Nuestras entrevistas

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Title
Nuestras entrevistas
Language
Spanish
Year
1929
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
lt{)QJJ~~ii'~ffe.\~ ~lt{)'ií~~WU~'iíffe.\~ Sr. ALFONSO FELIX I LGUIEN ha dicho, que el bal'Ómetro indicacador del estado de adelanto y civiiiz;ación de una ciudad o de una naci,ón, es su esta. · dística criminal. Yo nunca he podido comprender que el progreso, que presupone mayor aunamiento de esfuerzos para el desarrollo de las ciencias y las artes, tenga que estar aconipañado de un incremento de la delincuencia, fruto ordinario de la ociosidad que, como es sabido, es la madre de todos los vicios. -¿Hay mucha delincuencia, Sr. Fiscal? -La bastante para tenernos ocuPados. Mi ~ oficina ya no resulta un confesionario, es algo peor, es un vettedero público a donde se va a dar cuenta de un cúmulo inaeotable de miserias. Hace 19 años q\.ie estoy en la Fi~alía de la Ciudad y a juzgar por los informes anuales, la criminalidad ha ido siempre en progresión ascendente. Y es natural {¡ue así suceda, sobre todo en lo que respecta al capítulo de estafas. Es ya una vulgaridad el decir que a nuestra sociedad va dominando cada día más la pasión por el lujo y el deseo de disfrutar de todas las comodidades y placeres que el dinero puede· proporcionar. Hay m~chos que se crean necesidades que el bolsillo del ··que las crea no puede costear. y por aht comienza la pendiente que con frecuencia va a pitrar en e] fraude. -Y, ¿qué proyecto~ tienes? -En pl'imer lue-ar, el mejoramiento de las condiciones de mi personal para por este medio estar en :situación de exigir el mayor rendimiento posible de sus conocimientos, experiencia y laboriosidad. Y o soy partidario de la economía, pero creo que al personal de una oficina pública, que debe ser escogido y responsable, tiene que pagársele bien. Tu no sabes la verdad que encierra aquella observación de Linares Rivas de que la persona que va al trabajo con la preocupación de las miserias que deja en su casa, por fuerza ha de ser mal empleado. -Y, ¿sois muchos en la oficina 1 -Abogados solamente 5omos dieci~eis, y apenas nos damos abasto. Ffjate, hay seis salas en el Juzgado de .Primera Instancia, tres en el Juzgado Municipal y a veces tenemos que com,parecer en la Corte Suprema por asuntos civiles . de la ciudad. El año pasa~o se instituyeron en el Juzgado Municipal 23,372 causas criminales y 1,804 en 'el Juzgado de Primera Instancia, aparte de las que en dichos tribunales ya estaban pendien~e~; y no cuentes los asuntos que investigamos y en que no tomamos acción por falta de mérito, que son incontables ni los asuntos civiles y administrativos, asi como tampOco las opiniones, consejos, ordenanzas, contratos· informes, etc.> .. etc .• amén de las visitas que también entretienen. -Y, ¿te costó mucho trabajo Begat• a la jefatura de tu oficina? -No me digas. Tu sabes que yo no opino, como aquel personaje de los ºintereses creados", que para subir cualquier escalón es bueno. Sin ese modo de pensar se necesita constancia, trabajo y, sobre todo, voluntad que sirve de fuerza motriz para empujar, aunque a veces el ~mpujón haga a uno que se estl·elle. Yo conozco al Sr. Alfonso Felix, dignísimo Fiscal de la ciudad, desde que eramos niños. Fuimos compañeros de Ateneo¡ mai:; tarde, compañeros de trabajo en Ja Cámara popular; y Siempre amigos. Me lo sé de carretilla, como las lecciones de matemáticas que nos repasaba aquel santo y virtuosísimo padre jesuita llamado Jacinto Al- . berich; y puedo decir de él, sin miedo a ser perse~uido por libelo, que es el hombre que debe tomar por modelo la juventud del país, pues en Alfonso Felix se l'eunen y aquilatan todas las perfecciones y todas las virtudes del perfecto ciudadano, del hombre honrado y trabajador hasta el exceso, del hijo amantisiino, del esposo ejemplar del caballero intachable y del funcionario recto, honrado, ímprobo y necesario. • <1 1 ·¡· ·;,· 1· . 1 . ¡ 1 1 1 1 1 i . 1 ¡ l 1 1 ' . 1 1 t ¡ 1 1 i 1 1 i ¡ 11 (• 1 .!. .l El fiscal FeJix nació en la Ciudad de Manila el 17 de septiembre de 1888. Cursó el bachillerato en el Ateneq de Manila. Después de graduarse de bachiller en 1904, se puso a tt·abajar primeramente como mecanógrafo en una oficina de traducciones del Sr. Delgado, con el módico sue:do de P3"5.00 al mes. Después trabajó en el bufete de "Hartigan, Marple, Rohde y Gutierrez" como mecanógrafo y taquígrafo hasta abril de 1906 en que ingresó en el Gobierno corno taquígrafo del Gobernador Carpenter, cuando éste era todavía Secretario Ejecutivo. El 16 de octubre de 1907 pasó a la Asamblea Filipina como taqui1Tafo de debate primero y, después. como taquigrafo particular del ·entonces Speaker ·osmeña hasta 1910 en que se trasladó a la Fiscalía de la Ciudad como taquígrafo. Entonces comenzó, primero bajo la dirección del difunto don Felipe Buencamino y, después, sólo, .sus estudios de derecho pasando los exámenes de abogado de la Corte Suprema en 1915. En 1913 fué ascendido en su oficina al cargo de oficial mayor, y en 1919 le elev.ar.on al rango de quinto fiscal auxiliar. Desde enton~eS ha ido subiendo el escalafón hasta que en febrero de este año fué nombrado por el Gobernador Stimson Fiscal de la Ciudad. JESÚS BALMORI. i' ·;· l 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 i 1 i 1 i t ¡ i 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 ! 1 ! '•' 1 ·:· 1 .!.