Un recuerdo de estudiante

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Part of Semana Revista Ilustrada Hispano-Filipina

Title
Un recuerdo de estudiante
Creator
Felgomar.
Language
Spanish
Year
1949
Subject
Short story.
Personal narratives.
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
10 de Marzo, 1949 SEMANA-17 Un recuerdo de estudiante. I. Aun me parece estar vien<lc aquel balc6n volado de una vieja cascna de· lntramuros, Beno de tiestos de entre cuyo .tupido encHje de flares asomaba de vez en cuando una bonita cara de mujer. Por -el mnrco del balc6n trepaba un enredadern de &ampaguitas plagada de campanillas blancas. Como ya digo, la casona era de antiquisima construcci6n,_ de la epoc8 colonial hispana, situada en una de las calles mils estrechas de . la ciudacl murada, la . que era Pon· tonces la verdadera Manila, sin los extensos aditamentos de hoy. Frente al balc6n de las florcs habia una fonda barata para estudiantes. En ella me hospedalia. Recien llegado del lugar donde s• deslizaron los primeros dias de J1).i nifiez y donde dejab.a mis mas ca.rps afectos, me encontra,ba como solo y perdido en la capital a donde llegaba por primera vez para matricularme en Medicina, carrera a la que fui siempre muy aficionado. No conocia a nadie. Sentia Ia nostalgia de mi pueblo, pero la ventana de mi cuarto dab,, tan en frente del balc6n de las ties~ I tos, que olvide el recuerdo por aqur.l jardin colgarite; de tal modo que no·me pareci6 que hubiese una enredadera tan bonita, ni mas poesf& que la contemplaci6n de aque1la amalgama de sampaguitas, de tiestos y de ro·~as. Perque aqti~l jardin estaba habitado. Todas las mananas ·se abrian las vidrieras y una hermosa joven se asomaba pdr entre aquel tejido. de flores y i'e· gaba las plantas y Ia enredadera ; me rltiraba y se esco_ndia,-riendose; al mismo tieTnpo que se burlaba de mis miradas insinuantes. Aquello me encantaba sObrernanera. Al comienzo de la carrera. y mis, a principios de curso, ·se suef(.o . ir· a ·eta.Se puntualmente, y yo pasa:.. ba la maiiana oyendo Ia palabt"f~ autorizada de mis pi·ofesores, pero la tarde la pasaba en casa. Te.niP. que_ estudiar tanto que cogia mi libro de Anatornia Descriptiva y I CL ~edeo ! 1L"4ioH.aJa NO NECElSITA SE!t LA SUBSTANCIA DE QUE SE HACEN LOS SUEflOS- '1 PLANEE HOY CUIDADOSAMJ,;N'L'T!: ·1 PARA REALIZAR SUS SUENOS DE MANANA. lwvierta una Poliza de Ahorros y Proteccion de la Insular. Life ·1 I I ,,. . TRA8AJ(JJ llKTl.STIMS vc HltRR6 ffJi?JADO TH!; INSULAR I LIFE LAM PARAS'"" \GLESIA MESA Y SILLAS "'"'JARDlN ASSURANCE: CO. LTD. MACETEl\OS-FAROLES-VERJi\S ETC., ETC. EDIFICIO DE LA lNSULAH LIFE MANll.A, P1Lll'tNAs I SEMANA-18 me ensimismaba en equella complicaciOn de pulmones, ventt·icuJos, auriculas y mUsculos, que aquello, mas que estudiar capitulos, era fmpapal'Se en UD verdadero tratado de hetercgeneas verdades puestas al ·alcance de la ignorancia humana. Mas, pronto m.e cansaba de leer lccciones tan enojosas Y lo que menos hncia· era mirar el libro. SOio vela por un inter~ticio quc clejaban las rnmas entre I.as hierrcs del balc6n, el rostro dclicioso d~ la joven, que inclinada sabre su lnboi·, pm ecia trnbajar afanosamente. Asi pasaba la tarde y poco a poco iba obst:ureciendo; entoncC":~ dejaba el liln·o y satisfecho de mi .:studio, me asomaba a la ventana. La joven dejaba su labor y a~o­ mAndose tambien par la vitlricra, me enviaba una som;isa. duk~ cnmo una promesa. Una tarde me decidi a hahlarln desde mi habitaci6n; pero ella. ha<.iendo un gracioso mohin y poniendose el indice sobrP. los labios. me imposo silencio. Despues ae m(~ qued6 mirando muy seria, y al ver mi turbaci6n, cogi6 una flm· de un tiestc y arroj{indola a la calle mt' indic6 ~onriendo que bajase por ella. Asi Jo hice. Aquella flor fue el principio cfo un murlo Jengua.ie de miradas y sonrisas. Nos habian'los comprt>ndido. A la tarde siguientc trar.'~ con lctras de a palmo f'n un grati pliego de papel una verdadera declaraci611 en cuatro palabras. La joven, Ill? se si la 1ey6 o no. pern lcun~i> tan sonora carcaja<la, qu~ nctulitS su macll'c y por i;oco ~ol'­ p1-c'mfo P.l motivo cle ln risa. A lo~ pocos minutos vi que ez~ribia en el <ristal de su balc6n cl "si" .m:\a mal tl'azado y mas hermo~o que han cscl'ito dedcs rie mujer. Me senti com1Jletamente dichoso, pues ~ra la primera vcz en la vicia que me ocurria semejante 1wentu1·a. Estaba enamorado y ct·a conespondido ei1 aquel mi prime!' amor de estudiante tlmicio. 1 QuC noch• pns~ !. . . Amaneci6 y el sol 10 de Marzo, 1949 LA TfPICA FIESTA DE SAN ANT6N EN MADRID (Vease nuestra cdicion de! 24 de Febrero 1949) Tambi~u la escollu m.01·a de S. E. nl Jefe del Eatado acurliO cm1 111.s tipicM 'lJ't't'Oll c1mtrib11ye11do a dar vist.osida.d nl dcsfile. · del medio dia ilumin6 mi coraz6n henchido de alegrias, de ilusione:. y <le espei:anzas. II. Lna maii.aila qued6 interrumpiclo nuestro mudo idilio. Me levante y me asome a la ventana coma de costumbre. Pase esperando una hora, dos, y el balc6n no se abria ni se regaron las flares. Me fui a clase. volvi y el baic6n seguia cerrado. Entonc~s me abrum6 un presentimiento y pase todo el dia en cont inua inquietu<l. ;, Estaria en ferma mi amad')? Al fin, a la caida de la tard!:.' b pude ver detras de las cristales. Estaba m11y p<l.lida y lei en s11 mil'ada un pcema de sufrimientos. Con un pai\uclo se limpiaha Jns ojos; me t11i1·<'i trisl.umr.nt~ y clcS.r\· pareci6 .. No voivi a ve1·la m[ls. Do:-:. ditls <le8pues s6lo vi en cl fondo clro la hahitaciOn, al rcsplanclor d<• cuatro ciri<,•S, un ataUrl pucslo •~n t•I suelo e11 el cual me parcci6 que rcposaba el cuerpo de mi amad11. F11{> una visi6n horrible. . Y rn1 clla efectivamente la muerta. I..101·~• puesto rle hinojos no me acUCl'cio cuanto ticmpo; pero aquelia mafia .. na no fui a clase. A la tarde vi trn moClcsto carro fUnebre paradv junto a la puerta de la casa y unos c.uantos hombres en1utados Hevaron al CP.menterio ~I cuerpo de la pohre muerta. -IIIUnos dins despues, un sefior ve:::tido de negro, aparecio po"'-la casonn y ocup6 aquella triste h~bitll· ci6n. Las plantas estaban mus~ .. tias. Me tome intei:es en ser prcsentado a eJ suponiendo fUe~ U!l pariente de la difunta, y al pregunta rle por la causa que mctivan: la muerte de la jOven, me dijo qu€: habia sucumbido de un v6mito ck• sangre, de una hemoptisis gal<"pantc. E::;taba tuberculosa hHciH tiempo. Al oir aqucllo scnti revuli:iUm por In carre1·n, dcje clc i1· ;-, clase y me volvi al pueblo con el corm:On oprimido. i Pchrc joven ... hln bonita y col! at1uella sonrisa tan duke! Ni siquiera quise preguntar por su nomhre para consagrarlo eomo un rccucrrlo rlel transito fieI de mi pl'imc•·a ilusi6n desv·anecida. FELGOMAll Manila, Febrero de 1949