Bulevardina

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Part of Excelsior

Title
Bulevardina
Language
Spanish
Year
1930
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
111 Entre los que a~uden a disfrutar del enc:anto bulavardino, los hay tan a.:;iduos, ,:onst3ntei, reglamentarios y puntuales como una beata a Ja primera misa, un militar a un acto ordenancistl del servicio o un empleado que i:;abe que le cuesta una multa si se retrasa un minuto de la hora oficial de entrada en la oficina. Estos dilletanti de la oxigenación :icaban por considerarse dueños del paseo por derecho de ocup:ición permanente y se hace necesario que el Observatorio enarbole sus ac:·ongojadores c-a~harros anunciando un ciclón devastador, vientos huracanados de todos los cuadrantes, avances torrenciales por el Pacífico, el Mar de Ja China ... ¡la fin dd mundo, vamos! para que dejen de a~·omar por allí sus narices a empapar su pituitaria, ora con las s::t.lobrrs emanaciones marinas, ora con las fétidas de petróleo ·~rudo, procedentes de los motores surtos fn bahía, c:uando sopla Eolo de su lado. Por la parte que da a la playa van u11os y por h. de las casas, otros; estos y aquellos en calidad, pudiera decirse de abortados, como los hay en el teatro a distintas localidades. Entre los primeros, antes que e11os faltaría de rugir la sirena de la Fábric::t. de Hielo en sus horas reglamentarias y aún el mismo Sol dejaría d~ salir y ponerse cuando se lo manda ·el Almanaque Astronómico. Son astros que recorren ¡periódicamente su órbita sin separarse de ella por ns.d3 ni por nadie y les hay que, por su exactitud, no falta quien les tome c:on má&· confianza que a un reloj de Losada. Ese señor bajito y calvo-se ve que está desprovisto de la vcjetación capilar, porque es <le lo que siguen la r:orriente moda de suprimir el sombrero--que acompañado de su esposa v·:i de punta a punta tantas veces, ni una más ni una menos de las que higiénicamente se ha impuesto, <lice Leo,poldo Khan que en su establecimiento no hay un cronórr.etro tan seguro en su fijeza de hor:i, minutos y segundos y habrá que neerle porque no cabe duda de que es autoridad en la materia. Crúzase con esta rítmica pareja un inglés, también asiduo y también destocado, que ton el bastón ags.rrado por su medianía y que le hate funcionar como émbolo, a paso, mas de kanguró que de persona, va y viene y torna y vuelve con tal priS'a, que no paret~c sino que va a llegar tarde a una cib y cuando aprecia que está dentro del traje corno el bañista .cuando sale del agua, desaparece, sin duda para ir a colgarse a secar en "3.lgún tendedero que tenga para ello preparado en su domicilio. Individuos de la distinguida Orden de Ja Camagonia, nostálgicos de los viajes en fragata por el Cabo--po~os, muy pocos quedan; c:ada vez meno~--que viven más en las añon.nzas del pasado que en el vertijinoso presente, tienen también su representación dignísima entre los constantes paseadores. Cuando sus alifafes no se lo impiden, van por las tardes algunos a espardr la vista a lo lejos, pestañeando al únisono con el faro del borroso Correjidor, 1por delante del cual pasaron· cuando vinieron, sin que se les ocurra volver a pasar, 1porque ya han echado aquí el ancla y con ella raíces profundas de s·3ngre y afectos, que le-s compensan las desaparecidas de la otra banda, por razón de tiempo y distancia: A nuestro encuentro viene uno: lleva liviano sombrero tay:ibeño, con el ala inclinada hada la frente, para evitar que le hieran en los cansados ojos los poi:.treros y horizontales rayos sotra los pies en cansino caminar· y e:omo cara1~te­ rística distinción de su figura hay que anotar ·que lleva barba, exotismo in-comprensible en esh época de semblantes rasurados, en los que solo se permite alguno el adorno del esparteril bigote de moco, sacado de su tumba en nuestros días por el pQpular clown Chaplin. Este curioso ejemplar de toda una rancia época, ya neblinosa por el correr de los días, apartr:e a las 5 p . m ., como se dke ahora, recorre un trayecto corto, en el que hace paraditas, se descubre hl canosa cabeza, limpiase las gotas del sudor que le humedece la frente, a veces s¿ le reune un coevo o dos de parecida traza, desPor la parte q11e da a la playa 11an unos ... lues: · gnfas ahumada~. tz-aje blanco de rigor, 3brochado hasta el cuello, sin camisa, también de rigor, pero aun descamü:~do y todo, acusando más respeto a la urbanidad que esos otros que tienen a gala ir con camisa, sí, pero en mangas de ella y el peludo p~c:ho al ·3.ire. Con los brazos a la e~alda y pendiente de ambas manos, deja arrastrar un nudoso y patinado palas·ln. cuyo deEgastado regatón rasguea en la arena un culebreante surco, en '!uya temblorosa marca de trazos escribaniles de otras edades, parece decir: cPor aquí ha pasado un.contemporáneo de -aquellos que encendían sus cigarros con pebete y se alumbraban con tinjoy». Arrai:.·cansa en un banco, y al caer las .fombras de la noche d:rígese al tranquilo hogar, donde le agu:udan las acarir!ladoras pantuflas de paja de arroz, el holgado traje chin~, la cómoda meridiana y redinado en ella gratamente, espera la h°nola, 1pen~ando en que el día tr.anscurrido le coje vivo y ·al siguiente, ¡Dios dirá! Con su evaporación coincide el surgimiento de un raro ejemplar que viene por h. calle del P. Faura. Mas que ser material es una vis!ón escapada de un óleo de Zuloaga . Una mujer que ha traspuesto ya la madurez, con vestimenta que huele a ·3.gro más que a ciudad : cobijados sus aborrasc·ados !!&bellos bajo una boina n"'gra como su sayo, inclinada hacia la ceja izquoierda, no parece criatura humana; mejor se diría que e.J un simbolismo evocador de Legaspi y Urdaneta, vascos memorables, que al venir '3. Filipinas, no presumieron seguramente que la Posteridai:I habría de consagrarles un sitio tan distraido como las cercanías del cManila Hoteb, -a cuyoJ mundanos atractivos resisten bravamente sus naturalezas de bronce. Dos o tres parejas de frailes que mareh!Ln apri!a, temiendo llegar a sus c-onventos cuand:i ya estén las puertas cerradas; algunos estudiantes del Seminario de S-sn José, serios, los ensotanados, alegres los menores, con voces que remembran el repicoteo de los desaparecidos pája,rosmartines, tan beneficio!OS para los campos en la limpia de insectos, útiles aves que trajerOn los · españoles y que se m3rcharon con. ellos en su exilio,' abandonando su antigua y arbórea morada de los talisais del Cuartel de la Luneta, cuyas ramas ,~u-ajaban al obscurecer y cuyos ruidosos pitidos ensordecían aquellos lugares. Grave, lento, pausado, cayada al brazo, atildado en e .. vestir, la cabeza ligersmente inclinada a la derecha, absorto en sus ideas y' por si se cansa, seguido a corta distancia . por su auto, ·sl pasar cerca de mi y adivinando sin duda, por relación telepática lo que me bulle en el cerebro, mirame interrogartte con sus ojos de joven, aunque él ya no lo sea, ¡pero que prueba c·oni sus arrestos que podrá ser antiguo, que no ea lo mismo que viejo, Su mirada me parece entender que me pregunta¡ -¿Y me vas a dejar en el tintero, ·~uando soy en realidad la ex:>resión viva de los enamorados de estos lugares, en donde me enorgullezco de hacer patentes mis energías y resistencia, para envidia de mozos andarines que no me llegan a la suela del zapato?Tiene razón y le incluyo y aunque pudieran ir más y apuntados de esta parte, los dejo por ahora, para trasladarme al otro lado, esquivando los vehiculos que va11 por una rsma del camino y vienen ¡por otra, aprovechando, cuidadoso, la faja divisoria destinada a refugio y salvamento de peatones. GIL. A. MON. Pasay, septiembre de 1930. Para practicar aquel famoso tratamiento casero para el embellecimiento ES ESENCIAL EL AGUA TEMPLADA CON UN MODERNO CALENTADOR PARA AGUA puede disponer usted de suficiente cantidad de agua a la temperatura que que la necesite. . . instantáneamente y con toda seguridad ... en su propia habitación. Venga a nu€stro establecimiento y examine los varios modelos que tenemos a su disposición, expuestos en nuestra Sala-Exhibición. MANILA. GAS CORPORATION SALA-EXHIBICIÓN :-EDIFICIO ROXAS TEL. 5-69-34