La decena humoristica

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Part of Excelsior

Title
La decena humoristica
Language
Spanish
Year
1929
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
Fulltext
UN PARRICIDO FRUSTRADO· Al entrar en la eerveeeria, creyó oportuno exclamar: ¡Abajo loe guardias! . . . ¡Viva le· república 1 . . . Y como nadie le diera por aludido, hizo mutis, solicitando benevolencia. Estaba fuera de ambiente. Juanito Sparafucile, tenía sobre este. punto una opinión definitiva, fruto de larga experiencia adquirida durante cerea de treinta afios: "el hombre húmedo, humedecido, no puede ni debe concurrir a Jacarea donde alterna la burguesia, porque el sentido común y la wlpridad, es el amon~ más fuerte que se conoce!' "Los burgueses de la clase media, no saben, que despu6s del quinto coliac no se debe comer, porque serla perder el dinero de lo que se ha bebido, ni que se debe dejar el café, cuando se va "bien" de cazalla, ni que está prohibido el Inodoro cuando se está celebrando un festival de cerveza." "Abajo la burguesla!... Para alter~ nar hace falta el conocimiento previo de la ideólo.cla de las masas y el salir de casa con dinero como manda el catecismo. Eso de mucho automovil, muchas joyas a la señora, muchas suscripciones benéficas para salir en la prensa, y luep, una copa nada más, y despu6s del café, es un verdade~ atraso.,, Asl hablaba nuestro admirable amigo, antes de invitar a una Hronda"; en el transcurso de ella, --escasamente un minuto-, no deefa nada; un "que alimente mucho", era el consabido ºbuen provecho y a la salud" y el R. l. P., de la misma; a los cinco minutos reineidia en invitar, y si alpien se negaba "a seguir", exclamaba: "Somos o nó somos", y la frase tenía en sus labios acostumbrados a la escalofriante caricia del cristal, un valor ind scutible y rotundo, tan grande, como el de aquellos calurosísimos discurses que pronunciaba después de tomar la cuarta. Porque han de saber ustedes, que la elocuencia está en razón directa con la "humedad" que caliente el pznate, y que el señor don Juan Spara. fucUe.-Juanito, a partir de la tercera; el "m6s grande", despu6s de la quinta y el "hermano del dueflo", una vez· tomada la séptima-, era un delicado orador y filósofo sentimental, que después de hacer de su vicio un arte romá.ntico, escribió sentencias al estilo de Marco Aurello, algunas de J.- cuales han llecado hasta nitestros dlas. ¿ Qui6n no conoce aquella que dice: "más vale vaso en mano que taberna en fotograffa"? . .. Sparafucile, nunca bebió por emborracharse. Unas veces,. era por favorecer a don Pedro Do.. meeq; otras, para protestar con .derecho adquirido, del esca"° liquido que contienen las botellas de tres •uartos, )' para solicitar envaaes Rotterdam, como única. solución para ahorrar corchos y etiquetas; otras, beblA.,, por aguello de que loe cuer. pos se conservan mejor en alcohol .•• Se .uentan de él, Infinidad de anécdotas interesantlsimas, pero en honor a la moralidad d<P 'nuestros lectores solo podemos transcribir la siguiente: A los treinta )' cinco años, Sparafuclle, en el tra11S<urAO de una tsrde de "lluvia" (tarde brumosa en la que el caldo del cocido· sin espumar, estaba sobre la mesa, en la plenitud de loe alimentos adquiridos tras luengos hervores en connubio con un hueso de lacon), penetró en el cuarto de doña Tula, su simpática patrona, y sin darse cuenta, la abrasó jurando "que para él loe lirios artificiales existlan desde que la habla cono.. cido." En aquel momento entró Celedonlo, marido de la "supuesta addltera" y guardia civil de a ••· hallo, y como es 1 'de rigor"' se armó "una'" aleo parecida a la que se hubiera "liao" en Troy~ si además de Helenlta hubiera concurrido el coliac, la NÓna Dlscher y lo íaeil que para alpnoe parecla hacerse Abocado en 'Manila. Desenvainó, Caledonio, calderoniano propiamente dicho, y exclamó: "¡Miserables!" ... 1 Los otl-os dos personajes, como de eoetumbre, "mudos de espanto", ofreciendo dinero por un temblor de tierra, permaneclan abrasados) ... "¡ Miserables ! . . . sus do)' el tercer toque de atención. Decid alpna frase célebre, porque esta noche, Ralamos todos en la prensa" . .. Juanito Sparafucile, abandonó a la patrona y llorando ••JÓ en los brasoa del guardia, gritando a irrandes voces: ¡ ¡¡MI padre!! !. .. Y la patrona, asarrándoe• a la frasecita como a un clavo ardiéndo, siempre comercial, oportuna y lista, mnsi6, aleo ofendida: "Su padre eres, Celedonio, por que aquf, el señor, acaba de pedirme la mano de la Luid, y por eso nos abraz,bamos en lfese transporte". . . ¡Mira que eres bruto, ·cele! . . . ¡ Pués no Ibas a co.. meter un "parreeidio politieo" ! . . . · (Juanito Sparafqcile, no invitó a nadie a su boda). Don GAIPBROS.