Al margen de la vida

Media

Part of Estudio

Title
Al margen de la vida
Language
Spanish
Year
1924
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Febrero ESTUDIO 23, 1924 r AL MARGEN DE LA VIDA 1 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ HISTORIA DE CARNAVAL. !.' .} STAMOS en pleno 'Carnaval. La ciudad de Momo, el dios de la sátira y de la risa, la ciudad de la Locum, la diosa del desenfreno y de la orgía, inundada se encuentra a todas las horas del día· y de la noche de numerosos secuaces del dios pagano, que van a rendirle un tributo de simpatía y a quemar un grano de incienso en sus altares. ¡ Cómo ha de ser! Siempre. fué el mundo un poco loco y antojárasenos más loco todavía, si al adveriir los días de la diosa Locura, dejara de festejarla a su manera. Hoy sin embargo, jóvenes. y todo, ya: no nos seduce y c¡¡.utiva el Carnaval, como cuando en días más felices aguardábamos su fecha con infantil ilusión, para echarnos encima el pintoresco traje de máscaras, lanzarnos a la calle ávidos de emociones y conseguir engañar, fingiendo una voz mas chillona y atiplada, a: cuantas personas amigas y conocidas encontrábamos a nuestro paso. Es que entonces no sabíamos que la vida es un perpetuo Carnaval, en el que los hombres, pobres Pierrot, ríen con una: mueca de dolor cruento, mariposeando en torno de las Colombinas, anhelo constante, eterna ilusión ... . y en el que no falta tampoco hasta la. risa grotesca del clown. ¡Oh! el Carnaval!. . . Arlequín con su careta de tafetán y su misterioso dominó y su cetro de cascabeles ... ¡qué exacta parodia del Carnaval de la vida! No nos seduce yá el Carnaval, no; no puede seducirnos. El Carnaval de hoy ha producido en nosotros una: desilusión y un dolor; y qufaás por eso es por lo que alguna vez hemos recordado con nostalgia el Carnaval que nosotros conocimos y que hemos tenido ocasión de conocer en paises extraños. Porque yá no es el Carnaval de. hogaño como el de antaño. Hoy yá no se ven aquellos concursos de belleza, aquellas famosas Estudiantinas, aq~ellas batallas . de flores; poéticas manifestaciones . del aentido estético d~l · hpmbre y esencia del Carnaval de antaño. Había entonces algo de simpáj;ico y atractivo, algo de poesía, algún sentimiento noble y delicado en aquel esplendoroso desfile de bellezas, en aquellas lumdnosas apoteosis de las flores, gala y ornato de la pródiga i:ia~uraleza, en aquellas inspira'!as tonadillas de las Estudiantinas, que venían a la ciudad y que al entonar las canciones de sus provincias; parecía que añora.han en sus notas melancólicas los amores de la tierruca, del hogar que quedaba allá lejos . . . Nada de eso se ve yá en el Carnaval de hogaño y por eso produce en nosotros una desilusión. En cambio ahora, con la cara descubierta y a plena: luz se cometen crímenes y maldades, que antes ·no se cometían ni aun ocultando el pudor y la vergüenza bajo un pédaz~ de tafetán; y esto es lo que causa un dolor en n<>'sotros. Yá no hay. concursos de belleza, ni simpáticas Estudiantinas, ni graciosos disfraces, ni al~res mascaradas pero hay bailes de máscaras, muchos bailes de mái¡caras: pretextos convencionales para bailar con más descoco de lo qu~ se baila, para rebajarse más y más al. 'nivel de las bestias, sin que pueda por ello darnos en rostro la sociedad. ¡El baile de máscaras! ¿ Quereis saber ,-preguntaba hace tiempo un· escritor nada aprensivo,~lo que es un baile de máscaras?... Pues un baile de máscaras es mucho ruido, mucha confusión, gritos, chillidos, apreturas ... Un hombre atrevido, beodo tal vez, pone la grosera· mano sobre una dama, que es acaso madre de familia:, o sobre una niña inocente; se oyen en medio del vocerío, palabras soeces, blasfemias. Allí se hace burhi. y chacota del marido respetable, de la madre anciana, de todos los dulces sentimÍentos; allí el desenfreno y la orgía aturden, enloquecen, y allí, en fin, corre gran peligro la inocencia". Este cuadro del baile de máscaras, pintado hace unos años, podría hoy recargarse con matices muy sombríos. ¡Cuán.tas honras perdidas, cuántas inocencias ajadas, cuántos tesoros de pudor para siempre marchitos, cuántos lazos conyugales relajados, cuánta paz robada: quizás para siempre a muchas almas, cuántas discusiones en la familia, cuántas fortunas y reputaeiones _ para siempre hundidas, cuya causa la encontraríamos en una noche de baile de máscaras ! Pensando· en estas cosas· paseaba yo el -otro· día, yá al anochecer, frente por frente de la ciudad del Carnaval, pero fo suficientemente distanciado para que no llegasen hasta mí el ·alboroto y tragín de las gentes, cuando acerté a encontrarme con un antiguo amigo, al que hacía tiempo no había visto. · Cambiados un cariñoso saludo y un fuerte apretón de manos, le pregunté, volviéndome hacia la ciudad de Momo. -¿Y qué me dices, qué ·te parece el Carnaval de este - ? ano .... -Bien ..• -¡Hombre, bien, bien! ... -le interrumpí, adivinando algun oculto sentimiento en aquella contestación tan seca· y rabiando yá por conocerlo.-Bien, bien. . . ]!;so no es decir nada: y luego lo dices con tan ·poco entusiasmo, con una cosa. . . Está magnífico, monumental :-dije recargando el acento de las palabras. -Sí; no lo niego. -Pues ¿entQnces? ... : -Es ·que no me llega mas adentro de los ojos; no me impresiona, no me entusiasma, no me gusta, ¿sabes? -Yá, yá. . . ¿Y cómo así?. . . P?rque no digamos que eres viejo y que ... -Nada: sencillamente que no me. gusta. Oye: ¿te acuerdai¡ de X ....... ? me dijo, cambiando de tono y entrando en el terreno de las confidencias, que hacía rato deseaba pisar yo. · -Sí; '.me acuerdo perfectamente ¿Te vas a ... -No; no me interrumpas :.:_r!iplica, sonriendo dolorosamente . ....:.. Es un episodio tragi-cómiéo de mi vida. ·yá sabes cómo la quería yo, más-que por hermosa y por rica, ·por buena y por honrada: creí haber encontrado en ella, y daba gracias a Dios por ello, el ideal perfecto de lil. mujer.· Ella también me quería, o a: lo menos así me lo decía y me lo juró mil veces. Yo, naturalmente, creía en la sinceridad de sus palabr11s. -Sí; cuesta poco creer esas cosas. · -Pues bien : hace ahora un año, en que cierta tarde, según acostumbraba, la invité a dar un paseo, al que no accedió, porque se sentía molestada de un fuerté dolor de cabeza y n·ecesit.aba: descanso. La creí también y desistí del paseo. Pero aquella tarde me tentó el diablo y acepté un billete para el baile de máscaras, ·que por la noche se daba en el C.arnaval. Jamás había pisado yo el Audito. Vol. 111 ·-15·~ Núnfo:so Febrero ESTUDIO 23, 1924 rium: pero aquella noche, joven al fin, curioso por añadidura, me decidí para ver qué era aquello. Y fuí. Puedes creerme que sentía un gran remordimiento, pensando que engañaba a la que hasta cierto punto tenía derecho a exigirme cuentas de mi conducta. -Realmente era una mala acción. -Entré en el baile, y a pesar de la seguridad que tenía de que ella no estaría allí, te aseguro que estaba receloso, inquieto ... -¡La conciencia! ... -El ruido y la algazara de aquella reun10n de locos me aturdían, me hacían mal. Andando, andando, fuí a: dar en un sitio destinado a comedor, y aburrido, lleno de pena por lo que habíii hecho, me senté junto a una mesa y pedí, sin saber lo que hacía, lo primero que me vino a la cabeza. Disponíame ya a comer, cuando ví entrar en el local ... -Aquí empieza el drama ¿eh? ... -Entró una máscara apoyada en el brazo <le un conocido tenorio de la buena sociedad. Al pasar junto a mí la máscara, oí que decía: "Me sofoca la careta·: me la voy a quitar". ¡Dios santo! reconocí la voz de ella: me volví ... y la misma: mi prometida; la que tanto me quería. @· ••••• -------~ --------~ F elicísimo R. F ería Gabriel La O I @•. FERIA & LA O ABOGADOS Chica Bank I31dg., Juan Luna, ~lanila Tel. 1792. 1 . . . . . . . . -·-· -·-·-·-·---------·® Desesperado, loco, lleno de dolor, le recriminé con duras palabras su conducta: en el paroxismo de la desesperación creo que hasta la insulté. ¡Nunca hiciera tal! El antipático tenorio me dió de bofetadas, y al intentar yo contestar a la gresión, el público que se había aglomerado se rió y me silbó y al fin los dependientes de la autoridad me lanzaron a la calle como a un perturbador del orden. Cuando yá en la calle me ví hecho una caricatura de mí mismo, vencido villanamente por mi rival, mofa y escarnio de la plebe y engañado tan pérfidamente por la mujer en que cifraba mi honra y felicidad, juré no volver a pisar en mi vida un salón de baile de máscaras. Dime ahora qué me puede parecer el Carnaval de este año. Hemos callado ambos: cerca de nosotros han pasado, de vuelta del Carnaval, dos jóvenes, niñas aún, de rostro pálido y marchito como de flor de cementerio: había en él un gesto amargo de hastío y de tristeza. Y al verlas pasar silenciosas y tristes, no he podido menos de pensar. ¡Oh! Carnaval. . . ¡qué bello qué hermoso a los ojos de la carne; pero qué feo y repugnante a los ojos del espíritu! ... EL PEREGRINO. (!) ••••••••• . ......... -·-·-· -·-·-·------·@ ! Dr. Miguel de la Concepcion DENTISTA 25 T. Pinpin Tel. 3532 e)oo---------• • • • • • • • • • • • • • 1 1 1 a • •@ Yá se deja sentir coa bastante intensidad. La época de calores, con su secuala de escasez de agua y asfixiante polvareda, va acercándorn y, coIIo todos los años, le hará pensar a usted en Las Vacaciones Un par de meses en la encantadora ciudad de las alluras BAGUIO es la mejor vacación para usted y su familia. Saludable, deliciosa y económica, si la pasa usted en el 'V allejo's Hotel Con todas las ventajas de un Hotel y sin ninguno de sus inconvenientes. Sin etiquetas; comida abundante y ex quisita, trato esmerado y atención individual. Habitaciones bien ventiladas. Inmejorable situación en un lu· gar elevado y céntrico. Precios especiales para huéspedes de larga temporada, y para familias. Para más infornws, precios y condiciones, SALVADOR VALLEJO, Manager, BAGUIO, V A L:!L E J o' s H o T E L B EN G u ET . i -------1~1 Vol. 111 -16- Núm. 60