La Tragedia del Amor

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Part of Green and White

Title
La Tragedia del Amor
Language
Spanish
Year
1930
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
184 GREEN AND WHITE por vez primera, la atmósfera terrestre. En el descenso, siendo imposible el uso del paracaídas (por la gran altura), yo invertiría la acción del cohete de modo que pudiera trabajar contra la velocidad de caída, para disminuirla y permitir un atr.rrizaje suave sobre la tierra. Sólo con un cohete puede tqmarse en consideración la posibilidad de un vtaJe á la Luna con su respectivo regreso. ¿Ha nacido ya el hombre cuyo cerebro deberá concebir los procesos necesarios para semejantes ensayos? ---oOo--La Tragedia del Amor Por Jorge Ma. Cui, H.S. '31. E RA la noche del 8 de Septiembre de alarmaron los viejos, y los jóvenes aprovecha1896. El grito de Balintawak había ron la ocasión. repercutido de una y otra parte de las "Señorita, tome V d. un poco de agua,"lslas. En el Este, Oest~, Norte y Sur, la gente decía Rubén a Virginia que estaba más pálida se movía y agitaba como un solo hombre se- que una cera. diento de venganza y de libertad. Cogió la joven el vaso con manos tembloEn una de las provincias del sur, un barqui- rosas Y le dirigió una mirada llena de gratitud. chuela fondeado a orillas de la playa daba sus "El fuego no ha sido nada. No era más que tres pitadas de salida. Entre los pasajeros de la una falsa alarma." barquilla se encontraba un jovenzuelo que a "Y de quien partió el grito entonces?"juzgar por su apariencia no era de cuna humilde. preguntó ella ruborosa. "Rubén, te has despedido ya de ella ?"-le "De un pillo que quería aguar la fiesta porpreguntó un amigo. que no se le había invitado." "Sí, Joaquín, y apmas tenía corazón para Minutos después la orquesta preludiaba el dejarla." rigodón Y Virginia y Rubén eran parejas en el "Y entonces, porqué te marchas?" "Porque mi patria me necesita. Allá en lejanas tierras aprenderé a ser libre, y a guiar los destinos de mi patria." El barco dió otro silbido, y los cülmpañeros se abrazaron. X X X Un año atrás, en un baile típicamente filipino, una joven colegiala se escondía de las miradas de todo el mundo. "Quien es ella ?"-preguntaban todos los que la veían. "Ella ?"-respondió Fernando,-" es la umca hija de Don Basilio, rico propietario de Balayan." Rubén que estaba cerca se enmutó. Dori Basilio era el eneimigo más te'mible de su padre. .Nmbos eran ricos, ambos eran influyentes y ambos se odiaban mutuamente. Cómo conocerla sin llamar la atención de los concurrentes? ·En aquel momento, como si el hada buena quisiese protegerle, el grito de incendio repercutió por el salón. Se desmayaron las viejas, se baile de honor. Aquella noche Rubén volvió a su casa hechizado por las miradas de Virginia. No podía conciliar el sueño, luchando entre el amor y su deber a su padre. Su padre se opondría a sus relaciones con Virginia, pero ¿como olvidarla? Pasó una semana sin verla. Quería olvidarla pero el amor era más fuerte que su voluntad, y sin querer se vió al lado de ella, una noche en que ella iba de paseo con otras chicas. X X X Un año ha pasado. Un año de felicidad y amor. Y cuando Rubén ya creía que podría realizar sus sueños, se oyó la voz de la patria que exigía de sus hijos su sangre. Era durante estos días de agitación y dolor cuando su padre decidió mandarle a España X ,. X X Bajo un frondoso árbol de manga, se hallaba Virginia tejiendo un collar de sampaguitas. Su mirada se perdía constantemente en la prof~n­ didad dd bosque camo en espera de alguien. Era la hora más calurosa de la tarde, en que las GREEN AND_~\V_H_I~T~E~~~~~~ 185 viejas se hallaban disfrutando de la siesta y ella se había burlado de la vigilancia de sus guardianes para acudir a la última cita de su novio. De pronto: suena un silbido y rdla alarmada se levanta de su asiento. Era Rubén que llega·ba. "Rubén, Rubén, gracias que has llegado. Las viejas acaban de acostarse y tenemos algunos minutos para ha'blar. ¿Cuándo te marchas?" "Esta noch'.!. Cuando las campanas toquen el angelus, te enviaré mi último adiós al través del espacio." "Rubén, mañana estarás lejos de estas playas, .... estarás muy lejos de tu patria." "Sí Virginia, pero tu á:mor me accompañará, y el r.'!cuerdo de mi patria me dará mas bríos para cui,mplir mi misión." "Sí. es verdad, mi alma irá contigo donde quiera que vayas, pero, Rubén, la ausenci:i causa el olvido, y quien sabe lo que pueL1" suceder .... " "¿Dudas acaso d.'! mí. Virginia?" "Dudar· no, pero temo .... temo tantas cosas, que no se lo que me suceded." Reina un breve silencio, y por las hermosas m~jillas de Virginia ru.'!dan dos lágrimas. "Virginia, la separación es amarga, cruel y dolorosa. Pero en tu alma de filipiná, no sien-· res acaso que la separación se hace necesari:i? Allá aprenderé a ser libre y ese mismo sabe: nos libertará. Pues nosotros sabremos gmar nuestro pueblo hacia la libertad!" "Sea!"-resj>ondió ella con voz sonora,-"que el recuerdo de tu patria te traiga otra vez a mi lado, y que nuestros hijos nazcan libres. TOIIlla este collar de sa•mpaguitas cuyo perfume es el de la filipina y consérvalo colmo un recuerdo de tu patria y mío." "Gracias, Virginia, tu amor, mi patria y este collar serán mi escudo." "Adiós, Rubén, adiós .... y no me olvid,'.!s." "Virginia, olvidarte sería olvidar a mi patria. Adiós!" X X X La revolución estaba en su apogeo. Los jóvenes se congregaban en casa de Don Basilio para deliberar mejor sobre los asunt:Os de la patria. Los viejos se sentían animosos, y las mujeres procuraban por todos medios trabajar por el éxito de la revolución. "¿Qué hora atacaremos la fortaleza española ?"-preguntaba un joven oficial. "Esta noche,"--contestó el General Malvar,·· -"la oscuridad será profunda, y la hora más propicia para atacar será á las diez." "¿Están todos nuestros hombres armados?" -preguntó un viejo. "Sí. las armas y municiones s.'! repartieron esta tarde, "-respondió el General, y después de una corta pausa añadió,-"Esta noche, al toque de ánimas, jóvenes y v1e3os se reumran en el cementerio, y desde allí daré la señal de ataque." "Entonc.'!s ya es tiempo de obrar. Vámonos todos." "Un momento amigo'.s,"--dijo Malvar,,' ¡;s preciso obrar con sigilio. La recolección del palay será buena escusa. Los españoles no notaran la ausencia de nuestras esposas e hijas del hogar. Pero .. está hecha ya la bandera?" "No falta más que una letra,"-respondio Virginia mostrando la bandera. Un tiro repercutió por el espacio. Un oficial cae muerto; y antes d,'! que los otros se dieran cuenta de lo sucedido el tiro se repitió. "A las armas!"-grita el General. HOimbres y mujeres salen aturdidalmente de la casa, mientras que Virginia exhalaba su último suspiro, abrazada a su bandera, víctima de una bala X X X Un año y otro año iba pasando y allá en la lejana España, Rubén atribuía el silencio de Virginia a una infidelidad. ¿Cómo tener noticias e:!.'! su patria cuando todo pasaba por manos del censor? ¡La incertidumbre era peor que la misma realidad! Rubén decidió volver a Filipinas por el primer barco. Un mes después desembarcaba un hombr,2 envejecido por las penas. Era Rubén. Buscó a ·su padre, pero como viera qm? todo estaba revuelto se fué a casa &~ Joaquín para pedirle noticias. 186 GREEN AND WHITE "Rubén, eres tú?" "En la noche del ataque los hombres se ha" Sí Joaquín, soy Rubén,"-contestó,- bían reunido en casa d,2 Don Basilio. Mientras "pero d~me ¿donde está mí padre. . y Virginia nos mostraba la bandera que ella ha-· v:rgínía ?" bía hecho, unos españoles que habían descuJoaquín bajó la cabeza. No tenía valor para bíerto la reunión rompieron fuego con tal mala desgarrar el corazón de su mejor amigo. • suerte que Virginia cayó muerta." "D~me, ¿qué ha pasado?"-;~olvío n pre- "Pobrecita, y yó la creía ínfíel!"-díjo Ruguntarle Rubén. bén trist.€jmente y levantándose añadíó,-"lléJ , valrne a su tumba, Joaquín." oaqum pareció despertarse de un sueño. R "No Rubén, ahora estás muy emocionado. " ubén, ¿tendrás valor para oír lo que tenMañana te llevaré.'' go que d.2círte ?" "Sí, he venido dispuesto a todo. Cuéntame lo que ha pasado." "La revolución ha reclamado muchas vidas, y entre ellas, la de tu padre y de tu novia." "Mí padre muerto! Virginia. . no; no no pm~do creerlo!"-y anonadado de tanto dolor se desplomó sobre un sillon, y sollozó como un niño. Polxe Rubén, no llores más. La suerte ha sido cruel contigo, pero tu padre y tu novia fueron héroes en la jornada. Tu padre se unió a los revolucionarios y en una emboscada una bala enemiga le atravesó el corazón." "Y Virginia como muríó?"-preguntó Rubén entre sollozos. X X X i\ la mañana siguiente, al despuntar el alba, Joaquín echó de menos a Rubén. Este se había ido solo al rnmenter.ío a buscar la tumba de su amada. Allá en un parte del cementerio s.2 hallába Rubén arodíllado sobre la losa fría de una tumba. "¿Me oyes, Virginia? Tú que solías decirme que sí acaso te morías antes qu.2 yo, volverías a hablarime. Te acuerdas de estos versos que me solías recitar; Sí por mi tu¡mba pasas un día; Y amante evocas el alma mía, Verás un ave sobre un ciprés, Habla con ella que mí allma es! "¿Me oyes, Virginia . . ?'' Billy Aprende Una Leccion Por Luis Garchitorena. EN el pueblo de Tídewater, un ímpor- asdmbrosa, pero no tenía "puñetazo." Nunca tante encuentro de boxeo se iba a ce- había puesto fuera de cqmbate a nadie. lebrar entre Bílly Jones retador, y Un día, estando ,mtrenándose en el gÍ;Illnasío, Battlíng Morgan campeón. Las apuestas esta- entró su novia Mary Hagen, chica de diez y ban poco más o menos niveladas. Mientras ocho abriles, muy sofocada y excitada. los partidarios del campeón aseguraban que Jorn~s no pasaría del tercer asalto, los partidarios del retador decían que Morgan era el que iba a salir malparado. ¿Qué te pasa?-preguntó Bílly. -Pues verás,-respondíó ella,-que, al pasar por una calle para irme a casa m.2 encontré con Margan. El muy fresco, me piropeó y luego me dijo que te iba a aplastar como a un Bílly Jones era un muchiacho alto, bien formado y de facciones regulares. Tenía veintidós añ.os y p.2saba ciento treinta libras. Era un mosquito. boxeador bastante bueno, habiendo ganado Bílly se puso pálido de indignación y cont~scasí todas sus peleas. Poseía una agilidad tó :-Con qu.2 ¿te dijo eso, eh?