Y digo yo...

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Part of Excelsior

Title
Y digo yo...
Language
Spanish
Year
1929
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
y DIGO La Is1a del Ingeniero sigue en su sitio. A pesar de las investigaciones y vendabale~ que sobre ella han pasado. Solo han cambiado en ella sus hombres y sus cosas. Sí, ~us cosas, algunas de las cuales marcharon como las golondrinas del ~oñador Becquer, ¡ay! para no volver. Ya sabrán Vds. que W1·ight no ha ido a la caree!, a pesar de Johns. Y continúa en funciones de Auditor Insular que es, como si dijeramos, el ucensor de los gastos oficia·.es". El amo de la situación, vamos. Podremos no simpatizar con Mr. Wright, pero hay que convenir en que su tezón es de los que se dán pocas veces en la testa de un yanki. Digo yo ... Apropósito de este llo Wright-Tan C. Tee, tan traido y tan llevado por los diarios de la localidad, cuentan estos mismos, que el inagistrado Johns ha recibido un anónimo bastante curioso, en donde Jo menos que Je llaman es "chino". Si, no se rían Vds. Chino, porque Je di6 la razón al ex-coletudo contratista y se la quitó al paisano. Pueden Vds. imaginarse que el autor del anó·nimo no es un chino. Casi me atrevería a describirle coloradote y rubio. Lo de coloradote no tiene nada de particular. Ni es alu~ión a la toma. . . A la toma de Manila. Quezon, desde su cama de enfermo, ha hablado a Gilmore que se halla pasando unas vacaciones en Baguio. Tan altos como distinguidos personajes han inaugurado la línea telefónica, llamada de larga distancia, Manila-Baguio. No está mal, no. Algo ganamos con eso de poder comunicarnos con los veraneantes de aquellas alturas. -Nicanor, ¿qué haces? -Pue!;, mira, Ciri de mis entretelas, en este momento estoy oyénQole al Secretario Ventura un cuentecito, que él dice histórico, de unos amores que tuvo. -Bueno, pues dedícate al '•golf" o al ajedrez y me:nos cuentecitos y menos ... -¿Qué dices? -Menos amores de e!;os de Ventura que a mí me dan mala espina. Y cuando vuelvas no te olvides de Jos cubre-camas para mi hermaná., y los manteles para mamá, y las fresas para los niños, y YO ... por PIPO la igorrota para casa, porque aquí andamos muy mal de servidumbre. ¿Oyes? ¿Me oyes Nicanor? ¡Qué iba a oír Nicanor! Si le oía a ella perdía el cuentecito de] Secretario del Interior, y perdía el buen humor, y la paciencia y el dinero. Porque ¡hay que ver lo que cuesta un telefonéma de Manila a Baeuio. Sobre todo si la 14Costi11a" está al otro extremo de la llnea. Ha llegado de Sevilla, mucho más lleno de vida, y de optimismo, y de buen humor, el conocido periodista español D. Esteban Lanza e Ituniaga, maestro de la ironía y el retruécano. que nos ha hecho, sin ironias y sin retruécanos esta vez la apología de Sevilla, sus flores y sus mujeres -Usted no sabe, poJlo-me decía entusiasmado--lo que se pierde V d. sin acudir a la e~Posi­ ción sev-i.!lana. -Un Phi1ippine Carnival, poco más o JNnos. -¡Cállese que voy a cometer con V d. un infan· ticidio! ¿Un Carnival? Un Carnival en Sevilla no es ni siquiera una buñolería de gitanas. ¡Di· go ! Allá todavía hallaría V d. gitanas. . . Aquí, gracias que se encuentre V d .. con inversos ataviados con indumento femenino... Vaya, vaya allá, joven, y hallará luz, mucha luz, sin mayúsculas, pero luz verdad que ilumina y que alegra. Flores, muchas flores que dan color y aroma al ambiente. Mujeres . .. ¡Mi madre! Si me crei nacido sólo el 98 . .. ¡Sevilla! Bueno, nqui si que el s<1ñar es un t·ecurso. L&s deudas de Rivero siguen sin vol ventar y, naturalmente, según el concejal Nable, la recogida de basuras es una cosa tan ineficaz como el mandamiento de arresto de W1·ight hecho por Johns. Rivera orilla muy bien sus dificultades. Y sus encargados continuan uorillando" magníficamente las basuras, por falta de medios de transportación. Y el vecindario con el pañue1o en las na rice!\. Y el contribuyente con laS' manos en la cabeza. ¡Por f'.n, UoviO! Ya se acabaron nuestras penas. Y las del papá Gideon. El mismo que, al preguntarle cuando tendría· mos agua abundante, nos i·eplicó con la siguient gideonada: -Cuando llueva . Y eso ya lo sabío.mos tú y yo, lector qu~rido