Eu la Playa

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Part of Estudio

Title
Eu la Playa
Language
Spanish
Source
Estudio Volume II (Issue No. 40) Octubre 6, 1923
Year
1923
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Octubre ESTUDIO 6, 1923. U§l:::~:::~:;:~,::®~1~~;::~;~.;::.ijj'H::::~~.~H'~~:::lro!.:::~IK@~:::@~>:::fK~:~~:::m::::g;,::@:B::;::~~:::!HJID:::.:~~~e:::~:::~;~~::lif!c.:~~,:~::: 1 ~~.,!E(l NE~!~!!(l 1 b.!~r:::SRi.::·@Jt·::·~~:.:·rM:@::·rg~ ~:-l!@r:: llliit :: ~ ~: .-!!I!!iJ·::. ~[!fy::·arM.\.: ~-::<IDiti:::: !ID!i:::::f=_tt :: L" ítii-:::fñ}ji].;: ~oo::~~i ,i¡m_mc·:::~!!i·::-~~ ::~:;::1: if ·:.-1n :e:: !ffiiii:::-lit~J Al aparecer la primera sonrisa d!!l - ;Vamos! que aún hay tío Antún <las lcts semanas dos v,eces, Es lo mealba, saluo para saborear los cncan- para muchos mios. ¡Si está V. más jo1· que puede hacer, porque si nó, tos de este paseo matinal. Monto en fuerte que una roca! Y ese ap.ctit'J los trabajadores ... Ya verás lo que el ºMoreno" que ya habia ensilludo el que siempre sigue lo mismo, o quizá vasa cuando se despida de ellos. No madrugador tio Anton; y en marcha. aumentando, conforme aumentan los ha de poder hablarl,es : he de llorar, Aún parpadtan las últimas estrellas, años. y los ha de hacer llorar a todos~ Como que p1·onto cederán su puesto al sol. -Eso sí: a salud y apetito ·me jue- si lo riera. Lo que es yo, en casa me Bordeo la espaciosa hacienda, que go con cualqui,era. En setenta años quedo: no quiero verla despedirse de <:omo inmensa sábana de verdo1· se .ex- IZO he metido una medicina en mi cuer- la gente. ¡Si aye1· me hizo a mí tamtiende desde el montecillo al mar. El vo. ¿Para qué? Lo que le digo a bién . .. ! en fin, no quiero hablar. cañaveral, vibrante de f1·ondosidad y Inés : Buen 7Jlato, buena chuleta, buc?t -;,Por qué? Cuéntemelo, tio Anlozanía, ondula suavement.e al sentir tr<lgo, y a trabajar. Es la mejor re- tún. ¿Qué le hizo Inés ayer? las caricias del terral; produciendo so- cela. No hay remedio como sé, yn -Verás. Estaba yo po1· la mañana nidos de blando y apacible ?nurmurio. 7meden decir lo que quieran todos los regando estas flor.es, y de repente vieLas palmeras se desperezan, lánguir médicos del mundo juntos.1 Algunas ne, y me die::: ¿Cuidará V. del jarclas, con pausado y majestuoso vaivén. i·eces se empeña Inés en hacerm~ co- din, cuando yo me vaya? ¿Me enviaDiríase que .el campo, joyante y bra- mer esas figuricas dulces, que ella sabe rá flores?-Al oírla, se me puso un vio, exhibe todas sus galas para reci~ hacer como los mismos ángeles. Bue- nudo aquí en la garganta, que no me bir el primer beso del sol, cuyos rayos no; por darle gusto las pruebo, pero dr,jaba hablar. Ella, al verme triste, doran ya las cumbres gigantes del no me entran. Eso para las mujeres; se echa sin más ni más a reir. Pero Canlaon, limpio de nubes. y también para estos jóvenes de aho- no creas que se reía de veras. ¡Quia! Llega hasta aquí ~l canto triunfal ra que no parec~n hombres, porque Otra le quedaba dentro. Lo que quede los gallos, anunciando el clía; y no valen tres cuartos. No creas que ría fra engafiarme, pura que no la las pequeñas avecillas saltan y ale- exagero. viera triste. Bueno: se echa a reir tean de rama en rama, gorjeando sin ¡Si da vergüenza! A la mañana los como te digo, y de repent.e i·uelve la cesar. Duerme todavía el mar, sin olas llamas al trabajo, y son más perezosos espalda, y comienza a cog,er flo1·es. qu.e desgarren su tersa superficie: sin que un carabao dormido. Pues cuan. ;,Sabes para qué se volvió? Para que que la brisa se atreva a 1 ·izarlo con do se levantan, ya están con cepilli· no la viese llora1·. Yo la vi inclinada, su aliento. cos, y peines y enjuagues y menjur- y como cogiendo flores; pero estaba ¡Hermosa mañana, impregnada de jzs, y qué sé yo cuanta tontería. No con el pañuelo en los ojos. A mí se. atractivos encantos, de insuperable me sirve d.ecirles: Pareceis señoritas: m.e deshacía el corazón, pero rne hice lirismo, de mística poesía, de goces buen almuerzo, y buen baño por den- fuerza, y le dije: ¡Hola, Inés! ¿Esas indefinibles que oxigenan mi cuerpo tro, y al trabajo: lo demás, pampli- tenemos? Con que te reías de mí, po1·y mi espíritu; y que aquí estoy pala- nas.-Pero no me hacen caso; y tiene que estaba triste ¡Y ahora lloras tú! deando, solo, junto al mar, en el si- la culpa Inés que es demasiado buena No lo niegues: no te ha valido {!sconlencio y tranquUa soledad de este rin- con ellos. Ya le digo que les hable Y derte. ¡T'e estoy viendo con estos concito ameno, lejos, muy lejos, por les reniegue. Como si nó.-Déjelos, ojos.-Al decirle esto, viene hacia mí, fortuna, del ruido, d.el bullicio, del tio Antón, me contesta. Demasiado me pcha los brazos, y 1·ompe a llora.· vértigo que reina en las grandes urbes! trabajan y sudan los pobres todo el de veras ,sin tapujos. ¡Chico, qué Dos horas he pasado, rendido, en· día. Si por la mañana tienen ese gus- cuadro! Aunque hubiera tenido el cotregado completamente a la contern- to de arreglarse, déjelos V.1 que a na- 1·azón más duro que la reja del a1·ado, plación de las bellezas y encantos del di.e ofenden con eso. Ya ve V. lo que no era posible resúitir. También yo amanecer. son las cosas: a mí me dá gusto ver· lloré ,y 'mucho. No me avergü.enzo de Al llegar a casa, de regreso, veo al los asi, y me alegra que estén lim- decfrlo. Ya ves: el tio Anton ll01·ando tio Antón en el jardincito arreglando pios.-Pues bueno: con esas palabras, a los setenta años. Péro, ¿qué iba a lus flores, tijera en mano. y con el tonico de compasión que las hace1· viendo a esa criatura llorar por-¡ Hola, tío Antón! ¿Desde cuándo dice, me desarma; y ya, no sé qué que s~ va a sepm·ar de mí? Te digo se ha convertido en jardinero? No sa· cont,estarle. Como que algún día voy que no sé si podré aguantar sin. ella. bia yo que sus aficiones se extenderían a peinarme yo también, por darle gus- ¡Si no debía ... también a las flores. to. No te rias, pues como me llamo -El almuerzo, tio Antón-grita -Pues ahí verás. Nunca he salido, Antón, te digo que por dar gusto a Inés, apareciendo sonriente en el bal· ni quiera Dios qu.e salga, de la hacien· Y nés, soy capaz de hacer cualquier eón.da. Entre las cañas estoy como el pez disparate. Y allá vamos los dos a dar cuenta en el agua. Por la mañana monto en. -Y de seguro que por darle gusto de todo cuanto nos sirvan; pues mi el ºmoreno", y al campo. está V. arreglando estas flores. estómago, después de:~ paseo, está exiy entre arados, carros, animales y -TienJs razón: qu.e aún no te he di- gente; y el del tio Antón .. . trabajadores, estoy f!n mis glorias. Son cho po1· qué me he meti.do a jardinero. mis mejores amigos. ¿Ves ese campo Como le gustan mucho los flores, quide caña, largo, largo, que llega hasta so lene?" este jardín, y me dijo qu.e le llquel monte lejano? Pues bien: se cuidase yo. Ni una palabra más. Des. puede decir que ese es mi pueblo, y de entonces, aquí tienes un ?·ato al tio mi casa y todo. Hace ya cincuenta. Anton todas las maña.nas. Aunque años qu..e no salgo de aquí. Y cuando ahora, como se va a marcha1· a vivir me llam.en para el otro barrio, de a la hacienda d,e su esposo . .. No sé: aquí, allá arriba dice !señalando el ?'He parece que se van a secar estas c.elo.- fl01·es de tristeza. Dice que vendrá toVol. 11. -4EL SOLITARIO. Núm. 40.