Estudio Vol. III, Num. 67-68 (Semana Santa de 1924)

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Estudio Vol. III, Num. 67-68 (Semana Santa de 1924)
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Vol. III, Num. 67-68 (Semana Santa de 1924)
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1924
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• l V ol. 111 Manila, Semana San ta de 1924 11 Nurns. 67-68 CUADRO DE SEBASTIANO DEL PIOMBO, QUE SE CONSERVA EN E L MUSEO DEL PRADO. (MADRID) ( Reproducción de F. Kontes.) 3U Qltnts. ~~<!!ollllM•~[g(g<!!o~l!!®<*~~-¡g@¡;l!JljJ;!@:m~~f~#>llltl ~~i!![(<!!o~'-'lll'®if!i!l!t<!!ol!!OO!fl!!lm*l!!'Dll<ll!'.®!*í!!lfOO!ll'OO* ~ 1 ~) @- - - - - -- ' ~ 1 i º 1s ~ ~,'.·ui · u~~1:0 ~ ~ ' ; ."' :¡ ~ .- ; f ; '; ~ 1 REVISTA SEMANAL iJ Esta Revista se publica -;odas los ~ li i 1 . sábados por Alejandro de Aboitiz. ~ · i ij Registrada en la Adm inistración de Correos de . ~ " 1 Manila como correspondencia de segunda clase. "" 1 ~· Todos los trabaj os que publica ESTUDIO son ori~º 1 OiJ ginales y exclusivos. Queda terminántemente r i< ~ 1 prohibida su rep1 ¡ oducción !ff ! l PRECIOS D}p S lJS CR!PCi óH: 1 1 1 E ¡r;::fa, l · rn 1 ~ Humero atrasado . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.40 ; ·"· EXTRAHJERO, l/11 año .. .... ... ... ... . $ 6.00 JE ~ Redacción y Admi11istr11ción: Roxas Bld,q. }{<? 212. ilf ~ 1 Calle David, esq. Escolta-J', l. 572.-Apartado 16HJ.-.Afanila. i ·::· 1 * !lll ®-- - --------- --r-- r~ o 1 1 i 1 ~~*" ~~~~J.!J:::~f~~ñrnl~~~:<~~:~~~7.;..;"fil!;;::~ mA!l,;~~~#:~~~:mg;~@m~~®ll:f"~:::::EBJ::!~~~Bl~J!J:!t:m:::i:j!l~~lii.E:h ~ ~ ...................................................................................................................................................................................................................................................................................................................... !!I ~ ~ Aceite Refinado ~-4t S 11 nsat ~ ~ i ~o Siempre reconocido como el mejor H oy al alcance de todos, en latas y botellas AL POR MAYOR Anto. nio Pv~o y Cia. 212 .Magallanes P. O. 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Judas que Je e itregaba estaba bien informado del sitio· por1.f l{f que Jesús solía ret~rarse muchas veces a él con sus discípulos. ' 1 - - ' Judas, pues, habiendo tomado una cohorte o compañía de soldados y varios ministros que le d ieron los Pontífices y Fariseos, fué allá con linternas, y hachas, .Y con .~r.mas. Y Jesús .que sabík todas lé!_s cosªs que J W ~)n habían de sobrevemr, salto a· su encuentro, y les dijo: ¿A quién bus~ l cáis? Respondiéronle: A J esús Nazareno. Díceles Jesús: Yo soy. Es-¿{:' taba también entre ellos Judas el que le entregaba, Apenas, pues, les dijo: Yo soy, retrocedieron todos y cayeron en tierra. Levantados que fueron, les preguntó Jesús segunda vez: ¿A quién buscáis? y ellos respondieron: A Jesús Nazareno. Replicó Jesús : Yá os he dicho que yo soy; ahora bien, si me buscáis a mí, dejad ir a éstos. P ara que se cumpliese la palabra que había dicho: Oh, Padre, ninguno he perdido de los que tú me diste. Entretanto Simón P edro que t enía una espada, la desenvainó y dando un golpe a un criado del Pontífice, le cortó la oreja: derecha. Este criado llamábase Maleo. Pero J esús dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina. ¿El cáliz que m e ha dado mi Padre, he de dejar yo de beberle? En fin, la cohorte de soldados, el tribuno o comandante, y los ministros de los Judíos prendieron a Jesús y Je ataron. De allí le condujeron primeramente a casa de Anás, porque era suegro de Caifás, que era Sumo Pontífice aquel año. Caifás era el que había dado a los Judíos el consejo, que convenía que un hombre muriese por el pueblo. Iba siguiendo a Jesús Simón P edro y otro discípulo, el cual era conocido del Pontífice, y a-sí entró con J esús en el atrio del Pont ífice quedándose Pedro fuera en la puerta. Por eso el otro discípulo, conocido del Pontífice, salió a la puerta y habló a la portera, y franqueó a Pedro la entrada. Entonces la criada portera dice a Pedro: ¿No eres tú ta·m.bién de los discípulos de este hombre? El le respondió: No lo soy. Los criados y ministros que habían ido a prender a J esús estaban a la lumbre porque hacía frío y se calentaban: Pedro asímisrno estaba con ellos, calentándose. · Entretanto el Pontífice se puso a interro~ar a· Jesús sobre sus discípulos y doctriha. A lo que respondió Jesús : Yo he predicado públicamente delante de todo el mundo; siempre he enseñado en la Sinagoga, y en el Templo, a donde concurren todos los judíos, y nada he ha·blado en secreto. ¿Qué me preguntas a mí? Pregunta a Jos que han oído lo que yo les he en~eñado; pues ·esos saben cuales cosas haya dicho yo. A esta respuesta uno de los ministros asistentes dió una bofetada a J esús, diciendo: ¿Así respondes tú al Pontífice? Díjole a él J esús: Si yo he hablado mal, manifiesta lo malo que he dicho: pero si bien, ¿por qué me hieres? · Habíale enviado Anás atado al Pontífice Caifás. Y estaba allí en pié Simón P edro calentándose. Dijéronle, pues : ¿No eres tú también de sus discípulos? El lo negó diciendo : No lo soy. Dícele uno de los criados del Pontífice, pariente de aquel cuya oreja había cortado Pedro: ¿Pues, qué? ¿No te ví yo en el huerto con él? Negó Pedro otra vez y al punto cantó el gallo. Llevaron después a· Jesús desde casa de Caifás AL PRETORIO Era m.uy de m añana: y ellos no entraron en el Pretorio, por no contaminarse, a fin de poder comer de las víctimas de la Pascua. Por eso Pila to salió afuera y les dijo : ¿Qué acusación tra·éis contra este hombre? Respondie··on y dijéronle: Si este no fuese malhechor no Je hubiéramos puesto en tus manos. Replicóles Pila to: Pues tomad le vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Los judíos le dijeron: A nosotros no nos es permitido matar a nadie. E sa potestad es tuya. Con lo que vino a cumplirse lo que Jesús dijo, indicando el género de muerte de que había de morir. Oído esto, Pilato entró de nuevo en el Pretorio, y llamó a J esús, y le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondió Jesús: ¿D·ces tú eso de tí mismo, o te lo han dicho de mí otros? Replicó Pila to: ;, Qué? ¿acaso soy yo judío? Tu nación y los Pontífices te han entregado a mó, ¿qué has hecho tú? Respondió J esús : Mi reino no es de este mundo. Si de este mundo f uera mi reino, claro está que mis gentes me habrían defendido para que no cayese en manos de los judíos ; mas m1 i reino no es de acá. Replicóle a esto Pilato: ¿Con que tú eres i·ey? Respondió Jesús : Así es como dices : yo soy r ey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo aquel que pertenece a la verdad, escucha mi voz. Dícele Pilato: ¿Qué es la verda-d? ¡,de qué verdad hablas? Y dicho esto, salió se~unda vez a Jos judíos, y les dijo: Yo ningún delito haJlo en este hombre. Mas yá oue tenéis la costumbre de que os suelte un reo por la Pascua, ;.queréis que os ponga en libertad al r ey de Jos .iudíos? Entonces todos ellos volvieron a gritar: No P .;;te, sino a Barra·bás. E c; rle saber que este Barrabás era un ladrón y homicida. ' t i 1 1 1 1 1 ' • 1 1 1 1 1 •• 1 1 ~~~~GD~~ - 2 - . Núms. 67-68 1 1 Tomó entonces Pilato a Jesús ~' mandó azotarle. Y los soldados formaron una corona de espinas entretegidas, y se la pusieron sobre la cabeza; y le vistieron una ropa o manto de púrpura. Y se arrimaban a él y decían: Salve, oh rey de los j udíos! Y dábanle de bofetadas. Ejecutado esto, salió Pilato de nuevo afuera y díjoles: Hé aquí que os lo saco fuera para que conozcáis que yo no hallo en él delito ninguno. Salió, pues, Jesús llevando la corona de espinas y revestido del manto o capa de púrpura. Y les dijo Pila to : ¡Ved aquí a l hombre! Luego que los Pontífices y sus ministros le vieron alzaron el grito diciendo: ¡ Crucifícale, crucifícale ! Díceles Pita to: Tomad le allá ESTUDIO ~~f, <'h'.TSTO DI•' LO"l 1 /rn \ 1 l)f., T IS \J >!{ 1 f., vosotros y crucificadle, que yo no hallo en él crimen. Respondiéronle los judíos: Nosotros tenemos una ley, y según esta ley debe morir, porque se ha hecho hijo de Dios. Cuando Pilato oyó esta acusación se llenó más de temor. Y volviendo a entra r en el pretor io dijo a J esús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le respondió palabra. Por lo que Pilato le dice: ¿A mí no me hablas? ¿Pues no sabes que está en mi mano el crucificarte y en mi mano está el soltarte? Respondió Jesús : No tendrías poder alguno sobre mí si no te fuera dado de a rriba. Por tanto quien a tí me ha ent reg·ado, es reo de pecado más grave. Desde aquel punto Pilato aun con más ansü: buscaba cómo libertarle. Pero los judíos daban voces diciendo: Si sueltas a ése, no eres amigo de César; pues que cualquiera que se hace rey, se declara contra ~ésar. P ilato oyendo estas palabras, sacó a J esús consigo fuera y sentóse en su tribuna·}, en el lugar dicho en griego Litóstrotos, y en hebreo Gabbata. Era entonces el día de la preparación o el viernes de Pascua, cerca de la hora de sexta, y dijo a les judíos : Aquí tenéis a vuestro rey. Ellos empero gritaban: ¡Quita, quítale de en medio, crucifícale ! Díceles Pilato : ¿A vuestro rey tengo yo de crucificaT? Respondieron los Pontífices : o tenemos rey, sino a César. Entonces se le entregó para que le crucificasen. Apodení.ronse, pues, de Jesús y le sacaron fuera. Y llevando él mismo a cuestas su cruz, fué caminando hacia el sitio llamado EL CALVARIO u osario, y en hebreo Gólgota, donde le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, quedando J esús en medio. Escribió asím1 ismo Pilato un letrero y púsolo sobre la cruz. En él estaba escrito: JESUS NAZARENO REY DE LOS JUDIOS. Este rótulo lo leyeron muchos de los judío3, porque el lugar en que f ué Jesús crucificado estaba contiguo a la ciudad, y el título estaba en hebreo, en griego y en latín. Con esto los Pontífices de los judíos decían a Pila to: No has de escribir rey de los judíos, sino que él ha <licho: Yo soy el rey de los judíos. Respondió Pilato: Lo escrito, escrito. Entretanto los soldados habiendo crucifi ::ado a J esús, tomaron sus vestidos (de que hicieron cuatro partes, una para cada soldado) y la túnica. La cual era sin costura y un solo tejido de a rriba abajo. Por lo que dijeron entre sí: No la dividamos, mas echemos suertes pa ra ver de quién será. Con lo que se cumplió la E scritura que dice: Partieron entre sí mis vestidos y sortearon mi túnica. Y esto e3 lo que hicieron los soldados. Estaban al mismo tiempo junto a la cruz de J esús su Madre, y la hermana o parienta de su madre, María, mujer de Cleofás y María Magdalena. Habiendo mfrado, pues, Jesús a su Madre y al discípulo que él amaba, el cual estaba allí, dice a su Madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel punto encargóse de ella el discípulo y la tuvo consigo en su casa. Después de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas estaban a punto de ser cumplidas, pa ra que se cumpliese la E scritura, dijo: ¡Tengo sed! Estaba puesto allí un vaso lleno de vinagre. Los soldados, pues, empapando en vinagre una esponja y envolviéndola a una caña de hisopo, aplicáronsela a la boca. J esüs luég-o que chupó el vinagre dijo: Todo está cumplido. E inclinando la cabeza· entregó su es~ ritu. LA SEPULTURA Como era día de preparación o viernes, para que los cuerpos no quedasen en la cruz el sábado, que cabalmente era aquél un sábado muy solemne, suplicaron los judíos a Pilato que se les quebrasen la-s piernas a los crucificados y los quitasen de allí. , Vinieron, pues, los soldados y rompieron las piernas del primero y del otro que habia sido crucificado con él. Mas al llegar a Jesús, como le vieron yá muerto, no _le quebrar~13 las pienrns, sino que uno de los soldados con la lanza le abr ió el costado, y al mstant~ saho sangTe y agua y quien lo vió, es el que lo as -gura y su testimonio es verdadero. Y el sabe que dice la verdad, y la atestigua, para que vosotros también creáis. .. . Pues estas cosas sucedieron en cumplimiento de la E scritura: No le quebrareis n1 _un hueso, y del otro lugar de la Escritura que dice : Dirigirán sus ojos hacia aquel a qmen transpasaron. Después de esto, José, natural de Arimatea, que era discípulo de Jesús (b~en que oculto por miedo de los judíos) , pidió licencia a Pila to para recoger el cuerpo de J esus y P1la~o se lo permitió. Con eso vino y se llevó el cuerpo Je J esús. Vino también Nicode~o, aquel mismo que en otra ocasión había ido de noche a encontrar a Jesús, trayendo consigo una confección de mirra y á loe, cosa de cien libras. Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y bañado en ~as especias aromáticas, lo a mortajaron con lie1.zos, según la costumbre de sepultar de los JUdíos. Había en el lugar donde fué crucificado un huerto; y en el huerto un sepulcro nuevo, donde hasta entonces ninguno había sido sepultado. Como era la víspera del sábado de los judíos y este sepulcro estaba cerca pusieron a lí a J esús. - ..... ~-~ ... ~ªª~ _;;¡ ª --l" 921 " V" Abril 1rn (lruce Salus - - X - - Abril ESTUDIO , 18, 1924 Pea¡, _;i\fila c ~· ·~ MiilRM ' V \1\ --~ '""'<: l!'t,:, ,_x ~ ' - • "" ~ - - . . . - '.,1 1..: " ':'$ = a la ccisa del dolor y les daba resignación y pcwiencia y excitaba sentiniientos 1~ = de viva fe y dulcísima esperanza ya no aparece en las paredes escuetas y frías ·- ' .. r-_. a= de los hospitales civiles de nuestros días. , - - 1: Se ha desterrado al Crucifijo de los tribunales y de los capitoli.os de estas ,-~~ §1 = cristianas y católicas Islas, desconociendo así prácticamente el derecho que tie4 ! 1 IC,i ~ _,i' = ne Cristo, Juez supremo de vivos y muertos, de presidir las aulas en donde se :¡:; administra la justicia: negándole el título que le compete, por habéi'selo conferido el Padre que está en los cielos y haberlo aceptado y 1·econocido nuestros an=~ t<pMod0< oon '"'dido y "pmtáMo ou~/lajo. fi,·mudo ,,,. u= ''""ipdón do ll .-.CJ {ll siglos, de Legislado1· supremo y de Sancionador de las leyes que han de guardar los pueblos . . . Se ha desterrado a Cristo Crucificado, al menos en su bendita imagen, =i lwsta de nmchos hogares filipinos, o se le ha relegado ci la recámara o al sitio =: más escondi.do, casi por temor que aparezca Él pomo el Due.1io de la casa. ~· -- · ~ B ¡Cuántas veces, habiendo entrado en lascasas de familias que se llaman católi- ¡ ' 1 (_,~ ....... _ ~: cas-y lo serán, quiero suponerlo, en lo íntimo de su corazón y de las relaciones ;_,' ~ familiai·es-, he i·isto sobre las paredes cuadi·os con figuras y escenas más que = realistas, y en ninguna la imagen del Crncificado o del Corazón de nuestro ·e ~ Redentor! ... Y, lo que es más doloi·oso aún, se ha desten·ado a Cristo del ctlma de la nueva generación, pues es demasiado f1·ec11ente el hecho de encontrai·se uno == con niiios y niiias-sobi·e todo nú1.os-q11e ignoran a Cristo y las verdades fun~ damentales de la religión c1·istiana. No hablemos de muchos niños que ni son ~ bautizados, o porque los padres viven u11a vida pagana, o porque lo han sido ~ con un i·ito r¡ne no es el instituido por Jesucristo; no hablemos de lct profana~ ción de las familias, cuando como f1·ecu entemente sucede, tienen por base una = unión ilegítim.a; no hablemos de la profa11ación di!l día festivo ni de las mani· = /estaciones cada dia más provocativas de un espíritu mundanal !J pagano . . . ~ ¿Seguiremos afinnando que Filipinas es un país eminentemente cristiano !f = católico? =:!: Creo que todavía así puede decfrse, a pesai· de lo que llevanws apuntado; ~ pues, a Dios gracias, aun se percibe oculto bajo las cenizas el calo1' de la vida =: c1·istiana que nos legaron las pasadas edades. MC!s es indudable que de no i·ea=: lizarse una reacción o, mejor dicho, si no se emprende con el auxilio divino una =: obra decidida, constante, firme para voll'er la sociedad, la familia, el individuo =i! a los piés de Cristo Crucificado; si seguimos durmiendo !f descansando en la = ilusión que el ¡nleblo filipino por su misma idiosincrasia se conservará católi= co, no ha.y duda que acabará por apagai·se el fuego !J ¡Dios no lo permita! vol~ verán a hundfrse en las tinieblas del poga11ismo estas hermosas Islas ganadas a Ci·isto por los sudores y la sangre de heníicos niisionel'Os. Si ¡Oh, Filipinas! no permitas que se malogre el tesoro de la fe que forma ~ ~ tu más rico tesoro y inás espléndida preséa. No te alejes de Dios que te ha colmado de inmensos beneficios y más te concederá si le pennaneces fiel. No te apartes de la Cruz de C1·isto; antes bien 1•uelve a adornai· con ella el pecho de = tus hijos 1J tus hogares y tus instituciones. Oye las palabrns que tu Dios 1J =: Se11o1· dirige a tus hijos: "Si en mis preceptos anduvierei.~ y custodiareis mis = mandamientos y los guanla1·eis . .. pond1·é mi morada en medio de rosotros y =i 110 os rechazará jamás mi cornzón. Estaré enti·e 1 •osot1·os y se1·é vuestro Dios := !/ i•osotros seréis mi pueblo: dice Dios todopoderoso (Lev. 26) ". t= Unida siempi·e a Dios, fiel a Cri,sto, abrazada a la Cruz serás dichosa !J sel ,,,, dfoho::.:,,:::' ::j:: A:~¡~::':~:"" . t g~;;,~!RA~~,,;,:~,NL i -rG1m~nn'HH'mJHH<1m~mnmm111111mrmmzrmnnrmummmi· Vol. III - 5 - J I I~ - .,, ( Núrns. 67-68 Abril ~· 1a U1oz de 1Ruestro Jl)astor - - X - - ~;;., {!'~~''"" 1 ~ Jt . !~1 · ~ _ ,' EFIERE_ San Lucas en su evangeli? (18. 31-34) que '.t R ~ aniincianclo el Salrndor a la multitucl qi1e le seguía, J y, los sufrimientos y miierte afrentosa que le espera1 ,,, ~ ban, los circunstantes "no entendían nada de estas . r ~;;" cosas, esta palabra les era oculta, ni entendían las ~ f ié.l~ " cosas que se les decía". ~l ¿Acaso clil'emos otro tanto ele nuestm sociedad actual, con respecto al espíritu de abnegación y de sacrificio? Tan ajena la vemos de todo cuanto no sea placer y materia, que no nos costaría mucho tropezar de nuevo con aquella multitucl ingente para quien las palabras de Jesucristo eran un enigma indescifrable, '·cosa oculta" y completamente ignorada. "Si alguno quisiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame". (S. Marcos VIII, 34). En estas palabras intentaba el Redentor inculcm· en nosotros e' amol' al sacrifi,cio. Pero los hombres se han olvidado ele ellas; su sed de gloria y placues les han hecho completamente insensibles a los ecos de esta voz. Pero convenzámonos que en esta doctrina tan desagradable para el hombre sin 'fé, ha encerrado Dios el Secl'eto de la felicidad verdadera que en vano se buscará fiiera de su cumplimiento. Convenzámonos que el espíritil de sacrificio es el único lenitivo de los males que irremediablemente hemos de sufrir en nuestro paso por la tierra dada nuestra conclición desdichada de hi.fos de A dan. En negarnos a nosotros mismos, en ab1·azar gustosos las cruces que a diario se nos presentan en el camino ele la vida, hallaremos el medio de gozar de aquella verdadera f elicidacl, de aquella imperturbable paz que en medida tan escasa nos es dado pregustar en los clías de nuestro destierro. El hombre clebe volvel' a Jesucristo, debe tornar a seguirle, llevando a cuestas su cruz y por la. senda del sac1·ificio; pues sin Jesucristo y su doctrina en vano biiscará lenitivo a sus dolores, consuelo a los desengaños y paz en medio del incesante y rudo batallar de la vida. ·r MIGUEL, Arzobispo de Manila. Abril ( Heµrudu1.-..,·i'Ón de J? .. 'Vonl e:;. ) .VusPu Jel Prado. .Vr1drid. 1Jmplnrarinn INFIEL os fui, Sefto1· d,e lo i11¡i11íto! 1 l1as hora 'tne arrepiento, Porque el remordimiento ~ lVIe turba sin cesar. ¡Ya estoy contrito! Esciwha 1m·s plegarias y mi lloro! De tu bondad, J esús, pe1·dón ilnploro! ~ En brazos ¡ay/ de indóniitas pasiOnes Dejé' arrullar mi alma: Y sin ninguna cétlma Llev:íronla al abismo, cual turbfones Que arrastran a la chwroa cenagosa Los pétalos fragantes de una rosa. ~ ¿Qué bienes ni.e han venido, D uefio De haber corrido ansioso Busca:ndo codicioso En aguas turbias de crecido río niío, Calmar la ardiente sed de mi garganta En med1" 0 de dolor y horntrci tanta? ~ Tú con·es, si se pi,erden las ovejas, Por valles y mcnitañas ,· Y así las ctlimañas Ahuyentas con tus silbo.<; y hts quejas, -7~ ¡?astur bueuo, que Clu·as sus heridas Aún las más gang~·enadas y podridas! ~ ¡Apiádate del alma acongojada! Señor, ven con premura, Disipa la amargura, Que en mi pecho dejó depositada, Oucll d,e víboras sibilante tropa, El ttf?"bio néctar de do1·ada copa. ~ .4qilÍ me tienes a tus piés de ldnojos, Desnrma tu justicia Y séwm e pl·opicia L<1 1-wmbre cla¡ra de tus dulces ojos, Y haz que jamás ap1·ecie otros valores Que arde1· en el Amo1' de mtis amores. . ~ Derrmna de tu Sarng1·e los 1 ico1,es En mis febriles labios Perdona '>nis agravios, Mi:; penas ap<tcigua y mis tem.ores Y torna de la culpa la wmu .. gura En mcu-es de bo1uinza y de d.ulz'l.wa. A. LlPE. 18, 1924 • : 1 =• BA Judas muy animoso, mil 1 : -h rando con devoradora cu• l ~ ~ riosidad a todas pw»tes, ¡ : ± con la ciega impetuosidad .m ~ ~ ~ del tigre que se ap¡·esta a fj't ~~~~ echarse sobre szt p¡·esa, y 'i~J~J~f con la wrtera y ondulante f"?: -~~f.l : astucia. de la serpient..e que iif~lw se arrastra silenciosa para que no le vea el infeUz animalillo que va a ser por ella devorado. La imagen de Jesús flotaba en su agitada fantasía, la traición 1novía su 1nen.te y ,el odio más insensato llameaba en su corazón. E speraría., sin duda , hallar a Jesús acompafiado, como solía est<vrlo siempre, de sus discípulos, y contaba con esta cfrcunstancia para el buen éxito de sus designios; 'mas de pronto, mientras con atentados vasos anda, por entr,e los árboles, columbra, ])rimero confusa y obscura·mente, luégo a las claras y sin poderlo dudar, que el santo ll1'aestro se adelanta hacia él solo por entre la espesura y envuelto en el si1,encio y obscuridad de la noche. Esta soledad y desacompa11arniento de Jesús hubo de echar a pique ']XVl'te, a lo m.enos, de sus proyectos infernales. La fisononiia de Ji,das respfraba en aquel momento la ·más horrenda perfidia y dobl,ez; su 1nirar era torvo; su corazón palpitaba con diabólicos latidos. Jesús, de su varte, adelantóse twnbién, pero grave y ?nesuradaniente, tranquilo el seniblanle, avctcible la fisonomfo, serena y dulc,e la ?nirada. El encuentro de Judas con Jestís es una de las escenas que lu imaginación cristiana ha intentiido con ·m.ás empeño fig~1..ra7t·, tiunque sintién.do~e incapaz de re7n·esentársela con toda la viveza de la realidad y con toda la puntualidad de sus circunstancias y pormenor.es. A llá, en el silencio de la noche, entre la s01nbni de los á?·boles de Getsemaní, a la débil clcwidad de la luna y a los tl'émulos destellos de las tristes solitarias estrellas, se encontrwron /rent.e a frente d01~ hombres, el uno la personificación de lo niás santo y augusto que ha habido en el ?nundo, el otro el símbolo de lo pe1·verso y abominable que se ha .engendrado en la tierra. L o que al encontrarse se dijeron la niirada de Judas y la de Jesús, lo que sintie'ton en aquel momento sus corazones, sólo puede conip1·enderlo Aquel que lee en lo ?nás oculto de las almas. En aquel momento el ánimo de Judas hubo de turbarse ten·iblemente; su corazón no pudo menos de sobresaltarse y todo su ser experi111entm· intima y profundísima. convulsión. Pero 7101· la pasión que le agitaba1 centelleando sus ojos con el reflejo de la luz del infierno que ardia en su. alma se lanzó precipitadamente hacia J esús, dfoiéndole : Maestro, Dios te guwrde; y tras estas palabras dió(e vdz besándole en el rostro. Estremecióse el aire al estallido de aqtwl beso, las est1·ellas JJalidecieron de horror, y las ·mismas profund1'dades infernales retemblaron de espanto de aquella acción abo1ninable, en que lo ?nás santo y lo más profano, el cielo y el infierno se pu~ieron en infame contacto. 1, >;. M. M. (!tl füso be Jubas. (Del fresco de Giotto, ui Padua. ) ·Núms. 67-68 A\,.;¡ E STUDI0 18, 1924 i'K'':'t. "1f f .. · ~...... ¿~ j ' \':: ~..,,~ J~t"1.~ ,.,,., __ -ii ... "~""- ~ ' '"' ;:ff;" !'. ~ . el ,r.... . .I' C/-' ,,..,__ . ._ , ~ ;' .'- ">"'F'- ;WS • 'l'! . .. ,.°'.:-· ~ · ,_,.~ -,"'<" ~ .. ·, ,.,.,. ""' ~i-.M¿;..>'' 'F. . . ~ . ,"''~ #!" ' -- -~~ -~~---:-"" -~ ~~~ -~~~ ~~--= ...... . '"-.j..............---,~~2~~'~ ~ ~,;. h-, ..,cd+:c. '>&fí9;@A:P}~ ~Y>~ ...,. .. ~~>.; c"-.:;..-;c., • ;,, • .- 1k.YJ.:JA: ;~;;,....:.:~'· . ~).tf':]) \).,~.:. ~""-' :fSarabbas .. ~ ~~~ t~] 'amú•ó Barabba' mulw li<mpo y "'gó a~ tUn-rn toda f!,¡ ~jc:. plantada de viña. · ..!.? / ·; Y á estaba crecido el pámpano; y los viejos sicomo- ~ ,, · .~ ,,,. .,.. ros y los altos sembrados cegaban de verdura la aldea. ~ d"' · ~~ T.... T Oía en la paz de la ma?iana unos golpes hondos y ~ '\-"\. "'~ :0.p'/, t r "r cansados de azadón que le cavaba la vicla porque era t~~.: ..: el palpitar ele su costado y de su garganta. Y se afli- ~ '\ , .. ·') l Ll . gió. Y miró al cielo. Endel cielo hila_badnla1·a11.asdasde cár- di -x. ce . evose las muñecas a sus ojos, to avía creyen o as ata ; y ~ t~ sonrió de sí mismo. Se le mojaron los dedos. Barabbas lloraba con in- ~ ~ fantil congoja. Porque se vió hijo y se vió desgraciado y solo. ¡Nunca cr\':fi~ había sentido la soledad, Señor! . j " y · llorando, comenzó a 1·edundarle el abrigo y la luz de una mira- ~ l " 'da ""'-' 9, \ ; todo su cuerpo henchido de la tristeza y claridad de unos ojos ~" / . como un vaso traspasado de sol. Los ojos del Rábbi estaban en el caf;e.1~.~ mino.y en la vúia y en todo el ail'e; los ojos del Rábbi ba,io el turbante ~~ ~~~:·~ ··.;, .. ~ ·;~ , alzado para ve1·le; los mismos ojos que recogieron s<i te1'ror en el pa~~e~ ~ ~ ~ ~· sadizo del Pretorio. Pilato, envuelto en su toga que semejaba de piedra ~ pulida, le most1·ó a la plebe. Rebramó la multitud aclamándole. Y el Rábbi le miraba. Una turba le arrebató sobre sus hombros; y las mujeres le daban peces ahumados y pan tierno y agua de miel y de aro- ~ -!lZJ! mas. Y otra vez los o.ios del Rábbi desnudo, tendido en su cruz! Todos ~ j?:í se fueron apartando de Bambbas; 1J braceaba 11 y algu:nos arrojaron ¿ !¡ ..f.,~ cortezas de naran.ia al Rábbi. ~ /' F;1 ,:~. Y ba.ió Barabbas del cerro de la ejec11ción: y aquellos ojos le mi- ~ ~~· ~~ raban. Le acompañaron toda lo noche y estaban en todo el azul del ~ ~~ ~,. ,¡ ·.,~~ ~ '~, día. ·y. contempló el paisaje. Tenía en su frente y en su mirada una ~~ · _ ," dulce resignación. Acercóse las manos a la boca, y besó las desolladuras que le dejaron los conleles en los pulsos. Después, prosiguió ca111i11ando, muy despacio, entristecido y ~ bueno. e ª '¡j'i Un perrico lisiado le segufrl: y él lo tomó, llevándolo en brazos has- - ~\_\ ta la aldea. ~ )1 '.~ Y pasó los umbrales de una casa; y sn cabeza de oso derribó la ~ / 1 . ~ mes usa o arquilla, que cuelga del dintel, y guarda los pergaminos con ~ t,;J~ (i/jj$ las palabras que dispone el Deuteronomio. ~ ~~-r ~ Salió un hombre voceándole, y él le di,io: d ~(. , 'G< - ¡Se ha cumplido el año que mataron y r·oba1·on a tii ~ · ~-~ pad1·e! 1 'º Y llegándose más ofrecióse sonriendo serenamente: '~ -¡Mira aquí su matador! ~1 El huérfano dió un grito, y revolviéndose tomó una . ~~ 0 hoz que había entre los aperos y clavó en el vientre del ; ,,- homicida. J'..J ',"'º.· r ¡. Revolcóse Ba1·abbas, sin un quejido, sin secársele la /' ~ . l l b 1 ,_ sonrisa; y ex ia a a: .si'r::.' ~~ - ¡Los o.ios del Rábbi me 1nirán! ~~ ~'! Y temblábale el pomo del arma por el regurgitar d '\. \'V~ la sangre y las convulsiones de sus entrañas segadas . . . , :e ·'~ Vol. I~Jii\á® J&~JFA,J!&,J&,~~AJilkJE'° _,al:, Ntims. 67-68 Abril Vol. lll ÉSTUDIO 18, 1924 (f 1 ~otl'ttn d~ las Pues no saben lo que hacen, Padre mío, perdona a m is verdugos al clavarme. Hoy , Dimas, e n la gloria has de gozarme, pues me confiesas Dios ante el gentío. Mujer, a Juan por hijo te confío y tú, Juan, recibiéndola has de honrarme. Señor mi Dios, ¿por qué en abandonarme te e mpeñas en las garras del impío? ------------·~~~~~------10 - Núms. •.J7-G::i Abril ESTUDIO Prw el R. P. Fr. Man11~/ Fernández, O. P. Tengo sed de tormentos y amarguras por redimir las pobres criaturas que el rugiente León va p rsigulendo. ,, e .. a· consumado el sacrificio horrendo, Oh Soberano Rey de las Alturas ~ en tus manos mi espíritu encomiendo. (Reproducciones de F. Montea.) ---------------------------11•. ;¡ .,.i;: 18, 1924 1 1 1 1 1 1 1 1 1 ! 1 1 i ! 1 ¡ 1 1 1 1 1 1 1 1 1 Núms. ü7-68 Abril Vol. III te". dml". ESTUDIO 18. 1 !Y!:! l/uó y /os pechot< e11 qui' mamas l1ie11nrP1ilurado.• .. ~1m /os 1¡11e 011en la palabra di'/ Señor ·11 la g11arPc11etrcmr•R lrclor hrrmm10, cm1 el e1rpir1tu e11 los solltarws e/austros de 111t cm1r~11tn. Ln primem imagen con que c11 el cancel mismo de la puerta de e11tradn fl'opie~nn n11eatro11 ()JOB, es la d.e u.11 Cristo Sangra.nte, colgando de un m(l(fero, cárdenos lo~ labio.<, di11tendido .• 11 dts/oca.dos !-Os mwmhros, las carnM de.•garra¡Jas, ma•urndo sangre pm· todas partes. C11sto Crucificrido l''I el Re11 !I el Seiior de a.r¡uella Casa y HU8 1nora.dores son /os fieles rn:fflllns dr tal Rl'y . . Jesú11 rl'ina en 11! Cn1wento. ¡.;11 lo m.ás alto dt1 la torrt '!uenan las C'lfatro. Ett lo alto de 1"s c1elM br1//a11 /a11 estrellns. 11 mw 1w ha l1echo su aparic1m1 el lucero ¡n·ecu.rsor dl! la Ma11111ia. \'((l'ia• horas hahran de co1'1'e1· tarda11 11 perezosas antes de que pr>1' lo.~ p1cndws •IF los i•ecinox montesasome el alba. óyese el t<rner de la campnua. Hace u11 .fno i11tc11so, que hiela "1 E•ll'{ll'e e11 las 11e11as ¡¡congelad llliento. Como q11e St' ••scuclin el c1·11gir 11 rl [/emir dP la niere q11e cou blanco S'Udano ('11.brr la campi1ia, al ,qc11ti,.se azotada pm· 1111a fr,m.¡1Cra-t1tra de m1tc/10B (fradas bajo el cao. De sus mí-~eros ca111n~tro,q, formado.~ co11 unas tabla.8, sin má.~ colchón que u11a estera, ni mas ab,·igo que 1ma manta, 11aUan presuroBOB 1-0s morad-Ores del Co111•e11to, al oil' lo primem rampa11ada del cimbalillo que los co111•oca a la Iglesia. Al p1111to de la media noche liablanse le11a1tta.do ¡¡a otra vez, para ir al coro a. cantar la.• alaba11za11 de Dw.•, mic11tras /1J,q 1mm.da11-0s oftmdian a llll di1•ina Magesfa.d. La can1e finca siente 01 toda su i11tensidad el frio del r.riulo ii1t•Uinw Butll .qui~iera rl n·lir1io.-11 c1thrir s11s can1es con aJgún abrigo. Pero 110. Ttent' qll'co11tentarse con 1111a mísera t1í11i<"a de burdo paño. Los pii'll !U!11cal::os y eJ'PIU!tltos a la temperatum glacial. V11e/l'e ·'" ,.¡_.fn ni Cr11cifijo, q1JR c1telgo de la cabecera de la cama, y A uel Re¡¡ de la Ca.sn le da alientos. "Si q11ieres 1•e11fr en poB de Mi, le dicen CUJUeÜ011 labios, cárdenrm 11 a momtudo.•, J ríus cmi el frío de la muerte, niégate a tf miBmo"; árroja /ejo.• de tí cuanto hu.e/a a comodidad.e.• 11 gustos, abrázate /c011 mi Cr11z 11 lléioala tod-OR loR día.~. Crucif1cate 1•onmigo. Yo SfJI/ t11 Rey. Yo so11 ·. el Rey de eHte Cmn•rnto 11 1·0.•otros 11ois mi.~ 1•asallos". "Yo so¡¡ 11/1 Re¡¡ ato,.mentado; un Val'tm de dofores, y <f!U! aal>e de en,fermcdades ry tortums. Vosotros, q1~e sois mis va.salto.~. debeis probar tanibién lo copa del wufrimiento: debeis beberla lta-~to ap11.ror KllR /iecl#I, como lo hice Yo, que MI/ t•111JStro Re11. (Pasa a la pág: 26) 12 - Niíms. 67-68 Abril ESTUDIO 18, 1924 {J t"t11~\1argo. -Fresco de Fra /111gélico, que se co11serm en el Co11re11to de 8a11 .Vareos de Florencia Vol. IIl ~d~~ i%~t¡Ufrd~% nuf!nuy~Jr~5.)J ~il {¡iliit ilir~ illál ~iraa~ - - X- - allá en la alborada ch mi vida, cuando el corn.zón, vn·gen aún, se entreabre como una flor al dulce sol de una ternura que todavía no ha sufrido engaño. Al lado de mi madre, enlulada y triste, y en la melancólica penumbra de una capilla de la iglesia del lugar, que doraba con suaves tintes la luz de un crepúsculo abrileiio, recitaba al unísono de ella la primera oración que de sus labios hube aprendiC:o. Recuerdo que mi cornzón estaba inundado c,'e extrafia tristeza y dulce ternura, a la vez imprnpias de tan corta edad. En el fondo oscuro del retablo de la capilla se destacaba llena de gravedad, impresas en el desencajad.o rostro todas las ama1 ·guras de la muerte, pero suavizadas y dulcificadas por un no sé qué celestial, la figura de Jesucristo crucificado: estaban al pié de la cruz, mostrando en la faz dolorida todo el dolor y toda la compas·ión de sus corazones, tres mujeres ; las t?'es Maríos, que me decía mi madre; y al fondo de estas figu1as de prin·e1· término, cual si contemplasen con temor y con respeto este grnpo que tan fuertemente me impresi-onaba, unos soldados de mirada torva, unos sayones de feroz aspecto : los hombres malos, que llamaba yo. Yo amé desde entonces a aquellas mujeres compasiva· , que así se dolían de los tormentos del divino Reo. ¿Quizás por un precoz presentimiento? . .. ¿Quizás porque se parecían a mi madre .. . ? No lo sé. Lo que no me podía explica1· entonces era la cobardía de aquellos hombres malos, la fiereza con que contemplaban el triste espectáculo. Hoy, q ue ya he vivido un poco; hoY que he visto el mundo, sus odios, sus dobleces; hoy que h.e sufrido alg·o c:m 1 os engafios, con los desencantos de este tritite mundo, y que voy conociendo un tanto a los hombres . .. ya me explico la cobardía de aquellos hombres y el dolo1· y la compasión de aquellas mujeres. Es que a la mujer le pertenecen Jos seres desgraciados, porque se asemeja a los ángeles en su inagotable bondad. Es que la mujer, no hay duda. tiene más corazon. Alguna fibra recóndita y delicada hay en el ~orazón de la mujer que nosotros no tenemos, y 1que es la que le fuerza a sentir mejor las miserias y las desgracias del prójimo y a llegar a la cumbre del sacrificio para ver de remediarlas, llevando por d'oquiera la irradiación amorosa de su pecho y ansiando caldearlo todo con su fuego de caridad. -13 - N~ms. 67-63 Abril 18, 1924 ~[!] ............ . • ~V~:.,,,"" ,.... . . .,, .. " . ,; ... .; ..... ""·"" ....... ; .. , .... ~ .... t: : *- la muda de fiesta, que era parciéndose por el paisaje. ¡ ¡ l recio y azafranado, y las Los mercaderes prorrumpieron en maldicio: : mangas de las que se ras- nes. ¡Ya no hay término en nuestros males! ~ ~ .!! gan por el codo. Jerusalén gime en la revuelta por la obra 1t't : ............ : ~.~ Alejandro abrió la ruin de Jesús! ~ '.'"*,¡!>?'j'.;;¡?3¡' cancilla del aprisco;_ y fué Y Simón temeroso de que el tumulto malpa·~<v~· apat·ec1 ·eendo el 1·ebano que 1·ase el mercado del día, consintió en el precio : :t : J • i· brincaba ganoso de sahr, que antes aesdeñara. pQrque recogía los olores El hijo llevó las ovejas madres a la verde de la hierba nueva y mojada del r elente. blandura de una hoyada. Simón tomó su cayada y a partóse con su En tanto Simón se acercaba a J erusalén conhijo Alejandro, delante del rebuja}, que hacía tando su ganancia. Corta había sido, pero ya un áspero ruido de pezuñas, de topadas y reto- se sentía descuidado y con ella· podía aguarda r basta que vendiese sus avenas y cebadas. zas, y un balar alegre de la holgura y de la Pasó Simón bajo el arco de la Puerta de los promesa del collado Y del hondo de aguas vivas. Jardines. La cuesta y las calles bajas de Acra Anduvieron muchas jornadas antes de aco- temblaban de turbantes, de palios, de lienzos. modarse en las majadas del Líbano. Pasaron Bramó, ya cerca, la retorcida bocina del muchos pueblos de deleites y magias feroces pregonero. Redoblaron los clamores. Tronó donde se trasmudan las personas en bestias ; el suelo por el brío y fortaleza de Roma. De y a sí había damas principales que agasajaban todos los callejones que vienen precipitándos~ mulos y carneros en estrados floridos. a la ruta grande, se descolgaban racimos d Cuando llegaban a los majanos Y muladares plebe que ya viera el paso de los condenados, de Bezetha1 asomó el sol como una rodela en- y se adelantaba para presenciarlo de nuevo. sang rentada. Se entraron por el camino de Simón bajaba ahogándose por la cuesta. QuiDamasco, que allí se recoge entre cercas des- 50 volverse ; buscar a su hijo; correr al apartaborda ntes de frescura de los huertos patricios. m.iento de su granja y no pudo ; le atropellaron, Después acababa el deleitoso cercado y la t ie- le injuriaron resollándole encima de su boca. rra par ecía crepitar de sol. Cam.ino entre ca- Entre los legionarios descollaba· un reo rotus y eriales : camino de J afa que rodea un llizo, de cráneo chato, trasquilado; un anillo cerro · polvoroso, con cardos que se quieb!'an verdoso le taladraba su nariz en cuyas fosas de sed. se Je había cuajado Ja sangre. Los dos tabloSimón y su hijo descansa ron a· la sombra de nes de su cruz, atados por una punta, le calas muros. La grey pacía las matas menudas balgaban sobre el cuello como un yugo. de los fosos. Llegaron los mercaderes de re- Asomaban las trozas cercenadas de la cruz baños. Sacaron discos de pan de maiz, habas del Rábbi, y súbitamente oscilaron derribántostadas y un tarro de vino fermentado de dose. Se oyó un gemido. Una vieja hedionda Media. De todo les dieron a Simón y su hijo. voceaba :-Lo chafa el peso porque ya está el Los mercaderes engullían sin alzar la frente. Mesías encanijado! Y murm1 uraban gangosos:-¿Acaso piensas do- Salía entonces del cerco de Jesús un legionablar la ga nancia en las f~ri a-s del Templo de rio y reparó en Simón. Dios? Porfiaba el cyreneo en entrar su ganado. -Eres como un árbol de f uerte! Ven y proy los negociantes se reían heladamente, advir- baremos tu rejo! Y lo empujaba hacia el t iéndole :- El profeta golpeó nuestras espaldas caudillo. El soldado agarró del sayal al cyrecon una jáquima· que recogió del muro, toda neo. I ntentó rechazarle el campesino. Vibrapinchosa de hortigas, y gritaba: "Mi casa es ron las risas. Y una voz dura, extranjera, le casa de oración y no madriguera de ladrones". increpó:-¡ Anda 1 llévale la carga a ése, o t e Y el viejo r ijoso alzó sus manos de raíces po- clavamos en la muralla como un murciélago! dridas exclamando :- Pero maldito ha sido su 11 Simón llegóse temblando junto al Rábbi. Le improperio, maldita su audacia! "El Señor a lzó la cruz. Caminaron. hace misericordia a todos los que sufren ag ra- El hom.bre de Cyrene se sentía traspasado vios ! E l Señor es mi a ux1lto y no temeré lo por la mirada del reo. Ladeóse para verle. Rábbi. Cuando salíamos lo subían atado al y al qu itarse la sangre dura de las órbitas, su Pretorio. mano heTida se dejó sangre fresca en su boca que el hombre me haga!" Preso está yá ; J se Tenía un párpado rasgado; las sienes hondas; f Calló el ganadero y quedóse señalando ha - estirada por el asma. Y esa boca sonreía . . . 1 v~'""n"'"r ____ ::::>e: - i4'--lL.L·-----::::>e:--..,,N~ú=-n-1s. 6~ Abril ESTUDIO 18, 1924 :Vol. III -15 - Núms. 67-68 Abril ,,... -.fl'fi~ --~ ' -~ -16- - fDIO Núms. 67-68 Abril ESTUDIO 18, 1924 = :;:, Vol. III -18 - Núms. 67-Li8 Abril Nrgartnn lle jrllro Annás rodeado de sus hijos, de varones del Concilio y de siervos que abrían la foscura con sus luces. Las negras sedas recamadas de plata del turbante del anciano, vislumbraban lúgubremente. Uno de los soferím, escolar de la· magistratura, que le traía el báculo jerárquico, de madera incorruptible de setín y nácar, habló en su oído; y Annás ladeóse mirando a Pedro y Juan. Ellos se inclinaron; y siguieron en pos del séquito que también les miraba. Y por un pasadizo de rampa de baldosas, montaron a una estancia de paredes pulidas, de techumbre colgada de paños de hermosura como el tendal de Salomón. Ardían candeleros de aceites do olores. Y cuando Pedro entraba, le cogió del cíngulo una mano seca, y la voz del viejo de barba tiñosa, le dijo: -¡No fuerces que no te soltaré! Y lo llevó a los pórticos. Cerca del naranjo, había otro col'ro de servidores escuchando a Jávan el de la guarda. Una mujer quemaba ramaje de palmera, y el grupo se recortaba torva mente en el fuego; los cráneos y ropas tenían la ondulación íntima de la llama. Y dentro de las aguas encendidas de la a·lberca, bajaba· la imagen del árbol verde y fresco, y comenzó a copiarse la del discípulo empujado por el esclavo. - ¡Mirad a uno del Rábbi nazareno! Estuvo con nosotros en la casa de Annás mi señor; y yo adiviné que vendría y le seguí como a un raposo huído ! Y Jávan llególe un leño encendido para mir~lTle, y prorrumpió: - ¡Yo lo ví, yo lo ví en la gJ:anja del olivar! Entonces Pedro revolvióse rojo de hoguera y de furia, y se apuñazaba las mandíbulas y las sienes rugiendo: -¡Mientes, mientes, que maldito sea yo si le conozco a ese hombre! Y masticaba repugnancia; Je tronaba Ja sangre hinchándole el cuello. Hubiera despedaa~ 11 11 1 1 1 18, 1!)24 (~uomobo ~eZ.rt •.. ? (Versión parafrástica de la prJmera Lamentación de Jere11ías, segun la canta la Iglesia en los Maitines del JueYes Santo). ¡Miradla abandonada de pueblos y ciudades la Señora ! Cual viuda desolada, la gran dominadora hoy, tributaria, su infortunio llora. II Tan grande es su quebranto, que inconsolable gime noche y día, y vierte amargo llanto al ver la alevosía de los que más amaba y más quería. III Ahita de aflicciones, marchó J udá sin encontrar reposo, moró entre las naciones y en trance doloroso prendióla su enemigo victorioso. IV Sión llora su duelo ; sus caminos no ven humanas huellas, sus muros por el suelo, ancianos y doncellas acompañan su luto y sus querellas. V Sujeta a su enemigo, los que la odiaban gozan sus despojos, y Dios, como castigo, permite ante sus ojos la lleve el vencedor pisando abrojos. ¡ Salén, Salén, detesta tu pecado, conviértete al Señor que has ultrajado! J. ESTERAS. zado a los ruines que no le creían. Y como prisa de volverse: no le creían, gritaba ; y como se oía a sí mis- -¡Está mortecmo ! ¡ Yá no es aquél que mo, gritaba más. 11 andaba vanagloriándose por el Templo! Y ellos fingiéndose medrosos le increpaban: -¡ Ahora Hamarán entre el pueblo por si -¡Bramas como un lobo en el cepo! le saliere defensa! -¡Ay! ¡Endemoniado estás! En trate en - ¡Mas no ha de salirle, que todos le abo-¡Que te. libre tu profeta! gogas ! Y se le apartaban escupiendo en la lumbre. n los lejanos casales, cantaban los gallos un sepu1c10 1 ~ ~ ina-1,·on hoy cuando se leí~ su anatema en las ~ V'.nieron otrox aron agoniados por la a madrugada. :::>e: .,) Vol. III - 19 - Núms. 67-68 Ab; il Yo!. lI1 ESTUDIO ·.E avecina la Pascua postrera ,.. de la ley de figuras y sombras y atrás el Mar Rojo y el rojo mosáico se los deja en su vuelo la historia; los ázimos pasan y el limpio cordero ~ que en las pascuas antiguas se inmola cede el paso al Cordero Divino que los viejos profetas pregonan. Ayer el Hosanna y el canto de gloria tronaba en las calles al Santo Mesí¡is, zumbaba en las frondas y en festej os de gozo triunfante lo r ecibe Sión clamorosa alfombrando de sedas y flores su ruta hacia el Moría, y bendito el que viene proclaman los niños hebreos en dulces estrofas. Ayer coronaban jazmines la aurora; hoy, nubes de sangre coronan el día y el bárbaro pueblo con clamor que los aires asorda le pide a Pilato la Sangre del J usto ¡le pide la sangre, y el juez se la otorga! A un blo1ue de mármol amarran a C1 ist:J sayones impíos con áspera soga y con haces de hierro acerado desgarrando sus carnes lo azotan, de cambrones le ciñen la frente y la cruz a los hombros le arrojan; al Calvario a empellones lo arrastran con escarnios infames las tropas y con tres escarpias al leño enclavada la Víctima pura, blasfemand9 el madero enarbolan 18, 1924 LA CRUCIFIXIÓN y el rey de lo cielos entre dos bandidos rinde el alma al .dolor que le agobia. (Lucas Cranach, Pinacoteca de :\Iunich) La Madre de Cristo, la triste Pal,oma, las huellas del Hijo siguió hasta el Calvario, sus huellas de sangre que el suelo arrebolan, y abrazada al madero nudoso con solemne y callada congoja, su cara y sus manos y el manto celeste en llmlÍa abundante salpican las gotas, las gotas de sangre 20 - Núms. 67-68 Abril ESTUDIO 18, 1924 1[0i(Z:~i!Ú. - Retablo de Carlos Crivelti. -(Pinacoteca del llatica1w) que vierten las llag&11 del Hijo que adorá, y el río de lágrimas que vierte la Virgen abrasa la tierra y ablanda las rocas. El Cristo y11 es muerto yá el cielo se entolda y en lóbrega noche ~epúlt11He el mundo se estremecen la tJerr11 y las ol11s el velo del templo auR pliegues d1111garra, la11 tumoas SP abren, la11 pena11 se chocan. ¡Qué sola. qued11 la Virgen- María! Dios santo, qué sola, llevando en su manto 111 Sangre dol Hijo e hincada en 1u 1ono la eepada traidora del rrimen del mundo que al HiJO adorado del seno le roba Y en maree de 11angro, de 11frentaa y e11rarnio~ rabioso lo Inmola. i Qué 90la ee que da 111 Virgen Marí11 ! ¡Qué angustia tan honda! Yá está Cri11to muerto, la tierra en tinieblas, y Dios dejó al mundo por única antorcha a la Virgen Mártir a la Madre sola. Lloremos con ella las <:1llpae del· mundo lloremos '¡81! propias y en ello darem011 alivio a eu pena y paz a tiueatra alma, que el vicio aprisiona; lloremo11 éOn elln, y n BU almo relrRZO aeeando IN lá&Tirnl\I!, veremoM alzar11e de nuevo la aurora. R. P. M. Fer11ández, O. P. Vol. III - -21fJA VERÓNICA CON EL fJIENZO DE LA SANTA FAZ. Jt~l Greco. (Iglesia de Sta. Leocadia, Toledo. Núms. 67-68 Abril 1 ESTUDIO ·EDRO y Juan juntaron en casa de Annáe con otroe qut encen. dian loe carbonea de un nuuigal, un bruero panzudo cobre con aeaa de correas, Porque en Jerusalén las noches .a&:Nisán se brufien de heladas, y en aquélla era menester pasarla a la 11erena. Crepitó la chispa, y se avivaron llamna brevea y azulee, v los rol!ltros de los servidores ee amorataban como la carne de los muertos. de muertoe qne se reian del iulvenedlzo. Pedro miró a lo hondo de las pilastras fronteras. De alli salia claror y V10Cerio; d.espués, silencio. un silencio de gentes ansiosas de bramura. Pasó, rápida entre todas, la cabe;a de Juan. Y Simón quiso ir; y apenas se movió, notóRe .~ torpe y acechado. Y no osando quedarse ni escapar ni buscar al amigo, y ganoso de saber del Maestro, creyóse fuerte y se acercó a loa que rodeaban la lumbre. Dentro del corro Be ovilló, descansándose 1<obre sus calca· ñ1u-es; tendia las manos al brasero; miraba humildemente. Y un viejo roído de viruelas, que tenia la barba de mechones y escabros como la piel de un morueco tiñoso, le preguntó: -¿,Vh1te yá a tu amo el profeta? Mozo es ese Rábbi, y yo casi hiedo a tumba; mas, no cambiarla el tiempo de nu vida por el suyo! Y como el disl'ipulo callase, los '&tros le instaban: -j Mira que contigo habla ! ¡ De tu Maestro dice! Simón arrebatóse. -¿Mi Mae11tro? ¡no sé de él! Simón h•11 odió. Le rechinaban lae quijadas, le crujian los recios goznes de KU osamenta necesitando abrirse y girar como un molino de rabia, Poblóse el patio; se alumbró de hachos y de lámparas. Y un sollat!tre, con el hiern\) africano en la frente. trasquilado y pringo1m, vino brincando a la lumbre, r 11e rascaba la breña del pecho y decia: ' ·-¿Se icintió desde uqui el zurrido de 11u cara? Mál! poder que una ballesta tiene Is mano de Já\'aD el de la guardia. ¡Tan señslado como yo Re queda el pobn1 Cri11to ! Juan apareció entre la soldadesca. Y corrió Pe· dro siguiendo el azul de su manto. doblado sobre los hombros según lo llevaba siempre el Rábbi. ¡Juan! ¡Juan! Y el amigo volvióse. Le 1mdaban las mej lilas terro· sus. le ardlan los ojos; le temblaban los 1 bios, blancos, mordidos y la barba, de una pelusa virgen como un musgo tostado. -¡.Juan! ¿y el Señor ... ? .Juan retorcióse las manos, y humilló los pár pados gimiendo: -i Le han pegado, le pegado al Señor! LA INS'l'lTUClÓN DE LA SAGRADA ECTCARISTfA. Justo de Alemania. (111.rtilufo de Bellas Arlts de [,'r/Jin). i '-... Vol. III 1 •••••••••••2 • 2 -··••1 • • • • 1 8, 1924 1 Abril Vol. lil ESTUDIO ~;ra~hl rmJ~~~·h:i. - !fa11s lfo!hei11 le .fe1111e.- (MusM de Basilea) ¡¡ ~rh üJr.ngo !! EINTE siglos hace que esas palabras resonaron en la cumbre del Gólgota, pronunciadas por el divino Reo la memorable tarde ele Parasceve, que ha dividido el libro de la Historia en d'os mitades . .Veinte siglos hace que Jesús reclamó para su sed de . amor los amores todos de todas las criaturas. . y veinte siglos hace T que el torrente hervoroso de la humanidad vá a volcarse a oleadas en el divino Corazón, sin que haya podido todavía saciar y satisfacer esa sed. De entonces f1Cá Jesucristo pendiente ci'el madero de la cruz, ha sido el centro en derredor del cual se han desarrollado en órbita magnífica todas las vitalidades del cristianismo. De entonces acá, como alrededor del sol giran los planetas, en torno del Calvario ruedan los siglos, y la deslumbrado1 a belleza de la fisonomía de Jesucristo ha concentrado en sí, como no lo hizo ni hombre ni ángel alguno, todos los amores de la tierra. De entonces acá El es el unico,-al decir de Lacorclaire,-que ha podici'o, que ha eternizado su amot' sobre el mundo. ¡Sed tengo !-dijo Jesús con desgarrado1· acento.-¡ Sed tengo de amores y quiero de vosotros el agua que apague esa sed! Y a satisfacer esa sed se han apresurado millones de almas. con ese incomparable amor, 1 que deja eclipsados todos los demás a'.r.ores, porque ha sabido ascemle1· a las más altas cumbres del sacrificio. EL LAVATORIO Del autor desconocido M. D. (Museo de LUO\'l'e.) ¡Sed tengo ele amores! ... y para satisfacer esa sed han ido a reposar a la cruz, como a blando nido, los besos más puros y las miradas más castas y los pensamientos más limpios y los deliquios más tiernos y Jos impetus más arrebatados y Jos deseos más legítimos y las aspiraciones más nobles y los amores más sublimes y los lamentos más angustiósos de toda la humanidad. ¡Sed tengo de amores!. . . y para satisfacer esa sed ha corrido, como ríos. la sangre de miles de homb1·es, buscando el océano sin fondo del corazón ele Jesús. Veinte siglos hace ... y todavía hoy su sed no se ha satisfecho ¡todavía hoy, como en Ja memorable tarde del Calvario, nos está diciendo desde lo alto de la cruz : ¡ Sed tengo de amores! ¿Qué más quereis, Dios mío ? ... ¡Ah! sí; quereis el amor de tantas criaturas que aún no os sir· ven: el amor de tantas almas, que todavía no os aman. Y solo Tú puedes quererlo, porque solo Tú eres el que más y mejor has amado a los hombres. 18, 1924 23 - Núm§. 67-63 Abril ESTUDIO ~ L ángel del S eñor, Gabriel, ~ fné enviado u la cittdacl de Naza1·eth en Galilea, a una virgen desposada con José, y el 1 1onibre de l.a \'ir9en e;·a .Haría. Y enf rando el Angel ci donde ella estaba, elijo : Dios te de gi·acia, el Señor eotá c·ontigo''. "Bendita t'll cutre todas la~ mujeres". "Al ofr e.~tas valab;·w_; la Virgen se twrbó, y pú. ..,ose n considerar que sig11ijica1'ia una tal salutución. Jllas ,.¿ A ?tgel fe elijo: ¡Oh .llaríaJ no temu.s, porque Itas hallado gracia < 11 los ojos de Dios: sábcte que Itas de cm1ceb i1 en h1 seit·; y parirás un hijo, a q11iP1 1 /Jo11clní .... por nombre Jesús". "Est_e se1·á ,qroncle y será llamado H ijo deL Altísimo, al cual el Señor Dios dcirá el ll'ono de su padre David, y reinará en la casa de Jacob eternamente y frn reino no lc11dní fi:n". "El Espíritu Santo desc<•ndí' nÍ :sobre ti y la 11frtud del Altísimo te cubrirá con 81< sombra. Por cu.ya ('ClWi<t ."l santo, que de ti nacerá, será llamado Hijo de Dio.'>". Así cuenta San Lucu:s (Capítulo 1, vers. 27-35) Ja Encarnación del Verbo. "Pero el nacimiento de Cristo fué de esta manera.: Estando desposada su madre Wla1'ía con José, ."lin que antes Jrnbiesen e. c;tado junto8, se halló que lwbfo concebido e)t trn ... eno del E spil'itu Santo". "/11as José su e~poso, sie11do, como era, justo y no quel'iendo in/amarla , cl,'Zliberó dejarla secretamente''. "E stando él en ei;te pen.•wmiento, he aqui que un {mrrl del Señor le apa1·cció en sue1ios, diciendo: José, hijo de David, no tengas recel.o en recibir <t Alada fu esposa: porque lo que se ha engendrado en su vie1ttre, es obra del Espíritu Santo. Asi que 7Xtrirá un hijo, a quien 71ondrás el 11omb1·e de Jesús: pues E l es el que ha de salvar a su pueblo de sus pecados". E n estas frases nos e.rplica el Evangelista San /llateo el 71or qué de fo 1•e11ida de Dios a nosotJ'os. ''Se 11amará Jesús". dice S(l1t f,ucas ; y San il1ateo e. " rplica que Jesús quiere <lecir Salvador. Sigamos leyendo el Libro Sa nto. "Andaba Juan vestido con pieles de camello y traút 1w ce1iido1· de cuero a la cintura., sustentándose de langostas y miel sil11<'8t re. Y predicaba diciendo: " En pos de mi 1Jiene uno que es mas po· deroso que yo, ante el cual fü) >;oy d1ano de post1a1 me, def:iatar la de "Por Pstos días fi1é cuando vino Jesús desde N azareth de Galilea, y Juan le bautizó en el Jordan". "Y luego al salir del ci9ua, vió abri·rse los cielos y al Espldtu descende1· ,en forma de palouw !! posar sobre El mismo, y se oyó esta. rioz del cielo: Tü eres el H ijo '11l.ÍO querido: en Ti es en quien me estoy complaciendo". Así se e.1·p1·eso Scin li1arcos (Cap. 1 l'ers. 6-11). Por s11 ptll'le Sau Juan escribe : ''En el principio era el \'erbo y el \ ',t1rbo estaba en Dios, y el f'erbo era Dios. El estaba c11 el }Jl'incipio en Dios. Poi· El fueron hechas todas las cosas: y sin El no se ha hecho cosa ulyuna <le c1Hi11tas han sido hechas. En El tstoba ln Pida, y la i1ida era la luz de los hombres. )" esta luz resplandece en las tinieblas !I las tiniebla::; no la han recibido.. El Verbo em fo lnz l'e1·dadera q11e olumbl'(I a todo homi>n' que i1 i"ne a este mundo". ''En el mundo e.i:;taba y el m101do fué hecho por El !J t'l mu ndo no lo conoció. l'ino n su propia caso y los S1l !JOfi no le recibiel'on". " ) ' el \'erbo de Dios se hizo carne y habitó 1•11 111edio el" 11osot1·os; y nosotros hemofí visto sic glon'o , ylol'ia cual el Uni,qénito debla recibir del Padre, lleno de g1·acia y de verdad. ,;Dt• El da testimonio Juan y clama diriendo: He aquí Aquel que viene, de quien yo os he dicho: El qHe ha de v,t?nir en pos de mi, /1a sido preferido lt mi, por cuanto el"a antes c¡ue yo. De la plenitud de El todos hemoR rei-ibido" (San J11(111 Cap. l rers. 1-16) . Escuchemos de labios del mismo Jesú s, la 111i1:>ió11 que a eSl!! uwndo le ha. traido. Alas r1 ntes oigamos la voz de los sama>·itanoR los farorecidos 7J01" J esús. 1 'Y decían a la muje1· (sam,aritana) Ya 110 creemos por lo que tu has dicho: vues no-:otros mismos lo liemos oído y hemos reconocido que este er; perdadero Salvador del mundo", "el C1"islo", a1í<tde el texto g1·iego. 11 Y sucedió que estando J eszís a la meso< ' Jt la casa (de l\1atco) vinieron muchos pul1lfru nos y gent.e de mala ?1ida c¡ue se vusieron " lo mesa a comer con E l y con sus disdpulos. )' al vedos los fariseo1:5 decían <t sus discípulos : ;Como es que vuestro /¡.faest?·o come con publiranos y pecado1·es? "li1as Jesús oyéndolos les dijo: No son los c111e están sanos, .':lino los enfennos, los que 11ecesitun médico. Id pues a aprende1' lo que :-;ignificu: uMás ,estimo la misericordia que el ¡.¡uc1·ificio". Porque los pecadores son a quienes he venido Yo a llamar" (Mat. l X, 12-13). Jesús, Salvador del. mundo, t.ended nn.a mirada de compasión sob1·e esta sociedad empecatada que se empe?ia como los fariseos de Vuestro tiempo en no 1'Cconocer VueSlJ'lt Divina Misú}1l. Sed nuestro Salvador, a.pHcándono.r;; piadoso loR méritos de Vuestra pasión santísima. Por l<t Cruz, Scfíor. s<ilvaste al '111ltndo. 8<tl1·adnoR fambien por ella a nosotros. "FILADELFO". Abril ESTUDIO i;rrnhr!i í\nttpa!l peristilos y acitaras se poblaron de bayaderas y tañedoras, d'e cortesanos, de servidores y guardias. El Intendente de la domus, cc m la insignia de la llave en su cíngulo de cuero, previno a Herodes de la llegada de un centurión seguido de sacerdotes y turbas. Palideció Antipas. ciendo: En aquel punto, presentóse alborozadamente su copero, un doncel de Mytilene, de brazos tatuados, que se le postró d'iRoma te ama siempre. ¡oh Basileus! ¡Poncio te manda a Rabbi Jeschoua! -¡Roma !-balbució el Tetrarca ; y le vacilaron los hinojos. El Centurión inclinóse pronunciando: -Lucio Poncio Pilato, Procurador de Tiber~o César en Judea y Samaria. a Herodes Antipas, Tetrarca de Galilea y Perea: ¡salud y amistad! Y ladeándose apareció el reo. Herodes exhaló algunas palabras de amo1· a Roma y de elogio y gratitud para Poncio. - (o)- (o)J éróme Bosh -(o)-(o)(A'I lúcorial) -Porque yo y mi corte <ligios. deseábamos ver a ese mago y presenciar sus proSe produjo un rumor hostil entre los sanhedritas. El Tetrarca abandonó su trono y dijo:-¡,Oye, Rábbi Jeschoua, muéstranos un portento ! · Otra vez murmuró el sacerdocio. Rábbi Jesús permanecía callado, su junco de viña. liso, inmóvil. Y el Centurión le tocó con 18, 192-! Núms. 6'i-os:· Abril '· 1 j 1 1 .J F.STUDIO Herodes dispuso que desatasen al reo. Y al mirarle halló los ojos de Jesús abiertos sobre él, esperando los suyos, que se le doblaron con la misma sensación que le dobiaba siempre las piernas. Los fué subiendo; y aún estaba cayéndole toda la mirada ancha, quieta, desbordándole. No le respondían, no le temían, no le suplicaban los ojos de Jesús ; 1 0,ios sólo, ojos vibranó'o de voluntad. Y esforzóse el Tetrarca para salirse de ellos; y adivinó en todas las frentes: ¡"No has Podido"! ¡E~ el que te llamó raposa! ¡También hoy te desprecia!" El Tetrarca sintióse golpeado por todas sus venas. Se miraba a sí mismo hundido en un cepo de torpeza. Le vencía Rábbi Jeschoua ! y ... comenzó a reir. Señalaba con su mano gorda y cerrada la boca de Jesús. Jesús apartó su faz; y él reía siguiéndole con el puño tendido; y llamaba a sus cortesanos para la huela que le librase dele su soledad ~con el Rábbi. Fueron sus cos.tesanos; y tuvo que sonar su ca1'cajada de sumisión y de halago. El Tetrarca aullaba de risa ahogándose, salivando. Clamaron los saceró'otes. Antipas les increpó : -Qué buscáis, si me habéis traido un ruín que hasta se cree hijo de Diós y rey de todos! Salió de la cámara un copero; y a poco tornó arrastrando un lienzo gordo de lona. El Tetrarca lo presentó gritando: Es la vestidura del rey! Con ella se lo devuelvo a Poncio ! El Centurión tradujo el escarnio en fórmula de Justicia diciendo fríamente: Forum apprehensionis ! y se llevó al reo. Herodes tendía sus brazos y des.puse apretaba los ijares, y riéndose, balanceando el cráneo, d'esapareció entre las colgaduras de las pilastras. Fuera rugió un viejo desdentado: ¡Hijo de perros! Estaban se>litarias las salas que antes atravesó Herodías. Sobre las alcatifas quedaron olvidados los cendales, las ajorcas, los alabastros de perfumes. Recogió el Tetrarca el espejú de ella y vió allí su risa convulsa rle en:Lerrno, una risa solo de piel crasa, ~udada, arrarillenta, fría. Y '.lno.ió el .espejo; y su risa iba saliéndole en los med'B Jlones de calcedonias, en los rombos de ámbar, en las pulidas maderas, en el bronce de los braseros, en el mármol de las estatuas, en el agua de los estanques. Se apretó la faz y sus manos palparon la m~eca de la risa. Todo estaba lleno de su risa y le dolían las entrañas de humillación, de obscuridad, d'e desamparo, de congoja. Y cautelosamente se iba acercando a las tet-razas. Su corte, sus guai·dias, sus siervos, y ella vestida de púrpura, miraban al Rábbi. .. Y él se sentó en una losa, coi:no un mehdigo ... ---------------------- - (Viene de la pág. 12) Y un día y ot;·~:. Y un mes d~;p;1¿s· ;le. ~f ;.~: cni.~s !! 111ú;; mios von sigui~ndo a su Rey Cirucificado cientos y m.iles de almas escogidas, QU" torio lu /11111 desprecia.do y que lo abandonaron todo, para tener vor Rey a Cristo Crucificado. N o tienen padre ni 1nadre, vorque su. Rey le.'i /in, dicho : 'Es vreciso que abandoneis a vuestro padre y a vuestra madre". Ca.rece·n d,e liber!u.d, ¡Jo1·qne la pus1:e1·eon en la coniunidad hace las veces de Cristo Crucificado. Atonnen'an sl1 Cller po para matar en él las concupiscencias y apagar los fuegos de la carne. Signen a..' C(}rdero d-e Dios, Crucifica.do, por doquiera que va. .. .. .. . .. . Jesú1;; Crucificado es ,el Rey del Convenf.o. Y quienes lo pusieren en duda que wbran los Santos E vangelios y en ellos encontrarán delineado v erfectaniente el estado r,eligioso. Las Ordenes religiosas son sontu<u-ios a los que se entro m.frando un Crucifijo, y por los que siemprp se camina con lo cruz ele Cri8tO a cuestas. Jesús es el Rey del Convento. "JULIAN" 18, 1924 ESTUDIO UANDO Judas se enteni c.'e la condenación de s11 iUaestro, permaneció muchas horns postrndo. anonadado. Habia entregado a 11n homb1'e justo, ci un pl'ofeta, acaso al Hijo de Dios llevado más qne de la cirnl'icia ' el despecho de frustradas espel'anzas . .Jesús debía morir de muate ignominiosa y c!'uel. ¿Qué vendría a ser de Judas? Su sola prnsencia imprimfri la mueca del desprecio en el rostro de czuwtos /P divisaban y todos se apa1'taban del camino para no encontrarse con él. Sufl'Ía yá las to1·turns del condenado y se despe1·taron en su corazón deseos de nwri '" E1 ala hora de tercia. Las tinieblas iban cubriendo a J ernsalén. De JJl'Onto el rayo atravesó el cielo nublado y la tim'l'o come11zu a 1em/,¿·n·. .T11das ~alió 1P casa y echó a anda'r. Al fulgor pasafero dP los l'elámpagos vió en la cima del Gólgota las tres cruces ensangl'entadas !I comp1·endió que todo había yá teriminculo. De dos cuerda que poseía tomó la más usada y pcnetnl por la arboleda de Getsemaní con la intenció11 de colgarse de alguna de las ennegrecidas mmas de aquellos olivos sombríos. Una mujercillci que por acaso pasaba por allí huyó p1'ecipitadamente contando luégo a todo el mundo cuanto acababa de te1 -. Pam ahorcarse había escogido el a1•c11·0 .Judas la cuerda más i•ieja y tan deteriorada debía de estar que al peso del c11apo se ro11~pió. El traidor cayrí a tierm sin conocimiento y cuando 1·olvió en sí, el sol desapa1·ecía por occidente y la noche avanzaba pe1·ezosamente. Dfrigiá a todas },artes una mirada de inquietud y se arrancó bruscamente del cuello el trozo de cuerda que lo rodeaba, porque le hacía daiio, le ahogaba, le causaba vivo dolo,-, Preguntábase a sí mismo cómo se encontmba allí con 1•ida toda 1•ia. De impro1·iso un nuel'O relámpago que iluiniuó el Gólgota le att>rrorizrí. A11nque Judas quería morir, no tenía yá i•alor para 1•olve1-.~e a ahorcar. El 1·ecuerdo de aquel apretamiento de rJm f!011/a lt' sofocaba. No se sentía con f11el'zas para intentado segunda 11ez. Drigióse a la ciudad con paso 1•ctcilc111te !J perezoso !J supo de unos transeuntes que habían sepultado al Maestl'fJ !! los Príncipes de los Sacerdotes habian sellado la viedrn del sepulcro. Judo s quiso re1·lo por sí mi.~mo y .~e dirigió etllí. El sepulcro se· encontrciba en la pendiente rocosa del Gólgota encerrado en un huerto. Juda s divisó de lejos los soldados que le g11ardaban y la gran piedra qne lo cermba. Por s11 ánimo espantado c1·uzó una racha de trnnquili.dad, pero no atreviéndose a acercarse, se tornó a Jerusalén. Detrás de él !J a pocos pasos se lwllaba de 71ie umi mujer, i111nói•il, dolorida y bella. Jndas reconoció a la Magdalena y caminando de lado por no tropepezar con ella, coniósele algo el manto hasta dejai· sin embozo parte del rostro y María descubró al traidor , Lanzó 1111 grito e.~tridente y se dirigió hacia él co11 aire teri·ible. En lugar de huir, Judas bajó lct cabeza 11 esper<Í. María le insultciba con invectivas. A las injurias de aquella mujer agonios(t, Judas no respondúí palabra . Cuando al cabo de sit increpación lel'antó los ojos para mirarle con mirada iracnnda, notó con estupor que Judas lloraba. Y cesando entonces de maldecirle también ella gimió con impetu. -Nó, dijo con vo.z ahogada Judas. criminal, el mayor de los criminales. -J11das, ¿qué hus hecho? apártate de mí; soy un 18, 1924 Núms. 67-6'! Abril Vol. JII ESTUDIO - Vete. Mi contacto es impuro. He entl'egado al Maestro y el Maestro era. Hijo de Dios. - Es vei·dad, exclamó ella de pronto n-ezco; el anatema está sobl'e tí. con mal conipi·imida cólera, te abo-El anatema está sobre mí, suspiró el traidor; mis torturas son espantosas: no te las puedes imaginar. Ayer tarde intenté ahorcarme de un olivo. Mai'Ía se sobresaltó y se aproximó a Judas. -¿Has intentado ahorcarte? Y ¿po1' qué has hecho eso? aiiadió con dulce repi·oche; el Maestro prohibe el suicidio. Judas sintió la sctcudida de una risa amarga y desesperada. - ¡Qué ine impo1'ta! ¿Por ventura no estoy yá maldito y mi crimen es demasiado grande haga yo lo que hicie1'e, para obtener el perdón? Y se retorcía los brazos. Mai'Ía Magdalena le co11templaba con fijeza. De improviso le tomó la mano y Judas se estremeció : -Escucha y cree o. ww pecadora a qnie11 el buen Maestro pe1·donó. Entregar al Maestro ha sido irn cl'irnen form idable, pel'o sé que ues culpable de crimen mayo/'. -No puede darse más grande maldad, repuso - Pues lci hay, intenwnpió ella con ardol': y solo instante de su inagotable misericol'dia. Judas moviendo la cabeza. es lw/Je1· podido dudal' un -¡Su inisericordia pal'a mí! ¡Jmpnsible! Jamás hn habido . . . -¿Qué vas a blasfema1'? ¿lmagincis que tiene límite lci bondad del Maestro? -¡Ah! ¡si eso fuese 1•erdacl! dijo el traidol' con un suspiro muy hondo !/ muy recio. -¡Judas! ¡Judas- i\'o sé poi' qué te digo estas cosas. Vine a llorar al sepulcro de aquel que tú has hecho inol'ir. T 11, nombre me es odioso; y sin embargo de ello, si El viviese, estoy segura, el Maestro te lwbría perdonado. - ¿Qué debo hacer? imploró Judas cayendo a los pies de María. -Yá sabes la doctrina: la ley de Jesiís es unci ley de amor. Ora: ama a tu prójimo como a tí mismo: no seas cwaro: el l'esto veudrá de Dios. El sol desapal'ecía. La pecadora y el traidoi· se separarou. María de Mágdala se fué a comp1w· aromas pcira em/Jalsamm· al albri el cue1 ·po de Jesús. Judas se dirigió cil desiei·to. (Traducido ele "Le Baiser ele Judas" ele Renaud Icard expresamente para ESTUDIO) . ------ ---iEl 3Ju1lto iErrautr - 2818, 1924 Abri' r • ' ' ' ' ''!Jj , 1 ' 1 I ~ ' ' ' ' !' ESTUDIO lt<. l!l~ f !'9.í"~'Ci1G@º -~~(l2258""('gc; 1 8Íc)l ' -~9_,~;\_ll "'~e ,,~~ il r"' rY l.?., ~D~~~~p_~{~{9G(:, [(;-~l .~o:'·~. -t3i!li~u,_<;, ¡ ,, ~ .. ) ?, :A.n '!it)J;.:....y ~ ~:.A.n >._. r "~ J ~ >-1 \~~~ ; '-h v.01>-'-L':_<;.;,'g • r.:iJ.,\, e 0 " "-'!:D6 r-' ~,¿¿_ 9'tv • 1JN QJioC<r;c_i..J¡;~. :n:n~cvJb' oC: :¡~·,__ ~Jo r > -~CJ'o ·A "' . ~-(·~ríb_''~G~ ?Ta, sin v oderse d.etener en. un misuio pttnto <.:asa para reducirla a cenizas, que ha sido ve- ~ Ye) d . d f d . d d l l d l _,,~_)) !';) 1 nás allá de tres ías, sin experimentar es a- a a y martiriza a en. to os os ugares once ", " llecimiento, sin poder 1norir. Uno de tantos buscó refugio, y a p,eSO/J' de todo eso vive mín, ~ ' - u !J.3v· i'."''0" que asegurcvn hciberlo reconocido afirma ser on su lengua y con su ley, sevarada de las ~~ .~ 11 de estatura regular, de piel b1'ltñidc t, enjuto lemás y sobreviviendo ci todas lcts estirpes a 9'-".1-..~ \ de ca1'nes, ojos hund·idos y barba rala', conoce ello, coetd neas vor un pi·odigfo único en los 1 '1lftlJ 1,it. todas las.lenguas, m.as no dirige la palabra sino anales de la historia. fl) a los cristianos y nunca 1 mira a su inte1·locutor. Pe1·0 esa casta d,r; gente no se ha convertit>t-Á1~á Dice no haber ·vuelto a Jerusal{jn sino pcwa con- do todavía, ni muestra la repugnancia del Ju- 1~ lernvlarla destruida; c(J1nina descalzo, no llevct dío de la leyenda, a llevar dine1 ·0.sobre sí. An14.fr.$_1 alforja y nadie scibe cómo se las compon,e para tes por el contrwrio ha, hecho del oro su nueva ~ 71antar. Si acaso le of1 :ecen más de cuanto va tria y merced al ca vital u .. nwntonado en sus '\) r."\ necesita, dalo de limosna a los vobres. Su nom.- arcones se ha ensóioi·eado de los más de entre UJ bre más conocido, y tiene muchos, es Botadios, aquellos que tienen fe en el enem,igo de los ri- ~""'~IC)) es decir, el hom .. bre que ha 1',echazado a Dios. cos y los ha corrompido a su imagen y senie(tG)fi.' · • -) =:.,.1 Aunque la leyenda no está autenticada, por janza. 'cnúigún texto de los JJrinieros albores del cris- Pero los Hebreos pobres, descalzos, hwm- ; ri.; : 1 ~ ticinisnto, es veridicci con verdad ·más espan- brienfos, de cab,ellera piojoso que todos los ) r ~ Ui 1 losa que la d.e la ntisma historia. mios pol'len de las hediondas juderías de l<t 9~ ~ Que en aquel memorable díci fueron 1~w.- Eslaviu pani buscur más allá de los mures un ~Q chos los Judíos que se burlaron del desfcilleci- pan más blanco y más seguro, sin la obsesión niiento y lct desvent?.1..rct. de Jesús es cosa cei·- de mw, posible mcitanza, son la figura viviente tísima y no lo es 1n,t~nos que Al9u,1 w anda to- del verdadero Botadios el cuul no lui visto davía errante JJO)" todos los vaises del piune/u, mm. llega1· a Aquel a quien espera. Un 01·ácufr. ~ltii. ' esverando la vuelta. de aquel que amp11tó de :w soberanameHte miste1·io.so asegura no haber de (tC,, cuerpo como miembro marchito. E se 1 llgww i•enir Ci·isfo de nuevo sobre la tierra hasta vei· es el pueblo Judio que pocos mios d,es71ués de co·1we1·tido su, pueblo a lci religión que El estala crucifixión fué 7;ueslo en el t1·ance de di~- bleció. Y f!l Judio 7;rosegufrá su interminable versa1·se, como rebaño asediudo del /uego1 en jornada 1 pro·uisto de 'repletas talegus, recotodas las tierras ann las menos conocidas, en ?Tiendo las veredas del 1nundo vara rescatar 11 las que continúa a ~stas horar:; fugitivo y erra- la.~ monedas descendientes de los treinta si- (U,, bundo, extranjero en todas pa1·tes y sospecha- clos de Judas, hasta el dfo , en que se acoja a la do, sin asiento estable, sin un reino que puedci Milenaria invitación de Cristo y, hastiado de llamctr suyo, m Tojado ele su antigun patria vivi1· n 1strillmulo el oro que cae del orificio exque tanta sangre a sus antepasados costó. tl c1 ·en1enlal de Satanás, distribuya sus bienes ~G_)""' ~ ese Alguno que ar1·ebató la vida al Eterno, lrn entre los menesterosos vani seguir et! divino ~tj) ... v'"> "" concedido el Atlártfr del Gólgota una inmorta- Pobre, a qiden, hace yá diednueve siglos, no . · :. - U.dad mate1·ial, carnal, visible1 en la, perS01Ub q1riso otorga.r ni aun siquiera la caridad de rc(de los hijos sobre los cuales debía cae1', vor un momento de reposo ctl verle cargado con su y)' _ e expresa voluntad de sus 1nnyores, la sam .. gr, e de Cruz. ~~ Jesús. Porque este espectador v iviente de la (Traducido e:rpresam,ente vara E S- PJ ~ Q.__0 l6) Pasión que lleva consigo doquiera q1<e emigra T U DIO de la "Storia di Cristo" de Gio:(\l.,'\-,~LJ ;{'{GG-·' 0 los rollos de los Profetas a cuyos llamam.i,ento va1mi Pavini. Este artículo ha sido su- ... \ IJ'*:. hizo oídos de mercader y de la Ley traicionada, primido en la t?·aducción inglesa de Do)\t~ ,,.-.... d b "*~ -l i,,..C 1 e e permanece¡· conw testimonio verenne de rothy Can_field Fisher "Life of Chríst" 1 los anuncios precedenl,es a. la. prim.era venida y vor razones que la traductoni se sabrá. ~~i¡-,'c -, esperar la, segunda hasta tanto que se convfor- Nunca, como en el presente caso se cunita al H ijo nacido de una vfrgen de su misma pl,/! el prove1·bio italiano: "Traduttore, raza y nacionalidad. traditore") . N. de la R. ((' ~ E l Judío E n .,mte no es, pues, como muchos I~~¡,·,~ se lo figuran, la, iniagen de toda la hum.anidad , ~'l ~' inipulsada a caminar sob1·e la ti,etTa po1· /o, interminable t'Ula de los siglos, conde1 utda ri la maldición de la inmoi·talidad, signada en El presente número exla frente con sigilo bermejo e ·indele'ble, cual otro Caín, por habel' sacrificado a s>tS pi·opios traordinario dedicado a la hermanos. El Judío Errante es .el Israelita, distinto y separado del resto de los hombres, mas no una v ersona única, sino un pueblo entero. Su milag)·osa y duradera longevidad es la de esa nación a la que du1·ante tantas c.enturias han diez11iado y pasado a cuchillo todos los otro.e; vueblos, a. quien desposeyeron de .r:;u Semana Santa corresponde al de la semana pasada· y al de la actual. - ~ · ~;:_.*'~-=-~~~~~F~il= 7->_,~~fu~:El Yo!. III ' _ at• - - 29 - - .1.'\Júms. 67-68 Ahli ESTUDIO 18. 1924 ~~:: ... :···"·'"''"'·''·"·''•''·''·''•''·"·"·""''·''·"•''·''·''·"·"·''·''·"·''·''·''·''•''' \·¡~ f ' 1 ,V/ : SEMANA SANTA TRAJI:S PARA PASCUA Teoe uos en nuest1·u e<.1 ca¡iarsi..o 1.1n surti1io cv111 p1~tv de a1 l'eulos pa.r& ig· lesias , .. 'l t .ff( ~· < lfi ug1 C6!.J.dc a H l ,, liBS tle l,l{IJ l)enl) • 11 l ·lSal'IQS, Cl rt_ nes Jj s t}LOS re CANDELAS ARTÍSTICAS "'-·· ~udw:i, S;ÍI para orn&· lll>''"Ol J . f~ .l ll •n .. o .1scoc-illo pa »lusa u.s en )'ltnCa. ( fOl l'IOt'lHDtl corr. >1 oacwnes c.1 r "l c., Ct1lur·es1 de dooc0 c:sco 2•'.>('. Dw dir2 c.intaooa cada una a P 2.00 el par. l:N TODAS PAR TES SI: VEN COLLARES. ~E'. Ol'as ancianas, H•um·ss e me l11una Uad. motiorus iC·\PDI'~. "'lo· 1 ,tas .. o\·,·nc flb .\· l1a;l;\ niñas :JSBil collares. Trnr~ os un sui •ido x Li.:so \ he1·moso Ut>1(¡i.('I1,,·:•,cc·unar D~ to· es e"-.t, "s ;,- a todos los lJl'ec1os. V•nga y véalo•. E• a•guro qu• •nconlrará V. lo que d,,1ea. 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DOMINICAS Y RECONOCIDO POR EL GOBil!JJrnO, ESTANDO Dl<~BIDA1\IENn~ AUTORIZADO POR EL MI8MO PARA r·;XPIWm ClfüTil•'ICOS y TÍTULOS EN 8U8 Cl11{80S, Hlmm!lal, l!ig/1 Sc1100/, Camrrcw .11 !Jac!iillt•r J<;n P~lP <:0Ieg10 se sigue estrictamente el plan de estud•o~ del gobierno así que las nil!as salen perlectarne11te preparadas para estudiar cualquier carre ·a unn·nrsitaria. El colegio posee completos y rno<lernos labo1·atorios de Biología, Física y Química. También se ensena MecanograJía., y 'l'aquigrafía por los sistemas de Gregg, Gregg-Pani y Paragon. En los e5tudios de piano, las alumnas pueden seguir a su elección, el método del consen·atorio de !\!amia o 1le l\bdri<l. poi· tener profesoras Docto1·a<la:< en ambas instituciones, Las elases com1e1,zan el 15 de .Junio. Para más ddall0i:<, pu('den dirigirse a Ja Madre Direett,ra. 211 ANDA, MANILA. ,.,,,,.,,.,, .. , ................... ,,.,,.,, ......... ,., ................................ ,,.,, ................... , ........ ,,.,,.,,.,, ...... :···················. ,.,,.,,.,,.,,., .. , ........... ,,.,,., ............... , ..... ,,.,,.,,.,,.,,.,,.,,.,,.,,.,,.,, ................ ,.,,., i\,IL,il,,1,•"''"'"''''•''·"·"•"•''•"·''•' ''•"•''·""'·''•'"''·''·''•''•"•"•'"''•''•"•''•''"'•"•"·"-''•''•''•"·'"''·''•"'" .. '•''·'"'' te•,. <l'O'""I'!•' •'••'>l'l!'u'l!'•l'O•'>>'"'"''""'"'O!'r•'t<'>C'U'Ol'u't•'>•'lo'•o•u•t1•11•11'U'"'ol'11'!!'tr'•o•u•tr•or'U'lr'1!'!f'c'"'f Si no está v. satisfecho ~\C SCHoo.( Obtendrá un buen serde su ~O DE IMPRENTA ~ BAGUIO CJ"{' -.,± -.,± ~ pruebe huirá a la vez a ~ vicio a precios mó~~ dicos y contri-·· ~ una vez la f;ov. Park Huad, Baguio, MI. Pr, P. l. e=- '2.-1~ e-, CIVILIZAR A LOS WOHRO'I'~J~ ·~·.·~·¡~"·iil................................................................................................................... -. 3-Q "~··: ............................................................................................................ N.6~~~·· .. 6·7·:s·g· .. · ,. Abril ESTUDIO 18, 1924 l!Si"'•'""·"·"·"·"·"·"·"·'""•"•"•""'•"•"•"•"·"·"•"·"·"·"·"·"•"·"·"·'""·"·"·""'"'·"·"·"·"·"·"·"·'"""""·'~ !!l:it·"·""'"''""""'''•"·"·"·'""•"•"•""'·""'•"•"" " """""""""""" ""''" "" " """ ""'' ~ . Ec7;;z: ~: ~:~~;':~~t~:1:~~;ñº :,,!•:_ 1 ~i -- de S. BEDA - Revista mensual, para católicos militantes, y para los que debieran serlo, que son todos los demás. No es de intéres meramente local para los amigos del Colegio de San Beda. La revista parece hablar al oído de sus amigos lo que en Filipinas de.ben saber cuantos se precian de buenos cristianos. Es la llevista más desenfadada de todas cuando se trata de decir la verdad. Un ejemplo viviente de fortaleza cristiana. Y no cuesta más que -P- 2.00 al año en Filipinas -P- 3.00 en el extranjero. Dirección .Y Admioistración. Vergara, 1233, Quiapo-'reléfooo 3739 MA NILA . . ~ .................................................................................................................................................... ~ ¡¡¡¡ .................................................................................................................................................... ~ ' MAXIMO VICENTE ',,',,',,,~',::::_·: Taller de Pintura, Escultura y Platería Prontitud y Flsmero en los Encargos Imágenes, andas, altares, púlpitos. ornamentos de Iglesia, Mausoleos. Monumentos, Bordados en oro, Lá pidas, etc. 830-34 R. Hidalgo, Manila Tel. 3528 ¡ ·········;·:~·¡·~~~~-=~·--~--···;·~;~:···············~·:~;~·:~····~:···~········· ¡ FERIA & LA O ABOGADOS China Bank Bldg., Juan Luna, Manila. 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""'"" """"' ·"·::'1 ""'"' """"· "·"" ""'""' ·"·::'1 "·º"" '·"""· "·"" """"" "·::'1 "·'~ '·"" ~ ¡................................................................................................................................. ,, .... ,, ........... ¡ BOLE1 l'IN EGLESIASTIGO DE FILIPINAS ll ORGANO OFICIAL INTERDIOCESANO CUYA SUSCR IPCIÓN ES OB LIGATORIA PARA T ODO EL CLERO PUBLICACIÓN MENS UAL Editada por la Real y Pontifícia Universidad de Sto. Tomás de Manila. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN Para el Extranjero-6 Pesos filipinos o S 3.00 por a!lo. Para Filipinas . .. P 3.00 por a!l.o Número suelto, no atrasado .. . ,, 0.40 Atrasado . . . . . . . . . . .. ,, O. 50 PAGO ADELANTADO Se admiten anuncios Dirección y Administración BoLET11 v E CLEs1)snco P . O. Box 147 Manila, P. l. ..................................................................................................................................................... ~ !@, .................................................................................................................................................... ~ Vol. III - 31 - Núms. 67-68 Abril ~)---ESTUDIO 18, 1924 1 1 1 : ! t t t t 1 ! t t t 1 t t 1 1 ! l "LA REAL Y PONTIFICIA Universidad de Sto1 Tomas es la inslilución docente que más y mejor trabajó dur?nlc tres siglos para propagar y conservar la cultura superior en el Archipiélago Filipino". Tesis demostrada en el Discurso de apertura del curso pasado. ... FACULTADES: 'I'eoJogia, J tied · . l CJJJa,, - ... "-' .. En todas las facultades, menos en Farmacia, se incluyen dos años de preparatorio. En Farmacia se admiten desde este aiio Jóvenes de ambos sexos. En su Imprenta, montada a la moderna y con operarios maestros en el arte tipográfico, se editan: l~stuMo,1 1 flhilctin (!tclcsiílstico be .§iliµinas, [ • \!Lnltura S~ lilnitas, 1 L fB~!i_~la ttlnivcrsibab, 1 J lljojas be ~ate cismo, 1 1 filolctín be la Jglcsia be San Jgnacio, 1 1 San Juan lljeiglJts' Ueros. Dirección Postal: «Universidad de Sto. omásn Postigo, 139, Intramuros. P. O. Box 147. Dirección Telcf ónica: " " " 1) " " Universidad de Sto. Tomás. P. Redor de Sto. Tomás Secretaría J mprenta 1232 1173 1161 1894 (!)----~~--~~--~~- -~--~ Vol. III - 32 - Núms. 67-68 CULTORA SOCIAL Revista Católica Filipina que se mete por todos los pueblos del Archipiélago y visita las cinco partes del mundo. Revista que todo filipino debe leer. Revista en la que todo comerciante se debe anunciar. Revista ilustrada, amena, científica, literaria y de apologética. Revista baratísima:-P·4.00 al año. Revista con una ínfima tarifa de precios para los anuncios. ARZOBISPO, 121. 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ONCE Senadoref: ck 1a, talla clrl Presidente QuEzo::-; ENAJE, \'EJu y A RROYO; Vl~l.N"TE Y TRE:S Representante.-; entre los cuales figuran !oR Honorables AQUINO, P ADILL.1 , AYELINO, MENDOZA y PEHF1:cro son suficientes para acreditar el valor educativo y la formación cívica de una Insti1.ución. El Coifgio te ráu ha formado a todos esos 1 10111bres qu~ hoy son honra y prez de la Patl'ia. Este Colegio ofrece cursos completos desde la Pri· maria al Colle,r;e, con cmsos de Preparatorio de Derecho y Preparatoria. Je Medicina. Instrueción en luglés y según las normas del B ul'eatt of Ed11catio11, sin des('ui<Jar el CASTELLANO que los Directores de LE'l'RAN juzgan de importancia y de necesidad en Filipinas. A Cargo de H,ELIGIOSOS DOMINICOS ESPAÑOLES. Para más informes ditigirse al Secretario Las mafrículas comienzan el l.º de Junio. P. O. Box 146, Manila. -----------~~-------