Nuestras entrevistas

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Part of Excelsior

Title
Nuestras entrevistas
Language
Spanish
Year
1930
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
NUESTRAS ENTREVISTAS QWEET SIXTEEN es la frase almibarada. Q) con que los americanos designan esa edad cielicíosa y maga, en que el capullo se abre en flor, el gusano estrena sus alas de mariposa, y la niña 1·asga el misterio de la mujer . .. Edad maravillosa y única, en que la vida nos sonríe con todas sus· promesas, abril canta en la enramada, el mundo nos ofrece sus brazos tentadores, el diablo nos lanza sus guiños de irresistible pícaro, y la carne es una lámpara vativa, que arde y trema en el altar mayor de Ja diosa Fecundidad ... Llegar a esa edad es volver a nacér. Es nacer a la vida de la vida. A la vida engendradora de otras vida.e;.. Es asomarse, misero morilusiones, vente conmigo a disfrut.ar de media hora de charla insustancial y loca con la seño-. rita Dieciseia. Es la hija de un abogado de timbre-ya no se estila hoy la campanilla-y político jubilado con muchas e:icatrices y cruces. . . Está terminando la segunda ~nseñanza en el colegio cosmopolitn de la Asunción. y digo cosmopolita, porque en dicho colegio enseñan Madres francesas. italianas. españolas, inglesas- y americanas. ¡Benditas Madres Asuncionist.as que hacen dar la vuelta al mundo a sus alumnas--cu)tu· ralm11nte al menos-aun sin salir de su colegio! El recibimiento que me ·dispensan la señorita Dieciseis y su señora Mamá es un tanto estirado Srta. NORA DIOKNO tRI, a las puertas de Ja inmortalidad. Edad, que es puente hecho de suspiros y de besos, tendiendo sus rampas poderosas entre lo finito y lo infinito ... Por una asociación de ideas, en el aniversario del Nacimiento del Niño Dios, Excelsior quiETe celebrarlo dignamenlte, cantando villancicos y agitando panderetas-, en loor a esa época maravillosa del segundo nacimiento, por Ja que todo~ hemos de pasar, . . los que aun no 18 hemos atravesado. Y si quiere!'> asomarte a ella, lector generoso, volver a vivir la edad magnifica de las primera!!'· y tieso. Pratocolario diría, si se me fuerza . Hasta, sí no me equivoco, la linda colegiala que me tiende la mano en lo alto de la escalera, quiebra ligeramente las rodillas, en un gracioso saludo dieciochesco, que me tienta a quebrar el busto. a mi vez, por besar la tibia manecita. Confieso que nunca me he sentido tan confu· so, tan «colegial>. ni en mis buenos tiempas de cdeeio. como en Jos- primeros momentos que me veo sentado frente a esta adorable estampita fe· men:na. sin poder hablar palabra alguna. Y el motivo principal de mi confusión es no saber de momento cómo dirigirme a ella.. Tutearla sería ofender a la mujer. Tratarla de usted equivaldría a romper el encanto de la espontaneidad que buscaba precisamente en una niña de su edad. Pero, en la duda, acabó por triunfar en mí la espontaneidad de la cortesía al encanto de la espontaneidad; como en ella, y en todas las demás ellas, triunfa y s·iempre ha triunfado la mujer sobre la niña ... -¿Cuántos años tiene usted? Nada, soy un caso irremediable. Huyendo dBI pecado de la descortesia caigo de buenas a primeras en el delito de la indiscreción. Pero la señorita Dieciseis, ingenua como el agua, que diría el Poeta, no me. da l;iempo siquiera de arrepentirme de la pregunta, y me contesta: · -Hace sólo un mes que cumplí los dieciseis años. Nací el 14 de noviembre del año en que estalló la guerra mundial. Por eso, en casa todos me llaman. . . - -¿Guerrera?---otra indiscreción mía y descortesía a 'Ja vez, por interrumpirla. -No tanto. l\le llaman simplemente <el alboroto de la casa» . -Es verdad-tercia la madre.-Ya se s11be lo que son las mamás. Para .tbult.ar las cosas· de sus hijos, ya sean virtudes o defectos, ellas se pintan solas. -Cuando la casa duerme en silencio, es que Nora no está en ella¡ y euando se· pu!!bla de gritos, es porque ha llegado la «guerra mundial». La interfecta, lejos de amoscarse, ni de defenderse, deja aún tamañica a su mamá,--que ya es decir, porque la amable señora de Diokno es toda una gran señora-añadiendo: -Pues un primo mío, que hoy está en América, me llamaba más gráficamente «una nm.etralladora>, porque según él, disparo miJ p_alabras al minuto, y cuando hablo nadie me discu te; -Entonces, haría usted una excelente abogada más. -Ya hay bastantes abogados en la familia: mi padre, mi hermano mayor y ¡Dios mediante! mi hermana Charing, que está cursando la preparatoria de derecho en la universidad de Sto. Tomás. -¿Qué carrera le gustaría, pues, cursar? -Papá quiere tener un dodor en la familia y. está empeñado en que lo sea yo, porque mis hermanos varones les temen hasta a los muertos. A mí no me aterra ningún muerto; pero me causa pavor el número de años que se requieren para terminar la medicina. Yo prefe. ri ría curs-ar la educación o la economía doméstica, algo que pueda terminarse pronto, y per· mita ganarme la vida enseguida. DISCOS Y FONOGRAFOS El Regalo que perdura con los años .... OFREZCA a su familia un VERDADERO Re. galo de Pascuas. Con la preciosa música de un Fonógrafo O DEO N y algunos Dis<::os ODEON escogidos llevará la mayor alegría a su hogar en la mañana de Navidad. Un escogido surtido de Fonógrafos y Discos Eléotricos está a disposición en los almacenes de nuestros distribuidores. DISCOS ESPAJQ'OLES-DISCOS INTERNACIONALES-OBRAS MAESTRAS-DISCOS DE BAILABLES-DISCOS FILIPINOS f:J ~ ~ BEHN, MEYER & Co., H, MIJ. DISTRIBUIDORES EXCLUSJ\'OS ILOILO--MANILA-=-CEBU -En fin, le da lo mismo una cos:.1 quca otra, con tal que termine. pronto, ¿no? La mujer no sabe de pronto qué contestar. Quizás porque no la entiendo bien, o acaso por· decir la pura verdad, después de pretender ig;.. norarla con vanos rodeos, se refugia en la- n.ifia una vez más, corrLe-ndo como en sus días inf'a~ tiles, cuando alguien le hablaba del mmu o def asuang, a los siempre abiertos brazos maternales. -Yo, la verdad, aun no sé lo que me digo, ni lo que quiero, muchas veoes. ¡Yo seré lo que mamá quiera! ElJa ya cuidao ... Y como para disimular su mal disimulada turbación, añadió: · -En el colegio, tenemos una profesora que siempre nos dice a las que somos poco más o menos de la misma edad: You are now in an age of in between, 'cause you neve1· know · yet what you 1·eally want. -Realmente, ¿no sabe usted lo que quiere? Si le preguntaran, por ejemplo ¿qué aguinaldo le gustaría?, ¿no sabría tampoco qué contestarme? -Ah, eso si. Para P.so ya soy grande y práctica---con retintín esto último.-/ want this-e hizo una O mayúscula con los dedos. -Es pos~tiivista la niña-stibraya la madre. -¿Para qué lo quiere? Yo veo--paseandO los ojos alrededor sobre el lujo y el gusto herm2nados que amueblan la casa---que aquí de nada carece, y supongo que tampoco sus padres le privarán ... -Sí, pero con eso puedo comprarme lo que sea más de mi gusto. -¿No cree ya e.n los Reyes Magos-? -Creo, ¿cómo Que no? Pero creo, porque me conviene. ¿No, mamaíta?-guiñándole un ojo a _su madre .-Hasta el año pasado, coloqué mis zapatos en la ventana, el día de los Reyes, por. que no quise quedarme vacía en la repartición ~e regalos. -Pero ¿ya sabe usted quiénes son? ~laro, pero está ahí mi hermaniba que lo va a oír-señalando a la niña que vino a acostarse en el regazo materno, y ba.jando la voz, añade: -los descubrí el añ-o ante.pasado. Yo asistí, con unas amigas, la noche antes, a una fiesta que duró hasta más allá de la. medianoche, y ca·~ualmente cuando volví a casa era la misma hora en que los «Magos» distribuían sus paquetes de sorpresa ... -¿Fué una desilusión, verdad? -Nada de eso. Me puso muy contlenta, por haber descifrado, por fin, el ·enigma ... 1 was so happy, you know.-Brillan sus ojos; palmotean sus manos. -V-eo que fiafüa usted' er inglés con tanta do.mosura como el castella·no--y es la pura v-erdad. -¿Cuál de las dos lenguas le gusta más? -Cada una tiene ,s.u distin':o empleo. En casa, hablamos el castellano¡ en el colegio, el iuglés ~ Para discutir y andar de bronca, soltand$l palabrotas, como big bum, etc. etc. entre amigas, prefiero el inglés ... - Y además, cuando quieren ocultarme lo que ;Uraman, porque como yo no entiendo el inglés ... -añade la mamá. -¡Por Dios, Mamá!-Y luego, como si tal cosa, continúa Nóra :-Naturalmente, cuando yo quiaro pedirle algo a Papá o a Mamá, o para hacerles un poco de lañgis, el castellano es mi fuerte. -¿Su verdadero nombre es Nora? -No, Leonor; pero no me gusta que me Ua·men as!, porque me parece demasiado serio para mi caracte1· alegre y alborotador. -¿Cuál es su ju.ego favorito? - ·De niña, vestir a mis muñecas. En tal deliciosJ. tarea pasaba horas y horas antes. Ahora, me gusta el wee golf. - -Y ¿el baile? --De eso, no me hable usted. Se supone que aun no bailo, al menos, en reuniones sociales, porque todavía no he llegado a la mayoría de cdt>.d. Pero como gustarme, me gusta más que toc3.r eJ piano ... La señ:>ri:ta Dieciseis se ha callado. Seritada majestuosamente en un sofá, cabe sus- muñe· uH:, su aparaJorcito, su lavabo, su cocina, su camita, su máquina de coser, sus dos cochesuna berlina y un i·imabou.t-y demás juguetes, que los crj.ad~, los hermanitos-, los primos, las tías, la mamá y hasta el papá, corl sombrero y todo, acabadito de llegar de la calle, fueron amontonando en su regazo, a ambos lados de ella, a los pi.es y en derredor suyo, posa como una reinecita rod.eada de sus súbditos, delante de la cámara del fotógrafo. Terminada la operación, invito a su hermana Rosario, la Valedictorian y futura abogada, a otra pose, pero ella rehusa : -Gradas, ya soy vieja para esas cosas ... -Verdad-termina su padi-e D. Ramón Diokno.-M'i hija mayor ya. no quiere estar entre muñecas. ¡Prefiere a los muñecos! JUANITO.