Billy aprende una leccion
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Part of Green and White
- Title
- Billy aprende una leccion
- Language
- Spanish
- Year
- 1930
- Fulltext
- 186 GREEN AND WHITE "Rubén, eres tú?" "En la noche del ataque los hombres se ha" Sí Joaquín, soy Rubén,"-contestó,- bían reunido en casa d,2 Don Basilio. Mientras "pero d~me ¿donde está mí padre. . y Virginia nos mostraba la bandera que ella ha-· v:rgínía ?" bía hecho, unos españoles que habían descuJoaquín bajó la cabeza. No tenía valor para bíerto la reunión rompieron fuego con tal mala desgarrar el corazón de su mejor amigo. • suerte que Virginia cayó muerta." "D~me, ¿qué ha pasado?"-;~olvío n pre- "Pobrecita, y yó la creía ínfíel!"-díjo Ruguntarle Rubén. bén trist.€jmente y levantándose añadíó,-"lléJ , valrne a su tumba, Joaquín." oaqum pareció despertarse de un sueño. R "No Rubén, ahora estás muy emocionado. " ubén, ¿tendrás valor para oír lo que tenMañana te llevaré.'' go que d.2círte ?" "Sí, he venido dispuesto a todo. Cuéntame lo que ha pasado." "La revolución ha reclamado muchas vidas, y entre ellas, la de tu padre y de tu novia." "Mí padre muerto! Virginia. . no; no no pm~do creerlo!"-y anonadado de tanto dolor se desplomó sobre un sillon, y sollozó como un niño. Polxe Rubén, no llores más. La suerte ha sido cruel contigo, pero tu padre y tu novia fueron héroes en la jornada. Tu padre se unió a los revolucionarios y en una emboscada una bala enemiga le atravesó el corazón." "Y Virginia como muríó?"-preguntó Rubén entre sollozos. X X X i\ la mañana siguiente, al despuntar el alba, Joaquín echó de menos a Rubén. Este se había ido solo al rnmenter.ío a buscar la tumba de su amada. Allá en un parte del cementerio s.2 hallába Rubén arodíllado sobre la losa fría de una tumba. "¿Me oyes, Virginia? Tú que solías decirme que sí acaso te morías antes qu.2 yo, volverías a hablarime. Te acuerdas de estos versos que me solías recitar; Sí por mi tu¡mba pasas un día; Y amante evocas el alma mía, Verás un ave sobre un ciprés, Habla con ella que mí allma es! "¿Me oyes, Virginia . . ?'' Billy Aprende Una Leccion Por Luis Garchitorena. EN el pueblo de Tídewater, un ímpor- asdmbrosa, pero no tenía "puñetazo." Nunca tante encuentro de boxeo se iba a ce- había puesto fuera de cqmbate a nadie. lebrar entre Bílly Jones retador, y Un día, estando ,mtrenándose en el gÍ;Illnasío, Battlíng Morgan campeón. Las apuestas esta- entró su novia Mary Hagen, chica de diez y ban poco más o menos niveladas. Mientras ocho abriles, muy sofocada y excitada. los partidarios del campeón aseguraban que Jorn~s no pasaría del tercer asalto, los partidarios del retador decían que Morgan era el que iba a salir malparado. ¿Qué te pasa?-preguntó Bílly. -Pues verás,-respondíó ella,-que, al pasar por una calle para irme a casa m.2 encontré con Margan. El muy fresco, me piropeó y luego me dijo que te iba a aplastar como a un Bílly Jones era un muchiacho alto, bien formado y de facciones regulares. Tenía veintidós añ.os y p.2saba ciento treinta libras. Era un mosquito. boxeador bastante bueno, habiendo ganado Bílly se puso pálido de indignación y cont~scasí todas sus peleas. Poseía una agilidad tó :-Con qu.2 ¿te dijo eso, eh? GREEN Á.ND WHITE l Si -----------------Sí-rrzspondió ella,-y si quieres que sigamos siendo novios, mz tienes que prometer que, en d día de la pelea, le vas a romper las narices a ese Morgan, y ponerlo fuera de combate lo antes posible. -Te lo juro,-rep.licó Billy, trémulo de ira. Cuando Mary se hubo marchado, Tom McGuire, el apoderado de Billy, que habiendo estado a poca distancia de los novios había oído la conversación, se w~rcó a Billy y le dijo:No seas tonto, hdmbre; tú no le puedes vencer a Morgan por "Knockout". Pelea como siempre has peleado y le wmcerás por puntos. -No, Tom-contestó Billy,-Esta vez voy a pelear de diferente manera. Me voy a avalanzar sobre Morgan y hacerle polvo. McGuir.2 se sonrió y dijo:-Billy, si vas a pelear como has dicho, Morgan que tiene un puñetazo terrible, te mandará al país de los rneños. Además, no sé porque se mz figura qu·e Mary está en combinación con Morgan y su pandilla y que todo eso que te ha dicho es para que te pongas furioso y que al subir al ruedo con la idea de vencer por "knockout" á Morgan, sea él quien t,2 ponga fuera de combate. Billy, al oír esto, montó en cólera y cogiéndole a McGuire por el cuello le dijo:-¿Cómo te atreves a hablar así de Mary? D2sd2 este momento hemos terminado. Llegó el día de la gran pelea. El "Tidewat,'?r Square Garden" estaba de bote en bote. El primero en subir el ruedo fué Billy Jones, que fué recibido con una salva de aplausos. Poco rato después, subió Battl'ing Morgan y también fué calurosamente ovacionado. Poco antes de sonar la campana, Mary, que estaba sentada en primera fila, se acercó a la esquina de Billy y le dijo :--Acuérdate de lo que me prometiste. Al sonar la campana, Jones salió disparado de su esquina y se avalanzó sobre Morgan como una fiera. Este, que poco más o menos, se figuraba lo que iba a hacer Billy, le recibió con un golpe de izquierda á la cara y otro de derecha al estómago. Billy se quedó aturdido y antes de que pudiera hacer algo, Morgan volvió á pegarle dos golpes seguidos a la quijada. Billy cayó a la lona completamente mareado. A la cuenta de nueve, se l.'?vantó para volver a caer poco rato después. El árbitro le contó los diez segundos reglamentarios y levantándole la mano á Morgan le declaró V·'?ncedor. Cuando se despertó Billy, lo primero que vió fué a Mary que, acercándose a él le dijo en tono burlón: -Qué bobo fuiste . . qué fácilmente caíste .~n nuestra trampa. D' cho esto se marchó. Billy p.'?rdió la pelea, perdió a su novia y perdió á su apoderado, pero aprendió una lección aunque algo tarde. Esta es: No Creer lo que ·dicen las Mujeres. ---«»·--Tonterías NO HA Y PEOR SORDO. . Decía un muchacho á una vecina la más nea del pueblo: -Señora Lucía, ha dicho mi madre, que si nos querrá V. prestar un pan. -¿Qué dices?-contestó la mujer haciéndose la sorda. -Ha dicho mi madre, que s1 haría V. el favor de prestarnos dos panes. -Anda bri'bortzudo, ¿pues no decías ahora que uno? -Me acuso, padre, de que murmuramos mucho--decía una mujer confesándose. -Dí que muqmuras tú,-dijo el fraile gravamente,-y no me metas á mí en tus murmurac10nes. -o--Asistían á un .enfermo unas mujeres muy feas; las vió, y dijo á sus amigos: -Señores, me muero. -¿Porqué-le- pre_guntáron.