Boys Filipinos

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Part of Bangon

Title
Boys Filipinos
Creator
Fauno
Language
Spanish
Year
1909
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
11» B ANGON . . MODERNISMO BOYS FILIPINOS No; no son las “girls’’ filipinas las tínicas que “se fascinan y se dejan arrastrar fácilmente de lo nuevo y de lo exótico”, ni son las que solas “pretenden borrar lo filipino para imponer la cos­ tumbre nueva, resultante de la imposible amalgama entre lo filipino y lo americano”. También se en­ camina por esa ruta la legión más numerosa aun y más censurable todavía, de jóvenes modernistas para quienes todo lo nuevo es indiscutiblemente elegante. ¿Quien no ha visto á esos jóvenes que con pre­ tensiones de petimetres se visten con americana que cubre la rodilla, con pantalón que adrede tiene de más media vara de tela debajo de los talones para hacer de ella diez dobleces, y con cuellocorbata de piqué, estilo collar-canesco, sujetado por un alfiler con brillantes Bera; se calzan con zapa­ tos de charol en forma de hoz, y se cubren con sombrero de fieltro color de café ó de ceniza de estrecha ala, levantada detrás é inclinada hácia delante, y de copa forma mag-aapat Pues, esos jóvenes son los principales de la ele­ gancia. Si no lo son, al menos así ellos creen ser, lo cual basta para satisfacerles la vanidad. Esa indumentaria, aunque os parezca cursi, es la moda; porque es hoy lo nuevo, y como secuela necesaria, es lo elegante Estos son los adelantados que, antropológicamente considerados, pertenecen á la especie del nuevo vocablo 4 boys’" filipinos, ó sea á esa juventud se­ dienta de lo raro y de lo extravagante. ¿De lo extravagante? Si; para mí, no cabe duda que lo es la locura en todo de imponer todo lo nuevo, y de la cual no se sustraen los modales. Y por eso lo brusco, lo grosero, lo violento, lo gro­ tesco, son característicos en estos séres, porque es ya muy antiguo y ha pasado la época de lo fino, ¿le lo esmerado, de lo comedido. Júzguenlo por mí esos tipos que veis todos los días, que en el andar tienen doblado el antebrazo izquierdo, sujetando los dedos índice y medio un tabaco y cuya mano derecha tiene metida en el bolsillo del pantalón, como si se resguardára del frío de California. Fíjense en sus pasos: son lentos y bien marcados por el compás de la cabeza, del cuerpo y de la punta trasera de la americana que sirve de pankás muy útil en 7esta épcca de calo­ res... Y ¡á cuantos de estos tipos he visto que para parecer con más majestuosidad de lo que darles pudiera su corta estatura, procuran en el andar marcar unos pasos que medidos con concien­ cia, acusarían una longitud superior á la de su pequeña humanidad1 ... ¡Y, no obstante, el apasionamiento de buscar y de practicar lo nuevo, lo raro, lo original, san­ ciona todo esto con insensatez ridicula como moda elegante y como modales inmejorables! Estos jóvenes á quienes se ha dado por llamar en manía “jóvenes que constituyen la esperanza de la patria de Rizal”, cuando en realidad son la esperanza de lo ridículo; cuando son los apósto­ les de lo fátuo, y futuros padres de lo cursi, y dignos ascendientes de las generaciones esclavas soñadas por Taft; estos jóvenes, repito, para llamar la atención, y por el afán de ser motejados como americanos, prescíndense inclusive de la más rudi­ mentaria decencia, y con estupidez rara en medio de la calle, quítanse la americana, colócanla sobre el antebrazo, y así con camisa solo, y por un necio deseo de exhibirse, atrévense á acompañar á la dalaga, dándola sombra con el quitasol. —¡Que ventajas nos proporciona la costumbre americana, desprovista de formas incómodas!- de­ cíame uno de los que hacían de la calle un cuarto dormitorio. ;En este país tropical— añadió—no puede uno resistir al calor!. . Y, sin embargo /que inconcecuencia! —á aquel “boy“ siempre le he visto con traje de lana pa­ recido al sobretodo.!. Es que estos modernistas han sido y siempre serán inconsecuentes Esfuérzanse en ser sajones, y nada tienen de la constancia, laboriosidad, au­ dacia, valor cívico, independencia de criterio, dig­ nidad, patriotismo, espíritu proteccionista yankee. Nada tienen del sentido de lo útil sajón, y en cambio tienen mucho de fatuosidad vanidosa: enorgullécense del vicio de beber cerveza ó whisky en los bares, de fumar tabaco americano en pipa sa­ jona, de cantar cual ebrios soldados en inglés por las calles y de hacerse cortar el cabello á lo mestizo Sákay .. En una palabra, sólo tienen de sajón sus defectos y vicios. Estos son los tipos de los jóvenes modernos de quienes Rizal, amante de su país y de lo que es en él peculiar, no soñó jamás confiar la esperanza de su pátria; son los ‘’boys’ filipinos que te prestan para el holocausto en honor á las ideas humanitarias del astuto Taft; son los americo-filipinos, encarna­ ción de los defectos filipinos y americanos; y sin embargo ¡que horror/—son los llamados futuros ciudadanos filipinos á despecho de los Rizal, del Pilar, Mabini, Luna y otros dignísimos gats, hijos modelos de los Lacandolas y Solimanes. Ay de la imitación desmedida é insensata que arrastra á la juventud actual al vicio! ¿Eres acaso el precursor de la anulación de la raza y de todo lo que en ella es peculiar y característico? ¡ Triste es pensarlo! FAUNO. P1LANTIK1N DAW! SENSELLAMENTE May inga higing ako Na, daw, sa San Matayo Ay may isang... i ay ke óo...! Isa bang puntionariony i Nagtapát sa Konseho Na siya’y... ¡ay ke ton...! I)i makapangungulo Pagka’t ang kanyang olo’y Incapaz daw sa caryo\ Hwa pea! Hwapea! Hwá! i Baya una prankesita ! ¡ Baya un conpesión! i baya ’ Pero bakit naman? Ito’y naisipan Ng ginoong mahal? Sensei la men te: Porke es ¡pederá!!... Baya, párese mentera! Y is un diamanti! ¿bera'l 0% Isang hapon ay sa susúgod sa ákin ang katoto kong si Ble. —Hoy!—ang pagdaka’y inahiyaw malayo pa.