Nuestras entrevistas
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Part of Excelsior
- Title
- Nuestras entrevistas
- Language
- Spanish
- Year
- 1930
- Fulltext
- NUESTRAS ENTREVJST AS En uno de los entre-ensayos de dnteres:-s Creados», obra que puso felizmente en ,escena el Círculo Escénico, creo que fué Doña Sirena (Rosita Sandejas), quien para distraerse un poco, tuvo la ocurrencia de preguntarle al director de es'.'.ena, D. Francisco Liongson: -¿Por qué se ha dejado crecer ~os bigote>, señor director? Los demás enmudecieron de sorpresa. En su interior se decían todos: «i Vaya una pregunt'.ta»; «¡una directa al director!». Pera mí, sin embargo, que fué una indirecta y que lo que quiso decir Rosita, en realidad de verdad, era esto: -¿No sabe usted que «eso» ya no se lleva ahora? El director, sin embargo, sin inmutarse, respond:ó con su eterna wnrisa campechana: -El que los lleva una vez es difícil que se desprenda de ellos. ¿Qué quiere usted? . Me parece que im.parten personalidad. Hasta pa · réceme que una persona que, después de llevarlos, se los afeita, ha perdido parte de su propio modo de ser, hasta diría yo del respeto que se debe a sí mismo. No sé, pero es la impresión que me produce a m:. Por lo menos, ha perdido su respetabilidad. Es como un torero, por ejemplo, que se cortara la coleta ... Yo no sé, lector o lectora, si comulgais con la opinión del caballero que, telón adentro, sin moverse él mismo, mueve los hilos de la guiñolada del Círculo, juganc!o con ellos al «tira y afloja>, según su capricho, mientras los muñecos, los guiñoles, los fantoches, que se mueven por ·sus manos, reciben en pleno rostro la luz de la ha· tería y la ~álida ovación pública. Pero como no es justo, no, que éstos se lleven todo el aplauso, rrie he propuesto sacarle a escena a su vez, 2sí sea con el «prólogo» de sus bigotes. Que él me perdone, si al comenzar por ellos, cometo un atentado contra su justa y digna respetab]idad; que no es tal mi propósito, sino precisamente todo lo contrario: hacer justicia a ese «hr~hazo» de dignidad que le distingue. Después de esta pequeña introducción capilar, voy a entrar en materia. D. Francisco Liongson, o Paco a secas, es el único hijo de ·primeras nupcias con una señora española del difunto primer senador por Pamdentalmente, el senador al enviudar se <:asó en 'Don FRANCISCO L/ONGSO[J{ segur.das nupcias con la actual viuda de Liongson, doña N u nilón Ventura, hermana del secretario del interior Honorio Ventura, y de quien tuvo aquél dos hijas: Flora y Lulú. Paco también es primo hermano del ex representante Pedro Valdez Liongson de la Pampanga, siendo su padre hermano de la madre de éste. Es, pues, de fam:lia pampangueña de abolengo y rango, social y políticamente. Cursó su SE:gunda enseñanza en San Juan ·de Letrán, distiguJéndose en él desde los ocho años como un artista de tr blas imprescindible en las veladas del colegio. juntamente con otros aficionados, no menos conocidos hoy, como Perico Alvarez y Mi~Jel Martín. Me cuenta que hubo programa en que tomó parte tres veces, o sea, en tres números: como actor princi¡::al del drama o comedia de la ocasión, como declarr.ador recitando una poe~ía, y como orador ¡pronunciando un discurso preparado por los Padres para el mismo acto. Terminó, luego, la carrera de derecho en la Universidad de Santo Tomás; mas no ejerc:ó nunca formalmente la profesión, ni se metió jamás en la política activa, no obstante contar con la base y preparación cabales que su padre le legara, porque no le dió 1por eso. Los trabajos del campo y más tarde sus faroleos en la carreta triunfal de Thespis llenaron la proea y la ¡poesía de sus días. A la farsa del tinglado político prefirió el «tinglado de la antigua farsa ... » -¿Cómo y cuándo se fundó el Círculo Escénico?-Pregunto. -Verá usted: en 1922, el cura dé Bacolor, Pampanga, P. Pedro Santos, estaba empeñado en recaudar fondos para abrir una escuela católi a en el pueblo, la miema que hoy regentan las l\{M. Benedictinas, y para romper el fuego, no sé· por qué se le ocurrió acercarse a mí, pidiéndome que dirigiera un paso de comedia, que b'e daría en el mismo convento. La comedia de un solo acto se titulaba «Morirse a tiempo», siendo los intérpretes todos varones, entre ellos los hermanos José y Francisco Panlilio, ex Ateneistas, Antonio Fajardo, de Letrán, y otros. Siendo una función de beneficio, el cura, acerh~damente, no puso precio a los asientos, dejando a discreción de ch.da uno lo que quisiese pagar por el suyo. La novedad dd espectáculo hizo que se llenara el convento hasta de gente de otros pueblos, y hubo quien pagó P25 por una sola silla. La obra gustó y no le digo más sino que se re~itió, con un llenazo más grande que el prim-?ro. -A todo eso--continuó--aquel éxito sin pre cedentes abrió los ojos de los que estaban interesados en otras recaudaciones. Por entonce<;. las damas del pueblo andaban revueltas por otra colecta de fondos, con destino al hospital provincial de la Pam¡;anga, que se iba a construir pron. to. Una de ellas, mi prima Florentina Valdez, me pidió que con la ayuda de los «chicos del convento» pusiera otra obra. Ellas se encargar:an de buscar a las señoritas. Efectivamente, rec:lutaron a Consuelo Santos, hoy Eeñora de Feliciano, a Ros&t'io Pañganiban, que fué luego la Srta. Pamplnga de 1926 y hoy es Ja señora de Salum. bides, y otras. En vez de una obra. ~usimo: dos: una comedia, «Los Hijos de Sisa>, y una zarzuela: «La Indiana». Más aiplausos. Otra r.eprisse. Resultado: entraron en caja más de mil pesos, limpios de polvo y paja ... -Por últ?mo---terminó--viendo la respuesta cordial del públic-0 culto de Pampanga a nuestros esfuerzos, alguien lanzó el grito: «¿Por qué no formar una sociedad de aficionados' entre los elementos que ya habían tomado ,parte en las anteriores funciones, la mayoría de Bacolor naturalmente, más los que ir:an · viniendo del mismo y de otros pueblos de Pampanga?» La idea fué acogida unánime e inmediatamente. De esta manera surgió el Círculo Escénico; se eligió una directiva, de la que fuí aunque indignamente presidente y director de escena al propio tiempo, y el 6 de en.ero de 1923, Día de Reyes, dábamos al pueblo de Bacolor y a la provincia éntera, porque acudió gente de toda la Pampanga, el t..guinaldo de -una noche de arte, con nuestra función inaugural, en que, fieles a nuestro lema de dar al público el. doble de satisfacción por el valor de las localid~des, .pusimos otra vez dos obras, ambas con música: «Doloretes» y «La Alegría de la Huerta», en ·que tomaron parte la hija y sobrina del entonces gobernador Guanzon, En::arnación y Milagros Guanzon, Elisa Gutiérrez y otros. ' -•¿Cuál es la obra que más le ha costado dirigir? -dntereses Creados». No hay vuelta de hoja. Tanto por el número de sus personajes. como por la cali<lad de la obra. He tenido qu~ ensayar por un mes diariamente a los varios intérpretes, ya parcial o totalmente. Pero le diré a usted: cue~ta más ensayar en Manila, porque es más difícil reunir aquí a la gente; pero cuesta menos representar aquí, que en provincias, así como suena. En Manila, paga usted ,por el alquiler del teatro, luz y todo, P150, con derecho a ensayar todavía en él todas las noches que ~e quiera; pero en nuestro teatro allá, no obstante tener una capacidad tres o cuatro veces menor que el Opera House, entre la luz. alquiler y trasporte de entarimado y sillas, adorno del teatro, reposición del escenario y los camerinos, y aun sin m:ar más luz que en la noche misma de la función, pagamos alrededor de P250. -Pues ... y Ja orquesta--concluyó.-Aquí pagamos a tanto por cabeza, incluyendo dos o tres ensayos, que bastan y mbran, porque son casi todos maestros. Pero allá, aparte de ¡pagarles más y de mandarles recoger a la hora del ensayo, les dice usted a las 9 de la mañana, y a las 11 y med'.a todav~ a no están todos. Claro, llega la hora de comer, y para no mandarles a casa y tener luego que esperarles qe nuevo, hay que &-entarlos a la mesa, juntamente con los intérpretes ... Y basta, para daros una idea del apostolado artístico que se ha impuesto este hombre, nada más que «por amor al arte y al idioma y al teatro hispanos,» y demostrar una vez más que «no todo es farsa, en la farsa, que hay algo divino-Y humano, añadiría yo--que es verdad, que no puede acabar, cuando la farsa acaba ... » JUAN/TO.