La nutria marina posee la piel mas valiosa que se conoce : el año 1911 se pago la enormer suma de dos mil dolares por un cuero

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Part of Semana Revista Ilustrada Hispano-Filipina

Title
La nutria marina posee la piel mas valiosa que se conoce : el año 1911 se pago la enormer suma de dos mil dolares por un cuero
Language
Spanish
Source
Semana Volume VI (Num. 142) 3 de Junio de 1954
Year
1954
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
LA NUTRIA MARINA POSEE LA PIEL MAS VALIOSA QUE SE CONOCE El año 1911 se pagó la enorme suma de dos mil dólares por un cuero RANADA y Alaska constituyeron por mucho tiempo el paraíso de las Has marinas. Estos inofensivos anies de color marrón ceniza salpicade estrellas, vivían pacíficos en ellas, devorando erizos de mar sin nadie les molestara; pero he aquí un dia llegaron los hombres blany ellos y sobre todo sus mujeres e os se enamoraron de sus bellas piedeclaró a la nutria marina guesin cuartel. En tan lejana época, método que los hombres empleaban Ja captura de tan valiosos animales tóstía en rodear a la nutria con pe|ias merbarcaciones, obligánuole a su­ birse hasta que se fatigase, Como icariamente debe subir a la superpara respirar, cuando esto Sucejacababan con ella los cazadores de lanzazo o un golpe de remo, pe tal el entusiasmo de los cazadoÁ^que ocurrió lo inevitable: las nu8 marinas desaparecieron aparenteate exterminadas. Habían encontrado refugio remoto desconocido por el bre civilizado: las Aleutianas ué en 1741 cuando un capitán ruso us Bering, descubrió en una de sus éipidas expediciones el apartado reo. Pocos de los desventurados avenros que le acompañaban regresaa su patria; pero llevaron pieles de fia en gran cantidad. los ‘promshleniki” o primeros busgres de pieles rusos, se unieron bien ato capitanes yanquis, españoles de co y portugueses del Extremo gnte. Así se dió principio a la más rienta cacería de pieles que re­ dan los siglos. En la implacab^ ueda del tan preciado animal undieron multitud de navios, fueasesinados millares de hombres y la nativa virualmente aniquilada. ara dar una idea de la fiebre aue tía en el mundo por las pieles de ia, baste recordar que en 1804 un barco pesquero regresó a Rusia con HDO pieles, y que en 1930—veinticuaaños después—las nutrias estaban cerca de su extinción que el barón Wrángel, en nombre de la CompaRuso-Norteamericana, pidió a su ¡erno enérgicas medidas para ervación. motivo de perseguir tan furiosate a la nutria, es por ser su piel kás rara y valiosa que Se conoce, ipcreiblemente gruesa; se puede eshasta un tercio de su tamaño norsin que sea posible hundir los deen ella hasta llegar al cuero. Un go de piel de nutria todo él, no pollevarse por excesivo peso. Por parte, «¡orno conservé la be]leza nte todo el año se puede cazar en quier momento, y el empleo de ri­ era un medio eficaz y sencillo para ar con estos animalitos. ando Alaska fué comprada por EsUnidos, el Gobierno Federal tra­ ía vano de prohibir la caza de nua los hombres blancos, restriñ­ ido a los nativos tal prerrogativa y ¿luyendo las armas de fuego en su &s blancos burlaron la ley con ma­ trimonios mixtos, y pronto se armaron lanchones para rastrear aquellas aguas. Las toscas lanzas y ágiles flechas tor­ naron a la caza de la nutria marina hasta que fué declarada oficialmente extinta. Parece ser que aún quedan algunos ejemplares en una desconocida batoja y el Servicio de Pesquerías y Vida Sel­ tabacalera AZUCARVA t* Sazoné Un producto Filipino TABACALERA vática de Estados Unidos los ha toma­ do bajo su protección y espera vayan mu^iplicándose progresivamente. Sea como sea, la coquetería femenina tardará mucho—si esto llega alguna vez—en adornarse con esas pieles ra­ ras y costosísimas que hace dos siglos existían con profusión. (7)
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