Cronicas de Espana

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Title
Cronicas de Espana
Language
Spanish
Year
1929
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
Os hablaba en mi último articulo de las delicias caniculares de Madrid, .,c(,n exhibición de varios jovenes y ancianos en mangas de camisa, del uso y abuso de bebidas refrigerantes para contrarrestar los efectos de la temperatura, etc., pero como nadie es profeta en su patria, cuand'o más abrasados estábamos los madrileños; saltó y vino un airecito .iilo:fensivo al pTincipio, pero que enfriándose poco a poco y con las intenciones de un Miura, convirtió a los· madrileños en carámbanos con una temperatura de 10. ll en pleno 10 de agosto, poniendo en dispersión' a los nocturnos paseantes de Recoletos, Retiro y. Rot;ales, en franca huída hacia sus hogares .r.espectivos, en busca de abrigo y de calor. Bueno, lo de abrigo, se entiende para los que no lo hubieran bajo el odioso dominio de la casa de prestamos. La ola de frío hizo que los chicos de la prensa tuvieran materia para sus artículos. y "nos detallaron en sendas crónicas los efedos de Ja baja termométrica, con todo lujo de deta11E'is a falta de otros asuntos en que ocuparse, pues en veTdS.d os digo que la actualidad no da gOta, y es desesperante no poder comunicaros nada sensacional que logre interesaros. En . el balneario de Mondariz ha tenido lugar la entrevista de los Presidentes del Consejo de Españá y Portugal¡ lo que en la misma hayan tratado es cosa que se ignora, por pertenecer al secreto político, materia para mí vedada, pero la buena armonía existente entre ambos paísesi d~rá lugar, seguramente, a resultados beneficios.os pa.Ta u·no y otro, y así lo hacen esperar éstas entrevistas que, indudablemente, responden a un fin práctico. El buen pueblo madrileño va modificando sus costumbres,. pue.s apenas se conoce ya el tipo del asiduo concurrente a la taberna, donde se envenenaba con una mezcla química que llamaban Valdepeñas ( ?) ; ahora consume la higiénica cerveza, va cobrando amor al campo. . . y a la hidroterapia. Los días festivos, los trenes de las primeras horas de la mañana,-que por un módico precio de ida y vue!ta conducen a los pueblos de la sierra y de los alrededores de Madrid---llevan sus vagones al completo, transportando veraneantes de un día, cuyo equipaje es única y exclusivamente comestible; la panzuda bota forma pareja con la no diminuta cesta que oculta la aromática tortilla, la tónica y reconsti. tuyente loncha de jamón. la chuleta em~anada o la valenciana paella, presidiendo el conjunto el zepelinesco melón de Villaconejos. Escogido el lugar para el sªcrificio alimenticio, a los acordes de la guitara1 del acordeón e incluso del gramófono-pues hay quien añade a la impedimenta este inquisitorial ins.trumento de tortura-se hace tiempo hasta Ja hora de reponer fuerza'S, unos practicando el alpinismo en los cerros· m_ás prOximos, otros sumergiéndose en el arroyo más a su alcance, sin distinción de sexos pues no hay lugar a ello, ya que los rios caudalosos ,son cosa desconocida en los alrededores de la Corte, y esta escaséz acuática solo permite a los bañistas ( ?) humedecer una insignificante parte de sus extremidades inferiores, o lo que es igual, darse un mod~'Stísimo pediluvio, no sin que surja la protesta de los numerosos pescadores de caña, que pacifica y beatíficamente aguardan iargas horas a que pique un microscópico barbo, y no creáis que estas prote'stas las arranque ·el Tubor o el pudor Sino el pueril temor de que el chap-0teo y la algazara hagan estéril su pacienzuda tarea. A la caída de la tarde o Primera¡S horas de la noche, regresan. los excursionistas a sus hogares, la cesta vacía, la bota exhausta, los pulmones oxigenados y los cuerpos hechos compota y hasta la festividad siguiente, en que se repiten las mismas escenas. . . . Llegamos a la "semana grande" madrileña, simbolizada por la verbena de la Paloma, aunque el modernismo -haya hecho desaparecer al casticismo de antaño. Casta y Susana se peinan ahora a la garcon, se maquillan, ojos y labios se desfig.ura·n con el rimmel y el rojo cereza; la se1'ia Rita ¡·qué distinta de aqueUai! Julián, no gana ya las- cuatro pesetas que como cajista se percibian en pasados tiempdis; ahora es linotipista y gana diez y siete; el hOiDgo de reflejos con que se tocabá. lo ha sustitµído un borsalino, el pantalón abotinado por uno Hchanchullo" y los cigarrillos de cuarenta, que se fueron ¿ay! para no volver, se han convertido en "egipcios". Desapareció también aquella tfpica umanuela" sobre cuya capota colgaba el· mantón de flecos como dosel que enmarcaba la belleza de la gentil madl"ileña; el escuálido jamelgo que arrastraba el desvencijado coche, se tro .. có en un trepidante motor, y solo algún destemplado organillo defiende el pabe]ón y' reclama sus fueros contra modernas intrusiones musicales y exotieismos filarmónicos; pero del ) chotis no ha qued~o ni recuerdo y el fox y el eharleston imperan. ¡ O témpora o mores t Continua nuestro celoso Alcalde su campaña contra los ruidos nocturnos y ya era hbra de· que se hiciera algo en este sentido que tan poco de,cia en favor de nuestro pueblo. Las ca "les, callejuelas, plazas y plazuelas, eran de madrugada terreno conquistado para que unas cuantas pandillas se dedicaran al griterlo y al escándalo; el pacífico habitante que descansa o el que está dedicado al estudio se vefa precisado a oir a la fuerza un desentonado tango a las a o las 4 de la madrugada, a un destemplado orfeón, como si no tuviéramos ya bastante con el continuo concierto de bocinas a todas horas del dia y de la noche. • • • Pronto comenzará el retorno de veraneantes por la proximidad de septiembre y por ir en algunos bolsillos escaseando el dinero, y, entre "los examenes de los niños", uel término de las licencias" de los cónyuges respectivl\S, no faltan pretexto's para justificar la raz6n de la vuelta, cuando la verdadera causa no es otra que la ya citada, el agotamiento metálico. Llegarán los trenes con racimos humanos en pasillos, plataformas y hasta en topes, previa explotación en las playas; consistente en pago de prhnak y propinas para obtención de billetes de vuelta, y los que salieron de Madrid huyendo de los rigores de la canícula, encontl'arán a su regreso sobre poco más o menos el mismo calor. . . . La Guardia Municipal madrileña luce desde hace pocos días y después de un• elucubración de cerca de cuatro m:eses su nuevo uniforme veraniego; en sustitución del color kaki, el de ahora es color azul oscuro, con salacof, cinturón y correa en bandolera co~or blanco. Al propio tiempo y dando muestras de gran acthñdad estudia nuestro Concejo la manera de 'resguardar .. a los guardias del servicio de circulación de lOs efectos solares .que dutante' cuatro hóras .qlle dura su servicio caen sobre ellos, hasta el extremo de que algunos guardias que· al cómienzo del verano lucían un cutis blanco, tienen en la actualidad el aspecto de onzas de chocolate con pito y maza. . . . Nota culminante de la decena ha sido el manifiesto del partido socialista, negándose a aceptar los puestos que se le asignaban en la futura Asamblea Nacional. Np demuestran los p1"ima· tes del partido con · est:a' determinación un gran interés en la defensa de sus ideales y juzgo un error esta política de abstención; es verdaderamente chocante que quienes han ~tado clamando por el ret:omo a la normalidad polftica en forma de Cortes~ elecciones y Constitución, cuando a ella se llega, se retraigan. Ellos sabrán por qué. . . . El aforismo madrileño de que el calor dtirá del Carmen a la Asunción, falló por este año, y después de los días de frescura de que al principio hablo, el astro rey nos achicharra. Organizada por la revista· "Actualidad" se celebró en los Jardines del Retiro, una v~rbena con completo éxito. En ella actuaron la cancionista Elisa Calvalcanti, las bailarinas Araceli Espinosa y la Venus de Bronce, .las tiples Herrero, Caball~ y Zuffoli, la orquesta Pizarro, el imitador Pepe Medina, la compañia de bailes negros de Douglas y el veterano Pepe Moncayo, entre otl'Os artistas, y COf!. esto, organillos, bandas· y concursos la del alba seria cuando terminó tan amena fiesta. Los teatros Chueca, Pardiñas, Fuencarral etc. actuando con sus compañfas veraniegas, defendiéndd3e, que no es poco, dada la carencia de gente que en Madrid se nota. Terminada esta rápida impresión decenal, hago mutis y espero entre bntidores a que el traspunte en figura de actualidad, me llame nuevamente a escena. U& SEÑOR DE LA CORTE.