Diario de Sesiones del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas

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Title
Diario de Sesiones del Primer Congreso de Hispanistas de Filipinas
Issue Date
Volume I (Issue No. 2) Oct. 10, 1950
Year
1950
Language
Spanish
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
extracted text
REPÚBLICA DE FILIPINAS l>íarío de ~csíoncs DEL PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS MANILA Vol. I SEGUNDA SESIÓN Martes, 10 de octubre de 1950 No. 2 APERTURA DE LA SESIÓN De acuerdo con la hora fijada pa.ra In. Segupda Sesión, el Congreso de Hispnnistas de Filipinas se ha munido a las cuatro y treinta, ocupirnclo el Estrado f'I Presidente de turno, Hon. :Manuel C. Brioncs, Mif'mhro <le la Academia Filipina correspondiente ele In Hca.I Espai1ola, quien declaró abierta la sesión. DISCURSO DEL PRESIDENTE DE TURNO HON. MANUEL C. BRIONES El PRESIDENTE DF. TunNo. Excelentísimo Sclior Ministro de Espafia¡ Señores Congresistas; damas· y caballeros: Al pri~cipio, yo crefo. sinceramente que este pequeño discurso podia haberse excusado inclusive. De hecho, hasta esta mañana yo no babia escrito nada.. Estaba propuesto a entregarme a los azares de una improvisación. Pero después de pensar decidi que acaso fue ra conveniente escribir algo. Por dos motivos: primero, porque la improvisación tiene sus riesgos; eso lo sabe más que nadie, uno que está acostumbrado a hablar C>n público; uno puede entregarse, imprmsndamentf', ~I calor del momento, y ll1Jgar a expandir ideas inn('ccsariamente; y mi papel de est.a tarde no M para c . ..;o. Yo no tengo facultades para quitar tiempo a los oradores de In. tarde; y, segundo, porque yo crefa que h importancia de este Congreso rL:qu1:ria que hi.s ideas se fijasen. Además, creo· que se va a publicar un directorio o un álbum de las actividades dr. este Congreso, asi que he querido fijar algunas ideas que yo tenia que me sirvan de guia. Ni siquiera he podido mandar poner a maquinilla esto; est:t escrito en sobres usados y escrito cm cruzado. Esto no es un gesto de vanagloria, ni siquiera cs una pomposa vanidad; es solamente porque me obliga la necesidad. Yo recuerdo que en tir.mpos de antes de la guerra, cunndo yo era miembro de la Cámara de Hepresent.:mt<>s y el difunto selior Unson ern Secretario de Haci<>nda, ésto expidió unn. orden o eireubr a todos los jt>ft•s dr. las oficinas dd Gobi<>rno pam que no desC'charn.n los 80br('s usados a fin d~ que pudi<'ran usarlos pnm bormdorC'S, y el Gobi(')'no C'.ntonces rahorrnba brastnnlr. Esto ('Xplien por qué est.r. discursillo np:ll'C'Cr escrito en rstos sobn•s. Y :d1ora id gmno. La c<>lebración de este primC'f Congr<'SO d<' Hisp~­ nistas en Filipinas en las visperas dd 12 de octubre<') dia universal de la Hispanidnd-no es simple casuralirbd ni coincidencia, sino que obed('cr. a un propósito y a una motivación bien d<'liber:idos. Como se rí'cor4 dará, este dfa se había. llamn.do primr.ro Din. de la Raza, prro con muy buen acu<!rdo se llama ahor:i. Dfa. de! b Hispanidad-denominación muchisimo m:ís correcta, propia y comprer.siva. Si fuese Día de la Raza, Filipinns no entrnría f!D l:i significación de la formidable fiesta espiritual, pur.:; evidentemente los filipinos no pertenC'cemos a la raz1' hispana. Pero es que el 12 de oetubrc-fech:i d<>I descubrimiento dd Nuevo .Mundo que, por uno de esos tremendos errores e ironías de la historia, se llamó después y se llama ahora América en vez de llamarse Colomhia o Cristobabndia en honor de su original y verdadero descubridor, el genial Cristóbal ColónC'I 12 de octubre, repito, no rt>prcsC'nta talmente la gesta de una rnza, sino que es mucho más que eso: signi4 fiea el nncimiento, Ja incorporación de una vasta y noble anfictionia ideológica y cspiritun.I en que <'1 principal ingredicnt<', el factor esencial no es el accidente de la sangre, de h raza, sino los valores et('Tnos drl espíritu: religión, eulturn, ciertas inaneras individuales y familiares, ciertos concept.os sobre In vidn, h realidad, el arte, las instituciones humanas fundnmC'nt.ales; en una palabra, un conjunto de vtdorí's que nada tit•nen que ver con la sangre, la raza-elemcnt.os mueh;~s V<'C<'S perniciosos por aisl;\dorcs, repelentes y divid<>ntC'ssino que superan la raza e incluso la anulan por :;u un·ivcrsa.lidad y su cosmopolitismo nglutin:.\nte. En este sentido, los 'filípincs podf'mos entrar y entramos decididamente <'n la gran fiesta y nos pon<'mos a Ja par, a un mismo niv<>I, codo a codo y hombro a hombro con los hispanos de la Peniosula y los hispanoamericanos de la Amérie:i dC'I Norte, de b América Cent.mi y de la América d(') Sur, por C'ncima de lns diforencias y carncteristic.ts racialrs. En este ~ntido cohrn una peculiar y justa significnción histórica-significación de solidaridad, de homogeneidad, una <'SpC'cie llC' pant.f!ismo hi~pií.nic o-C' I incidC'nte quC': IHC': ocurrió:\ mi y a :il~unos filipino-; que me ncompai1ab1rn NI los bulcv:m•s dt~ :\bdrid dur:rntc ('\ 12 DIARIO DE SESIONES verp,no de 1930. Pro-:c<lPnll'S <l<' Xw·va York, tra· jca.clo.i a h~ últim:t moda de l:•, Quint-a Awnicb-c.;;to dicho sea sin inmodcsti:t, sin "hambugucriJ " qui'! <liria el académico sNlor B:~ rcrl611 <'n tipico c:dó-cuan<lo bs madrilcrit?.s no;; vicro:-i por primn:L vez t?.parccrr por «I paseo <l<' Alc:d:I, con :>,qm·lb su s:»l y g1·:•.ci:t. ini· rnitnblc nos :~~m<ltNthan con cst.a f'Xcbm:~ci6n : ''¡ :\lirf"n r¡ué chittos más c•lcgantr~!" y cu:mdo, para rubric:i.r sus comentarios, lés contcstáb:•.mos en csp:diol-rl mf'jor de que podfomos echar m:!no- su :tsombro no rcconc,cí:i limites y cnc:mt~dorumcntc rxclam<!.ban: "Y ¡qué bien hr,hlf'-n f'I csp~ ñol ! ¿Son por ventura de Pcikin?"-"Si, niiw.s, somr,s <i<' Pekín; p<'ro, como ustcdC's, h~mhién somos m:·«!ril<'iios de purn cepn.dc esta famosa villa del oso y <'l m:!droño. El colmo de ('moción, de :tibe.rozo inl'fohlf', de re~ocijo fratcr· nalisimo como de p:•.rirntc~ que se ven por primcm vez d0spués de la.rt!;uisim:~ :rnsenci:~ y (k- rr.corrrr rr.inot:~s ticrrns-cuu.ndo, fin:·.lmcntc, lrs r<.'vrláhamos lo que realm.rntc éramos: ¡filipinos! Aqudbs niñn.s rmn yn. rdcta.s de la lbm:~da gcnn:~ciún del 98, pero tmfavh recordaban, toclavfo. IC!nfan idea de h muy cstrrch:i. y focund:>. asoci:ición dr tres i;iglcs entre su· p:>..is y el nuestro. En este Sf"nti<lo, pc-r último, purde decirse que c:ste Primer Congrrso de Hisp:~.nist.:!s en Filipinas, in:•.u· gurn.do y crlebrndo cu:rnclo ya Sí mf.-s mpúhlic:i ind<'· pendirntc, cun.ndo y:! n.o rendimos vasri lfo.jf' :i ninguna. mC!trópoli, viene n. ser el :teto oficif'.l solrmne dr nurstro rcingrr~o, de nu .st.rn. reincorpor:~ción n. un formidablr. imprrio histórico de Un:'. v0intf•nn. clc> pueblos- h m:i<; v:ist.a :rnfictionfa dr. pu0hlos homogénros que jam:ls se; hj_ya conoci<lc: rn la. histr.rin.-; impC'l'io <'TI qu<>, usando <lc una. imagen de t<Hlos conc•cidn., <:l sol no se pon<', pero un sol no polHico, que nada tiene <le imprri:dist:i, y, por tt!.nto, nada de ho5til ni odioso-sol purP..mcntc <>Spiritu:d, absolutamente h<'niµ;no, sol de cultur:?., sol de ido>lid"d. Estrictri,mentc hitbbndo, Filipin.~s p:ir('CC que no <>ntra· en l:~ signifi.c?..ción del 12 <le octubre de 1492 por ser estn. ÍC'chn. 1:\ del drscubrimicnto de hs Améric(•.s, y Filipinas no es parte df' éstas. Pero c,s que en la creación de la vt~sta. rmfi.ctionfa hispánic:~ cxistc>n otras fochcs ('Strcch:?.mcntC' cnl:tza<l!l.s con el 12 de octubre y de t'll~s son: 7 de abril de 1521 y 22 d(' abri l de 1565. En 1521 Hern:i.ndo de ?\fogalbnrs dcscuhri6 las Fili· .pinas en nombrr de b Corona de Esp:\fia, y en 1565 el adebnt:ido Miguel de Lcgazpi, :tcc,mp:nl:~do de un pufw.do heroico de soldados y frail<>:o:, entre estos Últimcs <>l inmort.a.1 Urdancta, r·_ :truzando b ruta d<' :\fo. galhmes llrgó a Ckbú par<~ sentar definitivam<'ntc bs bases <l<' la ·rmprcsa coloni:>.l espai1ola <>n Filipim~s. Como :tcertadn.mentc recordó :iycr, en su magnifico <liscurim, el i\linistro de Esp:nla en Filipin:is, ¡:¡f'ñor Gullón, 1565 repreSC'nt.:\ un momf'nt.o decisivo en la histeria dC' bs rehcion<'s hispano.filipinas. Yo :'.ñn· dirfo. nlgo más: es un mom(:nto decisivo cm In. histeria universal, en la histcrin. de la civiliimción hum:in:t. Porque éstt: fué el mom<'nto de la incorpcr;•.ción <lcfinit.iva <le Filipim!S no sólo a Esp:uln, sino ni Üc<'i<l<>nte. Desde entonct'S, Filipinm;, pu~·blo ori<>nt.al, pueblo :~siá· tico, mejor todavia puehlo oceánicc, se hizo t :~mbién puehlo occidC'nt.:• .I, pl'Oduciéndos(• l:ntoncrs uno de los casos más nctablrs y m1h ÍC'cundos de simhiosis espirit.u:ll, cult.urn.l e idC'olú~ic:i f'n b hist.orin del mundo. Dr 1Lhi quf' no drh<> son:•.r eomo cos:~ r.xtmii:i, n h luz de In tNminol .-l~fa politico·inlrrn:~cion:d d(•I prc>sentr nu.mPnt.o histórico, f'l que sc diga qul• Filipini\s es prácticamente p:utc intrgrantf' <ld concinto -de las dC'mO· cr:·.ciii.s C ·ccidf'nt:d..,s en IJ. dcfC'nsa dr. los rf'duct.os de h civiliz:lción contm los :Ls:·.ltos d('I comunismo soviético r intern:tcion:>I. Porqu~ <le h<>cho <'i'i :isí: Filipinas <'S un:L dC'mocr:icia orit .. ·1 ~ai y O('("idc11tft! al prúpio tiempo. (0, por lo menos, dichCJ srn ent rr p:lréntrsis, aspira a .<;cr 1-nl, por <>ncim:~ <lf' cirrtOs signos y tc>ndenci:1s tot:l· litf!.ri:>.s que en la histeria contc-mporánc:\ <le f'Ste país han n.som:ido prligrc.samrnte en forma de <>lcmentos :'.ntidemccrátic0s y :rnt.isocialf!s que han destroz:Ldo b legitimidad y In libf'rt:J.d de la balot:L-c;o;pin:i dorsd dr te.do ré¡:?;imc-n rPpuhlieano- con la violencia, el terror y rl dolo.) P11r <>so qur duel01 bs~ima. de vOms, cuando nos ent1·r:•.mos el:- que <'n un p:i.is hr.rm:mo como '.\[éjico, los filipinc..s no son :?.<lmitidcs por considC'rárs<>l<>s como :1,si:iticos. Du<>k, lastim:i., porqu<> <le qui<'n menos <>spcráh:t.mos rstr pr-;to <le hoi;tilidnd, de· exclusión, era dC' '.\1léjieo, país con el cual nos liga. la glorios:~ his· toria de J:o.s Naos de Ac:-..pulco y otrn.s .formj,s de comu· nicación en el pas:!do . . Sin discut.ir los méritos y fun· cbml'.'ntos de la. politica de exclusión contra los orientales y asiáticos que, d<>sde luego, conceptuamos como injust.a, antilibcml y obsoleta., creemos que .Méjico ·que, como Filipinas, tiene un el0mcnto bá<>ico indip;enn no blanco, no debiera rch:irnos en c:?.rn a. los filipinos nuestr:~ condición de no blancos, rs dC'cir, de oricntn.les, :\siáticos. Así que nurstro Gobierno d 1~ hc <lar inmc· dbtr.ment.c Jr,s pasos n•:Cí:sarios para remediar esta :rnomalí:>.. Por <le pronto, rst<> Congr·l'SO df'h<' tuloptv.r :·.lguna rf'solución positiva sobrf' el P•Hticubr, y h:lcer, :~d<>mA<>, l:>.s debid~s representaciones al Cónsul meji· c:\no í'n ~st:1 c:\pit<d. Y es t.:\nto más urgente que se h~ga <'sto cu:tJl.to que tengo entendido que Méjico t mta de c<mvoc:i.r un Congreso de Ac:i.dcmias de la Lengu:" Espu.1lola. ¿Cómo podemos p:trticipar los filipinos <'n esc> r.ongreso si los mcjic1 \nos nos vedan la entrf'.d:~ en su p:ds por sJr :?.siáticos? Y si, como pro· yecf.;!.mos, v:~müs :>. convoc:•,r en .:\ I P.nil:~ un congreso culturnl hi:>pánico ¿cómo po<lriamos invitf'.r a los meji· c:·.nos d:•.d:" la conocid,i regh de la. reciprocidad? Asi qu<', repito, debP. hacerse algo inmedi:~tamente aceren. de <>ste pMticubr, ofici:l.l y extraofici:'.lmente. Ahor:~ sólo me resta hacer una profesión <le fo. Creo sincrramrnte que ha llegp,do el momf'nf<J, l:L ocal'lión de super;~r les :iilornnzes nostálgicas y román· tic:~s <le nuestro glorioso pii.sado con España. "¡,Qué :1.mor no hi>. vuelto"? modula el pc~ta . Está bif'n qun de cuando <'H cuando se dig:~ esto, y:i que la exprrsión efusiva, cálida de las C'ffiC'cion('::: y srntimicntos es carac· tcristicP. tanto dC'l filipino como del C!spariol. Pero l:•.s hurras y viv:1.s por la hispanid:.td y la filipinidn.d se d<'bc-n complcmcntP..r con Ji\ :•.eción, <>l <>sÍU<'rzo sistl'!· m:í.tico y persistent(', y creo que <>l m<'<lio, ,.) instru· mento p:•,ra <'Sto es <'Stc congreso. Este congreso no debe ser flor de un <lía, eclosión p;~s:ijcrn y transruntr, el 11ú1g,Js~rogon que llam·m los t:ig:>Jos. No sólo cstr congreso nacion:d <l<.'be ccl~· hr:~rse y.L todos los afü:.s de hoy en P..dd:mtr, sino que dl'bl'.' S<'I' un org1mismo vivient<', dinámico de todos los dias, :?.ctu:indo eonstantcm('ntf' m('diant(' un núcleo rf'pres0nt:ttivo p€que1lo y m:inuablr. Est.e con~:rcso dnbe aspirar a ejerc<'f su influjo en f'l campo social, cultur:d y pC'd:t~ó¡:!;ico. Debe inlensifie:~r la c:unpan:i pal':~ b :tdopci6n clr m:\s h•yrs y PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 13 medidas para el fomento <l<'I cultivo df'l idioma cspariol y de la literatura que representa.. El Jc,p;ro obtenido con la aprobación de la Ley Sotto .,;obre cnsf'lia.nz:~ obligatori:•, del idioma csp:•.ñol en les cscucla.s y c<tlcgios t:mto públicos como priv:1,do!) debí'. Sf'f <'Stimulo P•"ra l:t consecución de mayores logros y a.df'bntos. Cerno :tcl'rtarlamrnt<.• apuntó ay<'r en su tmjundioso discurso al Prcsid<'nlr <IP turno d(' nuf'stm S<'sión iuaugural y Director tle b Aca<lemb Filipina <l<! J:.. Lt~ngua. 1-:!;p:ulf. l:t, sciior Gómcz, < ·n ht atmósfera de libcrt.ad de que gozamos :~ctualm~ntr, hay ahnra en Filipinas un renacimiento vivo e intcrcsant<: drl idioma y la cultura hispánicos. Yv dirí1~ que cst<': r<'nacimiC'nto tiene su paralelo en otro renacimiento que hoy ocurre en las univnsidadcs y centros <loc<;ntcs d,J mundo, incluyendo las grandes uni ve>rsidades nort.eam0rifanns, renacimiento quc consiste en el retorno al clasicismo. En realidad, este rcnacimíl"nto dá-,ico ne• es más quc la rcascrción de un!\ cosa clcm<'nfal, a sabN : que. h vi<la de los puebles, sobre todo la vida, ('spirittrnl y cultur:d, t.ienc que ser la perfecta y c:ibv.l int.<'~mción del pasado y el prl"sentc, proyectándose h2.cia Jc..s vdks y llanuras del porvenir. Pues h.iC'n, lo clásic0 ('n Filipinas es d fondo hispánico, la ha.se hispánica. Les filipinos sajoniiadcs, máxime las juvcntude'I, tic.nc:n que convcnccrs<', de que consid<'rnhlc como es ~.;u ae."rvo y su hcrramcnt.aje cultural, elb es insuficiente no sólo para rcdondrar su p~rsonr.lidad, sino s«brc todo para cap.:1.cit?..rlcs :>, e11tahlccC'r aqui una. gran (':Ultur:! filipinaunn cultura qu(~ por su origimdidad y su substancia pueda apreeic.rsc como digna a portación de ntí<·stro pueblo :ti acervo acumul:tdo de b cult.u1·:>, univcrs:• .L P:mi. eso tirnen que buscar y bcbrr cn nucs!.ro pr.i-;ado ven nuC'stros clásicos y éstc,s son Pin pin, P:-.drns Pdá'}Z Y Btugos, Sancian~co, P~rdo de T;1,vcrn, Hizal, Df'l Pil:ir, )1 l:ibini, Poncc, Paterno, Lópcz Jacna, D<' Vcyr:1, Epifanio de ks S:~.ntos, Zuluct:t, Osmcila, Qupzon, Adriátic<\ Apóstol, Gu( rn•ro, Balmori, Recto, Tcodoro Kálaw, Bernabé, Gómcz, Z:tr:.!.g:oza, Abtid, Luz, Torrf'5 (llamón), Varona, H.odrigucz (Buc n~tvcntura) y ot.ros que seria prolijo cnumcrar. Y todc.s clic.~ ticn..,n basameAtO hispánico, mejor todaviJ., bas?.mento indígena, condicionado por la cultura hispánica. Pero voy más allá. Est<' congrlSO dcbn aspirar también a actuar e influir en t 1 C'.1,mpo económico. En ('Stc respecto, las posibilidaclc.s comerciales con Esp1•.füi y con los pidsci:; hispanoamcric:tnos son inm(·OS:.!.s y :tpcnns se h1\ cCiml•nza.clo a e:-..plorarlas. Hasta :~hc.m nuestra gravitación C'conómic:i ha sido hacia Estiido.'i Unidc-s. ¿No ha llegado cl momcnto de ~ xplorar otra.:; árcns, sobre t"odo las idf'olóp.icnmcntc~ :ifin;:s? H:ty que tener en cuent!\ que nuestro cspccir.J arreglo C (lmcrci:d con Est.ados Unidos tiene qu~ tcrmimir :dglln db, y, por cierto, no lejano. PNO :lún sin esta considf'r:tción, la prudencia no1' 11.cons('j:i cl h:!c.<'r nrrcgks vcntajosos con C'I mayor nltme:ro de países p:trn posibilit:i.r un1i s<>gurn y variada expansión de nurstra <'COnomia nacional. Hay ot.ra línea en la qlw debr influir este conp;rcso: la línea de lhs rclacioncs culturalcs y univer5itnrias. Hasta ahora hemos encauzado nuest.r:i8 rl'l:tcion<'s f'n csh: rf.spr.cto hacia. EstadM Unidos. ;.Por que." no ramificnrlns por los pai~!S hisp:íni{'os, muchos dl, los cu:Llcs t.ienen idiosincrnsins y problemas :rnálogos a los nuestros'? DISCUHSO DE D:\A. l\OSA L. SE\"ILLA DE AL\"ERO El P111~s1D1·:xn; DJ:: Tntxo. SiJ?;uicndo C'I programa de <'ste db, la :\lf's:t conc~dC' la palahrn a deim Ho:-:a Sc\'ilb dC' Al\'cro, PrC'~;idl"nta dcl "Hos('\·ifü• Collcge" . La S11A. S1·:n1.u. D~ ALn:uo. 8<'i1or PrPsidcnf P; E:-..cl'lcntisimo Sciwr non Antonio G. Gullón, :\l;nistro Plenipolrnci:•.rio y Enviado Espe<'i1ll d11 Esp:ii1a rn 1~stas Isla.s; distinguidos micmbros del Primf'r CongrPso <lC' Hispanistas dC' Filipinas, 8cñcms y cab:.!.llcros: Pidiéronme los or~v.nizadorC's de estc Primer Congrc.'>O di' Hispanistas de Filipinn.s que n!I. dirija la. pnlabra Nt <'Sta ocasión, y, ;.cómo h:tbía yo dn nr.garme n ello, siC'ndo esto para. mi una f.!,r:rn distinción que debo aj!;mdrcn, y, adcnui~, porqu<', siC'ndo tan hispanistn como l'l que más, me es sum!!.mentc J?,rato cont.ribuir a la unific:~ción d<: todos los am:mt<'S de la hermosa lcnf:!;ua hispana, por cuya prop:ig1!.ción hC'mos trabajado y r.cguimos tr;tb:1jando cn ('} Inst.ituto de )lujeres, hoy HosC'ville Coll<'J?:C, hace. ya a hora más de cincu<.'nt:\ años? A:.i cs í)ur, no obsta.ntC' Ja presión de Jos mil queha.ceres que pf':sa.n sobre mí estos días por la prr.· p:Ha.ción de las Ficstas Jubilarcs de nuestro Co!C'gio, ·y de los mil dolorosos e.contecimir.nf(·S que hoy cnsombrccln mi rxist.encin, qU<' n.o me drju.n ni tiempo ni humor para. prepa.ra.r un discurso que sea digno de un ~! uditorio tan culto y t:!n ilustrado como el que hoy me escucha, ni que sea apropiado p~\ra dar lustre a. un Congreso como éste, que, además de su valor histórico, pose.~ un v~lor cultural quC' nigc un talento privikgiado y una .~locuenci•'· poco común de part.c del orador.: l"spccialmC'ittc en mi caso, pucsto que me ha precedido <·n d uso dC' la palabra una lumhrera. de primera potcnci:L <'n f'l art.e dC'l bien dC'cir, un prns:i.dor de t:rn altos vuclog C'n las elucubraciones y disquisiciones mentales, un orftbr; de la lcr..gui~ cerv:rntin:i, como es f'l lct.rndo Preside:nte de esta sesión, el at.ildado orador y elocu:mt.e t.ribuno, honorable }l:tnU<'l Briones; no obstante todo eso, rcpito, me at.revo a sacar fuerzas de flaqueza Y a.qui m<> tenéis, dispu<'sta. :t cumplir la p:-.labra por mí empuiada. A 1:~ verdad, siento en est.c momf'nto un vcrdadero pánico y unos dcsr.os casi irresistibles de batirme en retirada ¡ pcrr· VC'O qu~ ya cs demasiado tard_... No, no pu( dn, ni dC'hO defraudar la confianza que pusieren <'n mí los or¡;:;n.niwdores de este Conf!;reso, asi quC', p:tra s:tlir dC:l piiso, me valp;o. del . rcc~irs;. dC: que se valen lns :ibuC'lit.as, cuando los nwtec1tos ms1sten en que les cuente algo p;lm dist_racrl~s. N.o I"~, pU('S, un dh~curso lo que h<' de pronuncw,r, smo mas h1cn un:t csp~cic de convNsri.ción, un :\ modo de ent~cac to para distraer vul"strn fatigada atención, nn:~ C'Spl"CIC de e~.trC'­ més que os ayudc a dig;crir los suculC:ntos m:tnJarcs int.C'l<'cttrnlcs de cnjundioscs discurs1,s y <'laboradas disquisicionC'S qur. os v~tn a prcsC'nt.:tr esos grandes. ~r:~­ dorcs, esos magos dt'I pensamiento que os van a d1r1g1r la p:dahra <'n cst:i sr:;;ión, )[e conlC'nf:!.r~. pues, ccn rcl:lt:i.rr:s una IC'y~nd:i. con visos de histori:~ quf' llannrrmos Leyendo y Ucahdad. Ern <>Rtfl. un:\ lt'yC'nd:i dr los h:•.bit_:\ntr.~ df' :iqul".lln ticrr:\ mbtcri1·s:!. qlU' s<> ll:~ mah:i .l/11/11 (orq:~l'I\ '? p~m­ cipio). Ticrrn :in tiqn::-:im:~ .• como !'U nomhre lo .mchca, perdida :tll:.i. cli l:t.s brum:ts d<'I :un:llleccr de los tlC'utpos prchist.óricos, cuyos h:~bitnntl'S N~lll Lan . pacificas, tan 14 DIARIO DE SESIONES buenos y tan sencillos, que amaban a su Bathala y a su ticrruca con todo su corazón, y no conocían ni el dolo, ni la intriga, ni la maldad; como que no había entre ellos ni tuyo ni mio. Serían comunistas, pensaréis. No. Nada más Ir.jos de eso; porque aquella comunidad de intrr<'Scs se funcbba en un prinr.ipio más <'levado que los ideales de los marxistas; aquélla tcnfa por base la frntrrnidad fun<lad:i 1•n el más puro amcr, el amor fraternal, y no en el principio poHtico de lu. absorción de la pt.rscnalidad de los individuos y de los pueblos, para convertirlos en ciegos im;trumcntos de la desmesurada ambición de algunos pocos que sueñan con esclavizar el mundt'. Pero, ¿a dónde voy con mis divagaciones? j Ea! Volvamos a la bendita. tierra de Mulá. Pero tampceo eso nos es ya posible, porque diz, que aquella tierra, por demasiado buena y aquellos habitantes por df'masiado bonachones, honradotes y sencillcs no pudif!rc·n por mucho tiempo subsistir siendo una. bella realidad. Dicen que el viejo Neptuno, celoso de tanta bienandanza, los sepultó en el sr,no insondable de ·su reino de cristal, para que de elles no quedara ya más que un vago recuerdo. Como que, cuando yo rra chiquilla, recuerdo que si alguien se distinguía por su bondad y por su sencillez rayana hasta el desconocimientc. del mal, se solfa decir: pero ¿qué? ¿has venido por ventura de la tierra de Mulá ? . . . Mas, me he equivocado sefiorcs, al deciros que todo aquel inmenso territorio de Mulá, que se cxtcndfo. S<'gún decían, desde el Asia hasta. las Américas, ha sido anegado por el Hquido elemento; tc.davia existen algunos de sus frngmcntos que han quedado a flor de agua, los cuales emergen a la superficie de los mares malayos hasta el gran Océano Pacifico, en formr. de islas cubiertas de verdor, cual brillantes esmeraldas desprendidas del collar de unn bella sultana de aquellos legendarios tiempos, las cuales van esmaltando el azul d<l les mares, dm•pcrdigadas de acá. para allá, como para rrcordar al mundo rl pasado grandioso de aqudla inm('nsa tierra de Afulá. Lo prueba el hecho de que la mayor parte de bs tierras entonces conccidas, llevaban el nombre "º tf\g:llog. Ahi están, por C'jcmplo, S1111gsong o China, que quiere decir contracorriente; Lusong o Filipinas, que quiere decir a la. deriva; I nrla (India) que quiere decir l\fo.dre; Arab, llama ardiente; Annam, seis; Siyam, nueve; Mclaya, libre; Malacas o Aloluccas, fuerte; Salibés o Célebes, hacia abajo; !Jaba o Java, largo; Timog o T-i1nor, Sur! M anukwari (?-1 norte de Aust.rnlia), parrcido :\ un:\ galhna; Bagttfl{J Silang o Nueva. Zclandia, Sol naciente; G.uwang o Guam, abertura de la Pcfia; l/o.wayan, contagiado; Cuba, jorobadü¡ /.,ima, cinco1 etcétera, etcétera. Pf:rO, ¿o~ra. v.ez con más divagacionC's'? . . . Bueno, no os impac1cnté1s, srliores, que allá va la ll'ycnda. Erase que era, un varón que se llamaba i\Iakalibog diligcntf', honrado y trabajador como él solo· com~ que dedicaba todo su tiempo en desbrozar su t1 crruca por conseguir b morisqueta para el consumo de s~ numerosa prolc,-¡cómo se conoce que aqnrllos esposos no pracf.ici\ban el bitth confrol! ¿ni a. qué habían de practicarlo, si la mejor riqueza para aquellos buenos ~1i~.!t~~~~s-1~\;~~~~tó~:d~cj1:~1l~r::.~d~ sE~t~~l~f que para Pero el caso es qur, tic t:into trabajar sin dC'scanso alguno, hízose 1'.fakalibog cada nz más huraño y más grulión, y gracias que tenia por espos:i a la. b\l,ena. <.lo Kabahay, que era el reverso de la. medalla; la cual era tan dulce como el ate, tan buena como la mc·risqueta, y tan suave y deliciosa como el Kakaggata. Si bien es verdad, que tenía un defectillo, y ¿quién no lo tiene en este mundo? Y era el ser tan bcnachcna y tan madraza, que no podfo. negar nada a los pedacitos de sus entrañas, que eran unos diablillos tan traviesos, que muchas VC'CCS le ocasioriaban serios disgustos. Y sucedió que un día :i\fokalíbog que ib:~ por t•l campo pam la. recolección del pa.lay,- quc es una ocupación bastante penosa-se le ccurrió pedir a Kab:thay que le preparara una buena. comida consistente 1•n unos pescados frescos asados, con la consabida. olla de morisqueta bien cocida. Y, en efecto, Kabahay se desvivió por obtrner pescados frescos del próximo lago,-que, según decian, eran riquisimos-y los asó bien envueltos en frescas hojas de plátano, y preparó una olla de arroz nuevo y oloroso, que satisfacía con su perfume el apet.ito más exigente. Y llegó en efecto i\Iakalibog, con un hambre que no vcfa, y al punto reclamó su pitanza; mas en vano la. buscó Kabahay. Los niños la habian comido sin dejar ni un grano de morisqueta. Y con aqu<'l incidente tan desagradable y con las discusiones y lloriqueos de aquellos tragoncillos, se le exacerbó la bilis a :L\'lakalíbog, quien, por dar salida a su mal humor, cogió un pedazo de cafla y arreó :i aquellos golosos que le habían privado de su CC;mida favorita. Viéndoh tan cnojndo, los rapazuelos tuvieron que huir de la furia del autor de sus dias, corriendo a la desbandada; refugiándose algunos en las habitaciones interiores; otros en el fogón de la cocina; otros en d zaguán; otros se e~condieron debajo del parral de Ju calabaza que se les cayó encima; otros saltaron por la vcntuna y a los cuales Makalibog cogió por el cogote para llevarlos en vilo dentro de la ca~a ¡ otros se escaparon refugiándose en los bosques y montañas; y otros, en fin, no teniendo ya donde esconderse, nadaron por el mar abierto para ganar la otra orilla. Y aliade h lryrnda ~ue aqurllos que se cscondicrvn en las habitaciones intcriorc8, fueron después los progenit.or,.s <le los Rax~s, de los LakanPs y de los Gats y de !t~s Maguinoos; mientras que los que se r~fu­ giaron en el fogón, fueron los padres de los pobrecitos itas; los que se escondieron en el zaguán, fueron los ascendicmtcs de los sirrvos y esclavos; los que fueron aplastados por el parral de la. calabaza, fueron los progenit.orcs el~ los enanos; en tanto que aquellos que habían si<lo levantados en vilo, fueron los padres de los gigantrs; los que huyeron por los bosques y montañas fueron los ascendientes de los salvajes remonta.dos; y, por último, n.quellos que nadaron mar adentro· para ganar In orilla opuesta, fueron, según dicen, los progenitores de lrn; cxtranjeros,- quc, con el baflo que se dieron, quedaron blancos ;-<t quicmrs ellos, los nativos, reconocían como hermanos, los cuales, según ellos, volverían algún día para quedarse otra vez en el hc·gar perdido. Hasta aqui la leyf'nda; que es para dios l¡\ ext>licación de la diversidad de las rnzas y de las clases socrnles, r.l fundamento de la creencia en la hermandad de todo:-; los hcmbrcs, y la esperanza de que algún dln, aquC'~los h ... rmanof': :\USPntcs vendrán otra vez :l los patrio!': larN! y, por rso, sirnt1~n aüoranza por ello!'! y r!'lprran su !e .. torno al seno del hogar común. Y est1~ leyenda exphca aquella viva simpatia con que acogieron los naturales PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 15 a los primeros cspañülcs que vinieron a estas tierras con Magallancs y que, impuh1ados por la Divina Providencia, cruzaron los ~mchos ma,rcs a fin de evangelizar a aquéllos y haccrbs participantes de su cultura y civiliza,ción. Y, por •:sr., aquella hospitalid:ld con que diz les acogió Bankay, aquf>l galant<' principc bisayo con dientes de oro y tra.jc de seda bordada, que lt;S honró con soberbios agasajos, sirviéndoles C'n pbtos y snro~ de oro, los mejores manjares y les vinos m:ís f'.Xí)Ui:'-!ito::;, como lo rcfir.ren los histori:1,dcrcs que vinieron ccn Lrgazpi. Y por eso fueron rccihh.ks por Ham1ibar con tan amistosas manifostacionC's y vivas muc:;trns de simpat ia, porque les crcian hermanos y :tliadcs enviados por Batho.la para dC'fcndtrlcs contra sus t'ln<'!migos; y tanto, que de no hahcr sido por las belicosas actividades de Maga11ancs contra los islerios de i\'lactán,quc lo hicieron sospechoso a los ojos de Jos nativos,no hubieran sido victimas Jos españoles <le la justa venganza de aquellos intrépidos indigenas que no vacilaron en vender caras sus vidas por defender la libertad de su patri~. Y por eso fué, que a pesar de la desconfianza que senUan de los castilas que vinieron con Lcgazpi, debida a la expcrh-:.ncja que tuvieron de la expedición de Magallanes, no pudieron sustraerse de la atracción y ascendencia que ejcrcfan sobre ellos aquellos españoles, quienes, según la leyenda de su pueblo, eran sus hcrmanGs¡ y tan es así, que Tupas se decidió por fin a hacer con ellos el sandugó o pacto de sangre, con el que se obligaban ambos pueblos a la fraternidad y amistad y soecrro mutuos <1ue dcbfan prestarse como buenos hermanos contra cualquier enemigo cc.mún. Y esa l"'ycnda fué, en fin, la causa de aquella amistad y f1aternidad que mostraron a aquellos españoles, Ra.jah l\fotanda y Lakandula con todos los suyos, quienes les prestaron su más eficaz cooperación y apoyo para conseguir que los otros pueblos de Lusong los rccibier.in como hermanos y como aliados y enviados por su Bathala para el bien de su pueblo; amistad y fraternidad que subió de punto, cuando notaron Ja idC'ntidad de la religión de sus antepasados con la religión de aquellos extranjeros; religión que ejerció sobre ellos irresistible ascendencia, sobre todo cuando observaron la pureza <le sus doc.t.rinas que eran tan semejantes a h rC'ligión bathalana que ellos prtfcsaban, y más que nnd:t, por Ja. solemnidad imponentr. de sus ritos y ceremonias. Así que, no es de extrañar que aquellos naturales,viendo la poHtica de atracción que emplf'ara Lcgazpi quit;n respetó sus costumbrm:i y haRta su forma de gobierno-que es <':l sistema de Barangay-y I:\ bondad de aquella religión que les ntra.fo. y que no era tampoco distinta de la suya, antes les par('cta más completa y pcrfccta,-optaron por aceptarla cc.n la alianza. que aquéllos les ofrecian; pues comprcndin<.n que les tracria más cuenta. haccrsr. amigos de aqudlos <':Xtranjcros, que, dm:•pués de todo, eran sus hermanos, de acuerdo con su.> leyendas y tradiciones. Y he ahí Ja admirable y pronta convNsión de nquf'llos pu"'bl<'s a Ja t<'ligión del Crucificado, pues, según los rehtos de los Padres :Misicncr<,s, al cabo sólo de seis meses, millares y mill.nes de ellos se conwrtfo.n pidiendo el bautismo; lo cual n ,) S('; dPbió, como nfirma crrón~amp.ntc "'I Padre 1\Jarin, a df'hilidad de cnní.ctN, ni a b ineou~istr.nein de las costumhrrs de nquC'llos islf'i1os; sino más bien n In firme con\'icción que tcnfan de que aqu<'lla religión no era distinta de la de sus antepasados, ante~ bien les ofrecfa la ventaja de tener ma~·or claridad en la doctrina y más imponente solemnidad en sus ritos y sacrificios, que fué lo que atrajo más poderosamentr. ,.¡ tempC'ramento ori"ntal de aquellos s .. mcillos indígenas, que profesaban el Bathali'.smo que tcnfo, como ya dij!mos, no pocos puntos de contacto con la rf'lii:z;ión católica. Y prueba de C'llo t-s f'l hecho dr. qu" hasta ahora no se h:i.yu conseguido la completa con\'f'rsión al Cri81ianismo de las otras trihus de estas Isli!s que nn profesan la rdigión Bathala11a. Y, en efecto, era. tal y tan grande Ja semt'janz:t que~ exist.ía entre una y otrn religión, qu<', se~ún In~ antiguos misioneros, como el Padre Chirino refiere C'O sus escritos, aqucl1os incHgcnas se- sabían ya de ant<'mano la doctrina cristiana cuando se acercaban a los Padres ::Vlisioneros para pedir fervorosamente que l'\e lr.s administ.rara el Bautismo. Y como prueba más cnm·incente de la. V<'rdad de esta aserción, tenían aquellos nativos en su prc.pio idioma expresiones de Jos misterios y dogma.s más sublimes de la rf'ligión católic:l. Por ejemplo, la palabra Bathata expresión gráfic:•, de la Santísima Trinidad; Hala que quiere decir Dios Padre, Anak Hala que quiere decir Dios Hijo, y Lal.:anpali que quiere decir Dios Espíritu Santo; Lakambini que quiere decir la gra.n Sci1ora ; mansigid, iglC'sia; pangadyi, doctrina; panagano, oración; pandot, sagrado s:\crificio¡ ka{antipas, hostia; gayuma, que consistfo. en un jugo de vcg(';talC's que se convcrtia en virtud del excelso conjuro en Mantale, ciencia divina, quf! siRnifica amor; asi como también el Sonat que equivale a obispo, y era el que perdonaba los pecados y ordenaba a las babailanas (saccrdctizas); tcnfan el binyag, bautismo; el sandugo, hermandad de los hombres; el Kalutubo, ángel guardián; el kalagyo, santo del ncrnbrC'; Kaluluwa, alma; salang m-inana, pecado original; kabanalan, santidR.d por la cual se otorga la gloria celestial que diviniza a lús hombres buenos y a los héroes, h<tsta convertirles en anitos, san tes: y, por último, buliay na walang hanggan, eternidad; la cual puede ser feliz y entonces se llama kalualhatian, o desgraciada, que llaman kasawian. Todo eso, Señores, es nada más quf': la pruf':ba evidente de la Sf'mC'janza de las dos rcli~iones la Cristiana y la Bathalana que aquellos indígenas profosaba.n y;i. desde tiempo inmemorial, antes dC' la llegada d:;: los españoles a est.ns tierras. Pues, como dccfa Paterno en sus coment..irios a propói;ito de esta parte de la historia, "Si existe la palabra es señ?l de que existió la idea que simboliza: es asi qu~ ya c.nstfan aquellas palabra.~, luego ta1emos q"e admilfr q11e e.ristian aquellas crecnriat aún antes de la trcnida de lo~ españoles a estas islas:" Juegl), aquella pronta cc.nver¡;;1ón d~ los naturales a la rdigión católica, se debfa, no n. la 1gno· rancia, ni a la inconsistencia, ni a la velC'id:?.d d<'I cnr~c!·C'.r, sino más bien, a Ja convicción, a. l:\ madurez de 1u1c10 y a la rectitud de cspiritu, al preferir la vcrd:td que lcis pareció más convinCClnte, e.orno vieron que rcsplandecia en la religión católica. Debido, pues, a la compenetración ~e las :timas por I:\ semejanza del credo y ·~ la fratcrmdad quC' (ps unía por razón de la leyenda. dr. sus antrpasado~, los filipinos amaron a ks cspaüoles corno a V<'rduderos hermanes y los f.uvieron siempre como t:t.lf'~; Y nquel amor hubiC'se pNduraclo, de no h:ih"r \·1st.o rlN;ip~1és que aquéllos no prr.CC'(ibn como talt•s hnrn:mos smo que t.rnf.nhan df' privarles d<': su ni:'l:o: µrl'ci:ldo INi.or?, In libC'rt:td. Y de ahi aquel cambio que se op(';r~ mRs tarcte on la actitud de los nativos, que no íué motiv:td() 16 DIARIO DE SESIONES pür la ingratitud cerno lo intr-rprel:\ffin los ('spa1iolcs, fiino por la decepción que sufrieron más tarde, a causa. de la incomprensión y los r!.gravios que T"Cibicron de aquéllc.s :t quienes habfan considcrndo como a verde.cleros hermanos. .Mus, :~ pesar de tocio <!SO y no obstante las incomprensiones que surgi1.:ron después cnlrc gobcrnantns y gobernados, que NiJ!;inaron la. scp:trnción d1Jfinitiva de los dos pucbks, C'xist.ió sicmpr<' ~nt rf' l'llos td atracción y gimpatfa, que se sobrC'puso al tiempo y :•.ún a his más ~dv~rsas circunstancias; como que podriarnos d1.:cir que d !l.mor que los unía con los españole~. no pudo srr destruirlo ni por la maEcia de los hom bms, ni por la ÍUNZn del tiempo, ni pN la brga y dolorosa separación que medió entre nmbos pueUlos. Y, ¿qué nmor no ha vuelt.o? como dijo el poeta. Y aquel amor volvió más puro, más dcsintems:•.do. Esp:•.ña. cc-mprcndió, ~,) fin, que 110 fué Ja conquista mn.teri::!.l el mó\il que impulsó a sus Católicos Heycs a enviar a sus hijos a la conquif;;ta de cstes Islas; sino más L>icn Ja conquista de h•,:;.; ¡,•.1mns, mC'<lia.ntc la o.mist:-.d y Ja compenetración de los sentimientos y 111, unión intima de las voluntades. Hermanos y aliados debicn: n S(!r aquellos dos pueblos, como lo desceban los nativos, y como eren los designios de I:~ Providenci:1 . , :~ fin d(! que ambc·s pueblos mr.rcharnn hfl..cir!. C'I cr.mún progreso y mejorami(!nto cspiritu:!.l y matcri:d. · Y Espeña, hid<"'.lga como siC'mpr<', no Vr!,ciló en corregir su error cuanrlo ll"gó a percatarse de él; a.si que trató de curar d odio con c>I bálsamo del :tmor. Y, en .:-foct.o, f'I amor h:•. vu<-lt ü en Ir!, pr.rson:~. de lo~ cnvb,dos cspiritw~.lc>s de España, Hueda, Bl:-.sco Ibáñcz, Garcí:t S:.inchiz, Otdza, Conredc. Blnnco, Bbnco Soler, :i\fortfn G. Solk·r, Gnllarza y Lorig;.1., Antc·nio Gc.icochca; y cn el mcn-: ;e d" Amcr que ?\fa.rfo. de Escc.riazn. envió a kt.s mujeres filipin;1s, d cual éstrr.s rcspondici-on con una carta <le prc·fundo :•.J?;rn.dC'cimicnto, cscríta por h1, que· tknc f'l gusto de diriRiros l:t pf'.l:tbm. y en la que figun•,ban ccnf-cnt'.l'ei de firmas rlC' les m:í.s distinguidn.s <lamas filipinr.s; y, por último, hn Yuclto con d <'nviado csp<'ci:tl d<' Esp:ui:\, <'l cxcclentisimo s('flür don Antonio Gullón, Ministro Plenipotcuci:trio de la que un tiempo fué nuestra ;\lclrópoli, :~ fin de cstrí'ch~·.r cada vez más los lnzos de fratcrn id:~d y de :tli:rnza espiritu:d cnt.rc Esp:tña y Filipinas. Y :~ún podri:.mos añadir más, que no sólo esos envi:•.dC's, sino que todo el puC'blo español hace <'l mismo esfunzo, si se ohscrv:\ la cc·mplacencia con que brindan su a.mistad y su c·stimación a todos Jos filipinos que v:tn ~~ pisttr_:tquclbs tierras ibéricas. Y podcJT!OS nfirmar qut', :.d obmr as(, prc·cedt'n con verdad(•ro nciC'rt.o; porque no ha.y mf'jor conquista qut~ hi conquista de l:•.s alm:\S, ni mejor ni más pC'rí'nnc reinado que <'I reinado dl' los cc.razoncd. Y Esp:~fm, que un tiempo fué endad:i pí,r la Pnw idcnci:t :!. est:~s liNr:\S parn h:1cer bs funciones rl<' Madre, h:'.CC' bic>n en ~cr la primera t'n dt!.r "' paso de npro:>..im:•.rión; puf's Filipinas, por su parte>, S<' h1i hecho acrccdor:t <le tales finezas, al fc.mC'ntar I:•. lcnJ?;u:i y cultum hi sp:1. n:~s <'n sus escucl:1s privadas, al aprobar un:1. ley par:i bi <'nsef1anza obligatorh de Ja lengua castellana cn t.Od:!.s sus escuC'bs supNiores públic:•.s y privad:~s, al propulsar lus asociaciones hisp:rnist:~s, y, por último, al c!'lebr:•.r cst.e Primn Congreso de todos los hisp:rnist:ts d0I pal~ :\fin dti reunir :i todos los nm:tntC'S dC' la lc•ngua y cultur:i hispanns, t:tnt.o cspaliolm• como filipirws c¡uí\ viven en Filipin<'s,-~in distinción de hispanistas e hispanc,ides, como los cbsifican algunos,-n. fin de quC', unidos todos en hermoso ramillctC':, puedan prC'scnter ante este mundo de odios y mu.lqUC'fC'11cia.s, 01 hNmoso t·!'pC'Ct:ículc df' dos puC'blos, que olvirl:>.ndo ofcns:!S y agr:i.vioi:;, SC': junt:in en un cstrC'cho abrnzo pnr:t re:1firn1:1r los bzos de f!.mistad y frat(>rnidi!d que dcbC'n reinar í'utm dos pucUlos que la. Providcncin, cn sus inC'xcrut:•,b)('s designios, hn. dispuesto quC': ('stén <'Strcch:nnC'11tc unidf,s por 1:1, 1cycn<I:•., por In simibridarl d<' b r<'ligión, y, fin:dmente, por b IC'ngu:'. y pc-r la culturn; p:tm qlll' en lo suc0sivo se n.yuclcn p:•,rn su común mC'jnramiPnto y prospcrid:td; y irás que nadr., pc;r el nmor quC' siNnpr1• se profesaron y siguC'n profcsándose a p0sar de todos los p!!S:!rcs. Y ¡quién s:ibe! si cu:~ndo llC'gue el me.mento de la :1.grup:tción de los difC'rentcs Est:!düs del mundo <'ll hacN; más comp:?.Ctos p:i.rn poder d<'fr·ndNsc contra un <'ncmigfl común, nos sen. dablr~ co11.tt•r no sólo co11 el Nc:rtc de Améric:'. con f'I quü nc.s unen Jos intereses creados p0r la l<'ngu:t y pcr b cu1tum snjonr.s, sino t:tmbién con las HC'públicas hispr.moamc1ican.i3 con quiC'nes C'St:•.mos lig:'.dos. por b lcmg1rn. y b cultum hispánicas? l'n pacto dí\ :-,Ji:i.nza. y t!.rnist<"'.<l con Esvaria y con todos esos pucblos, sería. id<'al : no sólo en lo cultur::!.l, sino tn.mbién en lo cconómicv, cn lo socitd y ~ ún · Pn lo politico: Jo cu:il scrfa. sum:!mcnte provechoso p:•,ra todos, puesto quC> ni <'llos ni nosotros quedarfo..mos aislados, cu:m<lo en lo futuro ÍUC'rc nC'cesario la mutu:~ ayud~. d<' todos csc.s puf'hlos y prC'ciso consrguir In. unión de todas las fucrz:-..s viw.s rlC'l mundo pu:i l:i. solución de Jos probkmr!,S mun<lh»lí's. Porque <'n tl!.I caso, cu:i.nt.c.s más nmigos tengamos, mcjor; pues, ('Il I::!. vida t.:i.nto de los indi\'iduc;.s como de los pueblos, la amist:'.d es un tesoro inapreciable qu<' hace más intC'rcsantc h cxistcnci:t y ofrcce más <'lcmcntos p:~rn "' progreso y parn el disfrute d<' In folieiclnd que todos < tuhc>b.mos; y siendo ~l m<'jor y más poderoso instrumento p::i.ra. cult.ivt!I' la nmist:.>,<l, la unid:trl de lenguaje, n1~da mdor podremos h:>.ccr prr.rn ~.s<'gur:i.r Ir. ~mistad de csos puC'blos, que cultivar esos dos idiom:.>.s de qu<' nos ha dotado I:~ Provid<'nci:~, :ti disponN nu<'stra conviw~ nci:.i con esos dns puC'blos mús gr~~ndC's del rnundv: Espr.im y Nortf' Amfric:t. Es, puC's, un ticbN· ti(' 11uC'strn parir d fc.mC'nt:ir i¡zu:•.lmente C'St!.S dos IC'nguns con sus cultums rcspC'cth·:is, qur. sirvC'n. de complem<'nto :t nu0stra autóctona cultura, haciC'ndo de nu<':;tro puC!blo C'l único pais del 01·icntí', qur·, :i<lí'más dC' prsc('f su propia culturn que l'S Ir.. oriental, po:;C'e t:i.mbién la cultur:t occid<'nt:tl: cc.n lo que Sf. dC'smicnt<' f',(JUC'I df'cir rle qu0: el Este e.'1 el Este, y el Oesle c.<; el Oe;sle !J 1111nca p11cdc11 j1mla.rse; pcrqu<' :!qui, P-n Filipin:ls, ~e vrrific:i <'S<' c•stupendo ft•nómC'no de junt:~rsfl 01 OriC'nte con C'I OccidC'ntr pnr la doble culturn quC' pos<'C' f'I pu<'hlo filipino, J?;rnci:•.s :>.su l:>.rg:t ccnviwncia primero C(.n Esp;!li:t y dC'spués con ~ortenméric:i. Y, por t:i..nto, n:~rl:'. m:í.s justo que m:•.ntí'n<'I' C'S:•:; do!" l<'n~u:ts y esas dos culturns que h0m01" conspguido "btcnC'r a cos!.:i d<' t.:in gr:rnrlcs tr:!h:tjos y s:1crificios; así QUI' snia un:t wr<l:t.dN:t locurn C'I dC':sprcci:tr cu:llquicm de dich:ts l<'ngtws, pNquC' éstas sC'n\n como do<> po<lNOS:'.S :das QU(' nos snvi r1 í.n p:trn n·l:•r haci:\ <'l progr<'so, h:ici:\ d biC'n<'st nr '.\' h:!.ci:t b J?;lori:1. ílc·cihid, pU('S, mi m:\s cortli:•I f('lieitaC'iú11, vosotros, los QUI' h:1hl-is tt'IÜdo b ¡?;C'ni:d itlC'a d<' rPunir C'll ('~f<' Prinwr Congl'C'So a todos los hii;;p:wist:~s dl•I pais si n distinción de color ni lle credo. PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS li Habéis da.do, con este Primu Congreso, rl prinwr paso de aproximación hada bs ninticuatro NacionC'S ele habla cspafiola que exist<'n en el mundo. Asi que i;ccundo la feliz idea del digno Presidente de esta sesión, ni proponer que este Congreso tcng:i- en adelante u.n e:\rácter pnmancntc y 110 sea un s1mpl('; acto transitorio y de ocasión, p~ra que vclr por Ja real.iza.ció~ de l:\ fusión espiritual de todos los puchlos de habla h1spann p:•.ra su común prosperidad y grandeza¡ y yo me n.trevería. a añadir a dicha sugerencia, la proposición de que no se limite la acción de este Congreso sólo cnt.rc los hispanistas de Filipinas, sino que en lo sucesivo se invite a todos los pueblos de habla hispánica y, sobre todo, a nquella gran Madre que legó su lengua y su cultura a tant.o· s pueblos dd mundo; por Jo que con bastn.nte razón pudo decirse que hubo un tiempo en que no se ponin eJ sc•l en los dominios de la 11ación espnfiob. ¡Adelante, pues, Señores hispanistas! ¡Cultivemos est~ hermosa semilla de la nproximf!,ción <lr todo!> los hispanistr.s del mundo! Enviémosles cjemplarf'!> impresos de las resoluciones y discursos qu,e aqui se edoptcn y se pronunci<'n; a España, sobre todo: p3ra que se animen todos a compartir con nosotros cst.a obra de aproximación y simpatia, a fin de r<>::i.lizar, siquiera f!n parte, la hermosa leyenda de nuest.ros antepi~~edos sobre la amistad y fraternidad de todos los pu1~ blos de Ja tforra, Jo cual serh\ el origen d<' la pnz, de In prosperidad y de la felicidnd del mundo! ¡ Espni1ofos y filipinos, hispanistas tüdos Q\Hl me Mcuchúis! ¡Por F.spafia, por Filipinas y por todos los pueblos de habla hispana, elevad vuestros ce.razones como copas rebosantes dr vino generoso, para brindar por la amistad y fraternidad dr. todos los pueblos de la t.icrra cc.mo lo soi\aran los srncillos supnvivient.rs de In tierra de Muld! · ¡Por la amistad y confrnt.rrnidt!.d cnt.re Esp:uia y Filipin:>,s y las naciones t.odas <lf' h:>.bla hispana! Por la conversión ele la Leyenda. en Hr.alidad, para que, por la fraternidad de todos los pueblos de la tierra, cesen de una vez y para siempre tantas guerras fratricidas que llenrm de desob.ción C'I mundo, y parn. que reinen por fin, por doqui<:ra, la p:tz, C'I rimc.r y la just.icin. H<' dicho. DISCURSO DEL R. P. EVERG!STO BAZACO, O.P. El PRESIDENTE DE TURNO. Tiene la palabra .,1 reverendo padre Bnzaeo, Rector <lel Colegio di" San Juan de Lctrán y Presidrnte del Comité de u11ivf'rsidarles, colegios y rscut•lru;. El PADRE BAHCO, O.P. Dignísimo prrsi<lf'nt<' de turno; cxcclcntisimo Sí'ñOr ::Vlinistro pfonipotcncia1·io de Espaita¡ ilustrtsimo SC'ñor VicC'prcsidC'nte de Filipinas; ilustres mirmhros <lf'I Con¡?;rr:,o de His1>:rnistas; damas y cttbnllC'rO:'i: Al rccab1H' \'uestrn atención por brens moment <~s des*'nria saber si ac:~so ha llcg:ido la horn de rt·ndir tributo a b. l:tbc.r educaeionnl de un:i nohlf' nación en <'Ste p:•is, tpma que SC' nos ha srfütlado; si por ventum h:m 1ms1tdo yu h~s :\guas rlel hurac:í.n Qll<' se le\'ant:tra hnce un:ts d«"C':idas y quf' hnsta <'I pl'C'Sf'nte no nnl'I h:~u pf'nuiti<lo wr darn ; o si hemos de dPj:tr tod:ivb p:~ s:~r algún tiempo p;trn que l:ts :1guas ,·udvan a su cauc<'; o hi<'n, continuar, como en árbol c:-tído, h:1ciC'ndo 3Ún más leña. De aquC'I sist<'ma <'spnrlc.I de <'ns<'íumz:l. poco nos vn <1uedando, si atend<'mos a la prensa p1·opagirndil'lta de nuestros tiempos, la cual fc.rmula los ~iguif'nf\>~ cargos: -la implantación de las escuf'las fué tnnlb; -Ja condición de las mismas, muy pobrf"; -('l número de ellns, escaso; -Jos mac>stros, dcficientC's; -el castC'llano como medio de ensrñanz:i, intt'ncionfl.damentc desatendido; -('l sist<'ma. mismo de ensí'flanza, retrúgrndo; - los pobres, sin opc.rtunidnd. ¿Qué nos qu('da? .. A la vc1dad1 despu6~ de )('el' el CENSO DF. LAS ISLAS FILIPI NAS, impreso C'n \Vn.shington a principios del presf'ntc siglo, con otrns f'SCrit.os y panfletos de escribidores modernos <':n aquél basados, nnimos a concluir qu<' la ensefin.nza no comienz:l. f'n Filipinas hasta la llamada Srgunda Comisión, "ncn.h<'Z:\da. por William Taft .. No <'S nu<'stro intento, señores, C'ntrar <':n compnracioncs odiosas como inútiles. Dejemos f'I trn.bnjo d<' la Comisión, y de cun.ntos continuaron la magnn tarea, f"n su glorioso timbre; mas por los ÍUN'OS d<' b mismn libcrt.ad di" palabra y prensn, que tnl !?rillo h:m saen.do ni reverso del sistema ya fenecido, pido t.olt•rancin pMa clt'sempolvar un tant.o Ja h:tz print'ipal :l.ntf'~ de que quede ilegiblr el r.nvt'rso. Y Vúy :\ ha.cí'rlo, cont<.ndo cc:n vu~stra V<'nia, sin s;llÍl'mc un ápic<' <le h historia, 1rnnque resulte árido todo este proceso. En primer lugar, y por lo que a.· la. critica sobre In propagación del castellano toca, confieso que lleva mucho de rnzón. Es muy bonito el decir: "España nos dió s1t cultura, su reUg1'.ón y s1t lengua." Pero lo de la lcn91ta <'S porsfa. J:~más llegó C:I español a ser <'n Filipinas h IC'ngua df'I pueblo. Calcúll\sc hoy un millón y m<'dio de hispanistas (incluyr.ndo hasta los malos y mcdiimos), pero la población totnl del pais no b2,ja de dieeic:cho millones. Y Sf' pr('gunta: ¿por qué no se propagó aqui <'I castellano, como se hizo en Cub;l, ch ;'\'léjico, Colombia, Arg<'ntinn., y C'n los dC'más países de la América española? Y r<'sponden, culpando n España, que rué por sobabia. Alégas<' como razún contundent<' lo que por v~nturn fué un chist<' m:~I entendido de algún misio1wro cu:rndo ni oir :t un frli~rés C':\.prrsarsC' C'H <•spai1ol ch:~b:•,c:tno, dfoese que le dijo: ''N'o estropees t•I c:•.stt•lbno. H:~hb <'ll tu lcnJ:?;un, que no S<': ha hf'cho t'I c~p:~fwl p:~m vosot.ros." ¡Un chiste de muy m:d gusto ! )layormentu dándose el c:1so de que f'n todas las etap:ts de la sobnanía española, hubo filipinos que supil'ron gust:1r <'I néct.:tr cfo la m:\5 profunda liternturn hisp:!Tt:t, mí'jPr -<¡tu' b innwnsa mayorÍ:\ dr los pí'ni11sul:lrPs quP aquí :~rrih;H·o11. Pt1 ro dpjérnonos dt• chisks qut• s\u•n:rn a chismes, y de <'S<' u otro c:~so :•.ishdo 110 qu<'r:unos hacer principio d<' Ir~-. Es wrd:ul <1u<' el cspai10l no se <'Xlrndió en C'l Archipi~bgo <'H b proporción c.IC's<'ada, 1wro t•sta limit:~ción no fué hija tlí'l "01·gullo" H:t,v l<'yC's <'n contrario pn.mulgarlas por los gt\bNnautrs <lf' F.sp:ui:\. (C().rlos 11, Fernando FI, C<1rfos fil , Corlo.~ JI', f sabfl I !). Fué <'n ii;rnn pertt~ rr~ult:ulo <fo h í'SCa~rz d" prrson:!l, ~:. C'n otra, no mí'nor partf', norma f1u~ cl1• v:alnr <''.Clpiritu:d. · 18 DIARIO O.E SESIONES Todos sabemos cómo atluia gente de Europa para las Am~ricas. Empero, los pocos que se aventuraban a cruzar el interminable Pacifico hasta llegar a este rincón esc(lndido de entonces, trafan más· altos ideales que Ja decantada hambre de aventuras y sed de oro. Sólo nsi se comprende que d Archipiélago Filipino se convirtiera tan presto en un centro de Cristiandad para el Oriente. Y contribuyó a ello como factor prin· cipal el hecho de dirigirse el misionero a los antiguos filipinos en su propio dialecto. Asi les ganó el afecto y confianza. Era también más rápido y fácil pina un solo hombre (y hombre de carrera como el misionero) el aprender un dialecto sencillo, que para toda la pobla· ción, una lengua tildada de 11 elaborada" como el cas· teJlano. Asi también se conservó más pura la religión en Filipinas. Si se lamenta el olvido de un antiguo alfabeto, fácil de restaurar; aunque a cambio de la escritura uni· versal latina, ¿qué no <lirismos ahora si se hubiesen perdido para siempre ochenta dialectos vivos del pais? Los españ.oles no vinieron a destruir: ellos encontraron en los dialectos, en particular el tagalo, las perfecciones del latfn, griego o español. Por eso los cultivaron, aunque a expensas de la lengua española. Y pasando ahora a.l sistema educacional así fµera en espafiol como en los dialectos, diré que ni fué tardio, ni pobre, ni retrógrado, ni menguado: ºExtrañará grandemente a muchos al sabcr"-y no son palabras mhts, pcfo las hago mias-al saber, digo, que cuando España ocupó el Archipiélago Filipino, el mundo en general <'Staba. aún opuei;t.o a la enseñanza universal. El Gobernador de Virginia, Berkeley, <leda r.n 1670: "i Doy gracias a Dic,s de que aún no tenemos escuelas libres ni imprentas, y confío que no las tendremos de aquí a cien i:ulos; pues la erudición ha introducido. la desobediencia y la herejia y las sectas en el mundo, y la imprenta las ha divulgado, causando difamaciones contra los· gobiernos mejor establecidos! i Dios nos libre de semejantes invenciones!" (Laubach, Frank, "The People of the J>hilippines", p. 80/). Mas la España Católica iba entonces a la vanguardia en todo lo que significaba cultura y civilización y, por ende, tcnta una idea muy distinta de la enseñanza. Podfan venir difamaciones contra el gobierno (y de hecho le vinieron, y aún no sabemos cuando terminará Ja leyenda ucgra); pero era. también un i'icrvicio a Ja RC'ligión y un gtan beneficio al pueblo. Por eso disponia Felipe II, no cien años despué~ de Berkeley, sino ciento y pico antes de Berkeley: "Para servir a Dios Ntro. Señor, y para bien público de nuestroJ reinos, con· viene que nue~tros vasa{los, súbditos y naturales (de la~ colonias), tengan en ellos univers1:dades y estudios generales, donde sean in.struidos y graduados en todas las, óencias y facuilades." (Recopifril'ión, l-ib. 11, til. 22 ley / .) El rC'sultado práctico en lo que a Filipinas concierne, fué enviar misioneros y educadores desde <'.l principio de la ocupación hispana. L~ primera imprenta conocida por tres largas centurias con el nombre de "Santo Tomás", comenió a funcionar en Filipinas nada menos que en 15931 y es hoy considerada una de lns dos más antiguas exist.cntcs en el mundo. (Relana, W., "Orf1e11es de la Imprenta Filipina", 1911). Y antes de est.n fecha, habfomos cst:.\bleci<lo en Manila tres colegios mayorf's o cm;i·univnsidadr.s: Snn P:tblo, NuC'strn Srilora dr. los An~í'l<'s, y Santo Domingo .. (Bm:aco, "H1'story of Educotion in lhe Philippines'', Chap. VII). Y aún antes todavia, y coincidentemeott> con la conquista (o más bien la unión de les múltiplts barangaycs tn una sob nación) por· Lcgazpi, aquellos celosos misionNos iban lc\'antnndo doquiC'ra prn<'· traban una iglesia y una cscuC'la: "No habia \'ill:>. cris· tiana sin su escucln t•lcmcntal." (Catholic Enryl'iupedia, 41 Philippines") . Y no se crea que la enseñanza se limitaha cxclu· sivamente a los chiquillos de edad escolar: se daba tam· bién a los inv:ílidos y a Jos ancianos; asi vemos un Padre Rada cargando sobre sus hombros hacia el conventocscuela inválidos y enfermos para que no perdieran las clases dominicales o nocturnas. No habia aún nacido a Francia un Lanenster, y ya un Padre Plascncia cns3yaba en Filipinas el sistema de "cnseiUlr-jugnndv" y el mét.odo monitoria!. Ni habia nacido tampoco a Espafia un San José de C:tlasanz, y nqui nuestro primer obispo, Fray Domingo de Sala.zar, buscaba el medio de cómo hacer la ense1ianza gr:ttuita para <>I pobre. ( 11 Reseña Histórica de San Agustín" y "Catálogo Biogrdfico de los Religiosos Franciscanos") Estábamos todavfo. en el siglo dieCiséis, en que la oposición a li~ enf'ieñanza popular na mucho más mercada que en los dias del Gobernador de Yirginia, y ya nqui en i'Vfonih .se celebraba el primer Congreso Educacional con el fin, no sólo de unificar la enseñanza en el paJs, sino <le popularizarla y afianzarla más y m:is. Es, en verdad, sorprendente que ~n una. fochn tnn r<>mot.n como rl año 1582, en que aún lns naciones m:ís cultas descuidaban In educación de bi:i masas, aqut en Filipinas se la hiciern obligatoria, dánrlose igunl oportunidad al pobre. Y se acordó: Primero: Cada ciudad, distrito y barrio distante, tendrá dos escuelas primarias, una para niños y otra para niñas. Segundo: Todos los jóven~s. sean de familias ricas o pobres, han de asistir a las clases, y los pedres de los niños católicos tienen la obligación de ce.operar a ello. Tercero: Para mejor cumplir ccn la obligeción de la asistencia a la escuela, se hará una lista de curmtos deban asistir a la misma, In cunl se lt'!erá en clMe guardándose nota de los ausentes. Cuarto: A más d<'l sacerdote o religioso-párroco, se eligirán instruetr.rr.s o maestros entre los entendidos del pueblo o distrito. Quinto: El salario a dichos maestros será pag!ldo por los paricnt.cs de los discipuk .. s. Sexto: Las familias pobres (y no perdamos d<' vista la fecha de 1582), que no pueden· pagar por h enseñanza. de sus hijos sin gran inconveniente, serán ~xcusados de pagar, entcnrlida la. oblig:~ción de enviar sus hijos a. la escuela, y fos misionc>ros abonur:ín los gastos, que se deducirán en este caso, de los fondos dr In Iglesia, n mrmcra de limosna. Séptimo: Lo que se dice dí'l 5n.brio a los instructores Sf'glarcs o maestros, entiéndcse también drl f'quipo y matnial de la cnse1ianza. Octavo: El currl.culum mínimum sc1·:l.: Doctrina Cristiana, Lectura, Escriturn, Aritmética, y Buenas Costumbres. Es decir: bs 3 RR d" aqu<>I t•ntonccs, más re.liidón y mor:tl. (cf. "Tl1r C.i1'1'.liur,-; of ,•Jie Phil· ippi11rs", Boston , 1911). P~ R~ IM ~ E_ R_c _o _N _G _R _E~S-º ~ º - E ~ HIS _P _A _N _1 _ s_ T_ A_ s_o_E~F _I_ L_ IP _ I_N_ A_S~~~~~~~¡9 Es, u.demás, sabido dP, todo:-; quf' h:1sta hu; artC's y oficios recibieron atención. Pardo de Tavcra, como un ejemplo, dice: "Lo.<; Frailes enseñaron ademds a SUl:i Jeligrese.i; artes y oficios ... la imprenta empezó a funcionar . . . ¡ e.<;cultore.<::, pintores y olrus arli;itas . . . se formaron. prontamente educados por los religiosos compctente11 . .. ; y las mujeres llegaron a gran al.tura en el arle del bordado. . . . Todos /.os edificio.<; de piedra que .<:;e fa.bricaban fur:ron lcvantado.i; bcijo la dirección de los doctrinero.<;." ("Reseña Histórica de Filipinafi", página 29). Scñorl'!s, l:S verdad que Filipinas fué el último n.rchipiélago de importancia descubierto por los exploradores c~pafioles; pero ciertamente no fué tardía en las Islas una enseñanza que se adelantó cien afios a la generalidad del mundo culto. No eran escasas las escuelas que igualaban al número de conventos esparcidos pc.r todos los pueblos cristianos del Archipiélago; ni tampoco eran pobres las escuelas albergadas en los referidos conventos, porque entonces el convento era el palacio del lugar; ni eran deficientes los maestros, en su mayorfa s1cerdotcs y religfosos, que entonces, como ahora, constitutan la inejor parte de la intelectualidad del pueblo; ni era, en fin, contraTio al pobre un sistema que procuraba medios para fa_vol'ccerla. Y cuando en el siglo diecinueve despertó la vieja Europa y determinó organizar toda ensefianza, Filipinas se mantuvo otra vez a la vanguardia con el decreto de 1863; y al convenir el mundo civilizado en que ua prÚiso establecer escuelas especiales para la preparación de maestros, se implantaron aquf las escuelas normales antes que en la inmensa. mayorfa de los pueblos civiliza.dos de Europa. La primera Normal da Maestras Filipinas-nota Azcona-es ocho años más antigua que la Normal de la muy culta y bella Parfs, dt Francia. Y no se crea que la enseñanza se limitaba a la C'lementaL Innumerables fueron los centros educacionales creados, donde florecieron las ciencias, las artes y las letras. Al siglo dieciséis pertenecieron los colegios mayores de San Agustin y Sa.n Francisco, como ta.mbién San Ignacio y el Sa'ntisimo Rosario, originándose de éste la famosa Universida.d de Sto. Tomás. Del mismo perfodo fueron San Pedro Mártir de los Dominicos, San Ildefonso de Jos Jesuitas, y el de señoritas de Santa Potenciana. Del siglo diecisiete nos quedan alln el Colegio-Seminario de San Jesé, el Colegio de San Juan de Letrán, y dos más para señoritas: Santa Isabel y Sant.a Catalina. En el siglo dieciocho ~parecieron Ja· Universidad de San Felipe, el Colegio de Orientales, la Escuela de Música, San Carlos de Cebú, Nuestra Señora del Rosario de Naga, y los nuevos CC'ntrns cducacionalas para mujeres: Santa Rita, San Sebastián y Santa Rosa. Pero donde el acopio de centros educacionales fué ma.yor, es en el siglo dif'cinueve. Y yo comprendo, Refiores mfos, que una lctanfa de nombres cansa, pero cada uno de ellos es una garantfa de nuestra cultura pa.sada. Sobresalieron : la Inmaculada Concepción de Vignn, Sa.n José de Jaro, Santa Isabel de Nueva Cáceres, el Colegio de la Compañia, la Concordia, la ConRolnción, la Asunción, San Alberto Magno, el AtC'nco lle Mn.nila, Santa Imeldn, San BuC'nnventura y San \'ict•nfr Ful'Cr; hl E!'.lcueln de A,z:ricult.ur:i, la de Conwreio y Lf'n,z:uil~, b tle N1\uticn, In de Botánica y In Academia de Bellas Artt's, la E:scuela Práctica Profesional de Artes y Oficios, con cursos avanzados en ! "1ecánica, Comercio, Agrimensura, Quimica y Electricidad; y más un centenar de "junior high school" que se conocieron con el nombre de " Lat.inidad('s". (" Hi.~tory of Educatfon in the Philippines" ). Con razón pudo decir el agente de NapolC'ón, monsieur Francis Depons: "Mientra~ España y sus leyes consideran las tierras conquistadaJ; como prolo1igació1t de España, los demds europeos miran a sus colonias como cebo para enriquecerse . . . por eso, los súbditos españoles consideran como verdadera patria cualquür lugar de su imperio. A úii sin salir de su propio pafs, pueden el criollo español y el indtgena tncaminar s1i ambfrión hacia lo que juzgan más ventajoso o má.~ conforme con su vocación; pues cuentan sus colonias con universidades, facultades de Derecho y Medicina, seminarios, obispos, canonjfas, prebendas, conventos, escuelas militareR, etcéitra, en tanto que la vocación del rriollo francés para la tribuna, la Iglesia, la soledad de los claustros, las armas y la medicina, no pueden satisfacer sino en la metrópoli, por faltar en nuestras colonias centros vocacionales y superiores de enseñanza." ("La 1 glesia en Filipinas", página 34). Espafia se propuso civilizar al mundo llevando n lejanas tierras lo que ella poseía., y consiguió fundar en cada colonia otra Espafia. Aquella civilización, lo admitimos, tenia sus defectos, como lo seguirá teniendo toda obra humana hasta que acabe el mundo. Pero era aquélla una civilización europea y cristiana que, entonces como ahora, se tenia por la más elevada. Y hablando de Filipinas, oigamos Jo que el protestante Frank C. Laubach tiene que decirnos: "España llevó a cabo en el primer periodo de su colonización lo que ninguna otra nación europea ha hecho jamás en el Oriente,· y lo hizo sin oprimir a los naturales del pats . .. .. En verdad, que muy poca justicia se ha hecho por escntores ingleses a aquel régimen colonial: España cambió la vida del fili pin!J, pero fué para bien. del mismo. Seamos una vez ju:;tos en admitir esta verdad histórica." (" The People of lhe Philippines", páginas 80 y 319). Si acaso ha llegado la hora, si por ventura han vuelto las aguas a su cauc~, me atreverfa ª. rog.ar a ~os señores congresistas estudiasen la conyemenc1a .º mconveniencia de formular dos resoluciones: Primera, elevar . una petición al .Comité N.acio!lal de Text.os, para que se revisen los hbros de historia y educación filipinas, que circulan por nucs~rns escuelas, expurgándolas de frases y relatos tergiversados, que hacen muy poco honor al r.égimen eoloni,al! y no están .. en consonancia con el sistema pedagog1co de atracc1on. Bonitos y entusiastas discur~os ~amos oyendo con ocasión de este Congreso de H1span1stas, pero me t~mo y ojalá me equivoque, que. no se haga más que agitar f'l viento y el eco de nuestras voces no llegue a resonM en las escuelas de la juventud i Segitnda, pedir al Gobierno de España, por medio de su dignisimo Ministro, ~os. a.umente las ~ceas para el Instituto de Cultura H1span~ca ~n Madrid, a ftn::or de congresistas y alumnos de mst1t1:1tc.s de es~anol en Filipinas, facilitándonos econ6m1eament.e .mas y más el acceso a sus aulas.. Supone un sacr1fic10 parn nuestra antigua i\:lc>t.rópoh, df!s1mgrad:L . en s~ lu~ha cont.rn el comunismo, sin que haya. ~adulo aun ~!ca­ t.rizar su~ hrridns por faltn dt' lllf'lhcin11s Y médtcos 20 DIARIO DE SESIONES en inicuo destierro. Pero nos ecordamos d<'. la pensión anual de varios centenares de miles de ducados que a costa de inauditos sacrificios, nos enviaba en el pasado vía Méjico. Pedirla un sacrificiei más sólo seria cosa de rutina. Pno C'stn Vf'Z, ha de :sn "º bf'nrficio drl Psp~i1ol. Y p~ra terminar, sei1orcs, quo no tcr.emos ti<'mpo pr>.m responder a todos los cargos hechos contra d sistema educacional de España, permítasflnos una considcr~ción. Durnntc la primera guerra mundial se cuidó de provccl' minuciosamente a los soldados de ahundantcs viveres. Empero iban cayendo enfermos, prci;entando todos .síntom:i.s desconocidos. Se hicieron cnsnyc.s, se practicaron experimentos, y concluyeron que algo esencial faltaba en la dieta: un:!s sustancies misteriosas, pero necesarir.s, qui'! llameron 11ilaf!1i11a.,. 'f¿1.mbién en nuestro siglo se ha prncticado toda rl:!se de ensiyos en las escuelas. El sistema es excelente.; el número <lr. escuelas, satisfactorio; la condición de las misrnv,s, muy buena. Centenr..rcs de entendidos emplea el Gohicrno en inspeeciona.r y · vela.r por la buena marcho. de la cnsciianza en lr.s Islas. Miles de pesos gastan lc,s pr.dres de los niños, sobre los centenares de miles del Gobicmo, en mejorar h educación dr. la juventud. Y a pesar de todo, encont.ramos que falta elg). No :icertamos a vc:r qué, pNo algo falta. Raro es C'l día que no leamos en c~l pNiódico dir..rio un asesinato, un robo, un suicidio, un :~traco, etcét.cra. Los ancianos nos dicen qu<' Nito no suct.dfa antcR. Se buscan causas, se estudian datos, se :l.doptan mC'didas, se ponr.n a dispoi->ición de lr..s NIClwlr.s todos los :ulebntos rnGdernos. Pero, Rin cfocto. Los qu~ estudiaron a h!!.se del sistema antiguo dicen que era más elásicc y trndieional que el que :!hora tenemos; j)No esto sólo no lo explica. fü~, zón hay para dejarle e ir a lo práctico. Otra causa para abandonar el antiguo, es que daban mucha. importancia. a los valorC's cspiritu:dos. Pudieran ser aquéllos las vi t.aminas que faltim ni modnno ... ? He dicho. DISCURSO DE DON FllANCISCO LIONGSON El PnEs11>1-::..in~ DE T1:nNo. Corrr.spondc ahora C'l llfiO de h pnlabrn a Don Frnncisco Liongson, i\1iC'mbro de la Ac2dl'mia Filipina, eorrcspondi<':ntE' de la Real Espnfloln, y Presidente dd Circulo Escénico. El Sn. LmNGsox. Ilustre Presidente; distinguidos miembros dc.f Primn Congreso <lc Hisp~nistas de Filipinas; damas y cah:\llcros: L~ voz de la Historia una. vez má.s lanza su llamamiento bi!jo nuestro cielo; d grito de la raza vuelve a reson1~r en tiel"l'l',s filipinas, con ecos de recriminación y rf'con\·ención de p\h'blos hermanos, que nos recuerdan nuestra prc.J!;,•nie común Y·. nuestro :~bolcngo, al par (}Ue nuestros oidos p.~ rciben, tr:~idos por el viento entre sus t?.ll!s, 1tccntos dulces y t.i('rnos de canción de cuna; sul'lurros de amor y ternurn, que sólo pueden modul:ir unos labios santo:; de nrndr~ olvidada. Filipinas, respondiendo n ese llamamiento y a f'Sns VOC('S, y no pudiendo nl'J?;:!r su propi:\ historia, y nwnos dudnr df' í'll oril'(C'll lt>,e:í!imo y sagrado, ha <l<>ci· tlido c~·ldm1r f'Sft> ConJ:?;rC'~o, que súlo hijos d<>pr:wados y desn3,1 uraliza.dos pueden mimr con odio r con rencor. Congreso, no de sabios ni doctos, ni menos de grandes genios que prctendfln gui::i.r a nuC'stro pueblo pnr lol" derroteros ·de su vida polít.ica, económica o nacional; sino <l<' filipinos orgullosos dC'I p~sado de su pa.triu. y ciue trat;•.n de r<>vivir y pC'rprtu:~r Jos innwnsos \·alorC's que <>Sr p::i.s2do C'nciNm; Y:tlorC's quC' se sintc>tiz:in r cxprrsan con una sola p:tlahr:i: H1srA:"1D.\D. HispanidBd con que la Providencia ha ciunido sdlu.r nuestra existencia¡ hispanidad de la que no podemos 2islurnos ni <lcs1Jntendernos; hispr..nidad que palpit.a y l:!tC' en todo pecho filipino leal y noblC'; hispanidad que vib_ rn y resplandece en cada c~pítulo y en ceda p:ígina dc nurstra historia. D<l.mas y caball0ros: rl pur.blo filipino ha. t.rans· puesto los umbrales d<' la m2rlurez y h:i asumido todas las l'(!SponsebilidadC's de una nación libre; y titmpo es ya, de que dr.ndo fé de esa madurez y de l'S:l responsuhilidr..d se haga justicia a si mismo. ;.Cómo·~ Comflnzando por hacer con~tar con cc.ractNcs bien claros y definidos, grabe.dos al fuego y en granitG, su certificadc. <l<' nacimi~:mto, que est:\bl<'ce y nfirma su !!.SC<'ndcncia y progenie hispanas: no por la sanf?:rc ni por razones ét.nicas, no por In raza ni el color, que se prestan n vMiadas mixt.ificaciones y son mat.nias fáciles · d!l adultcreción; sino por otros e lemento~ más Yitales y perpetuos, por otros rasgos perennes e imborrehles; su c?.tolicismo y su civilbmciún, que son C'I sr.llo <'XCC'lso dn h hispt?.nidad. ExtC'ntlamos una mirnd:t haci:~ Jos ot.1 :os pu!lhlos vrcinoí' tic Filipi11:1.s; rrcorrnmos en un \'llPlo intfL~i­ n:~rio t.otl:>.s bs isbs y continrnt.fls cine nos ro1h~an; :rna.lic('rnos los msgos más notablrs que camct.Mizan a c::i.da grupo d(! los qu..; componfln el va~f.o element.o humano que llena est.a parte del globo; y nurstros ojos comprobarán, para orgullo nuest.ro y asombro de extraños, que sólo bajo los cielos de Filipinas se ve el maravilloso espectáculo, de que en cada pueblo y barrio importante de esta perla de nuestros amores, se levanta una iglC'sin. o una. humilde ermitn, donde se yergue ma.jcstuosJ. la Cruz de In Redención, como emblf':rna ine.quívoco de fe y catolicismo; y el que dice catolicismv, dice civiliw.ción; y el que dice civilización, dice cultura: civilización y cultura sembrados en nuestro suC'lo y cult.ivados por i\.fagall:rncs y sus sucesorrs, p:tr:\ darnos dignid:~d de humancos, conciencia dE>; pueblo homogénC'o y unido y casta. de hisp:"!.nid:\.d: sa.cra hcrf'nci:\ y di\'ino tesoro que nos cualifica cerno n:lción sobn:in11, qur l:a Esp2ita conquist.adora de mundos supo lrg:tr a todos los puebks en cuyo suC'lo flamC'ó gloriosa 1•sa b:rndrra madr!l de vf'intiuna rep(1blic:~s. Mu cho se ha habl?.do y se habla de hisp<tnid1~d en estc,s días, con motivo de este Primer Congr<'SO dr. Hispanist:is que se celebra en Filipinas y por l:i fecha scfmlada. para conmpmornr ese dfa único en la Historia Universal: C'l Día de In Hispanidad. Y ésta l~S la mrjor ocro,sión para Filipinas, como nación sobcra.na, de detc>nC'r por un momr.nt.o sus p:i_sos, \'Olvicndo b mirada haci:~ atr:\s; no para convertirse en estatua dr s:tl corno b mnj<'r díl Lot., sino para recordar cuál fué su origC'n y r!lndir el cult.o d!lbido a su pasado histórico, que t'S también el pasado histórico de todos Jos pul'hlos dC' la hispanidad. Yo ontirndo que ílste C'ong1wm <lf'b<' ser, prt>ci!"l:\rncntr, r.so: un :tito en el camino; un :iislamim1to, siqui<'l':t momrnt:ÍnC'o, de todo lo artificioso, pol"ti.zo r biso q1w PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 21 <'nvu('Jvc n nuestro ser como filipinos ; que ha cont.ribuido y contribuye :?. ddorm~. r y cericaturizar nuestra figure y nuestro tipo vcrd2.dcr<. y real, 2.sí como a adult.crar y falsc:ir nuestro cspiritu genuino y legítimo. Y aprovccht\ndo este <ti!'.il:i.micnto, hagamos un cx~,mcn dt· c<,ncicncb y tcng;»mox C'I cora,jc :mficicntc de con_f('!:iar nuest.n..'.S culpt'.!i y falta~. ccn firme propósito de cnmil'nd;l y rC'ctificr.ción. 8i loi:i quilates clf~ graudcza y civilización de\ una. nación se midieran por l:•.s cualidades mornlcs y cívic~.s de su!:i ciudadan<:s, por sus costumbres y hábitos de dignidad, disciplina y temor de Dios, yo me atrevería tt afirmar que, dcsgraci2d2mcntc, mucho hemos perdido en ese sentido en el curso de estos cincuenta afios que llev&mos de siglo, debido a haber estado sometidos a inHuencias extrafias, que :J,quí han implantado rl la.icismo en las escuelas y el libertinaje en las costumhrcs, procurando tv..mbién u.pegar los resplandores rlc un:~ lengua. con la que ¡i.prendimos a creer en Dios y :•.m<>,r ll la patria. Aleuciones funestas que hv..n devaluado el oro legítimo de nuestra mono.I; ahogimdo con t•llo lent:i, pero eficazmente, nuestras mejores cualicl:-.des y virtudes; minando los cimientos que servían de base a la estructura. de nuestra personalidad como pueblo y como nación, hasta ti extremo de inducirnos a suplantar nuestra fe de bautismo, falsee.ndo la ascendencia materna que nos <lió fo. vida y la existencia. Y si no se ha perdido todo; si eun nos quedan csper:tnzes de volver a levantar y reconstruir lo destruido P-S porque parte de esa estructura se mantiene en pie, grncias a la labor tenaz y perscvemnte de los ministros de la Iglesia y de los crntros de ensNlanza. privados, donde se enscirn a la juventud t'l temor a Dios y la obc~ diencii~ al Decálogo, y grncias a ese espfritu de hispanidad que toclavia alienta y vive en aljtttnas capas de nuestro mundo soci:d y político. Espíritu de hispanidad con el que se h~n ido tejiendo los lazos que dieron consistencia y realidad al concepto cristiano de la familia. y del hogar nativ1.s; espíritu de hispanidad que nos in· culeó el respeto al superior, la obediencia a la ley y el ~»catamiento al orden soei2l ('Stablccido por el Derecho Natural; cspiritu de hispanidad que se revela y mani· fiesta en fas sagradas páginas del jjNoli", en los versos inmortales del "Ultimo Adiós," en la constitución de la primera República y en ln.s actas del Congreso de Mrdolos; perpetuado en las brillantes ponencias de nuestros ma.gist.rn.dos, en bs inspimd~s y sublimes <irmor,fas que brotaron de la. lira de nuestros poetu.s nacionales, y en las ornciones p~rlamentaria . .; de nuestros más f!,l':tndes tribunos. Espíritu de hispanidad <1uc vibra y rpsuena en nombres de provir.ci<~s, pueblos y b!!.rriad:~s, calles y avenidas, plazas y luf!,ares de nuestro :;uclo; C8pírit.u de hispan.id:td que moldfó y formó "l alma y el cerebro de lv..s figuras m:ís rut.ilantcs y cgregi:ts <le nuestra historia; espíritu de hispanidad que ::;e resiste :i desaparecer y a ser aniquilu.do, del cud nuestros propios nombres y apellidos son un constante recordatorio, al par que una severa rccriminr.ción :t nu~~st rn 'indiferenci:i rayan:~ en olvido, u. lo que es csenci:~ y :\lma de nucstrn propi;t existencia. Nuestrn ~rnt.itud :'.l grnn pueblo nortc111ncric:rno, como riue:;t ro mr.nt.or y ~ufa C'n los métodos democráticos de 1-!;0bicrno, h:~st:t llegr,r a conct•dt\fllOS un:i. indf"pcnclcncia rrl"pdd:td:~ por su prestigio y poderío, no debe ser motivo ni causo. para olvid1ir, ni menos dcprc· ci:~.r, los :;agrados htzos que nos lig:m a l:t Hisp~nid.id. Y i::i ant<'s, hajo una tutda o presión c-xtru.ila, se ll<'gÓ a b relajación de esos lazos, y h~stn a clddar y despreciar sus velo res positivos, :>.hore h:!. llcg2do el momento de que h~g:unos un b.llancc de nuC'Mro r.cervo cultur:!I y mor~d, y de !'.cuerdo con ese h:d:rncc nos determinemos a rccupcrnr y restaurar lo pcrdidn: primero, implanl<!.ndo la. instrucción rcligios:•. ohligatori;•, en tod.+.s ltts <'seuel:>,s y colegios de la n:•.ción, para qui' <'I filipino no !'ólo sepa leer y escribir, pensar y di~· cutir, gobernar y nmndv.r; sino que también conozc:,, lo que es creer en Dios y 1•.mar al prójimo: piedras ;rnguh•.res y bases impresdndibles para que en tod:~ comunidad reinen la paz y el orden, la libertad, la igualdad y la fraternidad en su vt:rdadero ccncepto cristiano y puro. Y segundo, dando a la ensefianza del idioma español todos los privilegios y prerrogativas a que tiene derecho, no sólo como instrumento de eult.ura y civilización, sino porque pam nosotros fué el puente de oro y la Ha.ve mágica que no5 abrió .'..'l camino y nos franqu<'ó el sendero que conducen o la manumisión y a h propia soberanía¡ y no tratar a ese idioma como a una Cenicienta. o una pordiosera, que tiene que mendigar un hueco mísero y oscuro en nuestras escuelas y uni\·cr· sida.des, olvidando que en esa lengua aprendieron nucs· tros héroes y mártireg, nuestros caudillos y estadistas fo que valen y significan estas tres palebras: Dios, patria y libertad. Sólo asi demostraremos al mundo que Filipines es como debe ser; sólo a.si brillará para nosotros en todo su esplendor el sol de nuestra enseña, sin que las generaciones futuras puedan culparnos de haber perdido y destruido tesoros de tanto v;.dor, legados a nuestros padres y abuelos como coparticipes de esa hispanidad que hoy conmemoramos. Que este Congreso, damas y C<tb:illcros, !-;Ca el primer p:~so que nos oriente a tan nobles fines ; la voz cva.ngé· lica de ''levántate y anda." pam ese ID,bor de rectifi· cr.ci6n y desagravio; el toque de alerta. que despierte de su letargo, no sólo a los elementos hisp:rnist.as de Filipinas, sino a todo filipino orgulloso de serlo; para que, unidos y organizados, nos decidmnos a emprendet' esa cr!.mpafia de renfirme.ción en nuestro origen histórico, de rectificación de pasados errores y de adhesión cálida, sincera, ferviente y cntusi<!sta :~ ese grupo de naciones que piensan y sienten como nosotros, porque al igual que nosotros aman y odian, rfon y lloran, cantan y oran en <'I mismo idioma, y con nosotro:; bebieron <le la misma fuente y heredaron de una nu•.dw común les altos conceptos de hidalguía, cnballerosidad y fo en Dios, que no tienen precio ni son cot.iz:tblf's en el mercado del oro, porque no pueden compmrsr, puesto que sólo se adquieren por derecho de sucesión. DISCURSO DEL HON .. SR. FEHNANDO LÓPEZ El PRESIDENTE DE Tl'RNO. Ahora nos dirigir:\ l:\ palabrn el Honorable Sclior Fernando López, Vic<'prcsidente de Filipinas y Vicepresidente Honc·rat-io dt•I Primer Congreso de Hispanist:!s. El HoN. SR. LórEz. Distinguidos miembros ele este Congrrso; dam;"?.s y cn.b:tllcros: Efusiv:l y cordiidmentc, yo os Í<'licil:o por In brill:!nte idee que habéis tenido de orgim1z~•, r este Cc.ngreso de cultos y sabios hisp¡!nistns, en un periodo de nuestrn histori:~ n:-..ciorrnl en que todas bs fibras 22 DIARIO DE SESIONES de Ja vida del pais f'stán sufriendo una viva y fuerte rnnovación, una espC'cie de remozamiento de todas las savias espirituales de la taza filipina. Vosotros sois los legítimos y auténticos herederos de los gloriosos lauros espirituales, ganados por los anti~uos cruzados del Hispanismo que os precedieron en el camino de la lucha para conservar, defender y mejorar el tesoro espiritual de la cultura hispánica de nuestra querida Patria. Es vuestro deber conservar este bendito legado para las generaciones del porvenir, no sólo para que sirva de base sólida al edificio de la unid::i.d y libertad de Filipinas, sino también para que forme el núcleo de la cadena de ensueños y esperanzas en que cifraron sus vidas y sus fortunas otros hombres, tan grandes y tan patriotas como vosotros, pero menos afortunados que vosotrcs, porque mientras vosotros veis resplandecer Ja nueva aurora, ellos, en cambio, cayeron en la noche de los tiempos, sin ver granar la semilla que echaron en el surco. Como vosotros, yo también me doy cuCnta de la suprema import.ancia y profunda significación de la Fiesta de la Raza, hoy llamada más _ propiament.e Día de la Hispanidad. En esta efemérides se celebra el aniversario del descubrimiento de América, que tuvo lugar el 12 de octubre de 1492, cu:indo el intrépido navegante Cristóbal Colón desembarcó en la isla de San Salvador y, luego, tomó posesión de las tierras de América en nombre de los Reyes Católicon, Isabel y Fernando, de Españ.a. Cuanto más estudiamos la gloriosa hazaña del gran almirante Cristóbal Colón, bajo Ja égida del gobierno españd, tanto más nos daremos cuenta -de la magnifica y saludable influencia que tan alta ejecutoria ejerció y sigue ejerciendo en el estado social y poUtico del mundo. Aquello no fué S(l)amente un mero descubrimiento de tierras. Aquello implicaba una verdadera floración ideológica , una súbita mutación del pensamiento de In. Humanidad y un cn.mbio radical y completo del estado del individuo y de la sociedad de entonces. Antes del descubrimiento de América había en Europa una mza que se ereia superior, amparándose en las tcorias y principios del antiguo paganismo: era la raza creada por el emperador Julio César que habfa acaparado el dominio y la hegemonfa sobre todas las partes conocidas del globo descubierto. La hazal}a colombina tuvo sus repercusiones en la primera comprobación práct.ica de la redondez de la tierra por Sebastián Elcano, y en el hallazgo de las Islas Filipinas por Hernando do ·:\1 Iagalfo.nes el dta 16 de marzo de 1521. Si en vez de la. España de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando,-la España propaga.dora y defensora del Catolicismo, hubiese sido la Roma de los Cé,,arcs y de los emperadores la que hubiese descubierto lns Américns y l,\s Filipinas, tal V<'Z el destino de los pueblos dcscubicrt.cs y civilizados hubiera sido no sólo muy distinto, sino también muy triste y doloroso. Loado sen. Dios, que en sus r·mhios designios ha permitido que Espai\a, una n:tción tan noble y buena, hay1~ venido n nuestro sucio para convertirnos al Cristianismo, parn que, lll<Ís tarde, de la amalgama <le elementas de varias culturas extranjeras, transfundidas en las substancias de la raza malaya, pudiera sur~ir definitivamente la raza propia, la rnza filipina, cristiana y democrática, libre y soberana. Los descubridores y misioneros csp?..ñoles que vinieron a Filipinas en los comienzos del siglo dieciséis, nos trajeron y enseñaron el idioma ca:;;tellano, puro y castizo, el mismo idioma que hablaron Cnvantes, los dos Luises, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y otros genios lit.erarios cspa1ioles. Y nosotros, los filipinos, no sólo hemos aprendido en el andar de los t.icmpos tan sin igual lenguajf', sino que también lo hemos perfeccionado y embellecido con las filigranas d!'I ingenio nativo. Nuestros grandes portaliras como Apóstol , Palma, Guerrero, Paterno, Balmori y otros, le dotaron de nuevos ritmos y armonías. Pens~dores y filósofos como Rizal, }fabini, Dcil Pilar, Pardo de Tavcra, Ponce, Epifanio de Jos Santos y otros lo hermosenron con la elevación de sus pensamientos y la. energfa viril de su estilo. Oradores, como Graciano López J.aena, Macario Adriático, l\fanuel L. Quezon, Tomás G. del Rosario, Dominador Gómez, Nlanud Rávago y otros, hicieron vibrar en el lenguaje español las ansias y aspiraciones de la. Raza, que, superando todos los obstáculos del momento, no descansó hasta ver hecho carne su sueño de libertad e independencia.. Señores congresistas, aprovechemos esta oportunidv,d para rendir un homenaje cordial y sentido a Jos hispanistas del pasado, a los gloriosos cruzados de la cultura hispánica: a José Rizal, ~farcelo del Pilar, Graciano López Jacna, los hermanos Luna, Pardo de Ta.vera y Palma, Cayetnno Arellano y tantos otros llorados cabal!eros de la plum::i., que nos precedieron en la dificultosa jornada de luchar y trabaja,r por la c&nscrvación y propagación en estas latitudes de la. cultura hispánica y del idioma español. Y ya que estamos congregados en los salones de t~sta Universidad, tampoco debP.mos olvidarnos de la brillante labor de los fundadores y directores del Centro Escolar de Señoritas como pedagogos y como entusiastas hispanistas. Anta1io babia aqu( dos colegios: El Centro Escolar de Varones, fundado por los hispanistas Fernando Salas y Josué Soncuya, y El Centro Escolar de Sefi.oritas. El Cent.ro de Varones desapareció juntamente con sus fundadores. Pero el Centro Escolar de Señoritas todavía vive y florece. Sean nuestros más sinceros elogios y nuestra gratitud, para esta alma mater de las madres y heroínas filipinas d!'l porvenir; especi:\lmcntc para la nunca bastante llorada Librada Avelino, cuya santa memoria y noble ej<'mplo todavh~ sirven de estímulo e inspiración a las aetual!'s directorns, profcsoraR y alumnas de <'Stc ilustre centro de cnscfi.a.nza.. Ella fué en vida una gran htborante y df'fcusora df'I idioma castell:mo. Si, como dijo el gmn C'scritor inglés S:unuel Johnson, "el lenguaje es f'I parent!'sco de las nncioncs", por medio del lenguaje espafi.ol nosotros, los filipinos, nos h!'mos ""mparentado" C'spiritu!'llmente con todos los pueblos y hombr('S hispancparlnntN1 de la t.inrn. L:i cultura C'S el verdadero barómetro de In libertad y dt>I prol(res(). Ln prosp<-ridad de un puP.blo no depende de la abundancia de sus recursos, n.i de la belleza PRIMER CONGRESO DE HISPANISTAS DE FILIPINAS 23 de sus cdificioi. públicos_, ni de h~ potencia y estabilidad de sus arsenales y baluartN; mílit:-.rcs; sino principalm('ntc del n úmcro de su~ ciudadanos dotados de cultura, de ilustración, de conciencia civic:i, de caráctn y de virtud. Vosctros, loR hispanistas, sois lo8 nobles apóstoles de un nuevo idealismo; los nuevos Quijotes que vuelven a enristrar 8UR lanzas de hidalgos, no para luchar ce.otra vanos inútiles molinos de viento, sino para afrontar In realidad, para sentir h~s palpitaciones y latidos del alma y del corazón de la Patria, para compenetraros de sus engustias y pesares, y, finalmente, para c;)mpartir con la Patria idolatrada los ensueños y las esperanzas de un porvenir de progrese, de p?.z, de gloria y de felicidad. Señores congresistas, estoy con vosotros . hoy, porque, come vosotros, quiero, pienso y traba.jo p2.ra que la cult.u1·a hispana no desaparezca de Filipin~.s y para que el idioma castellano continúe siendo hoy, como ayer y como mañan:~, uno de los idiom:>.s ofiei:i.les del pueblo y del gobierno de Filipinas. Hubo un tiempo en que el español parecía atravesar su más terrible crisis en nuestro pais. Hasta se llegó a temer que, tal vez, desapareciera de Filipinas, reemplaza.do por el inglés y por el t.agalo. Para. fortUn:i nuestra, durante estos últimos años, se ha observe.do uml, verdadera reacción, un súbito despertar, un rentJ.cimiento fuutc y vigoroso del idioma hispano. No sólo en la prensa, en Ja tribuna y en Jos centros y estrados de enseñanza se alzó Ja voz de alerta para la conservación del castellano. El vigoroso cica.je alcr.nzó ha.str. el mismo Congreso legislativo h:>.sta entonces reti.cio o indiferente. Fué cuando se presentó y se aprobó el proyecto de ley del Senador Vicente Sotto. Yo, entonces, era todavía miembro del Senado, y, como senador, VQté y trabajé para que el proyecto de Sotto se convirt.iera en ley, porque tenfa, como sigo teniendü, Ja firme convicción de que los filipinos nc.cesitamos de este lenguaje para conservar los vestigios de nueRtra :»ntigua y gloriosa tredición y como medio para promover la paz entre muchos pueblos de la tierra. Vosotros, como verdaderos hombres de cultur:», tenéis en vuestras manos la chive de la solución de muchos problemas nacionales. Es vuestro privilegio y vuestro orgullo, como lo son t1lmhién mios, tr:>.b:1.ja.r por nuestra Patria. La República Filipinn. confronta hoy muchisimos problemas de primordial importancia, y uno de ellos es el palpitante problema económico. En estos momentos criticos, dcbC'mos mejorar y estabilizar la C'cone;mfo. de Filipinas. Necesitamos reorganizar nuestms finanzas. Debemos aumentar la producción interna y, a.l propio tiempo, poner frenos y corta.pisas ni desequilibrio del comercio exterior e internaeic.nal, :ti :tgiotaje y l'.l estraperlo, asi como a las manipulaciones monetarias y comerciales que puedn.n mermar, desnivC'l:1.r y hasta destruir nuestra eshtbilide,d financiera. El Gobierno está. adoptando todas las medidas y precaucion('s nccesari:ls para evitar una. crisis rn todos los sentidos. PNo ('S neces:tria b C(\opernción sincera y enh1sinsl.a dd purhlo, par:l <JUC', cu:mdo :::.e pongan en práct.ica las nuevas medidas lc¡¡!;islatiYas y :tdminist r:\f.ivas, podamos ofrecer prnebas de un máximo grado de <'ficicncia. En lo que respecta a nuestras rclacionrs con España, podemos e.segurar que la Repúblicl\ Filipin:-> hP. sido una de las naciones que gustC'sementl' concl'rtó con ella un tratado de amistad. Como sen2.dor, fui yo uno de los que votaron y trabajaron para quf' es<' Tratado futra ratificn.do por el Senado. L:t nc:rm:•, de nuestra actitud hacia España, f':S sólo vl'r en rlb a fo. vieja madre, que, en este período critico de la histori:!, :>.I ver a su hija Filipinas hecha. una nación libre e indC'pendicnte, vuelve h~cia. ella los e.jos impregm~dos de dulce añoranza y el corazón est.remccido por la no~;­ talgir. y el recuerdo perdurable. L~ histeria del Hispanismo está directament" ligt?.da con la historia de Filipinas. No se puede escribir nuestra historia sin incluir en ella capitulos vibrantes de la historia del lenguaje castellano y de la cultura españoh en Filipin2.s. El lenguaje es el barómetro del pensamiento y d('I carácter de un pueblo. Según el gran escritor inglés Colcridge "el lenguaje es f'I arsenal de Ja inteligencia humana, y, al mismo tiempo, ccntif':ne los trofeos de su p:>.sado y les i~ rmas de sus futurns conquistas." Lo mejor del tesoro histórico de Filipinas l'Stá escrito en cestcllP..no. Los fundadores de la Nr.ción 'filipina, desde los gloriosos días de los mártires de la P~tria, los Padres Burgos, Gómez y Zamom, hr.str.. la hore. de la ema.ncip~.ción completa y definitiva, empicaron el castelkmo en sus trabajos de propa¡z;2.nda patriótica. Con justr.. razón puede decirse que el castellano fué y es aún el idioma del Naeionali~mo filipino. ¡Adelante, Czb?,lleros del Hispanismo! Desde las vet.ustas y derruidas torres de las iglesias y colegios antiguos, cuatrocieotos años de cultura hispn.n~ Qs contemplan. ¡Adelante, cruzado6 de unr. glorioi:.a culture, defensores de un ideal sagrado, apóstoles de la tradición y sabiduria de una Raza! Proseguid vuestra noble labc.r y sed dignos de la confianza y de las esperanzas que una Patria libre y fuerte ha puesto en vuestras manos aptas y mtpaccs y en vuesttos espíritus que han Tf'COgido la esencia de un~. santa. y sublime filipinidad. ¡Dios y la Patria estuin con vosotros en los r.ct.os y deliberacioMs de este ilustr<' Congreso! Muchas graci:is. CARTA DEL SPEAKER DE LA CÁ}IARA DE REPRESENTANTES El Pni::s1DENTE DE TuRNO. El Secretario del Congreso se servirá leer la carta que se ha recibido del Presidente (Spea~·er) de la Cámara de Representantes, dirigida al que tiene la honra de presidir esta sesión. El St:CUJ.:TAIUO: ":\-fanil:i, 10 de octubre d" 1950. "Hon. Manud C. Brion('s, "Pr('sidente de Turno ('n la &-gunda Sesión 11 rll'l PrimN ConJ(r('so df': Hisp:mis.l:!s d1• "Filipina:--:, "Universidad del Centro Ese.ciar, "~lnnil:~. 24 DIARIO DE SESIONES "2\foy S<!iior mío y amigo: "Deberes oficiales ineludibles, cuyo dcsempcf10 coinciden desgraciadamente con la hora fiJ~.d:~ p:i r.t la celebración de la Segunda Sesión d<'l Prim<'r Congreso de Hispanist~s de Filipinas, a la que he sido invitado para estar en ella como huésped <le honor, ht!ccn impo!5iblc mi presencia en ese recinto. "Esto no obstante, quiero que conHlc que C'SJliritualmcntc estaré eon todos los Congresistas, a quienes ¡.¡~tJudo y deseo L·licitti.r pC}f los patrióticos y culturdr:-:> fines que los han reunido, deseándoles d mismo tiempo rotundo Jcgro en sus planes y dclibcn·.cioncs. "Se reitera de V. muy a.tto. s. s. n Et' Gt:!OO Piuu" Speaker de la Cdmara de lleprc1Jc1tta11tc1/'. RE:l'1ISION DE PROYECTOS DE ltESOLUCIÚ~ AL COMITl1: DE RESOLUCIONES El PHESIDE1'T1: DE Tt'RNO. La :\-lesa c-rdena Ja remisión de todos los proyectos de resolución que obran en la secretaria de este Congr~so al CC'mité de Hcsolucioncs, con el ruego de que éste los estudie y los ckvuclve con la reccmend:1.ción corrci;pondicntc, P~" r:i. su considcr:.-.eión en l:~ i:;csióu <le maiiana. LE\'ANTA}IIENTO DE LA SESIÚ!'\ El PnESID1:N1'E DE Tl°n~o. Habiéndose cumplido con el programa correspondiente "' este di:t, y no habiendo ya asuntos <le qué tratu, se leyanta la. iresióu hasta maña.ne, a las cuatro y media d(; la t-ard<'. Eran las 7:00 p.m. t t t