Cronicas de Espana

Media

Part of Excelsior

Title
Cronicas de Espana
Language
Spanish
Year
1929
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
CROillCAS ~ STA vist~, no gana uno para sustos. Después de los días de intranquilidad pasados durante el viaje de Jimenez e Iglesias a las repúblicas sudamericanas, y cuando habíamos recobrado la calma, al verlo felizmente terminado, llenos nuestros av.iadore~ de merecidos laureles y esperábamos pasar una temporadita un poco tranquilos, he aquí que Franco, Ruiz de Alda, Gallarza y el mecánico Madariaga, se lanzan por e_::os aires de Dhs, a realizar la travesía Los Alcázarez, Islas Azores, Nueva York, y regreso; nada, como quien dice; y aquí nos tienen ustedes otra vez con el alma en un hilo, no un día ni dos sinó siete, y con la zozobra de ignorar donde se encontraban, y para colmo, oyendo noticias, que luego afortunadámente se desmentían, a ctiai inás pesimistas, pues tan pronto los señores de "hilo directo", nos decían que los aviadores habían de•;aparecido en las profundidades del óceano, como que habían aparerido, pero completamente carbonizados; ¡Así, para animarle a uno! Son inenarrablE>s los días de angustia pasados, pues como era lógico, no solo España sino el mundo entero, estaba apasionado por este vuelo empezado bajo tan felices auspicios, y en el que parecía el éxito descontado ya que se trataba de nuestros "ases" de la aviación, que tan acreditado tenían su prestigio. Por ello desde el momento en que se tuvo noticia de su partida ,empezó una verdadera fiebre por conseguir noticias, y al saberse su supuesta llegada a las Azores, se daba pOr segura la finalidad del v'.aje. Pronto empezó sin embargo la falta de noticias y con ella la intranquilidad fué en aumento; el transcurso de los días, sin conseguir nueva alguna, aumentó el pesimisino y mas al ver lo infructuoso de los trabajos que Inglaterra, Portugal, Italia, y Franéia, hacían en ayuda tan expontánea como generosa, ayuda que para España es una deuda C!e gi·atitud que no podrá jarr.as olvidar; el pesimismo l!egó a su límite, contrastando con el ánimo y el optimismo en la generalidad de nuestros aviadores, actitud que no decayó un solo instante, aun en aquellos momentos en que las esperanza~ de salvamento parecían perdidas, pues en cuantas ocasiones se hablaba a alguno de nuestros valerosos oficiales de aviación, daban siempre la seguridad de que los desaparecidos serían encontrados; pero este optimismo no era contagioso, y el que más y el que rr:enos, sentíamos el ánimo abatido, y la tristeza se enseñoreaba de nosotros. La conversación única en teatros, casinos, oficinas ete. giraba siempre en torno al suceso de actualidad; mientrás tanto seguían las nuevas contradictorias, y sin saber de donde, llegaba la del salvamento, que por desgracia no se confirmaba; en tal estado amaneció la mañana del 29, y la decoración varió Por completo con la noticia de que Franco y sus compañeros habían sido hallados, sanos sa!vos, y no obstante las penalidades y peligros sufridoo, con el hidro casi intacto, pues ellos en medio de su angustiosa situación habían tenido el cuidado de que el Dornier 16 se conservara en el mejor estado posible. ¡Hay Providencia indudablemente! Ella gu·ió al "Eagle" hacia el sitio en que el avión y sus tripulantes se encontraban, y precisamente pocos momentos antes de que-desalentadas las autoridades,-se ordenara la retirada de aeroplanos y buques españoles y extrangeros, terminando con ello sus pesquisas. Ella atenuó la borrasca que constituyó grave y nuevo peligro para los náufragos del Dornier, y para los elementos enviados en su busca; por eso podemos repetir. ¡Hay Providencia! Conocida la noticia del salvamento, que escarmentados por las recibidas en otras ocasiones en el mismo sentido, y no confirmadas después, no se creyó en un principio, y confirmado que se hubo oficialmente su exactitud el pueblo madrileño desafiando la pertinaz lluvia que caía, se echó a la calle, y empezaron las manifestaciones expontáneas, que son las más verdaderas. ¡ Jímenez e Iglesias, cogidos en hombros por la multitud entusiasmada presidieron una de ellas que se dirigió a la Embajada inglesa; el tránsito en algunas calles tuvo que interrumpirse por la cantidad de gente parada ante las pizanas de la prensa y ante el Aéro Club,--frente al que no se podía dar un paso,-en busca de de"Té Danzant" en el Manila Hotel, organizado por el "8<1chelorn Club" en hono1· a su Musa, la. Srtu. Nenitu Aranctu y al Comité de Se1ioritas. En la fotogrnfia apm·ecen: (Sentadas, de izq11ie1·da « derecha): Srtas. R. Súnico, F. Anido, R. José, C. Hcnson. La Musa del Club, P. de los Reyes, P. Zaba1·te, A. Lacson y E. Lerma. En la segunda fila, de pie: el P1·esidente, Sr. Angel M. Tuason, (centro) con los miemln-os de la Di>t·ectiua. "Laur iat Danzant" dado p01· el "Club Filipino" en su cdificfo social, que resultó un exilazo 7Jor s11 brillantez y 1mimaciól1, ,fliendo 1JO't' ello muy feliritrtdos los S1·,ul. N. Osme1la, L. Quimson y J. Litonj Ha, m·u<rnizorions de Ta .Nesta. (F111n T. \·. T.l talles, cosa dificil de obtener en aquellos momentos; la radio dió la noticia tan pronto le fué comunicada, y no se oía otra cosa en todo Madrid que palabras de alegría y de gratitud para quienes tan eficazmente nos han ayudado. En la mañana del 30 ¡;:;e celebró la manifestación ante las Embajadas de Inglaterra_ Portugal e Italia, viéndose concurridísima, y llenándose rápidamente de firmas, centenares de pliegos; ahora nos estamos preparando para la llegada a Madrid de los aviadores, pues es de esperar constituya un aconteeimiento, del que como es natural os tendré al· corriente. Otro acto celebrado en estos dias, por el elemento militar en el Ministerio del Ejército·, ha sido el banquete a Jimenez e Iglesias, fiesta en la que faltó alegría, pues todavía se ignoraba la suerte corrida por Franco y sus compañeros. El Presidente del Consejo pronunció un vibrante discurso, y ofreció la celebración de una verbena nocturna en los jardines del Ministerio, a la que a_sistirían los desaparecidos; esto os probará el optimismo del hombre que rige a España y es innegable su clarividencia pues horas desp0 ués llegaba la comprobación de su profecía, llenando de satisfacción a todos los españoles. Con la brillantez de siempre y con un resultado económico muy parecido al del pasado año, se ha celebrado la Fiesta de la Flor, a fin de allegar recursos para sostenimiento de los sanatorios antituberculosos. El día prestó a la fiesta sus mejores galas, y desde primera hora de la mañana, sufrimos los madrileños el ataque de bellas señoritas, que a cambio de un sablazo a nuestro bolsillo, nos prendían en la ~solapa la 1'imbólica florecilla, que lucían aristócratas y menestrales sin excepción, y algunos con verdadera esplend'dez, pues había solapas que desaparecían bajo un jardín de flores. La Reina e Infanta¡;:; l'ecorrieron algunos lugares repartiendo abundantes donativos. Los Jardines del Retiro dan comienzo a su temporada nocturna estival; en ellos actuará la compañía de género chico que ha terminado en el Teatro de Apolo, y ya que os hablo de este Coliseo, os diré que la noche del 30 ,de junio, finiquito como tal teatro. A él acudió el púb1ico llenándolo por completo, aplaudiendo frenéticamente "La ve1·bena dn la. Paloma" y "La Revoltosa"; al final, Pepe Moncayo el veterano actor, con palabras llenas de emoción se dirigió al público, para lamentar la desaparición de este teatro tan ligado a su vida artística. En uno de los entreactos el cronista de Madrid, Pedro de Répide, dió lectura a unas cuartillas, que fueron muy aplaudida¡;:;. En fin, un teatro menos ... un Banco más. ¡Así está el arte! En Jos teatros Chueca y Pardiñas actúan también compañías de género. chico, que resurge de sus cenizas como nuevo a11e fénix, a base de de zarzuelas antiguas, obras que justo es decir. lo, siguen gustando y atrayendo a la gente. Maravillosaménte restaurado por la Sociedad "Amigos del Arte", se inauguró hace pocas noche~ el Palacete de la Moncloa, en el Que dió un notable concierto nuestra admirable Band8 Municipal; Laura de Santelmo, la genial bailarina, amenizó la velada y García Sanchiz deleitó al auditorio con su fácil y amena palabra. A continuación se inició un animado baile. . . pero no pasó de iniciarse, pues una formidable tormenta de truenos, rayos y el diluvio, puso en dispersión a la aristocrática concurrencia allí congregada, la cual poco menos que a nado se encaminó en busca de sus Rolls, Paclcards y Fiats. Todo esto han dado de sí estos días, desde mi última comunicación con vosotros. Afortunadamente las tristezas con que se inició esta crónica, han desaparecido, y Dios mediante mi próxima confío que no tendrá ninguna nota que amargue nuestros espíritus ya que para evitarlo guardo silencio resp~cto a la "felpa" que Schemelling ha propinado a nuestro compatriota Uzcudum, cosa que ha sumido en la aflicción a los amantes del puñetazo libre. Pero ya es conocido mi ci-iterio sobre el boxeo, y de ciertas cosas, vale más no h.ablar. UN SEÑOR DE LA CORTE.