Estudio

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Title
Estudio
Issue Date
Volume II (Issue No. 34) August 25, 1923
Year
1923
Language
Spanish
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
extracted text
Vol. 11 Manila, 25 de agosto de 1923. Num.34 ~ ,..,,..};¡---------=-- - - - - ' ' C<>ll \_"JI' v-64.~"' -~ ~<a--=' ~ '7.l"; i1 ·------------ ------------------------------·¡ t '1 : ll SUMARIO l ~¡il VOZ DE AMIGO Por Paulino. !ll:~ EL DR. PERCY STICKNEY GRANT Por "Filadelfo". ~¡ NO HAY TAL "PAREJO" Por P. de Isla. ¡~ ~i~¡' AL MARGEN DE LA VIDA Por "El Peregrino". ¡ 1 : .(q EN EL MALECÓN Por Josechu. ~') ll EN LA PLAYA Por "El Solitario". ¡1~ LIMADURAS Por E. L. Ferreiro. ~ 1 1 1 POLITICASTROS ,1 LA BANCA DEMÓCRATA Por "El Fígaro". l EMPAREDADOS.-SOCIAL.-SEMANA- PASATIEMPOS -K. of C. t '' ----------- j¡ ~~(-4 F-@:;> '<::9-==> ~ ~ ü:::~:ro~:::;_w-g~;;i:g@:>~~::~~:::::i~~~::ID~~::~~;.:ID!!::'.'.::~::~~:;;:.~:~:~:.::~~::::-~~~:~ID1r~:::~~.:::g~~:::~;{:!i1~:~~;::~:~:-::~::~:;;~:;:::B;:~'.:~; ¡¡¡· [~ íft' ~~: ¡;¡ ~" [;, IU li;, íti' ~:; I~ í:f (il:i~ l• iii" ~~. ¡:i :i: ¡;,t------------@11 1 ISTUDIO '¡ 1 l\.EVIST A SEMANAL 1 ~1 Esta Revista se publica todos los sábados por Alejandro ~ 1 1 de Aboiti: y Claudio R. de L11::11riuya. '.» 1 1 ·~ Registrada en la ,Administración de Co/'l'eos de J ! 1 P:-Y' Manila como correspondencia de se.nunda clase. ~ 1 1 (~ .. ~', " f~! 1 {V Todos los trabajos que publica ESTUDIO son ori- '\::V 1 ! ginales y e.rclusiuos. Queda terminántemente ~ 1 1 prohibida su reprodurción 1 ¡~ 1 l"11 at7o p~~O!~~. ~~·. ~,.~,~~C~.~~~Ió:~·:. p 6 oo. ~~ 1 ¡;: ! ru semesirr . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.iJO 1 ;,¡: 1 , D'11 trimestre.. .. . . .. .. .. .. . .. . . .. .. .. . 2.00 1 ¡ 1 0 }(úmero suelto. . . .. . . . ... .. .... .. ... ... 0.15 ¡;. 1 Jo:1ímero atrasado . . . . . . . . . . . . . . . . 0.40 te· 1 EXJ'R.1..lfJERO, l"t1 alío ......... ....... $ 6.00 '1 í~ 1 •it. i:i:j ~o, 1 Redacci611 .11 Administrari611: Ro.ras Bid!/ . .. \-'<? 212. ¡' ¡;_ ¡ Calle Darid, esq. Esco!ta.-J'el. 572 . .kfani!a. 1 ·~ ~ ~-----------------------------------------------~~------ ~ ~ ~ ~ w ~ ~ ~ =::~·tt:=t :;:: -;;~g :::~-~-g :::~~·g~:: ;:J;;: '.: ~B;::: if :t<:.:.~~::: :·.: :::t;~ ~'.:-:.t, ;; ,:· ~-:g ~:::}f~ ;l';! '.: gm: ::::~·:g ~:::.g~;g>:::~:·~~>::;filJ;;; ::;.:::"iiW~>: .. ~~\'.;grnj;::~~gj::>~~:t~~:: ::~)!! ;;::~i.I ::fü;:>: ~.·g;:::;~_m~::i't~ DARLE TODA LA OPORTU1~IOAD La piedra angular de todt>, educación descansa en las preguntas que s& hacen en la infancia. Es su deber procurar que dicha base sea la.más Hrme y segura Las preguntas que se meacioaao aquí podrá.o ao encontrar de usted 1 - la debida contestación pot• muchas razones: hlta de tiempo-porque muchas preguat-as de los niños espantan 1 al mismo Salomón-falta de coaocimieoto. La mejor manera es hacer una invei·sión en 1 EL LIBRO DE LA SABIDURIA Estos \·einte volúmenes tocan profundamente muchas materias. Centenares de láminas pictóricas y fotográficas ayudan a facilitar el texto. Haga ho.r mismo la ·inversión en est1 enciclopedia. Cada pregunta no contestada de su hijo ofrece la posibilidad de ser el semillero de malas informaciones que se pueden obtener de cual· quier otro sitio. 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Num. 34 - - - - - - -------VOZ DE AMIGO Uno de los fines por que ESTUDIO s2 lanzó al campo de la lucha, haciéndose cargo de las penalidades consiguientes a la vida de campaña, fué mantener vivo entre los Católicos el espíritu de asociación, merced al cual estamos en el deber de contribuir todos a la medida de nuestra capacidad al triunfo definitivo del Catolicismo, no sólo mediante el ejercicio privado de las virtudes cristianas, mas también con el apoyo del talento, de la fortuna y del ascendiente de cad't clnl. Según estamos viendo, poco o n1da se hace cuando las potencias disponibles tienen punto distinto de aplicación y se agitan en trayectorias independientes, de elección individual, porque, como consecuencia necesaria de la ley mecánica de la suma de fuerzas, aplicable en todo sentido al mundo moral, perderemos lastimosamente preciosas energías, a causa de no haber tenido la precaución de dar a todas ellas la misma dirección, sin llegar por lo tanto a obtener nunca la resultante que fuera de apetecer, con gran detrimento a las veces de la religión. Esta unidad no debe limitarse a la· conducta externa de los seguidores del Catolicismo, mas ha de alcanzar a las doctrinas y creencias, donde es indispensable la uniformidad en lo esencial, a menos de permanecer accidentalmente amalgamados, con el riesgo de una ruptura inevitable, tan pronto como la conveniencia personal, los intereses de familia y hasta los compromisos políticos o sociales pusieren por ventura a unos u otros en el trance de haber de decidirse por la causa Católica o por alguna de esas otras consideraciones de beneficio particular. De donde cualquier desviación doctrinal en el bando Católico fué siempre ocasión de peores resultados para la Iglesia que cuantos ataques provinieron de los escritores de la acera de enfrente, porque las almas sencillas mordían descuidadamente el anzuelo en casa fabricado, sin sospechar siquiera la posibilidad de que llevara veneno en la carnada, mientras tomaban con instintiva desconfianza cuanto procedía del enemigo, como cauce adecuado para la circulación del mal. Siendo esto así, fácil será al leyente adivinar con cuánta pena hayamos leído las lucubraciones que en las columnas del "Balintawak" ha publicado un correligionario, llevado indudablemente de la más sana de Vol. U. -1~ Núm. 34. Agosto ESTUDIO 25, 1923. las intenciones, pero incurriendo en el manoseado sofisma de nuestros adversarios, para quienes existe distinción real entre la religión y sus ministros, el Pontífice Romano y la Iglesia Católica .. y pretenden, con candidez infantil o astucia diabólica, poder combatir a las personas y, respetar al mismo tiempo los principios y la esencia de nuestra congregación. No sin fundamento suponemos en el escritor una impoluta intención, porque aparecen muy manifiestos los esfuerzos del plumista por ver de atraer a sus filas al lector de la otra banda, y en su noble empeño de conquistar el ánimo de cuantos por fútiles motivos se divorcian de la Iglesia en cuyo· seno vivieron durante tantos años, llega a una transigencia peligrosa, apetecida en todo tiempo por los enemigos del Catolicismo, los cuales hicieron siempre de las Ordenes Religiosas el terreno obligado de la persecución. Cuando de la pluma de nuestros contrincantes brotan espontáneamente los vocablos imprescindibles en todas sus virulentas acometidas, cuando les oímos hablar de "clericalismo" y tildar de "frailero" a todo escritor desenfadado que osa salirles al paso para poner coto a sus demasías, parécenos la cosa más natural y nos deja en el ánimo impresión equipolente al del zumbido del mosquito o el ladrido del can; mas si acaso tronezamos con alguno de los nuestros, arregostado al empleo de igual vocabulario, no podemos evitar que nos hiera el oído y nos cause efecto parecido al de una profanación. Y es que en labios de Católicos suenan muy mal frases como éstas: "N{íuni't anrJ m{ja praile baga ang relihion? Hindi Kun gayo'y ¿bakit ngayo't napapuot ka sa mqa praile ay kapupuotan mo ang relihion? Kuru-kuruin mo, na ibang-iba ang relihinn sa m{ja praile, kahit na ang m{ja ito ay ministro noon. lpinagtatapat ko sa iyo na ako ay hindi makapraile nfjuni't tunay na katoliko'", las cuales de intento dejamos de verterlas al idioma de Castilla, porque quien no conociere el tagalog no sepa nunca haber salido tales conceptos de una pluma Católica, como lo son para gloria nuestra cuantas laboran en el semanario vernacular. Si alguien aborreciere o simplemente mirare con desprecio o indiferencia el ejército de su Nación, no podría en justicia teneree por buen patriota, porque, al fin de cuentas, los soldados son los llamados a conservar la integridad del Estado y los defensores de la frontera nacional. Con mayor razón habríamos de dudar de la legitimidad del Catolicismo de quienes sintieran recelo del elemento más militante de la Iglesia que, en frase del mi:omo Renán, "ha sido el ejecutor de las obras más eficaces del cristianismo". Si, como enseñan los teólogos, el estad'l religioso "pertenece por su propia naturaleza a la nota de santidad de la Iglesia", y lejos de ser "un accesorio y sencillo ornamento del cual puede la Esposa de Cristo desprenderse, es la Iglesia misma en su parte más excelente", no acertamos a comprender por qué arte de birlibirloque haya de rnrle dado al Católico mantener en su corazón y demostrar en sus acciones, no yá antipatía a las Ordenes Religiosas, mas ni si<miera la indiferencia hacia lo que hay de "más sustancial y más completo en la esencia del Catolicismo", sin amamantar a la vez parecida frialdad para cuanto atañe a la divina Institución. Y si en sentir de escritores dignos de nota "!· erseguir a los religiosos no es atentar contra alguna rama inútil del árbol plantado por el Nazareno, ni, como han pretendido otros, equivale a robustecer el tronco, podándolo de brotes innecesarios, mas es arremeter contra la Iglesia, asestando los golpes al corazón" ( ma e assalire la Chiesa nel suo stesso cuore), no se nos alcanza de qué sutilezas pueda valerse un Católico de verdad para hacer menosprecio del "fraile" y entonar himnos de alabanza y amor al Catolicismo. sin caer en contradicción. Todas estas consideraciones no las hiciéramos si nos dirigiésemos a los de la acera de enfrente, mas, pues, se trata de correligionarios, es más, se trata de hermanos muy nueridos, encaminados a hacer muchísimo Lien en el campo fecundo de nuestra Causa, nos tomamos la libertad de retocar algunas de sus expresiones, muy convencidos de haberlas inspirado el deseo de borrar en los espíritus asombradizos pasadas impresiones, para arastrarlos de nuevo a la sombra de Ja bandera del Catolicismo, la más numerosa de cuantas agrupaciones se registran en nuestra Metrópoli actual. Y nos dispensará el estimado colega que nos expresemos así, porque al tomar pie de sus apreciaciones para dar un toque de atención, no nos dirigimos únicamente a él, sino a muchos de nuestra comunión, a quienes en más de una coyuntura hemos oído expliearse en términos parecidos, haciendo gala de su "despego del fraile", lo cual dice mal con el legítimo espíritu de la Iglesia Católica, aunque sea explicable, en parte, y;or las circunstancias del pasado, donde, para des~raeia nuestra, se b_arajaron indistintamente los intereses de la Patria y los de la Religióp.. . PAULINO. Vol. 11. -2- Núm. 34. Agosto ESTUDIO 25, 1923. r;,:.~,;:@)jj,fl1i!Jl!N~'::®lil*lfil!!l':!l!ll!!:f.'1!!11!~'-:4ll.lij]'.""lfili!'::@jjj'.:,'ii"oo,:e¡¡¡¡¡;1.:4ii!ll!!lf.~li!l·::"lliil'.:,lfil!l,::~,;:,1!Jll!,';'!!llll;,¡,¡¡¡l!l,:;l!!J!j],;~i!!i:!!i,::~;,:,mi;l AL MARGEN DE LA VIDA DRAMAS fNTIMOS. • ~'1:~~~~!~@,:::l!m.::;::~;:'.~~~;;;~~JE.~:::@Yf;~;g-@::::~~~~§~::cl!i:~:::'.!{.lCe::!~::WJ:J~;f[D;;::~:::~@;:::~@];;:~r;tffe;::::¡füJiF:::¡gi!f:~:~iJ1:~~::~·~:;;::~1f¡:¡.!,~Jj Sonreía sierr:.pre. . . Cuando la conocí estaba en la edad de las claras sonrisas. Una sonrisa alegre, bulliciosa, cristalina, musical, cual si fuera sonido de campanillas de plata tañidas por manos de ángeles, que disipaba todas las tristezas del corazón y deshacía todos los nublados del espíritu. Sus amigas la querían mucho por eso, porque siempre sonreía, porque ponía siempre en todas sus fiestas íntimas y ruidosas diversiones, con su risa retozona, la nota de juventud, de simpatía, el rayo de luz pura y trasparente, que las imprimía suaves tonalidades de color de rosa, quizá el sello de amor ingenuo y ppético, que h:.:s hacía más felices cuanto más humanas. ¡Cuántas veces, con aquella sonrisa que semejaba un ji ron arrancado al 1 a~o azul del cielo, había sofocado en el pecho de sus amigas algun pequeño sentimiento de ira o de coraje, que tal vez les causaran supuestos abandonos en lo más animado del baile o de la tertulia, o endulzado las penas de sus juveniles corazones, debidas por ventura al roce con la prosa de la vida, que ajó en flor sus primeras ilusiones, o sujetado de nuevo el lazo que unía Jos destinos <le dos almas, qui:! un pequeño incidente había estado a punto de· romper para siempre! ¡Oh! ¡Y cómo le agradecían aque1los íntimos y secretos favores! ¡Cómo le mimaban y acariciaban por todo ello! "¡Qué buena y simpática es! ¡Es un angel!"-decían en sus confidencias. Y la verdad que era buena, muy buena; simpática, muy simpática. Dijérase que, olvidándose de sí misma, sólo vivía para alegrar la vida de los que la rodeaban. ¿No habría, sin embargo, en su vida alguna bel1a ilusión, alguna risueña esperanza, que le hacía sonreir siempre y ser tan buena y simpática? ... Tenía además otra bellísima cualidad: era amante fervorGsa, artística enamorada, por temperamento y por caracter, de Ja música: quizá encontraba en el divino arte la única expresión exacta de sus alados y risueños sentimientos. Poseía, por ende, un timbre de voz más que humano; en su garganta habían hecho el caliente nido unos ruiseñores y de ella escapaban aquellas canciones que parecían gorgeos, aquellas cadencias que parecían murrnurios de arroyuelos cantarines y suspiros de la brisa. Cuando desde un rincon de la sa"Ia coquetona y elegante, perezosamente reclinado en una silla, la oi cantar por vez · primera en una fiesta familiar, de pié junto al piano,~ bella, airosa y esbelta, vestida de tenue gasa color de rosa, prendidos en sus cabellos, como un símbolo de ingenuidad y candor, olorosos ramilletes de jazmines, la llamé allá en mis adentros "la maga de la canción". Porque ei·an canciones su música favorita; esas canciones. de ahora, que nos conmueven y nos infunden una melancolía y una ternura, que responden siempre a nuestro modo especial de ser y de sentir; esas canciones, todo sfntesis y rapidez, que nada dicen y Jo expresan todo, porque de todo saben y de todo hablan; esas canciones cuyas notas se escuchan con agrado por todos los oidos y cuyas estrofas brotan de todos los labios, y se elevan y se lanzan y se repiten, para que llenen con su adorable so· noridad toda nuestra vida. Y es que la canción también tiene la suya, porque tiene tambien un alma: un alma que _le damos todos, hacié.ndola partícipe de nuestras inw quietudes, de nuestras angustias, de nuestras alegrias y de nuestras venturas, al hacerla intérprete del humilde y escondido romanticismo de nuestro corazón. Si; era "k maga de la ·canción". Por eso también la querían mucho sus amigas. Aquel día escuché de sus labios, trémulo de emoción, estos delicadísimos versos: Alivia con tus cantares el rigor de los pesares y hallarás consolaciones. Que es don humano y divino el alegrar el camino con risas y con canciones. Sin pretenderlo se había cantado a sí misma. Había hecho en una canción la descripción de su destino. Porque así era ella. En todas las fechas memorables de su vida familiar y de sociedad, lo mismo en la fiesta onomástica de los papás o de la amiguita querida, que al festejar la vuelta del ausente amigo o el feliz éxito de los exámenes del hermano, o la venturosa unión de dos almas amigas, jamás faltaron sus risas y sus canciones; sus risas y sus canciones, sin las cuales no hubieran sabido no hubieran podido alegrarse y regocijarse ellas, las qu~ la querían tanto. las que tanto la mimaban y acariciaban. Y pasaba el tiempo y ella sonreía siempre, siern.pre cantaba. Y llegó un día ... y ellas. las que la querían tanto, las que tanto la mimaban y acariciaban no lo llegaron a advertir, no se percataron de ello. i Es t3n egoista la humana felicidad! ... Yo lo adiviné ... no sé por qué ... tal vez porque la contemplaba siempre desde lejos. ¡Ella, la que sonreía siempre, la que siempre cantaba había pasado de la edad de las sonrisas claras a la edad de las sonrisas tristes! En su corazón se desarrollaba un drama íntimo, un drama que nunca llegaría a conocerse, porque había aprendido a encubrirlo con su eterna sonrisa, triste ahora, pero al fin sonrisa, máscara del dolor que no supieron adivinar las que la querían tanto, las qn~ tanto la mimaban y acariciaban. U na a una fueron casándose todas sus amigas. Y ella siguió siempre JT'.atizando, hermoseando aquellas uniones venturosas, aquellos felices desposorios con el color y la poesía de sus sonrisas y sus canciones. Y fué quedándose sola. . . y no se casaba. Ni su belleza, ni su bondad, ni su simpatía, ni su posición ... Nada. ¿Por qué pues no se casaba?. . . ¡Cuántas veces me hice yo esta pregunta! Un día me lo dijo al oido un amigo. "¿Sabes?... Se ha casado él con otra". Entonces lo comprendía todo. El era un joven ingeniero, guapo chico, de buena familia, de un bonito porvenir, que, prendado de su clara sonrisa, le había prometido entregarle un día su mano y con ella la felicidad. Pero ese día, esa felicidad no llegaba, no llegaría ya nunca para ella, porque ... ¡la humana inconstancia! ... él se Ja había jurado eternamente a otra ante el ara del altar. Y ella más fiel, menos inconstante sigue esperando siempre. . . ¿qué espera?. . . son riendo siempre. La ví el otro día. Salía de una casa pobre, muy pobre escondida en una mísera calle de humilde arrabal. La había llevado allí la caridad cristiana. Al pasar me sonrió dulcemente ... Me han dicho que ahora enjuga lágrimas, alivia penas, consuela a muchos enfermos, sonrie a todos. Y así seguirá yá siempre. Con su sonrisa triste en Jos labios va cumpliendo su destino. i Un bello y triste destino! EL PEREGRINO. Vol. II. -3- Núm. 34. Agosto ESTUDIO 26, 1923. ·::~::t:r~~:~~:dfil...~::::~~:::q~~::::~::;ci'"~~:~:::~~:~~~:::~:::~:r~:::~:::.:@Bl::~~~:r.~~:®m:::cOOBJ~~, _, El Dr. Percy Stickney Grant .. ~;;:!!;l!!P;;¡g¡¡¡p::,lfil!!J>::,l!!Jl!i'::'i!!:@:;l!lJl!F;:,l!lll!F::,ig!!!>::'i!l'filii)>::<!!l!!M;l!!!!!P::<irul!F:;l!l:@<:;l!!J!!F:;l!!Jl!P:;l!íl!íF;:,¡¡;¡g,;:,l!i:®':;!!!Jl!';;[!W;:'l!!ll!ll!!F::4i!J1i!>i;l!i:¡!¡;,;:,ll!l!l:o:l<~::,J DeRcartado teníamos este asunto de nuesfro temario y habíamos yá dejado a nuestra pluma trazar, en rasgos generales, unas cuant.os idea.s qu..' a nosotros se nos antojaban ser de capital importancia sobre el tema atrayente y sugesti,vo del individualismo religioso, plaga que hoy pa·decemos por obra y gracia del hipersensibilismo de unos y acaso la falta de táctica de otros. Empe1·0, bien p,ensado ·todo y deseando am¡Jliar nuestros estudios sob're el dicho tema pareciónos m.ejor y más seguro-j tristes tiempos los nu.estros en · que siemp1·é ha de buscar el esc1 rito1· católico lo más seguro y no lo más cont'eniente y necesario! -continuar, ni envidiados ni envidiosos, con nuestros pastores protestantes y con los comentarios que a sus dispara tes vamos poniendo, sin p,erjuicio ni escándalo de nadie, lo cual no es poco, dada la tendencia de algunos a escandalizarse de todo y de todos. Como en est.e nuestro estudio-el cual corno ve el lector va para largo-liemos, al fin y a la postre, de toparnos con lo que en Religiones Comparadas lleva el nombre de. cristianismo personal, dejamos para entonces .el estudio completo y acabado, en cuanto de sí dé nuestro pob·re y desmedrado intelecto, del tema tan sujestivo del individualismo religioso, plaga, vuelvo a repf!tir, que padecemos gracias al hipersensibilismo de quienes debieran ser ·más calmosos y tomar las cosas cual vinieren, t,eniendo siempre presente que allí donde las dan las toman, y que los principios tienen qw~ so· p1-incipios aunque hieran en lo vivo a quienes tienen demasiado sen.~ible la hepidermis. Hemos dejado bien sentado en nuestros estudios anteriores que el caracter fundamental del p1·otestantismo, desde su origen a nuestros días, es el Individualismo contrapw:sto al Catolicismo~ Desde ,el momento en que se siente como la base de toda religión el principio de la "Inspiración Individual", contrapuesto a la enseñanza lnfalibli de una Cabeza Sup,.,enia Directo1·a, se introduce en el seno de la niisma el Individualismo; cada cual tendrá perfectísimo derecho a sostener las doctrinas que le vinieren más en tal<tnte, sin que haya un Director que ¡JUeda levantar su voz autorita1·iamente y con derecho a i·mpone>' su propia interpretación. Y puesto el hombre de estudio en esa pendiente tan resbaladiza de la interpreta,,.. ción de los Textos Sagrados según sus caprichos, será muy natural el que ruede por ella hasta llegar al fondo del más crudo y desverg_onzado racional·i.smo. Remos estudiado en nuestros dos artículos últimos cuan grande sea la d,escomposición que de algµnos años a esta parte se nota en el cuerpo del p1·otestantis·mo luterano, que es el · más "sabio" de todos los vrotestantismos. Hoy vamos a ocuparnos de la disolución del protestantismo episcopalíano) que ha Sido tal vez el más conservador de todos los protestantismos. "Orthodoxy changes with .the times". Las creencias camb'ian con los tiempo!!. Tal /3S el principio sobre el que se ha. desarrollado recientemente dentro dil .<;eno del Protestantismo Epúicovaliano una discusión doctrinal, que ¡;ucde dar al traste con esa rama del protestantismo .. F1ozdándose en ese principio-cuya veracidad supondríu que lo que fué ayer cierto hoy no lo es, y qu,e el Credo de los pasados siglos no 7mede se1·vir como Credo de nuestros días-el Pa.<Jtor Percy Stickney Grant ha sostenido desde· su púlpito d~ la Iglesia de la Ascensión de New York las ideas más avanzadas y crudas del rac10· nalismo más liberal y más crudo. En expresión de la vrensa teológica de Estados Unidos, Grant ha roto y se ha libertado por completo de toda cad. ena dogmática y teológica g1·acias a ese gran principio del cambio de . dogmas según las condicion.es de tiempos y de lugares y personas. ¡Quien con tn.l religión no se conforme tiene, en Vol. II. verdad, tragaderas bien estrechas y es d~ bien amplios deseos! Y a no le basta al protestantismo· decir que cada cual piense y, crea lo que le venga mas ,en talante y lo que le pare:.:ca mejor; le da además derecho para creer hoy lo qu,e podrá negar mañana, y para negar mañana lo que ayer- creyó. ¡Y a esto se llama romper las cadenas teológicas que encad~man la mente y la someten a dogmas Y cre,encias ! ¡Y es posible que aun haya ent.re nosotros quienes se adlliieran a sectas que tan lejos llegaron-porque debían llegar-en sus conclusiones racionalistas! Para el Pasto1·, D1'. Grant, rector Of' la Iglesia EpiscGpaHana de New-York es preciso comenzar asentando 'nuestras cre.f.>,ncias sobre la necesidad <{e mudar los dogmas y cre.encias en conformidad con las necesidades d2 la época. La 71rimera consecuencia que el mismo deduce es que, "Cristo, siendo imagen del Padre, no tiene el mismo 71oder del Padre, ni es Dios como El", o lo que es lo mis· mo, 11os retrotrae a los tiempos el.el primer Concilio Ecuménico d,e Nicea, en el que fueron condenados Arrío y los Arrianos, Rus seguidores, por afirmar exactCJtniente lo misnw qu,e Grant. ¡Y quien dude de los progresos dogmáticos del protestanti.~mo Episcopaliano será un discamisado intelectual!!! ¡Vayanle a un pastor norteamericano con cuestiones . de Historia! ¡La historia son ellos, como lo son todo! Al igual que su colega Yatho, tamb(en Grant fué llamado a cuentas por su obispo, Guillermo T. Manning, quien en carta atent-isimu y llena de todo género de suavidades ven·ia a decir al rebelde pastor, "o dejas tu pastoreo o te excomulgo a menos que confieses que Jesús es v.erdadero Dios". ¡Y nos acusarán a los ·católicos de pobres mentalm1ente porque nos sometemos a l,os mismos deseos de nuestros legitirnos pastores! Nosotros preguntamos a to· dos los protestantes habidos y por haber si fué otro el lenguage usado en todos los tiempos por los Romanos Pontífices, contra los cuales tanto papel y tinta gastaron los 8,Qctarios, cuando condenaban los errores protestantes. ¿Con qué derecho pretende el obispo Manning hacer abjurar a su pastor Grant, despues que han sentado como base de s¡¿ sistema la lnspfración Individual y el Espíritu Privado? ¿Ni qui.en será un obispo pa1·a condenar· de herejía a un Pastor, cuando dentro del Protestantismo caben perfectamente todas las interpretaciones? ¡Consecuencias de las incons~cuencias/ A los requerimientos. de su obispo contestó el pastor neoyorkino en té1-minos qu,e aquel calificó de vagos e imprecisos ("vagu.e and ambiguous instead of clear and exvlicit"), librándose así de ser sentenciado po1• un tribunal eclesiástico ¡Tribunales eclesiásticos dentro del s,eno de la reforma! ¡Y en los Estados Unidos de América! ¿Quién hubiera jamas sospzchado tal? ¡Y que nos hablen de la Inquisición y de la "tiranía espiritual romana.! No bien había Grant recibido la carta famosa de su obispo (¡ ¡¡) cuando ni tardo ni perezoso, subiose al púlpito de su / glesia y "reafirmó su apostasía." entre los aplausos de una congregación integrada. .en su mayoría de judíos, negros y chinos y que no cabiendo en los recintos de la Iglesia se desbordaba hasta la calle y tenía qu,e ser contenida po1' la polieía neoyorkiM. El punto en discusión y que había tenido fuerza para congregar tanta clase de gentes de tod<i credo, color Y raza, es un terna que se está dis~tiendo desde hace dos mil años; sin embargo la circunstancia de lugar ha hecho qu,e esta controversia sea una ·de. las que mas han lla.mado la atención de la p1'ensa estadounense. Figúrese el lector que la Iglesía de la Asunción .está entre la ·Quinta, (Pasa al pie de la Pág, siguiente,) 4- Núm. 34. Agosto ESTUDIO 25, 1923. ~~::;!,g:::~~::~~:::!)!JEJ::::~:;::~::::~::::[!l:@;::r!!:&P:::1!.1M:-::::'.[~~::::;_,z..',:~~::::@~:::~@:::®!!>:::;~:~:)fil~;::::lftlrij~~:!!.&:!::~¡ruª>:::~:~~:::~=:::rrr&:::0~:::i_iill 1 NO HAY TAL PAREJO 1 ~'!tj:::~~::!f&~b~:~~:::~::::ª~:.::[IDR]::HtcMJ::::r~t:!;!:P:::!;!:~~::::~~:::~';.:::~:::[!l'i~b.:::ci:im:::::[!CillJ·:::~[!!;::::íf(~:~l!tm::::~ii~::::Jf.f(:;:'If~~::;.r!t.~':::;;.rm;::::l!t:ff=:::ctt~~~lf'K:~-~ ¿De cuando acá ha sido el cisma A la Santa Iglesia l gual, Par,ejo, todo lo mismo, Sin diferencia esencial? Compatriotas, es mentira Tan grande barbaridad: Afirmar que son parejo El error y la verdad. La noche oscura y el día, La calma y la tempestad, La triaca y la ponzoña, El justo y el criminal, El corderito y el lobo, El jardín y el barrizal, ¡Vaya!. . . ¡Cómo nos cegamos Con el cisma de Batac ! ••• Am.emos siempre lo nuestro, Lo típico y regional: Nuestros pañuelos de piña Y el sombrero de abacá, Los mantones de Manila Y el lechón de Navidad, Nuestra música, y las mangas De Cavite y Bulacán, Los hojaldres cebuanos Y a nuestra sipa jugar, El cacao de Batangas Y el barong de sinamay, La bibingca y los lanzones La franca hospitalidad, Nuestras lenguas filipinas Y la vida patriarcal. • * • Mas lo perverso y extraño, Como el cisma de Ave Taft, Que lleva el sello de fuera Y es contrabando infernal; Aunque nos lo venda Aglipay Lo hemos de abominar; Porque es una mala peste Para nuestra sociedad; No es filipino, malea, Divide, y tiende a acabar Con la unión entre nosotros Y fraterna caridad. ¿No veis cómo se persiguen Y se odian hasta matar Pueblos y .familias, que antes Vivían en santa paz? ¿No veis donde arraiga el cisma, El odio pronto brotar? Campana contra campana, Un altar contra otro altar; Aquí salen los católicos En procesión a rezar. Y allá van los pare-pares Con su parejo a estorbar. ¡A no ser nuestra paciencia, Corriera de sangre un ro.ar! ... ••• Hermanos. volved la espalda A ese Aglipay de Batac Que nos divide, y estorba La ansiada felicidad; Que es hereje y masonazo Con placa de Sacristán; Que atrae las maldiciones De Dios y la sociedad; Que es instrumento de logias Para secuaces pescar, Dorándoles el anzuelo Con un "parejo", ",es igual". •• * Pero a fe, que en un librejo, Que se atrevió a publicar De unas cincuenta y dos páginas, Desbarró cual Barrabás, Y llenó el texto de errores, Que no se puede mirar. Les contaré de corrida Lo que acierte a recordar; Pero antes, sepan, amigos, Que el folleto heretical 1's la fuente en donde beben L"a sapiencia colosal Toditos los pare-pares En pocos meses no más. Al librejo llama Aglipay Catequesis, que será El examen de la piedra Para poderse ordenar, Y con sólo este bagage De sandeces e impiedad Y a pueden lanzarse solos Por el campo a re ...... . • • • Tambien es útil que sepan Que el libro quiso tirar Isabelo de los Reyes, (Manila, Imprenta "Lawag"), Y hay malas lenguas que afirman Que es suyo el original; Pero sea lo que fuere Los dos hicieron muy mal. En las tres primeras páginas Con grandísima verdad Aglipay se llama EMMO., Porque quiere descollar Por cismático y hereje, Por masón y sacristán. • •• Su Catequesis se ensaña Con descarada impiedad Contra el Dogma, la Escritura Y la Lógica además. Y así yo dividiría El folleto doctrinal En tres partes: Herejía, Ignorancia y Necedad Deja el Credo destrozado, Los Mandamientos muy mal Búrlase de San Miguel Y se ríe de Satán; Y aun del mismo Jesucristo Niega la divinidad, Y en la Santa Eucaristía Su misma presencia real; De los, cielos despotrica Y del castigo infernal; Contra el Papa se rebela Con arrogancia sin par; En su iglesia lleVa mitra Y en las logias el compás. • * • Déjese ya, Máximo EMMO, De esta farsa comercial Y empiece a hacer penitencia De su vida de juglar, De su císma, sus errores Y masonismo infernal, Y no sea V d. manzana De discordia popular, T uguete de los extraños Y enemigo de la paz. Recapacite en su vida De responsabilidad Ante Dios y ante los hombres, Qúe sus hechos juzgarán . Mire bien que en el sepulcro No habrá'" tiempo de enmendar, Y acabe su mala vida Como el ilustre Rizal. P. DE ISLA. (Vieae de la pág anterior\. Avenida y la Calle Diez, en la ciudad mas modei·na del mundo y en la que se topa uno con lo mas adelantado del modernismo, revuelto en atroz mezcolanza con las mas absurdas y rancias tradiciones, y comprenderá el por qué los s.ermones del Pastor Grant han repercutido a todo lo largo y ancho de la prensa norteamericana. \o'--f -~---·----~ I CAVAllllllA, ABOITIZ & AGAlll 1 1 ABOGADOS ¡ 1 Roxas Bldg. N.o 212 Tel. 572 ®-------------FILAD ELFO. VOL. Il. 5- Núm. 34. Agosto ESTUDIO 25, 1923. 1 ~ t 1 1 EN EL MALECON Era la hora ¡;lás'ica del pa - .ced, El sol se iba acercandV> hacia el horizonte pere.wsamente como si le doliera abandonar p~r algunas horns nuestro hemisferio. El cielo estaba ser~­ nr:, pero soplaba un ventari:on demasiwlo fuerte para pennittr el plácido disfrute de las idas 1' venidas a lo lai·g!J de;l Bonlevard. El mar presenta/)(! el aspecto agitado de las horas que preced~n a la tempestad, y el siseo de las olas inquietas 11 errabundas preludiaba yá el tema dei tomporal. La mayoría de los grupos de la Luneta había optado ¡;ar acogerse a los bancos desperti.aados por la planicie: Los acordes de la Constabulana lleuaban hasta nosotros a retazos, en los mezquinos campa.ses de espera del aquilón. Pude comprender por ellos que estaba ejecutando "Lucia". C~mo ninguno .de mis amiqo.o. hubiese acudido aquella ta.rde a la Luneta, sospechando con razón que no podríamos dar las vueltas acostum1,radas en la agradable compa11ia de nuestras amiguitas, encontl'ábame solo 11 me retiré a los peilascos de la orilla, ¡con tan buena suerte que dí con un cobije donde, defendido del viento. pwlía contemplar toda la bahía, ::;n ser visto de nadie que se acercara por aUí. Parecia aquello un obseri1atorio labrado de intento por algún enamorado de la soledad. La marcha descendente del sol. que había yá desaparecido tras el pico de Mariveles, iba .de.iando la Luneta en la oscuridad. No habían trascurrido aún cinco minutos desde mi toma de po.oesión, cuando pe1·cibí una vocecilla femenina, de ti'n1bre musical, que por momentos aumentaba de intensidad. Era evidente que se acercaba donde me hallaba yo, y lme figuré que vendría acompañada de al.auna amiga a [Juarecerse en aquel mismo lugar. Mi pul::ación correspondía a la de un febricitante 11 en mi cabeza reuoloteaban las ideas como una 11iubc de g.orriones sorprenr/¡idos en desenvuelto saqueo por la pedrada del labrador. Senti nccesos .de tos, como ocurre en tales a.puros, e hice esfuerzos por ahos;arla, porque no me descubrieran hasta tenerla junto a Vol. II. mí. De pronto, oí una voz masculina qne, en aquellas circunstancias, se me antojó profundamente antipática, pues cortaba de un tajo las alas a mi ilusión. -; Quieres que nos sentemos aquí? -Como quieras, repuso ella con una entonación que me sonó a trino '·de ruiseñor. En aquel mismo instante calmó un tantico el viento y llegó hasta allí el eco de los cornetines que ejecutaban el lindís4mo dueto de Bettina y Pippo en "La Mascotte''. La \ooreja no daba muestras de interesarse gran cosa por la música y continuaba ella, después de haberse sentado ambos sobre la rnca en la cual me hallaba yo, narrawlo las peripecias de su encuentro con un amigo .de la infancia que del extranjero acababa rie llegar. Este muchacho de su misma edad había manifestado inequívoca inclinación hacia ei1!a antes de marcharse a Eurova. y hasta continuó escribiéndole durante bastante tiempo. sin que ella mostra.se interés alguno por sus misivas, yá que no recordaba haber contestado sino a una media docena, 11 ,oaun P,SO por mera cortesía. Tan corta em la distancia !JUe de el/oe me separaba que oía la conversación como si fuese su interlocutor. De improviso, le interrumpió él para decirle con cierto tonillo de reconvención: -Dicen que es joven de mucho talento y le espera gran porvenir. -Así he oído decir a cuantos le conocen 11 saben los brillantes re.eultados de sus estudios, contestó ella con una candidez oue descubría a la lequa no haber comprendido a dónde iba él. -; Y a tí qué te par~ce, Marieta? -Yo no puedo decir nada de su carrera. pero, a juzgar por la conversación, parece muy despierto y se expresa con maravillosa, soltura y naturalidad. -Es otro buen partido que se te presenta. -Miguel, ;, te he dado 110 alnún funrlamento po,ra eeos celoR tan desatinados? El timbre de voz de ella hahía verdido la ai•monio.qa flexibilidad de la narración pasadn 11 la pre.aunta salió de sus labios so>stenida en la misma -6nota y con las sílabas dislocadas, como cuando tratamos de zaherir a persona muy querida, reprochándole su ingratitud. -Dispensa, Marieta, pero es que cuanto mejor te voy conociendo, más te quiero, y a medida que aumenta mi cariño hacia tí, aumenta progresivamente el temor de perderte .. . -Pero, de un temor inmotivado, nunca debes hacer arma contra mí. Cuando te cuento todo .... -Dispen5a, te digo. Y á sabes que no hay amor sin celos. -Comprendo. Mas los celos son la puerta por donde entra la desconfianza, y la desconfianza es la ruina del amor. . . Así, a fuerza de querer, s,e llega a las veces imprudentemente a no quererse. -¿Y me quieres mucho, Marieta? -A las pruebas me atengo, Miguel. Nuestras relaciones no son de ayer, y tiempo has tenido de conocer que no entiendo el amor co·mo la rnayoría de esas chiquillas casquivanas que a la primera semana se dejan arrancar un besito furtivo y fugaz del novio, y tan a la carrera descienden P01' el plano inclinado de las concesiones, que para los dos meses. . . nada tienen yá que dar. -Es verdad, Marieta. Dentro de unos días se cumplirá e'i año del comienzo de nuestro noviazgo, y esta es la hora en que no he recibido una de esas muestras tan apetecidas de a/mor. ·-¿Muestra de amor un beso? ¡Psh! Tú no conoces a la mujer. Nosotros hemos hecho del beso, como de las lágrimas, un a1<ma, y nos entregamos al llanto y besamos, según las insinuaciones de una estrategia peculiar. El hombre nunca podrá rastrear esa peculiaridad femenina y toda sii "fuerza" se estrellará siempre contra la aparente "debilidad" de una mujer que llora o de una mujer que besa, como esas inquietas 11 diminutas olas se estrellan contra las rocas del Boulevard. -Por Dios, Marieta, nunca me hablaste así. . . -Tampoco me has reprochado hasta ahora mi conducta para contigo. -No fué reproche, Marieta, Núm .. 34. Agosto fué un deseo muy antiguo, reprimido hasta hoy por tu comportamiento singular y manifestado hace un ratillo, porque me parecía aceptable la ocasión. -Te advertí der.de el comienzo de nuestras relaciones que no esperaras tropezar con alguna de esas jovenzuelas sin seso, a cuyo juicio no alcanza el noviazgo mayor importancia que un baile o una jira, teniendo a su favor la ventaja de la duración. Y lo que debiera ser escuela de mutuo conocimiento, queda convertido en el eterno coqueteo de la mariposa ¡¡ la llama del candil, donde, al cabo, sucumbe el gracioso insecto a la acción del fuego, sin haber causado en la luz sino una pasajera impresión. En los noviazgos fracar.ados, la víctima es siempre la mujer. -Yo creo que tanto puede perder ella como él. -Te engaiías, Miguel. Vosotros, los hombres, podéis aportar al matrimonio 1.fna carrera, un porvenir brillante, un apellido ilustre, la aureola de la fama .... Soñáis acaso con una mujer bella, acaudalada. Pei·o todos exigís de ella un nombre sin mancha. ¿No es así, Miguel? -Es verdad, Marieta. -Si eso es verdad, dime con toda franqueza quién es la víctima en toda ruptura de rel.aciones. -No cabe duda. Según tus acertadas observaciones, /,a mujer. -Y siendo eso así, ¿te lamentas todavía de haber tropezado con una chica que. a punto ¡¡á de casarse, no te ha dado aún ninguna de esas que llamas equi1•ocadamente muestras de amor? -No me lamento, Marieta. Me glorío de ello, porque ese proceder es una garantía de tu futura fidelidad. Pero si esas que ¡¡o conceptúo manifestaciones del amor, no lo son, ¿podrías decirme cuáles sean las legítimas en tu estVm.ación? -¿Te acuerdas que en cierta coyuntum te dejaste decir que no te agradaría casarte con mujer aficionada al baile? Pues, yo nunca lo fuí mucho, mas recigí la alusión y jamás he vuelto a bail.ar. ¿Has echado en olvido que mostraste una vez mortal antipatía hacia dos de las más íntimas amigas de mi familía y me hiciste saber las consecuenci.as que te acarreó su ligereza en el habl.ar? Pues, debiems haberte yá enterad o que no /,as he vuelto a tratar con intimidad. Conocí otro día que no mirabas Vol. 11. ESTUDIO con buenos ojos a Leopoldo, y hasta tenías celos de él. Y tú has visto cuál ha sido mi táctica después. Recuerda aquel/,a velada en mi honor que, por complacerte, sw:pendí, sin dar que sospechar. Acuérdate de aquellos Juegos Floiales donde, poi· unanidad, me nombró Riena el Jurado, y, suponiendo darte gusto, 1·enuncié con sorpresa general. Trae a la memoria . .. -Basta, Marieta, basta. Pei·dona que haya cometido antes la injusticia de lanzarte una indirecta con motivo de la llegada de ese antiguo amigo de tu familia. Perdona, Marieta. -No me ofendí, Miguel. Pero quisiera que aprendieses a distinguir en lo futuro el verdadero cari11o, de esas otras caricaturas del amor. Es esencial ese conocimiento para la seguridad de la paz del hogar. Ten presente que la muje1· besa al perrito de casa cien veces al día, y llora coptos<11mente por la muerte de un canario o el rasguño de su vestido favorito. Sólo cuando ama con locura sacrifica todos sus caprichos poi· contentar al ídolo de su corazón. Y, no lo olvides nunca, yo he quemado en tu altar cua!'r quiera d.e mis aficiones, al comprender que el humo de semejante incienso había de causarle algún placer. Eso es amar. -Cierto, Marieta. Eso es amar. El viento había amainado. La brisa continuaba rizando las aguas de la bahía, en las cuales se reflejaban y desaparecían alte1·nativamente, al compás del movmiento ondulatario las lucecillas suspendidas de ios mástiles de las embarcaciones anciadas dentro del rompeolas. Marieta y Miguel habían cortado ia conversación, al sentir en su¡; corazones el acariciante aleteo del amor. Cansado de permanecer en la misma postura y falto además de la fuerza de resistencia que me diera hasta entonces ta curiosidad de escuchar la charla siempre intei·esante de dos enamorados, trepé por la arena a favor de la oscuridad, yá completa, y algunos metros más alla. ascendí silenciosamente a las rocas, desde donde pudiera contemplar a la feliz pareja. Miguel tenía entre las su¡¡as las manos de Marieta y la mirada de ambos parecía perdida en ia lejanía del horizonte, mientras sus almas se embriagaban quizá de la ilusión de un po1·venir saturado de felicidad. Al tenue reflejo de las bujías del malecón -725, 1923. pude divisar la fisonomía de los dos. Marieta debía de ser de mediana estatura, de rostro bellísimo, con pronunciado perfil griego, de busto libremente desarrollado a lo Giorgione y una abundosa cabellera que pudiera competir ccn la de la Venus de Bouguereau. Miguel era bastante más alto, de cara algo ani·iiada, de recia musculatura y to1'So escultural. La mezquina iluminación no me consintió ver más. No quedaban yá en la Luneta sino algunos grupos rezagados. Yo tomé el camino de casa, musitando, mientras lanzaba la última ojeada a aquel cuadro digno de Rafael: "¡Dichosos los que se aman así!'' @-JOSECHU. 0 r:: We;-::a.7 8~~e~ RIU ~ C-&iady~rtdld. ~'t, ~-:::=1;:-'u • MONTURAS pl~'t~.tt POATFOLIOI CINTURON CAAJlRA¡ POllAMOltfO.U ffALLAZOO Se ha encontrado en 1 ntramuros un porta= monedas de se ñ ora conteniendo veinte pe= sos con veinte y cua= tro céntimos. Previa identificación se en= tregará el portamone= das con su contenido a quien demuestre ser su dueña. Administración de ESTUDIO. ~>------------------<;, r.~-----AVISO Por haberse agotado la edición de casi todos los números preceden= tes de ESTUDIO, no podemos servir su s= cripciones nuevas sino desde el mes de agos= to. Aun quedan, sin embargo, algunos nÚ= meros atrasados que podemos servir previo pago de P0.40 por ejem= piar. -------------.• Núm. 34. Agosto ESTUDIO EMPAREDADOS Cuenta Cervantes en el prólogo de la Segundo Parte del Quijote . .. Ante todo, no se extrañen los lectores de es e comienzo singular. 25, 1923. Porque, yá nos hacemos, cargo de estar con lis manos en la masa y no renunciamos al compromiso adquirido de servir una ración semana de emparedados. Pe1'0 querríamos también que los leyentes se dieran cuenta del aprieto donde queda el panadero a quien primero privan de harina y luégo después piden pan. Como Enrique IV de Francia s,e hubiese propuesto visitar las poblaciones más importantes de su reino ... Se nos olvidaba yá que antes está el Manco de Lepanto que el monarca francés. Cuenta Cervantes, en el lugar arriba indicado, que había en Sevilla un loco. Cosa muy fácil de creer. porque dondequiera hay un loco, y aun por ventura muchas docenas, a s,er cierta la observación del riquísimo refranero de Castilla: Un loco hace ciento. Lo peregrino está en que aquel demente "dió en el más gracioso disparate y tema que dió loco en el mundo". Algo exagerada se nos antoja la afirmación, con perdón del inmortal escritor. Porque nos ha cabido la suerte, digo, la desgracia de conocer pretensiones más disparatadás. Pero dejemos para lo último los retoques y l2s aplicaciones "Hizo un cañuto de caña, puntiagudo en el fin; y en cogiendo algún perro en la calle, o en cualquiei· otra parte, con el un pie le cogía el suyo, y el otro le alzaba en la mano, y como mejor podía le acomodaba el cafíuto en la parte que soplándole, le ponía redondo como una -pelota''. Leído el caso, no es penoso disimular la ex2geración del prologuista, porque, a la verdad, ha de teners,e por muy "gracioso disparate" éste de querer inflar cuantos perros topaba. Mas la manía del sevillano debía de tropezar con algunas dificultades, porque. . . Pero sigamos leyendo, que con más galanura habrá de decírnoslo el autor complutense. "En teniéndole de esta suerte, le daba dos p2lmaditas en la barriga, y le soltaba, diciendo a los circunstantes (que siempre eran muchos) :-¿Pensarán vuesas mercedes ahora que es poco trabajo hinchar un perro?" Y con esto, dejemos en paz al bueno de Cervantes, que yj, no le hemos menes,ter. Nos hemos permitido retocar una apreciación del novelista hispano, y con nues,tra cuenta y razón. No estamos conformes en que la ocurrencia del loco de Sevilla sea "el más gracioso disparate y tema en que dió loco en el mundo''. Porque, no me negarán mis lectores, un cafíuto, y más si fuere "puntiagudo en el fin", es el medio más adecuado para realizar el propósito del hispalense: hinchar un perro. De donde se sigue haber procedido con muchx coi·dura aquel orate al echar mano de instrumento muy del caso para la consecución de su plan. Y por esto dijimos, antes no hallarnos de acuerdo con el pendolista alcalaíno en cuanto a la ponderación, algo excesiva, de la calidad del disparate. ¿Qué dijera Cervantes si supiese que en el siglo XX hay "periodis,tas" (asi los lla.man), cuyo utensilio preferido son las "tijeras"? Dígalo si no, nuestro buen amigo el Tío Tijeras, a quien Dios guarde muchos años, aunque sólo fuere para pasta. de emparedados. Y ¿qué relación hab' ni puede haber entre unas "tijeras" y una "revista"? ¿No ei:iste mucho más. estrecha entre un cañuto y la acción de inflar un can? ¿Qué hiciera Tío Tijeras si le condenaran a la tarea, un tantico ingrata, de hinchar cuantos perros encontrara por esas calles de Dios? fin"_ Pues, muy sencillo. Encaminarse a algún Bazar y hacerse con un caíiuto, "puntiagudo en el. Y ¿qué hiciera el loco sevillano si le pus,ieran en el trance de publicar una revista? ¿A que no le ocurría apaíiar de unas "tijeras"? Vean los lectores si nos asistía la razón al tener por "más gmcioso d:isparate" el del Tio Tije ms que el del conocido inflador de perros, de las calles de Sevilla. Vol. II. Mas tampoco deben extraíiarse los leyentes de los apuros semanales del Tío Tijeras. Porque, cuántas veces suele exclamar él parodiando al loco del cañuto "puntiagudo en el fin": "¿Pensarán vuesas mercedes ahora que es poco trabajo COPIAR una revista?" -8- Núm. 34. Agosto ESTUDIO 25, 1923. Y no le falta fundamento al expresµ,rse así. COPIAR, cuando hay de dónde, pase. Pero cuando uno anda muy limitado de prensa extranjera, sa pasan recios apuros. Conste que compadecemos a Tío Tijeras, condenado a COPIAR ... al ROBO de cuartillas ... Isabelo López continúa haciendo de pantalh al ex-cura Aglipay. Y, como por el pico muere el pez, viene a confesar casi, a fuerza de hablar, que "le hemos perder el reposo con el último número de nues.~ra revistilla". Vamos, menos mal. Aun hay alguna sensibi'idad cerebral. De la cual veníamos yi dudando en serio. Porque no pueden hacerse cargo nuestros banéuolos lectores del género de argumentación que le hace emplear, por boca de ganso, su amo y s,e11or. Vean un ejemplo: "Cargados de argumentos tal como están lleno.~ de grasa los guasones frailes, basándose en la autoridad de mil milagro E carnavalescos . .. ' ¿Eh? ¿Qué tal? Pues, por ese estilo les ha~e escribir el renegado ilocano a sus pari-paris cuando éstos se someten gregariamente a firmar sus. producciones ... literarias. A Aglipay, o séase, a Isabelo López le preo:upa hondamente un problema del porvenir. Debe de tener pronunciadas aficiones gastro ;iómicas y querría saber si le será dado conser~·ar las quijadas con sus adyacentes. después de morir. Y exclama apesadumbrado: "No sabemos que después de muertos, nos sea posible tener dientes". ¡Oh nesciente pari-pari! Expele de tu mente s,emejante preocupacion. Cuando fuímos acólitos, vimos desenterrar a muchos con el fin de trasladar sus restos, 11 podemos asegurarte que todos ellos conservaban in ~acta la dentadura. Además., ¡has echado en olvido la manose Ida reflexión moral del poeta madrileño!: La calavera de un burro Miraba el doctor Pandolfo, Y enternecido exclamaba: ¡Válgame Dios, lo que somos! Pari-pari ignaro, si la calavera de un asno resiste el paso del tiempo, nada temas por tu dentadura. ¡Resistirá! Pero ¿para qué querrá Aglipay, digo, lsabe~o López los dientes después. de morir? "Yo no comprendo ninguno de los dogmas", exclama lleno de despecho el ex-cura Aglipay, o el otro, que para el caso es lo mismo. No nos sorprende. El pobre se ve negro para zurcir media docena de frases s,in sentido en "The lndependent", y cómo demonios va a catar lt prr•fundidad de los dogmas. Imposible. Conténtese con poder echar una plática semanal a su mesnada, 11 aun ello sabe Dios cómo irá. Pero ¿comprender ninguno de los dogmas? Cuando hará más, de veinte mios que no ha visto un libro serio y hasta ha perdido casi de raiz e~ hábito de discurrir . .. Según se ve por sus escritos. Un hombre q 1e llama al fraile "energúmeno", "más eunuco que el secuestrador de caminos" (¿quién lo entiende?) . . . y atribuye a J esucris,to "epitetos de carretero", "bajezas de carretonero" ... ¡Blasfemo! ¡Dios te tome en cuenta el mal que vienes causando a tu país! Creo que basta yá de emparedados, porque n' eNtá el tiempo para zampoñas. En nuestra redacción se ha estancado la minecilla del barómetro en "baguio des,tructor" y no hay quien la mueva de allí. Un compañero nos ha disertado sobre las ci ·cunstancias del diluvio universal. Otro nos ha asegurado haber recogido rumores de un cataclismo vecino que nadie supo precisar. El de más allá nos trajo el cuento de un giJante que ha aparecido de improviso 11 amenaza con hacer una que sea muy sonada. Para pat1·añas, Manila. A todo ello, nos encogemos de hombros, sin C'.tidarnos de las murmuraciones de la vecindad. Pasará el tiempo de lluvias, pasarán los baJuios, pasará el cataclismo si es que viniere, pasará el gigante, haga o no la sonada, asomará el s Jl y . .. sonreiremos plácidamente. ¡Qué caray! A mal tiempo, buena cara y a m'll da1-, tomar tabaco. Peor están en Hongkong y nadie, que yo sepa, se tira al mar. Nunca tuvimos, gran fe en los pronósticos, p'ro de un tiempo acá aun desconfiamos más. Vol. 11. -9- Núm. 34. Agosto ESTUDIO 25, 1923. fiii~:;:!)!~:;:::grg::::1í.~::::JC:·Jt~::~~:;:,l!1.&:::::[iij:(:::<!f:-:>i::::):c,1J:i·:;~:1!:~:::,¡;c:~>:'.:!!(.'J!i~I:::<!':1!>:::~J!J~>:'.:1':1f::::~~:!i:::;,:g_:g::::~'.J!::::Jt;;c~:;::~~:::i!!11:~'.:~,;::~'ijp;::m:;~~~~~ ¡ LIMADURAS 1 tf:i;.;::Jt:HJ;::~If.,J.;;.)~)(-;::k~-:::u.._~~:<~tH"1°;;:M-;J!,;;.:!!,:~:::-"::'"s,(:;;,iH~J:;;:~i!:;~¡t(_,~~:~~~:::t~:;::~flJF;::[;('~>:~~.iH::;::!ü:.iJ::c.::'.;:;::~Jf®:::~[it:;::~;::[K.:lfF;:~~-;::~~,~:~~:cl!illl -Si no fuera demasiado tar- trina, los hechos con los princide, d2biéramos rectificar la di- pios, el orden práctico y real con rección il:npr2sa a nuestra• mo- el orden de los conocimientos absdesta campaña de apostolado ca- tractos y puramente especulatitólico. vos. -Nunca es tarde, cuando la -Nuestro procedimiento no dicha es buena. Lo urgente, lo ha sido tan d2ficiente como paimperativo, es llegar a la meta. reces significar. Presupuesta la Las peripecias de la jornada ca- doctrina general, indiscutible recen en absoluto de importan- para todo católico, hemos señacia. Por dolorosas que nos pa- lado los medios más convenienrezcan las rectificaciones, al cabo tes para ennrnarla en la vida de se tornarán en inefables dulzu- nuestros compatriotas. ras, cuando cosechemos los sa- -Hemos olvidado algo muy zonados frutos de la victoria. fundamental. En la vida real, -Desgraciadamente, h(ímos como en la lógica de los conoclpagado tributo a la moda impe- mientos, toda argumentaciórr rante, proponiendo para un pro- exige dos premisas para pode·r blema de honda raigambre, una inferir legítimamente una consesolución manifiestamente super- cuenda. Y nosotros, conscienficial. te o inconscientemente, venimos -La unión de los católicos en prescindiendo de una premisa una actividad común, fecunda, ele que desempeña papel decisivo rendimientos indiscutibles para respecto de la conclusión que inla causa de la civilización cristia- tent?.nnos deducir. Pasamos de na en nuestra patria, será una la doctrina general a la trama solución todo lo superficial que se de la vida sin tener en cuenta quiera, pe-ro creemos que no exis- que las convicciones son las únite otra. Ni los Romanos Ponti- cas propulsoras eficaces de ia fices, ni los grandes pensadores conciencia. Nuestro razonar es del catolicismo, han encontrado esencialmente defectuoso. Desotro ramedio para la dolencia re- cendemos a las conclusiones sin ligiosa que· sufre la humanidad. prefijar los principios. Las fuerzas dei mal, adunadas -Las convicciones se forman en perfecta organización, luchan con el estudio y el conocimiento con encarnizamiento sin igual de 'los problemas. No hermos contra el imperio de las doctrl- tratado de otra cosa hasta el nas evangélicas. A este ejérci- presente. to de aguerridos combatientes, -La convicción, fruto único sólo la unión de todos los buenos del estudio, es insuficiente para puede oponer adecuada resisten- regular eficazmente la conciencia. cia. Debemos procurarnos otras -La unidad en la acción ca- convicciones más complejas que, rece de sentido, cuando no hay sin descuidar el elemento raciounidad de ideal. na!, ilmprescindible en el hombre, -El de todos los católicos fili- arraiguen en el campo del senpinos es absolutamente idéntico. tido cristiano. -Especulativa:mente, en la es- -No conviene dificultar la sofera de los principios abstrae- lución de los problemas, introtos, es posible; en la práctica. em- duciendo, a cada paso, nuevos pero, los hechos. demuestran, con datos que sólo sirven para entorelocuencia aplastante, que vivi- pecer la ma,rcha inicialmente tomos de un egoismo irreductible. mada. -La unidad en las conviccio- -El sentido católico no es un nes, es el principio de la unidacl dato cualquiera que pueda se1· en los hechos. menospreciado sin consecuencias -Las doctrinas que se consi- graves; forma parte de la natuderan como vitales, para mere- raleza intrínseca de la acción cacer, en justicia, el dictado de con- tólica. Nuestro fracaso en el emvicciones, deben salir de la esfe- peño de organizar la acción cara de la especulación y entrar en tólica en Filipinas, depende, prínlos dominios del sentimiento. cipalmente, de que tenemos emSin esta condición carecen de efi- botado el sentido católico. cacia real rn los destinos de la -No es fruta exclusiva de nuvida. No es lo mismo un cono- estra patria. Ya el Concilio Yacimiento especulativo que una ticano dejó consignadas estas convicción. La convicción es el palabras que merecen se las __ a_n_i_ll_o_q_u_e_u_n_e_l_a_v_i_d_a_co_n_l_a_d_o_c-_-'-Preste la debida atención: "Bajo Vol. 11. - 10 - la influencia del raciom.lismo, ha sucedido por desgrn cia que en gran nÚ!mero de hijGs de la Iglesia católica, las verdades han disminuido insensiblemente, y se ha embotado el sentido católico". -Donde quiera que se coseche, es fruta venenosa. El sentido .~atólico es una disposición para discernir, pronta y seguramente, la verdad del error, lo útil de lo nocivo en la vida divina del hombre. Es una especie de gusto sobrenatural que lleva como espontáneamente al alma cristiana hacia el alimento puro y s1ludable de la palab1•a de Dios, en la cual disfruta de inefables dulzuras, sintiendo, al propio tiempo, profunda aversión por las falsas doctrinas y las prácticas reprobables según el criterio católico. Este sentido tiene una importancia soberana en la vida sobrenatural de los pueblos. La carencia o el embot¡\miento de este sentido es mucho más perjudicial en la vida cristiana de los fieles que la misma tibieza para las personas consagradas a la perfección. Esa frialdad e indiferencia que observamos en nuestros compatriotas para toda obra católica; esa tolerancia doctrinal de que nos gloriamos con harta frecuencia, como de una conquista legítima del progreso moderno ; esa coope.ración, indiscreta y suicida, que presbmos continuamente a la enseñanza aconfesional, a la prensa neutra y acatólica y a otra multitud de actividades que laboran con perseverancia por descatolizar a Filipinas, son pruebas palmarias de que tenemos el sentido católico absolutamente incapacitado para percibir lo útil y lo nocivo y establecer, entre estas dos realidades, la conveniente distinción práctica. Mientras no logre\'Ilos despertar entre los católicos de nuestra patria ese sentido divino, las doctrinas más fecundas, las iniciativas más simpáticas, serán recibidas con indiferencia glacial, si es que no se las mira con marcado desvío. -Sería obra de una educación perseverante, dirigida a crear una conciencia sólidamente cristiana en nuestro pueblo. -Y de la gracia de Dios, única capaz de remediar tamaño mal. E. L. FERREIRO Núm. 34. Agosto ESTUDIO 25, 1923. ~~;::~:;:~:~~::~#l~l::1B.~~::~~-;::.i!H::;;:~~M-Th~::K@.:;::Jt~:::1¡:!J~::;::E:~n>:::~.:~>:::~~{filg:;::1.H:~:::fKtID::::~~;::~;~~.::::~;::~~~:;::[B:~~~:~:K[ID;t 1 \!tu la lCT lava ; ""' PASEANDO 1 ~~tJ·;~ni-~-::·EJ~:;::~1f::::~:~::;::~::~~::[!t1ªJ~:::u::::rg@~:~ª1g:;::'!!:~::~~fiiJJo:::Jrg.;.;;,~1(:;::lBf_J,!J:;::}1i!i;p;::~)1~:~~:::~1~:::~¡w--~;::1m!F:~@~:;;:[W_~p-;~~!H.:;:~-1ll~~:,~;i;~ En la Luneta. Hora, las seis de la tarde. El sol agoniza tras una ba·rrera d,IJ nubes recostadas en la cumbre, que aprisionan los últimos rayos del ast·ro. . . Temperatura agradable . .. Mar tranquila: brisa acariciadora . . · Me detengo y obs,ervo el cuadro de luz, de alegría, de vida que presenta el paseo. Grupos de jóvenes en amenísima charla, salpicada de risas ... Parejas qu.e pasean lentamente, y a ratos se detienen, hablando quedo, bajito, el dulce lenguaje, un tantico misterioso del amor,· y mirando de soslayo al que vasa junto a ellos. . . Nen as qu.e juegan, rien, corren, saltan; y doncellas que las observan y vigilan, regañan y amenazan; y las levantan si caen, y las acarician si lloran: y • .. descuidan también su oficio de inspectoras, para cruzar unas palabras con aquel joven que yá l(ega, y ellas han visto de lejos. . . Algunos ancianos serios, graves, conversan tranquilos sentados en un banco; inclinado el cuerpo hacia adeldnte, y apoyadas las manos en sendas cachavas. Casi tocándolos pasa una señora, marca sajona, madura y obesa; cuyo voluminoso cuerpo contrasta con el d.el dimi.nuto perrito blanco, que la precede o la sigue, luciendo su do1·ado collarcito y niqu,elada cadenita. Y es de ver cómo sonrien irónicos los ancianos, al fijarse en la rendida obedien~ cia que presta la señora a cualquier movimiento del animalito. Si éste se Vol. 11.; detiene husmeando aquí y allá, se detiene también la abultada dueña, contemplándolo fija, escultural, inmóvil Tres o cuatro pasitos del minúsculo can; y un largo paso de la obesa. Nueva detención del animalito, y automática detención d.e la grave señora, esperando a que el perrito olfatee !.le arriba abajo una matita que sobr~ sale, alce una de las patitas traseras, y ... ¡Sgca, repentina y burlona carcajada de los ancianos, que celebran animados la ridícula seriedad d.e la gordinflona, y las diabluras del traviesilfo can! Yo me contagio, y suelto también la carcajada, que no debe hac,er mucha gracia a la sesuda dama, a juzgar por la mirada que me dirige, y que me obliga a volver la espalda, no sé si de miedo o de horror. ¡Es tan fea! ... Sigo paseando. . . Cinco niñas, que parecen un manojito de clav.eles, ju,r,uefean en continuo movimiento SO· bre el menudo cespeá. De p1·onto lanzan una exclamación dz alegria, Y. ¡mñu,elo en mano, echan todas a correr en persecución de una mariposa vestida con los colores del -----L.Ár~f,{,"~/ iris, que huye en oblicuos y ondulantes vuelos, p.erseguida de ce-rea por la tropa infantil. El animalito se posa, cansadoJ en una flor, entreabriendo lenta y acompasadamente sus alas multicolores. Una cazadora lo ve, y se acerca des~ pacito, dtJ puntillas, contenido el alien-Uto. Yu llega: la mariposilla no se mueve: el r1olpe es seguro. Con el indice en los labios impone silencio a las demás, que s.e detienen y esperan. Prepara el pctñuelito: ·se agacha: un vasito más: se detiene un momento, y.,. izás! se lanza con tanta fuerza, que da con el cu,erpo en tierra. Risa general de las compañeras. La heroína se levanta, y al ver volar libre la mariposa, atroja con rabia la flor, cazada entre los pliegues d.el pañuelo. Sin csperunza yá d,tJ conseguir la pieza, vuelven las nüias de su excursión tinigética, sudorosas, sin aliento, y sin ,el hermoso lepidóptero. Y de nue1·0 comienzan a jugar sobre el menudo CCS]JP-d. il1e acerco at mar. Paso junto a dos jóvenes elegantemente Vf3Stidos, que dialogan s.tJrios, casi graves. Hablan de una joven, pues, he oido el nombre de Adela. Espoleada mi cuJ"iosidad, me detengo, haciendo el distraído e indiferente, aunque parece no les preocupa mi pr,esencia. Hablan. Yo escucho y anoto. -Pero, ¿la viste anoche? -No; Ricardo. Ya te dije que estaba segurísimo de que Adela no acu· diría a ese baile. -¡Es extraño! La víspera, como recordará..~, dijo a Charito que iría. -¡Cuidado que eres inocente e infeliz! Conociendo como conoces a Adela, ¿no compr.endiste que todo aquello no fué más que una excusa, para librarse de la fastidiosa presencia de Charito? -Sí; reconozco que el caracter franco, leal, sencillo, correcto y afable de Adela es incompatible con el de Charito, frívolo, versátU, superficial, velddoso. Pero ¡que quieres! por ser Adela así, esperaba que no había de faltai· a su palabra. Charito acudiría, por supuesto. -Esa, la primera. Y buen papel que me tocó hacer. Por estar tú de luto, me obligaste a suplirte en el baile, con la esperanza, por tu parte, de que si Adela acudía, yo la hablase, a ver si conseguía de sus labios una palabra, que ll~ase la felicidad a tu corazón. No acudió. Pe1·0 en cambio estuve conde nado a sufrir la empalagosa conversación de esa coquetuela de Charito, que no cesó de hablarme de tí, del simpátlco Ricm·do, como ella te llama. -Asi, son las cosas. Cuanto más huyo de Charito, más me asedia, En cambio, Adela ... -Adela no te mira con indiferenNúm. 34. Agosto cia, Ricardo. Es más; A~ela te quiere: lo sé muy bien. -No te chancf]es, Fernando. ¿En qué te fundas? -En lo mismo que tu debieras fundarte. Yá sabes que Adela j011nás sostiene una conversación larga con ningún joven. Con lo sonrisa que.. le es habitual dice que tiene prisa, y se retira. P1tes bien, cuando hablais los dos, desaparee.en para ella todas las pnsas; y se prolonga la conversación, sin deuOstrar disgusto. ¿Nada f,e dice ese argumento? La prueba es inMañana, 26 de agosto, cuarto domingo de mes, a la hora de costumbre, habrá sesión ordinaria de primer grado. El Secretario Financiero ruega la puntual asistencia de todos. El sábado pasado se celebró a las seis y media, en la iglesia parroquial de la Ermita, una Misa de requiero por el descanso eterno del alma del CHARADA. Prima, prima está flojillo De su flaca prima, tres. Dos, tres tiene el carabao Y algún cometa también. Mi cuarta es una bebida, Que aplaca muy bien la sed. Mi todo es el desayuno Que tomo yo con placer. TRIANGULO RECTANGULO. ESTUDIO falible Ricardo. -¡Mfrala! Alla viene. -Animo, Ricardo. D.ecídete. -Veremós: déjame solo. Fernando se queda esperando a su compañero, que va en busca de Adela. Los pierdo de vista. ¡Ojala qU/3 la amable joven haga lucir con sus palabra::: en el corazón de Ricardo el sol de la felicidad! . . , La noche avanza. Preludia la banda el último número del programa. Al txpirm· las notas postreras del himno~ comienza el desfile lanzándose la señor padre del Hermano Marasigan. No obstante lo desapacible del tiempo, se vió bastante concurrida. El martes era el día señalado para la vista de la causa por libelo incoada por la Fiscalía contra el Sr. Lope K. Santos, editor y propietario del semanario "Lipang Kalabaw", con motivo de la publicación, en dicho semanario, del apócrifo juramento de los Sustitúyanse los puntos por letras y léanse horizontal y verticalmente los siguientes vocablos: 1.o Nombre propio de mujer. 2.o Nombre sustantivo relativo al arte mdlitar. 3.o Id. id. en plural. 4.o Id. id. relativo a 1a mente. 5.o Nombre de una flor. 6.o Nombre de nota musical. 7.o Letra vocal. 25, 1923. avalancha humana a los tranvías, autos y calesas. No queda desierta por eso la Luneta. Aún se distinguen grupos y parejas. Me siento junto a las olas, en cuyo diáfano cristal se retratan, parpadeantes las estrellas. Y aquí estoy, gozando del silencio, de la calma, de la tranquilidad, que me brinda la noche, y q'UIJ me son tan gratos. EL SOLITARIO. Ilustraciones de José S. Navarro. Caballeros de Colón. La representación de la defensa pidió al Juzgado el aplazamiento de la vista alegando enfermedad del acusado. Se transfirió la vista de esta causa hasta nuevo señalamiento. En este ruidoso asunto declararán prominentes personalidiades e intervendrán abogados de gran prestigio. Un KNIGHT. Las soluciones se publicarán en el siguiente número. Hé aquí las' soluciones a los pasatiempos del número anterior: A la charada: ARADO. Al Triángulo rectángulo: ALELUYA LUPINO EPI RO L IR A UNO YO A ~-----·-<i:J ..... _______________ - MAXIMO VICENTE Taller de Pintura. Escultura y Platería Prontitud y P.• mero en los EncRrgos Irnál!enes, andas, altares, púlpitos, ornamentos de Iglesia, Mausoleos. Monumento.s, Bordados en oro, Lápidas, etc. 830·34 ~.Hidalgo, Manila Tel. 35Z8 Dr. Joaquin Quintos MEDICO Clínica: 174 Real, Intramuros Tel. 232 Residencia: 1175 M. H. del Pilar Tel. 6283 Vol. II. ----- -------{!) --------12 - Núm. 34. Agosto ESTUDIO 25, 1923. A POLITICASTROS.-LA BANCA DEMÓCRATA. No sé dónde vrt,mos a parar, porque aqllÍ ycí nadie se entiende. !¿os demúcraf.as ponen a los 1Wciona/isfa-s como no digan duefw.s, y é.<; fo.<; a aquéllos, de oro y azul. Para los d.e la oposición no es el va»tido en el poder sino un rebaño, dócil rebaño que, lejos de fr ascendiendo, lentamente, si se quiere, pero ascendiendo sin momento alguno de detcncion, por las laderas del monte de la IndeptJndencia, se detiene a coda paso para pasta1· plácidamente la fresca hierba, hasta quedar ahíto e incapacitado, de consiguiente, para entregarse a trabajo de utilidad general. Para los Coalicionistas son los de la mino1'ía gente de npetito descomunal, que si vociferan contra las provisiones del pesebre ajeno, es únicamente por el ansia de ocupar ello.q mismos los puestos que exigen ver abandonados de los demás. No varece sino que la política se limita exclusivamente a la conjugación uniperVol. 11. sonnl del verbo comer: yo como, no,1::of1·os come111os_ Lo incomprensible es que el pobre Juan de la Cruz, demasiado enfre fem'do en cubrir lus m<is percntorins necesidades rotidianas, no acab.~ a~ coni:e11cerse de las terribles desgracias que le i•iene acarreando ese intrrm i11able combate por la conquista y w::eguramiento del puchero indit•idzwl y arroje lo.<; trastos de SI< oficio t:unt ra los que le engafwn con ¡n·omesas halagüeñas, sin darle al cabo ni un hueso que roer. Se nos ha repetido. hasta cncalleccrno.<; el úrgano de audición, que en el gobierno de la s clemocracias es el pueblo quien cobrn d barato y que cualquier cii~dadano tiene derecho et cscudrüiar los rcco1•ecos m<bcnwmentales, sin que ¡midan darse misterios, como sucpde en el caso de los ]Jode1·es unipersonales. Se nos ha ¡n·ometido mil y mil vece.<; que u la vuelta. de la esquina hemos de atar los perros con longaniza y que está "Allá vá la barca ¿Quién sabe do vá? Ay, triste el que fía Del viento y la mar." Espronceda. - 13 11111y vecino el clf<t en que linyamos de barctjar a mu',<:;/ro gusto, Nbres de ayas y andadores y dueiios yú de nuestra r1mnímoda libertad nacional. Y el ti:·mpo se cuida de valont1" lus palabras u las acciones de cada c1wl. Las de la mayoría de los parlanchines po~ítico.<:;, y los hay indudablemente en todos los ba11dos, no ti.enen yá para 11oso( ros má.<> del ]Jrecfo de las coplas ele Calrtino.<>. Y cuánto diéramo.q porq11 2 el pacfontisimo Juan de la Cruz se diera ¡wr enterado de la lúgica de esffconvencimiento, y repudiara para siempre a cuantos no 'registran en su lw.ia ele servfrios sino jirones de traición. Puede disimu.larse que una Nación independ1'ente enh·etenga sus ocios con las mil ]Jeripecias del escena1·io pol.ítico, a falta de otra distracción mejo>· y JJOr comunicar a la nw1wtoniu de ln vida 1ma pincelada que salga del tono común. Pero cuando un ¡meblo tiene aún en el fijado la p,eloNúm. 34. Agosto ta de la Independencia, no debe permitirse. el lujo d.e sembrar la cizaña entre los suyos, sino haciéndose acreedor a los dicterios de toda persona sensata e imparcial. Jl1iramos con igual indiferencia a tirios y troyanos, y 1w,l]sfra cens1au 1.ia dirigida a cuantos no :-;irven a Juan de la Cruz con la prometida fidel:"dad. El que no sirva, que se re~ire. Quien continúe en el puesto, que lo ha_qa ron la convicción de qu2 tendremos derecho de exigfrle la ronsiguiente respo11,sabilidad. Si hay quienes nos ;.:ahieren, con aparente ra¡Ón1 de nuestra incapacidad para gobernar los propios destinos, es porque a la.~ veces no nos guia en los nombramientos únicamente el instinto de cons('rvucif)n nacional. ;,Cuándo se dará el caso de que un partido haya colocado en determinado puesto a individuo que no sea de su comunión? Y cuando hubiere alguno de tan relevanf,t:s dotes que su acción pudiera acarrear beneficios si'.n cuento a la república, ¿por qué no echar mano de él, sü1 tener en cuenta la diversidad de su filfr1ción? Mientr<is no viél'emos proc.ede'res de esta laya, habremos de continuar desconjlando de ciertos seudoenamomdos de la causa de la Libe.·tad. Obras son amores . .. Estamos yá fatigados de tanta palabrería. Hora es ESTUDIO que trabajemos por la Patria. Unidos y con el mismo plan. Hace algunos días contemplábamos desde una de las oficinas del Muelle de la Industria una banca que, con un remador por toda tripulación, ·se obstinaba en ascender por .IJl Pasig. Conc:eguia acaso avanzar un poquillo, mas en el momento de cambiar de costado para endere;.:ar la línea de marcha, r¡u,edaba la embarcoción a merced de 'ª corriente y hacía el río de las suyas, arrastrándole algunos metros hacia el mar. Tornaba el incaülo banquero a remar muy redo y conseguía ganar de nuevo el espacio perdido, para desandarlo otra rez. O el buen hombre se divertía. o, en cualquiera de los supuestos imaginables, no tenía granile int.erés en adelantar. A cabo de rato, pasó P.n la misma dirección un vapordllo, <!rrojóle el banque1 o una cuerda Y, a ,remolq1w, d,esapareció. A nuestro entende1·, ocurre algo semejante en la ¡Jolífica. Muy fácil es llegar al pinát;Ulo del aul'a popular cuando se deja la nave del partido a merced de la co?Tiente, p,t?ro es enipresa rayana con lo imposible conseguir esa misma ele11ación, si se emperra .el remero en su~ bir rio arriba, y más aún cuando aumenta la 1.ielocidad de la marcha del 25, 1923. agua, a causa de haber .1nultiplicado su cantidad. ¿Están convencidos los Dem.ócratas que no van. contra la opinión? El pleito suscitado por la di~ensión ,entre nuestros hambres de gobierno y el Gobernador General ha provocado una riada -de p1·oporciones formidables, y, o mucho nos engañamos, o han tenido .los Nacionalistas la picardía de colocar su banca con la proa al mm·. Por el contrario, cretzmos divisar la barquilla de la oposición .en ~ondiciones parecidas a las del banque-ro del Pasig conaenado a una labor estéri1 por su propia obstinación. En política no se puede ir contra la r.orrir-nte, so pena de fracasar. b'l resultado de liís wrnas pondrá. de maniffosto el mes de octubre de qué. parte se halle la razón. Quiera el Cielo sacar triunfant!? a quien hubiei·e de hacerlo nie3or. EL FIGARO. GABRIEL LA O ''FIL I PI J\l A 8'' COMPAÑÍA Db~ SEGUROS Plaza Momgn, Bi'.nondo-JW . .'107 ABOGADO S Dli~ VIDA Oficina: 117 J. Luna Tel. 8536 6 CONTH,A INCENDIOS ~=--------_:_ __ ~ U MARÍTIMO 1 R A UTOMÓVILb~S 1 Dr. Miguel de la Concepcion Q AL<~UILERE8 DE FINCAS 1 1 DENTISTA €-AgPn~ias :~~-Cebú, Jl:~~ Zmnh=~~~----1 1 25 •r. Pinpin Tel. 3532 ---------'-\ "LA INSULAR" 1 1 FABRICA DETAB.\COSY CIGARRCLLOS 1 , 1 Fundada en 1883 POR EL EXCMO. SR D .. TOA QUIN STA. MARINA Trnba.i"- únicamente con la rama ele 'us acopios ele Is .. bela y C"gayan. Sus tabacos y cigarrillos son ele los mejores Pruébelos. Gerente general Dn. ENRJQU!lJ CARRIÓN ·P. O. Box No 52 Tel. No. 9718 :o>-----~-V ol. 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La publicación del mensaje ha levantado una serie de réplicas y contra-réplicas originando además la retirada de fondos de algunos depositantes. Para contrarrestar tan malos efectos el Gob. Wood se apresuró a declarar que el Banco en la actualidad se halla en buenas condiciones y bajo una administración más cuidadosa, y que no había motivo para temer nada toda vez qüe el Gobierno, como dueño del 92 por ciento de las acciones del Banco, era -moralmente responsable por éste. En relación con e:ste asunto se ha venido hablando sobre la presentación de una demanda por daños y perjuicios contra el Gobernador General e inclusive una acción crilninal alegándose que hay disposiciones en el Código Penal que castigan la publicación de informes de la naturaleza de los susodichos. El Gobernador Wood ha enviado a la M. R. M. Superiora de las religiosas de S. Pablo una carta de condolencia por la muerte de Sor Clotilde ocurrida recientemente en la leprosería de Culión donde tan bcnet'r'.~rita religiosa dedicó sus mejores aii.os de vida ai servicio de los infelices leprosos. En la carta mencionada el Gobernador expresa su reconocimiento y su estima en nombre de todos los de Culión a IOs servicios de aquella virtuosa hermana que en gloria esté. Según los últimos despachos procede".tes de Irlanda se sabe que el coVol. U. ESTUDIO nocido caudilJo irlandés Eamon De Valcra fué arrestado por las tropas del Estado Libre Irlandés en ocasión de una reunión republicana por la campaña electoral en la cual iba a pronunciar un 0-iscurso. De Valera no ofreció resi~tencia a sus aprehensores. En comunicación enviada por el Gobernador Wood al Secretario interino de Comercio y Comunicaciones contestando a cierta protesta presentada por éste, reconoce que sus consejeros obraron erróneamente ·al tratar sobre ciertos asuntos directamente con los jefes de Oficinas sin notificar de ello al jefe del Departamento. El Sr. Unson replicó a su vez a dicha comunicación citando varios casos concretos y sacando como consecuencia que la conducta ele los referidos consejeros era una práctica ordinaria en ellos. El Coronel McCoy, que antes de marchar de Filipinas manifestó su intención <le no volver rr.1s, dícese que se halla en camino para estas islas, probablemente para ser jefe del Estado Mayor del Gohernador General. Hay quien relaciona este inesperado rc~:reso con los sucesos recientes entre Wood y los caudillos filipinos en el gobierno. Contestando a ~ unas censuras lanzadas contra el Gobernador Wood por un estudiante filipino llamado P. M. Blanco. ante la "Round Table Institute of Politics", de W;Jliamstown, Mass. eI ex-gobernador de estas islas, Mr. Cameron Forbes declaró ante Jos mismos oyentes del mencionado estudiante. que el Gobernador Wood es el tipo de hombre capaz para cumplir los deberes de su cargo, añadiendo que el considerar la concesión de Ja independencia filipina es una cosa no sÓlo poco deseable sino fútil mientras F ilipinas no tenga bastante dinero acumulado y puedan· sostener su nacfonalidad. También expuso su opinión de que los E"stados Unidos no han prometido la independencia tan pronto como se haya constituido aquí un g'>bierno estable. Según el secretario interino de justicia rio hay fundamento para una ac- 15 - 25, 1923. ción criminal contra algunos que fueron directores del Banco Nacional cuando éste l·(:gistró las pérdidas quo se moncionan en el mensaje del Go· uernador Wood quien se dijo que insistía en la presentación de una causa criminal contra los supuestos responsables de las susodichas pérdidas. Todo lo más que se podr·á hacer, tal vez, según el Sr. Torres ,será la presentación de demandas para recuperar los fondos perdidos. Nuestra exportación durante el mes pasado excedió en cerca de seis millones de pesos a la del mismo mes del año pasado, según los datos facilita~ dos por la Aduana. Por otra parte. la ini.portación registró una disminución de cerca de un millón de pesos. El totai de la exportación en el referido mes fué de Pl7,343,800.l , mientras que la del mismo mes del año pasado fué de Pll.896.504. En la mañana del viernes pasado desfogó en Hongkong un tifón de los más fuertes que allá se han registrado desde el año 1906. El temporal arrancó de raíz muchos árboles, hundió considerable número de embarcaciones que se hallaban en el puerto. arrastrando algunas hacia alta mar. El viento llevaba una velocidad ele 130 millas por hora. Se teme que hayan ')CUrrido muchas desgracias persona. les. Por de pronto un submarino inglés se hundió no salvándose mll.s que uno efe sus tripulantes. También se hundió e1 vapor l<Minsang", mientras que dos ingenieros que iban a bordo del 'iLoongsang" se han perdido juntamente <:on la esposa de uno de ellos. ·Dícese que aun es imposihle calcular los daiios materiales sufridos ni las vidas perdidas. Han quedado embarrancados varios vapores. A consecuencia de las torrenciales lluvias que cayeron el sábado pasado y los primeros días de la presente semana. muchas calles de Manila, particularmente las de _Jos distritos de Sta. Mesa Paco. Eingalong, Sta. Ana y Pandacan, quedaron inundadas llegando el agua en algunas de ellas hasta memo metro de a ltura. Núm. 34. Agosto El festin del C. S. D. Los chubascos ininterrumpidos y [a, 'V(rnidad de las muchachas, por no aparecer en el Salón con las prendas tm tantico descompupstas, amenazaron destruir la fiesta y la ilusión del éxito ..• Mas nó. Con chubascos y sin -vanidad-así nos gusta, nifías., .-el salón del Círculo se llenó de chicas bonitas y de alborozo general. .• No es posible que frn.case la sociedad en tratándose de algo que suene a lo suyo, a lo social. .. ¡ Fmposible! Lo que sí fue pájaros a '1..'0lar, a pesar de la alta influencia d,d promotor social Rafael Arenas, los números de "vaudevil" por las niñas de la plaza de Srta. Cruz. Le dieron "esquinazo'' al galán ... ¡Y qué?-dccía, tratando en vano de disimu.lar su des.encanto ... ¿No teneJ11os mia magnífica cadena de señoritas? ... ¿No tenemos soberbio "jazz" ... ? Pues a bailar, chicos ..• Hasta las dos de la madrugada. En casa de los Sres. de Calvo. En la calle Dart. Quisieron los dos amantes .esposos, celebrar el octavo ... (?)-en la incertidumbre. Doña. Carmen, perdónenos si faltamos a la verdad-aniversario de la fecha de su matrimonio ... ron una fiestecica, exclusivamente dudicada a íntimos de la familia ... Y como, tanto el Capitan Calvo, como su bella esposa Doña Carm.eú, go::.u n de innumerable . .;; amistades, resulta que deducidas de estas las intimas, a 1~ 11 queda un r.emanente crecido . .. Es decir que el saloncillo, lujosa y sobriamente decorado, del chalet, se inundó ... Y al trata,. de bailar hubo difieultad •.• ¡Bah dificultad. . . Quién la conoee ruando a bailar tocan ... Nuestra más cumplida cnhorabuem1 al feliz matrimonÜJ. Vol. 11. ESTUDIO L'n onomástico. Doií.a Elena Ojilbic, Vda. de Escaño. Para celebrarlo, reuniéronse ,en su mansión de la calle Gastambidc unn po1·n'ón de señoritas que daba gusto 1.e verlas . .. (Siempre nos gusta vc1· señoritas, ¡que conste!) Pero, ¡vamos! aquellas . .. Nena y Piling Corominas, PiHng, Carmen, y Rosario Ozamis, Amelia O.iilbie, ~1!aria Cue ... Y un(J cosa particular obsel"l'Ctda. No había ni un solo muchacho. Y cuentan ellas que se divirtieron en ,r¡nrnde, con la mrnencia d.r:l se.ro masculino ... ; Será rerdad? i He mm! dudámoslo sincera-mente .. . Y no e.~ que seamos pretenciosos . . . Nosotros las 'vimos ... desde el tejado de enfrente ... Ya lo 1:eis. lindas lectora.<:;, nrriesr1amos la vida inclusú1 c, por darnos el gustazo. . . d.c verlas . .. "Eglantina de Oro". Nos reclnma el Director estas cuartillns hoy, miércoles ... Y anoche lcímo.<; en "J,,n Defensa" 11no . .;; rcn,qlones dedicados a esta '[H'.f!f erida y "cnnwscarada" escritor, que según ¡uO"cre, reftéren:M a 01·i,qfoal recibido en la. r.r:dacrión de nuestro caríúmo Coleua mrncrita por Eglant'Ína y nada más ... Pues, bién. n.~.bamos (l corlar nuestro dedo más escogido. si fallamo . .;; en nuestra maliciosa ¡n·rsunrión, de que Eglantina, al.r¡o nos quiere decir ... Y algo nada agradable ... ;Acertamos? ..• Data rsfct monomanía de luengos meses . .. Y es que caritativamente, Eglantina se ha propuesto darno8 un revé . .;;, en r1wnto a nuestra moralidad atañe .. . Y 8e lo agradecemos1 señor . .. a . . . itn ... Se lo agradecemos con alma entera. Y créanos, que nuestra redención -1625, 1923. se aproxima, con tan Justificado anatema ... Aburrimiento. A todos cmbnrga un poco de este malestar ... Y es que, con las lluvias sin parar, ia retención .en casa se hace obligatoria. Y en casa . .. con la tristeza del color diurno. . . y la más infinita de la soledad, se encaraman al cerebro pen-samicntos rm·os... lúgubres... que achican al corazón y llénanle d.e presentimientos ... que dan horro1· .. . Asile sucede a una dmnita jóven .. . Afortunadamente, ha salido el Sol, y los colores lozanos y frescos en las caritas, antes trasparent.es ... -Por Dio8, que no llueva más, que me vuelvo loc<L . .. con tanto pensar . .. Si es aú, no estamos tan en pugna ron el regalo de la naturaleza ... Que pensar es harto bueno y coni·enientc en una señorita •.. EL BARON DE AYER. :".:Jf ~e:<~~ J:i:_ ::p:-:t:,::~n)~ ':: ::f:::f:;;::.:_~;rc::·):f ·Jt~'.:)(~.!~::·ui ~ ~ ~ Cómprelo aquí ~ l~! ¡¡;j Si es mHteria l para escue~-;· 1.~ ...•. 1 · las; lo tenernos í~i [l:fl [~] lf.~.. 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Vd. podrá estar libre de esas pre guatas, de esas incerdidumbres, si se prm·ee de un aparato que pueda a\•isnrle con tiempo todo cambio at· mosférico. C O. N 3 5 PE S O S ya puede Vd. tener uno de los L':->1· cos BARÓMETROS AUTORIZADOS por el Observatorio de Manila. los mis· · mosque se han ideado por el malogrado Obsel'\'a· j rlor I~Ev. P. FAURA S. J., apropósito para la previsión del tiempo en estas latitudes. Hay de estos barómetros que cuestan un poco más según la ejecución y el tamílfio del que elija. Es deber de todos los marinos ver antes de levar anclas, o antes de alejarse de algun puerto, que tienen abordo de sus barcos de los afamados BAROCYCLONÓM~;T!WS que fueron inven· tados expresamente para los barcos por el Director del Observatorio de Manila REV. PADlm JOSÉ ALGUE, S. J. LA ESTRELLA DEL NORTE 46-50 Escolta ILOILO LEVY HERMANOS, lnc. .MANILA Tels. :!50 y 251 CEBG