Sta Juliana Falconera, 19 de Junio

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Part of El Misionero

Title
Sta Juliana Falconera, 19 de Junio
Language
Spanish
Source
El Misionero Año I (Issue No. I) Junio 1926
Year
1926
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
3 Sta. Juliana F alconeri; 19 de Junio Nació esta singular santa en Florencia 1 talia, el año 1270. Desde su niñez s· distinguió entre sus compañeras por su acendrada piedad y numerosas virtudes, entre estas, la de la modestia que era tan ta en ella que cuentan, que Santa Juliana nunca miró la cara de ningun hombre, ni se contempló jamás en toda su vida en un espejo. Tanto horror tenía al pecado que bastaba nombrarlo para que se pusiese a temblar y un día fué tal el horror que le causó el relato de un escándalo que cayo al suelo sin sentido. A los catorce años se negó rotundami:;n te a contraer matrimonio y recibió el hábito religioso de las mismas manos de San Felipe Ben1z1. Su santidad atrajó a muchas novicias, para cuya direcCión rogaron a la Santa redactáse la regla y forma de vida que habían de ob~ervar y así fué como San ta Juliana fundó la orden llamada ' Mantellate." En ve¿ de ser como realmente era, la superiora del convento, se consideró siempre como la última de las htrmanas. Así como su santidad atrajó a muchas novicias, así tambien su caridad convirtió a muchos pecadores al ver la tierna solicitud con que la santa cuidaba a Jos enfer-1 mos, hasta el punto de chupar la rnngre y pus que manaban de sus heridas, -Tan 1 a caridad para con el prójimo fué recompensada por Dios aun en esta vida. Dotóla a la santa de un don de contemplación tan elevado que. puede decirse, que su vida era un continuo éxtasis y en la hora de su muerte la cupo la dicha de ser visitada por ángeles en forma de blancas palomas y por el mismo Jesucristo que, tomando la forma de un hermoso orno vino a depositar sobre su frente una hermosa guirlanda de flores. Sufrió su larga y penosa agonía con una resignación edificante, doliéndose únicamente de no poder recibir la sagrada Comunión. Sintiendo ella cercana la hora de su muerte, suplicó Ja dejasen adorar una vez mas a Jesus Sacramentado El Sant1simo fué entonces reverPntemente depositado en un corporal y colocado sohre el corazón de Sta. Ju liana. En este momento la santa expiró y la sagrada hostia desapareció, encontrándose esta, despues de su muerte, esculpida en el corazón, justamente en el mismo sitio donde fué colocado el Santísimo Sacramento. Sta. Juliana tenía una devoción muy grande a :os dolores de la Virgen Santísima y era el recuerdo continuo de estos. dolores lo que la movía a sufrir tanto y con tanta resignación. Sufrir y sobrellevar las penas y dolores por el amor de Dios, hacer sacrificios y penitencias, he aquí las pruebas mejores y mas palpables de una gran santidad y de un grande y verdadero amor hacia Jesucristo.