva ust.ed demasiada ca.rga-le di,ie entregándole unas monedas-¿No tiene ningún pariente? ¿Vive usted sola? -No, seíior: que vivo con nú nietecita; pero hace t1:es días que se puso en/ erma, y la pobrecita de mi alma no puede salir. Todos los días me acompaña, cuando está buena, y ella recoge la leña y me ayuda a llevarla. ¡Dios quiera qu,t? se cnre pronto! Ya no me queda otra persona en el mundo . .. Con esta limosnita podremos tomar ctlgo esta noche ese ]Jobrecito angel y yo. Grncias, señorito; Dios se lo vague. -¿No le han dado nada esas dos jó1·1mes? Ha estado usted hablando con ellas. -Nada, seiiorito. Ya les he pedido, pero no sé lo que han dicho, porque yo no las entendía. ¡Como es 'una tan pobre, y va tan mal vestida ... ! Se han reido mucho, y nada mas. -Me ha parecido que estaban merenda1ndo cuando hablaba usted con ellas. -Sí, señor; merendando estaban, y también daban dulces a un perrito blanco. Pero nada, señorito, a mí no me han .dado nada. Son muy pocas las limosna.q que recogemos ahora. Y ya l',t? usted, ¡tanto lujo . .. ! La última frase ha sido proferida por la anciana con amargo desconsuelo, pe1·0 con verdadera resignación. Nos hemos despedido, y cada vez más cansada ha proseguido su camino. ¡Dios proteja a la vobre anciana, y cure a la nietecita! M,13 he dirigido en dirección contraria a la de la anciana, y he llegado hasta ellas. Son jóvenes; completamente rubias. F:l pelo, cortado a la moda, apenas ·les llega al cuello. Me miran altaneras, y ROstengo su mirada con altiva seri,edad. Pronto vuelven a las risas destempladas y a los ademanes sin pudor. Una de ellas se empeña en introdu4, 1924 cir en la boca del pe1Tito blanco un biz~ cocho que .el animal rechaza. ¡Tan ha1·to y empachado debe estar . .. ! He contemplado el cuadro con repugnancia, asqueado, con ira. ¡ ¡ Mimiando a un perro y ofreciéndol,e bizcochos, las mismas que hace un momento han negado las limosnas a una infeliz mendiga, que ante ellas se detuvo desfallecida por la carga y por la necesidad!! ¡Horror ... ! Quizá d,entro de unas horas, esta misma noche, al ]Jresentarse en los cent ros sociales, el gran mundo las llamará hermosas, elegantes, distinguidas. ¡ Nó: nó! ¡Mentira! No hay belleza donde falta el pudor dest,ello del al111a. No hay distinción ni elegancia, cuando dentro del pecho se tiene por corazón un yunque; cuando la flor del sentimient-0 ha sido ahogada por el cieno, aunque .ese cieno se oculte con trozos de seda azul. ¿Son esas dos desgraciadas jóvenes fruto de la educación moderna y del tan cacareado feminismo? No lo sé. Ni las conozco, ni siento no conocerlas. Me repugna lo que .en ellas he visto, pero. . . las co1npadezco, porque son dignas de compasión. Si la formación de la mujer modérna ha de consistir en adquirir unas nociones de historia, geografía o álgebm; en saber guiar .el auto y montar a caballo; en a0 rrebatar el premio en concursos de natación, o de bailes que se prolongan dia y noche, entre los aplausos de un público tan superficial y li_qero c<>mo los locos movimientos de l<L bailarina; si a eso s.e reduce el p1·ogreso d<i la mujer; y totlo es a costa del naufragio de la Religión, de la moral, del pudor y de los nobles sentimientos. . . entonces. . . ¡maldito progreso, y maldita educación! Hemos olvidado que la mujer sólo es amor y sentimiento dentro del ambiente religioso y del hogar doméstico. Fue1 a de él, en la sociedad moderna que no sabe mirar al ciefo, la mujer ni e.~ amor. ni es sentimiento,' es lujo, diversión, placer . .. Los cnmi1ws de la sociedad ,l]sfán encenagados; y de ellos hay que desviar a la juventud si se ha de salvar. EL SOLITARIO. Num. 92 · Octubre ESTUDIO 4, 1924 1 ..$ ..$ El Rosario de Ampere ..$ ~ ~~~~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~¡ llABíA por aq~el entonces, inq~ieto, en una de las Iglesias de los anos tremta y tantos Pans. del siglo pasado, una El Señor y no otro e1 a quien "peña" de jóvenes fran- guiaba los pasos del santo funda• ' ceses, de inteligencia des- dor de las Conferencias de San ¡:ierta y de corazón generoso, y Vicente de Paula aquella Iglesia, que andaban nadando a medias sobre cuyo pavimento, cual nuevo aguas entre la religión y el mun- Saulo, caería de hinojos, llorando. Aquellos jóvenes llegal'on con do, para convertirse de todas veel tiempo a cobrar fama en todos ras a Dios, y ser un nuevo apóslos rincones del planeta donde se tol de la Caridad y del amor a los estudian las ciencias, y donde los pobres. iayos de la civilización han disi- En un oculto rinconcito de pado las nieblas de la ignorancia, aquella modesta Iglesia vió FeY sus no.nbres son hoy pronun- deric,o un ho.rbre humildemente ciados con admiración y con res- 2.rrodillado y en oración profunpecto. da. No lo conoció en los primeros rromentos. Mas luego que sus ojos se hubier:o-n acostumbrado a la escasa luz que por los altos ventanales entraba, distinguió en el hombre arrodillado, ál Gran Ampere, gloria de la ciencia francesa, y creador de la Física moderna. Ozanan, el gran Federico Ozanan ; Roberto de Lammenais, el filósofo profundísimo, que si no hubiera caído en la herejía y en los rrales de una apostasía sacrílega hubiera sido un santo Padre pues estaba for .r ado de madera de tal; Henry Lacordaire, que andando el tiempo subirá al púlpito de "Notre Dame" de París, vestido con la blanca librea de los Hermanos Predicadores, para asombrar al mundo sabio con lo arrebatado de su elo~uen-· cia y con la profundidad de sus razonamientos, no menos que con la santidad extraordinaria de su vida y el fulgor de sus altas concepci-ones. No estaría demás que a esos tres nombres añadiéra-.- os el del immortal Montalembert, autor insigne de Santa Isabel de Hungría", y de otros libros literarios tan bellos como el citado. Un día Ozanan, que por aquel entonces no se había decidido aun a convertirse del todo a Dios, dando de rrano a cuanto el mundo le brindaba de más deleitoso y agradable, entrose al acaso y wn el alma agitada y el corazón A la visién del sabio humilde· rrente postrado en oración el j10ven, cuya al ra andaba atormentada con la idea de la conversión. cayó también de rodillas y oró fervoroso al Señor. Las olas de la gracia subían al alma de Federico; mas este aun se resistía. Fijó de nuevo su vista en el sabiic y vió que AMPERE TENIA EN SUS ,MANOS UN ROSARIO, cuyas cuentas repasaba con dev,oción sin igual. Los labios del gran físico musitaban las plegarias benditas del Padre Nuestro y del Ave María, y su mente prodigiosa.mente grande y brillantísima meditaba con sosiego y repo:;-o los augustos misterios de la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, fu ente pen~r ne de verdadera sabiduría. AMPERE ARRODILLADO ANTE EL ALTAR DE MARíA, EN UN RINCóN DE UNA IGLESIA DE PARIS, TENIENDO EN SUS MANOS EL ROSARIO DE LA VIRGEN, Y REZÁNDOLO CON DEVOCióN Y FE, ES TEMA digno de un pintor heredero de Apeles o de los escultores a lo Fidias. Era la ciencia, en su grado máximo, rindiendo el tributo de admiración A LA MÁS GRANDE DE LAS DEVOCIONES MARIANAS. ERA LA APOTEOSIS CIENTíFICA D E L ROSARIO DE MARíA. En presencia de aquel cuadro sublime, Ozanan hundió su fre:ite en el polvo del pavi Ten to; ardientes lágrimas rodar.on por sus rrejillas. Y las oraciones de ambos sabios as~endieron juntas a unirse ante el Trono de la Reina de los cielos. Ozanan estaba convertido, siendo más tarde el fundador de las Conferencias de San Vicente de Paul, que tanto bien han hecho a la humanidad doiliente. Ozanan estaba convertido y andando el tiempo vendría a ser el enamorado adorador de Jesús en el Sacralllento y con otro converso del Judaismo será uno de los Fundadores de la Adoración N octurn a, tributo de a"Tor que las almas buenas rinden todas las noches a Jesús oculto en el Sacramento. Ozanan estaba convertido y él mismo nos <leio escrita la razón de su eionversión. Nosotros la recomendamos a cuantos creen que el Rosario es cosa de viejas y de niños. "1~L ROSARIO DE AMPERE tia hecho JT1ás en mí que todos los libros y todio's Jos sermones. NUNCA ME P ARECió AMPERE MÁS GRANDE QUE DE RODI1 .LAS Y CON EL ROSARIO EN LA MANO". JULIÁN. 1•11•11•11•11•11•11•11•u•u•11•11•11••1•11•11•11•11•11•11'•1'1••11•11•01•11•11•11•u•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•· 1•11•11•11•11•11•11•11•u•u•11•u•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•1 La Flor de la Isabela Gran Fábricfl de Cigarros, Cigarillos y picaduras de la ~GOMPANIA GENERAL DE TABA1 008 DE FILIPINAS Oticina central: 212 M. ele Comillas Tel. 258(1 CIGARROS DE LUJO Y POPULARES EXPENDIO: 63-67 Escolta Y en todos los kioskos, clubs, tabaquerías y hoteles ¡,11 111,11,11 011,u,11,11,11on0n,11,11,11,11,11,11,1 1,11,11,11,11,11,11,11,01,11,r 1,r 1,11,, 1,1 1,o1,11,1 1,u, 11111 ,.,,11 , 11 , 11 ,, 1, 11 , 11 , 11 ,,,, 1 CARO & CARO BATTERY ST ATION 386-888 (]eneral Luna, Intramuros, .ff nllilr1. TELÉFONO 915 Especialistas en Magnetos, Generadores, Disparadores y todo lo concerniente al sistema eléctrico de un automóvil. 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El conocido agitador obrerista Manlapit ha sido condenado p:ir la cort? de Hawaiii El auto de Aglipay, ocupado por algunos de sus secuaces que iban de juerga, chocó en Culi-Cli contra un tren de mercancías, destrozándose por completo el coche, muriendo uno d:! ellos y resultando heridos los demás. Cada día es mis encarnizada la lucha que se ha entablado entre las huestes de Chi y Lu. Es espantosa la fetidez producida por los cadáveres insepultos y se teme que de nn m:ime:1b a otro aparezca la peste. Lucio Alejo, cajero de la Logia "Makabuhay" de las Piñas ha sido querellado por malversar los fondos de la mencionada logia. Con la asistencia de unos doscientos delegados se ha inaugurado con toda s:ilemnidad la segunda convencrnn .anual de azucareros de Filipinas han pronunciado hermosos discursos Mr. Renton y el Speaker Roxa~. Ha arribado a estas islas el Dr. Paul Monroe para investigar el sistema educacional de Filipinas. Sus primeras declaraciones son más propias de un maestro de barrio que de un ilustre pedagogo. Vol. IV ESTUDIO El Gobernador Wood ha condonado, a instancia del gobernador de J olo. Mr. l\foore, los recargos que algun:is moros morosos debían pagar al gobierno. Se dice que un alto funcionario de la 1 cserva naval de Olongapo, será dentro de poco sometido a un consejo de guerra, por haber cometido graves irregularides en el desempeño de su cargo. Los jueces de Cebú Ram1 y Wislizenus han sido llamados a Manila poi· el Secretario Torres, con el fin de arreglar ciertos roces habidos entre los do3 citados jueces. El Gobernador de Batanes, Sr. Castillejos ha sido . arrestado y detenido. Está acusado de detención ilegal y robo de ganad:i mayor, y por ser demasiado grande la fianza que sz le exige, no encuentra fiadores en toda la provincia. El secretario Torres ha tomado cartas en el asunto y ha telegrafiado al juez de Paz de Santo Domingo de Vasco, diciéndole que usand:> una sana discreción en el cumplimiento de su deber, imponga una fianza razonable. El Sr. Castillejos ha sido puesto en libertad. El cajero auxiliar del Banco Nacional Filipino se ha suicidado tomand) una fuerte dosis de Lysol. El n:i hab2r sido nombrado gerente de la agencia del Banco Nacional de Iloilo pare~e que fué el motivo de tan triste fin. El Presidente del Senado, Manuel Quezon, momentos antes de embarcar para su pais, ha declarado que el congres'.l americano. está muy dispuesto a <.>onceder inmediatamznte a Filipinas la autonomía y la independencia absoluta después de 25 años. El concejal Perfecto del Rosario ha sido condenado por el juez Concepción a un año y ocho meses de prisión p:ir el delito de estafa. Perfecto del Rosario no estando conf<tt·me con la decisión del juez ha apelado a la Corte Suprema. 14 - 4, 1924 El ejército ha donado a la ciudad de Manila el cuart\!l de Meisic, donde actualmente se hallan instaladas escuelas y algunas oficinas del Municipio. En M:arion, Ohio, ha fallecido repentinamente a consecuencias de un ataque al corazón el general de brigada, Dr. E. Sawyer, médico particular del difunto Presidente Harding. El diputado demócrata Claro M. Recto, miembro da la Independencia de Filipinas, c¡ue ahora se encuentra en la Metrópoli, ha dirigido una enérgica carta al departament-0 de Estado, protestando contra los que quieren implantar en Filipinas la ley seca. El concejal Panis quiere presentar ante la Junta un proyecto de ordenanza, que provee que todo puesto ocupado por los extranjeros en los mercados, debe ser declarado vacante al año de entrar en vigor dicha ordenanza para que pueda ocupar todo tendero filipino que solicite. Este proyecto va directamente contra los chinos que son los que dominan el négocio de los mercados. 57 huelguistas filipinos que t:imaron parte en los disturbios ocurridos hace poco en Hawaii, en que murieron varios huelguistas y policías, ¡;e han declarado culpables, y han sido condenados a trece meses de prisión. El Coledor de Aduana de Cebú ha sido condenado pur la Corte Suprema a pagar a la "American Express Co." la cantidad de P43.131.78. La decisión de la Corte Suprema establece que Joaquín Natividad y no el Administrador de la Aduana de Cebú es el responsable de la errónea entrega de las mercancias. Esta sentencia ha producido gran revuelo entre los empleados de la Aduana. Han fracasado las negociaciones entre Inglaterra y Alemania sobre el propuesto tratado comercial, pues Alemania no quiere conceder la libre entrada en su pais de 1 B productos hgleses. Nú,,.,. 92 1 Autoridades Eclesiásticas de Filii;inas que. presidieron las ce1'emonias de la Coronación de Ntra . Sra. de Peñafran-cia, en Naga, y grupo de Religiosos que acudie1'on a p1·esencia1· el acto. · La Coronacwn. La Corona, cuyo valo1' asciende a Pl00.000. Octub· e En honor del Excmo. Sr. Arzobispo Nuestro ilnstre Prelado celebró el lunes, la festividad de su patrono S. M'iguel Arcángel. Para felicitarle y darle una vez más testimonio de la adhesión y el filial uf ecto de los católicos de Fi{ipinas, se organizó una solemnísirna recepción. Comenzó ésta a las nueve de la maiiana, fes filando ante Su Ilustrísima, Mons. O'Doherty todo lo más granado y repres,entantivo de Manila. Los bizarros cadetes del Ateneo de Manila montaron guardia de honor durante toda la mañana, y el "jazz band" del mismo Ateneo amenizó el acto con ~H variado repertorio. La línea de recepción estaba constituida por los Cabal~eros de Colón. Aunque tarde ESTUDIO felicita a S. E. I. Mons O'Doherty y pide al Cielo fe conceda muchos años de vida Y abundantes gracias espirituales. Concierto musical. Se celebrará esta tarde. A las cinco y media en el salón del Colegio M édico-Fannacéutico. ESTCDIO La ha organizado la conocida y afanwda pro/ e sora de piano Srta. Victorina Lobregat para dar a conocer al público los adelantos de sus muchas aventajadas alumnas. Tomarán parte en el concierto las uiiias Cannencita Valdés, Mary B1·own, Chqrito Lobregat y las Srtas. Pilar· Gorosrtiagu,1 Ellsn U garte, Mercedes Mercado, Adeln Jahrling, Bentriz Mirasol, Rosa Jara, Hellen Adams, Lillian Taylor y Fe Mandelhaun. El progrnma es de los más escogidos y .en él figuran piezas de los más renombrados maestros. De regreso. Por el Claudio Lopez y Lopez han venido de Espaiin varios distinguidos señores. Entre estos se cuentan D. Florencio Díaz y su bella esposa, qu,e ataban de contraer matrimonio. D. Florencio es hernwno del conocido comerciante de esta plaza D. Eleuterio Díaz. Sean bienvenidos y que disf1-i1ten en Filipinas de grata estancia. 11,11,11,11,11,11,11,11,11,11011011,n,11,11,11,11,11,11,11,n,11,11,.,,11,n,11,•••'""•"•"•"•"•"•"·"•''•"•''•"•''· F elicísimo R. F ería 4, 1924 Po1· el mismo buque han venido también la distinguida esposa del Comis·ionado Residente, D. Isauro Gabaldón en compañía de sus hijos. Acompañando a dicha dama ha venido también de vuelta de los Estados Unidos vía Europa, la Srta. Inés S. Villa, que estuvo en América como pensionadci de una dz nuestras instltuciones católicas. La distinguida Srta. Silvia M elián, hija de los ilustres Condes de Peracamps, también acaba de llegar de España, al igual que la Sra. Viuda d/3 Del Pan y sus hijas Rosario y María. A todas vaya nuestro saludo de bienvenida. El P. Provincial de Franciscanos en Manila. El domingo llegó a Manila, procedente de España, el Ilustre Provincial de Franciscanos, M. R. P. Fr. José Moya, en compañía de su s.ecretario el R . . Bias Almendros. ESTUDIO desea a tan distinguidos gacerdotes una feliz estancia en Filipinas. Gabriel La O o FER 1 A & LA ABOGADOS CAVANNA, ABOITIZ & AGAN ABOGADOS China Bank 11ldg., Juan Luna, \lanila. ·1 el. 1 lfl:! ,;,,,,,, ............................. , ........ , .................................................. , ... , ........................................ . 1•1,.,,.1, • .,.,,.,, • .,.,. • .,.,,.,, • ., •• ,.,, •• ,,,,,u•u•u•11•u•11•11•11•11•11•u•u•u•11•u•u•11•u•u•u•11•u•11•u•u•u•u•u•10•1•'11' A. M. OPISSO jf ABOGA.DO 501-502 Filipinas Bldg. Tel. 802 Roxas Bldg. N.o 212 Tel. 572 ~I ~ ... ~.-~ .. -~ .. -~ ... ~ ... ~ ... ~···S··~ ... 5 ... 5 ... ~ ... ~ ... ~ ... ~ .. ~ ... ~ ... ~ ... ~ ... ~ ... ~ ... ~ .. ~ ... ~ ... ~ ... ~ .. -~ ... ~ ... 5 ..• 5 .. 5 ... ~ ... 3 ... 3 ... ~ ... ~ ... ~ .. ~~·~·"~·"~·"~ ... ~ ... ~ .. = .. ~-·~ .. ·E•"E'" Dr. Miguel de la Concepcio .1 DENTISTA 25 T. Pinpin Tel. 3532 •11•11•11•u•u•u•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•u•u•11•u•11•11i1•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11•11••1•u•11111•11•11•u•11•10•11'••'• 10•11•11•11•11•11•11•11•11•11••1•u•u•11•u•11•11•u•11•11•11•11•11•11•11•11•u"'t1•u•u .. 1•u•11•11•u•11•11•u .. ,..11•1•!•1•11•11•10•11•u•11•1 Vol. IV - 16 Núm. 92 1( 1 ~ - <EE)-=d €> -- C"C)=-a ~~ ,_ ©. m •• l::JSI .Submarino" •·"''" ~ ~ Ugarte 0 ; Rueda f ~· Toda Clase de Comestibles y Licores Desde esta fecha lomamos a nuestra cuenta El Subma.rin~, y si hasta ahora ha venido siendo modelo de servicio rápido !J exquisito, en lo futuro se hallará me.ior acondicionado todavía para no ir a la =aga de ningún almacén de su género en lo que re=a a esmero !J puntualidad. Tenemos a nuestro favor la circmnstancia de haber vivido durante muchos aJios en íntimo contacto con el público de .llanila y esto nos da derecho a asegurar <¡ue conocemos por menudo los gustos !J las preferencias de las familias más distin · yuidas de la localidad. Hagan ustedes la prueba y no se arrepentirán. Llamen a las puertas de El. Submarino y quedarán con deseos de voltJer a llamar.· Exijan a cualquier hora nuestros semicios !/ uerán que cuanto acabamos de decir es pálido reflejo de la realidad. l éiJelrfono 4590 il. if. llrl lf 1la1\ 77 ~83 p=@::> ~. • . . L r=@7-~ "•''•''•''•''•'"''•''"''•''•''º''•''•''•''•''•''·''•''•''•''•''•''•''•''"''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•''•'"''·''•''•''·''•"•''•''·'Í.n . POR. CIVIL SERVICE & COMMERCIAL COURSES BY CORRESPONDENCE WRITE THE COSMOPOUT AN BUSINESS COLLEG H MANILA P. I. (American Faculty) ·····"·"•"•''""•"•"•"•"•"•''•''""·''•"•''"''•''""•"•"•"•''•"•"•"•"•"·''• •"•"•''"'""•"·"·''•''•"•''"''""•"•"•''""'"'" MAXIMO VICENTE Talleres de Pintura, Escultura, Platerfa y Marmolería. Prontitud y Esmero en los Encargos Imál("enes, andas, altares, púlpitos, ornamentos de Iglesia, Mausoleos, Monumentos, Bordados en oro, Li.pidas, etc. 830•34 R. 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Leyendo a UNITAS cultivará Vd. y dará pábulo a su curiosidad dentífica y ~ literaria. P. O. Box 147-:- Univrrsidad de 8a11to 'l'umás-:--l'EL 1894-1\IANILA. "•"·''·"·"•''º''•"•"•''•"~''•''•''•''•''•''•''"'•''·''•''•''·''•''•''•''•''•''•''·''•''•''•''•''·''•''•''•''•"•"·"···? ••••••••••••• ,,1,,1¡,,,,,,,,,,,;,,;,,,,,,,,,,,,,,,,,¡,,,,,, •• ,,.1 ................................ ,,,,,,,, .............................................. ~ ............. ~·······"·"•''·"· ·11¡,. nu1i. º".a u1nvera1oacl de bw. "J.omas, Manüa.-11124.