El timo de los 'Talkies'

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Title
El timo de los 'Talkies'
Language
Spanish
Year
1929
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
o---====---~---===~-o ¿ !' .. ;~·;~;~·-~·;··~~;··;~;·~~~·~;;;·;····: A y """'"'"'"'"'"'"'"'"'"'""'"'"'"'"""'""""'"'"'"'"'"'""''""'"''""'"'"'"'"'"'"""'"'"'"'"'"'"'"""""'"'"'"'"''"'""'''''''"' y ~---====---~---====---~ Por FrnEL ROJO '~H'- STOS son los días del timo. El timo de los {,.- -,-_.,,: sellos de correos. El "tim~ de la.s let~~s", si ;.;~ hemos de creerles a Lucio y S1mphc10. El .... -;;· 'l timo de los "millones de Quezon", ·si he-· mos de darle fe al general detective, de que nos habla el senador Rodriguez. Bueno, a todo esto, añádase el tiino de los talkies, o de las peliculas parlantes, que son el plato de la hora. Y no es porque tales películas no sean verdaderamente parlantes. sino por el sentimiento de haber sido defraudado en sus seperanzas el espectador, en su primera audición. Quizás sea por la falta de costumbre, p~ro es lo cierto que estas cintas sonoras dejan un mal sabor de boca, un ansia insatisfecha, después de paladeadas. Algo asi como la sensacion del que cree acudir a un opiparo festin y se deja en la mesa la mitad de su apetito. Como cinta muda no satisface. Como drama hablado, menos. Una audición fonográfica o radiofónica es mil veces mejor. Es una película descastada. Como esas eriaturas de postguerra, amorfas y asexuales. De todo un poco. Pero que en vez de abarcar lo mejor de cada cosa, cultiva lo peor. Ha perdido el gesto quintaesenciado de la rn:rnica, que sin hablar nada lo dice todo---la cumbre de perfección a que ha llegado la cinema. tografia muda-; mientra·s por otra parte, no tiene la naturalidad y sencillez del teatro moderno, porque, merced a la labor combinada de amplificadores y alto-parlantes. lo que gana la voz de los artistas en volumen y cantidad lo pierde en color y calidad. La voz se despoja de toda su cálida entonación humana, al atravesar el complicado mecanismo de los aparatos reproductores del sonido, para convertirse en un aullido metá1ico y frío, siempre igual y monótono, excepto en las partes cantadas o musical~. ¡Y los más tiernos arrullos de las escenas amorosas se tornan, a través de: foiófono en sordo fragor de plaza pública, capaz de estratlgular el menor asomo de ilusión en los espeetadore:; ! ¿Se comprenderá aho:fa por qué decimos el timo de los talkies? Y no hablemos de Ja otra clase de peliculas parlantes, de las de fabricación local, que tratan de competir con las de fuera, en este loco frenesí del momento por meter el mayor ruido posible en nuestros cinematógrafos, sin pararse en medios. ¡Santo y btieno todo e!"lfuerzo que se haga por impulsar y fomenta1· la producción nativa! Pero nunca a costa de la buena fe del público. Porque filmar una película ordinarb, y en el momento de la proyección estacionar a los mismos actores que han trabajado en ella detrás de la panta la, para dialogar o cantar, por un micrófono, que conecta con un alto-parlante diestramente colocado ante el público, se puede llamar cualquier cosa menos película parlante en el verdadero sentido de esta palabra. ¡Corno no es lo mismo un maridaje armonioso y feliz, que un parcheo accidental y mal pegado, que se pone en evidencia cada rato por las constantes discrepancias de tono y de compás entre lo proyectado y lo hablado! No se interprete esto, sin embargo, como un afán de desalentar cuanto.s intentos se hagan por proporcionarle a Manila un t:spectáculo nuevo y divertido como es la cinta sonora. Esta hija de un parto laborioso de Hollywood hoy recorre el mundo, satisfaciendo la curiosidad universal por todo Jo anormal y estrafalario, igual que un bebé prodigio que naciese pudiendo hab!ar y gesticular a la vez, pero sin saber lo que dice ni lo que hace. · ¡Pobre y vulgar remedo de lo que fueron en sus mejores tiempos sus mayores, que son: el Cine y la Comedia!